JunHong entraba de puntillas a su casa lamentablemente después de abandonar la reunión de la hermana de Bang la pareja se distrajo al ir al centro comercial donde Jun recibió varios regalos patrocinados claramente por su pareja eran las 9 de la noche, agradecía que su tarea la hubiera terminado el sábado en la mañana trato de no hacer ruido para evadir la regañiza que tal vez le aplicaría su progenitora, Jae le llamó a las 3 de la tarde diciendo que su madre se había presentado buscandolo y no tuvo otro remedio que decirle que esa mañana se había marchado con unos amigos.
—Creo que tenemos una platica pendiente.— La voz de una mujer detuvo el andar del pelirrosa quien dejó caer al piso las bolsas de ropa que llevaba.— ¿que es todo esto? .— La mujer observó las prendas miró las etiquetas sorprendida por el precio.— JunHong no quiero ser paranoica pero últimamente llegas muy tarde a casa, traes chupetones en tu cuerpo, te vas fines de semana enteros con tus amigos y ahora esta ropa.
—Hoy nos juntamos los chicos de skate para repartirnos el premio del torneo que ganamos y pues tenía algo ahorrado.— Trató de justificarse el menor recogiendo las bolsas y escondiendolas a su espalda.— Lo siento en verdad mamá se me fue el tiempo, sobre las marcas.— Sus mejillas se pintaron color carmín.— Tengo una pareja.
La señora soltó un suspiro ella quería confiar en su hijo ¿Pero cómo podía hacerlo si le mentía? su deber como madre era protegerlo de personas que pueden provocarle daño, de cuidar que nadie lo lastime estaba segura que Jun era un buen hijo solamente que en las últimas semanas tenía una mala influencia.
—¿Por qué no me contaste sobre la persona que sales? La hubieras invitado a la fiesta.— Volvió a comentar tratando de sonar seria.— Entiende que solo tienes 16 años y que el mundo es muy peligroso para ti, quisiera decir que soy tu amiga pero no lo soy, mi papel es ser tu madre, cuidarte, protegerte, tal vez te moleste mis castigos pero debes entender que hasta que seas mayor de edad y puedas mantenerte seguirás mis normas.
—Mamá no te dije de mi pareja por qué no es ella y es él, no estaba seguro cómo lo tomarías.— Trató de sonar maduro pero su lado adolescente le gritaba que su madre se equivocaba, que era una paranoica.— Prometo que no volverá a pasar.
La señora Hana se mantuvo firme los hijos siempre ven a los padres como carceleros, buscan comerse al mundo cuando el mundo los puede devorar y sumergirlos en el peor de los infiernos, la frase puede ser trillada pero es real, nadie tiene control de su propia vida hasta que ese alguien pueda pagarla por sí solo.
—Tienes negadas todas las salidas por un mes, terminando el colegio quiero que llegues a casa y vas ayudarle a tu tia con la florería.— Habló la mujer seriamente, Jun se molestó por el castigo.— Los fines de semanas los pasaras con nosotros no saldrás solo, ni con tu primo quien resultó ser un alcahuete, tu novio tal vez también ha sido regañado por su padres son todavía unos niños para que se la pasen fuer ade casa.
—Eso es injusto tengo algunas fiestas, mis calificaciones han mejorado porque así lo has querido.— Le contestó furioso.— No puedes castigarme solo por llegar tarde he pasado el día con él, podemos cuidarnos.— Trató de justificar, se detuvo ya que no podía decirle que estaba saliendo con su profesor de Arte, el problema se haría mayúsculo. —Eres tan molesta cuando te pones en ese plan.
Se metió en su cuarto azotando la puerta, la señora trató de hablar pero era imposible, los adolescentes sólo escuchan sus propios pensamientos cuando todo el mundo les dice que han cometido una error.
Bang no paraba de reír ante los pucheros que hacia su pareja era obvio que lo regañarían por pasar todo el día fuera sin pedir permiso, Jun se incorporó dando un leve golpe en el hombro al mayor, le molestaba que lo tratará como un niño, durante la conversación omite el castigo de los fines de semana solo le contó que día ayudar a su tía en la florería, trató de colgarse del cuello del mayor pero este se negó.
—Podrías dejar de burlarte de mi. —Le contestó enojado debido a que le molestaba que no lo dejara tocarlo en el colegio.—Mi madre se ha vuelto una loca manipuladora.
—Guarda un poco de respeto al ser que dio la vida. —Lo regaño despeinando su cabello con un gesto serio, Jun no estaba de buen humor, odiaba ser tratado como un niño.—Ella tiene razón no puedes andar en la calle tan noche, eres un adolescente que debe tener cuidado.
