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¿Qué no entiendes que te necesito? por NEY OTAKU

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Notas del fanfic:

Hey un 2min más de mi para ustedes, con una bonita canción que me inspiro y que hizo volverme loca.

Como siempre, 2min al full ~~~~

ESTA VEZ UN TWO SHOT!!!

e.é Ney.Otaku los saluda! ;)

 

 

   

Notas del capitulo:

la la la Hey espero y este Two shot les agrade jajaja creánme que cuando lo escribi yo misma rei como toanta, jajaja XD waaaaa me enamore de ellos °3° hermosos Taemin & Minho

lalala -se va cantando-

¿Qué  no entiendes que te necesito?

Capítulo 1: Rencoroso, Amoroso, posesivo.

Cuando lo vio la primera vez, no supo exactamente que hacer o cómo actuar, sintió ganas de abrazarlo y decirle que todo estaría bien, que no tenía por qué llorar más, porque ahora lo tenía  a él, que  nunca lo dejaría y le daría la protección que necesita, el amor que le fue arrebatado y  le haría sonreír de nuevo.

Lo pensó incluso cuando apenas podría estar consciente de lo que está diciendo. Porque a los seis años de edad nada podría parecer realmente importante, pero para él, desde que vio el dolor a través de sus ojos cafés, sintió que tenía el deber de hacerlo feliz, no importaba como, solo tenía que hacerlo.

Taemin como supo que llamaba  aquel niño de mirada triste, solo es un desconocido que llego a su casa en esta noche de lluvia, de la mano de su padre, con la cara rasguñada y los ojos vacíos y sin brillo, la ropa sucia y rota, temblando por el frio o tal vez por la soledad. A pesar de que su cuerpo está envuelto en el abrigo de su progenitor entiende que el frio era tan fuerte que incluso lo hace sentir pequeños espasmos de dolor en todo su cuerpo.

Pero no parecía sentir nada.

No sabe que es o que fue, lo mira de pies a cabeza y parece un chico normal, bonito a pesar de todo, aunque es un niño es demasiado hermoso, como una muñeca hecha del más fino material que pudiese existir, tan sensible, tan frágil.

Lo ve, sin intensiones de hacer algo, solo está parado, empapado.

¿Por qué aparentas ser tan frio? Cuando noto que eres muy cálido en tu ser.

 “¿Pero porque llora en silencio? ¿Por qué no me ves?”

Le molesta de cierta forma que lo haga, le molesta que este parado sin decir nada, mucho menos si no se presenta, después de todo es un invitado en su casa.

-Soy Minho… ¿Cómo te llamas pequeño? -dijo con una  tierna voz acorde a su edad. Con esas manos pequeñas extendidas hacia aquel chiquillo flacucho frente a él.

Minho hace un  puchero demasiado dulce -tanto como para comérselo- sus labios gruesos y espesas pestañas lo hacen  notar su corta edad y la inocencia que emana es digna de un ángel.

Su padre ríe de esa actitud tan inocente de parte de  su hijo, se agacha hasta quedar a la altura de ambos, le hace una seña con la mano Minho pidiéndole que se acercara más a ellos, le sonríe a ambos, sacude al cabello de su pequeño le mira con ternura para captar su atención.

-Minho este pequeño se quedara con nosotros, lo cuidaremos de ahora en adelante, será como un hermano para ti, el estará a tu cuidado -sonríe-  así que tienes que protegerlo pase lo que pase… ¿entiendes?

Asiente aun sin comprender muy bien, corresponde la sonrisa y su padre se levanta diciéndole que irá por una toalla limpia, en el camino se topa  a su esposa, obviamente se sorprende de aquella débil creatura parada en su puerta. Corre hacia los infantes y como lo hizo el mayor de los Choi trato al chico con mucha  amabilidad y cariño, le pregunta si está bien, si tiene hambre, el cómo se llama,  peor nada fue respondido.

Sin habla, sin emociones.

Minho apenas puede comprender que el chico que es obviamente menor que él, no pueda ni dar su nombre. Ve como su madre lo toma de la mano y lo lleva hacia el sillón en  medio de la sala, lo ayuda a sentarse diciéndole que la esperara solo un instante.

