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FUCK ME | jikook por mrsswag9394

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Notas del capitulo:

IMPORTANTE: Si no has leído | Undercover |, te sugiero pasarte a revisar si estás al día con la lectura ^^ para evitarte confusiones y que te saltes trama c:

 

Si estás al corriente del maratón y de los últimos capítulos... entonces disfruta tu lectura 7w7r

 

 

 

Grrr~

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De pronto todo se quedó en silencio en la cafetería.

 

Los estudiantes en el lugar miraban con curiosidad la escena, pues era extraño ver un pleito con Taehyung dentro... y más aun cuando este también incluía a Jeongguk, su mejor amigo.



 

—Taehyung...

 

—Ambos son unos hijos de puta.

 

Jeongguk bajó los cubiertos y se puso de pie.

 

—Ni te me acerques.

 

—Oye, enserio que no pillo.

 

—¡Lo sé todo!

 

—Ya, Tae... —Yoongi quiso intervenir.

 

—Tú no te atrevas.

 

Ambos pelinegros suspiraron con pesadez.







 

Ahora todo era obvio.

 

Jeongguk maldijo en su interior. ¿Cómo es que se había enterado? Se suponía que solo tres personas sabían acerca de ello, y Hoseok no iba a ir directamente a contárselo... y si era así, qué es lo que quería lograr. Pero era algo ilógico y lo sabía, entonces debió haber sido alguien más. Jeongguk mordió su labio inferior y prefirió evitar acusaciones y hacer aquello para lo que se estaba haciendo especialmente muy bueno: manipular con actos. Pondría su mejor cara de confusión y trataría de liar a Taehyung; nunca lo había intentado con él, pero ahora lo necesitaba, e iba a torcer todo con palabras... así tal vez y hasta le sacaba el nombre de la persona que se lo informó, porque de ninguna manera se enteró él mismo por su propia cuenta, es decir, estaba bien y tranquilo hasta que fue al baño con una extraña urgencia justo antes de irse a la cafetería y enfrentarles. «Ingenuo, vamos, Tae. No te hagas esto». Miró alrededor, no le sorprendió ver a Jackson y a sus perros observándolos divertidos. Desde que el bajito castaño había vuelto de su expulsión se había puesto verdaderamente más pesado, aunque no directamente... sino solo provocándole indirectamente. Había tanta pasivo-agresividad ahora mismo, que todo el ambiente comenzaba a ser demasiado cortante. Demasiada tensión. Una idea cruzó por su cabeza y creyó poder explicarse la actitud tan extraña en Taehyung.

 

Yoongi no estaba muy diferente. Solo que él no estaba demasiado preocupado, es decir, solo era Taehyung, qué es lo que podría lograr si apenas y era consciente de sus actos. Estaba temblando debido a la ira contenida y al nerviosismo de verse enfrentado solo... y es que él hizo algo muy incorrecto. Taehyung se puso en contra de las únicas personas que no lo habían tratado como basura. ¿Qué iba a sacar con ello? No lo sabía, pero no le importaba demasiado tampoco, con los meses se había dado cuenta de que Taehyung no era precisamente una persona inteligente... y no lo decía por maldad, es solo que el rubio era tan despistado e inocente, que cualquiera con un par de palabras podría hacerle bailar sobre su mano. Demasiado débil mentalmente. Un prototipo perfecto para sus bromas más retorcidas y pesadas que no había llevado a cabo porque eran obligatoriamente amigos, eran cercanos solo por Jeongguk, él era el único vínculo que tenían. Y ahora que parecía ofendido —cosa lógica, ya que las únicas personas en las que confió plenamente le habían traicionado—, creyó que entonces la amistad terminaría y tendría cada vez a menos personas sobre Jeongguk y le tendría más para sí mismo... y Yoongi se vio en un futuro, también, regordeándose con algunos chistes de mal gusto que ya iba planeando para poner en contra de la frágil —y fácil de herir— voluntad de Taehyung. Así que, luego de pensarlo en el breve periodo que se mantuvieron callados, regalándose miradas algo absurdas y sacadas de algún drama infantil, él supo de inmediato cómo doblegarle. «Taehyung no debiste morder la mano que te dio de comer», pensó Yoongi, razonando que el rubio no debía haberse enojado con ellos por algo tan trivial como lo era Hoseok. «Es decir... ¡le hicimos un favor! Le quitamos de encima a ese idiota que realmente no le valoraba». Claro, eso creía Yoongi, y lo habían hecho, sí; pero no de la manera correcta.



