Capítulo 5
A pesar de que se arrepentía de sus palabras y actitud hacia Alexander, lo cierto es que seguía muy molesto con el tritón, por lo que, en el transcurso de su regreso obligado al palacio, Sebastián solo se ha dedicado a torturarlo sexualmente y amenazarlo verbalmente con quitarle a su futuro hijo, es cierto que saber que había logrado engendrar descendencia en el pelirrojo era algo que lo hacía muy feliz, pero no podía soportar la idea de no volver a ver a Alexander nunca más.
Sin embargo, lo anterior solo había logrado que el más bajo se distanciara más emocionalmente de él y que solo quisiera huir, para proteger a su bebé. Y es que Alexander no permitiría que lo separaran de su hijo.
…
Por su parte la reina del mar estaba muy preocupada por la desaparición de su hijo, que, si bien era normal que en el pasado, este se ausentará de sus responsabilidades y a veces que se desapareciera por meses, era muy raro que no tuviera noticias de él, más aún porque dentro de unos mes se cumpliría un año de la última vez que lo vio
La reina era muy consciente de que él era homosexual, y que le llamaban mucho la atención los varones humanos, al igual que el resto del mundo de la superficie, por lo que solía colarse en sus fiestas. Pero antes de buscarlo en tierra tenía que agotar todas las posibilidades de búsqueda en el mar. Pasaron semanas y aún no existían noticias del príncipe en el reino marino
Su majestad estaba empezando a desesperarse así que decidió tomar cartas en el asunto, iría personalmente a buscarlo a ese reino terrestre
-¡Pero mi reina, podría iniciar una guerra!
-¡No me importa , es mi hijo del que estamos hablando!
Una vez tomada la decisión, la reina sale a la superficie, dispuesta a todo, en busca de su hijo el príncipe Alexander.
Imponentemente la gobernante de los océanos logra derribar la entrada del castillo, con solo agitar sus manos, transformada en agua, toma forma de mujer, revisando rápidamente aquel palacio de la superficie, haciendo parecer a sus guardias unos inútiles, a pesar que Sebastián fue informado de inmediato de lo que sucedía, ordenó no intervenir, no entraría en una guerra con la reina del mar, simplemente estaba perdido, no había forma de ganar.
Una vez en la alberca Real, madre e hijo al fin se reencuentran, y la reina supo con solo mirar a su hijo todo lo que habían hecho, y el estado en el que este se encontraba.
-¡Ese desgraciado, nos vengaremos, voy destruir este castillo!
-¡No madre, no lo hagas, no vale la pena, no te desgastes con ese miserable- dice Alexander, sin saber por qué defiende al tirano que le hecho vivir ese infierno
-¡Pero él te ha ultrajado!
-¡Confía en mí, madre! ¡No lo vale!, ¡Además amo a mi bebé, no voy a permitir que ese idiota me separe de él!
-Está bien no destruiré este castillo, ni a ese imbécil, pero te irás conmigo en este momento-
-Está bien- dice el pelirrojo, tomando la enorme mano de su madre y una vez en sus manos, salen del castillo regresando al mar.
Continuara ….