Nadie sabe lo que nos espera después de morir, ¿el infierno para los malos?, ¿el paraíso para los buenos? ¿Es el fin de todo? O talvez es el inicio de un nuevo ciclo.
Ángeles y demonios, resurrección y reencarnación.
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Grell es una niña, o al menos eso pensaron todos, ella viste de rojo, lleva un viejo vestido arriba de la rodilla con holanes y un moño. El pequeño Ronald no viste mejor, sus pantalones estás rasgados de varias partes.
Él se refiere a ella como "mi hermana Grell".
Grell fue instalada en la habitación con los demás varones y no con las niñas, ella duerme en la misma cama con Ronald, los demás dicen - "ella" es un "él".
Todos tratan diferente a Grell, como si de un espécimen de otro planeta se tratase. Grell visita a diario al psicólogo del orfanato. William no dice nada, sólo observa en silencio, no cruzan palabras, se conforman con intercambian miradas.
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Todos los niños visten el mismo uniforme gris sin vida. Todos se mesclan excepto uno. Un punto rojo en un mar gris. Él es diferente, es especial.
-Quiero que seas mi amigo- Grell se sienta junto a William, el pequeño niño castaño le mira en silencio, frunce el ceño y piensa un poco, ¿Quiénes se creen estos niños intrusos para invadir su espacio?. Ahora los tres SIEMPRE están juntos.
William siempre está leyendo todo tipo de historias, a veces también lee las etiquetas de los productos de higiene personal y de los alimentos, los clasifica y reacomoda.
Will mira el cielo desde la ventana de su habitación compartida a través de los barrotes de seguridad, se siente como una prisión, pero así es mejor dicen los adultos, otro niño cayendo desde un quinto piso es una terrible publicidad.
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Se escuchan gritos y lamentos desesperados, Grell está desquiciado, demasiado para un niñito de su edad.
Tan sólo han pasado 6 meses desde la llegada de Ronald y Grell y el pequeño rubio ya ha sido adoptado. Es natural, las parejas siempre buscan bebé o niñitos para educarlos a su modo, los niños grandes son difíciles.
Ronald llora, nunca ha estado separado de su "hermana", Grell siempre lo protegió de su padrastro, de todo lo que lo pudiera lastimar. El pequeño pelirrojo mordió del brazo al hombre que se lleva a su hermano, este tipo le abofetea y lo tira al suelo, Grell enloqueció, pero no puede hacer nada más que mirar como se llevan a su hermano, la nueva mamá de Ronald susurra cosas dulces al oído del niño y logra calmarlo, él sonríe, muy poco pero sonríe.
Han pasado 4 horas desde que Ronald se fue y desde entonces Grell permanece encerrado en el cuarto de escobas llorando amargamente la perdida de su hermano.
William está del otro lado de la puerta, ninguno habla, Grell sigue llorando y Will le acompaña en silencio.
-Hey Will- llama un hombre.
-Soy William- responde molesto, el hombre le ignora.
-¿Qué haces aquí, es hora de la merienda, hay waffles.
-Espero a Grell.
-Ese niño está castigado, será mejor que vengas a cenar o te perderás de los waffles- responde engreído, fue a él a quien Grell mordió
-No me gustan las cosas dulces- dice sin mirar al hombre mayor y toma asiento a un costado de la puerta, va a esperar a Grell, esto sólo es el comienzo, les espera un largo tramo por recorrer, como si de una penitencia se tratase, ellos no saldrían pronto de este lugar, no serían adoptados tan fácilmente. El hombre suspira y sigue su camino.
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Grell es violento, incluso lo es con William, Will se lo permite, de alguna manera el pequeño Spears siente que le debe algo a Grell, su alma siente remordimiento.
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Todo es caos hasta que él llegó, era rubio y joven, desde un principio nunca le agradó a William, mucho menos cuando se enteró que se llamaban igual.
Thomas Wallis, el nuevo cuenta cuentos del orfanato se presentó con los niños, parecía amistoso, creaba historias y usaba a los niños como personajes principales, fue la sensación, incluso hizo sonreír a Grell. Desde el momento en que el joven vio a Grell quedó prendado de su belleza, Grell ya tiene 8 años, aún es muy inocente, pero William sabe que esa admiración que Thomas siente por Grell no es sana, a sus 10 años Will ha visto muchas cosas crueles en este lugar.
Es hora de la cena, William y Grell siempre se sientan juntos pero el pelirrojo no ha llegado, sus alimentos se enfrían. Will hace a un lado sus cubiertos y baja de su asiento, va en busca de Grell, a William no le gustan los cambios de rutina.
Grell se ha portado bien últimamente así que no está encerrado cumpliendo un castigo pero ¿dónde está Grell?
William llega hasta las recamaras de los adultos, él conoce perfectamente bien el edificio, a Grell le gusta esconderse y él debe ir en su búsqueda.
Se escuchan murmullos de una habitación, le suenan familiar.
-Eres tan hermoso- susurra al oído del niño pelirrojo, el hombre está a horcajadas sobre Grell, él acaricia el pequeño rostro, Grell no dice nada. William mira desde la puerta, sus piernas tiemblan, ya sabe lo que pasará. Will entra sigilosamente, trata de armarse de valor pero le es difícil.
La mano de Thomas baja hasta la pierna de Grell, pero antes de que logre tocarlo, siente como alguien le apuñala por la espalda. Él grita y mira sobre su hombro, William suelta el cuchillo y mira con horror, no entiende lo que acaba de hacer, sólo sabe que fue por el bien de Grell, el pelirrojo abre mucho los ojos pero no grita, sólo mira la sangre, el montón de sangre que emana de la espalda de Thomas.
El rubio va tras de William, le dará su merecido. El pobre Will es tomado por la garganta, pronto le falta el oxígeno.
-Bueno Thommy, creo que tendré que castigarte. El mundo se vuelve negro para Will.
...
Faltan niños en los comedores, una maestra va en su búsqueda, -William y Grell otra vez-
Una horrenda visión, un niño semidesnudo y otro inconsciente sobre la cama del cuenta cuentos del lugar y más horrible aún, el rubio está muerto, violentamente apuñalado, pero es que Grell tenía que salvar a William.
Más mala publicidad para el lugar, un violador y un chiquillo asesino. Con algo de dinero, todo quedó sepultado y es que "los muertos no hablan".
Ahora William y Grell van al psicólogo juntos y ya no se separan nunca, se hicieron la promesa de protegerse pues estaban solos en este mundo, sólo se tenían uno al otro.
William odiaba a los Thomas, a todos y nunca más volvió a usar su segundo nombre.
......