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Until you fall por Marion_SxN

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Notas del capitulo:

Lamento la espera pero por algunos inconvenientes familiares no pude subir el capitulo ni ayer ni hoy temprano. Voy a cambiar la fecha de subida de los capítulos para los miércoles por que como mi novio los martes está llegando más temprano... Bueno... Ni modo

Espero que lo disfruten, saludos.

Quiero agradecerles por todos los reviews que recibo, trato de contestarlos a la mayoría ya que aunque sea así puedo sentirme más cerca a ustedes mis queridas lectoras. Me hace muy feliz leer cada una de sus palabras de apoyo y prometo no defraudarlas con el fic.

Besos.

-Debes levantar más el mentón cuando camines, Joey- regañó el instructor de pasarela. El hombre medía cerca de metro ochenta y era fornido. Tendría alrededor de cuarenta años pero en un estado envidiable. Era evidente que en su juventud había sido bendecido por los dioses que daban belleza.

El rubio observó los ojos grises de su profesor y subió su mentón mientras se deslizaba por la tarima. Unos cuantos libros de medio kilo cada uno estaban sobre su coronilla, el objetivo de caminar manteniéndolos exigía equilibrio.

El salón era el paraíso de un narcisista, totalmente lleno de espejos, podías verte el trasero desde cualquier ángulo incluso aunque no quieras. Largas barras de metal servían para e longar a los bailarines que iban allí a practicar, la agencia había alquilado un salón de danza y la había provisto de todo lo necesario para que pareciera una pasarela de un desfile.

Daba pasos siguiendo la línea dibujada en el suelo. La agencia había pagado un instructor para él y para otros chicos que estaban tratando de caminar en las pasarelas. No había hablado mucho con sus compañeros ya que ni bien terminaban las lecciones, tomaba su mochila y marchaba a la universidad. Algunos de sus compañeros habituales estaban presentes.

Los horarios estaban todos mezclados y recién ahora había podido organizarse. Tenía las lecciones de modelaje, el colegio y aún no estaba dispuesto a dejar de trabajar en la confitería hasta finalmente juntar algo de dinero.

Tropezó cuando su tobillo se dobló y los libros cayeron al suelo haciendo un sonido hueco. Joey levantó su mirada topacio a su instructor que frunció el entrecejo y se cruzó de brazos. Alguno de sus compañeros rió suavemente y trató de ocultarlo con una evidente fingida tos.

-¿La altura hizo que perdieras el centro de gravedad?- trató de mantener la postura estricta pero soltó una carcajada grave- Todavía falta para que te pongan en una pasarela pero esto te cuesta bastante.

-Bueno- comentó el rubio levantando los pesados libros del suelo y entregándoselo a su arisnegro profesor- Digamos que soy alguien más de agua que de tierra.

-Bastante adecuado pero recuerda que se modela sobre madera y aparte no flotas en la superficie del agua como Jesús.

-O Chris Angel*- el rubio elevó ambas cejas con picardía.

-Dado que estás cerca de tu horario de partir vete antes- los ojos grises del pelinegro miraron el reloj y luego al melado- No le voy a decir a Hideki que te fuiste antes.

-Gracias, Ryan- agradeció Joey sonriendo ampliamente y bajándose de la alta tarima- Espero que se rompan una pierna, perdedores.

Mientras se perdía en el pasillo que lo llevaba a los vestidores escuchó a sus colegas gritándole todo tipo de groserías. Abrió la enorme puerta doble de metal y entró en la zona de las duchas mientras algunos chicos de danza se vestían y caminaban con una ligera toalla cubriendo sus partes íntimas.

Joey abrió su locker y sacó una mochila de tela, detrás de esta había un morral con manchas de pintura y lo que parecía una carpeta. Giró sobre sus talones disparándose hacia la puerta mientras sacaba un Ipod del bolsillo delantero del saco que se estaba poniendo y se ponía los auriculares.

 

 

                                                               .                              .                              .

 

 

Kaiba se frotó la frente con el dedo índice y el pulgar cuando vio las fechas de la presentación de los proyectos de sus rivales. No eran ninguna coincidencia, cada fecha cuadraba con la que su compañía tenía pensado estrenar en el simposio de tecnología en Tokio.

