Bang elevó la vista para toparse con esas orbes cafés que lo miraban con orgullo, soberbia, lo jalo del cuello para besarlo, introdujo su lengua en aquella cavidad húmeda sin darle tiempo al contrario de defenderse, lo sujetó por la cintura pegandolo a su cuerpo, rodeandolo con sus brazos como si no anhelara que el tiempo transcurriera con normalidad, por él había decidido que el inicio de su segunda etapa fuera en el sitio donde lo torturaron, debía enfrentar a sus monstruos antes de convertirse en uno, Jun tenía la llave para que SPM pasará al siguiente nivel o desapareciera esa misma noche, solo él podía darle sentido a su guerra o eliminarla con una palabra, la falta de aires se hizo presente provocando que se separaran, sus miradas se cruzaron y sin buscarlo ambos sonrieron honestamente, se dirigieron a la parte norte para cruzar por una oxidada valla que rodeaba unos edificios aunque esa zona estaba cubierta por tierra o arena aun algunos objetos sobresalen, es como si antes existieran canchas de fútbol, básquetbol entre otros deportes.
—Era un jardín donde obligaban a los primeros niños a practicar un deporte decían que un cuerpo sano les daría mejor resultados.— Comentó Bang señalando la desolada área.— Cuando sus padres los visitaban todo lucia hermoso, un jardín verde con flores bellamente colocadas, ellos no pasaban al interior de las instalaciones sólo podían ver a sus hijos en esta zona, los padres nunca se imaginaron las monstruosidades que les practicaban a sus hijos.
Bang se detuvo ante una vieja puerta, su pasado se aglomeraba en su espalda como un peso muerto que no le permitía continuar o respirar, a sus oídos llegaban las risas de sus amigos convertidas en gritos agonizantes, ruegos que no suplicaban para que se detuvieran sino para que les arrebataran la vida, estaban agotados, cansados de sufrir, una blanca mano se coló entre los delgados dedos morenos del mayor quien ante el contacto se calmó.
—Los padres no tuvieron la culpa, ellos creían que este colegio ayudaba a sus hijos a volverse personas educadas que serían aceptadas en la metrópolis Zero, no tendrían que vivir en los viejos pueblos del desierto. —Continuó hablando para reanudar sus andar sin soltar la mano del contrario.—Sus madres les daban un beso en la frente y les decían “No te rindas, no des un paso hacia atrás, se como una rana saltando siempre para adelante”, ellos sobrevivian solo con la esperanza de un día volver a casa, con su familia.
JunHong se detuvo ante la historia ¿Como Bang lograba saber lo que pensaban esos niños secuestrados? miró de reojo el perfil del mayor lucía pálido, indeciso como si el estar ahí le trajera viejos recuerdos que no quería volver a revivir, ingresaron al edificio su estructura era fuerte debido a que resistió un tormentoso incendio y el inevitable paso del tiempo, los vidrios rotos no daban protección a esos cuartos, no quedaban muebles completos solo el rastro de lo que alguna vez fueron camas.
HimChan ingresaba por la área de la cocina sigilosamente debido a que no sabían si ese sitio era la guarida de sus enemigos o solo exploraban ese polvoso sitio en vano, para JongUp era distinto, su andar era seguro, como si supiera que en ese momento no sería atacado, como si alguien antes ya le contará lo que iba a suceder en esos viejos edificios.
—Aqui inició el incendio, el más jovén de los cuatro grandes se escurrió por los ductos de aire para dejar abierto el gas de la estufa, él conocía los hábitos de cada uno de los empleados del laboratorio.— Susurro pasando sus dedos por encima de los aparatos electrodomésticos llenos de arena, polvo y restos de humo.— Algunos médicos abusaban de los chicos mayores en las noches se adentraba a sus habitaciones, ellos decían “Al final de cuentas mañana morirás debido a que eres un producto rechazado” .— JongUp se detuvo bajo el umbral de la puerta que llevaba al comedor principal, del cual no había rastro.— ¿te imaginas cuanta maldad se creo en estas paredes? ¿No tienes ganas de vengar la memoria de esos niños y niñas? ¿Cúanto daño les causaron?
—Si por cada urbano que muriera uno de esos niños reviviera asesinaría a todos en metropolis.— Argumentó HimChan pasando sus brazo por la cadera del menor para abrazarlo, Up recargo su cabeza en ese pecho.— No puedes pedir justicia cuando cometes los mismos crímenes.
