CAP 19: DESEAR COSAS IMPOSIBLES
Con el sol de la mañana vinieron los buses y el personal y los estudiantes y las clases, y con el ruido de los últimos desórdenes, Misaki despertó y notó que era tarde para sus clases. Se sentía con un asesinado impopular. Como si hubiera sido pisoteado por cientos de muchachos vivos, lo cual si sucedió. Inmediatamente se dirigió al salón embrujado, pero cuando llegó, el salón estaba vacío, con todos ya en el patio de receso, excepto por Shinobu, que fue retenido por el Zen y Hiroki.. al parecer Akihiko lo acuso
— ¿La piscina? —dijo Zen—. Tú, de todas las personas, deberías saberlo mejor.
— ¿Yo? — Preguntó Shiobu—. ¿Por qué no habla con el “nefasto melodramático” acerca de esto?
Shinobu fue tentado a contar sobre Ritsu, Takano, todo, pero se mordió los labios y permaneció callado. Era un código íntimo de claridad entre los chicos muertos que hasta la furia de Shinobu no se permitía infringir.
— Sé que tienes problemas con Misaki —dijo Hiroki— pero estás empeorando las cosas.
— Las cosas no podrían ir peor —rompió Shinbu.
— Sí, desafortunadamente, si podrían —dijo Zen firmemente—.El último asiento está lleno, Shinobu, y nuestro momento está llegando.
—… O no —dijo Shinobu—. El podría arruinarlo para todos nosotros.
— Entonces encuentra una manera diferente de traerlo por aquí —dijo Zen, planteando lo obvio—. No iremos a ninguna parte sin el.
— No puedo asegurar eso —dijo Shinobu—. Los otros chicos están adelantados y…
— Yo puedo —la cortó Akihiko—. Y tú también.
Shinobu sólo se quedó mirándolo con expresión ausente.
— Sé que es difícil para ti retroceder y permitirle a Misaki tomar el mando —dijo Zen con comprensión—.
— ¿El mando? —eludió Shinobu—. ¡El es un seguidor! No le importa si quedamos atrapados aquí por la eternidad.
— Entonces haz que le importe – dijo Hiroki- ¡Ese es tu desafío!.
— Pero el nunca escucha —se quejó Akihiko
— ¿Te suena familiar? —dijeron Zen, Hiroki y Shinobu.
El chirriar de la puerta del salón siendo abierta interrumpió su conversación al tiempo que Zen, Hiroki, Akihiko y Shinobu giraban hacia la entrada.
— Hablando del demonio —dijo Shinobu.
— Hola Misaki —dijo Zen en tono de bienvenida.
— Supongo que mi tiempo terminó —dijo Shinobu, sus celos se asomaron hacia las palabras justo como Misaki asomó su cabeza dentro del salón para ver si los profesores estaban libres.
Shinobu volteó y lo dejó enojado, apenas cruzando caminos con Misaki, y luego, telepáticamente cerrando de golpe la puerta detrás de el, hablando cantidades para ambos acerca de su opinión sobre Misaki.
No contento con dejar suficiente incomodidad, Shinobu se volteó en la puerta, presionó su rostro contra el vidrio, y se deslizó hacia abajo, dejando una huella pegajosa como burla de la muerte de Misaki.
— ¿Por qué me odia tanto? —preguntó Misaki
— No te odia, Takahashi —explicó Akihiko—. Pero todos necesitamos confiar en cada uno para lograr un objetivo común, y bueno, tú has probado por ti mismo que eres… no fiable.
— Estoy tratando —dijo.
— ¿Lo haces? —dijo Hiroki enojado Misaki pensó en esto y se detuvo, su conducta se estaba volviendo cada vez más desesperada.
— No sé qué estoy haciendo —admitió—. Fallo en todo lo que es importante para mí.
— Quizás esa sea una lección, Misaki —ofreció Zen—. Necesitas detenerte de vivir y empezar a morir.
— Estoy tratando de soltarme, pero cada elección que hago está mal —dijo el con desánimo—. Ni baile, ni Takano, ni amigos, ni casa, ni vida.
— Estás en completa negación —dijo Hiroki.
— Trabajé muy duro para conseguir la Medianoche de Besos… ah, quiero decir resolución —dijo el, dándose una salida.
— ¿Medianoche de besos? —preguntó Akihiko, comenzando a reunir algunas piezas —. ---
-Misaki, te pregunto nuevamente, ¿puedes ser visto por alguien?- dijo Zen El silencio de Misaki le dijo a Zen y a Hiroki todo lo que necesitaba saber.
