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Intercambio de cuartos. por KyuHyunnieHae

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Notas del fanfic:

Para retribuir mi falta, les traje este fic :c

lo subi primero a fb... pero no sé :c nadie me escribió nada

Mandenme rvw ;; <3 Los amo. 

Notas del capitulo:

A leer <3 2MIN 2MIN 2MIN

Llevaba observando a ese chico casi toda la hora de receso desde que supo que tendría que compartir habitación con él. No le agradaba en nada, y todo por culpa de su primo que le imploro que por favor cambiaran de habitación para poder así seducir a su mejor amigo. Tuvo que acceder a regañadientes ya que el maldito de DongHae conocía todas sus mañas y puntos débiles por lo que, si se negaba, publicaría en todo el instituto que se masturbaba con una foto de Ema Watson, y eso no podía ser, tenía una reputación que cuidar; nadie podía enterarse que se tocaba por una chica que nunca en toda su existencia tendría.

Frunció el ceño cuando recordó las palabras amenazantes del mayor por cambiar con urgencia de habitación esa noche. Sabía que su primo le tenía ganas a KyuHyun, pero también sabía que su mejor amigo sentía algo por su primo, así que le haría un bien a ambos el dejarles la habitación para sus cochinadas.

Si bien era cierto que TaeMin, tenía dieciséis años conocía suficiente sobre el sexo, tanto heterosexual como el que su primo y amigo preferían, había tenido unas cuantas novias y compartido cama en sesiones aburridas de sexo que no lo complacían en nada, pero tampoco es que tuviera mucho interés en el tema. La verdad, le daba igual. No era un desesperado como DongHae. 

El receso acabó y observó como su primo y el chico con el que compartiría habitación se marchaba camino al pasillo, supo entonces que debía ir por sus cosas antes de que Kyuhyun le atacara con preguntas de por qué lo dejaba esa noche. 


Odiaba vivir en ese establecimiento, los horarios de clases, e incluso los talleres que partían a las seis de la tarde, puesto que las clases terminaban a las cuatro. Había terminado el taller de música que le había tocado y tenían descanso antes de que se fueran a sus habitaciones. Y allí iba él, casi corriendo hasta llegar a la habitación que compartía con su mejor amigo para tomar su bolso y echar lo necesario. Pijama, ropa limpia y útiles de aseo... ¡Ah! y también el celular y los audífonos. 
Salió lo antes posible de la habitación cuando tuvo todo listo; ese era el sector B del internado, donde aguardaban los chicos desde quince a diecisiete años, KyuHyun estaba en el límite. Ahora él iba camino al sector A, donde estaban los mayores de dieciocho, hasta los veintiuno, pues muchos habían quedado repitiendo cursos, pero no sobrepasando esa edad. 
Su primo le había dicho que su compañero tenía veinte y eso le hizo reír.

"Vaya, así que compartiré habitación con un inepto"

Sonrió para sus adentros. Muy bien que conocía algo de ese chico, era alto, de ojos saltones y moreno. Era guapo, si, nadie lo negaba, pero a Taemin no le agradaba, por la razón de que algunos de sus amigos habían terminado con trastornos depresivos luego de que aquel bastardo -como lo llamaba el-, jugara con ellos, aunque debía admitir que hubo un tiempo que sí se intereso en él, pero eso TaeMin lo daba por olvidado.
Choi MinHo tenía una reputación increíble en el internado, simplemente por ligarse con chicos, con cualquiera que se le cruzase. TaeMin no entendía por qué, era solo un chico, arrogante, brusco y violento, eso es lo que sabía por lo que DongHae y KyuHyun hablaban de él, después de todo MinHo y su primo eran mejores amigos y conocido de su compañero de habitación. Bueno... Cho KyuHyun conocía a la mitad de los chicos del establecimiento.

Sacó la llave, que le había entregado DongHae, del bolsillo de su pantalón para ingresar a esa habitación, ignorando las miradas que le indicaban los chicos más grandes, casi matándolo por estar en ese sector, pero a él poco le valía.

Ingresó notando de inmediato que allí, todo era un caos, sobre todo el sector que dedujo era de su primo.

"Este idiota nunca aprenderá" Pensó con el ceño fruncido al dejar su bolso cerca de un mueble para empezar a ordenar la cama del mayor, agradeciendo que su compañero aún no estuviera allí, aunque aquel pensamiento se esfumó cuando escuchó el agua de la regadera.

