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Virtual por Ckonny Nickole

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Notas del capitulo:

Hola, volví, algunas personas no leyeron aqui por lo que pensaron que fue un One Shot pero NOP tiene más capitulos juas. Mencioné la vez pasada que no sabia si hacerlo two-shot o three shot y creo que quedará como Three shot porque me gusta escribir :'v y pues, aqui les dejo la continuacion <3 

Nunca creyó en su vida desear despertar con resaca y sin ningún recuerdo de la noche anterior más que simples imágenes borrosas y diálogos incomprensibles.

Ah, su mañana sería mucho mejor si hubiese despertado así en lugar de tener los recuerdos claros, la vergüenza intacta y una erección matutina.

Mierda.

Odió cada minuto que se tardó en hacerle efecto el agua helada de la ducha. Hubiese sido más rápido masturbarse, pero su orgullo de hombre se negaba a tener que jalársela pensando en otro hombre.

Aunque Naruto internamente admitía que ese “otro hombre” era condenadamente caliente.

-    … Y tenía cara de niña. – Terminó de describir bajo la atenta mirada de Kiba y Shikamaru. – Maldición, Kiba… -Gruñó a su amigo enfadado. - ¡Tú planeaste todo eso ‘ttebayo!

Inuzuka, el más interesado en conocer los detalles de la primera experiencia del escandaloso rubio en ese lugar se le quedó mirando indeciso.

-    Entonces… -Intentando obtener ayuda Kiba buscó la mirada de Shikamaru que estaba más pendiente de terminarse el desayuno que cualquier otra cosa. – Era un tipo.

-    ¡AGH!

El grito de frustración de Naruto le dejó más clara la respuesta.

-    ¡Eso es lo que he estado diciendo toda la mañana! –Alegó Naruto. Sus mejillas calentándose por la vergüenza.

-    Mh… -Kiba dudó en preguntar unos momentos. – Y entonces… ¿Te gustó?

“¿Gustar?” Uzumaki se paralizó en su silla y no pudo emitir palabra alguna. La habitación quedó de pronto en silencio poniéndolo ansioso. No fue hasta que Shikamaru terminó de revolver su café y golpeó suavemente su taza con la cuchara que volvió a abrir la boca.

-    ¡N-NO! ¡DIABLOS! – Respondió. Pero para ese momento estaba seguro que ninguno de los dos sentados frente a él le creyeron. - ¡No me vean así! ¡Estoy hablando en serio! ¡Fue… fue…!

Las piernas torneadas, blancas, perfectas, vinieron a su cabeza de golpe haciendo que se mordiera la lengua y por ende, cerrara la boca.

Piernas perfectas. Cuerpo increíblemente atrayente. El recuerdo estaba tan claro y palpable en su cabeza que podría fácilmente cerrar los ojos y visualizar todo lo ocurrido con ese tal Sasuke.

Ese “asqueroso” con el que planeaba finalizar su frase se quedó en su garganta y fue reemplazado en su cabeza con un “increíble” que obviamente no diría en voz alta aunque estuviese soñando despierto ahora mismo.

-    Te gustó. – Sentenció Shikamaru intuyendo que Naruto no iba a terminar pronto lo que quería decir. Se levantó de la mesa huyendo a la tarea de limpiar lo del desayuno. - Tsk, ya era lo suficientemente problemático saber que tú ibas a meterte cuando podías a ese lugar para que ahora arrastres a Naruto contigo. – Fue su forma de regañar a Kiba que de inmediato se iba a defender pero Nara lo interrumpió. – Problemático.  

-    ¿Por qué me echas la culpa solo a mí? – Bufó Inuzuka fulminando con la mirada a su rubio amigo. De no haber sido por Naruto y su negativa a regresar rápido a casa anoche hubiesen podido pasar desapercibidos y de paso limpiar el desastre que dejaron en el baño así no tendrían que haberse aguantado el regaño que les dejó Shikamaru en la mañana.

Naruto, que estaba rojo de vergüenza, restregó sus dientes entre si antes de soltar un frustrado “¡Agh!” seguido de un golpe con el puño en la mesa que llamó la atención de Akamaru, el perro pirineo de Kiba que enseguida fue a olfatear debajo de la mesa buscando algún trozo de comida que haya caído a consecuencia del golpe en la mesa.

