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Until you fall por Marion_SxN

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Notas del capitulo:

Después de tanto tiempo por fin actualizo. Me retrase por que empece con el profesorado y estoy trabajando por ende tenìa muy poco tiempo para poder escribir. Pero finalmente acá esta el capítulo, espero que lo disfruten.

Había nevado durante la madrugada y las calles estaban sutilmente blancas. Habían dormido desde el momento en que habían llegado de la fiesta alrededor de las dos de la mañana hasta las dos en que se despertaron. Hideki y Joey habían ido a correr al Central Park, estaban vistiendo un conjunto de chándal y un abrigado buzo. Había una senda para corredores y las personas se desplazaban dentro del parque.

-El ejercicio matinal es lo mejor ¿verdad?- acotó el ex modelo. Su respiración se convertía en un vaho blanco.

-Estoy totalmente de acuerdo- acordó Joey mientras sonreía de lado- Y aparte no todos los días se trota en el Central Park.

-Exactamente- ambos siguieron trotando hasta llegar a una banca donde los estaba esperando Hiro.

-Tendría que haber ido a correr con ustedes- gimió Hiro exagerando el castañeo de sus dientes mientras les alcanzaba dos café-Me estoy muriendo de frío.

-Nosotros ya terminamos acá- Hideki le dio un sorbo a su café.

Los tres comenzaron a caminar al exterior del parque con la intensión de volver al departamento. Caminaban y reían suave de alguna ocurrencia de Hiro. Esperaron el semáforo y cruzaron la calle. Uno de los muchachos que estaban en la puerta los saludaba respetuosamente mientras entraban.

-Señores- uno de los muchachos que estaban detrás del buró principal caminó rápidamente hacia ellos- Llamaron de la empresa Gaultier y el auto está en la puerta del hotel a las dieciséis.

-Gracias- agradeció su jefe sonriéndole sin dejar de caminar en dirección a la habitación.

En cuanto atravesaron la puerta, se precipitaron hacia sus valijas y comenzaron a buscar la ropa para estar preparados cuando llegara el vehículo. Joey estiró su columna haciéndola sonar y frunciendo su rostro debido al dolor. Hiro se acercó ya completamente vestido y tocó su hombro:

-¿Te duele?- un claro gesto de preocupación se deslizó por las facciones del moreno.

-Solo cuando me agacho- hizo una mueca que tentó a ser una sonrisa.

-Ayer no tuviste el mejor paseo de todos.

<<Claro que no>> Joey estaba totalmente de acuerdo con Hiro. Prendiendo los botones de su camisa recordó la noche anterior.

-Joey- el hombre a su lado le llamó la atención- Debes ir a vestirte.

El blondo pasó saliva y se rodó la mirada hacia el hombre. Ese momento era definitivo.

Se acercó a uno de los percheros y un muchacho se extravagante cabello violeta se aproximó a él. Evaluándolo seriamente le consiguió una remera de suave tela translucida, pantalones ajustados de cuero y unos borceguíes de media caña con habillas. Una vez que terminó de vestirse, el chico lo empujó hacia la esquina donde estaba la mesa de maquilladores y lo sentó en una silla frente a un amplio espejo. Allí dos mujeres se encargarían de cubrir las ojeras y darle sobras o rubor, pero antes de tocar la piel de su rostro se detuvieron:

-¿Ocurre algo?- preguntó Joey abriendo los parpados.

-Estábamos sorprendidas por la calidad de tu piel- una de ellas sonrió y acarició con una brocha un poco de rubor color cobre por una de sus mejillas marcando el hueso de sus pómulos.

-Es sumamente raro que un hombre tenga una piel tan... perfecta- con cera para el cabello peinó el flequillo de Joey hacia atrás y siguió hasta la nuca- Estás exquisito.

-Gracias- el rubio se sonrojó suave.

-Chicos- anunció un hombre con un comunicador a un lado de su rostro- Diez minutos.

