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El latido de tu corazón. por katyka

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Notas del capitulo:

Bueno tengo que pedir disculpas por demorar un siglo en actualizar... *..*

¡MIHANE!

Mmm pero es que pasé por un bloqueo, creo que no les está gustando que la historia sea lenta... pero bueno los buenos romances se hacen esperar... en todo caso no se qué opinen...

 

2

 

Yunho

 

La semana transcurrió con normalidad. Mis turnos habían sido reasignados. Por lo cual tenía un poco más de tiempo libre.

 

El lunes siguiente a primera hora de la mañana me encontré la villa de la fundación. Era realmente grande, se veía muy lujosa. Pero no era lo que esperaba, realmente había mucho trabajo que hacer, había hecho bastante casi lo mismo que en el hospital pero sin descansos. Ya pasaban de las cuatro de la tarde y aún tenía que preparar una charla de socialización para conocer a los pacientes y presentar los casos conjuntamente con el psicólogo a cargo cuando una no tan familiar risa chillona llegó a mis oídos. Esperé a que se calmaran pero nada. Esperé un poco más y salí.

 

—Podrían hacer un poco de silen…cio.

Eran ellos dos otra vez. Hyun Joong tenía a Jae envuelto en una llave, inmovilizando sus manos por la espalda.

 

—Hyung, lo siento, no volverá a pasar. —Dijo soltándose del agarre.

 

—Bien. No creo que sea el lugar para que juegues con tu novio.

 

Lo analicé detenidamente, era alto, no parecía feo, pero miraba a Jae como queriendo comérselo. No quitaba las manos de Jae. Definitivamente no me agradaba.

 

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

 

Eran casi las 8 de la noche cuando salí de allí. No llevaba abrigo porque era un verano caluroso ya, así que aflojé mi corbata.

 

—Hyung… —el pequeño muchacho estaba sentado en una sala mientras bajaba su libro hasta su regazo.

 

—Jaejoong, ¿no es muy tarde para que estés aquí? ¿Sabe tu madre que sigues aquí?

 

—Si es tarde, pero hoy me quedo aquí un poco más. —Jugueteó con sus manos frente a él, un poco inseguro.—Me quería disculpar por lo de la tarde.

 

—Bien, bueno no fue tan grave. ¿Cómo es eso de que te quedarás? ¿Y tus clases?

 

Me miró con sus dos grandes ojos directamente. —Es que ahora estoy de vacaciones y suelo venir aquí a veces a ayudar a mi omma, pero sigue en una reunión.

 

Eso respondía mi pregunta. —Si quieres te puedo llevar a casa.

 

Me estaba ofreciendo a llevarlo… es que se veía tan solo leyendo. Y pues si iba a venir seguido era mejor conocerlo un poco más.

 

—No es necesario. Omma me llevará. —Recuerdan cuando su mamá les decía de pequeños que no hablen con extraños… Bueno en ese momento me sentí como el extraño.

 

—¿A qué hora sale tu omma de la reunión?

 

Una mirada un poco incómoda se apoderó de él, realmente no era que a mi parecer se veía solo, él se veía triste.

 

—No lo se, en una hora tal vez. —Su voz calmada me indicaba un poco de decepción.

 

—¿Ya comiste?

 

—No.

 

—Podemos ir a comer algo en lo que tu Min Sun-ssi sale de la reunión si quieres.

 

Asintió y envió un mensaje de texto… después de unos cortos dos minutos su MinSun-ssi salió del despacho en el que tenía su reunión. Jae se acercó a ella, después de unos minutos Min Sun –ssi se acercó a mí.

 

—Yunho-ssi, muchas gracias por llevar a Jae, la reunión va a demorarse un poco más de lo previsto.

 

—No se preocupe.

 

Acarició al brazo de su hijo y se despidió. Pero… no con un beso, ni con un abrazo…Un simple asentimiento, sólo un “adiós” y regresó al despacho.

 

—Hyung podrías esperarme… es que dejé mis cosas en la oficina de mi omma.

