-¿Adoptar?
-Sí, bueno… -Kagami abrazo mas a Kuroko –Nosotros no podemos tener hijos normalmente.
Kuroko se quedo callado, pensando, asimilando lo que Kagami le estaba pidiendo. Y era cierto, la única manera en la que ellos podrían tener hijos era adoptando, aunque si era honesto, le hubiera gustado darle hijos propios.
-Se que quizás te estoy pidiendo algo fuera de tu entendimiento –Lo noto –Pero pronto cumplirás los 18, debemos pensar ya a futuro ¿No crees?
-Sí.
-Recuerdas cuando tenias 11 y…
-¡Cállate! ¡No se te ocurra mencionarlo Taiga-Kun!
-Pero en verdad te veías lin…
Kuroko se levanto poniéndose sobre el y tapándole la boca lo hizo callar, cada que tocaba ese tema lo hacía sentir muy avergonzado, es decir… tan solo era un chiquillo ¿Qué sabia el de ese tipo de cosas?
-A mí me gusta recordarlo.
-A mi no –Dijo Kuroko todo rojo y con el ceño fruncido.
Kagami lo tomo de las muñecas y lo jalo hacia el abrazándolo, acostándolo sobre su pecho y acariciando su cabeza.
-Fue la primera vez que fui a tu casa… ¿Verdad?
qiiiiiqiiiiiq
-Mamá, vino mi sensei.
Decía un pequeño de 11 años, a su madre, con una gran sonrisa, una que hace tiempo no veían.
-Si cariño, el sensei que le enseña básquet ¿Verdad?
-¡Sí!... Dessu… -Kagami no sabía donde dejar su mirada, lo viera por donde fuera era difícil el asumir que iba de “invitado” a la casa de su pequeño novio. Obviamente sus padres no sabían la verdad, solo pensaban que el mayor estaba siendo amable con el pequeño Tetsu -¡Traje un pastel!
-Gracias –La mujer tomo el obsequio –Y… Kagami-san… ¿Qué edad tienes?
-Eh… -Sabia que preguntarían eso –Tengo 19.
-Wow, también eres casi un niño –Ella sonrió, bueno, por lo menos no sería tan mala la situación.
-Entonces, iremos a mi habitación. –Kuroko comenzó a jalar a Kagami de la mano.
-De acuerdo –La madre volvió a sonreír y los dejo irse.
Comenzaron a caminar hacia la recamara del niño, Kagami miraba por todos lados, en verdad era una casa grande, entro a una habitación con un juguetero enorme, había 2 pelotas pequeñas de básquet, su propio aro, y miles de juguetes mas.
-¿Quieres jugar Kagami-kun? ¿Oh ver una película?
-Creo que por ahora ver una película estaría bien –Kagami se sentó en el piso.
Kuroko se arrodillo hasta el cajón debajo de su televisor y saco varias cajas de películas que acerco al pelirrojo, al echarles un vistazo comenzó a notar que todas eran infantiles, lo que provoco en él una pequeña risa.
-Lo siento –Una voz femenina se escucho desde la puerta –En este cuarto solo encontraras cosas así.
La señora Kuroko se acerco y puso sobre una mesita rebanadas de pastel que había llevado Kagami, 4 sándwiches cortados, un jugo y 2 vasos. Kagami le sonrió en ademan de “No importa”.
-Debido a su edad no le dejo ver otro tipo de películas –Kuroko hizo un puchero.
-Para mí está bien –Kagami miraba directamente a su “suegra” tampoco me gustan mucho las de terror oh acción –Y con otra sonrisa más grande volteo a ver a Kuroko –Me atrae más lo infantil.
El pequeño no pudo evitar el sonrojarse y sacándole la lengua corrió tras su madre, no cavia duda que aun era un niño. La señora rio.
-Si necesitan algo más estaré en la cocina.
-Gracias.
-Si mamá.