-Suerte- las dos mujeres le susurraron mientras Joey se paraba de la silla.

Con un nudo en la garganta el rubio solo alcanzó a inclinar ligeramente la cabeza a modo de agradecimiento y caminó hasta la parte trasera donde estaba la pasarela. Aspiró profundamente y soltó el aire, se asomó por un lado de los telones y notó que todo el mundo estaba mirando hacia ellos. Dando pasos hacia atrás chocó contra algo o alguien, rodó la cabeza y la elevó. Había un muchacho de color parado detrás de él, llevaba una remera negra que se amoldaba perfectamente con su escultural torso y ojos verdes que sobre salían gráciles en sus facciones. Llevaba unas largas dreads, tenía un atractivo parecido a Lenny Kravitz. Extendió una sonrisa y sus ojos inmediatamente brillaron con alegría.

-L-Lo siento- balbuceó Joey disculpándose- Estaba mirando...

-Es tu primera vez ¿no?- el macizo muchacho apretó el hombro derecho del gilvo- Tranquilo, vas a hacer el camino de ida y vuelta en menos de lo que imaginas.

-Yo no estoy tan seguro- llevó el pulgar a su boca y comenzó a morderla distraídamente.

-Yo ya estuve en tu lugar- separó las cortinas del telón- Solo hice lo que te recomiendan en todos lados.

-¿Y qué es?

-Imaginar a todos desnudos- el modelo estiró una de sus manos y bajó la que Joey estaba mordisqueando- Realmente funciona.

-Miles- una chica se acercó al moreno y se agitó nerviosa- ¿Tienes la lista de los modelos?

-Si- sacó una hoja A4 del interior de su chaleco y se giró hacia él- Creo que nos necesitan. El desfile ya empieza.

Un grupo de modelos se comenzó a acercar donde estaban ellos y la chica se paró junto al chico de color llamado Miles. Sus ojos verdes se deslizaron por el papel y acomodó una de las dreads detrás de su oreja derecha.

-Bien- se lamió un lado de la boca concentrado- Los iré llamando por el orden de la lista. A medida que los vaya llamando van a tener que ir saliendo y caminar por la pasarela, recuerden que están vistiendo ropa de Jean Paul Gaultier. Lúzcanlos y siéntanse envuelto en la elegancia.

El moreno comenzó a nombrar a los modelos que iban a ir pasando. El blondo nervioso se acarició la nuca, le temblaban las manos y se le secó la garganta. La mayoría de los muchachos habían pasado y solo quedaba él junto a una muchacha castaña.

-Bueno- Miles levantó sus orbes verdes de la lista y le sonrió- Bueno, Joseph, como eres el invitado especial de la compañía serás el último en pasar. Vas a tener que reponerte a los nervios, ya no eres solo un chico lindo, después de esto con seguridad tendrás todos los ojos sobre ti.

El moreno se giró sobre sus talones y se paró junto al telón, con un gesto le indicó a Joey que era su turno para pasar. El rubio inspiró y enderezó la espalda mientras subía las escaleras, cuando empujó atravesó el espacio entre la visión de la pasarela y el fondo su corazón dejó de darle tumbos. Sorpresivamente en cuando pisó la duela sus nervios desaparecieron, su respiración se calmó y caminaba con una seguridad que creía no conseguir. Sus manos dejaron de temblar y pudo fijar la vista al frente como le habían enseñado.

El tiempo que pasó desfilando fue rápido, sencillo tal y como lo había anunciado el chico de color. Cuando llegó al extremo posterior Miles lo aplaudió suave mientras sonreía de lado. Joey se frotó las mejillas rápido y trató de eliminar el sonrojo de sus mejillas.

-Lo hiciste bien, Joseph- lo empujó del hombro- Al final conseguiste hacerlo bien.

-Sí pero solo ocurrió- frotó sus manos- Increíblemente.