 

—Bien. Te acompaño.

Caminamos despacio hasta llegar a la oficina de su madre. Era un poco sobria y muy iluminada, con la misma foto que el Dr. Kim tenía junto al monitor de su computadora y una de la familia de Junsu.

 

—¿Jae qué edad tienes?

 

—17.

 

Seguí observando la foto. —Luces diferente. Incluso tu hermano no luce tan diferente.

 

—Mmm, en esa foto tengo como trece años. Y bueno Su debería tener como 21… fue hace mucho, no h cambiado

 

Pensé en ese momento que hace cuatro años yo estaba clavado en los libros. Mientras él se tomaba lindas fotos familiares.

 

—Una familia perfecta.

 

—Ese es  el objetivo de una foto. —Un tono un poco vacío hizo que levantara la vista. Él estaba completamente listo, y completamente lindo, ¿lindo?—Bien. Vamos.

 

 

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-

 

 

—Hyung… Hace calor… ¿qué deberíamos comer?

 

Entramos en mi auto para ir a comer una buena merienda.

 

—¿Qué se te antoja?

 

—Helado.

 

—El helado no es una comida… Y tengo mucha hambre.

 

—Pues… conozco un lugar… es de ajumma de Pungcheon que hace un Jangeo-gui realmente delicioso. Es un lugar un poco sencillo pero acogedor, realmente algo simple, aunque está un poco lejos, pero vale la pena, tal vez una hora de tráfico un poco más un poco menos, pero es realmente delicioso… Aunque no sé a mí me encanta y no he ido en mucho tiempo… ¿Qué tipo de comida te gusta Hyung?

 

Me había perdido en su pequeña conversación consigo mismo, sólo podía ver sus labios moverse… Y tal vez estaba un poco consciente de que Jae movía sus manos cuando hablaba. Pero me distraje otra vez, esos labios que se veían tan bonitos. Tan dulces… Aunque aparentemente era incapaz de entender lo que me querían decir ¿Su novio también se distraerá con sus labios cuando Jae habla?

 

Sentí un poco más de calor, en mi cuerpo.

 

—Eh… De todo…

 

—¿Entonces el Jaengeo-gui está bien?

 

—¿De verdad quieres comer anguilas asadas y picantes…?

 

—¿Qué tiene de malo? Las anguilas son buenas para el cuerpo.

 

Pensé en que lo dijo de forma inocente pero mi mente no lo procesó así. Claro, las anguilas son buenas para el “cuerpo”,  como cualquier otro afrodisíaco. Se sonrojó y desvió la mirada, ¿otra vez había pensado en voz alta? o tal vez por su comentario se sentía algo nervioso. Lo vi jugar con el broche del cinturón de seguridad sin poderlo insertar correctamente fue gracioso, sin querer estaba sonriéndole, apretó sus labios y por fin lo pudo insertar. La palabra lindo de instaló en mi mente como un anuncio de neón parpadeante. Sonreí sin que se diera cuenta… Antes de que se hiciera un silencio incómodo decidí cambiar de tema.

 

—Pensé que querrías ir a comer algo así como espagueti, pizza o quizá un poco de sushi… Es que ya sabes lo que elegiste es algo sencillo.

 

Realmente Kim Jaejoong era especial.

 

—Pero es delicioso… ¿Entonces, vamos?

 

—Eh, si dime la dirección.

 

La programé en el GPS.

 

Encendí el auto y el radio comenzó a sonar… Hizo un puchero mientras veía el radio mientras sus blancos dedos se movían ligeramente.

 

—Adelante, puedes sintonizar tú.

 

Una canción algo calmada y en otro idioma sonó en la radio, no soy bueno para los idiomas pero cuando Jae lo cantaba se escuchaba fácil.

 

La voglia di non ragionare ma vivere sempre disposto a rischiare e ridere...  riderne… la gioia di quest’attimo senza pensarci troppo solo gustandolo... le stesse storie e quei percorsi che non cambiano... quelle canzoni e le passioni che rimangono...  semplicemente non scordare...