Mientras la señora de la casa corre a pasos torpes con su esposo y pide la razón de esa sorpresa, su hijo va  hacia el invitado y  se queda mirándolo, sus ojos se hacen más grandes de lo normal cuando ve una rasguño en el brazo delgado de niño bonito.

Entonces actúa. Camina unos pasos más delante de él y lo mira, el menor evita la mirada  a toda costa, lo hacen una y otra vez hasta que el chico de ojos grandes se cansa y lo toma por los hombros asustándolo, sorprendiéndolo

-No tengas miedo yo estoy aquí y te prometo que de ahora en adelante nada malo te pasara…

Su sonrisa, es lo primero que el pequeño nota y siente que sus mejillas recobran su calor corporal, mostrando ese tinte rojizo en su piel blanca y  esas gotas de agua correr todavía de sus ojos.

-Taemin…-lo dice bajito, susurrando.

-¿Eh? No te escuche…vamos habla…

-Taemin…-repite a nivel normal- me llamo Taemin.

Minho de nuevo sonríe, mostrando su dentadura blanca y el espacio donde su diente apenas había caído la noche anterior. Graciosa, la imagen de Minho chimuelo es graciosa por lo que lo hace sonreír.

-Taemin…bienvenido a mi hogar…Choi Minho te promete cuidar de ti siempre -dijo inflando el pecho y soltando carcajadas.

Una imagen graciosa, acompañada de un aura que irradia luz a donde quiera que mires, Taemin se sentía aliviado, a gusto con su cercanía, aunque no gesticulaba expresión alguna, sintió esa sensación de ser tomado como un ser que existe y siente, no como el estorbo que le habían dicho que era.

La lluvia tomo más intensidad, las ventanas se empañaron, las gotas de agua chocaban con fuerza contra el cristal pareciendo que podría romperse en cualquier momento.

Minho no le da más mínima importancia, pero al parecer Taemin sí,  porque sus manos están hechas puño sobre su pecho, y está ligeramente encorvado, con los ojos cerrados respirando lento. Temblando más que la gelatina de limón que tanto le gusta.

-No pasa nada solo es lluvia…

Le dice extrañado, pero parece que sus palabras no son tomadas en serio, así que de nueva cuenta frunce el ceño y hace un puchero, se acerca más  y trata de tocarlo, pero el estruendo de un relámpago se escucha haciendo incluso que las luces se apagaran dejándolos a obscuras.

Minho quiere ir en busca de una linterna pero le es imposible cuando siente como su cuerpo es arremetido contra el suelo, se queja por el golpe que lo llevo hasta el piso frio y le deja adolorida la cabeza, quiere molestarse pero no puede.

Porque Taemin está temblando sobre él.

Y su calor no le desagrada para nada. Incluso soporta las gotas frías que caen de ese cabello castaño hasta su cálido cuerpo.

-Re…pi…te…lo -tartamudea.

Si su  cuerpo no estuviera tan tenso, si sus manos no temblaran tanto, si pudiera respirar normal…si pudiera esconder su miedo…

-¿Qué cosa?

-Q…qué siempre me protegerás…

…Hubiese pedido sin titubear…

 

Para ese entonces Taemin era un desconocido que con gusto acepto en su vida, porque siente que debía hacer sonreír siempre a ese chiquillo, es que asiente y le dice suavemente que lo hará, siempre.

“Siempre Taemin”

Promesas, que se han de cumplir. No importa cómo.

Tiempo después es que  Minho se enteró de la verdad, del cómo es que su padre lo encontró y lo llevó a su casa. Resulta, que Taemin había sido un niño de la calle hasta ese entonces, fue abandonado desde en el basurero de la cuidad, paso mucho en la calle, haciendo de todo para sobrevivir, pero su apariencia frágil le hacía blanco de muchos “Depredadores”.

