Un hombre de trajo blanco con trazos negros levantaba del cuello a un sujeto de un traje color azul marino estampo su puño cerrado en ese sangrante rostro, las piernas del hombre del agredido se doblegaron a tal punto de caer sobre el sucio asfalto, al verse en el piso el adolorido ser comenzó a gatear para alejarse pero su atacante no sintió ninguna clase de piedad lo remato con una patada en el estómago causando despegará por unos segundos del suelo, el chico de traje blanco le dio un puntapié en la barbilla la sangre broto recorriendo esa piel morena donde suplicas se lograban escuchar como murmullos en medio de un océano de gritos.
—Este sitio es un lugar con clase si querías un burdel barato ve a otra zona porque aquí no hacemos obras de caridad. —Dijo el chico de unos escasos 22 años quien levanto los dedos al sonido del chasqueo dos hombres levantaron al herido.—Más te vale mantenerte lejos de mis chicas si no quieres que deje una herida más visible en ese bello rostro que tienes recuerda quien soy y dile a tus malditos jefes que más le vale no hacerme enojar.
—No por favor Brain-sama perdóname.— Grito desesperado el hombre moviéndose entre el agarre, el hombre de traje blanco desfundo una navaja desliando la punta a lo largo del rostro del joven. —Por favor deténgase, por favor.
Al líder de Byakko no le importaron las súplicas del hombre así que sin previo aviso dejó una profunda herida del cliente deshonesto al finalizar su tarea observo como se había desmayado por el dolor, una sonrisa perversa cruzo por sus labios en el mundo que ahora vivía se tenía que dar a respetar por medio del terror, el pelinegro dejo caer sus arma para sacar un pañuelo de su bolsa y limpiarse las manos se dio media vuelta para volver por ese sucio callejón que se encontraba atrás de uno de los clubs nocturnos más famosos en la zona oeste de la gran metrópoli Zero, aquella área dominada por el clan Byakko, se le conocía como el lado de la diversión y perversión, burdeles, club de entrenamiento y casinos se dibujaban en cualquier esquina, claro que esos negocios estaban fuera de la ley pero no existía potencia militar que pudiera acabar con los dueños además de que el gobierno corrupto se llevaba una parte del las ganancias, los jefes eran representantes, Yoo YoungJae mejor conocido como Brain era temido por su fría manera de calcular sus ataques parecía no tener sangre en el cuerpo, el chico de traje blanco abrió una puerta para ingresar al club donde vio como una chica que lloraba en el piso rodeada por otras que la abrieron paso al verlo, la sujeto por la barbilla.
—Estas en este lugar por tu propia voluntad y tenemos un contracto.— Le habló fríamente chasqueando su lengua cruelmente.— Las puertas están abiertas si quieres largarte antes de que comentas la estupidez de traicionar al clan pero recuerda que tienes una deuda.
—Él la engaño Brain-sama, él pertenece al clan de los Seryu.—Otra mujer trato de defender a su amiga, el pelinegro levanto la mirada para toparse con la intrusa en la conversación.— Quieren a Krystal para un club, ella es conocía así que mandaron al tipo para que la sedujera y se fuera con los de Oeste.
YoungJae soltó a la mencionada artista de su club nocturno para ponerse de pie miro a todas sus chicas, él no las secuestraba, ni las obligaba hacer nada que no desearan ese era un trabajo como muchos otros, era su decisión aceptarlo o no, era obvio que el hijo del antiguo líder del clan tampoco era un santo miraba a los sobrevivientes como mercancía fácil de intercambiar, desde pequeño el amor al poder y al dinero se le inculco.
—Que les quede muy claro a todas, quien me traicione su destino será la muerte mientras sigan teniendo un contrato conmigo su vida me pertenece.—Hablo en voz alta señalando a todas y cada una de las presentes.— Terminen su contrato y se podrán ir pero jamás las volveré a recibir.
—Lamento interrumpir Brain-sama pero tiene una llamada.—Un joven de cabellos rubios hablo caminado hacia su líder pasándole un celular, el menor cuestionaba con la mirada .—Es el señora Skylar.
