Historia de un minuto
Y de repente todo oscureció y caíste en un abismo. Todo lo ves negro, para ti lo es. No puedes creer lo que ha pasado pero no puedes regresar el tiempo. ¿Verdad?
El convirtió
La noche en un poema de amor
El prometió
Mil noches de alegría solo a él
Todo era genial al principio. Eran una pareja que causaba envidia a cualquiera que los viera juntos. Irradiaban amor, y eso se veía a kilómetros de distancia. No sabes que es lo que pasó. Te has preguntado una y otra vez en que has fallado pero no puedes recordar nada. Siempre hiciste lo que él te decía y quería, eras el novio más dulce y lindo que alguien pudiera tener. O al menos, eso te decía. Te bajaba el cielo, la luna y las estrellas. Pero, entonces, ¿por qué te dejó?
Pero el tiempo habló
No todo fue tan bello no, no, no
Ella se marchó
Dejando una carta en el buró
Cobarde.
Minho fue un completo cobarde. Mira que marcharse sin decirte nada. El muy idiota termina contigo por medio de una carta. Pero no termina ahí. Ese día cumplían 3 años de noviazgo. No podías ser más feliz. Tenías al mejor novio a tu lado. Esa mañana te levantaste como siempre, querías despertar a Minho pero no lo hiciste. Lo dejaste dormir y fuiste al trabajo. El tiempo pasó y ninguna llamada recibiste. Se te hizo extraño, pero tu mente y alma inocente te hicieron pensar que te preparaba una sorpresa.
¡Y valla sorpresa!
Después de un día demasiado ajetreado, por obra del buen Señor de los Cielos, el jefe les dio la tarde libre. Entusiasmado a más no poder llegaste rápido a casa, por suerte él no estaba así que te metes en la cocina para poder prepararle una cena especial a Minho, aún sin saber cocinar. Te metes en la cocina pero te rindes al instante y pides comida a domicilio. La cena llega y dejas la mesa preparada para cuando llegue Minho. Vas al cuarto que compartían y tomas un baño para después cambiarte y arreglarte lo mejor posible para él. Esta noche será una especial, por primera vez, van a hacer el amor. Por primera vez quieres entregarte en cuerpo y alma a aquel ser que amas. Bajas al comedor y comienzas a servir el vino en copas y después a prender aquellas velas. Te sientas e intentas relajarte pero no puedes, estás nervioso, esta noche será tu primera vez.
Segundos, minutos y horas marca el reloj. Las 6:00, las 7:00, las 8:00, las 9:00, las 10:00, las 11:00. Extrañado te paras a buscar tu celular para llamarlo, pero lo dejaste en el buró de la habitación. Subes corriendo y lo vez ahí, lo tomas y dejas caer un sobre que tiene tu nombre. Lo abres y no puedes creer lo que lees.
"y la carta decía"
Estoy harto de todo
De tanto rodar
No es culpa tuya
Es solo mi forma de ser
Su forma de ser. La de él o la tuya. Esa duda te carcome el cerebro.
“No es culpa tuya Taemin, es sólo que he conseguido a alguien más, esa persona es lo que siempre había estado buscando. Sabes algo, fuiste alguien especial, pero simplemente no quiero seguir contigo, fue bonito mientras duro, creo que ambos somos jóvenes y podremos conseguir a alguien mejor, así que por favor, olvídame y se feliz”
Enojado bajaste al comedor y tiraste del mantel tirando todo lo que había en la mesa. Caíste al suelo de rodillas y tus palmas tocaron el piso. Tan enojado y triste te sientes, que no te das cuenta que tienes un pedazo de vidrio encajado en la mano.
Gracias a Dios que es viernes y no trabajas los fines de semana. No quieres salir y tener que fingir sonrisas. El fin de semana termina y llega el odiado lunes. Y nada peor que vayas a trabajar con una jaqueca de los mil demonios, pero como no vas a trabar así, si desde el viernes te la haz pasado tomando y yendo a espiar a Minho a su departamento. Patético. Pero esque, simplemente no puedes y no quieres dejar de verle. Vale, sí que puedes, pero no quieres.
Y esque sientes que si no le vez, por lo menos desde lejos, no podrás dormir.
