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Virtual por Ckonny Nickole

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Notas del capitulo:

Hola! Espero que todos esten bien, y estén disfrutando de una buena lectura. Hace mucho prometí traer un especial/extra para esta historia, y pues me animé y les hizo una pequeñita que ojalá les guste. Con mucho cariño para todos <3

Al principio, había pensado que era innecesario y estresante. ¿Qué servía como entrenamiento para asegurar su buen desempeño en el negocio de la familia? Para nada, “Son solo reuniones inútiles a las que mi padre me obliga a asistir junto a Itachi” ¿Cuántas veces había dicho aquello a algún accionista que notaba su descontento en medio de una aburrida reunión de trabajo? No tenía idea, pero suponía que las necesarias como para dejar en claro que él no quería involucrarse con nada de la compañía.

—     Debes entender que es por el bien de la compañía, Sasuke — Decía Itachi siempre, intentando hacerle razonar — Nuestro padre solo quiere que observes y aprendas el funcionamiento del negocio.

Solo arqueó una ceja aquella vez en especial, sin ningún interés.

—     Inventar, planear y construir — Dijo entonces, harto del sermón de su hermano — Es todo. Hacemos maquinas, no hay complejidad en eso.

—     ¿”Máquinas”?  — Repitió Itachi. Pudo notar como este endurecía la mirada mientras se detenía frente al elevador que lo llevaría al piso en donde se realizaría la siguiente reunión a la que él no lo acompañaría — Es algo mucho más que eso. Mucho más — Enfatizó su hermano al tiempo que entraba al elevador. Recordaba claro la mirada simpática que le dedicó antes de desaparecer detrás de las puertas al tiempo que decía — Somos creadores de sueños.

Creadores de sueños.

Se desveló tantas veces intentando dar con el significado de esas palabras que de alguna forma terminaron rondando en su cabeza para que al final encontrara la respuesta sin querer  al despertar en la mañana al lado de la persona a la que buscó por tanto tiempo, y que al final, sin siquiera saberlo, este también había terminado buscándolo.

—     ¿En qué piensas tanto? — Pregunta el chico de cabello rubio desordenado detrás de su oreja. Sentía los brazos de este que le abrazaban con posesión la cintura apretarlo un poco más para atraerlo hacia su cuerpo que se pegaba en su espalda.

—     ¿Cómo sabes que estoy despierto? — No pudo evitar preguntar porque en ningún momento de los que llevaba despierto se había volteado a ver a Naruto. ¿Para qué? No hay necesidad de verificar que su acompañante seguía allí con esos brazos rodeándolo como si temiese perderlo.

Naruto exhaló en su cuello haciéndolo estremecer.

—     Porque soy un cliente especial — Respondió entonces el otro con un tono tan serio que ahora sí no dudó en voltearse para hacerle frente. Sus rostros estaban tan cerca que le hizo fruncir el ceño.

—     Disculpa, ¿Qué has dicho? — Cuestionó ofendido.

Mierda. Naruto de cerca era mucho más atractivo. A pesar de haberse acostado con este por segunda vez en el local y luego repetirlo por tercera toda la noche no lograba acostumbrarse del todo a la cercanía entre ambos.

“Era más fácil cuando no podíamos tocarnos” Pensó sin querer cuando las manos de Naruto que quedaron ahora apoyadas en su espalda se movieron de arriba abajo en su espalda desnuda como queriendo reconfortarlo.

Naruto que parecía no saber cuál era el motivo de su molestia se le quedó viendo un largo rato hasta que se atrevió a abrir la boca para repetir inseguro — ¿Por qué soy un cliente especial?

No dudó en soltarle un fuerte pellizco en el costado haciéndole gritar de dolor. Pero aun así no lo soltó el agarre de sus caderas.

—     ¡Bastardo! — Gritó entonces el rubio haciendo un mohín viéndolo resentido con un ojo entrecerrado a causa del dolor — ¡¿Por qué hiciste eso, ‘ttebayo?!

—     Usuratonkachi — Insultó dándole un golpe con ambas manos abiertas en los pectorales del rubio para alejarlo y así hacer que lo soltara sin éxito — ¿Qué es eso de “Cliente”? — Cuestionó arrugando la nariz ofendido— ¿Soy una puta acaso, o qué?

Sasuke pudo ver claramente como los ojos del otro se abrían con sorpresa después de varios segundos que se la pasó viéndolo sin entender.

—     ¡N-no! ¡Yo no me refería a que fuera “esa” clase de cliente… yo solo-

—     Ya — Lo cortó. Ver a Naruto tan nervioso por explicarle había logrado calmar un poco su mal humor. Solo un poco — Entiendo.