-    ¿No tienes que ir a trabajar hoy? – Preguntó Nara intentando no meter más las narices en los asuntos de esos dos.

-    Luego…  - Respondió Naruto con fastidio. Sacó del bolsillo de su pantalón su celular para verificar la hora llevándose la sorpresa de que en realidad si debía irse ya. – Luego, ¡Ahora! ¡¿POR QUÉ NADIE ME DESPERTÓ MAS TEMPRANO?! – Alegó saltando de su silla para correr por todo el departamento buscando su chaqueta y sus llaves, dando un vistazo rápido en sus bolsillos para comprobar que tuviese lo necesario, y sin siquiera despedirse salió del departamento en medio de un portazo.

Bajó las escaleras apresurado sintiendo que la respiración comenzaba a agitársele.

Maldición.

Se suponía que tenía planeado llegar una hora antes al lugar de reunión en caso de que surgiera algún contratiempo que arruinara su venta.

Toda la culpa la tenía el maldito de Kiba por distraerlo.

Como sea, cualquier cosa que ocurrió ayer debía mantenerse en los lugares más oscuros de sus pensamientos y no enfrente.

Eso no fue real. Nada de lo que vio lo era. Tenía que convencerse de eso para poder dejar de pensar en ese chico de cabello negro que aparecía como flashback justamente ahora en su cabeza otra vez.

Cabello negro, ojos de rasgos asiáticos, labios finos al igual que el contorno de su mandíbula. Su voz varonil y grave diciendo “Soy tu especial”.

Un temblor le recorrió la columna con ese simple recuerdo.

Se detuvo en una calle para golpearse la cabeza con el poste de luz llamando la atención de un par de personas que le vieron preocupadas pero luego siguieron en lo suyo.

-    Mierda… mierda. – Realmente era vergonzoso. - ¿Quién demonios será él? – Se volvió a golpear la cabeza después de preguntar aquello en voz baja.

Comprobó la hora nuevamente y sus ojos se abrieron exasperados. ¡Iba a llegar tarde!

Sin perder el tiempo retomó su camino acelerando el paso. Y con cada paso que daba como si su lujuria fuera una receta, una pisca de una porción de la anatomía de Sasuke venía a su cabeza mezclándose de forma embarazosa en sus nervios haciendo sentir una picazón en sus manos y sus pies haciéndolo sentir ansioso. Demasiado.

Finalmente llegó al edificio en el que se suponía que debía ir, y no tardó en meterse en el callejón en donde Sai, su cliente habitual, lo esperaba con esa estúpida sonrisa falsa en la cara. Agradeció internamente que lo esperara porque necesitaba el dinero.

-    Pensé que no vendrías. – Fue el saludo de este a penas lo vio.

-    Yo nunca falto a mi palabra, ¡Que va! ¡Menos a ti que eres mi preferido ‘ttebayo! – Exclamó alegre palpándole el hombro como si fueran los mejores amigos.

Los dos quedaron en un silencio extraño después de ello, pero no incómodo. Ambos se habían quedado atentos al sonido de la bocina de una patrulla policial que se acercaba hasta pasar de largo y doblar en una cuadra provocando que el aire volviese en los pulmones de los dos.

Ese era el contratiempo que Naruto había querido evitar. Dar justo en la hora en que la patrulla de Konoha daba vueltas por la ciudad.

-    ¿Trajiste…?

-    Cien gramos, e incluso más. – Respondió Naruto sabiendo a que se refería el otro. De sus bolsillos sacó dos bolsitas pequeñas. - ¿Y el dinero? – Preguntó por costumbre, no porque desconfiara del otro.

Sai solo le sonrió en respuesta disponiéndose a buscar los billetes en el bolsillo trasero de su pantalón por lo que tuvo que esperar.

Por lo general, siempre que veía a Sai estaba pendiente de esa patrulla por lo que nunca le había puesto real atención al sujeto como ahora. Le dio un vistazo rápido a cada detalle de este mientras esperaba que le diese el dinero notando algo peculiar que le dejó medianamente helado.

“Serán ideas mias, o… ¿Sai se parece a Sasuke?” Se preguntó mentalmente notando un tenue parecido entre ambos que le puso en alerta y a su cabeza la mandó a trabajar a mil por hora como nunca antes. ¿Sería que Sai era en realidad Sasuke? No le extrañaría viniendo de este pero…

-    ¿Sucede algo? – Preguntó Sai contando los billetes antes de extendérselos.