El papá de Minho  salía del trabajo esa noche,  acababa de terminar su turno en el hospital en el que trabajaba -el gran medico Choi- , era tarde y en esa ocasión no llevo su auto, estaba en reparación, así que no le quedo de otra que caminar, cuando pasaba por una calle no muy transitada, lo encontró siendo acosado en un callejón, dos hombres lo tenían acorralado contra la pared.

No dudo en correr en su auxilio.

Se abalanzo a esos  sujetos y aunque su ética profesional le pedía compostura, el decidió  repartir  puñetazos hasta donde pudo, si hay algo de lo era reconocido este doctor, no solo era por su buen desempeño como profesional, sino también sus buenos movimientos de lucha.

Era necesario para salvarlo.

Los tipos salieron corriendo asustados de la brutalidad de este hombre. Él sonrió por ello y rápidamente se dio la vuelta para checar al chico. Un intento de tomar su rostro le resulto un golpe en la mejilla.

Taemin miraba con horror al mayor, todo su cuerpo temblaba, con la ropa sucia, descalzo, extremadamente delgado y lleno de rasguños, algunos por defenderse otros por ser atacado.

Choi sintió rabia por verlo así, no imaginaba como alguien pudiese hacerle tanto daño a un niño inocente, bastaba solo con mirar en sus ojos para percibir el dolor. Noto las múltiples heridas en él y de solo pensar por todas las cosas que este niño ha pasado le daban inmensas ganas de llorar.

-Oye…mírame -trato que su voz no fuera ronca como lo es en verdad- no te are daño…quiero ayudarte…

Le extiende la mano, y muestra su sonrisa por primera vez.

Taemin sintió, el amor de emanando de él.

Para cuando se da cuenta, está caminando de la mano del doctor hacia su hogar, apenas avanzaron y la lluvia cayó sobre ellos. El menor se queda tieso al sentir el frio, pero rápidamente es envuelto por el calor de un abrigo.

Taemin creyó en ese entonces, que el señor Choi era la persona más buena del mundo, porque lo saco de  su obscuridad y le dio un rayo de esperanza, pero en cuanto llegaron a esa gran casa y vio por primera vez los ojos achocolatados de Minho…se sorprendió a tal grado de creer que era algo fuera de este mundo

Porque Minho fue lo más bello que vio por primera vez.

Y sus palabras de apoyo le alegraron el corazón aunque no supo expresarlo bien.

Se quedó son su sonrisa y el calor de su piel.

 

****

Como todas las mañanas cuando su despertador sonaba, Taemin  saltaba de su cama y corría a la habitación de su hermano mayor, el siempre amable, fuerte y popular Choi Minho. El hermano que adora a sus 18 años  por sobre todas las cosas.

Abre la puerta con cuidado, asoma sus cabellos güeros y de lejos logra ver al alto totalmente dormido, con esa manera tan peculiar de dormir con las manos extendidas sobre las colchas y el cabello totalmente desordenado. Entra despacio y camina en puntitas, se sube a la cama con pasos agiles, así como un gato.

No podría explicar cuanto le gustaba ver así  a su hermano mayor, simplemente lo llenaba de felicidad el solo verle cada mañana.

Acaricia su cabello y se acerca lo suficiente para susurrar en su oído.

-Minho hyung…llegarás tarde a clases si no te levantas…~

-M~~ -gruñe el adormilado joven sobre la cama.

-Hyung recuerda que es tu semana de exámenes…

No hubo reacción, solo el acomodo de su cuerpo en las sábanas blancas. Taemin hace un puchero y se cruza de brazos. Siempre era lo mismo, Minho nunca lograba despertarse a tiempo y siempre terminaba corriendo de aquí para haya para llegar a la universidad. La carrera de  medicina exigía mucho, si quería ser tan bueno como su padre tenía que dar todo de sí.

-M…

Se queja el mayor, Tae se asusta y se acerca para comprobar que estuviera bien, pero unos brazos lo toman por sorpresa llevándolo debajo del cuerpo de su hermano, recibiendo cosquillas y soltando risas  hasta hacerlo llorar.

-Ya…hyung por favor jaja

-Hey…pequeño mocoso…eso te mereces por interrumpir mi sueño.

