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Flores en el buzón por mitsuhaine

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Notas del capitulo:

Por fin me he animado a escribir alguna de las tantas ideas que rondaban por mi cabeza. No estoy muy segura del resultado... Espero que os guste. Sentiros libres de comentar cualquier duda o sugerencia que tengáis. :)

Cada día a las nueve de la mañana salía corriendo por la puerta de casa, arreglándose la ropa, colocando la bolsa en su sitio y quitándose las legañas para desperezarse al no haber oído el despertador. Como de costumbre, llegaba tarde. Bajó las escaleras como alma que lleva el diablo, de dos en dos y pegando brincos pensando que así llegaría antes a su destino. Al llegar a vestíbulo pasó por delante de los buzones de correos para dirigirse a la puerta de salida. Paró en seco al ver algo inusual en aquella estampa cotidiana. Por la ranura de su buzón salía una rosa. Perplejo miró a derecha e izquierda repitiendo el proceso unas cuantas veces, percatándose de que no había nadie más. Al sacarla vio que en el tallo había un lazo del mismo color que la flor, rojo, junto a una pequeña tarjeta con su nombre. Se ruborizó, quedando con el mismo tono de piel que la rosa. Al oír que lo llamaban por detrás salió de sus cábalas, y ensoñaciones.

-          Buenos días YoungJae. – Decía un chico risueño y alto, saliendo del ascensor, junto a otro más bajo, con cara de pocos amigos debido al sueño que le acompañaba. – Oh! ¿Qué escondes en la espalda?- preguntó divertido el chico ladeando cabeza y cuerpo de un lado para otro, intentando ver de qué se trataba.

-          No es nada.- dijo tajante al verse en esa situación que le incomodaba de mala manera. Sin darse cuenta, instintivamente había escondido la flor detrás de sí para que no le preguntaran, pero le salió el tiro por la culata.

-          Zelo déjalo, es solo una rosa- apuntaba el otro muchacho sin darle mucha importancia, mientras salía por la puerta bostezando. – Vamos, que a este paso llegaremos tarde, como uno que yo me sé- refiriéndose a YoungJae.

-          Eres insoportable por las mañanas YongGuk- renegaba el menor de los tres al empezar a andar. – Jae cuando tengamos tiempo charlamos- le dijo con una sonrisa de oreja a oreja a la vez que le decía adiós con la mano efusivamente.

YoungJae se quedó allí parado, despidiéndose, pensando que excusa podría darle al entrometido de Zelo, o simplemente como escabullirse de este al vivir en el mismo edificio, la misma escalera, el mismo piso y encima estando los dos apartamentos uno al lado del otro. Entre ellos se sabían sus horarios diarios, y tenían muy buena relación, pero YoungJae no hablaba mucho de su vida privada con el resto de la gente, y menos aún si el mismo no entendía lo que estaba pasando en aquel momento. ¿Porqué le habían dejado una rosa?, y lo más importante, ¿Quién?, ya que esta no traía remitente. Preguntas y preguntas se apelotonaban en su pobre cabeza que en esos momentos no procesaba bien la información.  Miró el reloj i siguió con la carrera que había dejado a medias unos minutos antes.

A la mañana siguiente se repitió el mismo proceso, salió volando de la cama al ver la hora en el despertador. Cambiándose de ropa a trompicones, con cuatro galletas en la boca y el café en la mano que le quedaba libre, tropezando con los montones de libros que había en el comedor, dirigiéndose al baño para lavarse cara y dientes y intentar arreglar un poco su pelo rebelde, que muchas veces resultaba en vano.  Todos sus despertares eran estresantes, y se maldecía una y otra vez, prometiéndose a sí mismo que al día siguiente madrugaría. Iluso.

Salió de casa, dejándola echa una pocilga, pensando que al volver ya la arreglaría en un momento. No le importaba mucho el desorden que reinaba en ese piso ya que él era el único que vivía allí, sumido en su propio caos. Hasta el trayecto al vestíbulo divagaba pensando si se encontraría otra rosa, o al propietario de esta. Efectivamente, en el buzón no había una, sino dos flores frescas y relucientes. Se le iluminó la cara al verlas de manera inconsciente quedándose parado en el último escalón. Tan absorto estaba en su mundo que no se percató del intruso que había visto su sonrisa.

-          Si que estás de buen humor esta mañana, ¿no, Jae?- dijo una voz cantarina.

Este empalideció y intentó recomponerse cambiando su expresión a un semblante serio. El propietario de la pregunta retórica era uno de los inquilinos del edificio con el que también tenía una buena relación. Pero por el mismo motivo que quería evitar a Zelo, intentaba aparentar que no le pasaba nada delante de DaeHyun, las malditas preguntas.

-          ¿Qué no puede uno estar contento por las mañanas? Tú bien que pareces estar de muy buen humor- intentó no parecer irritado, pero consiguió el efecto contrario. Acabó de bajar el escalón para acercarse al chico – Lo siento- se disculpó haciendo una reverencia al mayor.

-          Nada, nada, tranquilo. Por cierto…muy bonitas las rosas. ¿Es una nueva moda el adornar los buzones?- rió de manera exagerada, guiñándole un ojo.

-          ¡No seas ridículo Dae!- exclamó YoungJae contagiándose de la risa del contrario, pero maldiciéndolo para sus adentros por haber preguntado – Hoy es el segundo día que alguien me deja aquí las flores…

-          Ay, que romántico. ¿Y no sabes quién puede ser?