-    Uhm…

No. Imposible.

-    No pasa nada Dattebayo. – Respondió aceptando el dinero para luego pasarle las bolsitas con marihuana sin ser consciente de que tenía la mirada fija en él.

-    Nos vemos, Naruto. – Se despidió este alejándose como si nada sucediera.

Naruto no se movió hasta que el otro chico se perdió de su vista. ¿Sería Sai…? Como si de un reproche se tratara el recuerdo de Sasuke observándole prepotente le hizo olvidarse de esa estúpida comparación.

Era imposible que Sai fuera Sasuke.

Porque al parecer Sasuke no existía.

Se dio media vuelta para largarse haciendo un puchero infantil con los labios.

Y si Sasuke no existía entonces era imposible que lo encontrara en la vida real salvo en esos extraños lentes.

De alguna forma, terminó desechando más rápido esa ligera curiosidad por querer saber quién era el moreno por el simple hecho de que…

Es imposible que alguien fuera tan perfecto en la realidad.

Él sabía que era un pésimo ahorrador e inversionista, pero pensar en ello era demasiado “problemático” como lo diría su amigo Shikamaru y es por eso que no le interesaba pensar en lo estúpido que resultaba ser vender droga para comprar más droga y consumirla a escondidas mientras sus dos amigos creían que seguía trabajando en un local de comida rápida en las tardes.   

Pero no podía evitarlo.

Esperó pacientemente a la tarde para ir por ello: Su adicción. Traficar de noche era mucho más fácil que de día y a la vez, mucho más accesible. Fuera donde fuera, encontraría droga y eso le gustaba.

No pensaba gastarse todo, solo necesitaba un poco ese día. Un poco pero potente.

En el transcurso de la tarde había estado pensando en Sasuke, en lo increíble que era su figura y si acaso podría mandar a imprimir una imagen de este para colgarlo en su pared porque la verdad es que le encantaba pensar en este, pero a la vez le frustraba y por eso se le antojaba algo fuerte.

Se dirigió donde siempre de forma automática pensando en qué elegir esa noche mientras esperaba que el semáforo de enfrente cambiara para que pudiese pasar. La noche era tibia y agradable, de alguna forma la sintió diferente. Era una persona hiperactiva por lo que movía los pies mientras esperaba que la gran cantidad de autos que pasaban delante de él se detuviesen para cruzar.

El semáforo por fin cambió.

Y de igual forma algo en el ambiente también lo hizo cuando unos pasos apresurados se escucharon a su espalda acercándose.

Ningún auto le estorbara la pasada, y él no podía ni siquiera moverse.

Quieto, como si estuviese pegado al suelo y el mundo se hubiese detenido un momento, al voltear el rostro distinguió claramente ese perfil precioso, la piel blanca que parecía combinar tan bien con la oscuridad del lugar y las luces de las calle hacían brillar. Sus ojos se abrieron en sorpresa y los del otro chico, negros e indiferentes, ni siquiera repararon en su presencia por lo que siguió caminando sin detenerse, ni esperarlo.

Cualquiera podría decir que probablemente sus pensamientos y la calentura que le dejó Sasuke la noche anterior habían hecho estragos en su cabeza por lo que podría estar confundiendo a alguien extraño en la noche con el mismo Sasuke.

Pero no. Naruto nunca había sido más consciente de la existencia de alguien como en esa ocasión.

-    ¿Qué…? – Sin darse cuenta comenzó a caminar con la mirada fija en ese sujeto que se ponía unos grandes audífonos. Su respiración más agitada y sus manos más temblorosas. - ¡HEY!  - Gritó cuando Sasuke dobló en una esquina y él estando un poco lejos temía perderlo de vista. Un auto le tocó la bocina haciéndole respingar notando que estaba en medio de la calle y el semáforo acababa de cambiar haciéndole voltear hacia todas las direcciones entre intentando mantener la mirada en Sasuke y atinar a reaccionar. - ¡Mierda! ¡L-lo siento! – Se disculpó torpemente con el conductor de un auto y corrió fuera de la calle desesperado doblando en la misma esquina por la que se había perdido Sasuke sin encontrarlo. - ¡SASUKE! – Gritó corriendo por la calle buscándolo. - ¡Bastardo! ¡Te vi! ¡Sasuke, te vi! ¡NO PUEDES HABERTE IDO TAN LEJOS, TEME! – Alegó gritando como loco en los callejones sintiendo el corazón acelerado a causa de la carrera que estaba haciendo solo.