 

Jaejoong se perdió en la canción y lo único que pude hacer fue escucharlo. Me había quedado en silencio, avanzando en medio del tráfico de Seúl, la luz roja de un semáforo me hizo detener y sin querer, pude ver como aquel niño acababa de cantar a la par de la música.

 

—Es raro escucharla aquí. Es buena…  —Después de que la melodía acabó, Jae se apegó a la puerta aún buscando algo nuevo que poner. Me miró fijamente. —¿Qué?

 

—Nada, es sólo que no entendí una sola palabra… Pero, lo hacías ver muy fácil…

 

Me sonrió —Más o menos.

 

Un pitazo por parte del conductor del auto detrás del mío me saco de mis pensamientos.

 

—¿Hablas muchos idiomas?

 

—Japonés fluido, un poco de inglés, aunque a veces se me olvidan algunas palabras. Y bueno puedo tener conversaciones limitadas en chino, francés e italiano.

 

Soplé un poco. —Debes ser una especie de niño genio.

 

—Un poco. —Me sonrió.

 

—Debes ir bastante bien en el instituto.

 

—Si un poco, pero la verdad no quiero hablar del instituto.

 

—¿Por qué?

 

—¿Quién quiere hablar del instituto en vacaciones? —me lo dijo muy divertido. Me sentí cómodo hablando con él.

 

Busqué cambiar de tema después de quedarnos en silencio por un momento.

 

—¿Siempre acompañas a tu madre a la fundación?

 

Se quedó pensando un momento, como si estuviese meditando su respuesta. —Bueno, la acompaño desde los 12 años, la idea era pasar más tiempo con ella. Pero…— se mordió el labio inferior. —No es que no me agrade ayudar en lo que puedo, pero me gustaría pasar más con ella.

 

Quise cambiar de tema otra vez al escuchar su tono incómodo. —¿No se supone que deberías dormir mucho y jugar en vacaciones?

 

Me sonrió otra vez —¿Debería dormir mucho y jugar en vacaciones? ¿Soy un niño?

 

—¿A no?

 

Entrecerró sus ojos. —Hyung… —el sonido de reproche en su berrinche me hizo reír con fuerza.

 

—Aigoo, tan lindo.

 

—No soy lindo.

 

—Lo eres.

 

Hizo un puchero a mi lado. Seguimos nuestro camino por media hora más mientras lo veía de lado. Su rostro lucía relajado a medida de que avanzábamos por el tráfico.

 

—¿Qué edad tienes hyung?

 

—27.

 

—¿Edad coreana?

 

—Si.

 

—Entonces me llevas 10 años...

 

Se quedó en silencio un momento. —¿Qué pasa?

 

—Es sólo que… me preguntaba si debería tratarlo como un ajussi.

 

Mi mente se quedó en blanco con esa palabra. Y de alguna forma no se sentía natural que Jae me hablara formalmente. Ese “debería tratarlo como un ajussi” no me agradaba. De ninguna manera.

 

—¿Ajussi? No soy un ajussi. Estoy en mis 20s. Puedes continuar hablando informalmente.

 

Sonrió a carcajadas. —Yah hyung, entonces yo tampoco soy un niño.

 

—Ok, entendí el punto.

 

—Tu cara de pánico fue divertida.

 

Continuó sonriendo hasta que llegamos al restaurante. Bajamos del auto y entramos a un local bastante sencillo, pero acogedor. Una ajumma bajita nos atendió.

 

—Aigoo, Jaejoongie vino a verme. Ya quería verte. Mis nietos han preguntado por ti.

 

Le dijo en tono cómplice.

 

—Buenas noches omonim.

 

—Buenas noches. —Saludé a su lado.

 

—Omo, has traído a tu novio. —Dijo mirándome con caidez.

 

—No, él no es mi novio. Él es Yunho hyung.

 

—Es un gusto verlos aquí. Siéntense. ¿Y Changmin, hoy no vino?

