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Un Terrible Deseo por Nekoboy mty

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Notas del capitulo:

Hoy se muere alguien. Y a partir de aquí habrá mucha muerte.

Capítulo 8: Elefantes, Dragones y Muerte

Kuroko se encontraba en la entrada viendo como el resto de sus amigos a los animales responsables de ese sonido, ahí avanzando por el rio en su dirección estaban llegando una manada de pequeños elefantes de poco más de metro y medio de alto, con largos colmillos y pequeñas orejas. La manada continuaba su lento y tranquilo avance a pesar de ya haberse percatado de los jóvenes más adelante.

-No puedo creer lo pequeños que son esos elefantes.

-Kurokocchi podría montar uno de ellos.

-(Midorima) Creo que no son simples elefantes.

-¿Cómo está eso Midorimacchi?

-Revisaba la información que tome en el museo, se llaman Stegodon una especie de elefantes aparte, no son iguales a los que conocemos, se trata de una familia diferente en la evolución.

-(Kagami) Aun así son muy pequeños. ¿Cómo es que un elefante puede perder su gran tamaño y quedar reducido a esto?

-Ley básica de la vida en una isla, todo depende de la cantidad de recursos y espacios disponibles, los animales grandes se vuelven pequeño mientras que los pequeño se hacen grandes. En este caso, estos pequeños solo pueden pesar 800 kilos como máximo.

-Bien, supongo que eso explica las ratas y las cigüeñas también.

-(Akashi) Todo esto es muy interesante pero no tenemos tiempo para pensar en estas cosas, recuerden que aún tenemos que irnos y buscar un lugar seguro antes del anochecer. Así que tomen todas sus cosas y partamos.

El grupo recogió sus cosas para después comenzar a salir, el último en hacerlo fue Kuroko que se quedó viendo hacia el interior de su casa una última vez.

-Kurokocchi…

-Lo siento Kise, es solo que… no puedo creer que tenga que dejar mi casa…no de esta manera…

-Tranquilo Kurokocchi, hallaremos la solución y regresaras en algún momento.

-Si…tienes razón…salgamos, Akashi se molestara si no lo hacemos…

Kuroko salió finalmente pero olvido en su habitación aquella pequeña punta de flecha que había recogido en el museo. Los jóvenes comenzaron a cruzar el pequeño rio mientras los elefantes se detenían a alimentarse de las plantas que crecían en las orillas. El grupo continuo con su avance a través de la selva alejándose de la casa de su amigo, ahora había menos edificios por lo que debían usar su memoria para orientarse y no perderse en su camino hacia la playa. Kuroko caminaba al final de todos en compañía de Murasakibara, él sabía que aún tenían asuntos de los cuales hablar, solo que le generaban cierta incertidumbre. Por lo que se aminoraron el paso un poco para que los demás nos escucharan su conversación.

-Murasakibara-kun…

-¿Si Kuro-chin?

-… ¿Es verdad lo que me dijiste haya?

-Por supuesto que lo es. Jamás bromearía con algo como eso.

-¿En serio quieres que seamos novios?

-Así es, pero es solo será si tu accedes.

-Es que… no lo entiendo… ¿Desde cuándo has tenido esos sentimientos por mí?

-Desde que nos conocimos en Teiko.

-¡¿Tienes que estar bromeando?! Entonces ¿Por qué jamás me dijiste nada?

-Como te lo dije antes, tenía miedo, además…no soy el único con sentimientos hacia ti.

-¿De que estas hablando?

-Kuro-chin puede ser muy listo en algunas cosas, pero parece que no puede percibir los sentimientos de quienes lo rodean… todos los que estamos aquí, sentimos algo por ti.

-No puede ser cierto…todos aquí.

-Sí, todos queremos mucho a Kuro-chin, pero por más que intentamos no te das cuenta de nuestro sentimientos, sabía que no entenderías mis sentimientos por mas indirectas que te lanzara, es por eso que a diferencia de los otros, yo he decidido ser directo y decirte las cosas de frente.  Ya no podía callar lo que siento cada vez que te veo.

-Murasakibara…yo…no sé qué decirte…

-No tienes que decir nada, no a menos que estés seguro de lo que quieras decir. Pero por lo menos, ya eres consciente de mis intenciones hacia ti.

