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LA SOLEDAD DE LAS FLORES CARMESÍ por karenka sutcliff

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Notas del capitulo:

HOLA MIS AMORES CARMESÍ, ¿CÓMO LES VA?.


BUENO, AL FIN VINE A ACTUALIZAR ESTO. ¿SABEN? HE ESTADO MUY DEPRESIVA Y DESANIMADA, NUNCA COMENTAN, ES RARO QUE LO HAGAN Y CUANDO LO HACEN ME ROMPEN MI "KURO KOKORO" (no, no sé japonés, pero algún día lo hablaré y escribiré a la perfección. mientras tanto me vale un reverendo cacahuate si lo escribí bien o no)


EN FIN, TENGO 4 AÑOS ESCRIBIENDO CON TODO MI AMOR PARA USTEDES Y POR EL GRELLIAM. NO SOY PERFECTA, PERO INTENTO NO CAGARLA TANTO A LA HORA DE ESCRIBIR.


YA SÉ QUE ME VAN A DECIR DRAMÁTICA Y QUE NO ACEPTO CRÍTICAS. ESE NO ES EL CASO. SUS COMENTARIOS ME AYUDARÁN A CRECER Y SE LOS AGRADEZCO, PERO EN VERDAD, NO LO HE SUPERADO. FUE UNA REVELACIÓN TREMENDAMENTE FUERTE QUE ME DEVASTÓ. ¡LITERAL!


SIN MÁS PREÁMBULOS, ME SECO LAS LÁGRIMAS Y LES PRESENTO EL SIGUIENTE CAPÍTULO.


 


 

Era tan pequeño, no era un niñito pero tampoco un adulto, y aunque fuese mayor, su escuálido cuerpo por la mala alimentación a tan tierna edad le daba una apariencia frágil. El pelirrojo de 17 años yacía bajo de su segundo "primer gran amor".


Sebastian es solo 5 años más grande, pero ya cuenta con una malicia de un hombre mayor. A Grell le duele pero guarda silencio, se presiona contra las almohadas y reprime cualquier gemido de dolor, no es que no le sea placentero, pero para ser la segunda vez que practica esta actividad amorosa, aún no está acostumbrado y Sebastian siempre es muy tosco.


–Sebast...– Grell es interrumpido por el joven mayor quien le tapa la boca suavemente para después colocar su dedo indice sobre sus labios indicándole guardar silencio. Los movimientos se vuelven mucho más erráticos, el ambiente se vuelve bochornoso, caliente, no lo resiste y gime su nombre, las palabras se derraman con ternura. Sebastian cepilla los cortos cabellos rojizos y besa la frente de Grell. Eran otros tiempos.


...


Grell le da un sorbo a su taza humeante de té, ella prefiere la soda, pero Sebastian como buen inglés, preparó una infusión que para el gusto de la pelirroja está muy cargada.


El abogado se sienta junto a Grell y le acaricia la mejilla, coloca algunos mechones desordenados tras la oreja. Grell se estremece ante el tacto y se ruboriza, "¿por qué no pudieron ser siempre así las cosas?, ¿qué pasó con ellos?."


–¿Qué has pensado Grell?– cuestiona Sebastian con voz fría, la ternura queda en el olvido y la mirada de Sebastian está vacía de emoción alguna. Grell agacha la mirada, he ahí la respuesta a su pregunta, Sebastian miente, siempre lo hace.


–No puedo hacerle eso a William– respondió Grell mientras se miraba las manos, al igual que un niño que ha cometido alguna travesura.


–William, siempre William. Sabes que él y su "padre" están cometiendo un gran delito ¿verdad?.


–Will no tiene nada que ver, él es un hombre correcto– responde Grell en tono alto.


–¿No me extrañas Grell?– cuestionó Michaelis en un susurró al oído de Grell.


–Pudimos ir a un restauran, no estoy cómoda en tu casa– Grell hace a un lado la taza e intenta ponerse de pie, está muy incómodo, sabía que era mala idea venir, pero aún le costaba mucho decirle que no a Sebastian. Su anfitrión le sujeta por la muñeca con fuerza.


–Ésta también es tu casa Grell querido– dice Michaelis mientras sonríe con falsa amabilidad y sin soltar a la pelirroja.