Se detuvo varios minutos después con una mano sujetando su peso en una pared mientras normalizaba su respiración. - ¡MIERDA! – Gritó frustrado soltándole un puñetazo que dolió a la pared.

¿Realmente había sido él?

Era Sasuke, estaba seguro que era Sasuke.

Naruto estaba seguro que el maldito bastardo que le tenía todo desesperado y con sentimientos medios “homos” era imposible de confundir. Tenía que ser él.

-    Debí haberme vuelto loco, ‘ttebayo… - Mencionó para sí mismo riéndose un poco mientras se sujetaba la cabeza. – Primero no sale de mi cabeza y ahora aparece como si nada y desaparece…

No entendía que estaba pasando. Ni siquiera le estaba poniendo atención al hecho de que estaba al parecer comenzando a obsesionarse con un tipo que ni conocía.

-    Hey. – Escuchó una voz femenina llamarle. Se volteó a ver a una chica con poca ropa encima que fumaba un cigarrillo. – A ti te he visto un par de veces. – Dijo ella. - ¿Vienes a comprar, no?

-    O-OH, ¡Y-YO!… - Se sonrojó de inmediato. La expresión de esa prostituta le estaba dejando en claro que ella planeaba venderse a sí misma con él. - ¡N-no gracias! No estoy interesado en esa clase de compra…jeje, eh…

Dio un paso hacia atrás intimidado al verla fruncir el ceño antes de que le soltara un insulto para luego alejarse. Suspiró cansado, se había olvidado que estaba recorriendo esos rincones escondidos de la ciudad por una razón.

Ahora más que nunca necesitaba una maldita droga.

Caminó inseguro, no por lo peligroso que era ese lugar sino porque no quería dejar pasar cualquier oportunidad  de encontrarse con Sasuke. Cualquier cosa, cualquier rastro, lo quería desesperadamente.

Reconoció a la pandilla de sujetos a lo lejos a los cuales solía comprarle siempre por lo que tenía toda la intensión de ir hacia ellos pero la música del edificio cercano le trajo sentimientos revueltos. ¿Por qué no se había percatado de que ese edificio en el que estuvo la noche anterior estaba precisamente en esa calle? La tentación de olvidarse de la cocaína y reemplazarla por un par de lentes grandes, oscuros, audífonos y una silla de “dentista” fue mucha.

Podría ir a ese lugar otra vez y quedarse el tiempo que quisiese porque ahora estaba solo.

Traía consigo una alta cantidad de dinero por lo que el precio no importaría. ¿Debería ir e intentar encontrar a Sasuke? Dudó. Naruto sabía que drogas estaba mal y debía dejar de hacerlo a pesar que solo lo hacía de vez en cuando pero siempre había estado consciente que nunca desaprovecharía la oportunidad de drogarse si la tenía a la mano porque con sus amigos siempre cerca suyo le resultaba algo difícil últimamente. Pero ahora estaba dudando por culpa de un maldito tipo el cual ni siquiera estaba seguro de que si era real o qué diablos.

-    Será mejor que esta vez me corra. – Advirtió a la chica del cabello rosa cuando esta fue a recibirlo a la entrada del lugar. Ella solo le sonrió.

-    Parece que te gustó. – Dijo Sakura en plan de molestarlo y Naruto no pudo evitar ponerse rojo de vergüenza. – Me gustaría saber quién fue el que…

-    Yo no soy gay. – Aclaró de inmediato porque creía que Sakura lo veía como uno de esos tipos con ese comentario de “quien fue el” ¿EL QUÉ MALDICION? – A-así que no te hagas ideas equivocadas de mi ¡¿ME ESCUCHASTE, SAKURA-CHAN?! ¡YO NO SOY DE ESA ACERA ‘Ttebayo!

Sakura que solo se le quedó viendo confundida volvió a reírse mientras entraban a la habitación.