Apoyó su espalda del todo en su sillón reclinable y suspiró. Una jaqueca descomunal punzaba su sien derecha, no había que hacerse una pregunta tan obvia como “¿Cómo supieron las empresas la presentación de su proyecto?” sino “¿Quién les había dado la información?”.

Había tenido la impresión que alguien filtraba información desde hacía un tiempo pero esto era definitivamente la prueba final. No creía que la noticia de “la nueva creación de KaibaCorp” fuera a ser opacada por los proyectos de las otras empresas pero iba a ser un inconveniente sobre todo cuando los periodistas se acerquen con preguntas sobre las presentaciones de sus rivales, no tenía la intención de darle publicidad de más o reconocimientos a éstas cuando había hecho todo lo posible para cambiar las fechas de la exposición para que estén separadas.

Ya que todo estaba jodido por lo menos iba a tener al culpable y ya se había encargado de eso. Unos golpes en la puerta de su privado lo sacaron de su ensimismamiento.

-¿Sí?- preguntó el castaño cerrando los ojos con dolor cuando su propio tono de voz rebotó en el interior de su cráneo.

-¿Hermano?- Kaiba dejó que una sonrisa se deslizara por sus labios- ¿Estás ocupado?

-No- se acomodó en su asiento- ¿Qué pasa?

-Quería agradecerte el que dejaras que Joey se quede con nosotros- se acercó a su hermano y se sentó en la silla frente a él- Supongo que en algún momento te lo habrá agradecido. A él no le gusta deber favores.

<<Y vaya que lo agradeció>> el Kaiba mayor sabía que Mokuba no era consciente del tipo de relación que tenían pero él si sabía como era de agradecido el rubio. El CEO tomó la taza de café negro y bebió un sorbo antes de volverla al mueble.

-Sí, es un buen chico- sonrió suavemente.

-Hermano...- Seto elevó una ceja curioso. Sabía que había algo más detrás de toda esa charla sobre el rubio- Joey y un amigo vamos a salir a beber ¿Vas a enviar a Roland?

-No- sonrió suave- Quizás y hasta los pase a buscar.

-Realmente- se acercó Mokuba cambiando totalmente la actitud a una jocosa. Él había notado esa actitud sumisa era solo una farsa. Le palmeó el hombro sonoramente- Eres el mejor hermano de todos.

-Sí, sí- sonrió suave- Ahora vete a hacer algo productivo por tu vida.

Mokuba simplemente rió y despidiéndose salió la puerta del privado. El CEO suspiró y se acomodó en la silla. No hace mucho tiempo el carácter del más joven hacia él había mejorado, estaba tan aislado y frío pero de un día al otro cambió su actitud, estaba totalmente seguro que era por Joey. Caminó hasta la ventana y miró por esta. Hacía frío y los vidrios estaban empañados, estiró una mano y arrastró las pequeñas gotas dejándole ver claramente como su hermano salía por la puerta principal.

 

 

                                                               .                              .                              .    

 

 

Joey trotaba hacia la puerta del edificio donde tenía Historia, había hecho todo lo posible para llegar a tiempo y a pesar de todo estaba llegando tarde. La oficina de correo abría temprano y ese día abrió media hora después y necesitaba buscar las cartas.

Frenó en la puerta de su salón y se deslizó medio metro más. Agitado entró sigilosamente, mirando a los lados del lugar para visualizar a su profesor, al no verlo caminó al interior recibiendo la mirada desconcertadas de todos. Se ruborizó un poco, aún no hacía su estreno oficial como modelo por lo que las miradas tan clavadas en el los pusieron nervioso. Algunas de sus compañeras lo veían fijamente y con la boca entreabierta, sobre todo los que no lo veían desde hacía casi una semana. Uno movimiento junto a la ventana atrajo su atención y encontró a Mokuba haciéndole un lugar en una esquina. Acercándose sonrió mientras se sacaba los auriculares.

-¿Y el profesor?- el melado se sentó junto al arisnegro y colgó la mochila al lado del banco.

-Vino y se fue- sobre la mesa se apoyó en los codos, estirando su espalda- ¿Hiciste lo de hoy?

-La biblioteca de tu casa es una maravilla- abrió el cierre de la mochila y sacó un cuaderno universitario- Encontré cada pequeño detalle.

-Menos mal que no tuviste problemas- apoyó el mentón en una mano- ¿Cuándo cambiaste tus horarios de taller? ¿Pudiste?