MinHo estaba tomando una ducha.

Cerró los ojos y suspiró con pesar e inevitablemente relamió sus labios al oír el agua correr, imaginándose como el agua bañaba el cuerpo bronceado de Choi, pero mierda, se suponía que no le agradaba.

— Concéntrate, Taemin... —Se regañó quedito cuando cayó en la cuenta de lo que estaba pensando; incluso recordó los días en que había mostrado interés en MinHo, pero este lo había ignorado y se había liado con un amigo muy cercano, con Kai. Aquello fue un golpe bajo, pues su supuesto amigo sabía de su interés hacia el moreno.

Su lado heterosexual le recalcaba a gritos que no era correcto sentirse atraído por MinHo y su subconsciente lo apoyaba, pero ¡Vamos! es Choi MinHo, el chico más guapo dentro de aquel estúpido edificio sin mujeres y debía admitir que le urgía un poco de calor y contacto corporal. Esta era una oportunidad, ¿no? Después de tanto tiempo con abstinencia y saciando todos sus placeres con la diestra. Tal vez ahora podría disfrutar de una sesión de sexo bien hecha.... ¿No?


Suspiró. A él no le iban los hombres, y mucho menos ese Choi.


Se tumbo sobre la cama y cerró los párpados hasta que los movimientos en la ducha cesaron, entonces la curiosidad no pudo con él y le obligó a buscar en la habitación a Minho.

— Llegaste rápido...

Su voz sonó tan grave que TaeMin sufrió un estremecimiento, aún más cuando observó el cabello, rostro y torso húmedo del alto, y como las gotas se resbalaban por su cuerpo y abdomen, terminando por desaparecer en esa toalla alrededor de las caderas del moreno. 

Como le gustaría ser una de esas gotas y resbalarse por su cuerpo hasta desaparecer justo en su cadera. Debía admitir que en esas fachas, Choi MinHo mataba. 


Se acomodó sobre la cama apoyando la espalda en el respaldo para luego flectar una de sus piernas y descansar un brazo en el, viéndose totalmente despreocupado y desinteresado por el alto, quien inmediatamente comenzó a hurgar en el mueble cercano a la otra cama alguna prenda para cambiarse.
Taemin siguió sin responder.

— Por un momento creí que DongHae había fracasado en el intento por cambiar habitación contigo -Choi pasó una playera gris sobre su cabeza para luego sentarse sobre la cama y poder colocarse unos bóxer oscuros, cosa que hizo que inmediatamente TaeMin desviara la mirada.

De un momento a otro empezó a entrar en calor y eso lo enojó, más cuando algo en él le decía que era por culpa de Choi.

— La verdad... —carraspeó la garganta volviendo la vista al alto, cambiando la pose sobre la cama al ver a un despreocupado Minho ya tumbado sobre el mueble, al otro extremo de la habitación con ambos brazos tras su cabeza y observándole con una media sonrisa en los labios— no me quedo de otra. —Agregó, volviendo la vista al frente.
— Era de esperarse si te amenaza. ¿Por qué Ema Watson?

TaeMin abrió los ojos al oír la pregunta del moreno, aturdido. El idiota de Hae le había contado a MinHo algo que mantenía oculto y lo avergonzaba.

Maldijo el día en que estaba en su cuarto con la foto de su amor platónico cuando DongHae entró sin aviso, pillándolo con las manos en la masa. De no ser así, ahora estaría en su habitación, sin importarle el lío amoroso que llevaba con KyuHyun. A él le importaba una mierda.

Emitió un pequeño quejido echando su cabeza hacia atrás, chocando con la pared, escuchando como Minho reía por el sonrojo que había inundando las pálidas mejillas del castaño. Algo que lo pillo desprevenido. 
Acostumbraba sonrojarse... y mucho.

Lee no respondió, tan solo revolvió sus cabellos para luego ocultar su rostro tras sus palmas, avergonzado.

— Yo creo que las mujeres de acá, son más guapas que las extranjeras —agregó MinHo para alivianar el ambiente donde el castaño se moría de la vergüenza, más solo obtuvo el silencio del menor. Era mejor cambiar el rumbo de la plática.