-    No sabes cuanta gente dice eso antes de que esto… - Los largos dedos de la chica sostuvieron los lentes con fuerza. – Les muestre que en realidad les gusta lo contrario a lo que creían.

-    Sakura-chan… - Fue imposible no poder cara de trauma ante esa revelación. - ¿Q-qué estas queriendo de-decir…?

“… Soy lo que tu mente desea”.

Recordó las palabras de Sasuke. Cierto, él había dicho que su mente en realidad quería a un hombre en lugar que a una mujer.

¿Sería verdad?

Se dio una cachetada a sí mismo para disipar esos pensamientos bajo la atenta mirada de Sakura que parecía quería cuestionar sobre su salud mental.

-    Yo…

-    No lo sé con exactitud. – Interrumpió ella. – Pero la gente suele decir que con esto pueden ver sus más grandes fantasías e incluso a la persona de sus sueños. Pero… es algo triste si lo piensas.

Ella hizo una expresión extraña que lo perturbó un poco.

-    ¿Por qué? ¿Por qué es triste? – Cuestionó confundido. - Hey, Sakura-chan… no me asustes.

-    Porque esas personas solo pueden ser felices viviendo en un mundo que no existe. – Respondió haciendo que su corazón pareciera dar una vuelta antes de ponerle los lentes y empujarlo hacia atrás para que su espalda encontrara el respaldo del sillón.

-    ¿Qué.. qué quieres decir con eso? – Sus labios temblaban y él no sabía por qué. - ¡HEY! – Gritó cuando la habitación se volvió oscura y la relajante música, diferente a la de la noche anterior se reproducía en los audífonos llenándole los sentidos y haciéndole olvidar sus inquietudes.

Nuevamente, la sensación de miles hormigas caminando por sus manos volvió señal de que estaba ansioso. Pestañeó haciendo que la oscuridad cambiara a una habitación ligeramente iluminada en donde solo había una cama de sábanas blancas.

Pero no había nada más que eso.

Apretó los puños siendo incapaz de esperar más tiempo. - ¡Sasuke! – Gritó llamando al chico ya que era la razón por la que había entrado a ese lugar otra vez. - ¡Sasuke, teme! ¡¿Dónde estás?! ¡VEN ACÁ IDIOTA, TENGO ASUNTOS QUE TRATAR CONTIGO! ¡Sasukeee! – Llamó como desesperado removiéndose mucho en el asiento por las ganas de levantarse e ir  a recorrer esa habitación por su cuenta para buscar al chico que seguía sin aparecer.

La música suave inundando el lugar. Las luces parpadeando un poco y él terriblemente inquieto por la espera. Volvió a pestañar y allí estaba.

Abrió la boca sorprendido por verlo frente suyo, tan cerca que podría estirar una mano y lo alcanzaría pero ninguno de sus músculos se movieron. En cambio, su garganta pareció secarse mientras sus ojos se concentraban en mantenerle la mirada al de ojos negros tan oscuros como la noche que inclinado un poco hacia él le daba la oportunidad de admirar cada detalle de su rostro.

-    ¿Qué? – Entonces preguntó Sasuke con esa voz que le hacía temblar.

Naruto no era la clase de persona que daba marcha atrás y huía, pero en esa ocasión si hubiese podido moverse habría sido para salir corriendo del lugar incapaz de hacerle frente a ese tipo que minutos atrás estuvo desesperado por encontrar.

-    Sasuke… - Murmuró sin creer que lo estaba viendo otra vez. Este se reincorporó quedando parado con una mano en su cadera alejándose unos segundos que odió. Repasó sin querer con la mirada el cuerpo vestido del moreno – Quería verte… - Dijo estúpidamente sin ser consciente.

Sasuke solo levantó una ceja sin preguntar nada ni cambiar su expresión.

Y a Naruto realmente no le importaba si Sasuke se quedaba con esa cara de nada por siempre porque de todas formas le seguía pareciendo increíblemente atractivo.

-    ¡Tú, bastardo estuve buscándote como idiota en la ca- Se frenó a sí mismo apretando los labios abruptamente. Su corazón palpitando a mil por hora teniendo un mal presentimiento.

-    ¿En dónde? – Cuestionó Sasuke atento.

En la calle quería decir, pero las palabras de Sakura cobraron sentido de repente. Ella había querido decirle que ese mundo en el que estaba ahora no era real, entonces eso significaba que…

Observó a Sasuke como si este acabase de darle una bofetada.