-La semana pasada, el director me dijo que solo tenía que cambiarme a los horarios donde estuvieran los mismos profesores y no tendría muchos inconvenientes pasa seguir con las actividades.

-Uehara es buena onda- comentó Mokuba con una sonrisa- Aparte eres un excelente alumno, no hay motivo por el cual decirte que no.

-No lo llamas así cuando te está escuchando ¿no? El decano detesta que lo llames por su nombre de pila.

-Meh- simplemente contestó con su boca fruncida desinteresadamente y elevando sus hombros.

De repente hubo silencio en el salón y encontraron al profesor parado en la puerta. Tenía los ojos clavados en cada uno de los alumnos los cuales comenzaron a sentarse en sus lugares, el docente entró seguido del decano que caminaba con las manos en la espalda.

Los chicos miraron al par adulto que caminaron en silencio hasta parase frente a la pizarra. El director tenía la apariencia de estar a punto de dar una noticia muy importante, miraba a cada uno y se detuvo en el profesor que dio un paso al frente. El profesor carraspeó con fuerza y se cruzó los brazos:

-Alumnos- exclamó el docente controlando el tono voz para que llegue a todos los presentes- El director tiene algo muy importante que anunciar. Algunos de ustedes son de actuación y música, traten de no distraer a los de arte- el profesor dio un paso al costado y con una mano ofreció el turno del rector- Adelante, director.

El hombre mayor dio un paso al frente. Joey siempre guardo un profundo respeto por él por lo que sus palabras eran ley. Se enderezó al instante fijando todos sus sentidos en el rector que espero paciente a que los murmullos se detuvieran.

-Como sabrán algunos de ustedes ayer fueron puestos unos carteles para participar en un concurso de pinturas que les darán la oportunidad de conseguir una beca de un año en la “Academia de Bellas Artes de Brera*”, lamentablemente esto solo es posible para los estudiantes del último año de la carrera. Miren en el panfleto en la cartelera de la escuela, ahí están todos los datos y requerimientos para el concurso. Si tienen alguna pregunta este es el momento de hacerlas.

-Por favor levanten las manos y sus dudas serán contestadas de a uno- agregó el profesor mientras miraba a todo el grupo.

Joey se acomodó en el asiento sorprendido por la oportunidad que le daban al colegio. El director no tuvo la necesidad de aclarar la institución ya que todo el mundo con un gramo de arte en su sangre sabía que era una oportunidad única.

-¿Si, alumno?- preguntó el profesor mirando por encima de los que estaban en la fila de adelante.

Joey giró la cabeza y vio a uno de sus compañeros con la mano levantada. El chico se paró y cuadró los hombros con firmeza.

-¿Por qué es solo para los de tercero?- preguntó el chico, claramente era de tercero pero aún así tenía dudas.

-Cabe aclarar que solo es posible para los de tercero por que esto se haría un post grado.

El chico agradeció y se sentó en el lugar. Inmediatamente las manos se volvieron a levantar para preguntar:

-¿Sí?- el profesor miró a una chica del medio.

La chica de pelo rosa se paró y acomodó su pollera antes de continuar:

-¿Puede ir cualquiera que gane?- movió sus manos nerviosamente frente a ella- ¿Hay alguna exigencia con el idioma?

-Bueno, no hay ninguna exigencia de ese tipo pero algunos de ustedes vienen de Saint Claude. Allí debieron haber aprendido francés, italiano e inglés, para ustedes, la estadía se les hará más fácil.

Satisfecha con la respuesta la chica de cabello rosa se sentó. El profesor miró alrededor cuando las manos volvieron a estar en alto, miró adelante y apuntó con la mano al chico de pelo negro sentado al frente. Las miradas se fijaron en la espalda del moreno.

-¿Con que clase de obra es recomendable participar?- muchos susurraron aprobatoriamente la exactitud de la pregunta- Hay cientos de técnicas y materiales sobre los cuales trabajar ¿Cualquiera estaría bien?

-Excelente pregunta, joven- el rector dio unos pasos de un lado a otro pasando la mirada por el rostros de cada alumno sin poner la atención en ninguno en particular- En cuanto al material cualquiera estaría bien y las técnicas, solo es una sugerencia, la pintura y la escultura serían las mejores ya que la mayoría puede manipular fácilmente las técnicas para trabajar en ellas pero aquellos que sepan manejar bien el grabado pueden ir con ello de cabeza.