–La información que me pides, no cuento con ella, yo no tengo acceso a esos documentos– ante la respuesta de Grell, el abogado frunce el ceño y aprieta los puños.


–Escúchame bien Grell Sutcliff, sabes que lo hago por ti, por tu "familia", hazlo por ellos, como agradecimiento, de no ser por los Phantomhive tu no serías nadie, seguramente hubieses acabado muerto en alguna banqueta– Sebastian tomó a Grell del rostro, presionando las mejillas de este con sus dedos pulgar e indice, la pelirroja juntó sus rojas cejas con preocupación, su ex novio solía ser siempre tan violento. Su cuerpo comenzó a temblar ligeramente, Sebastian se percató de esto y cambió su actitud, de nada le serviría un Grell asustado y en la actual situación no sería prudente sacarle la información a patadas; lo menos que necesita es un estúpido y vengativo William en la puerta de su casa. " ¿ O quizá si?".


–¿Sabes Grell?, tu hermano me contó sobre tu operación– Grell de inmediato se puso a la defensiva, no toleraría las burlas de él.


–Me gustas así como estás, aunque ciertamente, si lograras ser una "mujer" completa...– Sebastian es un hombre hasta cierto punto tacaño, pero si invertía en esto, sacaría ganancias triplicadas. Michaelis sacó su chequera y comenzó a llenar un trozo de papel, maldijo interiormente a Grell pero esperaba que esto diera resultado, después de todo, no podía odiar a su linda pelirroja.


–Yo sé que el mezquino de Spears no quiere pagar tu operación, entonces, permiteme ayudarte– el hombre extendió el cheque ante Grell, los ojos de ella, no lo podían creer, era muchísimo dinero. Grell se mordió los labios, estuvo tentada a tomar el cheque pero antes de que cualquier cosa pasara, Sebastian le arrebató el papel.


–Pero nada es gratis y lo sabes– Sebastian colocó el cheque en el bolsillo de su pantalón para acto seguido tomar a la pelirroja en brazos y llevarla a su habitación. Grell gritó con sorpresa y se aferró al cuello de Sebastian por temor a caer.


Una vez en la recamara, Sebastian arrojó a Grell a la cama, la pelirroja entró en pánico, su mente maquinó una escena violenta donde Sebastian le molería a golpes, comenzó a orar mentalmente y cuando el moro se acercó a ella, suplicó por su vida, le rogó que no le golpeara el rostro, aunque quizá los golpes hubieran sido lo mejor. William no se lo perdonaría.


–Después de tantos años y aún no me conoces Grell, que decepcionante. No voy a golpearte – el diablo mostró su mejor sonrisa.


Sebastian se lanzó sobre de Grell, rompió su blusa y trató de bajarle los pantalones, Grell se desgarró la garganta gritando y suplicándole que se detuviera pero eso no sucedió. Sebastian se estaba divirtiendo, sonrió sobre le tersa piel para acto seguido morder y succionar fuertemente el cuello del pelirrojo, el abogado decoró con múltiples marcas el cuerpo de Grell. Sólo eso, mordió aquí y allá. Grell estaba exhausto de luchar para detenerlo, ella se quedó quieta en la cama mientras Sebastian admiraba su obra, un cuello y pecho con terribles hematomas, bajando hasta las caderas y el bajo vientre, donde se puede apreciar un poco de lencería roja. Para tratarse de vulgares chupetones, Sebastian había hecho un trabajo muy sensual o al menos eso pensó él.


Grell estaba hecho un desastre, su cabello hecho nudos, su ropa arrugada y para colmo apestaba a la colonia de Sebastian, William odia ese olor a colonia barata. La pelirroja se sienta en la cama y coloca su frente sobre sus manos. Está confundida, pensó que Sebastian la violaría pero no fue así. "¿Qué tramaba este Romeo del demonio?"


–¿Qué haces?– cuestiona Grell al escuchar el ruido de una cámara. Sebastian no responde y continua tomando fotografías con su móvil.


–¡¿Qué demonios haces Sebastian?!– grita Grell e intenta arrebatarle el móvil al hombre mayor, pero es en vano.


–Me hubiera gustado que todo fuese como en los viejos tiempos Grell, pero honestamente me da mucho asco saber que ahora te revuelcas con ese bastardo de Spears, confórmate con los besos– es la respuesta de Sebastian quien toma a Grell por la fuerza nuevamente pero ahora se trata de un beso, y nuevamente el "clic" de la cámara se hace escuchar.


