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EL CONEJO Y LA LIEBRE por karenka sutcliff

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Notas del capitulo:

MUCHAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS, ME ALEGRA QUE FUESE TAN BIEN RECIBIDA ESTA HISTORIA, WILL X SEBAS ES DE MIS NUEVAS FAVORITAS JAJAJA, ME ENCANTAN JUNTOS.

FUE DIFÍCIL DECIDIRME POR QUIEN SERÍA EL UKE Y QUIEN EL SEME, EN LO PERSONAL CREO QUE AMBOS SON HOMBRES ORGULLOSOS Y ABUSIVOS CON SUS PAREJAS, TAL VEZ PODRÍAN SER SUKES AMBOS, ADEMAS DE BISEXUALES, DESPUÉS DE TODO, YO DUDO QUE A UN DEMONIO LE INTERESE MUCHO DE QUE SEXO ES SU PAREJA , EN FIN, DISFRUTEN ESTE CAPITULO

 


La casa como siempre esta limpia y ordenada, era de esperarse el Conejo; para no ser más que una simple mascota, cumplía con todas las expectativas de la salvaje Liebre.

Su primer encuentro fue algo muy interesante, el "vulgar conejo" como le llego a llamar la Liebre, se regocijó en éxtasis con la simple idea de dejar su marca en la orgullosa Liebre. Aunque ya después de tanto tiempo frecuentándose cualquiera pensaría que se llevaban cordialmente, no fue así, siempre tenían la misma discusión "¿quien seria el dominante?. obviamente ambos habían tenido su oportunidad de someter al otro, pero ¿quien empezaría hoy?

La Liebre no podía evitar sonrojarse, por algún motivo sentía vergüenza de si mismo al ceder a las bajas pasiones con "ese" Conejo Blanco, pero era inevitable, cada caricia, beso y embestida eran endemoniadamente deliciosas "maldito Cheshire", el tenia la culpa de todo.

Un escalofrío recorrió la columna de la Liebre sacándola de sus pensamientos, el Conejo se acerco por detrás tomándolo por la cintura y besando su nuca, de inmediato la Liebre se movió; "oh no, no otra vez", no le permitiría al conejo tomar la iniciativa y abusar de el, el Conejo siempre era tan brusco y grosero; a la Liebre le era difícil volver a casa y el Sombrerero siempre hacia preguntas e insinuaciones, despertando la curiosidad de Cheshire, no es que la Liebre se preocupara por los sentimientos del gato, pero sabía que el felino enloquecería y no en el buen sentido.

La Liebre era arisca y eso le encantaba al Conejo, un nuevo reto cada encuentro, doblegar a la salvaje Liebre y convertirla en un "conejito esponjosito y adorable". El conejo cargo a la Liebre y la arrojo en la cama, aunque quisiera, no podía ser dócil y suave con su amante, simplemente la Liebre despertaba su lado salvaje.

El Conejo se subió a horcajadas sobre la Liebre, lo tomo por las muñecas para someterlo y se acomodo entre sus piernas, la Liebre forcejeo y logro cambiar de posición, tal vez al Conejo le gustaba algo de juego previo. Una sonrisa se dibujo en los labios de la Liebre, como disfrutaría de humillar a su lindo conejo, verlo sonrojarse y gritar su nombre pidiendo más, la Liebre comenzó a desnudar al Conejo, quito lentamente cada prenda de su cuerpo y arrojándola descuidadamente, la Liebre sabia que al Conejo le gustaban estas cosas, desde las visitas del Conejo a las fiestas de té del Sombrerero, era evidente que sus ojos rojos desnudaban a la Liebre, esos ojos carmín que se tornabas fucsia en cada encuentro despedían la Lujuria, un simple rose, un respiro, un pestañeo y la piel de la liebre se erizaba.