-          No tengo la menor idea- dijo el menor con un deje de preocupación, a la vez que negaba con la cabeza.

-          Seguro que es alguna chica a la que tienes loquita por tus huesos, pero que es demasiado tímida para declararse- atinó a decir para animar al muchacho, tocándole suavemente la cabeza y despeinándolo más de lo que ya estaba. –ya verás como dentro de poco descubrimos de quien se trata. Te ayudaré en lo que haga falta. Para esos están los amigos…bueno, los vecinos- volvió a reír de manera espontánea y cálida.

-          Sí, gracias Dae- sonrió finalmente el menor al ver que el propósito del otro era animarlo.

-          Hablamos mañana en la cena- se despedía el chico de voz alegre dirigiéndose a la puerta.

-          ¿Cena? ¿Qué cena?- preguntó abriendo los ojos desmesuradamente.

-          ¿No me digas que te has olvidado?- paró en seco sus pasos girándose- Mañana cenamos en mi casa… Zelo, YongGuk, JongUp, tú, yo y un amigo mío que ya os presentaré. Ay, YoungJae. Baja de las nubes- dijo riendo nuevamente- Que tengas un buen día- saliendo finalmente por la puerta hacia la calle.

Era cierto, la cena. Se le había ido de la cabeza por completo. Y encima ayer creía tener la posibilidad de escabullirse de Zelo durante unos días. Se golpeó la cabeza reprochándose lo despistado que era. Para no encontrarse con nadie más cogió rápidamente las flores i se fue a trabajar.

       ***

No quería llegar a casa. El simple hecho de recodar como la había dejado, se le pasaba las ganas de todo. Pero allí estaba, recogiendo libros y más libros, fregando  los platos y barriendo el suelo, que de tanta suciedad que se había acumulado, encontró motas de polvo más grandes que una pelota de futbol. Cenó un plato precocinado que tenía dentro de la nevera casi desierta, acompañado por una serie de televisión, y se fue a su habitación a dormir, o al menos a intentarlo.

Ya acurrucado en la cama, se puso a divagar sobre lo sucedido los últimos días. ¿Quién podría ser la persona misteriosa? ¿Una de las chicas de su trabajo? Podría ser Rena… es muy guapa y siempre está con una sonrisa pintada en la cara…Lo único que cuando YoungJae le habla hay veces que cambia de expresión, poniéndose seria y tajante, evitando hablar con él, aun que no recuerda haberle hecho nada. No Rena no podía ser, demasiado orgullosa como para tener esos detalles. ¿Y Yul? La dependienta del supermercado de enfrente. Una chica tímida y cálida unos años mayor que él, siempre le recibía amablemente… claro, era un cliente, obvio que tenía que tratarlo bien. De pronto un disparate le vino en mente… ¿Y si no fuera una chica, sino un chico? Bueno disparate tampoco, Jae no tenía preferencia de género. Solo pensar en esa idea, le vino a la cabeza la cara de uno de sus vecinos, DaeHyun. Ese chico risueño, de pelo siempre arreglado, castaño y color miel, con una voz que juraría que podía enamorar a los mismísimos ángeles. Con un buen físico, ¿por qué negarlo?, también se fijaba en la figura, y esa era una delicia para sus sentidos. Continuó enredando su mente en el “¿Qué podría ser si…?” construyendo castillos de sueño… castillos que no se construirán. Pensando en la magia de unos besos que nunca le van a dar. Volvió a la realidad de golpe sintiéndose estúpido (por decirlo finamente) por sus propios pensamientos. Tenía que dejar de ilusionarse con cosas que solo ocurrían en su cabeza, ya que se creaba falsa expectativas. Experiencias pasadas ya se lo habían enseñado, pero este muchacho no aprende.

El despertador sonó como si le fuera la vida en ello. Una mano arrastrándose por la cama llegando a la mesita de noche, acompañada por unos gruñidos ininteligibles consiguieron silenciar la estridente alarma.

-          Un ratito más- dijo girándose de espaldas. Volvió a reinar el silencio unos minutos hasta que el joven se levantó de golpe. - ¡No! ¡YoungJae, hoy será distinto!- se decía a sí mismo.

Se levantó más cansado de lo normal, ya que durmió poco y mal. Tranquilamente empezó a vestirse y a hacer sus quehaceres cuando paró en seco y miró el día que era…. Sábado. Más tonto y no nace pobre. Se desesperó consigo mismo, pero lo cogió con optimismo, ya que estaba vestido aprovechó para bajar al vestíbulo a ver si hoy también tenía sus rosas. Como no, allí estaban, y esta vez el número volvió a incrementarse, eran tres rosas rojas, junto a una tarjeta con una frase, esto era nuevo. “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera” “como no podrán detener el amor que siento por ti”. Su cara era un poema, al igual que la primera frase que leyó, de Pablo Neruda, uno de sus escritores favoritos. Nadie nunca antes le había dicho algo tan bonito.

-          Parece que empieza a hacer buen tiempo. La primavera ya está aquí- escuchó por detrás a DaeHyun. 

Notas finales:

¿Cómo ha ido la lectura? ¿Ha estado bien o un poco aburrido? jjajaja

Espero vuestros comentarios, si queréis claro, no os voy a obligar :D

Nos vemos pronto~


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