— ¿Has considerado alguna vez que siendo visto haces más que sólo conseguir lo que deseas? —preguntó, acercándose más a el.
— ¿Qué quiere decir? —preguntó Misaki.
— Tus elecciones afectan a todos nosotros, Misaki, no sólo a ti —dijo Zen severamente—. Interactuar con la vida, casi sin excepción, está estrictamente prohibido. El riesgo es muy alto para ellos… y para nosotros.
— ¿Desde cuándo mis elecciones tienen alguna importancia? —se quejó Misaki—. No quiero esta responsabilidad. Apenas puedo solucionar mis propios problemas, dejo solos a los demás.
— Me temo que esta fuera de tu control aceptar o no, Takahashi —respondió Hiroki—. Tus problemas se están volviendo los de los demás.
— Genial, vengo aquí por un pequeño consejo… —dijo Misaki como Hiroki se adelantaba claramente, perdido en su pensamiento.
— Pero hay otra posibilidad —dijo Akihiko.
— ¿Y cuál es? - Misaki trató de alargar su participación.
— Tal vez el hecho de que puedas ser visto… —planteó Zen—… y el resto no puede, es realmente una pieza para resolver tu problema…y el nuestro.
— ¿Está diciendo que yo debo ir al baile? —preguntó Misaki, algo de esperanza retorno a su voz—. ¿Podría ser que la Medianoche de Besos es mi pieza para resolver?
— No estamos avanzando —advirtió Akihiko—. No estamos diciendo eso.
— Pero es una opción ¿no? —preguntó Misaki
— No sabremos eso hasta después —ofreció Zen enigmáticamente—. Hay muchas variables…
Misaki interrumpió la explicación de Zen, comparando sus opciones fuerte y bastante dramáticamente.
— Besar o no besar —dijo el, caminando de un lado a otro frenéticamente como un soldado en una producción de secundaria de Hamlet.
— Las apuestas son altas, Misaki —advirtió Hiroki—. Nosotros podemos estar confiándote… nuestro futuro. Las posibilidades corrían a través de la mente de Misaki y el hacia un cálculo. Sus respuestas realmente nunca estaban en duda.
— Es un riesgo que estoy dispuesto a tomar —dijo Misaki, repentinamente muy servicial a echarse al hombro esta pesada carga.
— Recuerda, sólo porque tú puedes hacer algo, no significa que debes —recalcó Akihiko. El apenas estaba escuchando. Zen y Hiroki le habían dicho exactamente lo que deseaba escuchar. El baile, Takano, la Medianoche de Besos, todo era suyo si lo quería.
— Gracias —dijo Misaki sinceramente—. Ustedes son una salvación.
— ¿Una salvación? —dijeron los tres mayores, una mirada se inquietud cruzaba por su rostro—
- Eso no era lo que tenía en mente- se altero Akihiko
— Besar —suspiró Misaki, casi derritiéndose mientras dejaba la habitación.
Shinobu, quien estaba escondido detrás de la puerta abierta, fue más determinado que nunca al detenerlo.
— O no besar —masculló Shinobu enigmáticamente a si mismo.
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Misaki, mientras tanto, tenía un pequeño pero no menos importante asunto por resolver. Ritsu. Ellos aún no se hablaban, y sin su cooperación, nada sería posible. Sólo hasta entonces, un anuncio desde la Oficina principal hizo eco en las pasillos vacíos de la escuela.
— “Atención estudiantes de Mitsuhashi. Debido a la inundación del gimnasio, somos incapaces de llevar a cabo el Baile anual de otoño este año. A menos que encontremos otro lugar apropiado, estaremos forzados a cancelarlo. Debería informarles ahora que no hay buenas posibilidades hasta el momento”.
Todos parecían tener una reacción diferente a las noticias. Kotomi, que estaba en el frente de su clase de pronunciación leyendo un artículo de “Cómo complacer a un hombre” de su último número de Cosmo, estaba desbordando de placer vengativo por las noticias. Takano, casi absorbido por la práctica de basquetbol, fue visiblemente chocado, y Ritsu, que estaba sentado en su clase de historia, estaba secretamente alicaído.
Afuera en el patio, Misaki era perseguido por Akihiko y ambos escucharon la noticia…
— ¡Lo tengo! —gritó Misaki
-¡Que necio eres!-
Misaki interrumpió a Akihiko
-Akihiko… No saben donde llevar al baile… Tengo la solución-
-….mmm Y… ¿Cuál es?-
-Que hagan el baile en la “Residencia Muerta”-
-¡¿Qué?!-
Misaki tomo de la mano a Akihiko y se lo llevo para conterle un plna para salvar a La residencia muerta