Se escucharon gritos de asombro y algunos de miedo, Aizen elevó su reiatsu y sus subordinados se arrodillaron ante él.
-Ahora es tiempo de cumplir mi promesa –Aizen sacó el Hogyoku y lo levantó en el aire- primero estabilizaré el poder de sus fracciones, y al final, de mis Espadas. -No se veían muy conformes con la decisión de Aizen, pero no se atrevieron a protestar, excepto sus fracciones, quienes se apresuraron a discutir entre ellas:
-¡Yo primero!; No, tú muérete, ¡yo primero!; ¡Yo!; ¡No, yo soy de la fracción de Barragan!; ¿Y a mí que me importa, nosotros estamos con el rey pantera!; ¡Háganse a un lado, nosotras servimos a Harribel-sama!; ¡ustedes llegaron al último, y tú qué Tesra, hazte a un lado!; ¡No, esperen, a mí no me metan!
En ese momento apareció un integrante más de la fracción de Grimmjow y todos se quedaron callados, generando un silencio incómodo. Yylforte hizo una marcada reverencia a los Shinigamis, y especialmente a Aizen, luego se giró y se arrodilló frente a Grimmjow
-Por favor, ruego que me disculpe por el retraso.
-Mira princeso, por llegar tarde quedarás al último… -Empezó Nakeem, pero fue interrumpido por el resto de las fracciones:
-¡De eso nada!; ¡yo primero…! –Y la pelea por ser el primero en obtener inició de nuevo.
-Suficiente. –Tousen se levantó pero Aizen lo detuvo del brazo; en seguida levantó el Hogyoku y resplandeció por unos instantes. Las fracciones cayeron inconscientes.
-Que alguien haga el favor de llevárselos a otra parte mientras me ocupo de mis Espadas.
-Permítame, Aizen-sama. –Contestó Szayel, sacó un control remoto y con eso, una aspiradora surgió del techo y aspiró a las fracciones desmayadas.
-Octava Espada… ¿a dónde los enviaste? –Preguntó Harribel, sumamente seria y enfadada.
-Ohh, no te preocupes, estarán a salvo del otro lado del palacio.
-Las fracciones despertarán en una o dos horas, dependiendo del efecto que el Hogyoku haya tenido en ellos. –Dijo Aizen; Harribel hizo una reverencia y permaneció callada.
-Ohhh, ¿así que ellos ya han recibido el tratamiento completo del Hogyoku? –Preguntó Gin, Aizen le contestó con tranquilidad:
-Sí, pero son más débiles que el resto de los presentes, por lo que no lograron resistirlo. Ahora, mis Espadas, tengo un importante anuncio para todos ustedes: antes de aumentar su poder con el Hogyoku, se arrodillarán ante mí y jurarán eterna obediencia.
>>Serán capaces de invocar su resurrección y el gran cero oscuras, pero lo harán cuando sea el momento de la guerra contra el Seireitei. Estará prohibido liberar su poder estando dentro del palacio, ¿está claro?
>>Además, tendremos visitas en Hueco Mundo dentro de algunos meses y espero que sean detenidos, a excepción del shinigami sustituto Kurosaki Ichigo -señaló un asiento junto a su trono y exclamó con solemnidad- este intruso en particular ocupará un lugar junto a mí, ¿quedó claro?, el que se atreva a hacerle daño lo pagará con su vida.
>>Otra cosa, una vez que me enfrente a la sociedad de almas, el Espada elegido para ocupar el puesto de “Guardián de Las Noches” lo decidiré entre La 4ta y 6ta Espada, no considero necesario someter a mi 5ta Espada para el puesto.
La expresión en la cara de Nnoitra era indescriptible, una extraña combinación de ira, cólera y sorpresa; Aizen elevó su reiatsu y Nnoitra entendió la indirecta, por lo que permaneció en su lugar sin decir nada, ni siquiera se atrevió a moverse.