-jaja Hyung no puedo…el estó…mago…duele…

Minho se apiada y para las cosquillas, le encantaba sorprender a Taemin de esa forma, porque la sonrisa de su hermano menor lo llenaba de energía y le hacía tanto bien que hasta un día de lluvia se volvía soleado con su sola compañía.

Minho ha mantenido la promesa que años a tras le hizo a Taemin, lo ha protegido de todo, de todos, de lo que sea. Porque en sus primeros años de escuela, todos los niños parecían querer tratar mal a su hermano, pero el siempre aparecía para salvarlo, no importaba si después recibiera el castigo de la directora por golpear a sus compañeros, le bastaba con ver al menor sano y salvo siempre a su lado.

El siempre necesitado Tae corría hacia él para llenarlo de abrazos y besos en la mejilla. Eso le encantaba. Hasta los años de secundaria y preparatoria eso estaba bien, pero cuando él tuvo que  entrar a la universidad y dejar a Taemin en la escuela media, un temor enorme de que alguien pudiese arrebatarle su cariño lo invadió por completo.

La paranoia crecía más cuando Taemin llevaba  a sus compañeros de escuela a casa, no importaba si era para tarea o si era solo una visita social. El moreno siempre los mira con cara de asesino y despidiendo un aura negra. Ellos entendían el mensaje así que eran muy pocos lo que regresaban a visitar al menor.

Pero por muy malo que parezca él siempre tenía una buena razón para hacerlo.

Taemin, es el chico más hermoso que pudiese haber en su preparatoria, muchas chicas incluso sentían envidia de él, no soportaban aquello y preferían mantenerse distantes, los chicos en cambio solo lo miraban como alguien que podría aliviarles la momentánea calentura.

Lo notaba, en sus miradas sucias y pervertidas.

Exactamente como a veces él lo miraba.

El paso de los años y la propia naturaleza -y un poco de vanidad- se encargaron de hacer madurar el frágil cuerpo que años atrás cruzo por primera vez su puerta, ahora Taemin era un chico con un buen aspecto físico, sus delicados rasgos le hacían ver tierno y bonito, practicar el baile le agracio con un buen cuerpo, de ahí las envidias de las propias chicas, porque en vez de tener tanta musculatura, tiene la curvas y suavidad tentadora.

-Hyung… ¿Qué tanto me miras?

¿Acaso no soy obvio? Miro tus labios, miro tu cuello, te miro y quiero tenerte completo.

-Nada…solo que parece que mi pequeño honguito se ha desarrollado mucho…

-H…hyung le... he dicho que…no... me diga honguito…

Exactamente eso, es porque las mejillas de Taemin están como un par de tomates, es que siente que tiene el derecho de  tocar hasta donde no es permitido. Se siente el peor de los hombres por querer corromper a su niño, a  su “ángel”.

La tierna mirada del menor le hace amarlo más  cada día.

Porque por mucho tiempo se negó a aceptar aquello que le dio sentido a su vida.

El amor.

Que de una promesa, se convirtió en una realidad.

El amor que desde que eran niños los unió, aunque compartían el mismo apellido -acto noble de su padre al adoptarlo-  nadie podía negar que ellos tienen un lazo que va más  allá de la sangre, incluso de sus propios pensamientos, porque no se separaban ni para dormir.

 Minho, dejo de ser un niño, para convertirse en el hombre  20 años que ama con intensidad a Taemin, el chico que con una mirada y su dulce voz, logra descolocarlo por completo.

-Jaja Taeminnie pero yo amo decirte así…

Amo, todo aquello que viene de ti.

Minho acaricia la mejilla del menor con sus dedos, la tersa piel parece de seda. Se pierde en sus ojos cafés claros, el instinto lo lleva acercarse cada vez más, dejando la respiración entre cortarse y la mente apagarse.

Nota que Taemin no se resiste, solo lo observa. El ambiente parece propicio para que una escena romántica aparezca, pero…

-H…hyung jaja ya deje de jugar…

Se escapa de esos brazos fuertes que lo sostenían, aun con la cara roja logra mirarlo y quedarse de pie frente a él. El silencio parece envolverlos.