-Si alguna vez vuelves a New York. Voy a comunicarme con tu agencia- Miles retiró con ligereza una de las dreads que le colgaba en la frente- Soy organizador de desfiles.        

 

 Joey salió de sus recuerdos cuando llegaron a un edificio blanco donde la empresa le dijo que estaba el estudio fotográfico, el gentil conductor los llevó hacia el interior de éste y los condujo hacia la mesa donde se encontraba una secretaria pelirroja. La chica levantó la vista y la fijó en cada uno de los muchachos sonrojándose suavemente. Se paró y se acercó a ellos:

-Buen día- se paró frente a ellos y de cerca se podía apreciar las pequeñas pecas en sus pálidas mejillas- ¿A nombre de quién es la cita?

-Jean Paul Gaultier- Hideki se inclinó sobre la chica poniéndola nerviosa- A las cuatro tenemos una cita con Jez Smith* en el salón dieciséis.

-La compañía “Starlight”- bajó mirada sobre su escritorio y tecleó rápidamente- Sigan por el pasillo a la derecha.

-Muchas gracias- contestó gentil el ex modelo.

Mientras los tres se dirigían hacia el lugar indicado Joey giró la cabeza y observó que la chica suspiró un segundo antes de volver a sentarse en su lugar. Cuando volvió la cabeza al frente la sien le latió vertiendo el dolor a través de su cuello hasta sus hombros, se tomó un lado de la cabeza y gimió grave.

-Joey...- susurró Hiro- Tranquilo. No te estreses o se notara en tus gestos cuando te fotografíen.

-Gracias- a pesar de sonar convincentemente calmado en realidad estaba muriéndose de los nervios. Las mariposas que sentía cuando llegó al aeropuerto que eran de ansias ahora estaban golpeando contra las paredes de su estómago provocándole unos fuertes cólicos.

Cada paso que daban a través de los extensos pasillos en el edificio para el rubio era como ir a la horca. Se llevó las manos a su rostro y las restregó con fuerza tratando de renovar su seguridad, sabía que iba a ser difícil pero le parecía más sencillo que hacer el condenado desfile.

Aspiró profundamente y soltó el aire mientras entraba en el set fotográfico.

 

  

                                                               .                              .                              .

 

 

Yugi se estaba moviendo al compás de la música. Movía sus brazos hacia todas las direcciones sintiendo el ritmo en sus extremidades mientras se contoneaba cuando los tonos de los instrumentos sacudían su cuerpo armónicamente. Estaba disfrutando totalmente de la noche, ese día había ido a retirar la liquidación en su antiguo empleo pero, para disgusto de su ex empleador, estaba radiante y había retirado el cheque con una sonrisa. Dejó algo de dinero en el departamento y se había refugiado en la discoteca.

Se dio el gusto de despilfarrar un poco de su remuneración en la ropa que llevaba puesta. Una remera negra con mangas de gasa translucida con colores variados y pantalones que se ajustaban a su figura en color plomo. Ese día tenía planeado quizás conseguir algún buen revolcón y desahogarse toda la frustración de la semana.

Cuando la canción cambió decidió acercarse al bar para pedir un trago. Se sentó en uno de los bancos altos color negro de estilo New Age, apoyó uno de los codos en el buró y le hizo un gesto al barman que se acercó a él.

-Un gin-tonic- se recargó en una de sus manos mirando aburrido alrededor de la pista. La última vez que había ido a un bar fue con Joey y se había emborrachado hasta el tope, no se acordaba lo que había pasado en la noche salvo que al otro día se había despertado con una resaca letal y con el vívido recuerdo del caliente sueño donde el blondo era el protagonista.

Se acomodó en el asiento ante los arrebatadores recuerdos, estaba ligeramente caliente. Joey había ideado un plan para que Yami y él se reconcilien pero con el blondo en el otro lado del mundo no había mucha esperanza de que sea pronto. Él era sensible y fiel, amaba a Yami profundamente y aunque habían experimentado en la cama una variada cantidad de cosas, desde el uso de juguetes hasta incluir a otra persona durante sus relaciones sexuales pero nunca habían incluido a alguien tan hermoso como Joey.