-4ta Espada, -Aizen se dirigió a Ulquiorra, quien se apresuró a arrodillarse frente a él- dentro de 14 días irás al mundo humano para ver si ha habido algún progreso en el poder del Shinigami sustituto, esa será tu tercera prueba.
Ulquiorra se encontraba arrodillado con la cabeza baja, incapaz de mirar al frente, sabía que se trataba del shinigami de cabello naranja con el que Aizen había peleado, su futuro consorte. <<Si tan sólo pudiera entender estas absurdas emociones, si tan sólo pudiera arrancarlas de mi ser…>> pensó; levantó la mirada y se encontró con la luz del Hogyoku.
-Por obedecer mis órdenes con lealtad, serás el primero en tener un poder estable y completo. –Le explicó Aizen; se había levantado del trono y estaba a escasos centímetros de Ulquiorra, éste sentía una multitud de emociones, por lo que trató de calmarse y prefirió concentrarse en el Hogyoku, lo observó con detenimiento ya que la luz que emitía le era fascinante.
Su interior comenzó a calmarse, sus pensamientos se volvieron más claros y concisos, la oscuridad que nacía en su reiatsu ahora estaba bajo su poder. Poco a poco dejó de sentir, miró a Aizen a los ojos y volvió a percibir ese vacío que tanto tiempo había llevado dentro de sí. No existía ese malestar estomacal por culpa de sus ojos castaños, o esa extraña sensación de bienestar por tenerlo cerca, incluso recordó el sueño que había tenido con él y se percató que no existió respuesta alguna en su cuerpo.
Había dejado de sentir, Ulquiorra volvió a quedarse vacío.
Se enderezó y miró a su alrededor, el resto no pareció percatarse de lo ocurrido, si es que alguna vez observaron a Ulquiorra molesto o irritado por algo. Lo que si sintieron fue un abrumador aumento de reiatsu, Ulquiorra resplandecía en un poder verdoso rodeado de oscuridad.
-Mis Espadas, observen y sientan el aumento de poder; todos ustedes deberán controlar su nuevo poder o tendré que sellarlos. Muy bien Ulquiorra, puedes retirarte a tu lugar; estabilizaré al resto de mis Espadas.
Las primeras tres Espadas, uno por uno, recibieron el poder del Hogyoku, Starrk y Harribel se arrodillaron sin problema, pero Barragan se mostró más renuente y accedió únicamente por obtener más poder. Ante el Hogyoku, Starrk se tambaleó y estuvo a punto de caer, Harribel lo ayudó a irse mientras Barragan se retiraba indiferente.
-Nnoitra, Grimmjow y Zommari, siguen ustedes, juren lealtad y reciban el poder que merecen. –Aizen levantó el Hogyoku; Grimmjow estaba impaciente. <<Si cree que esa esferita me va volver más poderoso…>> pensó; luego observó la luz que emitía el Hogyoku y le pareció ver algo familiar en ella, como si de repente recordara algo que había olvidado hace mucho tiempo, o más específicamente, algo que estaba buscando.
Sacudió la cabeza y volvió a mirar el Hogyoku, ahora, su alucinación había desaparecido. <<Dejaré de tomar tanto sake>> pensó; pero su mente quedó en blanco, varias imágenes había aparecido frente a él, pero eran completamente irreales, es como si hubiera tenido otra vida, y era…
-Pueden retirarse; Szayel y Aaroniero, faltan ustedes. –Las palabras de Aizen lo sacaron de su trance; Grimmjow bajó la escalinata algo confundido y mareado, pero sin duda, deseoso de probar su nuevo poder; pero esas imágenes lo perturbaban un poco, pero decidió no pensar en ello y fue en busca de su fracción.
Mientras tanto, Szayel permanecía en una esquina del salón, hasta que decidió irse a su laboratorio. <<Y mi hermanito Yylforte no vino; bueno, debió pensar mal de mí por la curación que le hice…al demonio, tengo cosas que hacer>> pensó y aceleró el paso.