-¿Alguna otra pregunta?- cuando el chico se sentó, su compañero se levantó elevando la mano. El profesor le dio la palabra con un ligero movimiento de cabeza.

-¿Es mejor trabajar con una serie nueva o una que tengamos?- el chico se sentó nuevamente esperando la respuesta.

-Les recomendaría trabajar con una serie nueva, ya saben, la frescura en cuanto a las pinturas y las esculturas en fundamental. No olviden que no es totalmente necesario que trabajen con una serie. Incluso en una pieza única se podría apreciar el trabajo de un buen artista- carraspeó y volvió a pasear la mirada por el salón- Esta es una excelente oportunidad. Deben buscar que tema les gustaría tocar, cada tema es importante porque eso facilitaría su desempeño en cada trabajo. Buscar una motivación hará de su obra algo sublime y digna de admirar. Cuando lo tengas no duden en cada oportunidad trabajar en ellos y hacer la entrega de estas.

Un chico nuevo levantó la mano y el director lo miró en silencio esperando que haga su pregunta:

-¿Van a venir profesores de la academia o solo van a ser enviadas fotos de estas?

-Debido a que es una ambiciosa oportunidad los profesores a pesar de sus ocupaciones han aceptado venir a la muestra- sonrió- Solo hagan los que mejor saben hacer, arte, y con eso podrán alcanzar este objetivo. Bueno chicos, respondimos las preguntas cruciales y espero poder ver a uno de ustedes irse con la beca a fin de año.

-El directos se retira- anunció el docente.

Todos los alumnos se pararon para saludar al rector que caminó hacia la puerta con todas las miradas clavadas en su espalda. Cuando el profesor se detuvo en la entrada intercambiando algunas palabras con éste, el bullicio comenzó a elevarse. El aire expectante y entusiasta de la noticia se sentía en el salón.

Mokuba que estaba prestando atención se giró hacia Joey y clavó la mirada en este con un enorme signo de pregunta en la cara. Joey se rió ahogadamente:

-¿Por qué nosotros no tenemos oportunidades como esta?- se quejó el joven Kaiba desarmándose en el asiento.

-La verdad es que esta oportunidad es única.

-¿Vas a participar?- preguntó Mokuba con los ojos brillando de curiosidad.

-¡Pfff!- soltó una pedorreta risa contenida- ¿Yo? No ganaría la beca jamás.

-¿Por qué eres tan negativo, Joey?- cuestionó casi con reproche el otro.

-Vamos, Mo-chan ¿Cuántos alumnos de arte hay en la universidad? ¿Mil quinientos, dos mil? No tengo ninguna oportunidad. No pienso gastar sudor y lágrimas en algo que nunca voy a ganar.

-Vamos, rubio- trató de convencer clavando sus cerúleos orbes en los topacio- ¿Realmente crees que no tienes ninguna chance? ¿Por qué no les preguntas a tus profesores que piensan de tus dotes como artista antes de tirarte abajo?

-No, Mokuba. Ni siquiera puedo pensar en algo ahora mismo- se rascó la nuca y suspiró- Todo el asunto de Duke me quitó las ganas de hacer algo productivo.

-Tienes hasta mitad de año para saber que vas a hacer. Quizás te venga la inspiración para ese momento--

-¡No, Mokuba!- sentenció con frialdad el rubio deteniendo la perorata de Mokuba. Sus ojos se ablandaron y suspiró- Realmente ahora no quiero pensar eso. Todavía tengo que hacer trabajos de pintura que tengo estancados desde año nuevo, no necesito presión adicional.

-Está bien- ofreció el pelinegro haciendo una mueca- Pero si puedes, piénsalo.

-Sí, Mo-chan.

Todos dejaron rápidamente de hablar cuando el profesor se paró frente a su escritorio y se volvió al pizarrón escribiendo con letras grandes “Era moderna”.

-Bueno. Hoy vamos a ver Era Moderna del mundo occidental y sus interacciones con el arte asiático. Aunque el teatro Kabuki...

 

 

                                                               .                              .                              .

 

 

Las clases de Historia habían sido extenuantes y sobre todo aburridas. Joey ya se sabía cada detalle de memoria, los libros que el profesor les había mandado para leer se los había consumido un día con el objetivo de estar preparado por si se le daba la loca idea de un examen sorpresa.