… El chico delante de él no debía ser real.

Sasuke, ignorante de sus pensamientos se dio media vuelta para caminar hacia la cama agrandando la distancia entre ambos hasta sentarse a los pies de la cama esperando su respuesta.

“¿En serio?” No debería interesarle porque no lo conocía.

No debería interesarle pero lo vio, estaba seguro que lo vio.

Pero de alguna forma, ¿Por qué se sentía temeroso de escuchar de los labios del mismo Sasuke que en realidad él no era real y por ende nunca estuvo en la calle como pensaba decirle? No, no quería escucharlo.

No sabía por qué, pero no quería oírlo ni quería mencionarlo por miedo a que Sakura tuviese razón.

-    En esta habitación… - Respondió ocurriéndosele para luego volver a gritarle. - ¡No aparecías, teme! ¡¿Dónde estabas?! – Fingió estar enojado tratando al chico como si lo conociera de toda la vida.

Sasuke solo mantuvo la atención en él sin decir una palabra y eso lo ponía aún más inquieto.

Porque el sujeto era en realidad precioso y verlo era como sufrir un shock visual según él.

-    ¿No vas a pedir una chica esta vez? – Preguntó él.

Naruto se cohibió y volteó el rostro a otra dirección sonrojándose por lo infantil que fue la vez anterior.

-    No… vine a verte a ti… - Respondió en voz baja. Demonios, le había costado decir aquello pero era demasiado sincero como para evitarlo. - ¡A-así que vamos a continuar en donde lo dejamos! – Y mostrando su determinación se desabrochó la bragueta del pantalón.

-    Hmp. – Sasuke solo emitió ese sonido antes de comenzar a sacudir suavemente sus hombros haciendo que el suéter igual de grande que el que usó la vez anterior descubriera sus hombros y dejara a la vista sus clavículas. – Querrás decir en donde tú lo dejaste, dobe. – Corrigió él mostrando esa sonrisa ladeada, hermosa y tranquila que a pesar de no mostrar sus dientes le hacía ver tan elegante y atractivo.

Naruto sin querer recordó la forma estúpida en la que le describió a Kiba como era Sasuke, sin dudas cualquier palabra que usó no era digna de ese ser tan misterioso.

-    ¡Maldición! – Exclamó. – ¿Entonces no vas a ayudarme? – Aun seguía sin saber cuál era la función de Sasuke pero tenía una ligera idea de cuál podría ser.

-     No. – Respondió él sin inmutarse moviendo una mano que metió debajo de su suéter comenzando a alzarlo un poco descubriendo su torso y pecho trabajado. Cuando estuvo seguro de que la mirada de Naruto se volvió más brillante por el gusto que le causaba ver más piel la volvió a bajar dejando que la prenda lo volviese a cubrir.

Aja, así que por eso Sakura había dicho autoservicio. Frunció el ceño molesto.

Sasuke solo estaba ahí para seducirlo entonces…

“En realidad es todo lo que algo como él podría hacer…” Pensó sin querer maldiciéndose mentalmente por aun seguir pensando en la posibilidad que Sasuke realmente fuera solo un holograma o algo por el estilo.

Realmente no quería pensar en eso.

Por eso se callaría, por eso no mencionaría que lo vio para continuar con esa fantasía que acababa de descubrir.

Sea calentura, sea cualquier cosa. No quería enterarse de la verdad, por lo menos, no aun.

-    ¡JODETE! – Gritó saliéndose de sus casillas mientras metía una mano en su propio pantalón para sacar su hombría que comenzaba a despertar. Fue testigo de como Sasuke parpadeó al parecer sorprendido haciéndole sonreír con sorna. - ¿Sorprendido? – Quiso molestarlo.

-    No más de lo que tú lo estas con cada movimiento que hago.

Y Naruto no replicó, porque era verdad.

Sasuke sonrió ganador y como premio se quitó el suéter por completo arrojándolo al suelo para luego subirse por completo a la cama y tantearse el torso con sus manos blancas y de apariencia suave.

-    Mierda… Sasuke, eres tan… - Gruñó comenzando a acariciarse urgido.- Quítate los pantalones. – Ordenó ansioso de ver a Sasuke desnudo de una vez. Tenía tanta frustración y calentura encima de la cual deshacerse que no podía esperar. Sobre todo sabiendo que en cualquier momento Sakura lo desconectaría de ese mundo.