Y sin más se dio la vuelta y salió de la habitación, no sin antes cerrar la puerta. Kagami se iba a levantar a abrirla pero Kuroko se acerco a él.
-Entonces ¿Cuál?
-Que te parece esta.
Le dio una de dragones y el pequeño corrió al DVD, Kagami se acerco a la mesa con comida y antes de empezar a comer, sintió que se le estaba pasando algo, bueno, para que se le olvidara al parecer no tenía tanta importancia, el inicio de la película se empezó a escuchar, el pequeño corrió hasta la mesa también y sentándose en el suelo a un lado de Kagami pusieron atención a la tele mientras comenzaban a comer.
Con 20 minutos de la película, ya habían terminado lo que la madre de Kuroko les había llevado, poco después la puerta fue tocada, la señora entro con un bote de palomitas lleno, tomo los trastes que estaban sucios para llevárselos, estaba teniendo dificultades para salir a lo que Kagami se iba a levantar para ayudar pero en su insistencia se las arreglo para salir ella sola y cerró la puerta.
-¿Estas lleno Kuroko?
-Aun no… -El pequeño se estiro y agarro un poco de palomitas.
Kagami hizo lo mismo y comenzaron a comer.
-Kagami-kun, abre la boca.
Kagami volteo y vio lo que Kuroko iba a hacer así que hizo caso, El peliazul aventó una palomita y Kagami casi cae, pero logro que entrara a su boca.
-Ahora tu.
Kuroko abrió su pequeña boquita, Kagami aventó la palomita, pero Kuroko se levanto antes eh hizo que se desviara un poco y en su intento de atraparla termino haciendo que callera… al pelvis de Kagami.
Siendo tan pequeño, digamos que no sabía exactamente qué era lo que estaba haciendo, con su boca trataba de agarrar la palomita pero Kagami solo miraba asombrado. Lo primero que hizo fue taparse la boca, después hizo un gesto, Kuroko abia mordido un poco…
-¿Qué es esto?
-¡Nada!
-¿Es “eso” de Kagami-kun?
Kagami solo agacho la mirada de lo rojo que estaba, la situación era rara. Pero aquel niño estaba asombrado.
-El mío es muy pequeñito.
-¡Tienes 11!
-Pero… -Comenzó a picar tiernamente con su dedito “ahí” –Se siente distinto al mío.
No podía ser, quería que la tierra se lo tragara y jamás lo escupieran ¿Aun no comenzaban las clases de sexualidad para Kuroko? El no quería ser quien explicara el porqué del nuevo estado de su miembro.
-Y… -Kagami salió de sus pensamientos sobre Educación sexual –Esa expresión en Kagami-Kun es linda.
Kagami trago saliva y se hecho para atrás, sentía claramente que estaba caliente de su cara, seguro estaría rojísimo, Kuroko se puso de pie y se sentó a horcajadas en Kagami, eso no estaba ayudando, sus pequeñas nalguitas estaban donde no deberían, y la mirada tan intensa que le estaba dando, tenía que irse rápido, oh algo malo pasaría.
Lo malo es que era alguien tonto, y que al parecer pensaba más que actuar porque sin darse cuenta ya estaba siendo besado por esos castos labios, si lo quitaba de golpe, podía asustar, incluso ofender al pequeño, quien claramente lo quería besar de una forma profunda pero, tan inexperto era que mordía levemente y se le escapaba la saliva, era tan lindo.
No quería dejarle un mal mensaje oh hacerlo sentir rechazado, pero aun era un niño. ¿Y si sus padres entraban? Kagami miro el picaporte de la puerta, esta tenía el seguro puesto pero ¿Por qué? Y entonces recordó. Cuando la Señora Kuroko trataba salir, quizás por la fuerza de entre sostener los trastes y cerrar, puso accidentalmente el seguro, jodidamente… No había de que preocuparse.
No sabía si Dios oh el mismo Diablo lo estaban ayudando, pero a decir verdad no se quería contener…