Una mano rozó su hombro y lo apretó suave. Al girar el cuello se encontró con un muchacho rubio que le recordaba vagamente al blondo, el chico tenía ojos castaños pero eso no evitó que evocara al modelo. Sonriéndole coqueto se sentó en el asiento vacío adjunto y ordenó una bebida para luego girar hacia él.

-¿Estás solo?- le preguntó el gilvo cruzando sus delgadas piernas e inclinándose en sus rodillas para recargarse en sus manos.

-Si- Yugi sonrió de lado satisfecho de que el chico esté interesado en él- ¿Tienes a alguien con quien irte?

-Nop- pronunció exageradamente la palabra- ¿Te gustaría ser quien?

-¿Sinceramente?- deslizó la mirada desde sus ojos hasta la punta de sus botas negras- Me gustaría ¿Arriba o abajo?

-Puedo ser cualquiera de los dos- los orbes castañas del muchacho brillaron expectantes.

Yugi sonrió de lado. Quizás el chico no era Joey pero no iba a negar que pudiera fingir que es él.

 

 

                                                               .                              .                              .

 

 

 

-¿Puedes levantar un poco el montón?- el blondo obedeció con la mirada clavada en el lente de la cámara- Perfecto, Joey. Detente allí unos segundos.     

El fotógrafo disparó el flash y luego se paró. Sus ojos se deslizaron por Joey evaluándolo con la mirada quizás deliberando la próxima pose para el rubio mientras fruncía sus labios dudoso, lo cual provocó que los nervios latentes del modelo incrementaran considerablemente. Bajó su brazo y juntó sus manos tímidamente sobre sus muslos. El fotógrafo se acercó a Hideki e intercambió un par de palabras mientras miraban a Joey que tragó saliva.

-Joey, esta es la ultima foto y estás libre- el atractivo estadounidense acomodó visera de su gorra y se rascó la frente- Levanta tu brazo izquierdo y dóblalo hacia atrás, apoya la cabeza contra tu bíceps izquierdo y mira al frente.

Joey dócilmente obedeció y miró a la cámara cuando se oyó el sonido del obturador. El técnico se retiró del dispositivo y suspiró, caminó hacia él lo que hizo que se ruborizara, como si hubiera hecho algo mal. Cuando éste se detuvo frente a él se frotó el codo.

-Ciertamente eres... Impresionante, un impresionantemente atractivo chico pero parece que te sintieras incomodo en las fotos- se llevó una de las manos al mentón mientras cavilaba- Por lo general los modelos en las publicidades de las campañas no sonríen pero quizás tu eres la excepción a la norma. Vamos a probar otra vez la misma pose pero esta vez sonríe.

El fotógrafo se alejó de Joey y se dirigió a la cámara. Se inclinó detrás del aparato esperando que posara. El rubio aspiró profundamente, tan profundamente que se mareó y soltó el aire para colocarse en la pose que le había indicado anteriormente. Cerró los ojos unos segundos cuando posó y finalmente abrió los ojos para luego sonreír fugazmente. El obturador disparó rápidamente y observó el gesto desconcertado que el fotógrafo puso cuando se enderezó.

-Creo que Jean Paul Gaultier va a estar bastante conforme cuando vea tu hermoso gesto.

Joey bajó el brazo y sintió sus mejillas calentarse. Se lamió el labio inferior mientras desviaba la mirada. Tantos halagos lo avergonzaban, se notaba su inexperiencia y a pesar de ello lo habían alabado en innumerables ocasiones personas que él consideraba con una belleza casi antinatural.

-Creo que ya pueden retirarse- sonrió el muchacho de gorra- Supongo que deben partir para hacer el clip.

-¿El clip?- preguntó Hideki acercándose a ambos muchachos con Hiro pisándole los talones- Creí que el clip iba filmarse mañana.