Mokuba lo acompañó a buscar un café antes de ir al salón de pintura, tenían unos diez minutos entre clase y clase. Ellos no se iban a ver hasta la hora de salida, ya que la única materia que compartían ese día era Historia. Joey dado que era el último año pintura se hacía extenuante ya que pasaban cuatro horas por clase encerrados en el taller, según los profesores a él se le hacía más sencillo al igual que dibujo pero no iban a tener preferencia por lo que eran igual de exigentes con cada alumno.

Ambos caminaban escaleras abajo charlando sobre las clases cuando un ligero empujón hizo girar la cabeza de Joey hacia su izquierda. Yugi estaba detrás de ellos saludándolos con una palma.

El rubio sonrió al descubrir que parecía mejor que el día anterior, todavía tenía los parpados ligeramente hinchados y ojeras. Entendía perfectamente la tristeza que debiera de estar padeciendo en esos momentos pero era solo cuestión de tiempo que se recuperar, aunque casi siete años era mucho para superar.

-¿A dónde van?- preguntó el de cabello tricolor mientras se ponían a la par de los otros dos.

-Vamos por un café- comentó el melado- Mokuba siempre me acompaña. Tengo un par de minutos entre hora y es un poco solitario.

-¿Los puedo acompañar?- el más bajo les preguntó con una mirada suplicante.

Mokuba y Joey se miraron unos segundos sonriendo. Tal parecía que estaba igual de solos que ellos. El de ojos cobalto pasó un brazo sobre los hombros de Yugi y lo jaló hacia sí mismo.

-Claro, Yugi- lo sacudió con ligereza- No era necesario que pongas cara, ahora vamos a vernos más seguido y cada vez que te sientas solo, mándanos un mensaje y vamos a estar ahí.

Los ojos malva del más bajo brillaron con intensa alegría. Rió y estiró una mano tomando la del rubio, que sonrió y la apretó enviando todo su apoyo.

Una vez que llegaron a la planta baja pasaron frente a la cartelera escolar y Joey encontró una pancarta de color crema con las palabras “Concurso Academia de Bellas Artes Brera”. Se detuvo un segundo mientras se acercaba al papel pegado en el centro, el que ganara iba a tener una oportunidad insuperable. La academia era la mejor del mundo y si tenías la oportunidad de estudiar allí no hay duda de que cientos de puertas se abrirían en cuanto terminara el año.

-¿Vas a participar?- preguntó Yugi acercándose a su lado y mirando el papel fijamente.

-No, nunca ganaría- reafirmó el melado acomodando la mochila en su hombro y se giró hacia donde se encontraba el comedor.

-Pero--

-No gastes saliva, Yugi- colocó una mano en el hombro deteniendo la oración- Ya lo intenté y no quiere saber nada. Aparte no es un buen momento para él, creo que toda su inspiración se evaporó.

El bajo frunció la boca hacia un lado y caminó hacia el comedor. Mokuba rodó sus orbes zafiro y siguió a Yugi. El tricolor encontró a Joey metiendo unas monedas en la máquina de café junto a la puerta, puso un pequeño vaso de plástico y esperó que el dispensador comenzara a llenarlo. Mokuba los alcanzó y vio a Yugi tomando a Joey de la muñeca.

-¿Qué estás haciendo?- le preguntó el rubio cuando Yugi tiró de él hacia abajo y lo miró a los ojos con intensidad.

-Joey- comentó el de ojos malva con ambos orbes en los topacios- Tienes tantas chances de conseguir esa beca como cualquier chico de acá.

-Le dije lo mismo a Mokuba y ahora te lo digo a ti, no voy a participar y si van a seguir presionándome tampoco voy a hablar con ustedes- deshizo el agarre del tricolor entrecerrando los ojos con fiereza- No tengo tiempo, no tengo ganas ni entusiasmo y sinceramente no tengo tanta confianza. Así solo te pido que dejes de molestar.         

-¿Acaso estás huyendo, Wheeler?- Yugi murmuró cuando Joey estaba marchándose ocasionando que se detuviera a medio camino de la salida.

