Había pasado más o menos unos seis meses, las universidades estaban exigiendo mucho, pero para cierto grupo no eran suficientes. Muchos optaron el mismo camino que Tezuka y Fuji y entre todos comenzaron a mantener en secreto el descampado donde se abandonaban niños, no solo por su propio interés si no por el de los bebes por que bien sabían que los niños adoptados hasta antes del año tienden a adaptarse a la familia que los adopta y sabiendo todo lo que en la realidad se tardaban los procesos de adopción era posible que hasta varios años la mayoría de esos niños no encontraran una familia y los que la encontraran quizás solo quizás tendrían la mala suerte de tener a un golpeador entre sus padres. Nadie quería correr ese riesgo, menos deseban que algo malo les pasara sabiendo que ellos en su mayoría podían cumplir con la obligación de buenos padres.
Casi un mes después de saber sobre aquel descampado los segundos en ser padres fueron ni mas ni menos que Sanada y Yukimura y luego de ellos Eiji y Syuichirou, y así fueron pasando solo los dúos universitarios hasta Inui y Kaidoh. Debido a esa decisión de adoptar hijos la mayoría opto, al entrar en la universidad, por mudarse a departamentos pequeños de dos habitaciones, todos no tuvieron problemas en encontrar lugares para vivir, pero un dúo decidió aun vivir en una de las casa de crianza junto con su hijo, único, temporalmente.
El tiempo para ellos no era problema, menos que nada lo tenia que ser con su hijo de seis meses de edad, sus esperanzas de vida habían subido a casi los cuatro años de edad y aun estaban en asensos, eso era muy bueno, teniendo en cuanta todas las cosas que aun le esperaban vivir al pequeño Kinihiro Syuichi Tezuka Fuji.
Kunimitsu sabía que el crecimiento y desarrollo de su hijo podría ser lento y tardío, pero con paciencia, se doma al corcel más salvaje y se ganan guerras. Lo que mas le sorprendía era que el actuaba y se desarrollaba como un niño de su edad, quizás eso tenia que ver con la dieta y la medicación o tal vez, solo tal vez, por que el y Fuji lo amaban mucho y siempre lo atendían, a toda hora. “que bueno que Suke y yo tengamos horarios diferente en la universidad” pensó alegre de su suerte- Hola campeón- dijo llevándose a sus brazos al pequeño que estaba en el andador-dime ¿te diviertes?
El pequeño sonrió, sacando baba de su boca, la cual callo sobre la camisa azul nueva de Tezuka, pero eso no le importo, que el niño lo ensuciara no era algo del otro mundo, acababa de hallar la forma para que cambiándole el pañal una fuga no lo ensuciara y así como había aprendido que la orina se quitaba también sabia que la baba con una lavada podría quitarse y como dice el comercial “y chau mancha”
Eran como las siente treinta cuando llego, ese era el horario en que el y Syusuke coincidían y podían estar a partir de esa hora juntos en casa para atender a su pequeño-¿tienes idea de donde esta Syusuke?- le pregunto dulcemente al bebe. El pequeño volvió a reír y comenzó a moverse rápidamente en los brazos del de lentes- Hey no, quieto- lo aseguro con las dos manos, dio un paso y vio como el andador salio volando hasta las escaleras- ups- dijo mirando al pequeño reír.
Camino por la casa y vio a Syusuke dormido en el gran sillón del living al lado del asiento de bebe, con un libro de cuentos en su mano derecha, un sonajero en la otra y el chupete de animalitos en su boca, el de lentes rió discretamente, tapo al prodigio con la manta del bebe y salio del living para llevar al niño a su cuarto, entro y prendió la gran luz azul, el cuarto era tal como en su sueños, todo azul, lleno de juguetes y osos mas grandes que el niño, dejo al pequeño en la cuna y busco entre las cosas un pañal- ¿me tienes una sorpresa hoy Kunihiro?