—     Pero Sasuke, en serio…

Escuchaba la voz chillona del otro soltando palabras sin sentido sobre cómo se habían conocido y cosas por el estilo. Negó con la cabeza.

Vaya idiota.

—     Es que…  — Continuó el rubio — No ha pasado mucho desde que supe que eras real y yo no sé qué somos después de todo lo que hicimos jeje, ¡Agh! ¡No te hagas el ofendido, bastardo! — Por fin Naruto lo soltó y ahora le estaba señalando con el dedo índice casi saltando de la cama para pararse — ¡Tú dijiste que yo era un cliente especial ‘ttebayo!

Entrecerró los ojos con fingida paciencia — Dije que YO — Enfatizó — Soy tu especial — Le recordó rememorando la primera sesión virtual.

—     ¡¿AH?! … Ah…  si jeje — Reviró los ojos mientras Naruto reía como bobo masajeándose la nuca — Creo que eso fue lo que dijiste…

Notó como la mirada de Naruto cambió a una avergonzada a una más picara haciéndole estremecer incomodo en la cama. Como si el hecho de que ambos estuvieran desnudos y haya pasado la noche en la cama junto a un todavía completo desconocido no fuera lo suficiente incómodo.

—     ¿Qué? — Espetó después de la sonrisa luminosa que le dedicó el rubio de la nada.

—     Entonces…  ¿Seguirás siendo mi especial? — Preguntó Naruto por fin volviendo a la cama para subirse arriba de él arrinconándolo con sus brazos— ¿O, quizás otra cosa  más?

Ajá. Se sonrojó al darse cuenta de lo que había dicho. Frunció el ceño desviando la mirada por el pecho del rubio para evitar el contacto visual con este y así evitar que se diera cuenta de que estaba algo avergonzado.  

—     Nos acostamos — Señaló.

—     ¿Y eso qué, ttebayo?

Maldito rubio. ¿Estaría esperando la respuesta que creía…?

Pensó en darle una patada en el estómago a Naruto para que se quitara de encima y así tener que evitar responder a su pregunta pero su plan quedó en segundo plano cuando sintió algo duro presionarse contra su pelvis defendida por la sábana que mantenía su zona inferior cubierta.

—     Yo no dejaría que cualquiera hiciera lo que tú ayer — Admitió dejándose llevar por la sensualidad del rubio que no dejaba de verlo profundamente como estudiando su rostro — Deja de verme así, maldita sea.

—     Es que, eres muy lindo ‘ttebayo.

Agh, ¿Qué Naruto no sentía vergüenza al decir esas cosas?

—     Entonces — Hace tiempo que había descubierto que Naruto era la clase de persona que no podía mantenerse callada — Si me dejaste hacerte eso… ya sabes, ¡Y dos veces además, ‘ttebayo! ¿Significa qué…?  — Naruto usó ese clásico tono de voz de alguien que espera que la otra persona termine la oración.

—     ¿Qué me gusta tu polla? — Inquirió. Sabiendo que eso no era lo que quería escuchar el otro.

El rostro desencajado del rubio le dio más satisfacción de la que creía, y justo antes de que este empezara a gritar como loco se apresuró a preguntarle con aparente fastidio falso. — ¿Qué es lo que exactamente quieres escuchar, dobe?

—     ¡QUE ME QUIERES! — Explotó Naruto por fin dejándose caer por completo sobre él haciendo que sus rostros quedaran tan cerca y sus cuerpos tan pegados que era inevitable no darse cuenta de la erección tanto del rubio como la creciente de él mismo — ¡Nos hemos estado buscando por mucho tiempo, Sasuke-teme! ¡No tienes idea de lo mucho que sufrí por ti! — Algo dentro de él que no quería ponerse a pensar en qué podría ser se removió al escuchar aquello y más por la mirada dolida que le dedicaban esos ojos azules — ¡¿VAS A SER MI PAREJA O NO?!

Si, era lo que había pensado al fin y al cabo.

Omitiendo el hecho de que podría burlarse de lo poco romántica y demasiado innecesaria propuesta del rubio teniendo en cuenta que habían tenido sexo, un momento dramático el día anterior, y prácticamente le estaba gritando en la cara haciéndole pestañear varias veces, se preocupó más en la erección que crecía rápidamente entre sus piernas y concentrar sus ojos en los labios ajenos que estaban tan cerca a los suyos que odiaba que su poseedor solo los estuviera utilizando para otra cosa que no era besarlo.

—     Calla — Ordenó finalmente agarrando con una mano los cabellos rubios de su acompañante jalando la cabeza más abajo. Lo suficiente para susurrarle en sus labios que se tocaron con cada movimiento que hizo al hablar — Estas preguntando lo obvio, estúpido.