Mokuba gesticuló un sobresalto y se acercó donde estaban ambos chicos poniéndose en medio de ambos por si acaso. Joey giró sobre sus talones y con sus ojos ardiendo de irritación, acercó a Yugi tomándolo por el cuello de su elegante camisa mirándolo a un palmo de su rostro.

-Me estás tocando las pelotas, Yugi- acercó su cara casi rozando los labios de éste, quien no se inmutó para nada. Aspiró con la nariz ofuscado y lo soltó- Tómense mi estúpido café, ya no lo necesito.

El melado giró y con las manos en el bolsillo caminó fuera del comedor.

 

 

                                                               .                              .                              .

 

 

Mokuba se acercó al más bajo con una mirada preocupada pero encontró a Yugi siguiendo con la mirada a Joey con el seño fruncido. El de ojos azures soltó una bofetada a la nuca tricolor que rodó la cabeza hacia él con un gesto adolorido.

-Eso dolió- se quejó frotándose el golpe.

-Acabas de arruinar una excelente ocasión de café con Joey- recriminó el Kaiba menor.

-Solo dije la verdad- se encogió de hombros fingiendo desinterés- Tampoco es que haya dicho algo terrible.

-Joey está pasando por una temporada de sequía anímica- se frotó el puente mientras cerraba los ojos- Tiene muchas cosas que hacer, tiene clases de modelaje, el club de natación, gimnasio y ahora la falta de inspiración. Son muchas cosas.

-Solo tiene que considerar el concurso, es tan terco- se quejó el más bajo tomando el café que Joey dejó dándole un sorbo- ¡Aj! Amargo.

-A Joey le gusta así- comentó Mokuba mientras metía algunas monedas en la máquina. Sonrió suavemente- Digamos que en estos momentos es una ironía.

Yugi rió de lado dándole toda la razón. Volvió su mirada al pasillo donde había desaparecido el rubio, Joey tenía una mirada de las más acojonantes cuando se enojada, Yugi nuevamente sintió el hambre encenderse en él con una llamarada infernal.

Lo tuvo a milímetros de su cara cuando sus ojos topacio se clavaban en él rabiosos y descolocados pero sorprendentemente eso hizo que se le parara. Había algo raro en Joey, le daba miedo el deseo que había desarrollado por el rubio, tan extraño e incomprensible.

Sacudió la cabeza, no estaba ni de lejos preparado para tener que lidiar con la súbita libido que el rubio despertaba en él, solo tenía que pensar en Joey como un amigo y nada más.

Iba tener que arreglarse con él si quería ser aunque sea su camarada. A pesar del intenso calor que sentía apreciaba la ocasión de poder ser amigo de alguien noble como el rubio.

-¿Crees que la salida de hoy se cancele?- preguntó Yugi preocupado porque no pueda salir a festejar con los dos chicos- Quizás la cague.

-Tranquilo, en cuanto Joey toque el bastidor con el pincel sus angustias se van a ir- sorbió el café y sonrió- Pintar es su mejor terapia.

El más bajo simplemente afirmó y siguió a Mokuba fuera del salón.

 

 

                                                               .                              .                              .

 

 

Joey acababa de llegar al salón de pintura iracundo abriendo la puerta corrediza de una solo empujón. Soltó su mochila con fuerza contra una silla y bufó enfurecido.

¿Quién se creía Yugi para decirle cobarde?

No había estado tan enojado desde hacía mucho tiempo. Se contuvo de golpearlo porque era un amigo y aunque lo había insultado no lo había dicho más que con la intensión de hacerlo entrar en razón. Sabía que estaba siendo un completo culo pero no concebía como no entendían un NO por respuesta.

Miró alrededor buscando a alguien pero parecía que era el primero en llegar y ni siquiera el profesor había llegado, deslizó fuera de su bolsillo los auriculares encendiendo el Ipod.

Se acercó a un bastidor en la esquina del salón y lo sacó, lo acomodó en un caballete de madera y de su mochila extrajo una caja de madera en la cual había varios tubos de oleo. Tomó un puñado de ellos y los exprimió en una paleta, mezcló algunos con una espátula para pintura y comenzó a esparcirlos. Lentamente la arruga en su entrecejo fue desapareciendo para ser suplantada por una completa expresión de paz, una sonrisa subió un lado de su boca y sus ojos parpadeaban lentamente dopados con la relajación.