El pequeño se sentó en la cuna y comenzó a ver el pequeño oso que colgaba de ella, era un panda negro y blanco que parecía acercarse a el a pesar de estar quieto, sonriente comenzó a mirarlo olvidándose de que u otro padre estaba allí preparándose para cambiarle su pañal, el cual estaba muy sucio.
El de lentes lo saco con lentitud de la cuna y recostó sobre el cambiador, le quito el pequeño pantalón azul que tenia y aun mas lento le saco el pañal, envolvió el pañal sucio y lo tiro en el pequeño cesto que estaba a su lado, luego le paso al pequeño una toallita húmeda y talco para finalmente ponerle el nuevo pañal, le volvió a poner el pantalón y le llevo a sus brazos- vamos a despertar a Syusuke, ¿Qué te parece?
Bajo las escaleras y fue hasta el living donde dejo al niño sobre el pecho del tensai, el pequeño tomo la sonaja que estaba en la mano de Fuji y comenzó a agitarla riéndose del sonido que hacia al agitarla, Syusuke despertó débilmente y vio al niño-Hola.
Kunimitsu sonrió- ya son mas de las siete, dejaste al niño solo en el andador.
-Yo no fui lo tenia aquí leyendo un cuento- dijo tomándole las manos al pequeño.
-Entonces fue un fantasma.
-No, fui yo- dijo el abuelo- fui a ver cosas con tu madre hijo y me olvide de el, lo lamento.
-No hay problema papá- respondió el de lentes.
-Kuni ¿Me lo quitas del pecho? Por favor- dijo el ex tensai, futuro doctor.
El mayor tomo al niño en sus brazos- Syusuke, dime, ¿Cuántas veces te he dicho que no me llames de esa forma?
-Lo siento, ya he perdido la cuenta de todos y cada uno de tus regaños con respecto a eso, pero yo no le veo nada de malo a eso- dijo sonriendo sentándose en el gran sillón.
-Yo si.
-Yo no.
-No quiero que el niño se acostumbré a llamarme de ese modo.
-No lo ara no te preocupes.
-Ve a lavarte la cara- le ordeno el de lentes- iré afuera con el niño, vamos a ver el lago del bisabuelo campeón.
El ojiazul estiro sus brazos y camino lento hasta el baño, mientras Tezuka cumplía parte de su sueño, salio al patio trasero y paro al pequeño frente al lago, mientras el lo sostenía lo mas seguro posible, miro hacia atrás, como siempre su abuelo miraba las plantas, volvió a pegar un ojo al niño, el cual intentaba zafarse del agarre de su padre para acercarse al lago- hey no- dijo sorprendido por la tenacidad de los movimientos del niño.
-Pequeño y poderoso- dijo el ojiazul apareciendo desde atrás de lo dos.
-Si- asintió contento.
-Será un gran niño, ¿no crees Tezuka?
-Si, claro lo será.
Todavía la noche no caía aun, aprovechando la luz del sol salieron a dar un paseo el niño hasta el parque infantil más cercano, para hacerlo jugar un rato en los juegos infantiles.
Lo que más les gustaba era hacerlo reír en las hamacas y en el tobogán, el pequeño a pesar de siempre ser sostenido por ellos, el pequeño reía de solo ver como sus padres se le alegaban y volvía a acercarse o cuando estaba mas alto que ellos y de pronto bajaba rápidamente para caer en los brazos del de lentes.
Tezuka miro a un lado, en una prado estaban allí Yukimura y Sanada con un niño quizás de un mes menos que Kunihiro, el pequeño, como le habrían informado, era muy sano y cada día que pasaba la presencia de ese niño ayudaba en la recuperación de Seiichi, lo que era muy bueno.
Eran cerca de las 9 de la noche, Kunimitsu y Syusuke estaban bañando al pequeño en su bañera, tenían que hacerlo ni muy rápido ni muy lento, tenían que bañarlo bien y al mismo tiempo no permitir que se enfriara, por el bien de la salud del niño. Gracias a los consejos de sus padres poco a poco ellos comprendieron que criar a un hijo no era nada fácil y al mismo tiempo tenían que tener mucho cuidado en lo que hacían para no cometer errores que podían ser malos para la salud, muy delicada del niño.