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-¡Quítate de encima, bola de manteca! –Apache le soltó una patada a Nakeem, éste salió volando a una pared; se levantó y le reclamó:
-¡Yo no tengo la culpa de haberme quedado inconsciente encima de ti! –El resto de la fracción se reía porque cayó encima de Di Roy.
-Claaaaaaaro, crees que nací ayer, inútil pedazo de… -Mila Rose le tapó la boca y junto a Sung-Sung la arrastró fuera de la sala mientras le decía:
-Da igual Apache, luego lo matas; Harribel-sama debe estar preocupada, vámonos.
En otro punto se enontraba Abirama Redder, un extravagante miembro de la fracción de Barragan; no dejaba de dar vueltas por la sala gritando incoherencias.
-¡Por fin tenemos el poder que nos habían prometido! Vamos, vamos, reúnanse guerreros, ¡estamos a punto de comenzar la batalla contra la sociedad de almas! –El resto lo miraba indifirente, pero alguien lo tomó del brazo y lo sacudió:
-¿Quieres callarte? La batalla será en varios meses, tenemos que entrenar. –Le dijo Choe Neng Poww, otro miembro de la fracción de Barragan.
-Mira Nakeem, ¡ese está más gordo que tú! –Pronunció Edrad en voz alta, toda la fracción de Barragan lo volteó a ver mientras Shawlong le soltaba un codazo.
-¡Y tú a quién le dices gordo! –Le replicó Choe en un tono serio.
-Uyyy ya se enojó la ballena, pero tienes que admitir que tiene razón. –Dijo Ggio Vega, aparentemente el miembro más joven de la fracción de Barragan, quien señaló a Nakeem con el dedo-: aunque ellos tienen a un luchador de sumo.
-¡Y ustedes…! –Trató de reclamar Di Roy, pero Yylforte le tapó la boca y le dijo:
-No vamos a ganar nada peleando, tenemos que ir a buscar a Grimmjow.
-Ayyyyyyyy, ¡pero si ahí está mi chiquito corazón! –Todos voltearon a mirar a Charlotte y ahogaron una risilla, Di Roy se puso rojo de la vergüenza.
-Charlotte, ¿ese fue el que te llamó el otro día? –Preguntó Findorr Calius, también fracción de Barragan.
-Sí, el que está con tu gemelo malvado. –Charlotte le mandó un beso a Di Roy, Yylforte trató de aguantar la risa; Edrad estaba riendo a carcajadas.
-Lo vas a partir a la mitad, le llevas como medio metro de altura… Espera, ¡el que tengamos el cabello rubio no lo hace mi gemelo! –Le reclamó Findorr.
-Ustedes sigan perdiendo el tiempo, nosotros nos vamos. –Les informó Nirgge Parduoc; lo siguió Abirama Redder y Choe Neng Poww.
-Trio de viejos aburridos, si estamos tratando de deshacernos del idiota de Charlotte y ustedes no ayudan. –Les dijo Ggio mientras empujaba a Charlotte- anda, ve con la fracción de Grimmjow, igual y ellos te aguantan.
-¡Ay pequeño, pero qué malo eres! ¿Estás celosito, verdad?
-No, a ver espera, ¿deshacerse de Charlotte? ¡Quédenselo ustedes! –Les gritó Di Roy y dio la vuelta a la salida, Charlotte lo acorraló con sonido y le dijo:
-Chiquitín, ¿a donde vas?
-¡Lejos de ti! –Charlotte le dio un abrazo de oso y le sacó el aire.
-¿Qué están haciendo! –Les rugió Grimmjow, el resto de la fracción se quedó inmóvil porque habían escuchado a su líder mucho más fuerte.- La guerra será en unos meses y ustedes aquí perdiendo el tiempo, ¡vámonos!