Cada vez que tocaba una superficie blanca con pintura y colores sus tensiones eran disipadas con rapidez. Aspiró profundamente y luego suspiró expulsando lo restante de la tensión.

El bastidor estaba casi completamente repleto de color, satisfecho, Joey bajó la paleta y la colocó aún lado sobre la mesa. Solo entonces notó que su profesor lo había estado observando en silencio, lo miró por encima de sus hombros con curiosidad mientras se quitaba los auriculares.

-Buen día, Joey- saludó su joven profesor que estaba cómodamente sentado en su escritorio. El hombre era típicamente japonés y su rostro tenía cierto parecido con el de Ryuji, creía que también su edad era cercana a la de su jefe.

-Buen día- se giró miró al docente- ¿Hace mucho está?

-No- dijo el asiático mientras apoyaba todo su peso en la mesa dejando colgar sus pies- Solo ibas por la mitad del bastidor.

-Estaba liberando tensiones- sonrió el rubio- Esto es mejor que el sexo.

El docente se quedó sorprendido por la respuesta del rubio para soltar una risa casi histérica. Caminó hacia la pintura sin dejar de observarla, se inclinó un poco y rotó la cabeza hacia la derecha.

-Para ser que estabas descargándote lo hacías ordenadamente- levantó el bastidor y lo estiró frente a él. Hizo un gesto de aprobación con la boca afirmando lentamente- Una linda, linda pieza.

-Gracias- comentó Joey mientras guardaba algunas cosas en su mochila y sacaba otras.

-Acabas de lograr una pintura interesante para el proyecto de esta semana. Solo te queda hacer dos más y vas a estar libre para hacer el proyecto final.

El rubio levantó la mirada completamente satisfecho. A pesar de su cero inspiración sus pinturas estaban siempre cargadas de sentimientos, algo que sus profesores apreciaban. Se preparó para hacer otro bastidor cuando sus compañeros comenzaron a llegar, se hizo a un lado y sacó fuera un cuadro con su nombre.

-No recuerdo haber dejado esto acá- lo enderezó frente a él y entornó los ojos.

El recuerdo lo golpeó repentinamente, ahora recordaba que ese cuadro iba a ser el regalo para Duke, estaba preparándolo para San Valentín. Con el ceño fruncido enarboló el cuadro preparándose para destrozarlo pero en el aire desvió la mirada a los colores que este tenía.

Nuevamente lo puso frente a él y lo analizó. Quizás podía hacer algo con el bastidor, al fin y al cabo, la pobre pintura no tenía la culpa, lo taparía con varias capas de oleo para tapar el acrílico y usaría los colores de base. Encontró en el borde del cuadro un collage de flores hachos con tela, esa flor era del tipo que le había obsequiado Duke en su primera cita.

Una sonrisa se extendió por su rostro, había encontrado el tema para trabajar en el proyecto. Y tenía para muchas producciones, acercó la pintura a su boca y le dio un sonoro beso. Por lo menos así iba tener donde centrarse cuando no tuviera a Kaiba entre sus piernas.

Nuevamente sacó un bastidor vacio de su lugar y se sentó en su lugar. Apretó nuevamente los pomos de oleo y comenzó a esparcirlos por la superficie. Con los auriculares otra vez en sus orejas se concentró en el cuadro, el adormecimiento que sentía lo ayudaba a poder expresar mejor sus sentimientos, movía la espátula arrastran los colores y mezclando los pigmentos sobre el bastidor.

Habían muchas técnicas para trabajar sobre el lienzo, el amaba el Collage y la implicación de utilizar diversos materiales sobre las pinturas terminadas.

Se rascó la nariz con la manga de su camisa y volvía a la pintura cuando una mano se posó sobre su hombro derecho sobresaltándolo. Vio al profesor parado junto a él con una enorme sonrisa de complicidad. Bajó la espátula de metal y se concentró en el docente.

-La clase terminó- comentó el profesor.

Joey levantó la vista notó que casi no había nadie en taller. Ni siquiera se había dado cuenta que ya había terminado la clase hasta que le avisaron, se desperezó tan largo como era y comenzó a guardar sus cosas. Algunos de sus compañeros saludaron al aire y salieron por la puerta mientras el profesor se para junto a esta.

El melado abrió la mochila guardando los materiales, pasó los brazos por las mangas de su campera abrigada, se acomodó el bolso a un lado y se dirigió a la salida para seguir a la caravana.