¿Jugar?  ¿Quién está jugando?

Así era  desde hace un tiempo, desde que sus ganas de besarlo lo sobrepasaban y su cuerpo pedía a gritos su calor. El rechazo indirecto de Taemin le dolía en lo más profundo de su alma.

¿Acaso no lo notas? Te adoro Taemin.

Y como siempre…Minho.

-Yah!!! Solo bromeaba Tae…-hace un puchero.

Hacia como si nada pasara, como si no le doliera que sus delgadas manos se escabulleran de él. Porque sus sentimientos parecen estar acumulados en un vaso, tan cristalinos y trasparentes como le agua, visibles para él, pero no para su “ángel”, el ser tan puro que lo tienta y lo hace querer conocer el cielo.

El moreno se levanta por fin  y sacude su cabello. Bosteza. Trata de buscar  por todos lados sus celular para ver la hora, pasea la mirada en la habitación hasta que da con el cerca de los pies de Tae. Va hacia él y lo toma, levanta la mirada y se topa con los mismos ojos claros, solo que esta vez están llenos de tristeza.

-Tae, ¿Qué pasa?

Se asusta de esa expresión, se acerca a él, no resiste a abrazarlo y envolverlo entre sus brazos.

-Hyung…Tú ¿cómo sabes si estás enamorado de alguien?

-¿Eh?

-…-

-Tae…

¡Horror! Los ojos de Choi se abren hasta no más cuando escucha aquella pregunta, ¿acaso lo que más teme ha pasado?

Despega ambos cuerpos y se queda mirando estupefacto el rostro de Taemin, tan sonrojado, tan nervioso, tan  tierno, ¿tan enamorado? Los pensamientos de Minho tratan de no crear un desorden pero el corazón parece ya haber hecho un revoltijo completo con sus sentimientos.

-A…caso tu…- le cuesta tanto decir esas palabras- ¿tú estás enamorado de alguien? ...

El rubio abre los ojos a igual que su hermano mayor, hace un puchero tan tierno, se hecha de nuevo sobre el cuerpo bien formado de Minho para esconder su vergüenza, sus manos aprietan la camiseta para aferrarse al alto.

¿Podría ser?

Alguien más se ha metido en la vida de su pequeño y no se dio cuenta de ello.

-Hyung…es que no pude evitarlo…

El fin del mundo llegó, el apocalipsis de su vida se presentaron con esa oración.

 

¿Qué no pudiste evitarlo?

Yo soy quien tiene que  contenerse contigo.

 

En ese momento Minho cree que se ha levantado con el pie izquierdo esta mañana, porque una nube gris se ha posado sobre su cabeza y cae una tormenta con truenos y relámpagos que hacen corto circuito en su cerebro.

Ese día Minho reprobó su examen final de semestre, perdió su cartera en el estacionamiento de la universidad y al parecer la lluvia no se compadeció de él cuando olvido su paraguas en casa.

Y por si no fuera suficiente, Taemin lo llama, en medio de una clase, en la que su maestro casi lo asesina con la mirada por contestar sin importar la explicación tan importante que  hacia sobre el cuerpo humano y los ataques cardiacos. Más porque grito un poderoso…

-¡¿Qué fue lo que dijiste?!

-Hyung hoy llevare a un amigo especial a casa…mamá me dejo invitarlo a cenar…es él chico…que…

 

Por favor Tae no lo digas

 

-…que me gusta…

 

Taemin chilla la felicidad sin saber que le acaba provocar que lo sacaran de clase y las  risas de sus compañeros explotaran ante su reacción con el teléfono. Pero eso no le importa, que se rían, que lo castiguen, que su profesor lo amenace con reprobarlo por su falta de profesionalismo y atención a clases.

Algo de más relevancia  ah pasado.

Taemin llevara al chico que le gusta a casa y  a él, selo está tragando un hoyo oscuro.