Up trató de no escuchar esas palabras, su hambre por sangre no se podía detener solo porque la persona que amaba no era un asesino sin alma como él, a veces él quería detener su participación con SPM no formar parte de esas filas pero algo en su sangre le gritaba que se lo debía a alguien, que era su deber por ser uno de los hijos de Jepp Blackman, era su castigo por tener en su cuerpo el ADN de uno de los libertadores, uno de los cuatro grandes, se deshizo del abrazo para girarse y colgarse del cuello del mayor lo besó desesperadamente no estaba muy seguro si quería continuar con el plan pero no permitiría que nada le pasará a la persona con la que deseaba estar.
YoungJae tomo asiento en una de las butacas, la habitación que visitaban era la réplica de un salón de clases, era el segundo piso desde ese punto se lograba ver el jardín del centro mientras recorrieron el pasillo en los cuartos el número de bancas disminuida dependiendo del grado que se avanzaba, DaeHyun se recargo en el un viejo escritorio, las ventanas estaban rotas, el Sol parecía avanzar hacia el horizonte en pasos agigantados, como si huyera de algo.
—Esos niños fueron elegidos como conejillos de indias, seleccionaban a los más inteligentes, a los más astutos y fuertes mentalmente porque sabían que la primera parte de un ser humano que se desmorona es su cordura.— Dijo mirando por la ventana, el edificio era cuadrangular en el centro existía un jardín pequeño, muy hermoso, las habitaciones estaban al norte, la cocina a Oeste mientras que en el Sur las oficinas administrativas, era la presentación perfecta de un colegio de alto aprendizaje. —Conforme pasaban los años el número de niños disminuye, cada vez menos soportaban las vacunas, las torturas, los excesos a los que eran sometidos, morían de cansancio, de reacción a los químicos o simplemente perdían la cabeza y terminaban encontrando la manera de suicidarse.
El primer líder de Byakko se quedó sin palabras ¿Como Dae sabía sobre ese lugar? se puso de pie para caminar en dirección al mayor, en su rostro se notaba la tormenta de emociones que suceden en su interior lo guardo en sus brazos, ellos fueron unos bebés que nunca pasaron por los experimentos que tuvieron que vivir los cuatro grandes y sus madres, ellos eran sólo el resultado, no eran culpables ni víctimas.
—Por ellos debemos evitar una guerra entre urbanos y evolucionados, nadie tiene que pagar por los errores de otras personas que jugaban a ser Dios.— Argumentó, Dae se aferró desesperadamente a su espalda, en su pecho una terrible sensación de estar perdiendo la cordura lo aterrorizaba, su deseo por la venganza se despertaba. — Todo quedará en el olvido, nadie sabrá la verdad.
“No es justo” gritó para su interior DaeHyun tratando de rasgar la ropa de su amante, se aferró como un salvavidas a esos hombros “No es justo que Jepp Blackman se ha el único en recordar este infierno cada vez que cierra los ojos es necesario que todos sepan la verdad, que paguen el precio.” se mantuvieron en esa posición hasta que Zico los llamo por el comunicador.
—He encontrado la entrada para los laboratorios.— Su voz se escuchaba amarga.— Esta en el sótano, bajen por los elevadores parecen estar funcionando, me encuentro en PB-3, en la sección Sur.
Una bomba de goma de mascar explota en los labios de un chico de cabello rubio quien dibuja una mueca de alegría al escuchar esa voz anunciando la posición en donde estarán sus invitados, el chico de cabello plateado que se encuentra sentado en la silla se pone de pie sujetando fuertemente su bat, mientras un tercer chico de cabello castaño y mirada seria se incorpora después de estar recargado en la pared, el cuarto que es el mayor y más alto dibuja una sonrisa de autosuficiencia.
—Creo que es momento de darle la bienvenida a nuestros amigos.— Comentó TaecYeon tronando los dedos, de pronto una grupo de 12 hombres aparecieron como si fueran sombras, sus ojos estaban rojos, baba escurría de sus bocas, eran el despojo de lo que una vez fue un cuerpo humano.— Vayan a saludarlos.
