Una persona diferente.
El bar estaba lleno, las luces de colores se dejaban ver entre la oscuridad el ambiente, naruto esperaba impaciente a itachi, había ocasiones en las que se veían cada tres meses, justo después de todo lo sucedido, itachi había perdido el interés por permanecer en la agencia, al menos en su división de acción, por lo que kakashi lo había transferido a la administrativa, el de cabello largo solía bromear diciendo que ahora él se encargaba de pagar sus salarios, y era así literalmente pues este era el encargado de las nóminas, y a naruto no le agradaba en lo más mínimo el pues, le gustaba recordarlo, con ese aire de héroe, de fortaleza y hasta cierto punto presuntuoso, aunque también lo entendía, según las palabras de karin, el que sasuke se hubiera enlazado mentalmente con él lo afecto en gran medida, pues itachi fue capaz de sentir el dolor de su hermano biológico y si el destino de sasuke fue explotar en esa masa de tejidos batidos, itachi lo experimento célula a célula como si el dolor hubiera sido suyo.
Lo vio entrar al bar, pantalón de vestir en color negro y una camisa blanca demasiado formal para su anterior estilo, aun así itachi se veía bien, debía admitirlo, y el par de miradas que atrajo mientras caminaba hacia al eran testigos, finalmente se sentó aun lado en uno de los bancos disponibles y le dirigió una sonrisa,
- ¿Como va todo naruto?- aquella pregunta parecería superficial en labios de alguien más pero para el rubio, era la más sincera.
- Bien no me puedo quejar de nada…
- Y tus costillas, ¿ya has sanado completamente?
- Si, los médicos me han dado el alta, hoy fui a la agencia
- Me alegro de que estés mejor,
- Y tu itachi, como estas
- Que te puedo decir- le contesto con tristeza- a veces sueño con él. A veces solo me pregunta “¿Quién soy?” como si no lo recordara – el corazón de naruto latió con rapidez, negó ante la idea de que itachi tuviera los mismos sueños que el, no, no debía darle motivos de preocupación a su hermano, el, más que todos , había sufrido al enterarse de cómo fueron separados, - encontré los diarios de mi padre- la voz de itachi lo saco de sus ensoñaciones- él nos vendió a la agencia naruto… la única diferencia es que mi habilidad no se desarrollaba a la velocidad ellos querian, por eso a mí me regresaron, - sonrio para el rubio cuando sus miradas se cruzaron – fui mercancía defectuosa supongo, aun así, no sé como pude olvidarme de su existencia, no sé por qué no lo reconocí en cuanto lo vi, y dios… tu sabes cómo lo trate naruto.
- El rubio palmeo el hombro del de cabello largo- no tiene caso culparse itachi, creo que después de todo él se sentía feliz de haberte conocido.
- Tú lo crees? –pregunto el mayor mientras bebía de la copa que le habían traído, no tuve tiempo de hablar del todo con él, pero cuando hizo esa cosa con su mente, cuando escuche su voz, recordé algunas cosas, recuerdos tontos, momentos tan comunes, supongo que son sobre el. – naruto lo alentó a hablar de aquello, según los psicólogos de itachi, expresar los sentimientos y todas las ideas que cruzaban por su cabeza le ayudaría a liberarse de aquel trauma, - un pequeño en una cuna, luego ambos en una bañara, me vi a mi caminando de la mano de mi madre, mientras con su otro brazo lo cargaba, también vi aquel tubo en el que estábamos sumergidos, lo vi atra vez del cristal, me miraba fijamente.
- Recuerdas algo más? – se atrevio a preguntar el rubio.
- Si, su voz, es extraño pero la tengo tan fresca en mi memoria, como si en ningún momento hubiera parado de hablar,- itachi sonrió.
Aquella noche ambos bebieron más de un par de copas, una ligera culpa se instala en naruto, no estaba de descanso se suponía que no debía embriagarse, pero subiendo en el elevador con itachi recargado en sus hombros no era algo que tomara verdadera importancia, hacía tiempo que no se daban la libertad de hablar con tanta naturalidad y sinceridad, y momentos como esos eran de aprovecharse, el sonido del elevador al detenerse lo alerto de que era momento de bajar, el pasillo frente a ellos se volvió de pronto sospechoso.