Muy a la noche después de ayudarlo a comer la cena que Ayana disfrutaba hacer para el pequeño, el cual los ensuciaba a todos en la mesa.
-Ja, ja, ese niño es igual a sus padres- dijo Kunihara sonriente con la forma de agarrar la cuchara del niño.
-Mejor así, mejor así- sonrió Kunikazu.
-Yo no le veo nada de gracioso- dijo el medio enfadado Kunimitsu, limpiando sus lentes llenos de papilla.
Syusuke tomo la cuchara de las manos del niño- a haber- lleno la cuchara con la papilla y la llevo a la boca del pequeño- abre grande Syuichi.
Kunikazu miro al pequeño y luego aclaro su vos- un minuto, las dos familias llaman de diferente forma al niño.
-¿y?-dijeron los dos padres mirando a su pequeño comer.
-No me imagino como el podrá crecer sabiendo que lo llaman de diferente forma en todos lados- dijo pensante.
-Yo no le veo problema, en mi casa siempre me llamaban Syusuke, pero mis amigos me llamaban por mi apellido siempre.
-Dos familias lo llaman por sus dos nombres diferentes, y sus padres también Syusuke- aclaro el anciano.
-¿Cómo le llamas tu Mitsu?- pregunto sonriente ayudando al pequeño comer- pero muy bien Syuichi, ya te terminaste tu plato, vas a ser un niño grande y fuerte.
-Yo, Kunihiro, se te olvido decirle sano.
-Yo lo llamo siempre Syuichi, no creo que el tenga un trastorno de personalidad nunca- dijo sacando al pequeño de su sillita alta para llevarlo a sus brazos.
Ayana acoto- pensar que nunca quisimos ponerle doble nombre a Kunimitsu temiendo por los famosos trastornos de personalidad y de pronto tenemos un nieto con dos nombre y dos apellidos totalmente distintos.
-Y sus padres son muy diferentes, en todo motivo, sentido y razón- acoto Kunihara.
-No lo creo- dijeron a la vez ambos ex alumno del Seigaku.
-Nosotros si- dijeron los tres mayores de la casa.
Syusuke sonrió- Yo no le veo nada de malo a tener dos nombres, en otros países hay chico con dos o tres nombre y no tienen trastorno de personalidad.
Llegada la hora de dormir Syusuke le puso al pequeño un pijama totalmente blanco, el que le gustaba mucho, no más que el conjunto rojo de tres piensas que le había comprado hace poco. Entro a su cuarto junto con el niño y lo dejo en el pequeño moisés, mientras Tezuka lo arropaba para que durmiera bien calentito en su pequeña y acogedora cama. El cuarto estaba cambiado, lo único que seguía igual eran los juguetes en suelo, para Kunimitsu y Syusuke, el pequeño Syuchi se había convertido en un compañero de juegos sin igual. La cama de dos plazas los llamo a acostarse y ninguno dudo en hacerlo.
El de lentes callo en la cama con tranquilidad, cada día que pasaba se le hacia mas fácil dormir al niño- a dormir- dijo apagando el velador.
-Kunimitsu- dijo el de ojos azules mirándolo- hoy hable con Eiji y me dijo que ya todos tienen un hijo y hoy nadie hace guardia…
-No- dije fríamente.
-Pero no te pedí más.
-Kunihiro es muy delicado aun, otro mas será problema.
-Pero…
-No.
-Pero Kuni.
-NO.
Fuji se dio vuelta y se relajo- oh bueno.
-Está bien- dijo el de lentes, después de su corta recapacitación- pero solo dos hijos, más no.
Fuji automáticamente lo abrazo- eres de lo mejor.
Tezuka-si lo se, cámbiate y abriga al niño, tendremos que hacer la guardia.
Fuji sonrió y saco al niño a toda prisa de su cama a pesar que estaba profundamente dormido- oye, si tenemos suerte hoy tienes un hermanito.
FIN