Suspiro nuevamente deslizando las manos por su rostro, sintiendo un peso extra en la cama. Para cuando tuvo la mirada libre, observó al alto sentando frente a él, en su ahora, cama.

Chasqueo la lengua y volvió a suspirar.

— No sé porque te esmeras en hablar conmigo, solo vine a pasar la noche, nada más que eso.

El moreno curvó una sonrisa en los labios por las palabras de Taemin, acercándose un poco más a él, al verlo con la guardia baja.

¿Pasar la noche? Eso se podía interpretar de muchas formas, sobre todo diciéndolas frente a MinHo. El caliente de mierda de aquella institución. 

— Entonces, ¿Quieres que vaya directamente al grano?
— ¿Ah?

Taemin no entendió a que se refería Choi cuando éste habló, aunque aquello no fue necesario pues rápidamente las manos del alto tomaron sus piernas y lo jalaron hacia él, deshaciendo la pose de TaeMin sobre la cama. MinHo tomó lugar entre las largas piernas del castaño, colocando ambas manos a los costados de la cabeza de este, sonriéndole mientras Taemin fruncía el ceño al verse bajo el cuerpo del moreno. No era justo, el no tenía tanta fuerza ni mucho menos, buenos reflejos.

— Q... Quítate —espetó Lee titubeante y asustado por la mirada amenazante del alto, empujándolo desde el pecho, pero MinHo a penas sintió esos pequeños golpes. Le tomó de las muñecas para ubicarlas sobre su cabeza, ejerciendo presión contra la almohada. 
— ¿Por qué no me habías dicho que estabas celoso de que yo saliera con Kai? —preguntó con voz grave, muy cerca del rostro del castaño, logrando que este temblara por su tono de voz y por la pregunta. ¿Cómo sabía él? 
— N-No... No es cierto… —susurró desviando la mirada, como siempre que mentía. Su forma de ser introvertida volvió a flote al recordar ese incidente que solo logro que Kai saliera lastimado y su amistad desapareciera—. ¿Quién mierda inventó eso? —volvió a la vista hacia él, pero su tono de voz seguía siendo suave, amenazándolo con titubear, cosa que pudo evadir.
— Kai lo dijo, cuando lo dejé. Creyó que lo hacía por ti —sonrió—. Y la verdad... no miente.

Choi inclinó su rostro al del castaño, aprovechando su perplejidad para besar de forma fugaz los labios de TaeMin, quien aún estaba sorprendido y confundido.

¿Choi Minho mostró interés en él? ¿Cómo mierda nunca lo supo?

Cerró los ojos cuando sus labios se vieron libres, con fuerza, tratando de no creer las palabras que MinHo le decía, pero era inútil, más cuando el aliento caliente del moreno chocaba contra su rostro, inundando sus sentidos. 

— Eres un idiota... —otro suspiro escapó de la boca de Lee evitando así sentirse más nervioso—. No caeré en tus juegos —entrecerró sus ojos—. Es cierto que mostré interés en ti alguna vez... Que quizá sí sentí celos... —a medida que hablaba el agarre en sus muñecas que MinHo tenía contra él se hacía más suave, y él lo agradecía—. Pero ya no es así. ¡Ni siquiera me gustan los hombres, Choi! —el tono de su voz se alzó, para convencer al moreno y de paso convencerse a sí mismo que a él solo le interesaban las mujeres. 

El alto bufó por lo bajo y sostuvo ambas muñecas del castaño con la zurda mientras la diestra descendía por el cuerpo delgado de Lee para acabar en la altura de su vientre, donde alzó un poco su playera y acaricio la piel de su abdomen con sumo cuidado, logrando que Taemin se tensara bajo su cuerpo por el atrevimiento que tuvo el otro al tocarle sin su permiso. Aunque en cierta forma, la manera en que MinHo le acariciaba el abdomen, le gustaba. 

— No te creo —la sonrisa que en ese momento adornaba las carnosidades labiales de Minho era encantadora. TaeMin sufrió un estremecimiento inevitable en su cuerpo a causa de su mirada y esa sonrisa.

Sentía que su cuerpo cedía ante los encantos del mayor, cegando sus sentidos al inundarlo de deseo.

MinHo era increíble. Solo por el hecho de hacerlo sentir así, de esa manera., tan caliente y tan asustado, le hacía desearlo más, pero en el fondo sabía que eso estaba mal, demasiado mal. 

