Tony estaba totalmente fuera de tema con lo que estaba sucediendo. Era el único en la torre que no sabía acerca del acuerdo entre Loki y Steve. Así que se encontró con uno de los dioses más poderosos del universo queriendo romper su planeta, su propio Omega encerrado en la habitación de otro Omega en celo y el Sueño Americano encerrado en una celda diseñada para Hulk negándose a hablar. Natasha y Clint habían regresado y él estuvo a punto de estallar. Natasha intentó hablar con Steve pero no pudo y no había forma de entrar en la habitación de Loki a corto plazo. El aroma de su celo ahora inundaba todo el piso en torno a su habitación y, al menos, tres pisos abajo y arriba. Extraño como parecía, Tony y Clint deberían estar sintiendo los efectos del celo. Loki estaba sin reclamar y su celo debía estar en la conducción de los instintos primarios de los dos Alfas, pero sentían la necesidad de proteger a un miembro del grupo.
Steve mientras tanto intentaba luchar. Había empezado por pasearse por la habitación, los cabellos de la nuca se le erizaron y su pene estaba totalmente erecto. Incluso su nudo se inflaba y desinflaba sin control con cada nueva oleada del aroma de Loki. Había gritado a Jarvis que filtrara mejor el aire, pero no ayudó. El mobiliario fue el siguiente. La cama estaba hecha pedazos, la ropa de cama amontonada en una pila en la esquina. Ahora él estaba sentado contra la pared de fondo lo más lejos posible de la puerta con la cabeza en las rodillas rodeadas por sus brazos.
Fue Bruce el que finalmente apareció unas doce horas más tarde, con aspecto cansado. Tony hubiera querido contener su curiosidad hasta que su Omega hubiera comido, pero perdió la batalla.
“¡Bruce! ¿Qué carajo está pasando? ¿Por qué el celo de Loki ha comenzado tan temprano y por qué Steve está en la celda y no con Loki?”, gritó.
Bruce se estremeció sintiendo al Omega acondicionado profundamente a obedecer. Pero no se amilanó.
“Detente, Stark. Alfa o no, no me hablarás de esa manera”.
Tony se dio cuenta de lo que había hecho y abrazó a Bruce. Nunca le había levantado la voz así antes, lo que demostraba lo realmente preocupado que estaba, y Bruce nunca había tenido que ponerlo en su lugar.
“Lo siento, cariño. No sé qué está pasando y no podía hablar contigo. Steve se volvió loco y se encerró y no habla con nadie”.
“Está bien. Yo también lo siento. No sabía que no estabas enterado. Por alguna razón que ni yo ni Thor comprendemos, Steve se comprometió a permanecer lejos de Loki durante este celo y dejarlo para sí; se ha encerrado en mi celda en lo que dura. Loki está solo. Esto es peligroso para él así que Steve consiguió llegar a un acuerdo en el que Thor o yo estaremos con él en todo momento. Thor está ahora con él y yo volveré en un par de horas”, explicó Bruce que parecía a punto de caer.
“Sabes que es una locura, ¿verdad? Esto era lo que necesitábamos. Con Steve tomando a Loki, Odín no puede entregarlo a Balder y no habrá ninguna guerra. ¡Dios! Ni siquiera se trata de un matrimonio por conveniencia. La tensión sexual entre esos dos hacer que sea difícil respirar a su alrededor. Por cierto, Steve ha destruído tu celda”.
Bruce se rió de esto. Era cierto, la atracción entre la pareja había sido clara desde el principio. Las últimas semanas habían sido como ver un cortejo de las películas en blanco y negro. También había puesto a Tony muy caliente y ambos habían disfrutado de algunas noches muy agradables como resultado. De repente un pensamiento golpeó a Bruce.
“¿Cómo lo están enfrentando Clint y tú? Yo esperaba tener que llamar al otro sujeto para mantenerlos bajo control”, inquirió.
“No hay nada que informar. No sentimos más protectores, eso es todo. La magia de Loki debe estar manteniendo a raya las cosas”, respondió Tony.
“La magia de Loki está sellada. Él estaba preocupado porque se ponía inestable. Deberías estar sintiendo los efectos completos ahora mismo”, dijo Bruce pasando una mano por la piel de Tony. Podría apostar que la piel de Steve estaría pegajosa, pero Tony estaba seco.
“No sé qué decir. Tal vez no queremos interferir con el Cap. Aunque lo admita o no, está reclamando a Loki. Tal vez haya más que el apareamiento”, razonó Tony.
Bruce consideró aquello. Era posible; él se había dado cuenta antes de su primer celo con Tony que los agentes de SHIELD que se asomaron antes de que Tony llegara desaparecieron tan pronto como él dejó claro que prefería al Hombre de hierro. Tal vez Loki prefirió al Capitán. Deseó estudiar ese comportamiento, pero eso pondría la vida de los Omegas en riesgo y ninguna investigación valía la pena con ello.
