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El latido de tu corazón. por katyka

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Notas del capitulo:

¡Feliz Navidad!


 


Les dejo el capi más demorado de la historia y van a ver un pequeño recuerdo de Yunho... se pone emocionante :)

3

JaeJoong

 

Desperté temprano, apenas sentí que mi appa se iba al hospital abrí mis ojos, en seguida omma salió de la habitación, sabía lo que haría después de salir de su habitación, lo mismo de cada mañana. Los pasos en mi casa se podían escuchar con claridad a pesar de ser grande, la razón era  simple. Es el único sonido que se puede escuchar. Dejé de prestar atención a sus movimientos y me concentré en mi tablet, había un libro el cual me tenía muy entretenido.

 

Vi pasar una hora desde que abrí mis ojos, mi estómago reclamó la falta de atención con un gruñido. Hora de salir de la cama. Aún medio dormido bajé las escaleras, seguí el largo pasillo de pequeños ventanales que se sostenían por cuadritos de madera, bueno aunque parecía algo así como una red llena de cristales de color ámbar. De cualquier forma, ya sea una red, una reja o los ventanales me encantaban porque dejaban pasar la luz que se filtraba por las ventanas del comedor dándole un aspecto muy cálido.

 

—Jae, ¿no vas a venir hoy?

 

Acababa de entrar en el comedor aún con mi pijama, mientras omma ya estaba lista para ir a la fundación. —No, hoy voy a ir donde Su.

 

Había pasado más de una semana en la que no había acompañado a mi omma a la fundación e incluso había faltado en varias ocasiones diferentes, realmente me di cuenta que era perder tiempo, era hora de que busque algo por mí mismo, además ya pasó más de un mes desde que  Su había sido dado de alta así que lo visitaba con regularidad, algunos días como hoy iba con Hyun Joong hyung y hasta fui con Changmin, claro que ver su expresión sosteniendo a la pequeña Min Ah-ia valía oro.

 

—Dile a Su que uno de estos días estaré con él.

 

Omma no era una mujer de familia o de alguna forma lo era en un sentido poco convencional, es esa clase de persona que no descuida su trabajo y sus reuniones con sus amigas y bueno, no es como si Su estuviese mal cuidado, de hecho creo que sería una de las personas que recibe más atenciones. Tiene un par de enfermeras en su propia casa y aunque él prefiere cuidar a su hijo, su esposo se encargó de contratar a una nana para que lo ayude.

 

—Seguro, yo le digo.

 

Me senté en la silla a uno de los costados de la mesa mientras me servía un poco de jugo. Era aún temprano pero la mañana se veía espectacular, el sol brillaba y el cielo casi no tenía nubes. Asumo que sería un día completamente caluroso.

 

Los árboles del jardín se veían realmente verdes, era una hermosa mañana.

 

Ella limpió sus labios con una servilleta de tela. Se levantó. Sacudió mi cabello con sus manos. —Nos vemos luego Jae.

 

—Adiós omma.

 

Y así me quedé solo otra vez en la casa. No voy a decir que odiaba estar solo, ya estaba acostumbrado, así que sentí tranquilidad para poder desayunar.

 

Mi móvil vibró en mi bolsillo.

 

**Hyun Joong-ah:

Jaejoongie, voy a tu casa para ir donde Junsu hyung.

**Jaejoongie:

Ne, te espero. ^^

 

Fui a prepararme para salir. Me puse algo muy sencillo, de verdad con el calor que haría lo mejor sería ir ligero.

 

Después de casi una hora llegó Hyun Joong y fuimos en su auto a ver mi hermano.

 

—¿Quieres ir a tomar un helado antes?

 

Negué con la cabeza. —Acabo de desayunar.

 

—Entonces después.

 

—Sí, sería mejor.

 

La casa de Junsu quedaba a media hora, en la cual me la pasé molestando a mi hyung. De verdad no entendía como muchos de mis amigos decía que esto no era “amor de hermanos” cuando estaba claro que nuestra relación era  hyung-dongsaeng.