Agradeció internamente el aura brillante de felicidad que pareció desprender Naruto luego de aquello pues la sonrisa que le dedicó, le hizo sentir que toda la espera había valido la pena.

Sus labios finalmente se tocaron en una caricia tímida que se volvió más cómoda luego de un tenue contacto visual. Dentro de él, aun sentía que estaba soñando.

Que estaba de vuelta hace un año atrás cuando lo único que podía tener de Naruto era una sonrisa sin rostro y un recuerdo borroso de una noche que parecía nunca haber ocurrido.

Los labios de Naruto eran extraños. Suaves, calientes, e increíblemente mágicos.  Podría tratarse del hecho de que jamás tuvo un contacto como aquello con nadie más que con este sujeto desconocido que conoció en circunstancias inimaginables  que lo sentía de esa forma.

De cierta forma, era incómodo. Manos acariciando su cuerpo desnudo sin permiso, él mismo respondiendo a esas caricias removiéndose de placer mientras no podía dejar de admirar el buen cuerpo de su acompañante que no tardó en tocar con sus manos también deseando la mayor cercanía posible.

—     Te amo. — Naruto susurró sobre sus labios, destellante de felicidad que no se sentía capaz de sobrepasar. Simplemente pestañeó haciéndose el desentendido cuando en realidad su corazón no dejaba de palpitar emocionado.

Frunció el entrecejo. Rayos.

Naruto pareció estar esperando una contestación porque se le quedó viendo sin quitar su sonrisa del rostro. Se sintió expuesto nuevamente. No iba a responder más de lo que ya había dejado en claro antes.

Las cursilerías no iban mucho con su estilo.

—     ¡Hey, Naruto! — El sonido de la puerta siendo golpeada con fuerza lo sacó de su estupor y lucha de miradas.

Sin querer, por auto reflejo empujó a Naruto que cayó fuera de la cama acompañado de un gran ruido pesado de algo cayendo al suelo con brusquedad al mismo tiempo que la puerta de la habitación se abría dejando a la vista al dueño de la voz que los interrumpió.

—     ¡Kiba! ¡ESTABA OCUPADO, ‘TTEBAYO!

—     Oh mi Dios…

¿Quién tendría la expresión más graciosa en ese momento?¿El chico, Naruto, o él mismo? Se cubrió con la sabana al tiempo que le mandaba a su pareja una mirada enojada porque el muy tonto no atinaba a hacer algo.

—     ¿Él es el supuesto tipo virtual que te tenía todo deprimido y adicto?

La pregunta del recién llegado le hizo voltear a verlo dándose la sorpresa de que este se había acercado lo suficiente para tener su rostro demasiado cerca del suyo. Lo apartó en silencio con la mano intentando ser gentil porque por dentro quería golpearlo por invadir su espacio personal.

—     ¿Qué…?

—     ¡KIBA! — Ahora fue Naruto el que parecía molesto por la reciente cercanía del que sabía era su amigo — ¡Enserio, estábamos…!

—     ¿Entonces si es? — Cuestionó este sin quitarle la mirada de encima por largos segundos antes de reírse a carcajadas — Esto es tan increíble. JAJAJA, ¡HEY! — Gritó — ¡Shikamaru mira este es Sasuke!

Antes de que siquiera pudiese darse cuenta, otro chico entró a la habitación que no reaccionó de la misma forma escandalosa de Kiba sino que incluso tuvo la “educación” de saludarlo como si nada mientras Naruto no paraba de gritar histérico y con los colores en el rostro un montón de cosas que no podía entenderle a causa de la vergüenza que parecía extenderse a cada segundo  por su cuerpo.

—     Viejo, que aburrido eres — Señaló Kiba ante la falta de emoción en el rostro de su amigo — Finge sorpresa aunque sea…

—     Los escuché toda la noche — Declaró entonces el tal Shikamaru que se rascó la nuca como si intentara eliminar algún pesar en su cuerpo — La sorpresa se me esfumó entre las dos y seis de la mañana.

—     Wow, ¿Enserio? ¡Maldición! ¡Debí haber pasado la noche en casa, maldita sea!

—     Me voy

Así como había recibido la confianza necesaria para hablar de nuevo se le esfumó cuando fue el centro de atención nuevamente de la habitación pero sobre todo del par de ojos azules que lo observaron con horror.

—     ¡NO!

—     Tsk.

Se levantó con sabana y todo para evitar que vieran su desnudez. Naruto debería hacer lo mismo en lugar de mostrarse en bolas así como así.