Di Roy se zafó de Charlotte y corrió con el resto hacia la arena; Grimmjow estaba rodeado de un intenso reiatsu azul que empezó a asfixiar a su fracción.
-¡Córran o los mato aquí mismo! –Le gritó Grimmjow a la fracción de Barragan, ellos se encogieron del susto y se fueron a paso veloz.
-Ufff, por un segundo pensé que nos decías a nosotros… -empezó Edrad, y palideció al ver la gigantesca sonrisa de Grimmjow.
-No es mala idea, les daré 5 segundos de ventaja, ¡ahora córran!
-¡Edrad, eres un imbécil! –Le gritó Nakeem; todos trataron de huir pero Grimmjow era demasiado veloz para ellos, los persiguió a cuatro patas y les rugía a cada paso que daba, su fracción corría por su vida pero al poco tiempo los alcanzó y comenzó la pelea.
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Seireitei
-¡Reeeeeeeeeeenji! ¡No encuentro a Rukia! –Gritó Ichigo desde la ventana de una habitación; adentro se encontraba Renji con Byakuya con unamirada de sorpresa.
-Renji, ve a buscar a Rukia; Kurosaki Ichigo, debo hablar contigo. –Dijo Byakuya con un tono severo, aunque ligeramente entrecortado debido a que seguía en cama recuperándose de sus heridas; Ichigo lo miró por unos momentos y le respondió:
-¿Eh?
Byakuya suspiró, Renji se levantó de su asiento, agarró a Ichigo de la ropa y lo arrojó a la silla en donde estaba él:
-Tú obedece Ichigo, yo buscaré a Rukia, debe estar en la casa de los Shiba. –Miró sobre su hombro a Byakuya y se retiró sin decir nada más.
-Acércate, Kurosaki Ichigo.
<<Bueno, ¿y a éste que le pasa? >> pensó Ichigo, la inexpresiva mirada de Byakuya se clavó en sus ojos, él se encontraba sentado en la cama, esperando; Ichigo se sintió algo incómodo pero se acercó para sentarse en una silla junto a él.
-Antes de que comiences a regañarme, te diré que no pediré disculpas o algo por el estilo.
-En realidad no, aunque espero que estés consciente de lo que has hecho, Kurosaki.
-Oh si, desafié a toda la sociedad de almas para salvar a tu hermana.
-Antes de eso; para que puedas entenderme utilizaré el término “logro”, ya que realmente has hecho algo que supera varias creencias que tenemos:
>>En primer lugar, has obtenido tus poderes de otro shinigami pero al punto de llegar a arrebatárselos por completo.
-No fue mi intención, Rukia podrá recuperarlos. –Refunfuñó Ichigo, Byakuya ignoró su comentario y siguió hablando:
-Tú debiste recibir sólo la mitad de los poderes de Rukia de manera temporal, sin embargo, debido a tu propio poder espiritual, absorbiste todos sus poderes de forma permanente; Kurosaki, tú ya tenías poderes de shinigami, aunque no entendemos el motivo, ya que eres un humano… -Ichigo lo interrumpió:
-¿Otra vez con eso? ¡Da igual si soy humano!
-No, y aunque te duela admitirlo, no puedes comparar a los shinigamis con los humanos, después de todo, el tiempo transcurre de diferente forma para nosotros y envejecemos mucho más despacio. Por ello somos capaces de entrenar durante años, y aún así, muy pocos conseguimos desarrollar el Bankai, una técnica reservada para shinigamis sumamente poderosos.
-Ajá, yo lo conseguí en tres días.
-Exactamente, algo completamente sin precedentes. Lograste dominar tus nuevos poderes en tan sólo tres meses sin recibir entrenamiento, únicamente blandiendo bestialmente tu espada contra los hollows.
-No fue gran cosa… espera, ¿eso fue un insulto? –Preguntó Ichigo, Byakuya lo ignoró y continuó hablando:
-¿Recuerdas el menos grande que enfrentaste en el mundo humano? Nuestros tenientes difícilmente podrían vencerlo, pero tú lograste ahuyentarlo.