 

Al llegar a casa de JunSu, su esposo nos abrió la puerta,  Su me contó que él había dejado de trabajar tanto y se quedaría con él para cuidarlo mientras se recuperaba. Pero según el médico de Su, él estaría completamente bien en un mes y medio, del cual ya habían pasado un mes y una semana.

 

—Chicos, entren. —MinKi hyung nos recibió cuando llegamos.

 

—Hola hyung, ¿cómo estás?

 

Saludamos Hyun Joong y yo al mismo tiempo.

 

—Cansado. Cuidar de mis niños es difícil. —Nos lo dijo sonriendo, era una buena persona, siempre era amable y pese a sus responsabilidades trataba de no descuidar su hogar, claro, según las palabras de Su.

 

—¿Y cómo están? —Le pregunté cambiando mis zapatos por un par de cómodas zapatillas.

 

—Bueno Su está en la sala de atrás jugando con MinWoo y mi pequeña está dormida.

 

—Que bien…

 

—Bueno chicos ya conocen la casa, yo tengo que ir a firmar un reporte pero regreso en seguida.

 

—Ne, hyung ve con cuidado.

 

—Komowo. Me voy.

 

Fuimos a la sala, la cual tenía el techo de vidrio y unos sillones gigantes al lado de unas estanterías llenas de juguetes, la alfombra era afelpada y de color verde, parecía parte del jardín. Aunque pudiese parecer que debido al verano hace calor dentro de la habitación, no es así, la casa está ambientada y el termostato nos mantiene a una temperatura templada todo el tiempo.

 

—Jae, ya llegaste.

 

—Si, MinKi  dijo que regresaría en seguida.

 

—Sí, hoy le toca ir a firmar los reportes, pero no creo que se demore.

 

—Eso dijo.

 

—Hyun Joong-ah, que bueno que hayas venido.

 

—Hola hyung.

 

—Jae necesito que me ayudes a preparar algo.

 

—¿De qué se trata? —pregunté mientras me sentaba en la alfombra para jugar con mi sobrino.  Hyun Joong se sentó en el sillón quedando justo a mi lado.

 

—Bueno dentro de un mes es el cumpleaños de  Min Ki y bueno no hemos estado mucho tiempo a solas con esto del bebé, pero quiero darle una sorpresa, así que me gustaría que pudieras quedarte con los niños, ya sabes no es mucho trabajo ya que la nana y la enfermera se quedan también, es sólo que… —infló sus mejillas sintiéndose incómodo por lo sobreprotector que es. —Ya saben no me gusta dejar mucho tiempo a mis niños solos con la nana.

 

—Claro Su, no hay problema, además nuestra pequeña sólo pasa dormida.

 

—Gracias.

 

Tenía curiosidad, Junsu siempre había sido muy detallista así que no me sorprendía que estuviese planeando algo. —¿Y qué tienes en mente?

 

—Quiero comprar un par de esclavas de plata.

 

—¿Esclavas de pareja?— Su asintió. Volteé a ver a Hyun Joong y parecía confundido sin decir nada, así que le sonreí antes de aclararle. —Son pulseras, así que ni pienses en una esclava literal.

 

—Me siento más tranquilo. —Me sonrió mientras sacudía mi cabello. Últimamente a la gente le daba por sacudir mi cabello.

 

El teléfono de Hyun Joong sonó por lo que tuvo que dejar de juguetear con mi cabello para salir a contestar.

 

—Jae ¿seguro no sales con él?

 

—Es un chiste. ¿Verdad? —Su simplemente me quedó viendo. —No, ya sabes somos como hermanos, si saliésemos sería incesto.

 

—No, no lo sería.

 

Levanté mis hombros, no quería continuar una conversación sin sentido. Así que seguí en mi juego, mientras veía como el pequeño Min Woo insertaba unas donitas de colores en un palo de madera. —En fin  ¿cuándo planeas ir por las esclavas?