 

Llegada la noche, llega a casa, cansado, mojado, aturdido y molesto. Cierra la puerta principal sin muchas ganas, quiere dormir un poco, y va directo a su habitación en el segundo piso, al llegar pasa junto a la puerta de Taemin, recuerda que cuando ambos llegaron a la adolescencia el mismo propuso que durmieran separados argumentando que no sería  bueno para Taemin que siguieran durmiendo juntos porque luego no podría enfrentar sus miedos y podrían dañarlo más.

Que mentira más grande, esa solo fue su torpe solución para que no flaquera y se abalanzara a Taemin cuando estén durmiendo, lo  que casi pasa una vez pero el menor no se percató de ello.

Suspira.

Retoma su camino sin muchas energías cuando la puerta que miraba con empeño se abre y deja ver una mano salir y tomarlo por el brazo, arrastrándolo hacia dentro, confundiéndolo más.

Taemin se encuentra acorralándolo contra la puerta, apresado de las muñecas y el olor a caramelo que se desprendía de su cuerpo gracias esa fragancia que compro el  centro comercial, pero es la vestimenta que lleva puesta la que lo hace dudar de la realidad.

La camiseta de delgada tela y color azul turquesa que lleva junto a unos pantalones  negros  entubados,  rasgados por delante y detrás y muy ajustados que dejan  a la imaginación volar hasta el cielo lo deja sin palabras, nunca, nunca había visto tan sexi a Taemin, tan deseable, tan lindo…tan hermoso como para secuestrarlo.

-Hyung necesito la verdad... ¿cómo me veo?

 

Tan hermoso como el primer día que te vi, no ahora eres más, eres perfecto.

 

-B…bien…estas… -traga saliva y aclara la garganta-  estas espectacular Taemin.

-Waa verdad que sí, entre mamá  y yo escogimos la ropa…-lo abraza- hyung estoy tan contento de que conozcas a Kai…

-¿Kai?

 

¿Así se llama el maldito que quiere separarme de ti?

 

-Si así se llama el…Minho hyung sé que te caerá de maravilla…

Lo dudo.

-Sí Taeminnie…lo sé…

Bipolar, a este pasó se volvería un maniático bipolar.

 

Y como si se tratara de una chica enamorada, su pequeño hermano menor adoptivo le hace mirarlo de pies a cabeza insistiendo en que si su atuendo es el correcto para esta noche en que presentara a su familia al chico que le gusta.

Pasado unos 20 minutos le fue recuperada su libertad, de mala gana se fue a su habitación, de  mala gana se ducho, de mala gana busco la ropa adecuada para presentarse a ese tal Kai, y de  mala gana bajo hasta la sala dónde su madre y su padre ya estaban esperando el suceso esperado, junto al rubio que no dejaba de tocarse de aquí  para allá,  sonriendo como tonto y sonrojándose por sus propios pensamientos.

Maldice en cada escalón que baja, por estar en esa situación en la que se encuentra atado de manos, con los sentimientos atorados en su pecho, le duele, le duele que Tae ya no sea aquel niño que corría a sus brazos y le pedía amor en exceso.  Porque así sus deseos eran cubiertos con el amor de hermano protector.

La puerta es tocada y Taemin se vuelve loco, corre con su madre adoptiva y sonríen como los cómplices que son.

Su padre, abre la puerta, dejando ver a un chico delgado, de cabello negro, vestido al momento y bien parecido debía admitir, peor no lo suficiente para a amar a su minnie.

Las bienvenidas se escuchan, los saludos cordiales y el momento que más odia pasa ante sus ojos, Taemin lo toma de la mano y lo lleva ante su presencia, el alto lo mira de pies a cabeza y alza la ceja, mira a su hermano menor y le sonríe, regresa a los ojos de Kai y quiere arrancarle la cabeza.

-Hyung…el… él es Kai…

-Mucho gusto Minho hyung…

Sonrisa torcida.

-Igualmente Kai…

 

¡Mentira, vete, vete, deja de tocar a mi Taemin... o te matare a golpes!

 

Acabada las presentaciones lacena esperaba, todos fueron a la mesa y cenaron entre  risas y cumplidos de sus padres hacia el invitado, preguntas de cómo se conocieron y  el cómo es que el menor de la familia había crecido tan rápido.