-Es solo que…me cuesta creer que tu…que todos tengan esos sentimientos.

-¿Te parecemos raros?

-No es eso, solamente que siempre creí que ustedes solo me veían como un amigo, nunca pensé que en realidad fuera de una forma distinta, no los juzgo ni nada, pero no pensé que algún día estaría en esta situación y…¡Espera! Entonces la otra vez que estaba charlando con Aomine el lo que quería decir era que… ¡Oh Diablos!

-Así es, el intento declarársete, pero tú no lo entendiste y en vez de corresponderle solo acabaste con muchas de sus ilusiones al saber que lo ves más como un hermano que como cualquier otra cosa.

-…He cometido un grave error.

-Él estaba muy decepcionado cuando le dijiste eso, pero ¿Quién de nosotros no lo estaría? A final de cuentas, se entiende que es el que está más lejos de tener algo contigo, lo cual al resto de nosotros nos dio cierta alegría.

-Debo disculparme con Aomine-kun…

-No tienes que hacerlo, no lo sabias, pero ahora debes recordar lo que sentimos hacia ti. Digamos que las cosas que haces o dices sobre cada uno tiene un efecto mucho más profundo en nosotros de lo que pensabas.

-Lo tomare en cuenta…

-Bueno Kuro-chin, ya sabes la verdad, no es por ser pretencioso ni nada, pero en verdad me gustaría que me correspondieras. Sería muy feliz si lo hicieras.

-…yo…yo…yo no estoy listo para lidiar con todo esto…no quiero acabar con tus esperanzas, pero al enterarme de esto, toda mi cabeza es un caos en estos momentos…no sé qué hacer.  

-Entiendo, entonces no te presionare Kuro-chin.

-Gracias…Murasakibara-kun…

Ambos chicos se sonrieron uno al otro, y volvieron a ponerse en el ritmo de los demás, cuando estaban cruzando una pequeña zona elevada una serie de poderoso bramidos y barritidos que resonaban en la jungla los hicieron detenerse y voltear en la dirección por la que habían venido.

-¿Qué eso todo eso?

-No lo sé Kuro-chin…

-(Midorima) Suena como a animales en pánico.

-(Akashi) Cierto, y sean lo que sean se escucha más fuerte, como si estuvieran avanzando en esta dirección.

-(Kise) Ese sonido es el que hacia los mini elefantes. Algo malo debe estar pasando para que estén tan alterados.

-(Kagami) Amigos, escuchen bien…

-(Aomine)…son pasos, a una gran velocidad, como si fuera una…

-Una estampida.

-Tal vez debamos ¡Correr!

Los jóvenes comenzaron a correr lo más rápido posible entre la selva-ciudad mientras a la lejanía veían las plantas agitándose, llegaron hasta unas escalera que ya estaban cubriéndose de lianas, al llegar a la cima de estas se detuvieron y por el camino donde avanzaban aparecieron en una rápida estampida los pequeños elefantes.

-(Kise) Parecen tener mucha prisa.

-(Kagami) Pero estaban muy tranquilos cuando los vimos.

-(Kuroko) ¿Qué pudo asustarlos tanto?

-(Aomine) Amigos, creo que deberían ver eso.

La mayoría de los animales ya habían cruzado pero vieron que al final de la manada un elefante macho avanzaba con dificultad, parecía tener una herida grave en una de sus patas traseras, debía ser reciente ya que esta aun sangraba, mientras un rubio pensaba en que debían ayudarlo, de pronto de entre la espesura de la selva apareció un gran Dragón de Komodo que se abalanzó sobre el elefante para después atacarlo directo a la garganta mientras este lanzaba alaridos de angustia, otro varano apareció y ambos comenzaron a acabar con la vida de su presa.   

-Midorima-kun, ¿Esos son?

-Si Kuroko, Dragones de Komodo, solo que una especie un tanto más grande, pero igual de peligrosa.

-(Kise) Mataron al mini elefante de unas cuantas mordidas y ahora lo están despedazando.

-(Akashi) Considero prudente retirarnos de aquí lo antes posible, no debemos llamar su atención para nada.

