La oscuridad de la noche llego a cubrir todo el parque donde se habían quedado a dormir.
A nadie molestaban en su burbuja donde solo existían ellos pero la sociedad siempre estaba en contra de ellos… siempre.
Ya se habían vestido y dormitaban abrazados en el corto césped murmurándose lo mucho que se amaban y…
Una sórdida luz blanca les hizo despertarse.
Los dos oficiales de antes… Esos dos policías cubrían parcialmente la luz caminaban hacia a ellos con no muy buenas intenciones.
-¿Pero qué coño pasa? – pregunto Kid enojado al ver que se detenían frente a ellos.
Pero lo que no vio fue el golpe que le dio de lleno en el estomago para dejarlo sin aire por algunos minutos.
-Ve a por el otro Smoker. – ordeno con voz tranquila el policía que ya estaba esposando a Kid.
-No tienes que decirlo Aokiji. – el mencionado agarro a Law por la sudadera para golpearlo en la cara pero…
Kid se había abalanzado sobre el para que no tocara un solo cabello de su moreno.
-¡Corre Law! – le grito el pelirrojo para empezar a repartir golpes a los dos hombres de la ley.
Law le miro aterrado pero asintió con la cabeza y salió corriendo para perderse entre la vegetación.
-Mierda. – volvió a golpearle pero ahora en la cabeza para desequilibrarlo haciéndole una herida en su frente y ver la cabreada mirada ambarina que le dedicaba.
-Será mejor que te quedes quieto si no quieres que vayamos a por el moreno. – el otro policía le amenazo para dejar a Kid totalmente desarmado.
No tenía opción, era el o su novio… así que todo era más claro que el agua.
Law valía mil veces más que su insignificante vida.
Dejo de moverse y los dos policías le llevaban arrastrando a un lugar más oscuro.
Mientras la vida continuaba sin él… Kid se preguntaba cómo iba a seguir… sin su amado Law…
No sabía que había hecho…
Miraba las pisadas de la gente desde los barrotes que cubrían la pequeña ventana de ese lugar.
Lo habían llevado a prisión sin darle algún motivo o explicación… Simplemente lo llevaron ahí para que no siguiera estando en la sociedad.
-Law… - repitió su nombre para dejarse caer en el suelo de la sucia celda.
Todos los días miraba por la ventana esperando encontrarlo para que al menos supiera que estaba bien, que no habían ido a por el como siempre temía cada vez que veía a los policías rondar cerca del parque.
El tiempo pasaba y no hacía otra cosa más que mirar por la ventana…
Los días se transformaron en semanas y las semanas en meses.
No sabía cuánto tiempo había pasado ahí… En esas cuatro paredes comiendo lo poco que le daban, intentando dormir pero sin lograrlo e imaginando la piel, el aroma y rostro de su amado moreno.
Estaba a punto de caer en la locura cuando con la misma cuchara con la que comía raspaba la pared que se desgajaba por lo viejo de la pintura que carcomía los ladrillos grises.
Al principio solo eran líneas sin sentido, pero conforme pasaba el metal lo iba curveando para empezar a tomar una forma.
El dibujo central se iba extendiendo por todo el largo y ancho de la pared.
Ya no parecían líneas de su desgastada locura, la bella pintura conformaba algo más que líneas curvas, grecas romas, y formas mágicas…
Y satisfecho Kid dejo de mirar por la ventana para admirar su obra de arte.