El sueño los estaba atrapando cuando Steve habló.
“¿Hay alguna manera?”
Loki no necesitaba preguntar de qué estaba hablando. Reteniendo el sueño un poco más, Loki respondió:
“Hay una manera, pero eso dependería de que Odín muriera antes que tú. Están las manzanas del árbol de Idun en Asgard que conceden la facultad de convertirte en un ser inmortal. Sin embargo sólo pueden ser un regalo del Padre de Todo. No creo que nos ayude”.
“¿Pero esas manzanas me harán vivir tanto tiempo como tú?"
“Sí. Si tuviéramos una que compartir, nuestra fuerza de vida sería un bono juntos y uno viviría sólo unos pocos años más que el otro. No habría mucho sufrimiento”. Loki estaba visiblemente molesto. “¿No podemos dejar de hablar de algo que nunca sucederá?”
Le dio la espalda a Steve agitando los hombros.
“Shhh. Lo siento, amor. Vamos a disfrutar el tiempo que tenemos y ver lo que nos depare el futuro”, le calmó Steve y envolvió un brazo alrededor de su cintura besando sus cabellos. Loki se movió hacia atrás tratando de presionarse tanto como podía contra Steve. Ambos se desplazaron hacia un sueño más tranquilo, el mejor que habían tenido en semanas.
Los amantes durmieron hasta tarde del día siguiente. Durante la noche el glamour de Loki había regresado, por lo que Steve le vio despertar en su forma Asgardiana. Antes de quedarse dormido, Steve le había pedido a JARVIS que no anunciara la vuelta de Loki. Quería que fuera una sorpresa.
Y resultó serlo en más formas de las que imaginó. Entraron en el piso común de la mano y la conversación activa se interrumpió abruptamente. Fue Bruce el que se reaccionó primero. Se acercó a la pareja y con un calmado golpe en la cara de Loki lo envió al suelo, sólo para ser levantado de nuevo por el mismo Bruce que lo estrechó en un enorme abrazo.
“No vuelvas a hacer eso otra vez”, advirtió Bruce. Soltó a Loki y miró a Steve, cuya boca había caído al suelo.
Tony le explicó después a Steve que Bruce se había sentido muy unido a Loki y que estaba extremadamente emocional desde la concepción.
Loki se escondió detrás de Steve cuando los demás les rodearon, pero mucho más al margen. Le dieron la bienvenida a casa con impaciencia. Thor fue el único en quedarse atrás y esperó hasta que Loki se separó del resto de grupo para guiarlo al balcón. Pasaron mucho tiempo discutiendo, Steve estuvo seguro, todo lo que él y Loki habían hablado la noche anterior. El rubio se había dado cuenta en algún momento desde que Thor llegó a la torre por la mañana, que una relación con Loki significaría la participación en gran medida del dios del Trueno. Había aceptado eso como un hecho porque estaba seguro de que iba a tener que aceptar la participación del resto de los Vengadore.
Eran una familia. Una que había crecido cuando se incluyó a la compañera Beta que el grupo descubrió Barton tenía; y por supuesto a Jane. Incluso Fury era el tío al que no querías ver ni hablar con él a menos que lo necesitaras.
Steve vio cómo Loki mostró a Thor el anillo en su dedo, lo que agradó a Thor visiblemente; sin embargo su semblante cambió a seriedad cuando seguramente Loki le estaba hablando de las manzanas. Regresaron al interior después de una hora y Steve atrajo a Loki a sus brazos, donde pertenecía.
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Varios meses más tarde el grupo dio la bienvenida a la nueva pequeña Vengadora. Betania Maria Banner-Stark era la niña más mimada en todo la costa este. Después de algunos exámenes genéticos, la pareja se mostró aliviada de que ella no tuviera ningún marcador potencial de convertirse en otro Hulk. Lo que sí tenía sin embargo era un ligero aumento en habilidades curativas y Bruce la supervisaría mientras creciera.
Thor llevó a Jane a la torre y decidieron que era el momento de hacer oficial su relación. Intercambiaron votos dos meses más tarde y tuvieron a la niña de las flores más linda en brazos de sus padres. El evento tuvo un poco de cobertura por parte de los medios, y como Loki supuestamente no estaba en la Tierra, Steve, como el familiar más cercano aparte de Loki, se presentó como testigo para Thor. Loki escondió su rostro detrás de otro glamour. Los Vengadores pudieron haberlo perdonado, pero el resto del mundo no y Loki y Steve estaban en guardia todo el tiempo.