 

—Bueno primero tengo que hacer un diseño. Hablé con una joyería para que me ayuden a dibujarlo. Ya sabes que soy pésimo.

 

Seguía pasándole las donitas de juguete a mi sobrino. —Lo se.

 

Cuando levanté mi rostro para ver Junsu, simplemente suspiró.

 

Hyun Joong entró a la sala en ese momento, parecía un poco enojado y su voz me lo confirmó. —Chicos, creo que me tengo que ir, appa llamó para que vaya a algún compromiso, el cual me acabo de enterar que existía.

 

—No te preocupes.

 

Después de eso lo acompañé a la puerta para despedirme de él.

 

—Lo siento Jaejoong. —Tenía sus manos metidas en sus bolsillos.

 

—¿Por qué?

 

Esperé su respuesta con calma.

 

—Porque prometí ir por un helado contigo después y no creo que pueda escapar de ese compromiso.

 

Sonreí. —Tonto, ya iremos otro día.

 

—Bien. —Me pellizcó la mejilla antes de irse. —Adiós.

 

—Adiós hyung. Ve con cuidado.

 

Regresé a la salita y me encontré con que el pequeño MinWoo estaba en los brazos de Su, esperé un momento mientras iba a tomar un poco de agua. Y cuando regresé Su estaba llevando a MinWoo a su cama para que pudiese dormir cómodamente.

 

Fui al living y prendí el televisor.

 

—Omma dijo que vendría uno de estos días.

 

Su asintió ligeramente. Nos quedamos en silencio mientras veíamos una película hasta que Min Ki llegó y almorzamos juntos. Después de eso el día continuó como si nada.

 

Ya eran casi las cinco de la tarde cuando decidí regresar a casa.

 

—Jae, por favor aparta una cita para dentro de dos semanas en este lugar.

 

Me extendió una tarjeta, con el nombre de una joyería del centro comercial.

 

—Ne Junsu-ah, cuídate y dale muchos besos a la dormilona de MinAh-ia.

 

—Ne.

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

YunHo

 

—Heechul, recuérdame no volver a caer en una de tus trampas.

 

Heechul levantó una ceja hacia mí, Siwon nos veía muy divertido desde el otro lado de la habitación mientras revisábamos las epicrisis.

 

—¿Bromeas? Si te la pasaste mejor que todos.

 

Mejor que todos… Me mantuve serio sin responderle.

 

—Bueno yo no tengo la culpa de que tu ex llegase después de ti y mucho menos de que tú andes tan urgido.

 

No soportaba su tono burlón.

 

—Imbécil. Si tú no me hubieses insistido tanto yo no hubiese ido.

 

Lo señalé con el bolígrafo que estaba usando.

 

—¡Yah! Yunho, como dije, simplemente pudiste haberla ignorado. Sin embargo te la llevaste a la cama.

 

Me dio un golpe bajo, él tenía algo de razón, pero es que un trago llevó a otro y fue inevitable. Ella había sido mi segunda novia más duradera en años… Bueno si a dos meses se le puede decir duradero.

 

—Y Yunho, no te justifiques con lo de los tragos otra vez.

 

—¿Ahora lees mentes?

 

—No, pero no es necesaria tanta ciencia como para saber lo que estás pensando. —Lo decía en un tono tan tranquilo que me exasperaba.

 

—Chicos ya basta, el punto es que ya pasó. Yunho, no le puedes dar marcha atrás y amor, no deberías presionar tanto a Yunho. —Siwon se paró llevando sus historias clínicas.

 

—Yeobo,  ¿ya terminaste? —Preguntó HeeChul con un tono dulce.

 

—Sí. —Asintió Siwon.

 

—¿Me ayudas? —Pidió HeeChul con la voz notablemente más suave y persuasiva.

 

Vi como Siwon se acercaba, le dio un beso rápido en los labios. —Claro que no amor.

 

—¡Yah! en ese caso ve a buscar en donde dormir hoy.

