Hace ya un par de días que dejé de contar cuanto tiempo levaba allí, ni siquiera sé si llevo un par de días, las luces de mi celda nublan mis sentidos.
-¿Estás molesto con él?
Alcé la mirada y vi a la enfermera asomada a mi ventanilla, mi ceja se irguió de forma inquisitiva, sospechaba a qué se refería pero tal vez me equivocaba.
-Él no tuvo la culpa, no al menos de forma directa, simplemente me pasé por su celda para la revisión nocturna de todos los días y él me dijo que te había visto-contó mientras abría la puerta- Supuse que habías ido al baño y nada más, pero cuando pasé por tu celda…bueno, no estabas
Ahora todo quedaba todo claro, el muchacho no era tan tonto ni estaba tan empanado como yo pensaba, después de todo resultaba que sí me estaba sonriendo cuando me fui y sí que noto mi huida. La enfermera me llamó, salí de la celda para volver a la rutina en camilla, cuando llegamos al gran salón ella me sentó frente a Shin.
-Creo que le caes bien, pero no estoy segura
La enfermera nos abandonó y él se dignó a mirarme por fin, cogió la tetera con delicadeza aunque su pulso no le hacía un gran favor, vertió lo que parecía ser té verde en una taza a pesar de que derramo el contenido de casi otra, dejó la tetera en la mesa y empujó la taza lentamente hacia mí, aquello era jodidamente extraño, en todo el tiempo que llevaba allí jamás le había visto interactuar con nadie.
-Gracias…Shin-dije algo confundido e inseguro
Cogí la taza delicadamente y esperé a que él hiciera lo mismo, pero mis expectativas se vieron lapidadas, finalmente di un sorbo al té sin esperar que él me imitara.
-Está delicioso-susurré sonriente
Shin sonrió ampliamente y me quedé totalmente congelado, era….era preciosa, era una sonrisa amplia pero tímida debido a que una de sus manos la había cubierto avergonzado, sentí un extraño calor formarse en mi pecho, sí, lo admito ampliamente, su sonrisa es bella y me gusta, no tiene más misterio, Shin cogió su taza y bebió de ella a pesar de lo mucho que le temblaba la mano, algo de líquido se escapó de sus labios pero lo recogió rápidamente.
Taza tras taza, ambos tomamos toda la tetera en más tiempo de lo normal, Shin ya no tenía la mirada pérdida, es más, me miraba fijamente.
~ ~ ~ ~
Mi mirada le persiguió por todo el campo, ahora un conejito era mi entretenimiento, perseguí a ese pequeño hasta que mis ojos ya no alcanzaron a verlo, unas manos se posaron en mis hombros provocándome un pequeño respingón.
-Gracias
-Tampoco significaba sacrificio alguno
-Bueno, no todo el mundo está dispuesto a pasar tiempo con Shin, le tienen miedo
-¿Miedo? Pero si es un cacho pan-reí
-Lo sé, nunca le he visto violento, no al menos conmigo-suspiró- Pero lo que ha hecho hoy contigo….ha sido asombroso, nunca había interactuado con nadie
Una pequeña sonrisa afloró en mis labios, me sentía especial en aquel momento.
-Hagamos un trato, ¿sí?
Alcé la mirada y escruté sus ojos, la verdad es que después de tanto tiempo ya no me parecía la malvada zorra del primer día.
-Tú pasas tiempo con él para que podamos ver su comportamiento y para que yo pueda dedicar más tiempo a los demás
-Y tú a cambio me pones una mesa de pin-pon
Sus ojos se abrieron, supongo que le sorprendía que esa fuera mi petición, estoy en un loquero, supongo que esperaba algo más importante como pasear libremente o salir al patio, pero no, yo me contentaba con eso, además, quería probar algo.
-Está bien, me parece un buen acuerdo
Extendí mi mano y ella la estrechó al momento, teníamos un acuerdo pues.