-Supongo que la empresa quizás le dejó un mensaje en el hotel muy recientemente, el clip va a ser grabado en un hotel abandonado a un lado del rio Hudson. Según el informe meteorológico el cielo va a estar cubierto durante lo que resta de la semana y la empresa quiere rodarlo con el atardecer. El auto los estará esperando fuera.

-Muchas gracias, Smith- el ex modelo sonrió intensamente y caminó hacia Joey- Debes abrigarte y partimos.

-Si- simplemente afirmó el blondo.

-¡Ah! ¿Joey?- los ojos verdes del fotógrafo dieron con los topacio del nombrado- Tienes una gran potencial. Suerte con tu campaña.

Con una sencilla sonrisa agradecida tanto como Hiro y Hideki partieron hacia el vestidor.

 

         

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Kaiba estaba sentado detrás de su escritorio haciendo girar su silla presidencial, sus dedos tamborileaban impacientes mientras observaba al exterior de la empresa. El técnico que iba a ayudarlo para solucionar el asunto del espía interno. La puerta del despacho se abrió y su secretaria entró suave mientras traía consigo una libreta.

-Señor, el vice director está fuera- la muchacha se acomodó el marco de los lentes y esperó la respuesta.

-Dile que pase- contestó Kaiba sin volverse. La secretaria suspiró a sabiendas que lo mejor era no tardar en irse. Tal parecía su jefe no estaba del mejor humor.

Una vez que la chica salió ingresó el de orbes color Malva. Peinó su cabello tricolor con una mano y caminó hasta detenerse frente al escritorio del presidente.

-Bien, supongo que no solo me encargaré de mantener a los socios en sus lugares ¿verdad?- Kaiba cambió el gesto duro por uno llenó de jocosidad.

-Ayer me reuní con el abogado y me dijo que quizás deberíamos revisar el sistema informático de la empresa. Lamento decirte esto pero vas a tener que encargarte de eso personalmente, recibirás paga extra y cuando termines te daré algunos días para que te vayas con tu novio a donde quieras.

-No necesito los días, con la paga extra es suficiente- con un gesto ligeramente conmovido comenzó a andar hacia la puerta. Kaiba conocía bastante bien a su vicepresidente pero respetando su silencio lo dejó marchar.

Giró su asiento y miró fijamente un archivo sobre la mesa. Recargándose en uno de sus puños comenzó a mover sus dedos acariciando la tapa hundiéndose en sus pensamientos.

 

 

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-Gracias- agradeció una chica morena mientras se encogía de hombros. Tenía un delineado suave en sus orbes castaños bordeado por cuantiosas pestañas curvadas, labios rojos y piel cobriza. Ambos estaban bajando las escaleras acompañados de sus compañeros de trabajo, Hiro y la atractiva representando de la modelo charlaban relajadamente.

-No es nada- sonrió radiantemente ofreciéndole la mano a la trigueña- Es la primera vez que hago un clip, a pesar de que me veía totalmente calmado.

-No parecías un principiante, Joey. Te veías tan calmado que parecías que lo habías hecho cientos de veces.

-Parecía pero la verdad es que estaba bastante nervioso aunque sorpresivamente cuando me pongo en mi lugar recobro el sentido. Es extraño.

-Joey- la voz de su jefe provocó que se detuviera en la puerta que daba al exterior del edificio. Giró la cabeza y encontró al enorme vicepresidente de “Starlight” apoyado contra la pared. Ryuji caminó hasta él y la mirada se deslizó alrededor buscando al presidente- ¿Hideki?

-Fue a buscar el auto- comentó el rubio elevando la vista. La modelo parada junto a él tocó suave su codo para despedirse al cual respondió con una sonrisa. Junto al fondo de la calle se acercaba un Ford Focus color rojo- Ahí viene.