-     ¿Me estás dando órdenes, usuratonkachi? – Fue el turno de Sasuke de gruñir y Naruto estaba seguro de que esa pregunta había sido formulada como una advertencia.

Se estremeció, no de miedo, sino de gusto. Esa actitud tan altanera y orgullosa le gustó. Porque de alguna forma, creía que ahora estaba conociendo al verdadero Sasuke, y eso le calentaba más que si este solo se dejara hacer sumisamente a cualquier petición.

-    ¿Por favor? – Añadió mordiéndose los labios esperando la aprobación del moreno que satisfecho se desabrochó el pantalón y se lo quitó junto con los interiores. Oh, ¿Ese había sido un premio acaso? - ¿Puedo verte en alguna posición sugerente? – Preguntó queriendo entender como Sasuke podría acceder a sus peticiones.

-    ¿Con qué propósito? – Entonces cuestionó.

“¡Cabrón!” No entendía si Sasuke le estaba tocando las narices a propósito o en realidad era así, pero le estaba haciendo enojar un poquito. Aunque su mano movimientos rápidamente sobre su miembro que se había puesto tieso con solo ver al otro desnudo parecía decir lo contrario.

-    ¡Porque quiero correrme viéndote, joder! – Gritó. Sasuke ladeó ligeramente la cabeza estudiándolo con la mirada. Naruto solo atinó a detener la mano cuando notó que esos ojos estaban pendientes de como la movía sobre su polla. - ¡GAH, NO ME VEAS ASI IDIOTA! ¡ES VERGONZOSO!

-    ¿Y porque crees que hacer esto no es igual de vergonzoso?

Oh, demonios, lo atrapó otra vez. Iba a decir algo pero en realidad, ¿Qué le diría? “¿Por qué es tu trabajo?” “¿No se supone que desvestirte es lo que deberías hacer?” De alguna forma, tan solo pensar en reprocharle diciéndole algo como eso le hacía sentirse mal porque estaría rebajando a Sasuke al nivel de una puta. Y eso en su cabeza era impensable.

Sin embargo, no hubo necesidad de decir algo porque el propio Sasuke se sentó sobre una almohada larga y comenzó a pegar saltos como si la estuviese montando provocándole un enorme sonrojo que se extendió hasta sus orejas.

-    ¿Q-q-q-qué…?

-    Cállate y solo mira, tarado.

Tragó duro haciéndole caso sin querer, odiando cada vez más la distancia entre ellos. ¡¿PORQUÉ EL NO PODIA SER ESA ALMOHADA QUE SASUKE MONTABA CON TANTAS GANAS?! Sintió envidia no sana y a la vez, no podía evitar sentirse tan… homosexual.

-    Mh… Naruto.. – Gimió Sasuke, y ahí se perdió la cordura del nombrado.

Su mano moviéndose rápidamente sobre su miembro casi siguiendo el ritmo con el que Sasuke brincaba sobre esa almohada contra la que se restregaba. Parecía igual de emocionado que él porque en algún momento comenzó a masturbarse también, y aunque solo lo hiciera para darle el gusto, no le molestó en absoluto.

Tan caliente e irreal. La música en sus oídos molestándole porque era tan suave y lenta a comparación de su respiración rápida como su mano y la del propio Sasuke auto complaciéndose.

-    S-sasuke… - Gimió mordiéndose los labios observando como el mencionado se ponía en cuatro dándole una vista perfecta de su trasero y de cómo se la jalaba así mismo. – E-eres… un maldito bastardo…

-    … - Normalizó su respiración antes de decir. – Dobe.

-    Maldito, maldito...¡Agh! Ma-maldito… - Repetía una y otra vez sintiéndose  más cerca de lo que anhelaba. El orgasmo. Quería darle una maldita nalgada a Sasuke que solo le dejaba ver pero no tocar. Era demasiado injusto considerando que había pagado para eso.

-    El tiempo… -Gruñó Sasuke volteándose a verlo de pronto. Sus mejillas sonrojadas y boca ligeramente entreabierta hicieron a Naruto verlo maravillado. – El tiempo.. – Repitió y vio como Naruto se retorcía en la silla.