 

—No sé de qué me hablas... y realmente prefiriera hablar en otro sitio.

 

—¡Es que de verdad que no me lo creo! Ese idiota te está convenciendo de hacer cosas... y-y...

 

Yoongi rió con burla.

 

—Taehyung... no estamos para entender balbuceos. Habla claro y dinos por qué mierdas estás así —le dijo el mayor.



 

Jeongguk le miró con sus ojos entrecerrados. Ellos sabían más que bien el por qué del comportamiento de Taehyung... Yoongi lo sabía perfectamente, no era necesario que el rubio aclarase nada porque todo era claro. Yoongi solo quería humillarle.

 

—¡Tú te acostaste con mi novio! —arrojó una de las bandejas.

 

Todos dieron un suspiro entrecortado, claramente sorprendidos por esa declaración.

 

Y el rubio había hecho exactamente lo que Yoongi quería que hiciera.

 

—Verás, Taehyung... no sé quién te estará metiendo cucarachas en la cabeza —hablaba con voz bastante alta, como para que lo escuchasen—. Pero lo que sí sé es que tú necesitas no fiarte de ese tipo de cosas.

 

—¡No seas cínico!

 

—No es necesario que grites.

 

—P-pero... yo tengo pruebas.

 

—¿Te das cuenta de lo que estás haciendo?

 

—Yoongi, detente. No necesitamos hablarlo aquí —quiso irse pero el mayor le tomó del brazo.

 

—No. Él va a escucharme —habló severamente—. Mira, no me interesa qué es lo que creas, pero me sorprende que te hayas atrevido a dudar. ¡Y es que lo que has dicho es basura! ¡Una estupidez, joder! ¿Yo? —reclamó fingiendo enojo—, ¿con tu novio? —una mueca de asco fingida—. Por Dios. A ti pueden gustarte las pollas... y puedes comértelas, pero no te atrevas a decirme que yo soy de los de tu tipo.

 

Y un falso orgullo herido.





 

Él convenció a todos y las miradas fueron hacia Taehyung, esperando respuestas.

 

Jeongguk sabía que era bueno mintiendo. Sabía mejor que nadie lo bien que usaba las palabras, llegando incluso a hacerle a uno dudar hasta de su propio nombre. Conocía también su personalidad... él no se estaba retractando de lo que estaba escupiendo, ¡él lo disfrutaba! Le estaba agradando tener el control sobre Taehyung. Y Jeongguk no estaba haciendo algo por detenerlo, es que estaba tan sorprendido y admirado... y a Yoongi le gustaba esa mirada de Jeongguk hacia él, le hacía sentirse bien. Definitivamente Yoongi era todo lo que Jeongguk no podía ser. Eran uno para el otro. Min necesitado de atención y Jeon de ese sentimiento de liberalismo que nunca se le permitió.

 

Yoongi le miró, buscando la aprobación para continuar con su juego, y el que Jeongguk le haya mirado con ojos brillantes le alentó a seguir.

 

—Me das un poco de pena, Tae.

 

—Basta —suplicó el rubio, al borde de las lágrimas.

 

Negó con dramatismo y tomó sus cosas para acercarse a su oído. Sabía que todos pensaban que soltaría alguna amenaza, pero en cambio dijo:



 

—Gracias por darme el mejor espectáculo... y por quitarte del camino de Jeon.









 

Una última mirada, esta vez cargada de diversión y él se adelantó unos pasos con parsimonia, todo tan satisfactorio. Esperó por Jeongguk.

 

—No puedo creer que no hayas hecho nada —le reclamó sollozando.

 

Jeongguk soltó un suspiro.

 

—Tae... tú te lo has ganado a pulso.

 

—Vámonos, Jeon. Él no lo vale.

 

—Olvídate de nuestra amistad si le sigues, hablo en serio —le dijo el rubio.

 

—Jeon.

 

—Fue Wang, ¿no es así?

 

Taehyung enmudeció y apartó la mirada.

 

—No puedo creer que hayas caído tan bajo.

 

—Me estoy aburriendo.

 

El rubio le miró asustado, pensando haber cometido un gran error.

 

—¿No era verdad?

 

Una mueca en Jeongguk.

 

Yoongi se acercó, tomó las cosas de Jeongguk y tiró de él, no sin antes decirle a Taehyung un par de cosas más, que definitivamente le dolieron.