El jefe tomo el móvil para contestar la llamada, el joven de rubio les ordeno al resto de las damas volver a su trabajo, en ese enorme edificio de lujo en otra de las áreas, específicamente en la zona del casino un show se llevaba a cabo en la mesa principal donde un chico de traje blanco con líneas negras que no sobrepasaba unos 1.84 centímetros de altura no dejaba de sorprender a los presentes quienes se animaban apostar mientras el joven lanzaba los dados, los jugadores debatían si continuar pero la presión del público los invitaba a lanzar por la borda su cordura aunque ya llevaran demasiado perdido, la gente siempre esta hostigada a cumplir los status de las masas algunas chicas coqueteaban con el segundo líder del clan más fiestero de la metrópoli, este solo les contestaba con una coqueta sonrisa, pequeños guiños y uno que otro piropo aunque solo tuviera 19 años eso no le detenía a disfrutar del mundo que lo rodeaba, los alardes se detuvieron cuando un hombre se puso de pie golpeando la mesa.
—Eres un tramposo.—Grito bastante furioso el sujeto provocando que la sonrisa del anfitrión se borrará.—Es imposible que me ganaras pedazo de mierda.
—Recuerda quien soy.— Le contesto el menor dándole una patada a la mesa y mandado a volar las cartas de un rápido movimiento lo tomo por la espalda.— No te permito que me insultes en mi casa.
Zelo saco su arma para apuntar su cañón en la frente del detractor quien se congelo por tal amenaza los presentes comenzaron a ponerse nerviosos pero algunos guardias se acercaron para disolver el aglomerado de personas invitándolas a ir a otras mesas de apuestas nadie se opuso o defendió al sujeto debido que todos eran conscientes que los líderes de Baykko tenían muy poca paciencia, eran conocidos por su alma fiestera pero también se escuchaba sobre su cruel forma de vengarse cuando alguien les faltaba al resto, el castaño soltó una carcajada cuando noto que el tipo en el piso comenzaba a llorar de terror, le dio una patada en la quijada dejándolo noqueado.
—Hey Jun tenemos una reunión en el Sur así que alístate que es dentro de un par de minutos.— Interrumpió el pelinegro dándole su sombrero al menor quien agradeció su gesto.— Borra tu sonrisa que es una reunión con los otros líderes.
—Aborrezco ver sus caras, son tan odiosos.— Dijo el menor inflando sus mejillas mientras se despedía con la mano de un par de chicas.— No toleró lo enfermos que llegan a ser los del equipo Genbu, son unas bestias he escuchado que se toman la sangre de sus enemigos ¿Serán vampiro?
El mayor soltó una ligera sonrisa por las ocurrencias de su compañero, los dos jóvenes fueron escoltados hasta la salida donde una elegante camioneta los esperaba, el mayor llevaba el nombre de YoungJae Yoo, era el hijo del último líder del clan mientras el segundo era JunHong Choi, un jovencito que fue adoptado por la familia.
En una bodega lejana en la zona Oeste un joven de un elegante traje azul saludada a un hombre mayor, ambos aliados sonreían mientras conversaban sobre su recién negocio firmado, el señor ordeno a sus hombres que sacaran una de las cajas que estaban a punto de comercializar con los líderes del Oeste dos guardias dejaron caer en el piso una caja en medio de ambos hombres y la destaparon ver dejar al descubierto su contenido, varios frascos de origen medico se podían ver, aún las etiquetas estaban pegadas, el joven de cabello negro tomo uno de los objetos destapándolo vacio un par de pastillas en su palma extendida y sin pensarlo se las tomo ante la cara de incredulidad del hombre quien retrocedió un par de pasos.
—¿Qué haces? Es medicamento muy peligroso.—Grito asustado el señor de largas patillas dando pasos hacia atrás, buscando alejarse lo más posible, sus movimientos se detuvieron cuando sintió que alguien lo sujetaba por la espalda se giro para encontrarse con una despiadada sonrisa de ultratumba.— ¿Qué significa esto?