JunHong se pusó de pie fastidiado de que Bang no lo tratará como un igual, comenzó a caminar en círculos mientras su pareja suspiraba cansado, YongGuk al notar ese gesto serio trato de huir no estaba dispuesto a enfrascarse en una pelea sin sentido.
—¿ya te vas? —Le cuestiono con cierto aire de incredulidad. —Se supone que eres el adulto y te marchas como un cobarde.
—Solo evito un escuchar un berrinche de tu parte.— Le contestó ofendido por sus adjetivo.—Ya suficiente tengo con tratar con mocosos para que ahora tú vengas con tus ataques de niño mimado. —Se detuvo al decir las palabras, no era su intención tratar de menospreciar por su edad. —Actuemos como adultos.
Zelo negó con la cabeza para salir dando un portazo en la puerta, el pelinegro jalo su cabello desesperado por esa razón no le gustaba tratar con niños que estaban en camino a convertirse en jóvenes, ni siquiera adultos, Bang ya había pasado por esa transición, la más aberrante en lo que llevaba de vida, corría para alcanzar la etapa de adulto, donde sus inseguridades, la necesidad de cariño, sus deseos carnales se vieran calmadas por su propia voluntad. Ambos personajes hicieron hincapié en su soberbia teñida de vanidad por ello no se enviaron mensajes, no hablaron más que lo esencial en clases, no buscaban bajar la cabeza debido a que ninguno de los dos quería admitir que se estaba equivocado, la última vez que sus miradas se cruzaron fue cuando el profesor caminaba por el jardín dirigiéndose a la salida, JunHong se encontraba rodeado por varias chicas que lo trataban de convencer que participará en la obra escolar para semana cultural.
—Como me gustaría regresar a mi época de estudiante, tenía tantas fans como ese chico Choi.—Ryeowook comentaba suspirando, Bang dejó de mirar al alumno para continuar con su andar.—No creo que tu fueras muy popular.
—Odiaba la escuela no por las clases sino por tener que convivir con personas de mi edad.—Finalizó aumentando la velocidad, todavía no se acostumbraba a que el profesor más hablador del colegio fuera un “compañero-amigo”—¿estas seguro que no hay problema con que me lleves?
El más bajito negó con la cabeza, los dos profesor subieron al auto del mayor para después arrancar, el mar de chicas que acosan a Jun detuvieron sus movimientos para inciar a conversar sobre la huida de los guapos maestros.
—Hacen tan hermosa pareja dicen que Wookie Oppa es todo un conquistador ¿Creen que el profesor Bang haya caído? .—Una voz femenina hablaba mientras el resto reía. —Hacen una pareja hermosa.
JunHong chasqueo la lengua molesto, no le había gustado que su novio se fuera con el profesor más alegre, guapo, divertido del colegio, mordió su labio inferior nervioso “En términos generales Bang no es gay, esta saliendo conmigo porque soy especial pero ¿Qué le atrae a Guk? ¿Hombres o mujeres? ¿Ambos? ”
El fin de semana llegó, Jun trató de mantenerse tranquilo durante el día buscaba cualquier pretexto para escapar de casa pero su madre no se separaba de él ni un solo minuto maldijo para sus interiores quería ir a casa de su novio para hacer las paces, no podían continuar peleando, no cuando el chisme de que el profesor Woookie estaba interesado en él, le había costado demasiado declararse solo para que ahora un aventurero se lo quitará, al llegar la noche el menor salía de tomar un baño par dirigirse a su habitación en ese momento su madre lo detuvo.
—¿Que también vas a dormir conmigo? No te preocupes mi novio tampoco lo dejan salir de noche.— Habló fríamente no soportaba la idea de ser más controlado.— Ya mi fin de semana esta echado a perder, deja que duerma en paz.
—Jun mañana podrás levantarte tarde, Nam y yo iremos a visitar a una tía a Busan, te has portado bien así que no te despertaremos temprano .— Contestó tristemente la mujer.— llegaremos como a las 10, te confiamos la casa.
El menor asintió al momento de entrar a su cuarto, busco ropa para cambiarse, podía ir al estudio a ver a Bang y pasar la noche con él, sabía que sus padre se irian a la cama temprano debe a que el otr día viajaron casi de madrugada a Busan, se arreglo afanosamente, se puso un pantalón negro ajustado, una camisa negra con un atrevido estampado y su chamarra nueva, su mascada azul marino adornaba su bello cuello, pasada una hora después de que sus padres apagaran las luces de su cuarto se dispuso a escapar, un taxi lo esperaba en la siguiente calle, al llegar a la empresa el vigilante le dio chance de pasar debido a que ya lo conocía.
