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Nueve Vidas por Pandora_Von Christ

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Notas del capitulo:

¡Hola a tod@s!


Espero que se encuentren bien, como dije, actualizaciones jueves o viernes así que lo prometido es deuda.


Como siempre, quiero darle las gracias a todas las personas que dejaron review en el capítulo anterior (ElizabethDR y LUUN, Gizza, Marcela, Neko_Lust, MarianFrost, loretta mink, misaki524, NeitTrin, Arlequina Lunatica Snape, victoria, ValeryStark Laufeyson, LadyGodiva, anahoj) y a todas las personas que leen y siguen este fic; muchas gracias por su apoyo y por seguir ahí.


Espero que lo disfruten. 

Todo lo que Loki quería hacer era acurrucarse al lado de Tony, sentirse cálido y seguro como se había sentido cuando era un gato. Al principio, detestaba todas las caricias y el contacto, pero ahora lo extrañaba tanto que casi dolía.

Se había acabado, lo comprendió. Tony Stark sabía quién y qué era, y este espacio entre ellos bien podría ser un muro impenetrable que Loki no podría cruzar. De todas las cosas, envidiar la vida de un gato era una tontería, lo sabía, pero el solo pensar en todo lo que había perdido le estaba haciendo difícil respirar.

La felicidad era algo transitorio, y él lo sabía. Ahora, era tiempo de seguir adelante.

—Entonces —dijo Tony. Su voz invocó a Loki de regreso de sus sensibles pensamientos—. ¿Por qué un gato?

—¿Por qué no? —Loki desvió la pregunta automáticamente. Entrelazó los dedos para evitar moverlos.

Tony sonrió y negó con la cabeza. Dejó nuevamente el pesado recipiente con un sonido metálico en el suelo y volvió su atención hacia Loki.

—Está bien —dijo—, entonces ¿por qué aquí?

Loki ya tenía una mentira lista en su lengua hasta que miró sus grandes y oscuros ojos y olvidó lo que iba a decir. Tragó saliva, su boca se tornó seca de manera repentina.

El sofá era de un tamaño decente, pero Tony acostumbrara a tumbarse: extremidades dispersas en todas las direcciones, de modo que apenas había un pie de espacio entre los dos. Loki estudió al humano silenciosamente, en su experiencia, solo alguien seguro o que fingía confianza podría abarcar el espacio de manera tan eficiente. En contraste, Loki estaba sentado en el borde del sofá, con los músculos tensos y los miembros pegados a su cuerpo. Ese era un indicio de alguien cauteloso, inseguro, y por ello Loki frunció el ceño, disgustado por su propia exhibición.

Cierto, la confianza de Tony rayaba en la arrogancia, pero ningún mortal debía tener el control en esta situación. Loki se inclinó hacia atrás hasta que sus hombros se encontraron con el cuero y los cojines y lentamente se desenrolló como una bola de hilo hasta que de nuevo se acomodó en una versión atenuada de la postura de Tony.

Su hombro casi rozó el de Tony y aquellos oscuros, oscuros ojos estaban tan cerca que podía ver partículas grises y marrones; pero si su pulso estaba desbocado, seguramente era un efecto secundario por forzar su magia la noche anterior.

—¿El gato te comió la lengua?

Loki puso los ojos en blanco.

—Te morías por decir eso, ¿cierto? —preguntó.

—Sí, sí lo hacía.

Loki se permitió una sonrisa irónica y un resoplido.

—Hablando en serio.

Loki arqueó una ceja hacia su acompañante humano.

—No creo que alguna vez seas serio en tu vida, Tony Stark.

Tony sonrió pero movió un dedo de manera desaprobatoria.

—¡Hey, deja de evadir el tema! ¡Gatito malo!

Los labios de Loki se torcieron en una sonrisa en contra de sus deseos. Tony Stark era un humano extraño.

Sin embargo, Loki notó que parecía cansado. Incluso demacrado. Así de cerca, podía contar las arrugas en las esquinas de sus ojos, los oscuros puntos de barba que espolvoreaban su mandíbula. Sus ojos estaban entrecerrados, oscurecidos e hinchados, y su cabello sobresalía en ángulos extraños de la misma forma en que lucía temprano en la mañana. Loki quería extender su mano y deslizar sus dedos por aquellos salvajes mechones.

Pero no lo hizo.

Se aclaró la garganta y miró hacia la TV.

—Hice un enemigo —respondió. No tenía energía para invocar otra mentira, no con su piel hormigueando bajo aquella mirada—. Pensé que podía usarte a ti y a tus amigos en elastano como distracción. Además, esconderme bajo sus narices me pareció divertido.