Se asentaron en su nueva vida bastante bien. Prefirieron ignorar por ahora la sombra que se cernía sobre ellos y se concentraron en ser felices. Decidieron simplemente disfrutar del próximo celo de Loki, intentarían ir a por un bebé hasta el siguiente. Todavía tenían misiones. Con la Tierra llena de súper villanos, los Vengadores se mantenían ocupados. Loki se unió como miembro no oficial, sobre todo porque no dejaría a Steve fuera de su vista. Demostró ser una valiosa adición al equipo con su conjunto de habilidades únicas y la fuerza que sólo era igualada por Thor.
También disfrutaron de explorarse entre sí. Después de ser aconsejados por Tony, querían ser libres lo más posible, así que Loki montaba a Steve. Fue un poco incómodo al principio, pero pronto se convirtió en uno de los favoritos de ambos, probando posiciones tanto como sus fantasías los llevaron.
Las cosas en Asgard también eran interesantes. Thor no pudo tener actualizaciones regulares, pero de las que había conseguido, los ánimos no eran los mejores. Totalmente recuperado, Balder tenía el control del ejército y estaba haciendo afirmaciones inquietantes sobre Thor no siendo apto para el trono. El problema era que como los Asgardianos vivían muchos años, podrían darse el lujo de esperar y planificar antes de hacer algún movimiento. También hubieron incidentes menores que no podían ser explicados. Balder despertó una mañana no en su tienda de batalla, sino en una ladera de la montaña. Odín se vio hablando en reversa durante tres días sin razón, y un centenar de otras cosas que solamente les afectaba a ellos dos. Nunca se discutió, pero Thor y su madre estaban seguros de que Loki seguía cobrándose su propia venganza.
En una nota más feliz, Thor descubrió que después de perseguirla durante años, Sif finalmente accedió a unirse a Fandral, un evento que el grupo había estado esperando durante lo que pareció una eternidad.
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Le tomó cinco años a Balder hacer su jugada. Se levantó en rebelión y desafió a Odín y al Consejo para hacerse del trono de Asgard. Thor, haciendo caso omiso de su exilio, regresó para ayudar a su padre. Sólo entonces se descubrió que Odín había planeado todo como un último intento de poner a Balder en el trono. Falló y el Consejo finalmente tuvo la excusa que necesitaban para alejar a Odín. Fue despojado de sus poderes y desterrado a Nidavellir a vivir sus últimos días. Thor fue nombrado Rey y su primer decreto fue que Asgard reconociera a Jane como su Reina. Una vez hecho esto, regresó a los Omegas. Los reinos estaban en paz, así que ahora era un buen comienzo para el cambio.
Thor detuvo la venta de Omegas; éstos fueron llevados al castillo y protegidos. Los Alfas se permitieron conocerlos y el Omega elegiría con quién se aparearía. Por desgracia, el apareamiento seguía siendo el camino más seguro durante un celo para los Omegas que no deseaban que fueran apoyados por un grupo de Omegas y Betas capacitados.
Frigga seguía a lado de Thor en calidad de asesora hasta que tuviera un fuerte Consejo de su lado. A diferencia de Odín, Thor quería asesores acompañándolo que desafiaran sus decisiones y considerar alternativas. Un solo hombre no servía para nada.
Balder había sido encarcelado después de su oferta pública de adquisición de materias malditas. A pesar de los pedidos de que fuera sentenciado a muerte, Thor no se atrevía a matar a su propio hermano así que también fue despojado de sus poderes y sentenciado a cadena perpetua en una prisión de Muspelheim.
Después de casi dos años, Thor estaba en una posición muy fuerte y Frigga sintió que era seguro retirarse. Se preparó para salir de Asgard y visitar a su hijo menor.
Loki había dejado a Freya en su siesta cuando fue arrastrado por los gemelos. Mika y Lida tenían cuatro años y eran traviesos.
“Steve, tu ayuda sería muy apreciada”.
Steve salió de la cocina limpiándose las manos.
“Oigan, los dejé a ustedes dos comiendo su almuerzo. Vuelvan a la mesa o no habrá trato”.