–¿Por qué haces esto Sebastian?– no hay respuesta, en su lugar Sebastian empuja a Grell y sale del cuarto.


Grell ajusta su ropa y se dispone a salir, minutos después Michaelis entra de nuevo a la recamara, trae consigo el bolso de Grell y su móvil, al parecer está hablando con alguien.


–Disfrútalo– Sebastian entrega el cheque a Grell y le guiña el ojo.


–Por cierto, William quiere hablar contigo– Sebastian le entrega el teléfono a Grell.


–¡¿Dónde demonios estás?!– grita William al otro lado de la línea. Grell palidece y suelta el aparato, este se estrella contra el piso.


–Creo que no le gustaron las fotos– se burla Sebastian, quien se encoje de hombros al ver las fotos otra vez.


–¡Te voy a matar!– Grell se lanzó como fiera contra Sebastian, le golpeó la nariz haciéndole sangrar. Gritaba y lloraba desquiciado, William iba a matarlo, peor aún lo abandonaría, jamás se lo perdonaría. La muerte sería mejor que quedar solo.


Sebastian tenía que deshacerse del pelirrojo pronto, William no tardaría en llegar.


Grell recibió un golpe en la entrepierna, sólo así dejo de atacar a Michaelis. el pelirrojo se retorció de dolor, pero no era por el golpe, su corazón estaba roto.


...


Grell miró el cheque, quiso romperlo, pero lo guardó, después de todo, era culpa de Sebastian, ella no había hecho nada malo. Grell secó las lagrimas de sus mejillas y continuó su camino, se hacía tarde y no era seguro que caminara por las calles sola. Un auto se detuvo frente a ella, la luz le deslumbró. Un hombre baja del vehículo y la toma por el antebrazo con fuerza, forzándole a subir al auto.


Grell no tiene cara para mirar al conductor. –¿Qué hacías con ese maldito?– pregunta William quien enciende el auto y arranca.


–No hice nada, no hicimos nada, bueno, sabes a lo que refiero, no tuvimos...


–Cállate Grell, ¿qué hacías con él?, creí haberte dicho que no fueras a verlo– William aceleró, Grell cerró los ojos, se aferró a su asiento y no dijo nada.


–Espero tu respuesta, ¿por qué lo fuiste a ver?


– Sebastian...


–¡No digas su nombre!– ordenó William.


–Seb...


–Lo siento, él quería información, quería que le dijera sobre los gastos del negocio de tu padre– respondió con temor.


–¿Para eso lo viste en su casa? y terminaste ¿en su cama?– William gritó con rabia.


–¡No hicimos nada!, además, es tú culpa William, tenía planes contigo esta tarde y preferiste trabajar, siempre me haces a un lado– Grell reprochó con voz entrecortada. William frenó en seco, Grell trató de bajar del auto, pero por los nervios le fue imposible quitar el seguro de la puerta y huir, estaba seguro de que William lo molería a golpes.


–Es mi culpa– murmuró William – ¿es mi culpa?– repitió incrédulo.


...


–Lo arruinaste Grell, ¿qué rayos pensabas?– Ronald trata de reprender a su hermano mayor, pero sólo consigue enfurecer más al pelirrojo quien le arroja un cuchillo para después marcharse a su habitación. Grell mira las paredes y el techo, William se había ido, no es como que alguna vez hubieran vivido juntos pero William ya había llevado algunas prendas para las noches que pasaban juntos en casa de Ronald.


...


Grell tenía grandes ojeras bajo sus ojos, ni las grandes capas de maquillaje le ayudaron a disimular su cansancio.


–Te ves terrible roja– dijo Eric en tono de broma tratando de ocultar sus propios problemas. Grell no respondió, mantuvo la mirada fija en el monitor de su computadora. Eric le acompañó un rato más hasta que el teléfono de Grell comenzó a timbrar, sin ánimos la pelirroja contesta, en pocos segundos su semblante cambia.


–El show debe continuar– sonríe y acaricia la mejilla de Eric. Se miran con complicidad.

Notas finales:

QUIZÁ MI SEBAS SEA UN POCO OOC PERO LO SIENTO, ERA NECESARIO. NOS ACERCAMOS AL FINAL

GRACIAS POR LEER.

 


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