 

Preguntó la ajumma mientras servía dos platos de su especialidad.

 

—No. Changmin está viendo tantos partidos de fútbol que se le van a caer los ojos. Y anda comiendo todo el día.

 

La ajumma sonrió. —Ay ese niño, dile que no coma chatarra y que venga que le tengo listas sus tres porciones. Como le gustan.

 

—Se lo diré.

 

—¿Cómo están tu papá y Su? No pregunto por tu madre, porque en los periódicos luce realmente bien, parece una mujer imbatible.

 

Jae sonrió  un poco triste cuando escuchó la pregunta y su voz se escuchó apenas un poco más animada cuando respondió. —Papá está ocupado en el hospital como siempre y Su ya tuvo a su segundo bebé está muy feliz y ocupado estos días.

 

—Omo que bien, que alegría. Parece que fue ayer cuando su padre los trajo a escondidas de su madre a comer aquí, y ahora Junsu ya tiene hijos y tú vienes con tu novio, que apropósito es muy guapo.

 

Jae se sonrojó. —No, él es mi amigo.

 

—Sí como sea. —La ajumma me guiñó un ojo. Ahora era mi turno para sonrojarme. Después se acercó con dos platos dejándolos en la mesa. Un par de muchachas entraron. —Listo muchachos los dejo para que sigan en su cita.

 

Sin esperar una respuesta se fue a atender a las dos muchachas que entraron.

 

Jae sonrió frente a su comida. —Hyung, pruébalo, es realmente delicioso.

 

—Se ve bueno. —Me metí el primer bocado y realmente estaba delicioso.

 

—¿Qué tal? ¿Te gustó?

 

—Sí. Creo que pediré una segunda porción.

 

Continuamos comiendo, pero ver cómo todos trataban tan bien a “Jaejoongie” me causaba curiosidad. Me agradaba por alguna razón él era cálido. ¿Cuándo fue la última vez que conocí a alguien así? Nunca.

Me pregunté cómo es que el Doctor Kim podía tener un hijo así.

 

Seguimos la comida casi sin hablar. Estaba realmente delicioso. De repente mi vejiga me recordó que existía y que no había ido al baño desde el medio día.

 

—Jae ya regreso.

 

Asintió mientras seguía comiendo. Me entretuve un momento en el baño desocupándome, lavé mis manos y arreglé un poco mi camisa. Cuando salí Jae estaba con las dos muchachas que habían entrado después de nosotros.

 

—Ajummoni. ¿cuánto es?

 

—¿Vas a pagar, Yunho-ah?  —Asentí con la cabeza.— Son 15. 000 wons.

 

Saqué el dinero y se lo entregué. —Aquí tiene.

 

Me entregó el cambio. —Sabes, ustedes dos haría una linda pareja.

 

Me quedé mirándola un poco confundido. ¿Linda pareja? Pero si lo acabo de conocer. Está bien era lindo pero nada más. —Gracias. —Hice una pequeña inclinación con mi cabeza y fue a la mesa en la que Jae estaba.

 

Cuando me acerqué vi como las manos de Jae estaban dobladas en un puño sobre su muslo. Parecía un poco tenso.

 

La chica más bajita habló con un tono raro. —La pasamos muy mal por tu culpa. 

 

La más alta le habló después en reclamo con un tono muy chillón. —Por tu culpa suspendimos dos materias.

 

—Ya basta. No fue mi culpa, ustedes iniciaron.

 

La más bajita volvió a hablar. —No se quién te crees. Pero me las vas a pagar. Eres como una perra Jae ¿lo sabes? Una perra que ha conquistado con a todos con su cara de yo no fui.

 

Vi como la más alta cogía el vaso de jugo que estaba sobre la mesa y empezaba a virarlo sobre Jaejoong, cuando mi mano por instinto la detuvo. —Basta.

 

Ella volteó con su cara enrojecida. —Suéltame.