El vehículo se detuvo junto al camino lleno de graba. Dentro Hideki acomodaba su bufanda y bajaba con un saco en la mano color caqui sin prestar atención al grupo. Con un gesto turbio abrió la puerta al tiempo que Ryuji se acercó a la puerta.

-Bebé- el aludido se sobresaltó claramente y se sujetó de la puerta mientras trataba de desvencijar su gesto aturdido- No te espantes.

-Casi me matas del susto- el ex modelo se recuperó de la impresión y se enderezó junto a la puerta respirando- ¿Qué estás haciendo aquí?

-Vine a darte una sorpresa- sonrió jactancioso mientras sacaba algo del interior de su chaqueta.

Hideki miró a Joey curioso a lo que éste se encogió de hombros. Su atención volvió cuando el cuerpo de dos metros de Ryuji se hincó sobre una de sus rodillas y levantó la mirada fijándola en los ojos plateados del rubio ceniciento sonriendo de lado. El rostro de su jefe se puso súbitamente níveo y la sonrisa se escurrió de su boca hasta desaparecer.

-Hideki- comenzó a narrar el enorme asiático- Desde que mis ojos encontraron los tuyos supe que mi corazón te pertenecía. Sé que hemos tenido altibajos pero eres la única persona que quiero en mi futuro, a la única que veo en mi futuro- compuso un gesto esperanzado- ¿Te casarías conmigo?

Joey sonrió feliz. Después de tanto tiempo Ryuji seguía amando a Hideki con ardor y ansiaba tenerlo en su vida, poner una marca en él para que todos sepan que había alguien que lo amaba. Sabía que estaban juntos desde hacía muchos años y que el amor que sentía el uno por el otro era la única prueba que necesitaban, pero finalmente Ryuji habían tomado la decisión de completar el círculo y tomar en su totalidad al rubio como su esposo.

-¿Estás absolutamente seguro, Ryuji?- el gilvo acomodó su flequillo detrás de su oreja derecha mientras pasaba saliva- ¿Sabes perfectamente que esto significa que voy a ser tuyo tanto como tú serás mío?

-Lo sé perfectamente, Hideki- se paró frente al presidente de la empresa y acarició con suavidad una de sus mejillas- ¿Qué dices?

-¿Tengo que aclararlo, tonto?- fue la simple respuesta con las orbes color plata fijas en las marrones del teutón- Sí y mil veces sí.

Con una sonrisa de absoluta felicidad Ryuji se inclinó para besar los labios del que sería su esposo. El ex modelo subió los brazos y rodeó con presteza el cuello del asiático quien aprovechó para levantarlo por la cintura. Se besaron largamente disfrutando el momento mientras los aplausos sonaban a su alrededor festejando la romántica declaración. Joey aplaudió feliz y nostálgico, su sonrisa se transformó en una mueca llena de tristeza, sintiéndose infeliz al no ver eso en su futuro. Aun se sentía dañado, Devlin había dejado una brecha insondable en su corazón y con el sabor amargo de la decepción en sus papilas que parecía nunca se iría. Cerró sus ojos pensando brevemente con que podría comparar sus sentimientos y con un jadeo de sorpresa la inspiración le llegó de repente después de varios meses, Joey sintió el deseo de pintar, de dibujar como hacía mucho tiempo no podía.

Internamente agradeció a Hideki y a Ryuji por todo.

 

 

                                                               .                              .                              .   

 

 

Yugi salía del bar acompañado del muchacho rubio mientras éste acariciaba la cintura de éste mientras dejaba que los dedos del más bajo tocaran la cintura de éste por debajo del borde de su remera. Ambos se susurraban promesas de lujuria para esa noche, mientras la expectación lamía con sordidez los nervios de ambos muchachos. Era la última oportunidad de probar algo así, después de todo era solo sexo y no había vuelto con Yami para que el arrepentimiento lo condenara.

Sus orbes malva se elevaron cuando el gilvo lo besó demandante. Sus manos se clavaron como ganchos en las nalgas del otro que jadeó dentro de su boca, Yugi sentía la erección del chico pinchando su vientre haciendo que su miembro se hinchara contra la bragueta de su jean.