Pero esta noche no, no
pienso ir a buscarlo no, no, no
esta noche no, no quiero ni
mirarlo otra vez
Pasan los días y se cumple un mes desde que Minho terminó contigo. Es un día como cualquiera en tu lugar de trabajo, personas corriendo de aquí para allá. Claro, es un día un poco ajetreado y esque, hoy, tu jefe daría a conocer a su prometido y futuro socio de la empresa.
Vez su felicidad y sientes envidia. Él es feliz y tú que, no tienes nada. Vez embelesado como aquellos ojos de cachorro abandonado ven a tu jefe. Y en ese momento deseas ser Key. No porque te guste su prometido, JongHyun, crees que se llama, si no, porque quieres sentirte igual de feliz como lo está él.
Se cumple un mes más desde aquel acontecimiento. Te levantas sin ganas, pero tienes que ir a trabajar, te han ascendido de puesto y no puedes flojear ahora. Llegas al trabajo y te dan la noticia de que tienes un asistente, claro, todo vicepresidente de una compañía requiere uno. Pero aquel chico que es mayor que tú es algo torpe y tropieza con todo, pero a pesar de eso, tiene una sonrisa radiante todo el tiempo. Y lo admiras por eso.
La noche llega y con ella la costumbre de ir a observarlo fuera de su departamento. Sientes que alguien toca el vidrio de tu auto, volteas y no puedes creer lo que vez. Ahí está Minho. Bajas el vidrio y él grita que está harto de todo esto, que quiere que lo dejes en paz. Te dice que siempre supo que ibas a espiarlo pero que no aguantaba pasar más tiempo así. Te dijo cosas dolorosas pero extrañamente no dolieron, solo sonreíste con cierto grado de tristeza alejándote de ahí dejando a un desconcertado Minho que estaba dispuesto a volver contigo si le rogabas. Te fuiste de ahí sin saber que Minho se había enamorado verdaderamente de ti.
Estoy harto de todo
De tanto rodar
No es culpa tuya
Es solo mi forma de ser
Con el tiempo y con aquellas palabras de Minho, te diste cuenta que ya no dolía como antes, que ya no sentías nada por él. A veces, en las noches tenía una mínima esperanza de que Minho se enamorara de ti y que te pidiera que regresaran, pero aquellos pensamientos fueron muriendo poco a poco. Otro día comienza y conforme pasan las horas, la luna empieza a hacer acto de presencia y anuncia la llegada de la noche.
Pero esta noche no, no
pienso ir a buscarlo no, no, no
esta noche no, no quiero ni
mirarlo otra vez
Sí, no piensas más en ir a buscarle, no sabes cómo pasó, pero ya no te importa en lo más mínimo Minho, ahora tus pensamientos solo están alrededor de un extraño chico maniático del pollo con sonrisa de media luna que tienes por asistente. No tienes idea de porque te has enamorado de él, ni como pasó, pero ahora tu gran pregunta es si tú le gustas a tu asistente JinKi, u Onew, como le gusta que le llamen.
Y tus dudas quedan contestadas aquella noche en que los dos se quedaron encerrados en tu departamento. Llovía a cantaros y Onew no podía irse, por un descuido (que hiciste a propósito) el auto de Onew había sido llevado al mecánico. (Claro, como no, si le ponchaste las cuatro llantas). Lo invitaste a tu departamento y de la nada la tormenta empezó. Ambos estaban en la concina y de repente (como siempre) Onew tropezó con una silla llevándote con él al suelo. Caíste encima de él y sus rostros estaban a escasos milímetros. No sabes cómo pasó, pero de la nada besaste aquellos labios que te volvían loco, siendo correspondido al instante. Desde ese día, eres novio de Onew, de tu amado JinKi.
Un día como cualquiera saliste con Onew a dar un paseo al parque. Pararon en una banca y se besaron como si no hubiera mañana, cuando de repente, a lo lejos, un chico con ojos de rana los observaba. De sus ojos caían gruesas lágrimas y apenas se dio cuenta de lo estúpido que fue al dejarte ir, de todo lo que perdió, pero lo que le dolió más, fue que esos besos y esas sonrisas ya no iban acompañados de un :~Minho-hyung, lo amo…~ si no de un ~Onew, te amo y eres mi vida~
Ahora los papeles se han invertido, el acosador de ha vuelto Minho, ahora, es él, el que siente que no podría dormir sin ver la carita de Taemin.