 

La otra muchacha me miró de pies a cabeza. —No me digas… Otra de tus conquistas. ¿Estás en celo, acaso?

 

—Basta a las dos. —Le quité el vaso a la muchacha y lo dejé sobre la mesa.— Ustedes dos, váyanse. No tienen por qué molestar a Jae.

 

Las muchachas no respondieron, miraron a Jae de forma amenazante. —Ya arreglaremos las cosas. —La más pequeña le dijo mientras me dirigía una mirada llena de rabia. Y de mala gana se fueron.

 

—¿Estás bien?

 

—Sí. —Jae se paró un poco enojado.— Hyung llévame a casa. Por favor.

 

Asentí mientras lo seguía. No hablamos durante las dos cuadras que recorrimos antes de llegar a mi auto. Lo abrí y entramos. Pero su humor seguía negro.

 

—Jae… ¿Por qué…? ¿Quiénes eran?

 

—Me odian, no lo entiendo. Pero ya me tienen cansado.

 

—Pero…

 

—Hyung, no importa. No quiero gastar mi noche hablando de ellas.

 

De alguna forma me sentí incómodo viendo de mal humor a Jae.

 

—Espérame un momento. No me demoro.

 

—A ¿dónde vas?

 

—Espera.

 

Bajé del auto avanzando con rapidez hasta ese local que había visto mientras seguía a Jae hasta el auto… Entré y una muchacha me atendió.

 

—Puedo ayudarle en algo.

 

—Deme uno de esos.

 

Señalé a la vitrina delante de la muchacha.

 

—De qué sabor. —Pensé en Jae y en qué sabor le gustaría. Sonreí al ver uno que me recordó al color de su piel.

 

—De vainilla. ¿Puede ponerle una cereza encima?

 

La chica asintió.

 

—Gracias.

 

Después de pagar y salir del local. Fui hasta el auto yendo con cuidado y al mismo tiempo con prisa. Esquivé un par de personas con las que casi choco.

De repente dos cuadras parecían un poco lejos. Cuando llegué. Golpeé el vidrio de Jaejoong con mi mano libre. Su sonrisa radiante me dijo que había hecho lo correcto.

 

—¡Hyung! No debiste.

 

Me dijo extendiendo su mano para coger el cono de helado que me había dicho que quería comer como merienda.

 

—Si no lo quieres lo devuelvo.

 

—Ya lo has traído aquí. Es mi obligación comerlo.

 

—Entonces es todo tuyo.

 

Sonrió del modo que me acababa de dar cuenta que hacía que mi corazón se sintiera vivo. Rodeé el auto para entrar en él, sintiendo que el humor de Jae había cambiado.

 

—¿Por qué elegiste vainilla?

 

Me quedé pensando en mi “razón” para elegirlo. Sentí un poco de calor en mis mejillas, ojeé el espejo de la puerta y mi cara parecía un poco roja. Intenté darle una mirada inocente mientras levantaba mis hombros. —Intuición.

 

—Tienes muy buena intuición, es mi sabor favor favorito.

 

—¿Quieres un poco?

 

—No es necesario.

 

—Bien, porque no te iba a dar. —Me sacó la lengua. Para seguir comiendo. —Sabes hyung, me siento cómodo contigo.

 

—Yo también.

 

Y sí estar con Jae era cómodo. Desde cuándo conversar con el hijo del jefe, al que acabo de conocer prácticamente, es algo tan cómodo.

 

Sacudí mi cabeza mientras lo llevaba a casa. El camino siguió entre bromas.

 

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

 

 

Llegamos a una de las zonas más lujosas de Seúl, al ver cada casa, realmente me tenía que esforzar para no abrir de más la boca, eran preciosas, casas gigantes que guardaban un toque de arquitectura moderna. Tuve ese sentimiento de incómoda familiaridad con el lugar.

 

—Aquí es Hyung —dijo Jae desabrochando su cinturón.

 

—De modo que aquí vives.

 

Por un segundo sentí que estaba en casa de mi papá... Al cual no había visto desde hace mucho, y que aunque no le deseo el mal, realmente no tengo ganas de verlo ahora.