—Te atreviste a mentirme, a tener más clientes esta mierda no es lo que acordamos.— Bufó molesto el líder de Seiryu dejando caer el contenido del frasco, aquellas píldoras blancas golpearon el sucio suelo.— Era tu última oportunidad para recuperar mi confianza pero has fallado, temo que no son necesarios más tus servicios.
El joven que sujetaba al traidor mordió su pulgar para que una herida su formara una gota de sangre broto y una línea se formo, el chico de cabellos purpuras sonrío para después colocar su pulgar sobre los labios del hombre quien comenzaba a moverse desesperadamente que ese liquido escarlata entro en contacto con la lengua del atacado provocando que su corazón se detuviera, la muerte del traidor fue instantánea ¿Natural? El joven dejo caer el cuerpo, chupo su propio dedo deteniendo el flujo, se acerco a su compañero para observar los frascos detenidamente.
—¿Crees que Genbu no quiera robar nuestro negocio? —Cuestiono el hombre de cabello color uva acomodándose los lentes también tomo uno de los frascos oliendo su interior.—No es lo que nos prometió pero nuestros contactos nos aseguraron que el cargamento salió de los laboratorio del Este, alguien los robo en el trayecto.
—Los malditos maricas del grupo Seiryu no nos dejaran investigar cómodamente pero tampoco dudaría que los demonios de Genbo tuvieran algo que ver.—Contesto DaeHyun dándole una patada al hombre que estaba muerto.—Me fastidian los traidores debemos ir al Sur ya que hay una reunión con Skylar.
El menor torció los labios molesto no le agradaba las reuniones con los líderes del sub mundo de la metrópoli Zero, en la zona Oeste se decía que existe el mercado negro más grande del mundo, de lo que queda de él después de la gran guerra, se dice que puedes encontrar todo a cómodos precios, sustancias legal o ilegales, mercancía de contrabando de otras metrópolis cercanas, los dueños de esa zona podían conseguir cualquier objeto por extraño que fuera, las tiendas de suministros, los mercados y puestos de baratijas solo eran fachadas para los negocios más oscuros, Jung DaeHyun y Moon JongUp eras los dos líderes que representaban al clan Seryu, dos chicos divertidos pero también tenebrosos se corría el rumor que era fríos asesinos que se escondían entre las sombras para acabar con su presa pero también fieles amantes a seguir los códigos morales que el antiguo jefe les dejo.
—¿Oye qué paso con los guardaespaldas del traidor ¿—Cuestiono alegremente el mayor mirando a su alrededor, el muelle se veía en calma al notar que su compañero sonreía negó con la cabeza.— Deberías dejarme algo para divertirme siempre soy el que hable y tu eres el de la acción.
—No niegues que te encanta hacer tus discursos y ser el centro de atención después de la reunión ¿podemos ir a visitar a las chicas de Tiny G? —Contesto el menor pasando sus brazos por detrás de su cabeza.— ¿O ya te volteaste como el líder de Bakyo? Ese marica es lindo pero no deja de ser un hombre.
Ambos jóvenes soltaron una risa mientras caminaban por la vieja estructura de un antiguo muelle en teoría años atrás existía un bello lago en esa parte de la metrópolis pero el cambio climático modifico la estructura del mundo, el clima dejo de ser predecible y se convirtió en el enemigo del ser humano, las metrópolis crecían dentro de enormes paredes que protegían a los sobrevivientes de fuertes ráfagas de aire además de que los eternos desiertos entres las ciudades eran muy largos.
Dos figuras estaban sentadas en el borde de un edificio por el callejón observaban a un grupo de personas que llevaban a un hombre encapuchado cargando al cual dejaron abandonado en una banqueta en un desolado parque, o lo que quedaba de uno, los secuestrados desaparecieron entre las sombras de los edificios que rodeaban esa zona, el prisionero llevaba hecho jirones su ropa mostraba existían claras señalases de tortura, los dos líderes del techo solo miraban fijamente a su presa, uno de ellos, el que llevaba un sombrero se asomó a una portátil que estaba sobre una mesa, una sonrisa se dibujo en sus labios.