Las manos enguantadas del Conejo impacientes tomaron su camino rumbo al traje de la Liebre, cada botón era un reto ganado, estaba a unos pasos de dominar nuevamente, ya tenia su plan, no iría fácil con su amante engreído y orgulloso. Manos hábiles se dirigieron al pantalón color arena, liberando el miembro adolorido de la Liebre, un suave masaje con los guantes de seda y la Liebre cayó rendida ante su conejo, soltando su agarre y besándolo con pasión desenfrenada, mordiendo su labio extrayendo un poco de sangre, su lengua lamió los labios de su amante de orejas blancas pidiendo la entrada a esa caverna deliciosamente dulce y húmeda, una batalla por el dominio comenzó la lengua experta del Conejo Blanco, capas de hacer un nudo con el tallo de una cereza, no pretendía perder, pero decidió ceder ante su amante estoico, después de unos minutos y ya con sus labios bien hinchados, la Liebre aflojo su agarre sobre el Conejo y se dejo caer en la cama sumisamente, con una sonrisa, "extraña en el", le indico a su amante que estaba bien continuar.

La pulcritud de la casa del Conejo Blanco quedo en el olvido, las ropas de ambos estaban esparcidas por el suelo, el silencio sepulcral de la vivienda se vio desplazado por gritos y gemidos de éxtasis, con las piernas de la Liebre en sus hombros, el Conejo jugo con su entrada, rozándola con su miembro, la Liebre odiaba eso, no le gustaba que se burlaran de el, lo único que quería era ser empalado de una buena vez, y este "estúpido y sensual" Conejo solo se ria de el en sus narices.

Aunque era lindo ver las mejillas sonrosadas de la Liebre y sus caras suplicando más, el Conejo no pudo resistirse y decidió ser bueno y darle a su amante lo que tanto quería, como ya era costumbre, tomo con la boca la punta del dedo de su guante y lo retiro, ofreciendo la mano desnuda a los labios de la Liebre, el sumiso obedeció de inmediato y lamió uno a uno los dedos, cubriéndolos con abundante saliva cuando el Conejo retiro los dedos de la boca de la Liebre, un hilo de saliva brillante los mantuvo unidos por un instante más.

Un primer dedo se aventuro en el interior de la Liebre arrancándole un grito entre dolor y placer, luego el segundo y el tercero todos buscando llegar al punto dulce y arrancar gemidos y lagrimas de felicidad, para rápidamente ser sustituidos por algo más grande, el Conejo empalo a la Liebre de un solo golpe, haciendo que este se encorvara y se aferrara de las sabanas, unos cuantos segundos y la Liebre se adapto al tamaño del Conejo, tal vez nunca se acostumbraría a su gran tamaño, el Conejo se sintió rodeado apretadamente por la estrecha entrada de la liebre , sintió como se contraía al rededor de su miembro, un escalofrío recorrio su columna erizando su piel y provocando que mordiera los pálidos hombros de la Liebre haciéndolos sangrar, de inmediato lamió la sangre, causando escozor en la nívea piel ahora amoratada.

Las manos de la Liebre acariciaron el torso y pecho bien tonificados del Conejo, era unas visión tan hermosa, con la boca abierta trato de jalar oxigeno para sus pulmones, su corazón estaba acelerado, gimió y grito su nombre su nombre, pronto se encontró en el Nirvana, ese Conejo Blanco sabía hacer muy bien las cosas. La Liebre comenzó a acariciar su miembro suplicante de atención pero el Conejo se hizo cargo, estando el presente, su lindo amante no tenia porque autocomplacerse. Jugo con la ranura de su glande lo acaricio firmemente de arriba a abajo, unas embestidas más y ambos llegaron a su orgasmo, la Liebre tembló violentamente al sentirse llenado por el Conejo, la semilla caliente se desbordo de su interior, el sueño lo estaba envolviendo dulcemente pero de repente sintió una lengua cálida que limpiaba su miembro, el Conejo podía ser un animal al hacerlo, pero era un caballero al terminar, no permitiría que su amante se quedara sucio, lamió cada rincón del cuerpo bajo el y remato el acto con un casto beso en los labios; esperarían a la siguiente ronda.

Ninguno se percato de su publico, fuera, en la ventana, yacía un gato que no sabía si morir de celos o morir de placer, un hilo de sangre escurría de su nariz, Cheshire presencio todo, cada movimiento y sonido estaba grabado en su cerebro, como una película.

Notas finales:

NOS VEMOS EN EL PROXIMO CAPITULO CON MÁS LEMON  MEJOR DETALLADO.


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