*
Despierto en mi habitación y me doy cuenta que ya es muy tarde.
*¿Qué? – contesto con molestia al darme cuenta que fue mi teléfono el que me despertó.
*¿Disculpa? – es la voz del maestro la que me trae de vuelta al mundo.
*Perdón. Profesor, yo-yo… me siento de veras muy mal y eso me tiene estresado.
*¿En serio? – Parece no creerme, el hecho de no haberle contestado como se debe lo enoja - ¿Estás muy grave? Hoy teníamos la reunión sobre la feria del próximo mes. Claro. Las estúpidas reuniones.
*No podré ir hoy pero Junnie puede encargarse, sabe cómo debe hacerse todo y confió en él.
*Si tú lo dices… - y me cuelga sin despedirse. Estoy muy dispuesto a dormir sin tomarle mucha importancia cuando recuerdo lo que paso anoche y porque hay alguien tratando de robarme las sabanas.
Young Saeng se ve tan adorable durmiendo y el pensamiento de que he pensado en esto muchas veces me invade, siempre había visto adorable a mi mejor amigo.
-Kyuuu – su voz es aguda y divertida, dejo que se apodere de las sabanas y se envuelva en ellas. Decido entonces al fin empezar mi día, marcan las 10 am cuando miro mi teléfono, entro al cuarto de baño donde me doy una ducha y salgo más relajado - ¿Kyu? – al fin está despierto. Me mira entre confundido, a mí y a la habitación.
-¿Por qué no estoy en mi casa? – me pregunto eso también, obviamente conozco su casa y podría haberlo llevado pero prefería tenerlo conmigo… entonces algunos recuerdos más empiezan a abordarme… ¿Pasó algo? - ¿Qué? – La pregunta de Young Saeng me indica que hable en voz alta – Mierda. Ya no nos dejaran entrar a la escuela… debiste despertarme a las 7, Kyu – parece tan preocupado al respecto que me ignora, se levanta y descubro que durmió con las mismas ropas que la noche anterior al igual que yo.
-Acabo de despertar también, puedes dormir más si quieres…
-No quiero.
Sonríe de manera divertida mientras se acerca, se detiene a unos pasos y mi respiración se acelera. Está a punto de decir algo… lo sé… nos interrumpen.
-¿Apenas despiertan? – Mi madre nos mira riendo, parece no molestarse en lo absoluto de nuestra cercanía o que estoy con solo una toalla en la cintura. Está acostumbrada a entrar sin tocar y verme junto a mi amigo – Ya que no irán a clases ayúdenme a cocinar.
-Mamá… - replico, Young Saeng empieza a reír y mi madre también.
-Nada de mamá – y me imita divertida – Young Saeng cariño, llama a tu madre por si acaso.
-Claro – dice pero sé que no lo hará. Mi madre se va antes de darnos una última mirada.
-¿Realmente no iremos? – parece tan triste al preguntarlo, me pregunto por qué soy el presidente de clase cuando él es el más responsable entre los dos… entre la escuela entera.
-Ya escuchaste a mi madre – asiente mientras ríe – Déjame ducharme antes.
-Lo que quieras – me mira diferente ante lo que he dicho, su teléfono empieza a sonar y somos interrumpidos de nuevo – ¡Hong Ki! – el dichoso Hong Ki, mierda. Parezco un novio celoso… - Claro, en la casa de Kyu Jong y claro que puedo caminar idiota – cuelga con un grito de adiós, me mira sonriente. Va hasta mis cajones y saca toda la ropa que necesita sin inmutarse en pedirle y luego desaparece de mi vista.
Yo me he quedado dentro de mi mente. Parezco un maldito novio celoso…
*
-Si van a hacer algún desastre no olviden limpiar – avisa mi madre mientras se pone los zapatos para ir a su trabajo.
-Solo veremos una película.
-La última vez que vieron una película encontré muchas botellas de cerveza, no me hagas repe… Kyu.
-Mamá, te dije que no haremos un desastre.
-Vinieron a visitarte cariño – su voz ha cambiado. Ha cambiado mucho, voy hacia la entrada y la encuentro mostrándole una sonrisa falsa a alguien que está entrando, es alguien que conozco pero que no me alegro de ver.
-Buenas tardes señora, soy… ¡Kyu! – deja el saludo a mi madre en el aire y de pronto está abrazándome con mucha confianza, como hubiera querido la semana pasada.
-A ver cariño, ¿Quién es ella? – mi madre más que curiosa parece irritada y no se molesta en mostrarlo.
-Es una amiga. ¿Qué haces aquí… Nicole…
-No viniste a clases Kyuuu – y por un momento su cercanía es tanta que parece que va a besarme, me aparto con brusquedad encontrándome a mi mamá enojada y un cuerpo detrás de mí.
-Debo irme a trabajar, Young Saeng cuida a mi niño por favor – quiero reír por el apodo y también morir de vergüenza, mi amigo elige la primera opción y acaricia mi cabello con diversión. No saluda a Nicole y me jala hasta la sala ignorándola por completo pero me suelta a mitad de camino como si apenas se diera cuenta de la situación.
-Si quieres que los deje solos dilo ahora Kyu Jong – ha sido muy bajo y lleno de rencor; con eso me deja claro que nunca me perdonara por lo que paso aquella noche.
-Por favor quédate – aprieto sus mejillas y le sonrió, él me corresponde y se asegura de cumplir mi petición por el resto de la tarde.
-Él está dormido… - es un susurro que me despierta o algo así, he estado a punto de dormir para seguir así a Young Saeng, pensando tanto –de nuevo- en lo adorable que se ve que he olvidado a Nicole y ahora ella está sobre mí. Me sonríe con picardía y aunque sigo viéndola hermosa de esa manera no me gusta, no me gusta ni un poco.
-¿Qué haces aquí? – Young Saeng descansa sobre mi hombro y se retuerce un poco, susurro tan bajo como ella.
-Vamos a divertirnos Kyuuu – no puedo creer que esta sea la Nicole que me gustaba, ni por un poco. Segundos después la estoy sacando fuera de casa e ignorando sus palabras.
-¿Qué demonios fue eso? – Young Saeng está tratando de acomodarse en el sofá, me mira confundido y aturdido por lo que asumo que apenas está despertando… de hecho tiene intención de volver a dormir.
-Ella tenía que irse – asiente ante mi explicación sin decir nada más, sus ojos se van cerrando y me acerco con cuidado hasta estar a su lado. Es mi turno de acariciar su cabello.
-Ella no debería gustarte Kyu… - sus palabras de hace días vienen a mi mente. Yo también lo soy.
-Entonces ya no me gustará – sonríe entre sueños.
-Hong Ki dijo que debería decirte esto – mi ceño se frunce ante la mención de ese nombre, estoy a punto de decir algo cuando él lo hace – Sé mi novio Kyu – lo dice muy bajo y luego cae rendido. ¡Cómo se atreve a dormirse!
Sin embargo, respondo.
Dejo que nuestros labios se junten y espero que él recuerde algo al dia siguiente. No hace falta esperar. Sus manos vuelven a acariciarme el cabello.