-Pude haber muerto ese día, recibí ayuda.
-Cierto, el Quincy te salvó ese dia; posiblemente el último de ellos, una raza que creí extinta. En verdad conseguiste aliados bastante peculiares, eres una verdadera rareza.
-Yo no te digo rareza o te hecho en cara el haberte derrotado.
-Kurosaki… En fin, quieras o no te has convertido en shinigami, ahora tienes responsabilidades que cumplir en la sociedad de almas, debes quedarte aquí.
-Mmmm no, no puedo, dejé mi cuerpo humano en casa y ve a saber lo que hará Kon si no regreso.
-Aquí no te hará falta tu cuerpo humano, ahora que tienes poderes de shinigami utilizas tu alma para pelear, y es la misma que utilizarás para entrenar; tienes un deber que cumplir.
-No puedo. –Ichigo comenzaba a levantarse de su asiento pero Byakuya le sostuvo una mano para detenerlo.
-Kurosaki Ichigo, debes casarte conmigo.
-¡¡QUEEEEEEEEEEÉ!! No, no, no, no, ¡espera! Qué gracioso, ya, no juegues. –La seriedad en la cara de Byakuya y su firme agarre de la mano de Ichigo le dieron a entender que no era broma. –Espera Byakuya, ¿a qué refieres con casarme contigo? ¡Eso ni siquiera es legal!
-En el seireitei las leyes son diferentes, además, soy el líder de una de las casas nobles. –Byakuya se suavizó un poco hasta el punto de casi acariciar la mano del contrario; Ichigo percibió esto y trató de soltarse, aunque fue inútil.
-Ichigo, he dicho que tenías un deber que cumplir.
-¡Qué deber ni qué nada! Así no funcionan las cosas en el mundo humano.
-Entonces dime, ¿cómo funcionan? –Con extrema fuerza, Byakuya agarró a Ichigo del antebrazo y logró arrastrarlo encima de él, de tal forma que quedara sentado en su regazo; Ichigo lo miraba desconcertado, Byakuya le tomó con suavidad de la barbilla y le murmuró con una voz suave y ciertamente seductora:
>> ¿Debo darte un anillo de compromiso?, porque pensaba hacerlo; ¿quieres una ceremonia tradicional?, es lo que haremos…
-Espera, no te entiendo, ¿primero tratas de matarme y ahora quieres casarte conmigo? –Byakuya jaló con cuidado el rostro de Ichigo hasta reflejarse en sus ojos castaños, le acarició suavemente la barbilla con el dedo pulgar y le susurró casi en los labios:
-Me gustas. -Ichigo salió corriendo ante la ligeramente asombrada mirada de Byakuya. <<Incluso acaba de mejorar su Shunpo, ¿hasta donde llegará su poder?>> pensó.
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-Rukia, ¿Qué hacías en la residencia de los Shiba? –Después de que Renji se topara con Rukia, ambos shinigamis caminaban de regreso al Seireitei.
-Sabes que tenía que disculparme por los errores del pasado. Y a ti, ¿te pasa algo?
-No, nada… para nada.
-Renji…
-Yo… no debí tratar de matarte, o dejar que te juzgaran por traición, hice mal.
-Lo hiciste por mi hermano.
-Y él lo hizo por honor. –Contestó Renji con cierto recelo, Rukia pareció percatarse de ello.
-Lo sé, pero tú… dime, ¿algo más te molesta?
-Digamos que nunca voy a estar a su altura.
-No digas eso, sabes que tu…
-¡Reeeeeeeeeeenji, Rukiaaaaaaa! –Ichigo los alcanzó justo en la entrada del Seireitei.