Empezó a recoger su ropa rápidamente siendo detenido por Naruto que le agarró del brazo sorprendido.

—     ¡Agh! ¡¿Qué haces?! — Preguntó y él solo reviró los ojos obviando el asunto.

—     Irme

—     ¡¿POR QUÉ?!

Bufó soltándose de su agarre para mandarle una mirada furiosa a los dos que sobraban.

—     ¡¿YA VIERON LO QUE HICIERON?! ¡LARGO! — Gritó Naruto paranoico sin ninguna razón. Shikamaru y Kiba estaban siendo corridos de la habitación cruelmente por el rubio que les cerró la puerta en la cara y luego se volteó a verlo con espanto — No, no, no, ¡TÚ NO PUEDES IRTE, TEME!

Le ignoró para comenzar a vestirse pero Naruto que parecía dispuesto a no dejarlo ir agarró la camisa que pensaba ponerse y la lanzó al otro lado de la habitación.

—     ¿Qué mierda haces, usuratonkachi?

—     ¡Evitando que te vayas!  ¡VAS A DESAPARECER SI LO HACES! — Un maldito pitido se escuchó en toda su oreja izquierda que fue la que más sufrió las consecuencias del grito de Naruto.

—     Deliras. Largo, deja cambiarme — Ordenó cada vez más molesto.

—     ¡NO!

—     VETE.

—     ¡ESTA ES MI HABITACION ‘TTEBAYO! ¡SI ALGUIEN SE VA A IR DE AQUÍ, NO SERÉ YO, CREEME QUE NO LO SERÉ YO!

—     ¡BIEN!

Y aprovechándose del breve momento de confusión mental que pareció sufrir Naruto al darse cuenta del estúpido juego mental que cayó, le soltó un golpe con la gran almohada ridícula en forma de rana que tenía el rubio antes sobre la cama para huir medio desnudo de la habitación encontrándose con el maldito de Kiba esperándolo con una bata para prestarle mientras con eterna expresión de júbilo exclamó al verlo…

—     ¡El desayuno está listo!

¿En qué rayos se había metido?

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“—Somos creadores de sueños. Nada es imposible, mientras más lejos esté nuestro anhelo, más próximo estamos de alcanzarlo. “Eso” es nuestro sueño, nosotros, los creadores de este. ¡Por que no puedes obtener nada si no lo deseas! El que abandona jamás encuentra, ni se encuentra a si mismo…”

Siempre había admirado la capacidad de su hermano para transformarse en un líder cuando la situación lo requería. No importaba la cantidad de veces que ese discurso grabado de memoria saliera de sus labios, estaba seguro que todos lo escuchaban con el mismo entusiasmo de como si fuera la primera vez que oyeran tales palabras.

Incluso él mismo.

Se sorprendió a él mismo encontrándole razón, después de años acostumbrado a tales palabras que ahora parecían calentar su pecho sintiéndose identificado. Ah, ¿A qué vendría este cambio tan drástico en su forma de pensar? Le gustaba hacerse el desentendido con el asunto pero apenas menos de unas cuantas horas de haber partido de ese departamento simple, de pocos muebles y habitado por tres personas ordinarias, sentía que quería regresar desesperadamente para buscar a uno de los habitantes de ese lugar, específicamente al de cabellera dorada, y ojos azules como el cielo cuyos brazos y sonrisa luminosa no podían hacerle sentir más real y vivo que nunca.

Tan perdido en sus pensamientos que ni se dio cuenta en qué momento su hermano había terminado de hablar y todos en la sala de conferencia ya se habían retirado dejándolos a solas.

—     ¿Qué? — Fue él mismo quien prefirió romper el silencio incomodo que se formó entre ambos. La mirada de Itachi fija en él parecía estar examinándolo.

—     No parecías tan aburrido hoy  — Señaló entonces Itachi, con la brillante luz de curiosidad reflejada en sus ojos  — ¿Pasó algo interesante de lo que yo no me haya enterado?

Se maldijo internamente por ser un despistado. No importara como, o cuanto intentara ocultar algo, Itachi siempre lo terminaría descubriendo, incluso era capaz de descubrir cosas que ni él mismo era consciente.

Se levantó rehuyéndole la mirada para evitar más charla pero fue inevitable que Itachi se pusiera al lado para caminar juntos como de costumbre. La sensación pesada sobre su cuerpo, provocada por esos ojos negros curiosos le provocaba escalofríos.