Los más pequeños dieron a Loki un último abrazo antes de correr. Steve se agachó y ayudó a Loki a enderezarse. El último embarazo había sido más difícil de lo que debería haber sido y al pelinegro le estaba tomando más tiempo recuperarse.
Con el fin de dar a los niños un hogar más estable, la pareja había tomado permiso de ausencia con los Vengadores y se habían mudado a una casa familiar a las afueras de Manhattan. Ninguno de ellos lamentó la decisión y le dio más tiempo a Steve para buscar a Bucky Barnes, que había sido revelado como el Soldado de Invierno hacía unos años. Loki ayudó en lo que pudo, pero Barnes había sido muy difícil de alcanzar.
Loki amaba a sus hijos y quería más, pero Steve estaba preocupado de que otro embarazo podría demasiada tensión en el cuerpo de Loki, una conclusión que Bruce compartía. Los años de supresión de su celo seguidos por el primero que fue extremadamente grave ponían a Loki en celo impredecible, y había dañado su capacidad de tener hijos. Los gemelos habían sido una bendición y Freya una sorpresa no planificada, pero bienvenida. Tenerla a ella sin embargo había empujado a Loki a sus límites. Steve no estaba dispuesto a tener más hijos.
Incluso después de su salida, las visitas de los otros Vengadores eran regulares, siendo la más común la de Tony, Bruce y una feliz Betania de siete años. La niña adoraba a su tío Loki y a su tío Steve porque ambos la consentían terriblemente, si tal cosa era posible teniendo a Tony como padre. La familia Vengadore era unida y tanto Steve como Loki sabían que la torre estaba allí cuando la necesitaran.
“Tus hijos me vuelven loco, ya lo sabes. ¿De dónde obtienen su energía?”, preguntó Steve cuando se reunió con Loki en el sofá.
“Sus padres son un súper soldado y un semi dios. Me sorprende que tú puedas conseguir que se queden quietos por más de un minuto. ¿Por qué son mis hijos cuando están en problemas?”. Loki estaba sonriendo ya sabiendo la respuesta.
“Déjame ver, dios de la Travesura. No, han sido buenos, simplemente te extrañaban”.
Loki había pasado las últimas semanas en la torre, con Bruce cuidando de él y de Freya. Los gemelos eligieron ese momento para correr de nuevo a su habitación. Ambos niños tenían el pelo negro azabache como Loki; Mike sin embargo ya había dado muestras de su herencia Jotun, sus ojos tenían manchas rojas que se extendían a través de ellos y ya mostraba signos de ser capaz de usar magia. Lida se parecía a Steve. Sus ojos eran de color azul brillante y era una hermosa deidad. Freya había nacido con un mechón de pelo rubio y brillantes ojos azules. Loki y Steve sabían que estarían en problemas cuando sus hijas comenzaran a ser cotejadas.
La familia se estableció en el sofá cuando Loki sintió un hormigueo de magia. Alguien se había teletransportado cerca. Steve, muy consciente de los estados de ánimo cambiantes de su pareja, de inmediato se puso en alerta.
“Estamos a salvo, mi Capitán”, le llamó Loki cuando Steve se puso en modo Alfa. “Tenemos una visitante, eso es todo. Tal vez quieras abrir la puerta”.
Steve levantó la ceja pero fue a abrir la puerta. En el porche estaba una hermosa mujer cuyo cabello era del exacto tono de Thor, vestida con un rico vestido verde esmeralda. No había duda de que se trataba de Frigga. Steve no sabía si besarle una mejilla o hacer una reverencia.
En lugar de ello habló.
“Mi señora, es encantador tenerte aquí. ¿Gustas pasar? Loki está en el sala con los gemelos”.
“Gracias, Capitán. Por favor, llámame Frigga; eres el Alfa de mi hijo después de todo”, respondió ella. Thor le había dicho mucho acerca de Steve y la relación que compartía con su hijo, pero ahora lo juzgaría por sí misma.
“Mi se… Figga, entiendo que esto no es lo acostumbrado, pero te ruego que no te refieras a nuestro estado como Alfa/Omega. Para nosotros es biología nada más. Ni nosotros ni nuestros amigos utilizamos esos términos en nuestras relaciones”.