-(Kagami) Concuerdo contigo, chicos vámonos de aquí.

Al momento de bajar por las otras escaleras vieron como un tercer varano estaba llegando al cadáver, los otros dos comenzaron a rugir amenazadoramente en su contra, evidentemente no tenían la intención de compartir su presa con el otro. Este pese a sus intentos no logro conseguir nada, cuando estaba por retirarse un olor diferente llego hasta el, por lo que fijo su vista en el grupo de jóvenes que observaban la situación, el pelirrojo menor entendió inmediatamente lo que sucedía cuando esa criatura no les quito la vista de encima, sabiendo que estaban en un grave peligro y que ya no importaba si intentaban pasar desapercibidos solo había una cosa que podía hacer.

-¡CORRAN!

Los chicos bajaron rápidamente las escaleras y comenzaron a internarse entre la selva, el varano solo unos momentos después comenzó una rápida carrera tras sus nuevas presas. El camino volvía dificultoso el avance para ellos pero afortunadamente también lo hacía para su perseguidor, la desventaja  radicaba en que ellos iban cargando cosas y el otro no, Midorima recordó algunas cosas y detuvo a Kise junto con él para trepar juntos un gran árbol a gran velocidad, el varano al llegar a la base de este se alzó mas no podía trepar debido a todo su peso por lo que volvió a reanudar su persecución.

-¡Muchachos! ¡Pronto, busquen terreno alto! ¡Intenten llegar donde él no pueda!

Los demás escucharon los gritos del peliverde y empezaron a dispersarse, Kagami y Aomine encontraron una enredadera de grandes raíces que habían crecido cubriendo la base de un árbol, lograron atravesarlas con sus cosas pese a que el moreno aventó primero al otro para darse más tiempo de ingresar.

-¡Eres un idiota Ahomine! ¡Intentabas dejar que me devorara!

-¡No voy a mentirte! ¡Esa era la idea!

-¡Si serás un maldito desgraciado!  

-¡GRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAWWWWWWWWWWWW!

-¡Retrocede, retrocede!

Ambos jóvenes trataron de hundirse lo más posible entre la maraña de raíces para estar fuera de su alcance, estas debido a su fuerza, resistencia y espesor resistieron los intentos del varano por romperlas, el cual al darse cuenta de que no podría alcanzarlos dejo sus intentos y volvió a concentrarse en encontrar a los otros, dejando a un par de chicos con la respiración muy agitada, uno de ellos con todas las intenciones del mundo de poder  vengarse del otro. Entre tanto Akashi, Kuroko y Murasakibara seguían corriendo intentando alejarse del depredador, hasta que llegaron a un edificio que parecía ser un pequeño negocio. Las plantas habían cubierto la entrada haciéndoles imposible entrar para protegerse, los árboles que crecían alrededor les impedían regresar para buscar otro camino, habían quedado en un callejón sin salida.

-Tenemos que salir de aquí, no podemos quedarnos en este lugar o él va a atraparnos.  

-Akashi no podemos trepar estos árboles, sus ramas están muy altas, ni si quiera Murasakibara podría alcanzarlas y los otros árboles no aguantarían nuestro peso.

-Tal vez no tengamos que subir a los árboles.

Tras un rápido vistazo Murasakibara se dio cuenta que podía subirse a él y a sus amigos al techo del pequeño edificio y ya desde ahí trepar hasta uno de los arboles más resistentes.

-Dense prisa, voy a subirlos, una vez ahí arriba estaremos a salvo.

El mayor ayudo a los menores a trepar al techo siendo Kuroko el segundo en subir, luego estos le devolvieron el favor tomándole de las manos para ayudarlo a trepar. Tras inspeccionar rápidamente vieron un árbol perfecto para trepar hasta una altura donde pudiesen estar seguros. El mayor ayudo a subir a Akashi diciéndole  que debían seguir subiendo. Después de agacho para tomar a Kuroko y hacer que se apoyara en una rama que estaba un poco encima de su altura de dos metros.  

-Gracias Murasakibara-kun.

-No es nada, anda sigue subiendo, que yo puedo trepar solo.

