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Corazón de guerrero. por Elbuhoconlentes

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Notas del capitulo:

He vuelto!!! 

 

Espero to que les guste este cap, ya faltan muy pocos para terminar con la historia, "lobos y vampiros " también está en los últimos cap 

Puedes negarlo, pero no por ello dejara de existir.
 
 
 
Los días transcurrieron, en sasuke la preocupación crecía, intentaba no prestar atención a ello, pero era imposible, la fecha en la que Naruto y su ejército atacaría estaba más que próxima, el azabache se sumergía en un mar de pensamientos, sería posible que Naruto no cambiará los tiempos en los que se llevaría acabo su campaña?, por qué si no lo hacía, los hombres del emperador ya estaban más que avisados.
 
 
- Cielo, cielo! – escuchó la voz de la anciana llamarlo  y la vio caminar hasta donde él se encontraba picando algunas verduras – vamos por algo de carne, tu abuelo me ha dado dinero, sabes que el vecino le ha comprado las hortalizas que plantaste?, estaba tan feliz, tu abuelo me platicó que dijo “ valla, ese nieto suyo tiene buena mano para la siembra”, tu abuelo ha puesto una cara de orgullo. – sasuke le sonrtio a la anciana, cuanto agradecía todo lo que hacían por el, y el cariño desinteresado que le brindaban. 
- Vamos – contesto sonriente el azabache al tiempo que limpiaba sus manos para después ofrecer su brazo como apoyo.
-
 
A pasos lentos llegaron hasta el centro del pueblo, tras varios minutos de visitar tiendas de telas, zapatos y demás, decidieron ir por el alimento,  en el pequeño local, un grupo de mujeres y donceles cotilleaban sobre lo sucedido en el castillo del emperador, el corazón de sasuke se aceleró de inmediato, y una debilidad del cuerpo lo hizo aferrarse a la anciana.
 
 
- Que ha pasado en el castillo? – pregunto sasuke con claro temor, por unos segundos todos lo vieron con extrañeza  
- Algunos mongoles intentaron infiltrarse haciéndose pasar por guerreros del emperador, pero su plan fallo, se escuchan que están presos esperando su juicio, aún que es bien sabido que su pena será la muerte. – le explicó un doncel de cabellos largos.  
- Hijo estás bien? – le preguntó la anciana – vamos siéntate cielo, estás muy pálido. – de inmediato las mujeres y demás curiosos lo rodearon haciéndolo ser el centro de atención. 
 
 
Pero en la mente de sasuke una sola idea se había incrustado, Naruto moriría, y lo haría por su causa. 
 
 
- Abuela por favor, regresemos a casa – pidió el azabache y la anciana asintió de inmediato.
 
 
El regreso fue incomodo y alarmante, sasuke no podía detener sus lágrimas, y aunque no emitía sonido alguno era claro que sufría, al llegar a casa y para su suerte ninguno de los dos ancianos pidió explicación de su llanto, y ahí en la soledad de el pequeño cuarto, tomó una decisión peligrosa.
 
 
El día por fin había llegado, Naruto estaba orgulloso y feliz por la valentía de sus soldados, no tenía duda de que lo seguirían incluso al mismísimo infierno, y aún así, no se sentía digno de tal respeto, por ello, al último minuto, cambio todos los planes, atacaría, claro, pero con un plan más elaborado, solo el y una veintena de hombres,  ingresarían al castillo haciéndose pasar por empleados y soldados del emperador, poniendo su plan en marcha, lo primero que hicieron fue, robar un navío.
 
 
Ahora el rubio no apostaba a la fuerza bruta y el gran número de atacantes, en cambio, por una vez, deseaba que la prudencia en sus actos se apiadara de el y así logrará su objetivo,  por qué la brutalidad era el día a día de su vida, y con ella solo logró lastimar a quien de alguna forma comenzó a amar, observó el cielo claro y azul, recordó la voz del azabache, se arrepintió de dejarlo ir, aún que al mismo tiempo, sabía que hubiera sido peor mantenerlo a su lado por la fuerza, 
 
 
- No es justo que cargues con todo – shikamaru acompañó al rubio que miraba el mar desde la playa. 
- No es justo que por mi debilidad mueran – respondió este.
- No fue tu culpa. – el pelinegro bajo la mirada – yo mismo lo creí un espíritu del bosque – suspiro resignado – su belleza parecía no humana,  pero tú nunca creíste en ello, no? – concluyó.
- No, no lo hice, pero eso no ayudó en nada, simplemente me deje hechizar por esa mirada, ese cuerpo y esa voluntad, - el rubio busco la mirada de su acompañante - ¿tu, crees que mi hijo aún crezca en su vientre?, - pregunto con franco anhelo, -  o, ¿ Será que prefirió morir antes de traer a la vida a mi carne y sangre?.
- No lo sé, - shikamaru palmeo su espalda. – no puedo darte la respuesta que esperas solo para hacerte sentir mejor, que clase de amigo sería si hago eso?, alimentar tus esperanzas y tu sufrimiento, - el pelinegro  negó con la cabeza - lo único que puedo hacer es decirte, que el al igual que tú,  alberga algún sentimiento en su corazon, y aún que no sea del todo “amor” podría ser suficiente para que tu hijo vea la luz del día.
- Entonces – Naruto lo interrumpió sonriendo, pues aún que no lo diría esas palabras habían levantado su ánimo, - es hora de ver de frente al destino – mencionó al tiempo que frente a ellos, un barco se acercaba a la costa.
- Si. – respondió shikamaru, - todo está listo para el ataque.
 