 

—Lo hice. Folla bien —esta vez hablada quedito, nadie debía escucharle ahora—. Y Jeongguk me cubrió, me prefirió a mí antes que a ti.



























 

Yoongi era el enemigo. Jeongguk lo sabía y no era el único, todos ya empezaban a darse cuenta de lo tóxica que era su relación. Hasta Wendy se sentía incómoda con las nuevas costumbres en su hijo. Ella pudo haber sido mala madre, lo sabía, no era la mejor en el oficio, pero por lo menos se jactaba de que Jeongguk no era un torcido. Era relativamente bueno, sin ningún vicio, muy buen estudiante, con modales ejemplares con personas mayores a él... ella podía decir que por lo menos eso había hecho bien en Jeongguk; pero ahora mismo comenzaba a dudar. Y lo hacía pensando y culpando directamente al nuevo mejor amigo de su hijo.



 

Ese pelinegro que tanta mala vibra le daba.



 

Jeongguk no fumaba, bebía de vez en cuando, no consumía porquerías, era bueno en la escuela, no tenía problemas en disciplina.

 

Él había cambiado de un momento para otro.



 

Pero es que todos estaban tan equivocados. Ellos no miraban más allá de sus propias narices, solo juzgando y echándole la culpa a Yoongi, siempre tratando de justificar a Jeongguk, el niño bien. Diciendo cosas como que si dejasen de llevarse probablemente Jeongguk volviera a ser el de antes. Pero todas esas teorías estaban muy incorrectas, porque la actitud de Jeongguk no tenía nada que ver con Yoongi, lo único que había sucedido era que el mayor había llegado para sacar a lucir la otra parte de su personalidad, le estaba volviendo más real, más Jeongguk de lo que era —lo que Jaehwa quiso hacer en su momento pero que su estupidez no le permitió—. Y es gracioso ponerse a pensar que, por alguna extraña razón, las únicas personas que supieron ver más allá de la inocencia que le rodeaba, hayan sido esos dos, tan iguales entre sí. Solo Jaehwa pudo ver el demonio que él escondía dentro, porque él se dejó llevar por su verdadera aura, se dejó atrapar por esa ternura torcida que era propia de su galletita; y Yoongi en cambio había caído ante esa mirada vacía de bondad y llena de sentimientos y vivencias reprimidas, del lívido que tenía arraigado en el ser de su conejito. Todas las personas que deseasen a Jeongguk en cualquier forma iban a sufrirlo, iban a pagar el simple hecho de cruzarse en su camino. Porque Jeongguk estaba destinado a destruir. Jimin, Yoongi, Jaehwa, Taehyung, Wendy, Irene, Jennie, todos ellos iban a sentir el peso de haberse atrevido a entablar cualquier tipo de relación con él.



 

—Basta. No lo soporto más, ¡es el tercer reporte en la semana, Jeongguk! ¿Qué demonios es lo que sucede contigo?

 

Él reprimió una mueca.

 

Odiaba las reprimendas y Wendy era la menos indicada para reclamarle cualquier cosa. Estaba harto.

 

—¿Qué dirás en tu defensa?

 

Simplemente se encogió de hombros.

 

—Jeon Jeongguk, esto es serio.

 

—No tengo nada para decir, es todo —declaró entre dientes.

 

—Me explicarás ahora mismo qué es lo que está sucediendo. ¡Esto no es normal! Nunca habías traído reportes de comportamiento, y ¿ahora resulta que le has gritado y arrojado tus libros al maestro? Yo no sé realmente qué hacer ahora. ¡He tratado de hacer las cosas bien! Pero n-...

 

—¿Bien? —su tono era mordaz—. ¿Realmente me dices que has tratado de hacer las cosas bien, Seungwan?

 

—Ve bajando el tono, Jeongguk.

 

—Tú realmente tienes un problema.

 

—¡Jeongguk!

 

—¡ERES UNA MALDITA ALCOHÓLICA! —explotó.



 

Una bofetada que le dejó la mejilla picando, se tragó el quejido y apretó con fuerza sus puños. Luego la miró directamente a los ojos, la imagen tan tensa y dura, sus delicadas facciones afiladas.

 

Wendy creyó estar viendo de nuevo a Jaehwa.



 

—No me vuelvas a tocar en tu vida.

 

—Es disciplina.