Siwon se alejó de Chul y le sonrió más divertido que antes. —Yeobo... hoy tienes guardia. Así que no será necesario que busque donde dormir, porque estaré en casa. —Y salió de la habitación mientras yo me reía a más no poder.

 

Chul giró dándome la espalda. Emitiendo suspiros tras suspiros. Haciendo todo un drama de su situación.

 

Tomé mis historias y palmeé el hombro de mi amigo.

—Bueno Chul yo también me voy. Suerte con tú guardia.

 

—Ne.

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

Fui a mi departamento y cuando entré el hambre acababa conmigo. Revisé mi nevera y aparte de comida en mal estado, media botella de agua y dos latas de cerveza no había nada más, así que hice un pedido a domicilio.

 

Media hora después tenía un plato de comida caliente sobre la mesa. Después de comer fui a hacer un poco de ejercicio. Cuando fui a tomar una ducha, ya casi no había papel de baño ni shampoo. Hice una nota mental de las cosas que hacían falta.

 

Fui a dormir realmente cansado esa noche.

 

—Yunho-ah... Ven conmigo.—Una seductora y suave voz me guiaba.

 

No podía protestar ante la voluntad de la persona que iba conmigo o mejor dicho la persona con la cual yo iba. Por algún motivo no había una razón para hacerlo. Quería estar allí. Quería estar con el dueño de aquella voz.

 

Caminábamos por un pasillo largo iluminado con luces tenues.

 

Sentí mucha ansiedad por llegar al lugar al cual la voz me conducía, un momento después me di cuenta de que mi mano izquierda estaba sujeta a la mano de la persona que me guiaba. Era una sensación cálida.

 

El se detuvo cuando llegamos al final del pasillo, se dio media vuelta quedando frente a mí pero yo no podía ver su rostro directamente ya que era más bajito y su cabello negro ocultaba su rostro dejándome ver sólo sus labios.

 

Los quería probar. Y por instinto lo besé.

 

Suave coincidiendo con ellos, acostumbrándome a la sensación. Él se aferró al cuello de mi camiseta y deslizó sus manos por el interior de ella, acariciando mi cuello y mi espalda. Presioné más mis labios incitando su lengua a que juegue con la mía, probando el sabor de su boca.

 

Él escapó de mis besos para besar mi cuello, para darle pequeños mordiscos mientras deslizaba su mano por mi abdomen. Lo empujé contra la pared presionando mi cadera contra la suya, quedando los dos tan pegados que podíamos sentir el calor de nuestras erecciones.

 

El no llevaba puesto nada más que una camisa de vestir semiabierta con unos bóxers, bajo los cuales metí mis manos para poder acariciar su trasero mientras me apretaba más contra él.

 

Lo sentí dar un respingo cuando mis caricias se acercaban más a su entrada mientras el agarraba mis brazos y regresaba a besar mi boca con violencia. Bajé su ropa interior hasta quitársela y mientras le daba tiempo de tomar aire para lo que venía me deshice de toda mi ropa. Después me  aferré a su blanca cintura mientras besaba detrás del lóbulo de su oreja, aspiré su aroma mientras me pegaba más a él, mientras me frotaba contra él. Pequeños gemidos salían de su boca.

 

Puse mis manos sobre sus muslos levantándolos hasta que pudieron rodear mi cintura. Tan alto que podía lamer y besar sus pequeñas tetillas café lechoso, que casi daban un aspecto rosa mientras más las mordía.

 

—Mmm.... Yunho, Dios, sigue así.... —Tomé su miembro erecto con mi mano para acariciarlo para darle placer. —Ahh.... Yunho

 

Lo miré a sus ojos, a sus grandes ojos negros... —Mi nombre se oye bien cuando sale de tu boca. Lo besé hundiendo mi lengua en su cálida boca, acariciando su lengua.

 

Me miró y me sonrió como un niño que planea algo. —Seguro y hay algo mejor que puede entrar de mi boca.