-Ichigo, ¿qué quería Byakuya? –Él evadió la pregunta hablando con Rukia y Renji se molestó, luego recordó lo que había escuchado acerca de la supuesta profecía, pero no quiso preguntárselo a Ichigo y mucho menos enfrente de Rukia. A lo lejos distinguió a un viejo amigo y dejó a Rukia hablando con Ichigo para encontrarse con él.
-¡Kira! –Lo saludó a lo lejos y Kira le devolvió el saludo con una débil sonrisa; Renji le dijo-: Creo que tú la estás pasando peor que yo, ¿qué te traes?
-Ay no, ¿por dónde empiezo? Hice enojar a Hisagi y posiblemente le jodí la vida, defendí a mi capitán de Hinamori al grado de levantar mi espada contra ella, después pelee con Rangiku…
-¡Renji! –Ambos voltearon por el grito y se encontraron a Hisagi, él dejó de sonreír al ver a Kira, al parecer no lo había visto porque Renji lo tapaba. Se formó un silencio incómodo que Renji se encargó de romper:
-Kira, tus acciones fueron por lealtad a tu capitán, no sabíamos que era un traidor; y lo que sea que le hayas hecho a Kira, ¿tan grave fue?
-No, en realidad no fue nada grave, incluso me hizo un favor. –Hisagi sonrió un poco y agregó-: Pero ya no tomes tanto sake, te pones algo… hiperactivo.
-Acabamos de pasar tiempos difíciles y no importa lo que se hayan hecho, son amigos, somos amigos, ¿no? –Dijo Renji, les puso un brazo en sus hombros y los otros dos sonrieron.
-¿Y ahora? –Preguntó Kira.
-Sake –dijo Hisagi, Renji los llevó a un bar local, que curiosamente estaba estrenando un artefacto del mundo humano.
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(Un rato después…)
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El ruido de una canción mal cantada provenía de tres shinigamis completamente alcoholizados con sake, trataban de seguir el ritmo pero ninguno se la sabía; Renji sostenía el micrófono y Kira se colgaba de él y Hisagi para no caerse:
>>¡¡¡¡PERO QUE SEA DESÉRTICA!!!! Oh siiiiii, ¡DESÉRTICAAAA!
>>Pero que sea desertica, oh si, desertica
>>Asi si la riego ¡NOOOO!, no me preocupooo, porque va estaaaar muuuuuy bien
>>Asi si la riego ¡NOOOO!, ya no me apuro, como la regue contigo
>>Y que un solo jardinerooooo, recoja el fruto
>>No como tú, que ya estabas recojida
>>Y si es que otro se animaaaa
>>Puuuuuues buena suerte, a ver si no se espina…
A lo lejos discutían un par de personajes, ajenos al desorden de los shinigamis:
-Sado-kun, ¿crees que haya sido buena idea enseñarles el karaoke? –Preguntó Ishida, mientras miraba ligeramente alarmado el desastre que estaban haciendo los otros.
-No, les hace falta distraerse. –Hisagi se soltó del par de ebrios y se les unió:
-¡Sado! Ichigo me dijo que sabías tocar la guitarra, ¿en serio?, ¿me enseñas?, ¡vaaaamos! –Lo tomó del brazo y se le enseñó la guitarra que había encontrado en una misión del mundo humano, ambos salieron del local sin llevarse a Ishida, éste miró algo aburrido la escena mientras comenzaban a cerrar el local…
-Ishidaaaaa, ¿a dónde se fueron los demás? –Renji traía colgando a Kira y estaba tambaleándose en la entrada; Ishida se acomodó los lentes y contestó:
-No lo sé, la verdad es que pensaba regresar al mundo humano hoy, pero no veo a nadie…
-E-espera, te -hip- ayudaré a buscarlos.
-No gracias. Abarai-kun, apenas puedes estar de pie y además tienes que encargarte de tu compañero; los buscaré yo solo,
-¿Kira? No te preocupessss, ¡mira! –Agarró a un shinigami que pasaba y le dijo-: Lleva al teniente Kira a su cuartel, necesita descansar. –Se quitó a Kira y se lo arrojó al desprevenido shinigami, quien pidió a otra persona que lo ayudara a llevarse al teniente acoholizado.