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Loki entró en su cuarto día de celo y estaba comenzando a sufrir de verdad. Un celo humano duraba en promedio de dos a tres días y Thor afirmó que era similar en los Asgardianos y en los Jotun, por lo que ahora Loki estaba en zona de peligro. No había nada que Bruce pudiera darle ya que no sabía cómo afectaría a su fisiología. El pelinegro estaba tumbado en su cama, desnudo y cubierto de sudor, los calambres en el estómago eran cada vez más fuertes y frecuentes y era incapaz de aliviar su dolorosa erección.
Thor había tenido que salir de la habitación. Se estaba haciendo difícil alejar el deseo de Loki para que entrara en razón y llamar al Capitán. Incluso Thor había intentado hablar con Steve, pero todo lo que Steve hacía era preguntar si Loki lo había llamado. Cuando la respuesta era negativa daba la espalda a la pantalla e ignoraba la demás conversación.
Loki volvió a gemir y Bruce pasó un paño húmedo sobre su frente.
“¿Bruce?”
El doctor estaba sorprendido no sólo porque Loki podía ser capaz de hablar, sino porque también era la primera vez que había usado su nombre de pila.
“Aquí estoy, Loki”.
“¿Cuánto tiempo?”
“Este es tu cuarto día. Vamos, bebe esto”. Bruce le hizo beber un poco de agua. Loki tomó unos sorbos antes de caer de nuevo.
“No soy lo suficientemente fuerte. No sabía que era tan malo”.
“No digas eso. Sé que no es fácil, no estamos hechos para resistir el celo. Lo quieras o no, no puedes evitarlo”. Bruce no quería alentarlo a hacerlo, pero si Loki seguía luchando podría morir.
“No, soy débil. Él no me va a querer ahora. Lo necesito y no va a venir”.
“Escúchame, Loki. Steve se está volviendo loco de preocupación en esa celda. Si piensas que no va a venir porque lo has llamado entonces estás haciéndole un flaco favor. Él te ama, no muchos Omegas consiguen el amor de su Alfa. Amabilidad y atención sí, pero no amor. Tú y yo somos afortunados. Sé que él te ama”.
Loki no dijo nada por un momento, pero entonces habló:
“Llámalo”.
Bruce dejó escapar un suspiro de alivio y se comunicó con el rubio.
“Steve, ven aquí, te está llamando. Le diré a Jarvis que abra la puerta ahora”.
Steve tuvo que haber corrido todo el camino porque llegó en menos de cinco minutos. Se había quitado la camiseta pero mantuvo los pantalones puestos. No estaba preparado para la vista que lo recibió: Loki yacía con el trasero expuesto para presentarse ante él; el sudor se derramaba por el esfuerzo. A Steve se le hizo agua la boca cuando su Alfa interior intentó hacerse cargo, pero su razón volvió. Miró a Bruce pero éste no dijo nada y sin más decidió retirarse. Esto estaba destinado a ser un momento privado y ya habían sido demasiados testigos.
Finalmente a solas, Steve se acercó a Loki y recorrió suavemente un mano por el pelo y la espalda de Loki.
“Por favor”, rogó éste.
“Shhh. Está bien. Estoy aquí. Voy a darte un poco de alivio y luego hablaremos”.
Steve se apoderó del pene de Loki. Se veía rojo y altivo, seguramente muy doloroso. El rubio tocó apenas y Loki jadeó de inmediato cuando la mano comenzó a moverse. Loki estaba tan liquidado que con sólo unos cuantos vaivenes se estaba vaciando en la cama. Los sonidos que hizo mientras llegaba a su clímax casi hicieron que Steve se uniera a él. Loki se derrumbó sobre la cama jadeando pero sintiéndose mejor que en todo el día. Steve sabía que esto sólo sería una solución temporal, no terminaría el celo pero debía ayudar a mantener los niveles hormonales de Loki.
El rubio encontró una toalla, se limpió las manos y se metió en la cama. Loki se movió y colocó la cabeza en el regazo de Steve, que pasó los dedos por sus cabellos y esperó a que Loki volviera en sí.
Pasó una hora para que Loki se recuperara. Se incorporó y se alejó de Steve ligeramente desconcertado, tratando de recordar lo que había sucedido. Después de unos minutos Steve vio a Loki relajarse, claramente satisfecho del comportamiento del rubio.
“¿Cómo te sientes?”, preguntó Steve preocupado.
“Mejor por ahora. ¿Nosotros no…?
Steve sonrió.
“No. Estoy aquí para ayudarte. Te dije que no te tocaría, ¿recuerdas? Sólo utilicé la mano para traerte de vuelta, y eso no cuenta”.
“¿Por qué? Te pedí, me presenté a ti. ¡Le dije a Banner que no me querrías, que pensarías que soy débil!”, escupió Loki con rabia. Se apartó pero Steve lo tomó de una mano.
“Oye, ¿quieres ver cuánto te deseo?” inquirió el rubio y guió la mano de Loki hasta su entrepierna. Los dedos de Loki trazaron la dureza de Steve, rozaron y descansaron en el nudo, cosa que hizo silbar a Steve de placer. “No pude hacerlo. Estabas allí frente a mí y el Alfa en mí me estaba obligando a tomarte y hacerte mío. Pero una parte de mi razón me dijo que si lo hacía me odiarías, que iba a perder todo lo que te hace especial. Porque lo eres. Necesito que me quieras así, cuando puedo pensar, no cuando estoy loco de deseo y lujuria”.