 

Me mordió el labio inferior estirándolo y lamiendo mientras bajaba de mi cintura. Se paró frente a mí y con sus manos acarició todo a su paso, me abrazó, deslizando sus manos por mis costados, pude sentir sus dedos acariciar y tocar todo a su paso. Se sentía casi como si quemara. Se arrodilló frente a mí, se lamió sus labios, esos rosados labios que pronto besaron la cabeza de mi pene, sentí su lengua jugar con la  punta, después sólo con su lengua trazo un camino sobre mi miembro lentamente, jugando con la cabeza cada vez que me sentía explotar.

 

—Ahh, así... —Quise llamarlo por su nombre al sentir mi propia excitación, pero... No lo sabía. No sabía con quién estaba teniendo relaciones.

 

Pero mi pensamiento se esfumó cuando metió por completo mi erección a su boca.

 

Succionó, se lo metió hasta el fondo. Se lo sacaba y metía a su boca sin perder el contacto visual, sus ojos... Mierda... sus labios rojos me excitaban de sobre manera al verlos subir y bajar... Su lengua jugaba dentro. Y por fin cuando acarició mis testículos, sin querer embestí su boca, me miró de un modo tan erótico aprobando mi comportamiento, que seguí  así, movía mi cadera lentamente, escuchando los sonidos de  su lengua jugando con mi miembro.

 

Supe que pronto me vendría.

 

—Quiero tomarte. —Lo traté de levantar pero se aferró a mi cadera.

 

—Y yo quiero probarte. —Tomó mi pene con sus manos mientras hablaba, deslizando sus dedos sin piedad. —Quiero probar tu sabor.

 

Y mi cuerpo no protestó cuando me metió a su boca. Me vine dentro de ella y sin prisas el bebió todo mi semen, lamió mi pene limpiándolo con su lengua o tal vez trataba de excitarme nuevamente, se paró frente a mi mientras lamia una gota de mi esperma que había quedado en sus dedos.

 

—Déjame verte. —Le pedí en un intento por saber su identidad. Y justo cuando recogió su oscuro cabello y levantaba su rostro para dejar que lo vea... Un sonido raro nos interrumpía.

 

La alarma de mi teléfono me despertó.

 

De vuelta a la realidad y siendo las 7 de la mañana tenía una tremenda erecciónerguida, latente y desafiante ante mí.

 

Soy un hombre de casi 30 años, que no tiene nada mejor que hacer en ese momento que atender su erección. Aún tenía en mi mente sus ojos, la sensación de sus labios sobre mi miembro, como se veían mientras chupaban mi miembro. El aroma de su cuello. Pronto me vine pensando en sus suaves muslos apretando mi cintura, mi semen manchó mi mano y la tela del pantalón de mi pijama.

 

Me recosté relajado. No había tenido un sueño húmedo desde hace mucho y ese muchacho era perfecto. Poco a poco olvidé los detalles de su cuerpo y sólo me quedé con la sensación del sueño...

 

Sólo había sido un sueño.

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

Decidí salir de mi departamento sólo porque no tenía una buena reserva cervezas y hacían falta muchas cosas en mi departamento, era realmente una necesidad ir de compras. Así que aunque de verdad quería dormir tuve que salir y bueno de paso iría por algo de comer al centro comercial, unas alitas de pollo sonaban realmente exquisitas.

 

Estacioné mi auto en el primer espacio que encontré. Las tiendas lucían exactamente igual que siempre, aunque ahora que lo pienso bien, necesito comprar algo de ropa para el otoño. Así  que miré muchos aparadores, algunas prendas de las que se veían en las vitrinas de los locales lucían muy bien. A lo lejos vi un par de jeans muy entallados, sólo podía imaginar “ciertas piernas” de cierta persona, luciendo esos pantalones.