 

—¡ENTONCES DEBERÍAMOS EMPEZAR CONTIGO! —la lámpara del living sintió su furia. La había arrojado lejos.

 

Caminó a paso firme hasta la cocina y revolvió sin nada de delicadeza las gavetas hasta dar con lo que buscaba. Tomó algunas botellas en sus manos y volvió con su madre.

 

—¡Esto es lo que has estado haciendo bien! —todas ellas en el suelo, ocasionando un gran estruendo al romperse en cientos de pedazos—. ¿Me crees estúpido? Sé que te pasas días enteros bebiendo esta porquería, que la escondes debajo de la cama y al fondo de los estantes. Antes de venir a reclamarme algo primero sé una jodida buena madre una puta vez en tu vida.

 

—Jeongguk...

 

—¡No! Realmente me cansé. Y no me vengas con que esto es por lo de la muerte de Jae, que ya no me lo trago. ¿No te das cuenta de lo patético que es? Han pasado años desde la muerte de ese bastardo.

 

—No hables así de tu padre.

 

—¿Vas a seguir defendiéndolo? ¿Después de todo lo que te hizo?, ¿de lo que me hizo a mí? Para lo único que sirvió fue para dejar problemas y deudas. ¿Qué parte de que lo único que le ató a ti fue mi nacimiento no entiendes?

 

—Eso no es cierto.

 

—Tú sabes perfectamente que ni siquiera me miraba como hijo. ¿Eres consciente de eso?, ¿o prefieres que te lo recuerde?

 

—Detente. No sabes lo que estás diciendo —Wendy ya estaba sollozando.

 

—¿No recuerdas esa vez que me abandonaste?, ¿que permitiste que hiciera lo que hizo? Él no se detuvo allí.





 

Claro que ella lo sabía.





 

—¡Lo sé! Lo sé, joder. Y no sabes cuánto me arrepiento. ¿Crees tú que me siento bien con eso? Lo siento, muchísimo.

 

—Eso no es suficiente.





 

Él salió de casa dando un portazo.

 

Miró hacia ambos lados, pensando a quién acudir. No lo hizo demasiado.











 

Sus pies se movieron solos y ya se encontraba en dirección al centro de la ciudad. La única persona que era capaz de entenderle ahora era él. Solo en él podía dejar sus debilidades, porque no le juzgaría nunca y no le haría odiar más a su madre. Tal vez y hasta incluso le haría reaccionar, probablemente; solo él le protegería enserio. Tampoco pensó mucho cuando se metió en una tienda y compró licor —no le hicieron problema, por suerte. Se miraba tan desalineado que nadie se paró a pensar en si tenía edad o no—. Iba bebiéndose la botella de ron barato mientras caminaba a través de las ahora casi vacías calles de Seúl, no tenía miedo, la cuidad era segura... pero sin embargo subió la capucha de su chamarra y aceleró el paso. Agradeció enormemente que empezase a llover, eso ocultaría las miserables y patéticas lágrimas que estaba soltando al recordar toda la mierda en la que vivía, todas las veces en las que se estuvo solo. Y se sentía estúpido porque todo esto se lo merecía, porque por lo menos los problemas hubiesen sido algo sobrellevables si Jeongguk no hubiese cedido a las tentaciones que se le presentaron a tan joven edad. No culpaba a Jimin. Nunca. Solo él era el responsable de todo y lo sabía.







 

Cuando llegó, golpeó con insistencia la puerta, casi hasta derrumbándola.

 

Irene le abrió y notó la cara de sorpresa que había hecho al verle, no le nació hacer muecas, en ese momento solo necesitaba verlo.



 

—¿J-Jeongguk?

 

—... —todo el alcohol se estaba haciendo un paseo por su garganta.

 

—¿Qué... qué haces aquí?

 

—Quiero ver a Jimin.

 

—Oh, él... no está ahora pero... p-puedes esperarle dentro si deseas. No tarda en llegar.

 

Asintió y cuando iba a entrar un coche se estacionó frente a la casa. Era él.

 

Este salió cubriéndose de la lluvia y al girarse sus miradas se cruzaron. El castaño supo de inmediato que algo no iba bien.