Separándose detuvieron un taxi, Yugi con un gesto de fingida caballerosidad y una sonrisa vanidosa le cedió el paso al atractivo muchacho. Cuando estaba a punto de entrar, alguien tiró del cuello de su remera y lo arrojó hacia atrás provocando que aterrizara sobre su trasero. Levantó la mirada con intensión de acometer contra su agresor y sintió el frío correr por su espina.

La mirada de Yami estaba llena de ira mezclado con un intenso resentimiento, y si en ocasiones anteriores había sido en receptor nunca se había sentido tan asustado como en esos momentos. Sus instintos de supervivencias le ordenaban que se parara y huyera pero estaba totalmente paralizado. El chico rubio tuvo la intención de bajarse pero sus ojos violetas le enviaron una señal de advertencia que fue captada enseguida por lo que cerrando la puerta del vehículo el taxi partió. Después de unos segundos las palmas de Yugi comenzaban a dolerle por el frío. Con un suspiro de rendición se levantó sobre su trasero y asentó su peso en los pies mientras se enderezaba dándole la cara a Yami que estaba completamente inmutable pero sus ojos parecían destriparlo.

-¿Solo vas a estar ahí parado?- se sacudió la mugre frunciendo la boca cuando descubrió la humedad del suelo en la parte trasera de sus pantalones- Bien.

Avanzó hasta pasar junto al cuerpo de su ex cuando una de las manos de éste se envolvió alrededor de su brazo causándole dolor. Miró con aversión el agarre y volviendo a levantarla al rostro de Yami que aun estaba con sus ojos clavados en el suelo, Yugi trató de retirarse de la tenaza en su codo pero no pudo deshacerse. Giró su cuerpo colocándolo frente a él, sus rojizas orbes se deslizaron a lo largo de su cuerpo provocando que el tricolor más bajo se estremeciera.

-¿Qué estás haciendo aquí, Yugi?- el vaho se extendió con cada palabra- ¿Ibas a engañar a tu novio?

-No creo que sea de tu incumbencia, Yami- trató de empujar colocando una mano en el pecho de su ex- En todo caso sería Joey el que se quejara.

-¿Es la primera vez que lo engañas?- aflojó el agarre que Yugi aprovechó para retirar su brazo frotándoselo- No pensé que eras este tipo de persona

-Vuelvo a reiterarte- bufó con fastidio- No-es-tu-a-sun-to.

-¿Me engañaste a mí?- la suplica en la voz de Yami removió algo en el interior del menor. Estaba comportándose como un bastardo insensible y esa no era su naturaleza. Él era bueno y gentil, no entendía que estaba ocurriéndole.

-No lo engañe. A ninguno de los dos. Joey y yo tenemos un acuerdo- mintió descaradamente metiendo las manos en sus bolsillos- Él deja que me acueste con quien yo quiera, tenemos un acuerdo de amor libre.

-¿Él lo hace?- cuestionó Yami- ¿También se lo permites?

-No- pronunció firmemente levantando la mirada- A pesar de todo a él no le gustan estas cosas pero es accesible.

Yami no dijo nada más. Paseó la mirada alrededor tratando de encontrar un tema para hablar. Lucía dubitativo, como si no quisiera marcharse, lo notaba nervioso o ansioso. Soltó el aire y volvió a hablar.

-¿Puedo llevarte a tu departamento?- Yugi contuvo el rechazo ya que su ex parecía tratar de alargar el tiempo en su compañía y después de mucho tiempo estaba comportándose amablemente.

-Está bien- aceptó mientras se acercaba al mayor y caminaba en dirección a su auto.

Quitó el seguro del vehículo y abrió la puerta para sentarse frente al volante, esperó pacientemente que Yugi se subiera al lado del acompañante. Con una sonrisa rodeó el rodado y se introdujo en el automóvil lo que provocó que Yami sonriera alegre.