 

—Ne, es mi  casa. Gracias por traerme Hyung.

 

—No te preocupes...

 

—Bueno, me voy —dijo Jae saliendo del auto.

 

Me despedí... Y arranqué. Aproximadamente dos minutos después mi móvil comenzó a sonar.

 

—Yunho ah ¿Dónde estás?

 

La voz de heechul resonó en la amplificación de mi auto.

 

—Acabo de dejar a Jaejoong en su casa y ahora voy a la mía.

 

—...

 

—¿Heenim sigues ahí?

 

—Sí, Yunho... alcánzanos a Siwon, Yuri y a mí  en el bar de siempre.

 

—Es que estoy cansado.

 

—No seas aburrido. ¿Qué turno tienes mañana?

 

—Tengo que ir en la tarde, pero estoy muy cansado.

 

—Pareces un ajussi...

 

—No soy un ajussi. Sólo estoy cansado.

—También estoy cansado y no pregunté si podías venir, dije que nos alcanzaras allí en el bar.

 

—Pero... -me interrumpió de forma estridente. Tuve que bajar el volumen de la amplificación.

 

—Sin peros ajussi, nos vemos allí. —Y colgó sin esperar otra respuesta.

 

Giré el volante hacia la derecha, para ir a mi departamento y una moto salió disparada de la nada....

 

—¡Ajussi!¡conduce como la mierda!

 

Me quedé sin palabras... ¿Ajussi? Creo que necesito dedicarme más tiempo a mí mismo. Mis pensamientos me están traicionando. No soy un ajussi, es decir estoy un poco cansado es todo. Decidí ir al bar a reunirme con Heechul.

 

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

Jaejoong

 

—Hola casa…

 

Entré en los oscuros pasillos de mi casa, en la que ni la señora que se encargaba del aseo estaba, fui a la cocina a beber un poco de agua. Después fui directo a mi habitación. De algún modo Yunho hyung me ayudó a estar de mejor humor después de encontrarme con ellas.

 

Eché un vistazo a cómo me veía… No era bueno lo que el espejo me mostraba, por lo que fui a la ducha directo a tomar un baño.

 

Todo había pasado muy rápido, por un momento pensé que no le caía bien a Yunho hyung, es que de tantas veces que me ha encontrado jugando con Hyun Jonnie va a pensar que no soy alguien que sabe cómo comportarse.

 

Encendí mi ordenador y revisé mi perfil personal, había un mensaje de  Bo Ah.

 

**Hola Joongie…

Felicítame. Lo logré. Estoy dentro de Juliard, por favor cuida a Changmin.

Los extraño mucho, y tengo que quedarme ahora para acoplarme al idioma, ¿sabes? La gente aquí no es mala, pero son demasiado indiferentes, no es igual a estar en casa con ustedes. No es un mensaje de despedida, sólo estoy avisando que me demoraré en regresar… un poco. Mejor ven a visitarme. J

 

Te quiero mucho Jae. Y también te extraño.

 

Me pegué al respaldo, para contestar.

 

** Hola…

¿Otoke? ¿Debería hablar en inglés desde ahora?

Cuidate mucho y da lo mejor de ti. No te preocupes que yo me encargo de Changmin J, por favor escríbeme siempre. Y estaré allí cuando menos te lo imagines así que prepárate.

 

Cuidate mucho BoAssi…

Te quiero mucho.

 

 

Pulsé el botón de envío. Estiré un poco mi cuello y una llamada a mi móvil me hizo girar mi cuello en un ángulo extraño y doloroso.

 

—Hola…

 

—Jae… Bo Ah se quedará allá. Ya lo sabes ¿no?

 

—Si acabo de enterarme. ¿Cómo te sientes?

 

—Bien, por no haberla retenido.

 

—¿Sólo eso?