El ambiente se volvió extrañamente silencioso, cosa extraña porque Itachi siempre solía hablar o ensayar su siguiente discurso cuando no quería contestar a alguna de sus preguntas. De pronto sentía esa mirada quemándole a un poco de distancia más atrás, solo un par de pasos menos que él que cualquier persona no notaria, pero Sasuke no era el tipo que dejaba pasar algún detalle.

—     ¿Qué intentas…

—     Por casualidad… — El mayor le interrumpió. Detuvo su caminata sintiendo que el pasillo se le hacía terriblemente largo y se volteó a encarar a Itachi que tenía el ceño fruncido, como disgustado. Como si no se atreviera a decir lo que tenía en la cabeza.

—     ¿Qué?

—     … ¿Cojeas?

Oh… Sin duda, el pasillo hoy era increíblemente largo. Imposible de escapar y ocultar el color rojizo que adquirieron sus mejillas. Pestañeó varios segundos antes de atinar a responder con un sonoro e indignado NO que retumbó por las paredes pero no en la cabeza de Itachi porque este pareció sufrir de un pequeño colapso mental, mientras imitando una escena dramática se llevaba una mano a la frente palideciendo para luego afirmarse de la pared más cercana para evitar caer al suelo.

Sasuke no necesitaba más para saber que Itachi ya sabía todo, porque, ¿Qué no sabía Itachi de él? Le desesperaba. Por más que había intentado disimular su pequeño dolor en la espalda baja, no había servido de nada.

—     Debe ser una broma  —Musitó su hermano negando con la cabeza indignado, reincorporándose  — No otra vez, Sasuke. ¿De dónde sacaste esas manías?

—     No es lo que parece  — Salió de su boca completamente frustrado con la poca privacidad que tenía aparentemente de su vida. Por supuesto, Itachi sabia del desliz que tuvo con un desconocido el año pasado en un bar pero su reacción aun así era demasiado molesta.  

—     Dime quien fue el maldito de esta vez, Sasuke. — Advirtió entonces Itachi sin creerle.

Hizo un gesto con la mano pidiendo que parara intentando serenarse también y así poder responder adecuadamente a las muchas preguntas que seguramente tendría su hermano.

—     ¿Quién fue? — Insistió él.

—     El mismo de la última vez.

Los ojos de su hermano se abrieron con tanta sorpresa que temió que le diera alguna parálisis.

—     Lo encontré  —Agregó, inconscientemente con una ligera sonrisa que no pudo reprimir pero que logró que el corazón de Itachi se calmara un poco.

—     ¿Cómo fue eso posible?

—     ¿No tienes una reunión a la que asistir?

—     Olvídalo, ¿Qué importa eso? ¡Sasuke! — Itachi parecía contrariado en emociones mientras le sujetaba de los hombros  — Dijiste que no recordabas nada de él… ¿Y si se trata de un estafador que solo quiso acostarse contigo? ¡Y LO HIZO, MIERDA, VEO QUE SI CONSIGUIÓ LO QUE QUERIA!

Solo reviró los ojos ante la paranoia del otro.

—     Nada de eso  — Negó de inmediato— Es él, estoy totalmente seguro de ello.

—     Esto es demasiado irreal como para creerlo…

—     ¿Qué pasa con el discurso de “somos creadores de sueños”? Hoy realmente, creí que sí lo éramos. Hoy, después de tanto…  —Se mordió los labios inquieto — Resultó que tu estúpido discurso era verdad.  

Itachi se apartó para dirigirse a la puerta de una oficina cercana que no tardó en adueñarse, invitándolo con una mirada a que se uniera a él o de lo contrario lo obligaría. No pudo negarse sabiendo los contras que eso traería y solo se limitó a sentarse en el primer asiento disponible.

—     Como es eso de que mi discurso era cierto  —Quiso saber Itachi, sacando un cigarrillo de su chaqueta para fumarlo mientras habría la ventana intentando serenarse.

—     El modelo defectuoso nueve del año pasado  —Suspiró — El experimento defectuoso que padre desechó y vendió a un don nadie bajo la promesa de que lo usarían para hacer pruebas…

—     ¿Hablas de “Virtual”?

—     Ese  —Afirmó no extrañándole la sorpresa en el rostro de su hermano — El aparato capaz de conectarse a las ondas cerebrales de una persona para reproducir lo que su mente desea y así facilitar la realización de futuros productos de la compañía, terminó convertido en un casco y lentes de realidad virtual que se conectan en internet  buscando el mayor grado de similitud en los datos que recibe de la persona para dar con la persona que el cliente desea ver, como espectáculo de un prostíbulo. —Se frotó las sienes —Estuve meses investigando el lugar en donde había ido a parar Virtual, y lo frecuenté un par de veces pero no tuve la oportunidad de probar el uso nuevo que le habían dado hasta que…  — Tuvo toda la intensión de no dar más explicación que esa, pero la mirada insistente de Itachi no le dejó otra opción  — Él acudió a ese sitio, sin saberlo, buscándome.