 

Se acercó con rapidez y ni bien estuvieron lo suficientemente cerca Jeongguk se lanzó a abrazarle, soltando un quejido y comenzando a llorar descontroladamente en el pecho contrario, rodeándole tembloroso y con miedo. Jimin le sostuvo con fuerza y le devolvió el gesto con esa posesividad suya tan característica, una mano en su cintura y la otra acariciando sus cabellos. Irene estaba un poco fuera de contexto, pero ese sentimiento de sentirse ajena a ellos le era bastante familiar, siempre lo era cuando estaba Jeongguk cerca. El pelinegro era un manojo de palabras inentendibles y temblores. Entonces ambos notaron la botella que sostenía entre sus manos. Los esposos soltaron un pesado suspiro.

 

—Joder, ¿qué ha pasado?

 

Le separó y sostuvo del rostro, obligándole a mirarle. En un impulso se inclinó y casi se equivoca, por un momento se olvidaron de la presencia de la mujer y casi le besa en la boca. Pero en cambio sus labios se arrastraron y besaron su frente, las manos de Jeongguk apretando su camisa y ambos empapados ahora.





 

—E-ella... mamá es...

 

Ahora lo entendía.

 

Le tomó por los hombros y le hizo pasar. Enseguida Irene fue a por unas toallas para que ellos pudieran secarse.

—Ya, dime qué paso y trata de calmarte —le quitó la botella y la puso a un lado para luego hacerle sentarse.

 

—Wendy...

 

—Mamá —corrigió acuclillándose frente a Jeongguk, sus manos en sus piernas dejando suaves caricias.

 

—Nosotros hemos peleado... ella empezó todo y y-yo... solo lo empeoré y le dije cosas terribles —«que se merecía y de las que no me arrepiento».

 

—Entiendo...

 

—No lo haces. Me estoy cansando de esto, te dije que se saldría de control. Yo te lo dije... soy... una pésima persona y un mal hijo.

 

—No es solo tu culpa, Jeongguk —le susurró suavemente.









 

Unas manos tibias comenzaron a secarle el cabello con la toalla que sostenía. Se volteó y vio a Irene haciendo esa labor. Le miró con ternura que Jeongguk recibió con dolor y solo se quedó en silencio, dejando que ella terminase; se añadieron también unos mimos que a Jimin le provocaron sonreír. Ellos no se llevaban bien, nunca lo hicieron, y el ver a Irene mostrando más humanidad le hizo algo feliz, pero Jeongguk estaba incómodo y le molestó el hecho de que ella estuviera haciendo esto deliberadamente, sin ninguna doble intención. Por un momento deseó haber sido hijo de ambos. Miró a Jimin y este simplemente le sostenía las manos, calentándolas y dejando besos en ellas de vez en cuando. Se sintió pequeño al lado de tanto derroche de cariño. Él no pertenecía a esto, no podía manchar las buenas intenciones con su presencia, porque Jimin le regaló una mirada fraternal, parecida a la que un padre da, e Irene estaba colaborando... pero a qué clase de circo había entrado, esto era lo que él necesitaba, sí, pero no lo que quería ni buscaba. No podía simplemente dejar que las cosas pasasen así, esto no era por lo que había venido. Miró a Jimin y se lanzó sobre él, dejando completamente de lado a Irene, pero ella ni se inmutó y entonces se abrazó más a él, esperando sacar alguna mala reacción.





 

No la hubo.





 

—Jimin...

 

Su labio inferior temblaba y tuvo que morderlo. El castaño supo a qué se refería.

 

—¿Quieres hablarlo a solas?

 

Asintió.

 

—Yo me puedo retirar.

 

—No es necesario —se puso de pie, dejando en el sillón de nuevo a Jeongguk—. Iré a verle algo de ropa para que se cambie. Daremos un paseo y luego volveremos.

 

—¿Ahora? Ya es bastante tarde.

 

—Bueno... no es como si fuese a dejarlo solo.

 

—No me refiero a eso... solo que no es necesario que se vayan, pueden hablar aquí. Prepararé café y...

 

—De ninguna manera.

 

Le quitó las palabras de la boca.



Ella hizo una mueca y asintió para nada convencida. Jeongguk pudo notar su mandíbula apretada, seguramente mordiéndose el interior de las mejillas y enterró sus uñas en el sillón. Fue satisfactorio.

 

—Es increíble —susurró para sí misma.