-Abarai-kun…
-No digas más, ¡vamos por tus amigos! –Le dio un ligero empujón amistoso a Ishida y empezaron a caminar, aunque no tardó en anochecer.
-Yo no había tenido la oportunidad de disculparme por lo que pasó en el mundo humano –decía Renji con la mirada baja- últimamente he estado haciendo un montón de tonterías y muchas personas han salido lastimadas, en ssserio lo siento.
-Estabas siguiendo órdenes.
-¡Pero no fue lo correcto! Actué por impulso, por… más bien para conseguir la aprobación de mi capitán, ¡lo amo! -<<¿Estará consciente de lo que dice?, no, tal vez no…>> pensó Ishida, luego le puso una mano en el brazo como un gesto de amistad y le contestó:
-Es muy fácil confundir la admiración con el amor, y esto nos lleva a actuar sin pensar. Esta bien seguir las órdenes pero no podemos dejar de lado la razón; después de todo, tú debiste pensar en los motivos que tuvo Kuchiki-san cuando le dio sus poderes a Kurosaki, y también debiste pensar que su ejecución fue algo sumamente apresurado, muy sospechoso diría yo…
-Vaya, eres muy inteligente. –Le dijo Renji con una ebria mirada de asombro.
-Gr-gracias. –Respondió Ishida con un ligero rubor en sus mejillas.
-Ishida… te vi algo serio en el bar, ¿tú… perdiste a alguien?
-¿Yo? La verdad no sé de qué hablas
-Conozco esa mirada de vacío cuando la veo, por eso pregunto. -Tras meditarlo unos segundos, Ishida respondió:
-Yo no sé lo que quiero. –Renji lo detuvo para mirarlo a los ojos, Ishida se sobresaltó cuando lo tomó de los brazos para mirarlo más de cerca, por lo que volteó a otro lado y le dijo-: Creo que debería buscarlos mañana, de cualquier forma gracias, Abarai-kun.
-Espera, ¿y en dónde te vas a quedar?
-Creo que iré al cuarto escuadrón…
-¡No!, quiero decir, mi escuadrón es mucho más amplio. –Renji lo agarró de la cintura y se lo echó al hombro, Ishida sólo distinguió el cambio de escenario: de las calles del Seireitei a la puerta del sexto escuadrón.
-¡Abarai-kun! Eso fue completamente innecesario, puedo caminar por mi propia cuenta.
-Con shunpo llegamos más rápido.
-Sí, pero no era neces… -Renji lo calló con un suave beso bajo la luz del firmamento nocturno, Ishida se puso completamente; Renji lo abrazó con suavidad de la cintura y lo pegó más a él, Ishida puso las manos en el fuerte pecho del pelirrojo para apartarlo:
-Abarai-kun, estás borracho y no sabes lo que haces.
-No, estoy bien consciente de lo que hago, se me quitó el efecto del sake hace rato. –Renji volvió a buscar sus labios pero Ishida lo evadió girando el rostro:
-Dijiste que amabas a tu capitán.
-Decidí hacerte caso, tú sabes más que yo, la admiración no es lo mismo que el amor. –Renji le giró el rostro para poder verlo de frente- sé que lo admiro, pero no… no es lo mismo, ya no… desde que te dejé tirado en un charco de sanre en el mundo humano.
-Qué romántico, Abarai-kun.
-Hablo en serio; incluso le dije a mi capitán que llegaría a superarlo con tal de que me quisiera, pero me di cuenta de algo, sólo quiero ser más fuerte que él, eso es todo.
-Qué rápido olvidas…
-No, tú haces que lo olvide –Renji lo sostuvo entre sus brazos, Ishida no se opuso; sintió el aliento de Renji cerca de su oído cuando le dijo-: hazme olvidarlo.