Se había quedado un par de segundos mirando hacia la nada, rememorando el primer encuentro con Naruto hasta que Itachi le sacó de su estado de ensoñación con un golpe indignado en la mesa.

—     Dices que lo utilizaban como espectáculo de prostíbulo, entonces quieres decir que tu ¿Te grabaste desnudo o algo así? —Su expresión pareció decirlo todo porque su hermano bufó molesto  — ¿Cuándo fue eso, y desde cuando que tú tienes sexo…

—     Hace meses, y solo ayer volví a hacerlo con él. Di una llamada a la policía para que cerraran ese lugar y así confiscaran nuestro aparato  —Explicó sintiendo que todo era demasiado complicado — E iba todos los días después de eso a una hora para ver si era capaz de encontrarlo allí y así terminar con toda la estupidez del chico virtual.

—     Naturalmente lo encontraste en una de tus visitas, se revolcaron y ahora estas feliz de la vida  — Interrumpió sin ganas de escuchar más detalles cuando usualmente los pedias todos y cada uno, y por eso Sasuke estaba hablando de más en esa ocasión. —  Por Dios, ¿Pediste que cerraran el lugar solo para encontrarte en persona con el tipo? ¿No es un poco dramático viniendo de ti? Apuesto que jugueteaste con sus sentimientos y luego te sentiste tan mal por ello que actuaste según como mejor podría resolver la situación a tu conveniencia.

—     Tal vez…  —Musitó.

Se le removió el estómago porque Itachi tenía razón. Cuando se dio cuenta de que los sentimientos de Naruto eran tan verdaderos como los suyos, un extraño terror le invadió, y no pudo evitar comportarse de esa forma distante con el chico mientras en su interior sufría al pensar en la posible pérdida del rubio nuevamente.  Por eso comenzó a mirarlo triste, porque tenía ilusiones que temía que mataran por un mal movimiento de su parte. Comenzó ese juego de desvestirse porque quería saber si tendría alguna oportunidad nuevamente, era demasiado caprichoso para no obtener lo que quería desesperadamente. No era buena entablando relaciones, pero Naruto, desde el momento en que lo conoció en ese bar, con esa sonrisa de idiota al igual que todo lo que salía de esa boca, supo que sería una persona difícil de olvidar, y lo fue. Por lo que no quería volver a experimentar la pérdida del rubio una vez lo consiguiera. Fue estúpido, y se dio cuenta de ello cuando el rubio dejó de ir mientras él lo esperaba día y noche conectado en su computadora esperando el llamado de la cámara web para que se conectara con la máquina Virtual.  

No pudo ocurrírsele otra cosa más sino llamar a la policía y obligar a Naruto a venir. A que lo buscara.

Por suerte, él acudió a su llamado.

—     ¿Y? ¿Son pareja? —Volvió a interrumpir sus divagaciones Itachi, con una seriedad que le hubiese asustado de no ser porque la pregunta se la esperaba.

Frunció el ceño incómodo — Vas a llegar tarde.

—     Al diablo la reunión, respóndeme.

—     Tengo cosas que hacer  —Cortó ahora si sintiendo la necesidad de huir, y lo hizo. No dudó en salir apresurado por la puerta apenas el personal de su padre apareció en la oficina buscando a Itachi para llevarlo de una vez a la reunión que su hermano se negaba a asistir.

Compartió una última mirada con el mayor, con la que pretendía responder a su pregunta con un gran “Si, somos pareja, una de las máquinas que creamos hicieron realidad mi sueño, como tú lo dijiste”

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Nunca antes el olor a alcohol le pareció tan nostálgico como en ese momento. Apenas puso un pie, en ese bar a escondidas del resto de la ciudad, en el subterráneo de un edificio, la sensación maravillosa y rejuvenecedora pareció golpearle el rostro. Todavía más, cuando a lo lejos, mientras buscaba entre las butacas oscuras y los rincones casi vacíos de clientela dio con la razón de porqué ese lugar tan de mala muerte era especial.

—     ¡Hey, teme! ¡Te tardaste! —Porque estaba él, el chico que le recriminaba su tardanza con una expresión infantil en el rostro que causaría un descontento en él de no ser porque amaba a ese chico.

Se sentó delante de él, en esa mesa apartada en la esquina oscura que eligió Naruto sintiendo de inmediato el desagrado de este.

—     ¿Por qué no te sientas junto a mí? ‘ttebayo.