Steve estaba enviando un mensaje cortés, pero claro. Frigga asintió con la cabeza. El rubio la llevó a la sala donde Loki se había levantado para saludarla.
“Madre”, dijo antes de abrazarla. “Te he echado mucho de menos”.
“También te he echado de menos, hijo mío”, respondió ella estrechando más a Loki. Era evidente que ambos habrían querido verse antes. Loki se alejó después de un minuto y se volvió hacia los desconcertados gemelos.
“Mika, Lida, ella es su abuela Frigga. Madre, ellos son Mika y Lida. Freya está durmiendo en este momento, pero voy a buscarla pronto”.
Lida era tímida con los extraños. Echó un vistazo a Frigga y luego se escondió detrás de las piernas de Steve. Mika era valiente y se acercó para tomarle una mano. Llevó a Frigga al sofá, ella se sentó y luego se subió en su regazo. Después de todo, si sus papás la dejaban estar allí, debía estar bien. Procedió a hacerle todo tipo de preguntas, y eso fue todo lo que Lida necesitó para reunir coraje y unirse a su hermano, sentándose junto a Frigga y escuchando la conversación.
Cuando Freya comenzó a llorar, Steve fue a buscarla dejando a Loki solo con su madre. Los niños se habían trasladado al suelo para jugar con sus figuras de acción de los Vengadores que tío Tony les había comprado.
“Es muy guapo, Loki. ¿Te trata bien? Veo que es muy práctico con los niños y me ha dicho que no se refieren a sí mismos como Alfa y Omega”, habló Frigga.
“Él me trata muy bien. Me ama. Después de ese primer celo me prometió que siempre estaría para mí, que nunca me trataría como un Omega y nunca me ha dado motivos para dudar de esa promesa. Somos iguales”, sonrió Loki.
Frigga pudo ver el amor hacia el Midgardiano brillando en sus ojos.
Steve volvió y Frigga conoció a la última miembro de la familia. Loki sugirió entonces un paseo al parque y cansar a los gemelos antes de la cena. Steve se mostró reacio. Incluso con su magia apoyándolo, Freya había nacido sólo semanas antes y Loki todavía se cansaba rápidamente. Loki, por otro lado, era terco y pronto se salió con la suya. Así que acomodaron a Freya en su cochecito todo propósito (regalo de Tony) y los gemelos fueron soltados en el parque. Loki se adelantó para vigilarlos, dejando a Steve con Freya a merced de Frigga. Después de un silencio incómodo, Steve finalmente rompió el silencio.
“Señora, yo sé que quieres ver por Loki. Aparte de Thor, eras lo único bueno en su vida en Asgard y ahora quieres conocerme. Así que no dudes en preguntar lo que quieras, no voy a ofenderme”.
“Muy bien. ¿Por qué dejaste a mi hijo sufrir tanto tiempo antes de reclamarlo? Eso fue cruel”.
Steve se sorprendió mucho por la pregunta y el veneno en la voz de la dulce reina. Nunca había tenido que defender esa decisión porque las personas involucradas entendían lo que había pasado y por lo tanto por qué se hizo.
“Señora, si él me hubiera querido yo habría estado allí. No iba a ser como Balder, y no lo habría dejado en Asgard. No era sólo yo; él pudo haber escogido a Clint o a Tony. Ellos habrían ayudado si él lo hubiera pedido. Me encerré en esa celda porque él me lo pidió a mí. No puedo decir que lo hice con mucho gusto o completamente dispuesto, pero lo hice por él”. Steve se había molestado por lo que eso significaba y tuvo que tomar una respiración más profunda. “Debiste haber hablado con Thor sobre esto. Seguramente él te contó lo que pasó”.
“Lo hizo, pero debes entender que Thor ve el mundo en blanco y negro, igual que tú, creo. Pero yo veo el gris que está en medio. Necesitaba escucharlo de ti. Te dolió y aún no fuiste capaz de ayudarlo”. El tono de Frigga era más suave ahora, de regreso al principio.
“Más de lo que imaginas. Él me alejó, pero yo no podía renunciar a él. Luego, después de todo, me dejó de nuevo. Yo no sabía qué había hecho mal. Cuando regresó pensé que él estaba allí para despedirse. Pero se quedó”. Steve sabía que tenía que decirle a Frigga el único secreto que Loki mantenía. “Le dije una vez que no me arrepentía de nada, pero sí hay algo. Llegará el día en que yo lo dejaré y no volveré. Él estará solo por miles de años y será mi culpa”, dijo mirando a la hierba bajo sus pies.