 

Esas piernas que acabo de recordar y las de mi sueño son las mismas... Ahora ya sabía a quién pertenecían, lo que me hizo recordar que no había visto al dueño de esas piernas en mucho tiempo, pero nunca me había puesto a pensar en que de verdad me fijaban tanto en su cuerpo. El cuerpo de Jaejoong.

 

Seguro que esos jeans le quedarían endemoniadamente bien.

 

Seguí  viendo hasta que encontré un juego de camisetas blancas, de las que yo uso. Son grandiosas, blancas y con diseños simples.

 

Seguro que si él compraba algo así le quedaría sexy, fue lo que pensé. Tonto, Yunho. Pensando en un niño al que no le interesas con el que además tienes sueños húmedos.

 

Al mismo tiempo que me reprendía por pensar en él me di cuenta de la verdad. Ha pasado mucho tiempo desde que lo vi por última vez y la verdad es que... lo extraño, pero sólo un poco.

 

Es que su sonrisa es muy tierna, el modo en el que aprieta sus labios, como los muerde cuando está emocionado e incluso la postura de sus hombros en un momento de extraña tensión es algo de lo que constantemente estoy consciente.

 

Es inevitable pensar de esa forma en él, le había agarrado mucho cariño a mi dongsaeng, mientras nos encontrábamos en la fundación ya saben cuando uno comparte tiempo con alguien le va tomando aprecio, ese cariño que le tienes a alguien a quien puedes cuidar.

 

Seguí mirando en la tienda un rato más, compré un par de cosas que necesitaba. Después fui al supermercado del mismo centro comercial y conseguí todo lo que me hacía falta en mi nevera.

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

JaeJoong

 

Hoy tampoco fui a la fundación, le había perdido toda la voluntad a ir. Me sentía triste porque de alguna forma no cumplí con mis planes. Quería acercarme más a ella, pero haciendo un recuento de los años anteriores, de mis vacaciones desde que tengo uso de razón, no había logrado pasar con mi omma todo el tiempo que quería. Así que supongo que es mejor dejar las cosas hasta allí.

 

Lo había pensado bien y aunque había personas geniales que había conocido en la fundación, no era suficiente para mí. Y ya debía dejar de tener sueños dulces de la familia de televisión y afrontar que mis padres eran personas grandiosas, muy destacadas en sus trabajos, personas que habían hecho una alianza larga y duradera, que me habían dado toda la estabilidad que cualquiera podría desear. Así que era mejor que me enfoque en otras cosas.

 

Como en el muchacho que me estaba atendiendo.

 

—Como le decía estas son las fechas en las que diseñador está disponible.

 

Me fijé bien y señalé las más próximas.

 

—Seguro es muy solicitado. —Apenas atendía un par de días a la semana —Listo, con éstas mi hermano podrá venir.

 

—Bueno, es que hemos contratado a un diseñador que acaba de regresar de Europa, es bastante solicitado y extraordinario. Él llamará el día antes para confirmar la cita.

 

—Eso... Podría hacerlo a este número, es que se trata de un regalo sorpresa para el esposo de mi hermano, y sería mejor que llamen a otro número para no levantar sospechas.

 

—Claro, por favor anótelo aquí. —Lo hice mientras el muchacho hablaba conmigo. —Debe ser muy agradable un regalo así.

 

—Sí, supongo que si aunque en lo personal prefiero otro tipo de regalos.

 

—¿A no? Pero este anillo te queda bien.

 

Una linda mano que reconocí fácilmente  señaló el anillo que siempre llevó en mi dedo índice.

 

—¡Hyung!

 

Me alegraba verlo. —Jaejoong-ah, no te he visto en el centro últimamente.

 

Yunho hyung estaba junto a mi mientras yo acababa de llenar la ficha de contacto.

 

—Es que... Ya no voy a ir. —Le entregué la ficha al muchacho que me atendía.

 

—Es todo lo que necesitamos. Sólo tiene que esperar la llamada del diseñador. ¿Hay algo más en lo que le podamos ayudar?

 

—No gracias.

 

Hizo una reverencia y mi hyung y yo salimos se la joyería.