—Han depositado el dinero del rescate.— Pronuncio fascinado el menor quien aplaudió pero sus ojos quedaron abiertos cuando un nuevo mensaje arribaba a su bandeja. —Ofrecen lo doble por matarlo, es nuestro cliente inicial.
El hombre de negro que continuaba viendo al prisionero saco una rifle enfoco a su presa, en el visor del arma se lograba ver el pecho del secuestrado bajar y subir pero el atacante decidió quitársela tenia mejor vista que esas cosas, de un momento a otro el sujeto de la banca cayó abatido por una bala insertada perfectamente en su frente, una exclamación de alegría salió de los labios de su acompañante quien salto de alegría por ver el nuevo saldo que había en sus cuentas bancarias, el clan Genbu era el más cruel de los cuatro, su línea de trabajo simplemente no era la más inocente, su área en la metrópolis era el Norte, se podría decir que en términos generales la más segura pero también la más peligrosa, el único mercado que se manejaba en ese lugar era el de las armas y las vidas de las personas, era un semillero de asesinos fríamente entrenados, los representantes eran Bang YongGuk y Kim Himchan ambos personajes bastantes perturbadores y sádicos.
—Cumplimos con nuestro trabajo lo liberamos, obvio que lo asesinamos después de que lo soltáramos.—Comento el pistolero bajando su arma, una sonrisa se esbozó en su rostro haciendo un hi5 con su amigo.—Diles a los chicos que la reunión será mañana temprano ahora debemos ir a visitar a Skylar.
—Está bien Jefe.—Contesto con su típica sonrisa el menor cerrando la portátil no sin antes enviar un correo tomo la bolsa para después alcanzar a su amigo que ya se había alejado.— Sabes la otra vez escuche que los del Oeste querían establecer un club nocturno, no puedo creer que esos bastardos le quieran bajar el puesto a las muñequitas de porcelana aunque honestamente no iría dicen que será solo para heterosexuales no sabía que esa palabra existiera.
El hombre mayor soltó una risa durante el paso de los años muchas palabras, creencias, ideales del viejo mundo se borraron, la nueva civilización creo sus propias normar morales, homosexualidad, heterosexualidad, matrimonio, religión, fueron de los conceptos que con se eliminaron, los sobrevivientes amaban a sobrevivientes, no les interesaba su género, ni su color de piel, solo el concepto de tener sexo era el mismo, satisfacer sus bajas pasiones era lo que importaba.
Los dos hombres viajaban en un auto ambos observaban como las calles descoloridas se presentaban ante sus ojos un pequeño reten los detuvo pero al presentar su identificación los dejaron acceder a la zona, la metrópoli Zero era la ciudad más grande del mundo su forma era ovalada y enormes muros la protegían del exterior, nadie tenía muy claro que había después de las paredes debido a que no era común salir de la ciudad además de que las metrópolis cercanas quedaban a kilómetros, además esos muros existían para protegerles, en el centro de la ciudad enormes torres sobresalían su color blanco indicaba que era la zona más rica, solo personas con enormes fortunas lograban vivir en esos edificios para el resto la ciudad se dividía en cuatro sectores, cada uno dominado por un clan, la zona Oeste donde la diversión y el espectáculo estaba repleta de casinos, burdeles, club nocturnos, esa sección se encontraba bajo las ordenes del grupo Byakko, al contrario en el Este el intercambio de mercancías era su giro de negocio principal, cientos de comercios tenían a la venta cualquier tipo de productos, atestaban las calles, mercados de comida, medicinas, ropa y entre otros objetos, el control de esa sección lo llevaba el grupo Seiryo, el norte era la zona más oscura, entre comillas tranquila, fría y claramente la más lejana, una vieja zona industrial donde era difícil vivir debido al peligro de esas empresas pero lo que más escondían esa sección era su pequeño barrio de asesinos, sicópatas, pistoleros que llevaban a cabo trabajos para algunos hombres que vivían en las Torres hasta la misma policía acudía a ellos para resolver algún disturbio en la metrópoli, Genbu era el clan a cargo de esa área, por ultimo estaba la sección del Sur la parte de la ciudad más tranquila y prospera después de las Torres era el mejor lugar para vivir, su giro comercial era algo más extraño que el del resto se dice que tiene un trato con el gobierno de la metrópoli para llevar un orden entre los clanes además de extorsionar a los hombres que viven en las Torres, a esas personas se les conocían como los nobles, en referencia al sistema clases sociales utilizados en la edad media, ciento de siglos antes, los líderes de Suzaku son los intermediarios entre ellos (nobles) y los urbanos (el resto de las personas viviendo en la ciudad), el auto se detuvo delante de una enorme casa los dos jóvenes bajaron solo un par de personas se encontraban en la puerta invitándolos a entrar cuando cruzaron el umbral una corriente fría congelo sus cuerpos acomodaron sus respectivos sombreros y caminaron por un pasillo llegando a la única habitación iluminada donde dos hombres ya los esperaban.