Bang se estiraba aburrido en su silla, jugaba un tonto videojuego en su computadora esa noche no le apetecía estar en su casa, ya que cada rincón le sacaba en cara de que extrañaba a su pareja, un suspiro escapó de sus labios no quería admitir que estaba celoso, odiaba ver rodeado a su novio de niñas con rostros lindos, con hombros pequeños, con cabellos dorados largos y suaves, todo el día lucho contra su propio orgullo para no enviarle un mensaje proponiendo ir al cine, no soporto más así que sacó el móvil de su bolsillo, era noche pero quería escuchar su voz.
—Siento haberte llamado niño infantil, en los últimos días ambos nos hemos comportado como unos mocosos.—Soltó sin dar permiso a que el menor dijera hola, Bang rasco su barbilla sonrojado agredecia que hablaran por teléfono.—No quiero que nuestra pelea sea por comentarios infantiles que ambos dijimos.—El silencio causó que el pelinegro se tensara.—Anda contesta no seas un chiquillo, te quiero y no busco más discusiones.
—¿porque diablos eres tan perfecto? —Grito conmovido el pelirrosa abrazando por la espalda a un sorprendido pelinegro.—Sé que tuviste que tragarte tu orgullo como yo lo hice al tomar el taxi.—Guk se giró para ver la mirada quebradiza del menor.—Yo también te quiero.
Sus labios se unieron en un necesitado beso, las manos de Bang se apoderaron de esa cintura estrujandola contra si, se sorprendía de lo mucho que había extrañado esa situación, ese calor envolviendolo, su mente se ahogaba en oleadas de felicidad.
—No quiero romper el encanto ¿Pero que haces aqui? —Suspiro separándose un poco del pelirrosa acariciando sus mejillas.—Tu madre va volver a castigarte hasta que cumplas 18.
—Me ha dejado pasar la noche con Jae, es una recompensa por mi buen comportamiento.—Mintió colgándose de su cuello besando sus mejillas.— Menti al decir que vería una película con él pero en verdad te extraño.
Sus labios se volvieron a unir en un desesperado beso, el agarre del mayor se volvió más intenso, sus dedos fueron abriéndose paso bajo aquella camisa negra, la chamarra negra ya había sido lanzado en el piso, Bang arrastro al menor hacia la pequeña mesa donde lo obligó a sentarse se acomodo entre sus piernas le quito la camisa dejándolo desnudo, sus labios iniciaron un recorrido descendente pasando por sus clavículas blancas que terminaron siendo tatuadas por dientes ansiosos, una resbaladiza lengua mojo el pecho, abdomen y termino torturando un ombligo.
—Esta noche no creo pueda detener mis impulsos. —Confesó el mayor bajando un cierre con los dientes. —Di que me detenga en este momento.
Bang uso la punta de su lengua para acariciar la ropa interior del pelirrosa la cual ya mostraba una mancha húmeda parecía estar conteniendo un volcán apunto de entrar en erupción.
—No quiero que te contengas. —Dijo en un suspiro tratando de disimular su gemido, sus dedos se posaron en los hombros de Bang para obligarlo a incorporarse al tenerlo de frente nerviosamente lo despojó de su camisa blanca dejando a la vista aquella piel morena con marcas negros, las yemas de sus dedos blancos entraron en contacto delineando cada trazo con suma delicadeza es como si explorara por primera vez el cuerpo de alguien más, tan conocido pero a la vez tan extraño.—¿Nadie va entrar?
Bang negó con la cabeza posando las palmas de sus manos sobre las del menor para que continuaran tocándolo, le agradaba la sensación que sus células perciben por esas nerviosas caricias acercó más su entrepierna a la de su contrarío para que pudiera percibir lo mucho que lo deseaba, lo ansioso que estaba por poseerlo, nuevamente sus labios se vieron enfrascados en una pelea de poder, sus lenguas se frotaban sin pudor un hilo de saliva los unía, sus mejillas estaban sonrojadas, los rojos labios de Jun comenzaron a esparcir besos por el cuello del pelinegro, mordió varias zonas para marcar su territorio se aferró a su espalda acariciandola, rasgando la anhelaba fusionarse en ese instante con él, es como si la piel les estorbara, una mano de Bang bajó por la mesa para abrir el cajón y sacar algo.
—¿por qué tienes algo como eso ? —Cuestionó celoso y apenado.— ¿Con quien lo usas?
—HimChan me lo dio hace unos días lo dejé aquí debido a que si lo tenia en casa me tentaria a usarlo.—Contestó dándole un beso en la punta de su nariz, con la mano libre terminó de quitarle el resto de ropa, Jun se sonrojó al verse completamente desnudo escondió su rostro en el arco del cuello del mayor.—Eres tan adorable, recuerda que es la primera vez para ambos.