Sonrisas forzadas, palabras falsas, miradas de aprobación, Minho se convirtió en alguien más que asentía contento a cada comentario acerca de los chicos enamorados. Como una máquina programada a ser servicial y amable.

Peor aún, el chico resulto ser  todo un caballero, amable y sonriente. Tan detestable para él.

Pero su paciencia se agotaba  y no  resistió ver esas escenas de amor. Pidió ser disculpado antes de retirarse diciendo que había sido un día muy pesado para él y que debía estudiar para su siguiente examen de mañana. Sus padres lo miraron con desaprobación pero no lo retuvieron, el solo se fue, bajo las miradas de  todos ellos y un Taemin preocupado.

Entro a su habitación  y se encerró, lo único que hizo fue tirarse en su cama y mirar el techo, sumergido en sus deseos más turbios y amorosos, no sabe cuánto paso, pero creo que fue mucho cuando alguien toca a su puerta y entra sin hacer ruido.

-Hyung… ¿Estás bien?…

La voz dulce de su ángel le hace sonreír y  también  la hace desaparecer esa expresión  para no ser tan obvio a sus sentimientos.

Estoy tan feliz de tenerte.

-No… ¿Qué te hace creer eso?

-Es que no te despediste de Kai… ¿A caso él no te agrado?...

Por supuesto que no, lo detesto por parecer perfecto.

-¿No, de donde sacas eso?

-…discúlpame…-

Taemin estaba a punto de retirarse, pero Minho lo detiene con una pregunta inesperada.

-Tae… ¿Qué es más doloroso? ¿Declararte a  la persona  que amas  a pesar que esta con otro y no te corresponderá jamás? ¿O dejar que sea feliz y   callarte por siempre?

-Yo…no sé…las dos son malas opciones…

Ríe.

Taemin eres tan inocente.

-¿Lo amas?

-¿Eh?

El menor se paraliza y no sabe que responder, no podría decir algo en concreto, pues era el primer novio formal que tenía. Se sonroja y no sabe que decir, Minho lo mira y ve su confusión, se levanta rápidamente para ir junto a él.

Lo mira,  lo mira con ternura,  lo va acorralando hacia la pared y dejarlo sin escapatoria,  se acerca hacia esos labios rosados, sin importarle nada más, Tae lo mira sorprendido,  cuando sus labios estaban a punto de tocar los ajenos, cierra los ojos por inercia, pero los abre de inmediato cuando su frente es  besada con amor.

Un beso inocente.

El corazón de Minho bombea más de lo normal.

-Supongo que sí…Tae…

 

La sensación amarga de perder lo que siempre creyó suyo le hace querer morir, pero por amor a quien merece su devoción es que cree inútilmente que seguirá viviendo como si nada hubiese pasado.

 

Esa noche, no pensó en nada más, que irse lejos con Taemin, para tenerlo solo para él. Tanto así que a media noche, se metió a la  habitación de su hermano menor, se coló en su cama y tiernamente lo abrazó, cuidando  no despertarlo.

Respiro el aroma a dulce y el amor.

Días negros lo esperaban ansiosos, hasta el momento en que se harte y explote de la infelicidad. Porque sabe que cuidará de su ángel sin importar nada, cuando llore, cuando se a feliz, incluso so no es en sus  brazos.

-Te amo tanto Taemin…no importa que tu corazón este con otro…yo te amare siempre…

Palabras en susurro…que solo quedan guardadas en esa habitación, con él vigilando el sueño de su pequeño.

 

 

................

Notas finales:

Tengo mello!!! -mira a sus lectores-

Jojo más les vale enviar review o se quedaran con las ganas de saber el desenlace jajajaja  ¬¬ -ok no es cierto- pero vere cuantos review podré recibir dependiendo de ello sera la inspiracion que tenga.  *^*

Denme su amor y les dare su segundo cap del Two shot e.é

lalalalallala -corre antes de que la apredeen- lalalalallalalalallaala


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