Los doce hombres desaparecieron cuando la orden fue dada, Key llevo otra goma de mascar a su boca mientras admiraba sus uñas, RapMon miró por la ventana un par de figuras se deslizandose por los pasillos, la vista que tenían era perfecta, lograban ver los tres parejas de BAP.
—Primero mandaremos a los peones como carne de cañon. —Comentó Hoya dirigiéndose a la salida y metiendo sus manos a los bolsillos de su pantalón.— Jepp Blackman no quiere que lastimemos a ninguno de los integrantes de BAP, solo dijo que a Zico lo molestaremos más de lo normal.
—¿Van a necesitar de nuestra ayuda? —Cuestinó Key mirando tranquilamente su manicure que se acaba de hacer, no estaba muy seguro de querer arruinarselo, Taec negó con la cabeza.— Bueno entonces RapMon y yo iremos al cuarto de control para pasar a la fase dos.
El mayor asintió, los dos mencionados desaparecieron mientras Hoya y él caminaron hacia el elevador no estaban muy seguros de porqué tendrían que hacer este tonto juego pero era una petición importante de su líder, buscaba probar al equipo de BAP, saber si eran lo suficientemente fuerte para soportar una guerra contra SPM.
Bang miró su reloj de mano para despupes dirigir su vista a los números que se dibujaban en ese viejo elevador, era un milagro que continuará funcionando antes de llegar a su objetivo tomó por los hombros a su amante para girarlo y besarlo, lo peor de ese lugar no era la superficie sino los calabozos que se escondían debajo de la tierra, como si ocultando el cuerpo el pecado desapareciera, en esas paredes blancas donde tantos amigos murieron, las puertas se abrieron y un oscuro pasillo se presentó ante sus ojos, YongGuk encendió la linterna que llevaba en su bolso logrando que el sitio se viera más iluminado. “¿Cuando piensas reanudar la luz? Maldita sea Key juro que te castigaré”. Una sonrisa se dibujó en los labios de un rubio que se encontraba en la sala de control presiono unos cuantos botones y la luz volvió al sótano, iluminandolo, DaeHyun y YoungJae dieron un salto al descubrir que ahora esas habitaciones debajo de la tierra eran completamente visible, los pasillos de ese sitio eran blancos como si de un Hospital se tratará. HimChan sacó el arma que guardaba en su chaqueta, estaba seguro que alguien los esperaba continuaron rodando después de varias esquinas su enemigo se formaba, eran sombras negras con ojos rojos que esperaban ansiosamente a su rival, por las dedos de JongUp varias cuchillas aparecieron, estas se clavaban en la punta de sus dedos para que se mancharan de algo de su sangre.
Zico salió de una habitación, la cual era la oficina de unos de los médicos del laboratorio había leído algunos documentos que sobrevivieron al paso de los años, se encontraba horrorizado por lo que había descubierto, imágenes de las diferentes disecciones que probaron en los cuerpos de los niños secuestrados, las fotos revolvieron su estómago cuando la luz se hizo presente logró ver al chico de cabello castaño que lo esperaba recargado en una de las paredes, era un cazador que guardaba la calma para encontrarse con su presa.
—Hola JiHo.—Saludo Hoya girando hacia el mencionado.— ¿Qué te parece si jugamos un rato antes de que la diversión inicie?
Las manos de Zico se llenaron de electricidad lanzó varios descargas a su rival pero este era muy rápido evadió cada ataque son su alta velocidad,, Hoya logró darle un golpe en la espalda causando que el peliazul fuera contra el piso pero rápidamente el atacado se incorporó lanzando descargas electricas a su enemigo.
YoungJae decido abrir una de las tantas puertas que estaban en el pasillo, la curiosidad era uno de sus grandes defectos, el interior simulaba una sala de operación, en el fondo una enorme jaula se encontraba acomodada los instrumentos eran viejos, oxidados pero las actividades realizadas en el pasado continuaban presentes era como volver el tiempo y observar cómo varios hombres de bata blanca recostaban a un chico en la camilla y comenzaban a inyectarles diferentes sustancias mientras otros niños miraban desde la jaula, temerosos de ser los siguientes, DaeHyun desenvainó la espada que llevaba en la espalda, el sonido de varias pisadas llamaban su atención la puerta detrás de ellos se abrieron y cuatro figuras, de rostro desfigurado hacían acto de presencia.