 
Fueron solo unas horas lo que les tomo para repasar el plan, dar algunas indicaciones extras y finalmente marchar. Aquel barco surco las calmadas olas que lo mecían en el más relajado  vaivén con el que los guerreros mongoles alguna vez habían navegado. En el cielo el más puro y claro azul parecía un delicado lienzo sin fin, que de vez en cuando, algún ave se atrevía a cruzar, el sol y sus rayo los tocanban pero no con esa intensidad desmedida, si no más bien con la sutileza de estarles haciendo un favor, el viento, arrastraba consigo una cálida y húmeda brisa, e incluso parecía  de tan buen humor, que empujaba con fuerza la vela principal, en un intento desesperado por qué los mongoles llegarán pronto a su destino.
 
Naruto avistó tierra, era una de las muchas costas las que les daba la bienvenida, pero en la misma, la calma y la falta de ruido parecía extraña, el rubio entre cerro los ojos, no estaba siendo aquello muy fácil?, dio la orden de regresar, y sus hombres se sorprendieron por ello, unos cientos de metros más y habrían logrado su objetivo. 
 
 
- Volvamos! – se escuchó de nuevo el frustrado e iracundo grito del rubio. 
 
 
Los tripulantes apenas se disponían a cumplir la orden, girando el timón del barco para dar la vuelta, y entonces, una ráfaga enardecida de viento azoto como con un rencor añejo. En el cielo un destello fugas se anticipó al estruendo de un trueno, el cielo que horas antes relucía en tintes de paz, ahora les amenazaba con nubes grises y negras, entonces Naruto lo entendió, aquello era tan simple de asimilar, podía tomar la cobarde decisión de retirarse pero aún le faltaria enfrentarse a aquella tormenta, pero el rubio no temía por su vida, era más bien, que sentía cierta culpa por exponer a sus hombres a sacrificar la propia.
 
- Señor, solo sabemos ser guerreros, no vivimos para algo más que eso! – gritó uno de sus hombres como si hubiera adivinado el pensamiento de su líder, Naruto retomó su postura y valor.
- Adelante! – gritó convencido de que lograrían la victoria.
 
A su lado shikamaru sonrió en un gesto de sentirse satisfecho con su forma de actuar y Naruto correspondió sonriendo de la misma forma, entre una fuerte lluvia y viento, el barco atraco en la playa, los mongoles descendieron con cautela, debían seguir el plan y mezclarse en el lugar, en algún pueblo si es que estaban cerca de uno, y de ahí avanzar hasta llegar donde el emperador. 
 
Sus planes se vieron frustrados antes de siquiera haber iniciado, pues frente a ellos iluminados por los relámpagos, apareció el ejército del emperador japonés, seguramente ese hombre, habría dispuesto a sus soldados a lo largo de todas las playas de su país, esperando pacientemente a que ellos los atacaran, y aún que no tenían la mínima oportunidad de ganar en esta nueva situación, los mongoles se lanzaron al ataque guiados por el líder rubio, que en la primera oportunidad que tuvo, cercenó la carne de su enemigo, la batalla no era ostentosa, más bien, se podía interpretar como una agónica defensa.
 
Aquella playa sin duda era de arenas claras, pero ahora se matizaba con el color rojo de la sangre que se derramaba por lo que las olas llegaban con fuerza golpeando y avanzando lo más que podían para lavar con sus aguas aquel terrorifico color que auguraba muerte. 
 
El cansancio comenzó a mermar el desempeño de Naruto, su cuerpo sucumbió ante su propio peso, jalo aire intentando recomponerse y fue entonces que el agudo dolor de una herida en su costado lo hizo consciente de lo mal herido de su cuerpo, un golpe sordo junto a él lo estremeció, el gemido de dolor le ayudó a reconocer la voz de shikamaru. Sus miradas se cruzaron y fue lo último que ambos vieron, al menos, una sonrisa se había dibujado en sus rostros…
 
 
 
Había dormido todo lo que resto del día anterior e incluso pasó la noche entera en ese estado, y ahora que despertaba, con los primeros rayos de sol, en su mente y corazón una idea firme se instaló, con cuidado cambio sus ropas por unas más abrigadoras, tomo aquel par de zapatos que con esfuerzo el anciano le había comprado, extendió sobre en suelo una tela sobre la que guardo una muda más de ropa, luego unió los extremos para formar una especie de bolso, salió de su habitación y camino hasta el lugar donde aún dormía la pareja, llamó a la puerta y luego de varios intentos, ellos respondieron permitiéndole que entrara, sasuke no hablo, simplemente los abrazo con fuerza deseando que pudieran entender sus sentimientos, 
La anciana fue la que lloro, el anciano solo le dio brindó sus mejores deseos en ese viaje, y el azabache, salió de aquella pequeña casa escondida entre la vegetación, que por un tiempo fue su más valioso refugio, un lugar donde el corazón de dos personas lograron sanar el suyo, aquel sitio donde entendió que la vida es cruel y aún así, se debía dar la oportunidad de vivirla, y por esa misma razón, ahora el lucharía por mantener con vida a la persona que no sabía si odiaba o amaba. 
 
Un corazón invadido de coraje, una firme idea gobernando en su mente, y con su par de manos acariciando con delicadeza su vientre, eran las poderosas armas con las que sasuke inició su peregrinaje, los movimientos que percibió dentro de el y que provenían del pequeño ser, enternecían su alma y le daban aún más fuerzas para no doblegarse ante las dudas que probablemente surgirían  por qué parecía que incluso ese pequeño, anhelaba también llegar a estar al lado del rubio una vez más. , 
 
 
 
 
 
 
 
 
-
 
Notas finales:

Bueno me disculpo por el largo tiempo sin actualizar.

 

tambien lo siento si hay faltas de ortografía o nombres cambiados.

 

 

gracias por darle una oportunidad a este fic.


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