—     ¿Quién se sienta al lado de un desconocido que por primera vez ve, dobe?

—     Agh, ¿Es enserio? — Naruto golpeó la mesa de madera con el puño, indignado  — Dijimos que íbamos a tratar de recordar esa ocasión, ¡Pero no mencionamos nada de recrear toda la maldita cosa esta, Sasuke, ‘ttebayo!

No respondió, estaba más interesado en mirarle con sorna y burlarse con un ligero movimiento de labios de su ahora novio.

—     Tsk, eres un maldito bastardo… — Refunfuñó el rubio mientras le daba un sorbo a su cerveza. Apreció como un ligero sonrojo se apoderaba de esas mejillas acaneladas — Pero… si esto va a hacer igual que en esa ocasión… — Musitó él — Entonces… ¿Cuál es la probabilidad de que nosotros…? — Esos ojos azules recorrieron su cuerpo o lo que alcanzaba de ver de este ya que la mesa estorbaba entre ambos con lasciva.

Refunfuñó antes de responder — Casi nula. Me dejaste malditamente adolorido, usuratonkachi. Mi hermano se dio cuenta y tuve problemas por ello. Te aguantas.

—     ¡Agh! ¡No seas cruel, teme! —Alegó de inmediato Naruto más indignado que antes — ¡¿Sabes lo que tuve que hacer por ti antes de que llegaras para que todo esto fuera especial?! ¡Le pregunté al cantinero si recordaba a dos hombres revolcándose en el bar y él me dio detalles exactos de como nosotros dos nos agarramos sobre la mesa, antes de irnos para tener más en otro lugar! ¡Incluso pedí la misma mesa, ‘ttebayo! — Acto seguido palpó con la mano la madera de la susodicha con cariño — Anda, Sasuke, te desnudabas por mí siempre antes…

—     Calla — Ordenó dándole un puntapié bajo la mesa mientras esperaba que alguien se dignara a atenderlos con el grito de dolor de Naruto sonando de fondo.

—     A todo esto, ¿Dónde estabas? ¿Por qué llegaste tarde? — No le gustó nada como esos ojos azules se oscurecían mientras se entrecerraban con desconfianza.

—     Estaba en el trabajo.

—     ¿Dónde es eso?

—     ¿Importa?

—     ¡CLARO QUE IMPORTA! —Naruto pareció enfurecido de pronto y se levantó indignado alzándolo del brazo para quedar frente a frente — No voy a dejar que nadie más te vea desnudo de ahora en adelante ‘ttebayo, así que anda haciendo la idea de que…

—     Espera —Pidió.

—     ¡NO VOY A ESPERAR! ¡NO PUEDO ESPERAR CUANDO SE TRATA DE TI, SASUKE!

Naruto no estaba pensando como él creía que lo estaba, ¿Verdad? Ahora, el enojado era él mismo y su ceño se frunció tanto antes de soltarse del agarre del rubio para hacerle una llave obligándolo a retorcerse de dolor.

—     ¡No soy una prostituta!

—     ¡A-A-AH! ¡AY! ¡¿NO?!

—     ¡TSK! —Rechinó los dientes y solo soltó al rubio cuando el cantinero empezó a reírse de la escena haciéndolo sentir terriblemente avergonzado — ¿Qué mierda pasa por tu cabeza llena de aire? — Alegó aguantando las ganas de agarrarle de los huevos y doblárselos. Su mirada destellante de furia dejaba en claro que poco le faltaba para hacerlo.

Naruto pareció darse cuenta de su error porque de inmediato empezó a gritar como loco para excusarse — ¡ES QUE, ES QUE, TU, EN ESE LUGAR… Y YO, BUENO! ‘ttebayo.. tu… te desnudabas tan.. ¡No me culpes, es tu culpa!

Reviró los ojos — ¿No se te pasó por la cabeza que lo hice solo porque sabía que eras tú?

Naruto vaciló unos segundos, haciéndole obvio el hecho de que jamás lo pensó de esa manera.

—     Tsk, me largo — Avisó molesto. Pero tan rápido como lo dijo, fue igual de rápidos esos brazos agarrándolo por la cintura para atraerlo al cuerpo contrario en un abrazo de oso que le hizo respingar sorprendido — Suéltame — Ordenó con la voz ronca sin moverse.

—     Ya, ya, Sasuke, entiendo. Mi error, no te vayas. Solo no te vayas — Naruto lo dijo en un tono tan suplicante que su pecho pareció dar un vuelco.

—     Estas haciendo el ridículo, dobe. Suéltame,  nos pueden ver.

—     ¡A LA MIERDA, TE AMO!