-Dame la indicaciones- comentó volviendo sus ojos a la calle mientras aceleraba despacio. Yugi deslizó la mirada al conductor y descubrió que Yami estaba vestido informalmente, parecía que salió de algún bar o volvía de una reunión con alguien.

-Toma la avenida principal y gira a la derecha en el segundo semáforo- fue la simple respuesta.

Apoyó el codo en el resquicio de la ventanilla y apoyó la cabeza en el vidrio. Las calles transitadas estaban repletas de jóvenes entusiastas que disfrutaban de un fin de semana de fiesta y discotecas. Muchos de ellos tenían su edad, las chicas caminaban con sus brazos unidos y los muchachos se giraban para verlas pasear.

-¿Sigues viviendo en el mismo lugar?

-¿Qué?- volvió la cabeza hacia Yami.

-¿Aún vives en el mismo bloque?- repitió girando el volante para tomar la avenida principal.

-Me mude hace medio mes- contestó para luego jugar con un hilo de su saco- ¿Venías algún lugar?

-Para ser honestos tenía la intensión de ir a un bar- paró en el semáforo y movió la palanca de cambio-  Pero a medio camino cambié de dirección y me dirigía al parque, justo antes te encontré.

-Veo- súbitamente Yugi se sintió avergonzado. Tan extraño era su comportamiento, primero era audaz y luego vergonzoso, tan ciclotímico.

-¿Este es el edificio?- preguntó el conductor. El motor dejó de vibrar cuando lo apagó y con un rápido movimientos de muñeca dejó la palanca de cambio en primera.

El edificio era en realidad un bloque de arrendamiento para solteros. Estaba compuesto de una escalera y un pasillo con rejas que conectaban los departamentos. Yami bajó la ventanilla y observó alrededor, Yugi sabía que esa era su ojeada evaluadora. Con una sonrisa se quitó el seguro del cinturón, abrió la puerta y se deslizó fuera. Su ex también bajó del auto justo detrás de él.

-Bueno- comentó tímidamente mientras se acercaba al alto tricolor- Gracias por alcanzarme.

-No es nada- sonrió radiante apoyando el codo en el techo del vehículo.

Dio un par de pasos hacia el bloque de departamentos mientras sentía la mirada ligeramente escarlata aun sobre él.

Yugi se estaba alejando de Yami, pero ansiaba quedarse junto a él. La lejanía lo volvía alguien que no era, extrañaba al tricolor con todo su ser. Sabía que no podía estar bien sin él. Nunca iba a olvidar todos esos años que compartieron, los besos, los abrazos, las caricias, las palabras de amor. Cada uno de ellos estaba tatuado en su piel a fuego y le costaría infinitas lágrimas superar esa clase de amor. Ese que se siente una vez en la vida. Dejó de caminar y detuvo antes de tomar el extremo de la baranda de las escaleras, giró su rostro y notó que Yami tenía una mueca de abatimiento. Tragó saliva y frotó su mano derecha contra sus pantalones para quitar el sudor de sus manos.  

-¿Quieres... pasar a tomar algo?- Yugi sabía que estaba arriesgándose a que algo más pasara al hacer la pregunta pero no se arrepintió. Con una mueca esperó que Yami contestara. El corazón le estaba latiendo fuerte y sus manos comenzaron a sudarle nuevamente.

-De acuerdo- fue la simple respuesta de Yami.

     

                 

Notas finales:

Espero que lo hayan disfrutado, tengo pensado en actualizar más seguido ahora más que Joey volvió de New York. Van a pasar una serie de cosas desde el momento en que el rubio pise Japón que las dejará sorprendidas.

Pienso agregar un poco de acción en la vida tranquila que llevan Ryuji y Hideki, espero que no les moleste.

Besos.

 

Betonica: Sorpresa.

 

Jez Smith es el fotografo de American Next Top Model.


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