Loki fijó una sonrisa en su rostro y la sostuvo mientras se volvía hacia Tony, midiendo su reacción. Los ojos de Tony se cerraron, su ceño estaba fruncido y después asintió y se encogió de hombros.

—Sí, puedo verte haciendo eso —dijo casi frívolamente. Dio media vuelta, de modo que su torso estuvo encarando a Loki, con el codo apoyado en el respaldo del sofá—. Especialmente la parte de «haciendo un enemigo».

—Tú sabes que puedo ser muy encantador cuando estoy de ánimo. —La sonrisa de Loki se tornó un poco tímida, y se encontró inclinándose hacia Tony solo lo suficiente para que su hombro rozara el brazo del hombre.

Loki sabía que debía estar hambriento de atención para que un simple toque como este se sintiera como fuego. Se apartó cuando Tony no lo hizo, intranquilo sin saber por qué.

—¿Estás enfadado? —murmuró. Era una pregunta ridícula, pero quería saberlo.

Tony le sostuvo la mirada mientras lo consideraba.

—No —dijo tras un rato—. Supongo que debería estarlo. Quiero decir, voy a extrañar a mi gato y todo eso, pero... esto es lo que eres, después de todo, así que no me sorprende. Aún ronronearás si te acaricio, ¿cierto?

Loki sonrió.

—Eso depende.

Tony ladeó la cabeza con los ojos entornados, considerándolo, pero con los labios curvados, insinuando algo más.

—Interesante —dijo—. Generalmente, cuando coqueteo contigo, te pones todo arrogante y me golpeas un poco.

Loki le devolvió la mirada al humano idénticamente, la sombra de una sonrisa aún soslayaba sus labios. Tony seguía sentado más cerca de lo que se podía considerar una distancia amigable, y Loki deseaba únicamente agarrar al molesto humano por el cuello y hundirlo contra el sofá.

—Bueno, supongo que he desarrollado cierta tolerancia después de todas esas veces que frotaste mi vientre. —Su ceja adquirió una inclinación sugerente.

Tony avanzó un poco más mientras su sonrisa crecía.

—Recuerdo distintivamente que ronroneabas cada vez que lo hacía.

La piel de Loki se estremeció. Ahora estaban respirando el mismo aire.

—Tú también lo harías si te frotara el vientre de esa manera. —Se moría por cerrar la distancia, por deslizar una mano por todos los finos ángulos de su mandíbula, por enterrar sus largos dedos en el cabello de Tony; pero no se atrevía a ser quien rompiera la barrera entre los dos.

Los ojos de Tony ahora parecían negros. Se inclinó hacia delante hasta que su aliento cosquilleó en el oído de Loki.

—Así que —murmuró—, ¿por qué no lo hiciste? —Su voz envió pequeños escalofríos por el cuello de Loki.

Y luego la incongruencia de sus palabras penetró en su empañado cerebro.

—¿Mmm?

—¿Usarme como una distracción? —A Loki le tomó un largo momento darse cuenta de que Tony estaba recogiendo un hilo anterior de conversación. Tony se recostó lo suficiente para mirar al Tramposo, sus ojos aún eran oscuros, pero serios, con el peso de su pregunta. El espacio que había ocupado un momento antes se sentía... más frío, de alguna manera.

Loki tragó. Ningún mortal —ningún humano— debería dejarlo tan confundido. Empezó a retroceder, poniendo un poco de distancia entre ellos para poder aclarar su cabeza, cuando Tony deslizó una mano alrededor de su nuca para mantenerlo suavemente en su lugar. El toque envió un escalofrío por toda su espalda.

—No recuerdo demasiado —murmuró Tony—. Pero te recuerdo a ti. Tú me despertaste, trataste de advertirme. Esa cosa fundió mi reactor de arco y se distrajo. Pudiste haber escapado, pero no lo hiciste. ¿Por qué?

Loki lo miró ferozmente, pero no se apartó del agarre de la mano de Tony. No sabía cómo responder.

—Hablas demasiado, humano.

¿Por qué?

Agarró un puñado de cabello del humano y aplastó sus labios contra los suyos.

Tony gruñó de sorpresa, pero no se apartó. Como solían ser los primeros besos, fue descuidado y brutal, un choque de dientes y lenguas. El agarre de Tony en el cuello de Loki se afianzó hasta que sus uñas empezaron a dejar surcos en forma de media luna en su pálida piel y su mano libre se curvó sobre su cadera.