Las hormonas de Loki le hacían muy emocional y estaba luchando por contener las lágrimas. Podía sentir el celo resurgir y sabía que no tenía mucho tiempo antes de que lo arrasara de nuevo. Quería decir tanto… y entonces JARVIS los interrumpió.
“Capitán Rogers, Odín acaba de llegar con otro caballero. Ese hombre está muy interesado en ver a Loki”.
“¡Mierda! Loki, quédate aquí, no estás en condición de combatir. Tengo que terminar esto ahora”.
Steve se levantó para irse, pero Loki tiró de él.
“No, Steve. Podemos poner fin a esto ahora y aquí”, dijo con los ojos brillantes.
“Así no. No quiero tomarte de esta manera. No a Balder y no a mí. Voy a luchar por ti como debe ser”.
“Lo retarás y perderás. Nadie podría evitar que reclame su derecho sobre mí. Steve, es mi elección, recuérdalo. Y es ésta”.
“No es una elección si piensas que no hay otra”.
“Es mi elección. Es la que elegí la primera vez que te vi, la primera vez que me sostuviste. No te alejé porque no confiara en ti; lo hice porque no confiaba en mí mismo. Quería demostrarme que no necesitaba de un Alfa. Te necesito, te amo”. La torre se sacudió entonces, causando que Steve cayera sobre Loki. Ambos escucharon los rugidos de Thor. “La elección es tuya ahora”.
Fue Steve esta vez el sorprendido. Los Omegas eran encantadores normalmente cuando dependían del apareamiento, para someterse al Alfa más fuerte. El amor por ellos llegaba después. Todavía pensaba que esta relación rompía todas las reglas. Loki besó Steve, el primero que él iniciaba. No hubo sumisión en el beso; Loki estaba exigiendo lo que necesitaba. Steve finalmente se soltó desatando toda la pasión y lujuria que había enterrado profundamente desde que conoció al dios.
El rubio se dejó caer sobre Loki y se empujó con la boca y las caderas. Loki también se empujó, desesperado por cubrirse tanto como fuera posible del aroma de Steve. Éste se apartó y lo miró.
“Quería hacer esto lentamente, explorarte, descubrir lo que te hace gemir, lo que te da placer. Esto será un medio para un fin y lo siento mucho, pero te prometo que la próxima vez te adoraré como mereces, como el dios que eres”.
Steve no sabía lo que esto significaría para otro Omega, pero Loki sintió escalofríos de placer con las promesas de lo que estaba por venir. Sabía que así no era como Steve planeaba su primera vez. Estaba tan decepcionado, pero ganaría su libertad y eso era lo más importante para ambos en este momento.
Los sonidos en el piso comunal eran cada vez más fuertes, así que Loki alejó a Steve y rodó de nuevo para arrodillarse. Steve se quitó rápidamente lo que le quedaba de ropa y los ojos de Loki se abrieron al ver el tamaño de su Alfa. Steve volvió a su posición detrás de Loki y después de alinearse con la entrada húmeda del otro, se apoderó de las caderas.
“¿Listo?”
“Hazlo”, exigió Loki de nuevo.
Steve comenzó a empujar lentamente al principio, pero se encontró con que sólo podía llegar hasta la mitad. Con una inclinación de cabeza de Loki, empujó fuerte. Algo en su interior apareció e hizo gritar a Loki, Steve llegó hasta el fondo.
“¿Loki?”, jadeó el rubio preocupado de haber lastimado al otro. Intentó salir, pero Loki lo detuvo tomando su mano.
“Está bien. Esa fue la prueba de que era virgen. Por favor, date prisa”.
Steve respiró hondo y comenzó a empujar de nuevo. Lento al principio pero pronto su deseo se hizo cargo. Comenzó a empujar más rápido y más fuerte hasta alcanzar a rozar la próstata de Loki, provocando que éste jadeara y gimiera de placer. El pelinegro se llevó una mano hacia su propio pene y se acarició al mismo ritmo que Steve empujaba. De repente el mundo a su alrededor se desvaneció. Lo único que importaba era el ritmo, Steve llenándolo por completo, Loki aprisionando. Todo lo que querían era que durara para siempre, que siempre fueran un solo ser. Steve sintió que su nudo comenzaba a hincharse y supo que estaba cerca. Loki también lo sintió y comenzó a apretar más, poniendo más presión sobre el pene de Steve.
El resultado fue Steve dejando escapar un rugido primitivo y enterrarse profundamente en Loki cuando llegó a su clímax, marcando al Omega con su semilla. Su nudo completamente hinchado se encerró en el interior del otro. Loki llegó a su propio clímax apenas unos segundos más tarde, derramándose en su mano y en la cama.
Estaba hecho: Loki pertenecía a Steve ahora.