—Cuidado YoungJae.— Gritó el mayor colocándose frente a su amante para defenderlo del ataque,— Debemos salir de este lugar.
Los seres que los atacaban eran amorfos, su fisonomía principal era de un ser humano pero dientes afilados sobresalen de sus bocas, sus manos eran una imitación de garras, eran quimeras, personas fusionadas con animales, Jae elevó sus manos para que varios objetos le sirvieran como protección, escalpelos se clavaron en el pecho de un amorfo que estaba dispuesto a atacarlo, DaeHyun se movio rapidamente tratando de esquivar los afiladas garras de su enemigo clavó la punta de su espada en su abdomen logrando que este evocará un alarido, su rostro se salpicó por una sustancia que debía ser sangre pero el líquido era negro cuando Jae lo observó notó un cierto brillo de fascinación como si disfrutara de usar esa afilada hoja, una y otra vez clavandola en el estómago de esas extrañas figuras.
A los oídos de Bang llegaron los alaridos de las quimeras siendo destrozadas por Daehyun y YoungJae, era seguro que su hermano y Up también estaban siendo atacados pero sus habilidades los salvarían, esas bestias no eran rivales para los evolucionados notó que JunHong temblaba un poco, él era vulnerable en el sótano, era complicado usar su don, se acercó por la espalda para abrazarlo, beso su cuello.
—No es el momento para tus acosos.— Le dijo en tono molesto tratando de evitar que el mayor continuará tocándolo, no quería que se diera cuenta que tenía miedo.— No sabemos qué son esos gritos.
—No debes tener miedo yo estoy aquí para cuidarte, ya no tengo miedo a los fantasmas.— Con una patada abrió una de las puertas dejando ver una ensordecedora imagen, era una aula de tortura.— Ya no tengo miedo al pasado, los muertos no vuelven de sus tumbas, ni los fantasmas pueden lastimarme.
Dos quimeras hicieron acto de presencia saltando hacia la pareja pero Bang elevó las manos, las dos figuras delante de él comenzaron a incendiarse debido a que columnas de fuego salían de sus palmas, Jun miró sorprendido como ese hombre destruía a sus enemigos sin dudar, otras dos figuras aparecieron.
—Matalos, ellos no son humanos han dejado de ser hace mucho tiempo.— Le gritó pero Jun no podía tocarlos, no porque sintiera lastima si no sabia como hacerlo.— No controlas el clima, controlar los elementos provocando los cambios en el ambiente, en esta habitación hay agua, oxígeno, utilízalos a tu favor, ten fe en ti.
El menor cerró los ojos para lograr percibir la gotera de una llave en una de las esquinas, el mismo aire corría a su alrededor nunca pensó que controlará los elementos, y no la naturaleza, las figuras calcinadas por Bang dejaron de aullar mientras sus reemplazos avanzaban hacia el castaño, columnas de agua salieron volando para después convertirse en estacas de hielo que atravesaron a las bestias quien comenzaron a gritar de sufrimiento, se revolcaron en el piso ahogándose en su sangre y sus lamentos.
—¿Qué rayos son? —Cuestionó acercándose a ellos al notar que morían lentamente.— ¿Quienes le hizo esto?
—Son regalos de la SM.— Una voz por el sistema de sonido le dio la respuesta, Key miraba por pantallas digitales a sus invitados mientras RapMon estaba recargado en la pared.— Hace poco descubrimos otro laboratorio de la SM, al ver que los evolucionados eran difíciles de cazar decidieron seguir con otra variante para crear a sus supersoldados.
HimChan elevó la mirada a las bocinas que colgaban de una de las esquinas del pasillo, su brazo se recuperaba de un rasguño mientras Up lo llevaba cargaba del otro ambos se detuvieron para escuchar esa dulce voz que parecía disfrutar del espectáculo.
—Los hombres que asesinaron son presos, asesinos refundidos en la prisión más peligrosa de la metrópolis.— De nuevo la voz de Key inundó los pasillos subterráneos.— ¿A quien le importa la basura de la sociedad? Eran bestias antes de ser cruzadas con el ADN de viejos animales nosotros los liberamos, les dimos un propósito, hay una centena de ellos, deseosos de probar sangre de urbanos o sobrevivientes.