-No te vayas aún Joey- agregó el profesor mientras miraba una libreta en su mano.

El rubio se acercó al hombre y espero que hablara. Se acomodó un mechón detrás de una oreja y deslizó la mirada hacia el salón, solo habían quedado ellos. El sonido de la libreta cerrándose llamó su atención y la puso en el docente.

-¿Vas a participar en la muestra para Brera?- una sonrisa curvó los labios del rubio, por lo visto todos parecían empeñados en hablarle sobre el estúpido concurso.

-No, señor- Joey supo que su profesor estaba sorprendido cuando lo vio abrir la boca y poner los ojos casi en blanco.

-¿No? ¿Así sin más?- se llevó una mano tapándose la boca de la impresión y volvió hablar- Joey de todos mis alumnos de pintura eres el único en el tengo una gran expectativa.

-No tengo ninguna intensión de participar en la muestra- suspiró- no tengo la energía para hacer los trabajos extras para la muestra. El tiempo apenas y si me alcanza para hacer las pinturas para su materia.

-Espera- exclamó el docente tomando el codo del rubio antes de que saliera del salón- Vas a considerarlo aunque sea.

-Claro- Joey sentía que su nariz estaba creciendo por la mentira.

Salió del salón y camino hacia las escaleras. El pasillo tenía ventanas y veía que el sol comenzaba a esconderse, también se notaba que hacía frío ya que los vidrios estaban empañados, con un dedo dibujó en esta y siguió caminando.

Al final del pasillo divisó a Mokuba y Yugi, apretó la correa de su morral y se acercó a ellos. Los  chicos lo miraron fijamente esperando alguna reacción, el más bajo parecía el más alterado de los dos. Aún estaba disgustado pero comprendía por lo que simplemente suspiró y rió.

-¿Vamos?- Joey golpeó con el hombro al de ojos malva- Está todo perdonado.

El más bajo simplemente sonrió, Mokuba soltó aire satisfecho igualando sus pasos para caminar con sus amigos.

Salieron al hall donde estaban sus compañeros marchándose del instituto. En puerta Joey se quitó la corbata y la chaqueta del uniforme, de su mochila sacó un polo rojo y un par de tenis. Sus dos amigos también se cambiaron, iban a llevar a Mokuba por primera vez a un bar gay.

-Bueno...- sonrió el melado con una sonrisa picara- Hoy nos vamos a acostar muy tarde.

Notas finales:

Bueno, lamentablemente tuve que hacerme esperar pero no aproposito. Espero hayan disfrutado del capítulo.

Los dejo hasta la próxima semana.

Besos.

Lila: Humildad.

Aclaraciones:

Criss Angel
  1. Mago

Christopher Nicholas Sarantakos, conocido artísticamente como Criss Angel, es un mago, ilusionista, escapista y músico estadounidense.

  1. Fecha de nacimiento: 19 de diciembre de 1967 (edad 47), Hempstead, Nueva York, Estados Unidos

      Estatura: 1,83 m
      Programas de televisiónCriss Angel Mindfreak
      CónyugeSandra Gonzalez (m. 2011), JoAnn Winkhart (m. 2002– 2006)
      Grupo musicalAngeldust (1997 – 1999)

 

Academia de Bellas Artes de Brera:

 

Patio del Palazzo Brera: Napoleón como Marte pacificador de Antonio Canova.

«Academia de Brera» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Pinacoteca de Brera.

La Academia de Bellas Artes de Brera (en italiano: Accademia di Belle Arti di Brera), también conocida como Academia de Brera (en italiano: Accademia di Brera) es una institución académica pública situado en el centro de la ciudad de Milán -Italia, en medio de via Brera 28. Fue fundada en 1776 por la Emperatriz María Teresa I de Austria.

El principal objetivo es enseñar a la investigación y creativa en el arte, (pinturaesculturagráficafotografíavídeo, etc.) y culturales históricas disciplinas.

En el marco del actual reglamento italiano (MIUR Ministerio de Educación, Universidad e Investigación), la Academia de Brera está incluido en el programa de la universidad en el campo de la Formación Artística y Musical expedición de los títulos académicos a nivel de 1 ° (equivalente a grado) y nivel de los títulos académicos de 2° (equivalente a profesor graduado).

 


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