Cuando Tony se apartó para respirar, había una enorme, casi lunática sonrisa en sus magullados labios.

—Así que es por eso —dijo— ¡Te gusto!

—Tal vez simplemente estaba tratando de callarte.

—¡Admítelo! Después de todo ese tiempo juntos te empecé a gustar, ¿cierto? ¡Te gusto!

—Me gustas menos cada vez que habl—!

La suave presión de sus labios contra los suyos lo silenció. Esta vez los toques de Tony eran fugaces y suaves, con una mano curvada contra su mejilla y la otra enredándose en su cintura. Loki se puso rígido. La violencia, la brutalidad y la ira era algo que podía tomar y saborear, pero esta suavidad era... incómoda. Evocó calidez y seguridad, y a un hogar al que probablemente nunca volvería a ver. Loki empujó a Tony a casi un brazo de distancia y se apartó tanto como el sofá se lo permitió, manteniendo su expresión ilegible.

—Soy tu enemigo —dijo—. Harías bien en recordarlo.

Tony se encogió de hombros.

—Sí, bueno, también eres mi gato, así que...

—Razón de más por la que no deberías besarme así.

Tony puso una cara que era entre divertida y horrorizada.

La sonrisa de Loki era amarga. No podía hacer esto.

—Adiós, Tony —dijo antes de que pudiera cambiar de opinión. Se puso de pie y se dirigió al pasillo antes de que Tony pudiera balbucear una respuesta.

—Espera, espera, ¿qué? —Su voz siguió a Loki, pero él no se atrevió a mirar atrás—. ¡Oye!

Tony no lo siguió, algo por lo que Loki estuvo agradecido. Necesitaba estar solo, despejar su cabeza y distanciarse del humano para que así finalmente saliera de sus pensamientos. No quería tratar con nadie en este momento, por lo que fue cuidadoso en evitar a su hermano y a los otros Vengadores.

Se deslizó de habitación en habitación, de la casa y se fundió en las sombras de la noche, donde pertenecía. Y si afuera se sentía más frío de lo que recordaba, bueno, solo tendría que acostumbrarse a ello.

 

****

 

Horas más tarde, Tony se arrastró hasta la cocina, donde Thor y Steve estaban ocupados fingiendo estar ocupados.

—Mi gato parece haber escapado —dijo con ironía.

Thor y Steve intercambiaron miradas, las cuales eran menos sutiles de lo que pensaban.

—Sobre eso —dijo Steve, levantando una ceja de manera significativa hacia Thor.

—Sí —dijo Thor solemnemente, dejando a un lado el libro de cocina que había estado fingiendo leer... al revés—. Sobre tu gato, Hijo de Howard...

—¡Oh! —espetó Tony, comprendiendo la razón de su incómoda inquietud—. Ja, sí, es el verdadero Loki. Lo sé. Me lo dijo.

Thor parpadeó, y él y Steve intercambiaron miradas sorprendidas.

—Oh —suspiró Thor y sus hombros se desplomaron de alivio.

—Espera, espera —dijo Tony, comprendiendo algo repentinamente—. ¿Todos sabían que mi gato era el verdadero Loki, excepto yo?

Thor y Steve intercambiaron miradas avergonzadas.

—Bueno... lo pusiste Loki —razonó Steve—. Asumimos que lo sabías.

—¡Bien! —espetó Tony—. ¡Pues ya saben lo que provoca asumir cosas!

Thor y Steve bajaron sus rubias cabezas y centraron idénticas miradas de cachorro sobre Tony. La irritación lo exudó y dejó escapar un profundo suspiro.

—Como sea —murmuró—. De todos modos, Loki ha desaparecido. Eso era a lo que me refería antes.

Thor frunció el ceño, pero parecía más decepcionado que sorprendido.

—Me sorprende que haya permanecido tanto tiempo aquí, Tony —dijo seriamente

—¿Qué esperabas? —añadió Steve.

La boca de Tony moduló en silencio por un momento y se movió torpemente, frotándose la nuca.

—No sé —murmuró. Tenían razón, no debería sorprenderse de que Loki solo se levantara y se fuera, pero... —. Yo, eh. No sé. —Se aclaró la garganta y arrastró los pies hacia la puerta, preguntándose por qué se sentía tan decepcionado.

Steve observó a Tony agitarse incómodo y luego marcharse, y después miró a Thor de reojo.

—¿Qué fue eso? —preguntó.

Thor sonrió apaciblemente, pero no dijo nada.

Notas finales:

¡Nos leemos en unos días!

¡Cuídense mucho y un fuerte abrazo!


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