—Con razón el olor a verdura podrida me llegaba, aquí están los comerciantes de la zona Este, para ser vendedores usan buena ropa—Dijo fríamente HimChan tocando el prendedor que colgaba del traja de DaeHyun quien solo le dio un manotazo para que no lo tocará.— Anda no te enojes sabemos que son los obreros de la metrópoli.
—Quien apesta aquí son ustedes.— Interrumpió JongUp simulando olfatear el traje del pelinegro.— Apestas a aun animal muerto, ah es verdad es tu alma la que está podrida es mejor que cierres la boca cuervo carroñero.
HimcHan chasqueo la lengua fastidiado odiaba al resto de los clanes exceptuando a Suzaku ya que por el líder sentía una gran empatía rápidamente dejo a los dos chicos de azul para sentarse a lado de su amigo quien solo reía fascinado por la confrontación, el pelinegro soltó un suspiro en señal de que se encontraba aburrido solo pasaron un par de minutos para que dos jóvenes hicieran acto de presencia, los dos recién llegados llevaban trajes color blanco, más elegantes y espectaculares que el resto no saludaron a los presentes solo tomaron sus respectivos lugares, un aire de incomodidad se hizo presente en esa pequeña habitación.
—Ese traje hubiera quedado mejor sin el pantalón muestra tus piernas blancas pequeña muñeca.—Hablo YongGuk levantando la falda que colgaba del traje de Zelo, quien se había sentado a su lado, rápidamente el menor le soltó un golpe pero el mayor logró esquivarlo.—Anda no seas tan agresiva tengo el suficiente dinero para pagar por una sonrisa tuya.
—Yo que pensé que los únicos maricones en este lugar serían los del clan Byakko.—Bufó DaeHyun cruzando sus brazos sobre su pecho.—Aunque no hay mucha diferencia entre ustedes ambos grupos son una escoria.
—Es mejor que guardes silencio retrograda solo eres un comerciante de quinta.—Contesto YoungJae poniéndose de pie para intercambiar lugar con Zelo quien estaba a punto de sacar una arma de su traje, seguía siendo un niño que se enfadaba a la primera provocación.—Por favor no te des golpes de pecho DaeHyunnie claramente reprimes tu deseo sexual.
Una risa escapo de los labios del grupo Genbu, Bang miro de reojo a Jae relamió sus labios fascinados por su belleza, hombres, mujeres para él no importaba el género que tuviera su pareja ya que al final terminaría él siendo el rey, lanzó su cabeza hacia a un lado para guiñarle el ojo a Zelo y enviarle un atrevido beso, el castaño no soporto más el acoso y saco un pequeño cuchillo de su manga derecha lo lanzó, el pelinegro no se inmuto ni por un milímetro dejo que el arma siguiera su curso pero antes de llegar a su frente el objeto se detuvo, los asistentes miraron a las dos personas que acaban de arribar una chica delgada tenía su mano extendida cuando la cerro el cuchillo cayó en el piso.
—Les suplico que respeten mi casa.— La mujer dijo sonriendo tranquilamente.—Tenemos que hablar de un negocio que les interesará ampliamente.