El tono de su voz fue débil, carece de la tipica seguridad con la siempre Bang hablaba, vertió un poco de ese líquido en sus manos para después dirigirse a la excitación del estudiante quien arqueó la espalda por el contacto, embadurno aquella zona con suma delicadeza, un sonoro gemido escapó de los lahios de Zelo al sentir como un elemento externo se introducía en su entrada, al inicio era incomodo pero al verse conquistado por el movimiento aceptó un segundo, sus caderas se levantaron un poco al sincronizarse con la invasión de un tercer elemento.
—Estás tan caliente por dentro que siento que vas a derretirme si me introduzco en ti.— Le susurro sensualmente al oído mientras su lengua delineaba su lóbulo, las manos de Jun se aferraron con más fuerza a esa espalda.—Eres tan bello que juro que las estrellas en las noches se opacan al ver el brillo de tus ojos.—Comentó dulcemente acercando más su entrepierna.— Te quiero JunHong, te quiero.
— No sigas hablando en ese tono, no soy una niña.—Le regaña apenado escondiendo su rostro en ese pecho, mordiendolo.—No temas lastimarme, no voy a llorar, no soy una mocosa colegiala, soy un hombre enamorado.
Nuevamente sus labios se encontraron hambrientamente, los dedos de Bang salieron de ese rincón causando un ligero quejido, el sonido de un cierre se escuchó, Jun cerró los ojos al sentir una punta húmeda en su entrada, lentamente YongGuk se fue abriendo paso entre las apretadas paredes de su pareja, el calor que lo rodeó fue inimaginable, jamás en sus anteriores experiencias había percibido tal presión que lo eleva al cielo, poco a poco fue moviéndose, con sus manos separo un poco los muslos blancos del menor.
—Mira.—Ordenó el pelinegro, una de sus manos obligó al pelirrosa a bajar la mirada.—Observa la manera que me absorbes, la forma que entro en ti.—Aquella escena elevó el color rojo de las mejillas de Jun, el ruido de sus cuerpos haciendo ese movimiento lo sumergió en el placer elevó un poco las piernas para darle mayor acceso.—¿te gusta? para mi es como estar en la gloria.
—Más fuerte, YongGuk vente dentro de mi, quiero que tu aroma se quede impregnado desde mi interior.—Gritó aferrándose más a esa espalda, sus dientes se clavaron en ese hombro, lamieron ese pecho tatuado.—Juró que aunque pasen los años recordaré esta noche, la perfecta forma que encajaste en mi, te quiero.
JunHong arqueo la espalda, su cabeza fue echada hacia atrás, Bang aprovecho para morder sus pezones, los dejo rojos por la manera tan voraz que los trato, los gemidos aumentaron de intensidad Zelo llevo una de sus manos hacia su excitación para atenderla pero el mayor se lo impidió, con la mirada le ordenó que se tendría que venir solo por la sensación de ser invadido, las embestidas aumentaron y la poca voluntad de pelirrosa se vio evidenciada al gritar que no podía aguantar más, Bang le pidió venirse juntos, un grito fue la señal para dar por terminada la primera ronda, JunHong percibió como algo en su cuerpo inicia un fuego que fue convertido en lava blanca que escurrió por sus músculos, las abdominales de ambos también se vieron manchadas, sus labios se volvieron a tocar, sus frentes sudorosas se encontraron, ambos rieron cansados y fascinados por esa íntima situación, el profesor cargo a su estudiante para después sentarse con él en un sillón.
Bang posaba sus labios en los hombros desnudos de su amante, sus respiración se volvía pausada, se sincronizaba con la del menor que recargaba su espalda en el pecho del mayor, sus manos estaban entrelazadas, por fin habían dado un paso hacia adelante caminaban al siguiente nivel, el silencio en ese frio estudio era reconfortante, su secreto se mantendrá sellado en el sitio donde la música se creaba.
—¿Crees que tu madre te de permiso para la fiesta de Maslo? —Cuestionó el mayor echando la cabeza hacia atrás mientras deshacía el agarre y volvía acariciar el pecho blanco.—En verdad quiero estar contigo en ese lugar, quiero presumirte, besarte frente a todos, al terminar ir a mi departamento y volver hacerte mío.—Confesó llevando sus labios a esa nunca para besarla, continuo las caricias en las orejas y cuello.—Eres tan perfecto, me estoy volviendo loco.
—No creo que haya problema.—Volvió a mentir girando para colgarse de su cuello y volver a besarlo. — ¿Qué te parece si lo volvemos hacer?