Cada una de las parejas continuó recorriendo los pasillos debían encontrarse en el punto señalado, solo juntos podrían organizar un plan de escape pero los seis sabían que esas quimeras no era lo único que les esperaban, ese conjunto de pasillos eran solo un laberinto que los perdía más o los llevaba en camino correcto, Zico trataba de escapar a su atacante debido a que este solo se limitaba ser un jugador, lo entretenía para no seguir su camino.
—Saben no solo encontramos quimeras en los laboratorios que destruimos también descubrimos una nueva droga.— De nuevo la voz de Key se filtraba por los amplificadores, Bang no detenía su andar, él sabía que seguía en ese juego.— Si la inyectan directamente a los humanos y estos obtienen un nuevo poder pero existe una pequeña consecuencia, los vuelve completamente locos. —La frase termino con una risa macabra.—Los médicos fueron nuestros conejillos de indias.
TaecYeon al escuchar la orden le quitó el seguro a una de las puertas para dejarla abierta y otra docena de personas salieran, estos eran despojos de humanos, su cabello era nulo solo pequeñas matas se ceñía en sus piel capilar, el resto era pasto arrancado con las manos, sus dedos parecian haber sido mosrsqieudados por ratas, o por sus mismos dientes, su aspecto casi cadavérico podría darles un aire de fragilidad pero eran todo lo contrario, esa imagen era destrozada por la fuerza que demostraban al correr por los pasillos, al golpear las paredes, simulaban una corrida ratones hambrientos por cazar a un gato.
—Me gusta que estén en parejas pero creo es momento que se separen.— De nuevo la voz juguetona del chico que masticaba goma de mascar se filtró por las bocinas.— Este es un juego de supervivencia individual.
DaeHyun miró a los ojos de Jae, él aún estaba dentro de una de las salas las paredes comenzaron a moverse antes de que la puerta se cerrara lanzó por la rendija su espada, usó toda su fuerza para abrirla pero fue en vano.
—Usala, nos veremos en la superficie. —Grito por una de las rendijas que quedaba entre el piso y la puerta sellandose.— Huye y no te preocupes pronto nos volveremos a ver.
La puerta se cerró Jae giro su rostro hacia la izquierda del pasillo donde los sonoros pasos de un grupo de personas se lograba escuchar, DaeHyun se recargo en la pared dejándose caer en el piso, los gritos del otro lado del muro lo pusieron nervioso un chico de cabello negro aparecio delante de él, le extendió la mano para ayudarlo a ponerse de pie.
JongUp miró como al final de pasillo varios hombres corrían en su dirección al ver que la puerta de una de las habitaciones se cerraban lanzó a HimChan en el interior, el mayor se opuso pero la fuerza del de cabellos de uva lo sorprendió por lo que fue a dar al otro extremo de la habitación trato de volver pero una cortina metálica sellaba su salida.
—Nos veremos en la superficie.— La voz de Up se escucho mientras los hombres cadavéricos corrían hacia él.— Buscame arriba, nos volveremos a ver.
HimChan golpeó la puerta sellada pego la oreja para escuchar algo pero el silencio era la única contestación, se puso de pie para caminar ahora hacia una puerta que se abría en el otro extremo, Up al ver que todos esos seres corrían hacia él no se immunto miró hacia abajo descubriendo que una mano lo tomaba por el vientre, el olor a fresa de una goma de mascar llegó a sus fosas nasales en cuestión de segundos desapareció ante la la estampida desquiciada de esos seres bestiales.
JunHong miraba asombrado como una enorme pared aparecía de la nada y se interponía entre él y su amante, comenzó a golpear el acero, lo mismo simuló hacer Bang quien fingió querer pasar por el espacio que quedaba pero la rapidez de la cortina de hierro fue mayor a su astucia, sus dedos se tocaron una última vez.
—Nos veremos en la superficie, —Alcanzo a escuchar antes de que la puerta se sellarán con en el piso.— No olvides que estaré esperando por ti.
Bang se incorporó para enfrentar al chico de cabellos plateados que estaba a su espalda este llevaba un bat en las manos ambos sonrieron al verse, el objeto fue lanzado en el aire y el pelinegro lo sostuvo fuertemente.
—Zico es muy fuerte ¿Lo vamos a matar?.— Cuestionó Rap, recibiendo una negativa como respuesta.— Esta bien Jepp.