 

Jimin le llamó desde la segunda planta y él subió enseguida. Le dio una mudada sencilla, de las que siempre olvidaba cuando se quedaba a dormir en su casa de vez en cuando, y le ayudó a vestirse y a asearse un poco ya que Jeongguk no podía hacerlo por su propia cuenta debido a lo mareado que estaba. Le dio una rápida ducha en agua tibia y le secó para poder ponerle las ropas. Irene observaba desde la puerta, con una sonrisa sincera al ver cómo Jimin trataba a Jeongguk. Eso era justamente lo que ella quería... él no lo sabía, pero el cariño que dejaba en el pelinegro era lo que quería para con sus hijos y lo que tan enamorada la tenía. Lo único que Irene quería era eso y solo en Jimin lo había visto... amor incondicional. Un poco equivocada. Solo un poco.



 

—Estás listo... vamos.

 

Dejó un beso en su cien y a Irene uno en la mejilla para salir e ir hacia el auto.











 

Jeongguk sabía a donde irían, pero eso no le hizo ponerse menos nervioso, sobre todo porque ambos eran conscientes de lo que podía pasar, mejor dicho lo que sucedería... y no les daba ni un poco de cargo de consciencia.

 

Llegaron y actuaron como de costumbre.

 

Claro. Una vez dentro las formalidades eran arrojadas y solo eran ellos dos. Daddy y bunny.





 

Probablemente algo distinto ahora.







 

—Vale —se sentó en el filo de la gran cama de la habitación principal—. ¿Hablaremos?







 

Jeongguk no respondió y simplemente se sentó a horcajadas sobre Jimin. Y se sintió bien, como siempre; le rodeó con sus brazos dejando que las manos del mayor se paseasen por su cuerpo. Esto era lo que él quería enserio, a Jimin solo para él y en esta forma, no paternal, sino más carnal, más física. Se decidió por besar levemente su cuello, haciéndole tensar la espalda, y entonces se sintió mucho mejor, caricias que estaban entre cariñosas y maliciosas. Jimin trazó un camino con sus labios desde sus clavículas hasta su barbilla y volvía a bajar. Suspiros con su nombre... solo su nombre. Y se sentía incorrectamente bien. Sus cuerpos actuaban solos, creando movimiento para saciar lo que la carne exigía. El pelinegro succionando suavemente los labios ajenos, dejando caricias tímidas en el comienzo del cabello; manos traviesas despojándole de sus ropas y acariciando con adoración el torso desnudo y trabajado. Jimin se levantó un poco para poder colocar a Jeongguk sobre la cama y él entre sus piernas, entonces se besaron largamente, las ropas desapareciendo despacio, todo a su tiempo. El mayor se dedicó a besar cada rincón del frágil cuerpo entre sus sábanas, logrando así enloquecer en poco tiempo a Jeongguk, quien ya se encontraba un poco desesperado por más que simples besos y roces. Jimin comprendió y procedió a prepararle, luego entrando en él con mesura. Se sentía limpio y en paz. Jodidamente bueno. Esto estaba mal, ellos sentían el placer multiplicado por muchísimo más que en ocasiones anteriores, lo que estaban haciendo definitivamente ya no era solamente sexo... y esos les consumía el alma. Un ritmo errático, sonidos sucios, caricias que buscaban hacerse uno solo con el cuerpo ajeno. Besos que dejaban todo su ser en los labios del otro.



 

Y un orgasmo que casi les hace desmayarse por la intensidad.







 

Jimin se dejó caer sobre el cuerpo ajeno, escondiendo su rostro en la curvatura de su cuello y Jeongguk le abrazó, besando su frente y sien. Las respiraciones de ambos aceleradas.









 

—Te a-...

 

—Shh, no lo digas —le susurró, dejando un tierno beso en su cabeza—. Lo sé, no es necesario ahora.

 

Jimin salió de él y rodaron hasta terminar Jeongguk encima.

 

Ambos extrañamente en paz ahora.

 

—¿Me dirás qué es lo que pasó?

 

Jeongguk se hizo pequeño en su sitio y apartó la mirada.

 

—Solo me está volviendo loco.

 

—La verdad completa.

 

—Vale —bufó—. Yo tuve un problema en el colegio... ella comenzó a gritarme y yo le dije un par de cosas.

 

—Jeongguk...

 

—No es nada que no sea cierto. Ella comenzó a recriminarme y a darse el crédito de ser una buena madre y que yo era el que fallaba.

 

—De hecho es así. Tú estás bajando tus notas y empeorando tu comportamiento.

 

—Ella es una bebedora compulsiva.

 

—Pero eso no te da el derecho a portarte como un patán, Jeongguk.

 

—...