 

—Si quieres que te diga que tengo cargo de consciencia por sólo haber pensado en decirle que se quedara, estás equivocado, así como tampoco voy a aceptar que la extraño. No lo voy a hacer. No voy a aceptar que a pesar de que estoy feliz por ella también estoy triste…

 

—Bien, al buen entendedor pocas palabras.

 

—Así me gusta. ¿Y cómo te fue?

 

—Bien. Fui a comer con mi hyung…

 

Changmin me interrumpió con la voz un poco irritada.

 

—Jae… debes dejar de salir con Hyun Joong, no me agrada. ¿De verdad no te das cuenta de cómo te ve? Es un hipócrita.

 

Changmin me confirmó una vez más su “amor” por Hyun Joongah.

 

—Oye, no le digas así. Es mi hyung, sólo le falta mi sangre para que seamos hermanos por completo. Pero no…

 

Era cierto él era casi mi hermano.

 

—No Jae ese no es amor de hermanos.

 

—De mi parte lo es.

 

Ya estaba cansado de eso, todos me lo decían, pero uno puede tener un mejor amigo sin necesidad de enamorarse.

 

—De la suya no… y no me da confianza.

 

—Pero yo confío en él. No conocemos desde que…

 

—Sí ya se, te conoció desde que naciste porque él ya tenía cuatro años desde que lo conociste, bla, bla, bla…

 

—¡Yah Changmin! Mejor dejemos ese asunto de lado.

 

—Por lo menos te llevó sano y salvo a casa, eso ya es algo.

 

Seguía diciendo tonterías y aparte no me dejaba hablar.

 

—¡No! Yunho hyung me llevó a comer.

 

—¿Yunho? El médico…

 

Su tono fue notablemente más despreocupado cuando me preguntó por Yunho.

 

—Sí…

 

—Bueno eso cambia las cosas, ¿disfrutaste tu comida? ¿sólo comieron o se comieron?

 

No puede ser, ahora ¿se burlaba?

 

—¡Yah! Nada de eso omma no me pudo traer a casa, papá está de turno así que Yunho hyung me levó a comer y tuve un mal encuentro con Sunny y Yoona.

 

—Y qué hicieron.

 

—Nada, bueno lo de siempre, que se van a vengar que yo tengo la culpa de todo, pero ¿sabes?, Yoona trató de regar mi jugo sobre mí, pero Yunho la detuvo.

 

—Qué manía tienen por desperdiciar la sagrada comida.

 

—¡Yah! ¡te estoy contando sobre un atentado hacia mí y tú piensas en lo malo que es desperdiciar comida!

 

—Ok entonces te diré lo que quieres escuchar. —Su tono cambió a uno de exagerada emoción.— ¡Omo! ¡Jae has encontrado a un héroe! ¡Pali, pali conquístalo! ¡omo! ¡Yunho es lo máximo por defenderte de esas arpías!

 

—Oye. Eso no era lo que quería decir.

 

Después de una carcajada de su parte, de que mis mejillas se acaloraron, su tono cambió al normal.

 

—Lo siento, pero debes dejar el drama, yo de ti las hubiera  arrastrado de los pelos.

 

—No es mi estilo.

 

—Ya se, no discutes con personas que no estén a tu nivel intelectual. Está bien ya… voy a dejar de molestarte y antes de que me cuelgues porque no vamos a discutir mejor me despido. Adiós.

 

Me confundió, me dijo tonto o se dijo tonto.

 

—Adiós.

 

Y colgó. Era divertido, pero me sacaba de mis casillas a veces.

 

Un mensaje llegó.

 

**Yah! Se me olvidaba. QUE SUEÑES CON TU PRÍNCIPE VALIENTE :3

 

Mi cara se puso roja aunque no sabía bien si fue por el enojo o por que insinuaba que yo era la damisela en apuros.

 

Fui a mi cama listo para dormir, mañana iría a casa de Su para ver cómo estaban mis sobrinos. Y para acompañarlo.

 

 

Notas finales:

Gracias por leer :)

 

Espero sus comentarios y/o/u quejas ;)


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