Frigga se quedó quieta por un momento. Conocía la sombra en el corazón del Capitán América. Loki podría alejar el dolor mientras tuviera al Capitán, pero Steve no podía y se culpaba a sí mismo. Este tenía que ser el hombre más amoroso que había conocido y ahora no tenía dudas. Este hombre era el Alfa lo suficientemente bueno para su hijo y ella tenía un regalo para él.
“Te pido que disculpes mi franqueza. Siempre quise que Loki fuera feliz. Él no era feliz en Asgard, ocultando quién era y a pesar de eso se hizo lo suficientemente fuerte para luchar sus batallas. Yo soy su madre y me hubiera gustado conocer al Alfa que tomó a mi hijo antes de que me dieran nietos. Estoy un poco pasada de moda en eso. Pero lo haces feliz y tengo algo que ahuyentará tus remordimientos”.
Y con eso la Reina de Asgard convocó una manzana verde que posó en la mano de Steve. El rubio se tomó un segundo para registrar lo que tenía. Miró a Frigga.
“¿Esto es…?”
“Es la última. En un último esfuerzo por destruir la felicidad de Loki y Thor, Odín quemó el árbol de Idun. Thor fue capaz de salvar solamente dos manzanas y pasarán siglos antes de que el árbol dé frutos otra vez. Thor le dio una a Jane. Esta es para ti. Necesitaba saber si dártela sería sabio, y veo que así es. Ah, y no temas por tus hijos. Puedo sentir la magia de Loki en cada uno de ellos. Tendrán la fuerza y la vida de un Jotun, aunque creo que Mika será el único que podrá acceder a sus poderes. Es poco probable que los sobrevivas”.
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Frigga se quedó con ellos durante tres días. Los gemelos lloraron cuando se marchó, pero ella les prometió volver pronto. Con la magia de su madre reforzando la propia, Loki mejoró mucho hasta que casi volvió a su plena capacidad. Steve no le había dicho nada del regalo de Frigga hasta la noche después de que ella se fue. Los gemelos se acurrucaron en sus camas y Loki acababa de alimentar a Freya; la colocó en una cuna que flotaba para trasladarla a su cama.
“Entonces, ¿cómo fue hablar con mi madre?” preguntó Loki cuando Steve envolvió un brazo alrededor de él.
“Recuérdame nunca hacerla enojar. Te juro que si le hablas sobre cualquier discusión que hemos tenido nunca encontrarás mi cuerpo”. Loki sonrió. “Sin embargo y honestamente ella parece muy contenta por ti y por alguna razón me aprueba. Creo que tenerla como visita regular hará la vida más interesante”.
“Es mi madre y por un largo tiempo la única a la que no odiaba. Ella puede mirar el mundo de muchas maneras diferentes. Odín nunca la entendió y la respetaba menos de lo que se merecía. Ahora ella es libre de él”.
La voz de Loki había adquirido un tono de ensueño; lo hacía cada vez que se sumergía en el pasado.
“Loki, no dije nada mientras ella estaba aquí. No quiero que te sientas presionado pero dejó algo para nosotros”, dijo Steve sacando la manzana.
Loki parpadeó tres o cuatro veces antes de mirar a Steve.
“Thor me dijo que el árbol fue quemado”.
“Tu madre quería estar segura de que yo era digno del regalo. Sólo tenemos una elección ahora. ¿Me la como solo o quieres compartirla conmigo?”
“¿Qué pasará con los niños? Sin duda uno de ellos…”
Steve no estaba molesto porque Loki considerara a los niños primero; él habría hecho lo mismo.
“Tu madre dijo que ya tienen sus magia y vivirán lo que un Jotun. Tendrán la vida que se merecen”.
Loki sonrió.
“Siempre me he preguntado cómo sabría una de las manzanas de Idun”.
Sonriendo a su vez, Steve cortó la manzana en dos y la comieron juntos. El rubio no se sintió diferente, pero confiaba tanto en Loki como en Frigga. Se acurrucaron en el sofá, pensando en un futuro mucho más brillante para ellos.