 

—¿Por qué ya no vas a ir?

 

—Bueno, es que... quiero hacer algunas cosas.

 

Seguimos caminando mientras veíamos las tiendas. —Otras  cosas... ¿Tu novio te tiene ocupado?

 

Otro más se unía a esa loca idea. —Él no es mi novio, es como mi hermano, por eso pasamos mucho tiempo juntos.

 

—¿Así que sólo amigos?

 

—No, no sólo amigos. Somos casi hermanos, sería muy raro si tuviésemos otro tipo de relación.

 

—Bien, me alegra.

 

Su respuesta fue la que menos me esperaba. —¿Por qué?

 

—Porque tú y él no hacen pareja.

 

Me dio una radiante sonrisa de esas que parecen sacadas de un comercial, sentí mis mejillas calientitas.

 

Un silencio incómodo se plantó entre los dos, y mientras iba pensando en lo incómodo que era no me di cuenta por donde iba. Y todo ocurrió muy rápido, una mujer pasaba por mi lado llevando una gran caja que le impedía ver por dónde iba, ella tropezó con un basurero haciendo que la caja me empujara con mucha fuerza casi tirándome al piso.

 

Juro que vi el piso frente a mi cara, pero no llegué a él porque Yunho hyung estuvo allí para detenerme. Atrayéndome hacia su cuerpo mientras abrazaba mi cintura por un costado.

 

Un suave “gracias” fue lo único que pude decir, porque aunque no era mi intención, estuve muy consciente de sus manos fuertes y del calor de su cuerpo.

 

—¿Estás bien?

 

—Ne.

 

Me sonrió y pese a mi sonrojo, le sonreí en respuesta

 

—¿Deberíamos ir por un helado?

 

Asentí bobamente, aún sintiendo su mano en mi cintura, creo que se dio cuenta de mi reacción porque la retiró casi enseguida.

 

Caminamos un poco, y vi unos pantalones  que se veían realmente geniales, eran unos jeans entallados de color negro que seguramente en blanco se verían mejor...

 

—¿Hyung, podemos entrar un momento?

 

—Ne —un pequeño sonrojo apareció en sus mejillas. No entiendo, tal vez sea que no le guste ir de compras.

 

—Hyung, si no quieres, no importa, puedo venir en otro momento.

 

—¿Por qué lo dices?, yo no tengo problema con que vayamos.

 

—Te has sonrojado, supongo que no te gusta ir de compras.

 

Empezó a reír como si fuese una broma lo que dije.

 

—¿Qué? —le pregunté sonriendo.

 

En respuesta revolvió mi cabello y me tomó de los hombros empujándome hacia el lugar en el que estaban los pantalones.

 

—Espera un momento.

 

Yunho Hyung se quedó sentó en un sillón café que tenía la tienda, mientras yo me llevaba un pantalón negro uno blanco y otro azul obscuro rasgado cerca de la rodilla.

 

Cuando me los probé se sentían cómodos aunque estaban ajustados, mis piernas se veían geniales, pero no podía decidirme entre el negro o el blanco, el azul seguro lo llevaría.

 

Talvez Hyung me pueda ayudar... Digo se debe estar aburriendo.

 

—Me puse los negros, creo que se ven mejor. Aunque es verano y el negro... hyung ¿qué opinas de estos? blanco o negro...

 

Me miraba sin decir nada, sus ojos siguieron toda la basta del pantalón. Miró con detenimiento. —Mmm.. Deberías probarte los blancos, para que puedas decidir.

 

Entré y me los cambié cuando salí, repitió el proceso, él miraba mis piernas ¡MIRABA MIS PIERNAS!, apenas me di cuenta de lo que ocurría, Yunho Hyung estaba viendo mis piernas...  

 

—Jae creo que los blancos se ven mejor.