— No puedo dejar pasar la oportunidad de tenerte aquí, aún si DongHae me matara... —MinHo acercó su rostro al de TaeMin para depositar besos en la extensión de su cuello hasta el mentón, donde propinó unas mordidas, logrando que el castaño cerrara sus ojos, pero con las palabras de Choi rondando su cabeza.

¿Qué tenía que ver su primo allí?

— Hm... —reprimió un jadeo al desplegar los labios al momento de sentir una vez más el aliento del moreno chocar con su rostro—. ¿Qué... tiene que ver DongHae? —espetó en un murmullo sintiéndose una vez más, nervioso.
— El me tenía prohibido acercarme a ti — el alto soltó las muñecas de Taemin para poder acariciar de mejor manera la cintura del contrario, hasta las caderas, muslos y viceversa, cosa que en parte no molesto a TaeMin, pero lo hizo removerse, inquieto—. ¿Por qué crees que me acerqué a tus amigos? Quería ver si tú eras capas de acercarte. Yo sabía que una vez tuviste interés en mí, pero pensé que harías algo, por lo menos para encararme por fastidiar a tus cercanos —sonrió, y por inercia Taemin frunció el ceño. 

El tiempo que él había mostrado interés en Choi, su primo, Kyuhyun y Kai eran los únicos que sabían, pero no estaban de acuerdo, preferían mantener la imagen de Taemin como estaba, y no confundirlo con temas homosexuales y morbosos que Choi tanto conocía, a excepción de Kai que lo engañó, pero ese era un tema aparte.

A pesar de conocer la reputación del moreno y recordar lo poco que le agradaba, le encantaba sentirse así con él, no podía negarlo, y mucho menos decir que no le agradaba la idea de que el alto mostrara tanto interés en el.

Habían cosas que carecían de sentido, pero esta no. Si MinHo había salido con sus amigos era porque netamente tenía interés en TaeMin, pero como no podía acercarse a él, buscó la manera de que fuera diferente... Que Taemin corriera hacia él, pero DongHae y KyuHyun no se la dejaron fácil. Hablaron muy mal del moreno, muy mal, y eso era extraño viniendo de Lee mayor, después de todo era el mejor amigo del alto, pero los lazos de sangre siempre iban a ser más importantes que otra cosa.

Se mordió los labios y ahogó un jadeo cuando los dedos de Minho rodearon sus pezones, apretándolos mientras el alto surcaba una sonrisa torcida en los labios, logrando que el castaño sintiera un escalofrío recorrer su columna.
Taemin dejó sus manos sobre la playera gris del alto, atrayéndolo a su cuerpo, observando a Choi detenidamente. 
Inevitablemente volvió a sentir algo por ese hombre, aunque cuando sentía un odio infundado hacia su persona, sin embargo ahora solo tenía cabeza y sentidos para desearlo.

— Vamos a ver si me haces cambiar de opinión —murmuró con un poco más de confianza y menos nerviosismo—. Qué tan bueno eres, Choi MinHo.

El moreno tomó del trasero a TaeMin y se acercó lo suficiente a su cuerpo como para que sus entrepiernas se frotaran por sobre las prendas, mientras el alto se entretenía devorando los labios rosas y apetecibles del menor. Mordiendo, succionando y jalando estos sin miramientos, sacando jadeos por parte de ambos, más de Lee cuando el moreno invadió la cavidad bucal del castaño, enlazando su lengua con la ajena sin descanso, transformando el beso en uno más profundo y necesitado.
Las manos del castaño fueron a parar a los cabellos del mayor, enredando sus dedos en cada hebra de cabello, mientras suspiros se ahogaban en la boca de este.

Se tocaban, se acariciaban y jadeaban sin cesar dentro de sus bocas, hasta que el oxígeno se hizo escaso y tuvieron que separarse. MinHo con una sonrisa y TaeMin con los labios brillantes y rojos por culpa de los dientes del alto que se clavaron varias veces en el. 

— ¿Cambiaste de parecer? —preguntó con voz grave mientras trataba de desabrochar el pantalón ajustado que TaeMin traía—. Te conviene estar conmigo, que desquitarte solo con tu diestra, ¿no? —curvó una sonrisa burlona, la cual Lee interrumpió con un beso rápido.
— Yo no comparto, Choi. Si me gusta mucho el sexo contigo, olvídate que voy a dejar que andes tras los traseros de tus compañeros o los míos.