 

—Mira. Eres un chico listo, no necesitas llamar la atención de este modo. Hay algo que te está sucediendo o te está molestando; puede ser Wendy, también la distracción de tu novia o ese niño que siempre se la pasa contigo —«puedo ser yo, también» pensó—. Pueden ser muchas cosas, pero eso no te da ningún derecho a desquitarte de ningún modo.

 

—No es nada de eso.

 

—Explícate entonces.

 

—Solo estoy cansado.

 

Jimin rió divertido.

 

—Te conozco. Y sé que no eres un mal chico... tal vez solo sea una etapa.

 

—Tal vez mi padre tenía razón y soy solo un dolor de cabeza —murmuró.



 

Jimin hizo una mueca y abrazó más al chiquillo. Él estaba asustado de lo que le estaba sucediendo, no era normal y no es por ser negativo ni un criticador, pero creía que la verdadera razón para las comeduras de cabeza en Jeongguk era nada más y nada menos que Yoongi.













 

—Discúlpate. Y hazlo en serio.

 

—...

 

—...

 

—No.

 

Jimin se tensó.

 

—Ella lo merecía. Y el maestro también, ellos no debían meter sus narices en lo que no les incumbe.

 

Jimin no supo a qué se refería, pero decidió centrarse en lo que verdaderamente importaba. Su actitud inmadura e infantil. Odiaba ese tira y jala cuando discutía con él, siempre en la fina línea entre la madurez y la actitud de un niño de su edad normal.

 

—Jeongguk —advirtió.

 

—No, hyung. No por ser joven debo estar equivocado. Sí, sé que no debí tratarles mal... pero a veces la gente no nos toma en serio y es necesario usar otros métodos. Si ellos escucharan como tú, yo no hubiese actuado de esa manera —fiel mentiroso. Porque él no quiso hablarlo con ninguno, solo descargar su impotencia. Pero debía hacer que Jimin se lo creyese—. No me disculparé.

 

Jimin sabía que esa era su última palabra.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Orden del maratón:

10 de Sep Falling

12 de Sep Feels

14 de Sep Together

16 de Sep Hey, Min

18 de Sep Pulse

Y si es que para ese entonces acabo el capítulo siguiente, que se llama Changes, pues el 21 podría estar siendo publicado c:

 

Me da mucha risa escribir feels xD no sé por qué. Siento que me va a dar diabetes o algo así, yo no nací para lo lindo ni los cariñitos. Que viva el sexo duro! Que viva el angst! Que viva lo Emo! Ok ya, porque si sigo seguro y me voy a hacer un recorte de la venas, que ya traigo algo largas (?)

Demasiado ridículo? Lo sé xD Por qué soy así ;-;

 

Eeeen Fiiin, hoy ando algo ansiosa 7w7r y bueno, eso porque... adivinen... VOY A PUBLICAR OTRO FIC!

Así es, esta zorra va a hacer hueco aquí para otra historia. Bueno, es un proyecto que comenté en wttp y hubo respuesta c':

Rapidito explico que el fic es una adaptación de la película Kill Your Darlings, lleva el mismo nombre y es exactamente la misma trama pero le añadí escenas mías -como el lemon, porque la peli no tiene ;-;- y además de otras y el final cambiado. En resumen digo que es la mitad mía y otra la mitad pues del director y todo eso. Es muy buena, se las recomiendo, porque a parte de ser gay *-* es muy interesante y educativa, lo digo en serio xD habla sobre la Generación Beat que se dio en 1943-1944 -en esa época está adaptada la película- y eso.

 

Yo pedí ayuda para escoger la couple y todo eso, je. PERO, aquí no lo haré. Quedó como KookMin c: y no es que no me guste... es que lo razoné y me di cuenta de que si bien quedan perfectos para los papeles, el YoonKook se adaptó mejor. Lo pensé duramente con una linda amiga y lectora -que está bien, pinche buena y guapa 7w7r, así es Anara-, y pues encontré un fmv de esta película con YoonKook y Asdfghjklñ, decir que me enamoró fue poco. Así que hoy subiré las primeras partes c: Y espero que le den luv y apoyo <3

 

 

Volviendo a FUCK ME. Realmente no sé por qué pongo tanto feel xD me da cosita y me pongo toda roja por la vergüenza, ay. Espero que les haya gustado. Estuvo dramático y toda la cosa 7w7r

 

Gracias por leer, corazones~~


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