El chico hizo caso y cuando estaba por trepar a la siguiente rama, vio con horror como el varano estaba trepando al techo del edificio y se dirigía directo a Murasakibara, este apenas había puesto sus brazos en la rama teniendo sus piernas colgando en al aire cuando el varano con gran rapidez lo alcanzo mordiendo su pierna izquierda. El chico lanzo un grito de dolor al sentir los afilados dientes incrustarse en el mientras usaba todas sus fuerzas para evitar soltarse. Kuroko bajo a la rama donde estaba este y trato de ayudarlo a subir con gran desesperación.

-¡No, No, No! ¡Murasakibara-kun Resiste! ¡No te sueltes! ¡Por nada del mundo vayas a soltarte! ¡Akashi! ¡Ayúdame por favor!

-Kuro-chin ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

El pelirrojo bajo lo más rápido que pudo y junto al otro trato de salvar a su compañero, el dragón seguía incrustando los dientes de su mandíbula en el otro, evidentemente no planeaba dejar escapar a su presa. Murasakibara quien a pesar de seguir aterrado pronto comprendió que con la fuerza que tenía esa bestia podría en cualquier momento tirar de él, llevándose consigo a sus amigos. La sangre comenzaba a escurrir por su boca haciéndole entender lo grave de su situación, no podía permitir que algo les sucediera a ellos.

-¡Akashi! ¡Llévatelo, sube con el!

-¡No digas tonterías! ¡Akashi sigue tirando con fuerza!

-¡Sabes lo que pasara! ¡Sabes lo grave que es esto! ¡Tienen que ponerse a salvo!

-¡No le hagas caso y sigue tirando! ¡Murasakibara-kun resiste!

-¡Tienes que hacerlo ahora! ¡Te lo imploro!

Akashi estaba dubitativo, entendía las intenciones de los dos, pero solo podría hacer caso a una de ellas, no alcanzaba el arma que había dejado en la mochila, por lo tanto solo quedaba una opción. Soltó la mano del mayor y sujeto al otro para evitar que ambos fueran arrastrados y para que no intentara bajar a ayudarlo. Entre los gritos desesperados de Kuroko el varano finalmente logro que su víctima se soltara y comenzó a retroceder para bajar del edificio mientras seguía arrastrando al otro, en el último segundo Murasakibara consiguió sostenerse de la orilla del edificio, comenzaba a escupir más sangre y levanto la mirada viendo por una última vez a aquel chico de ojos celestes que lo había cautivado durante todos esos años. Este seguía intentando liberarse del agarre del contrario para ir a ayudarlo, mas no le era posible liberarse, lo único que podía hacer era gritar el nombre del pelimorado.

-¡Murasakibara-kun!

-Kuro-chin…recuérdalo siempre…yo… ¡Te Amo!

Un instante después el varano jalo con gran fuerza al chico haciéndolo soltarse y caer. Kuroko logro deshacerse del agarre y bajo rápidamente corriendo hasta la orilla del edificio cuando llego ahí ya no estaba su amigo, un rastro de sangre era lo único que había, lo siguió con la mirada y solo alcanzo a ver como entre la espesura de la selva un animal debía estar avanzando a gran velocidad agitando todas las cosas en su camino. Akashi finalmente llego a su lado viendo lo mismo que el otro, el cual se había quedado en Shock por lo sucedido.

-No puede ser…esto no puede estar pasando…tiene que ser una pesadilla, ¡Tiene que ser una horrible pesadilla! ¡No puede ser la realidad! ¡No puede serlo, no puede serlo!

-Kuroko…

-…¡Murasakibara-kun!...

En otra parte de la selva, el resto de los chicos escucho el fuerte grito desgarrador por parte de Kuroko, y pese a no estar seguros, sabían que algo realmente terrible acababa de ocurrir para que él se haya puesto así, solo cuando se reunieran con ellos sabrían en verdad la tragedia tan horrible que había sucedido. 

Notas finales:

Les dije que alguien se iba a morir, así que no me reclamen nada. Nuestro querido Murasakibara al que le habíamos tomado afecto tras su declaración ha sido el primero en perder la vida en esta espantosa aventura, mas sin embargo, no será el último en morir. Sus reclamos en los Reviews porfa. 


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