Y ahí estaba el Taemin confianzudo y directo, el que decía lo que pensaba sin esconderse... Tal como Kibum, -su amigo de fuera del internado-, le había enseñado a ser. El rubio y Kyuhyun eran sus más cercanos y de los cuales más había aprendido para sobrevivir en ese asqueroso lugar de internado. De Key había aprendido a ser directo, sin miedos y conocedor de temas como este; de Kyuhyun había aprendido a sacar a flote el lado rudo que le serviría en muchas ocasiones y a utilizar su rostro inocente para conseguir cosas a su favor. Ahora podía utilizar sus enseñanzas.

Sonrió. Más al ver el rostro que colocó Choi al oír sus palabras, se notaba conforme y a gusto. Después de todo, MinHo había querido poseer ese firme y delicioso trasero hace tiempo, solo que no había tenido la oportunidad. Había sido buena idea convencer a DongHae de ir tras Kyuhyun, aún cuando prometió no tocar a Taemin.... pero su autocontrol era débil, así que solo se dejo llevar, después trataría de que Lee mayor no se enterara o que no lo matara. 


MinHo desabrochó los pantalones de Taemin, mientras este se quitaba la playera que traía, lanzándola lejos para luego alzar las caderas y ayudarle. Choi desabrochó la hebilla de aquel cinturón para poder quitarle por completo aquel obstáculo que cubría las largas y entalladas piernas de Taemin. Para cuando ambos estuvieron sólo con la ropa interior sobre sus cuerpos, el alto volvió a tomar lugar entre las piernas del menor, friccionando nuevamente sus caderas sobre las de Taemin, logrando que ambos sexos crecieran por la excitación que eso provocaba.

La ropa sobraba y ellos lo sabían por la que no demoró en desaparecer, la mayoría de esta.

— Siempre creí que así te verías mucho más apetecible, y no me equivoqué... — musitó Choi al momento de separar las piernas del castaño para tomar lugar entre estas una vez más. Lee se irguió apoyando una de sus manos en la colcha para tomar impulso y rodear el cuello del alto con su mano libre, quedando muy cerca de su rostro.
— Eres un pervertido de mierda —murmuró en el momento que Minho tocaba su trasero y apretaba siempre y cuando sus manos se lo permitían. Disfrutaba de él.
— No sabes cuánto —confesó, acercando el rostro al cuello del menor para lamer ese sector hasta el lóbulo de su oreja, ganándose un pequeño gemido por parte de Lee—. Me calientas tanto, Taemin. —susurró cerca de su oído, dejando que su respiración se hiciera pesada para estremecer de esa manera al castaño. Algo que dio resultado, pues las manos del menor fueron a dar inmediatamente a la espalda ancha de Minho, donde sus dedos se enterraron en esa piel morena y caliente al tacto.

Los labios de Choi atacaron el cuello del menor hasta su rostro, donde se entretuvo lamiendo y mordiendo ese par de labios en el momento que recargaba su cuerpo contra el de Taemin, paseando sus manos por su vientre y torso para terminar por acariciar los pezones de Taemin, que increíblemente, esta vez, se sentían fríos.

— Ahm.... —Lee emitió un ligero gemido cuando el moreno comenzó a apretar y acariciar sus pezones, sintiéndose más acalorado. 
En ese momento la lengua húmeda y experta de Minho se coló en su boca, encontrándose con la suya en una danza furtiva donde el exceso de saliva se hizo presente provocando que hilos de aquel líquido se escurrieran por sus comisuras y sonidos húmedos se escucharan a causa del jugueteo de labios y sus lenguas, acompañando ese caliente y electrificarte momento. 

Minho acarició los muslos del menor sobre la ropa, chocando sus caderas sobre las del más bajo, manteniendo el beso rítmico y profundo al embestir una y otra vez su lengua con la ajena, logrando que Taemin gimiera en más de una ocasión, arañando levemente la espalda del mayor dejando marcas tenuemente rojizas por la presión, cosa que causó en el alto quejido que escapó de sus labios y terminara estampado en la boca del castaño, aprovechando el momento para recobrar el aliento perdido entre suaves suspiros al tomar un poco de distancia por la torpeza que tuvo el beso.