No podía pensar en nada más que el tipo delante suyo. No entendió lo que este intentaba decirle por el simple hecho de que la calentura le imposibilitaba hacerlo. Se iba a correr y Sasuke lucia tan perfecto que deseaba que lo viese eyacular por su culpa. Un morbo raro que se le antojó.

Sasuke se levantó, con su propia polla goteando al igual que la suya y desnudo caminó lentamente hacia él, seduciéndolo con la mirada, y Naruto creyó que moriría.

Cerca, estaba tan cerca él y su orgasmo que cerró los ojos sin querer esperando cualquier cosa.

-    Dobe. – Dijo Sasuke y el mencionado creyó que no podría aguantar más así que se dejó venir de una vez, descargando su frustración esperando que Sasuke fuera testigo de ello.

Contuvo el aliento y chilló un poco al correrse, pero luego todo fue magnifico. Era como si un peso se hubiese ido de sus hombros. Se preguntaba si Sasuke estaba satisfecho con su trabajo y quiso descubrirlo abriendo los ojos lentamente que luego se abrieron tanto por la sorpresa por descubrir a Sakura delante suyo con una mueca enojada y con el vestido con algunas gotas de semen que alcanzó a salpicarle. ¿En qué momento le había quitado los lentes?

-    ¡S-S-SAKURA-CHAN! – Gritó avergonzado y rápido se acomodó la ropa removiéndose para salirse del sillón inútilmente. - ¡T-TE JURO QUE NO FUE MI…!

-    ¡AGH, ERES IMBECIL! – Gritó ella de vuelta soltándole un tremendo golpe en la cabeza que lo dejó mareado varios segundos. Para cuando reaccionó Sakura ya lo había liberado del sillón y ya podía moverse. Se levantó de inmediato incómodo.

-    P-pero… pero ‘ttebayo… - Empezó a murmurar tratando de encontrar las palabras adecuadas para disculparse pero la del cabello rosa parecía querer volver a golpearlo si lo escuchaba decir algo.

-    ¡Solo vete! ¡Y MÁS TE VALE DEJAR UNA PROPINA QUE CUBRA LO DE MI VESTIDO!

-    ¡SI SAKURA-CHAN! – Aceptó asustado saliendo del cuarto pagándole a la tipa del pasillo para salir a carrera del lugar creyendo estúpidamente que la chica lo seguiría. Pero no.

Por suerte.

Era tan vergonzoso que quería morir en esos momentos.

Pero por otra parte…

Se volteó a ver la entrada de ese lugar, cuyas luces fosforescentes seguían brillando en la entrada. Sus manos fueron hacia sus bolsillos notando que el dinero que había ganado ese día se le había esfumado como agua.

Pero valía totalmente la pena.

Apretó lo poco que le quedó pensando en la forma de conseguir más para volver entrar.

Necesitaba volver a entrar.

Estaba indeciso en si partir ahora a su casa o simplemente quedarse allí hasta que ese lugar cerrara y así tener la oportunidad de ver a Sasuke al igual que en la calle como hace una hora.

Abrió sus ojos exasperado, y buscó un lugar en donde sentarse. Las escaleras del edificio. Se quedaría. Lo había decidido.

Necesitaba quedarse tranquilo. Pensó que yendo nuevamente hacia ese lugar conseguiría alejar esa incertidumbre que lo inundaba pero la verdad, fue peor. Peor después de haber visto a Sasuke y no tener la valentía para preguntarle si era real o no.

Se quedó ahí, esperando afuera del lugar a que las luces se apagaran y toda la gente lo abandonara.

Salieron varias personas.

Y no había rastro de él.

Entrada las seis de la mañana, salió la última persona, para ese entonces su cabeza estaba recargada en sus rodillas y su mirada vacía observaba como Sakura cerraba el local y se alejaba sin notarlo.

Por algún motivo, una hora después de que el local fue cerrado él lloró en la escalera antes de irse a su hogar. 

Notas finales:

Bueno, aunque me alargara no saldrian mas de cinco capitulos la verdad (?) pero de todas formas, avisaré si algo sucede o no sé jaja, espero que les guste y nos vemos en la proxima <3 Gracias por leer y si comentan tambien

(Los comentarios anteriores los dejé respondidos <3 )


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