 

Entré con rapidez ésta vez. En el espejo mis mejillas se veían rojas, creo que me excedí al pedirle que vea que tal me quedan. Es decir, no es que fuese algo malo, y él de verdad los vio... me dio el consejo que le pedí pero es que a mis amigos no les gusta ir a comprar. Algo raro me pasa, creo que estoy paranoico...

 

Sentí la mirada de Yunho... ¿Se puede sentir una mirada así?... No una mirada normal, sino una especial... Una que me hizo sonrojar...  

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

        

Yunho

 

Jaejoong, definitivamente… No se qué pensar de él. Eligió los mismos pantalones que había visto.

 

—Espera un momento.

 

Me senté en el sofá junto a los probadores. Me pregunto ¿qué será lo que lo ha alejado del centro?

 

 

***

JaeJoong entró a la oficina pisando fuerte, se sentó en su escritorio apoyando su rostro en sus manos.

Lo estaba esperado, me había acostumbrado a él, incluso ya podíamos conversar cómodamente, me caía muy bien. Y debo admitirlo, era muy lindo. Y lo mejor de todo… Puedo verlo a diario.

—Jae, ¿qué ocurre?

Le pregunté, desde mi escritorio, el cual estaba frente al suyo. Desde que empecé mi trabajo aquí me habían asignado una oficina muy grande, pero poco tiempo después JaeJoong vino a ayudar. Él hacía un poco de todo, pero siempre era muy amable. Aunque habían días en los que realmente me preocupaba, le había tomado mucho cariño desde que llegó.

—Nada.

Su respuesta me hizo levantar la mirada. Sus hombros estaban encorvados. Su teléfono vibró, leyó el texto que le había llegado y pegó su espalda sobre el respaldo de la silla.

—Hyung, ya casi es hora de salir. ¿Crees que me puedes llevar a casa?

—¿Otra vez?

—Si no puedes no hay problema… Tomaré el subterráneo.

No había querido que suene así pero había perdido la cuenta de las veces que Jae había entrado así de ¿triste? A la oficina y sólo había una respuesta… Su madre. Otra vez lo había dejado en la oficina sin llevarlo a casa. Seguramente tuvo algún compromiso más importante. —No me refiero a eso Jaejoong-ah.

—Sí, otra vez mi omma tiene una reunión de imprevisto. Así que no preguntes.

—Bueno creo que he terminado por hoy. —Guardé los documentos para terminar mi trabajo en casa. —¿Comiste?

—Ne.

Me acerqué a él y le revolví los cabellos.—Mentiroso… vamos a comer comida de verdad.

Sonrió para mí. —¿Comer comida?

—Ne, “comer comida de verdad” no esa simple ensalada que acostumbras.

—Hoy será pollo frito, ¿te parece bien?

—Ne. ¿Me comprarás helado?

Asentí. Y sí el helado era una tradición desde hace tres semanas.

—¿De vainilla?

—¿Me preguntas en serio?—Me los dijo abriendo mucho los ojos.

**

 

 

A Jae le encantaba la Vainilla. Salió del probador con los pantalones negros.

 

—Me puse los negros, creo que se ven mejor. Aunque es verano y el negro... hyung ¿qué opinas de estos? blanco o negro...

 

Diablos era muy sexi, tal como esperaba, mi mirada recorrió sus piernas y fue inevitable recordar mi sueño. —Mmm.. Deberías probarte los blancos, para que puedas decidir.

 

Con los blancos se veía mucho mejor, era como revivir mi sueño. Sus muslos apretados en mi cintura…

 

—Jae creo que los blancos se ven mejor.

 

Se sonrojó, regresó al probador y supe que fue demasiado.  Se dio cuenta de mi mirada, fue inevitable, pero no debía verlo así. Eso era pasarse de la raya.

 

Yunho, Yunho… es sólo un niño. Esa era mi conciencia hablando.

 

Pero ese niño te gusta. Y ese era mi subconsciente me traicionándome en seguida

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado y Feliz 2014 para todos y aún si lo leen después del 2014, igual les deseo lo mejor :)


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