Normalmente el edificio de itachi con sus vecinos era ruidoso, y mucho más en fines de semana justo como este , pero en cambio, se en contraba con puertas cerradas y ningún sonido, instintivamente llevo la mano a su bolsillo y apretó el botón de pánico de su teléfono celular, solo segundos después el vibrar del aparato le indicaba una llamada entrante, no contesto, sabía que no hacerlo era la señal de que algo andaba mal e inmediatamente la agencia activaría su GPS para enviarle apoyo, camino de vuelta al elevador, este llego solo un tiempo después, ambas puertas se abrieron y él se adentró con itachi. El de cabellos largos pareció reaccionar a algo, un momento de conciencia en el que el alcohol se evaporo de su sangre.
- Naruto, algo malo está pasando- el de cabello negro se soltó del agarre del rubio, y se mantuvo a la expectativa,
- Lo sé - contesto naruto, he llamado por refuerzos.
- El sonido de algo aterrizando sobre el elevador los hizo brincar, incluso el aparato se movió de forma irregular naruto e itachi se miraron, el rubio llevo su mano a la parte posterior de su de su cuerpo, de entre su ropa saco una pistola, y quito el seguro, itachi hizo lo mismo y naruto levanto una ceja en señal de sorpresa.
- La condición de kakashi para transferirme fue “siempre debes ir armado” – naruto asintió,
Lo siguiente que escucharon fue el chirriar del metal al ser cortado con una especie de espada, la mitad de la hoja era visible dentro del elevador, luego disparos y naruto e itachi se presionaron contra las paredes del ascensor, respondieron, ambos apuntaron sus armas al techo y vaciaron sus cartuchos, la hoja de la espada permaneció inmóvil, el elevador se detuvo en la recepción y ellos salieron corriendo de ahí, nadie de los que volteaban a verlos entendían, pero a ellos no les importaba, entre más gente se entrometiera mas víctimas podía haber, y ahora estaban seguros de que alguien los seguía, contrario a lo que se pensaba que debían hacer. Entraron a un callejón oscuro, se detuvieron a mitad de este y esperaron, quien sea que estuviera tras ellos, no los quería muertos, de lo contrario, habría esperado a que entraran al departamento y terminaría todo, sin posibilidad de escape, esto más bien era una especie de advertencia, una sombra cayo unos cuatro metros delante de ellos, la adrenalina de naruto se disparó al reconocer a la figura, era el asesino, y si los quería muertos, estarían muertos.
El avanzo hasta ellos, lento, sin hacer sonido alguno con sus pasos, sin evidencia de respiración como si de un mero fantasma se tratara, no fue así por mucho tiempo, los disparos resonaron pero el asesino se movió de forma tan rápida, apenas un borrón que de un momento al otro estaba al lado contrario del callejón, mas disparos , y el asesino esta vez apareció a sus espaldas, el movimiento de itachi fue astuto, un codazo que se dirigía al rostro de aquella cosa, naruto se sorprendió por la velocidad de su reacción, el de cabellos negros no había perdido sus reflejos aun así nada basto, un puño certero se clavó bajo las costillas de itachi que se esforzó por contener el gemido de dolor que le provoco, y cuando naruto quiso reaccionar una patada se había estrellado justo detrás de su rodilla, haciéndolo caer incado, ambos hombres se miraron, y en sus miradas leyeron la verdad de la situación en que se encontraban, no saldrían vivos.
Una voz robótica los hizo regresar la mirada hasta el asesino.
- El diario, - fue lo que la voz exigía, - el diario de fugaku uchiha
- Naruto, entendió la situación, quien movía los hilos de aquel ser sabia a la perfección que itachi tenía ese diario, lo más preocupante era, que entonces el de cabellos largos estaba siendo vigilado desde quien sabe cuánto tiempo y la agencia no tenía ni la más mínima idea,
Otra vez la espada fue desenvainada, la hoja que no era tan larga parecía resplandecer como si estuviera electrificada.
- Itachi uchiha, dame el diario y tu muerte será rápida, - advirtió colocando la espada a centímetros del cuello del de cabellos negros, naruto estaba congelado, solo podía ver a itachi siendo decapitado frente a él, pero aquello no paso, una ráfaga de frio recorrió el cuerpo de ambos, chispas volaron frente a sus rostros cuando aquella espada se estrelló contra uno de los brazos de juugo, que usando su habilidad había endurecido, mientras que siguetsu, lanzaba afiladas lanzas de hielo hacia el asesino.