La confesión dicha a gritos lo tomó desprevenido, y prácticamente quedó en shock a causa de esta, hasta que el sonido de las palmas chocando entre si provenientes del cantinero alegre y viejo se escuchó por el lugar.

Empujó a Naruto de inmediato y con la respiración acelerada le dio otro empujón en reprimenda.

—     Estúpido, no digas esas cosas así tan de pronto.

—     Agh, ¿Qué importa? Venía con toda la intensión de beber, hacerte el amor ¡Y PEDIRTE QUE VIVIERAS CONMIGO!

¡Agh! Su interior se sentía malditamente raro e incómodo. Naruto era demasiado desvergonzado para sobrellevarlo en ese momento.

—     Voy a volver a golpearte — Advirtió en un intento de mantener su autocontrol intacto. Aunque sus mejillas sonrojadas dejaran al descubierto su verdadero sentir.

—     Eres demasiado bruto, ‘ttebayo… — Lloriqueó infantilmente el rubio pero aun así volvió a abrazarlo para su disgusto. Pero no hizo nada para apartarse — Te haré muy feliz, Sasuke. Tanto como yo me siento al saber que eres real, que eres mío… Ahora eres todo para mí.

—     Ya…— Lo cortó abochornado no queriendo escuchar más en ese momento — ¿En qué trabajas tú? — Cambió el tema drásticamente cuando se percató que de repente las ganas de subirse a la mesa y dejar que Naruto le demostrara lo feliz que podría hacerle comenzaban a llenar su cabeza de ideas al respecto.

—     Eh… jeje.

Esa risa no le gustó para nada. El recuerdo de Naruto riendo tontamente a causa de alguna droga que se metió encima vino a su cabeza como una cachetada en el rostro.

—     Naruto…— Gruñó.

—     ¿No te lo dije antes? Juro haberlo hecho ‘ttebayo.

—     Responde — Ordenó viéndole totalmente serio, aun sin romper ese abrazo improvisado.

Naruto titubeó y eso lo horrorizó.

—     Es difícil de dejar… yo… — Empezó a excusarse entonces sin dar respuesta a su pregunta — Es que… lo dejé, pero creí que no eras real y entonces… yo todos los días lo hacía para poder imaginarte mejor ‘ttebayo.

—     ¿Y así quieres que viva contigo? — Le echó en cara totalmente molesto. Drogas, el rubio a medias había comentado algo al respecto antes.

El rubio pareció haber recibido la noticia de que alguien que quería había muerto por la expresión adolorida que puso.

—     Pero… por ti yo… — Una mano le acariciaba la espalda y eso solo aumentó que el deseo que seguía vivo, de dejarse llevar por ese maldito chico malo echado a perder que le tocó hiciera de las suyas volviera con más fuerza.

—     ¿Por mí? — Preguntó a propósito enroncando la voz. Acercándose tanto a su rostro con esa mirada fiera que le caracterizaba a su familia — ¿Dejarás tu adicción por mí? —Supo que tenía al rubio en donde quería porque este tragó saliva y sus ojos azules pasaban de sus labios a sus ojos continuamente.

—     S-si… teme, no me manipules — Alegó mordiéndose los labios— Traigo unos gramos en los bolsillos…— Eso no le gustó escuchar — Me iban a dar un buen dinero por ellos pero si tu… si tú ‘ttebayo me das algo mejor a cambio podría regalarlo

Oh, ¿Estaba negociando? Buscó con sus manos el cinturón de Naruto y lo agarró de este, muy cerca del área de la entrepierna para acercarlo más en ese abrazo.

—     Dáselo al cantinero, ahora — Ordenó — Y tus probabilidades de terminar la noche como querías, conmigo en tu cama y en tu casa, podrían subir a uno por ciento… — Sugirió.

No esperó que Naruto corriera a tirarle un montón de bolsitas al cantinero que las recibió más que gustoso para luego volverse a él ansioso. — ¿En la mesa?

¿Sería indigno, más de lo que es, hacerlo en un lugar público con un drogadicto traficante al que después sabía que tendría que presentar a sus padres como pareja?

Se subió a la mesa.

Al demonio. Este era el maldito sueño que buscó por tanto tiempo, y si tenía que hacer méritos para que funcionara, lo haría.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno, esto es todo de este fic.

Gracias a todas las personas que me dieron su apoyo, es muy importante para mi. Les tengo todos los reviews respondidos por si alguien no se ha dado la vuelta de mirar el que dejó :'D

Si alguien quisiera leer alguna cosa, podrian dejarme la idea y bucha, yo soy feliz recibiendola y ver que puedo hacer. 

Gracias por leer y comentar! los quiero!


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