Se observaban con los ojos entrecerrados y unas sonrisas ligeras al tiempo que ambos se acariciaban sin descanso. Minho aprovechó eso para pasear sus manos sobre el suave abdomen del castaño hasta el borde de la ropa interior donde se detuvo, demasiado deseoso de él. 
Taemin suspiraba y se mordía los labios ante el estremecimiento de su cuerpo. Era la primera vez que sentía ese tipo de excitación con un hombre y le resultaba realmente delicioso, más por el simple hecho de que hace bastante tiempo que no tenía ese tipo de contacto piel contra piel. 
Llevó su diestra a acariciar el abdomen del mayor mientras la zurda volvía a la nuca del moreno para acercarle a besar. Delineaba los músculos de su abdomen con sus dedos en descenso hasta toparse con el filo del bóxer de MinHo, sintió curiosidad y el impulso de bajar un poco más y así hizo, encontrándose con el bulto sobresaliente y extremadamente duro del miembro del moreno. Reprimió un jadeo ante la sorpresa, ya que era totalmente diferente palpar una longitud ajena. Acarició con sus dedos y MinHo siseo al instante, y aún más cuando TaeMin se atrevió a frotar con la palma el sector húmedo que estaba marcado sobre esa prenda debido al glande del pene del más grande.
El alto no soportó demasiado y en forma de protesta a esa insistente estimulación, mordió el labio inferior de TaeMin con fuerza, llegando a sentir como un hilo con sabor metalizado se mezclaba con ambas salivas.

Taemin gimió al sentir el sabor de su sangre en el beso, encontrándolo exquisitamente erótico en ese momento. 

Sin esperar demasiado, Minho llevó ambas manos a quitarle la ropa interior a Taemin, quien le miró con los ojos inyectados en el placer, brillantes y deseosos. Cosa que le gustó bastante. El menor no ponía resistencia alguna y eso le facilitaba las cosas. 

—Uhm… Taemin… —murmuró el mayor al observar detenidamente como el miembro erecto del otro palpitaba al ser liberado de aquella prenda que Minho deslizaba por las piernas de Taemin—. ¿Tan contento estás? —se burló. 
—Cállate, que tú estás peor… 

Minho sonrió de lado cuando rodeo con la diestra la virilidad del menor, sintiendo ese calor agradable bajó sus falanges y palmas. La expresión de Taemin era demasiado sugerente y excitante; sus ojos entrecerrados, sus labios rojos y brillantes semi abiertos dejando escapar suaves suspiros debido al reciente movimiento de la mano del moreno sobre su erección.
Y Dios… se sentía bien. Minho sabía cómo tratarlo, aún cuando esa mano que le entregaba placer no era la propia.

—¿Lo disfrutas…? —Preguntó el alto con voz ronca cerca de los labios del castaño, quien siseo ante la pregunta moviendo sus caderas para que el mayor fuera piadoso y le tocara más rápido, pero Minho le hacía sufrir. Le tocaba lento y suave, de abajo hacia arriba acariciando a momentos el glande de su pene con el pulgar. 
Quería maldecirlo y putearlo pero debía admitir que las corrientes eléctricas de su cuerpo lo detenían.
—Mmmm… Minho~ Ah… Hyung…. Rá-rápido… 

El alto se inclina y le muerde el labio inferior al tomar con su mano libre una de las manos del castaño incitándolo a que le toque una vez más pero por debajo de la ropa, que no le tema y que lo disfrute así como el lo estaba haciendo.

La mano de Taemin es torpe al ingresar bajo el bóxer de su mayor, sacando ese grueso trozo de carne para rodearlo con su mano derecha. Le siente palpitar y eso le enciende más, sobre todo cuando aprieta suave y Minho jadea y aumenta el ritmo, casi como controlándolo.

Ambos se miran y se besan torpe y lento entre esas caricias que aumentan. La piel del moreno quema ante el toque del castaño y los suspiros viajan de una esquina a otra en esa habitación al igual que los gemidos productos del placer. 

—M-Me… Minho… pa-para... —Taemin suelta el miembro del mayor jadeando, quitando la mano del alto de su cuerpo antes de que tenga ganas de explotar. Se siente demasiado extraño y quiere tener más contacto con Minho, quien ahora había decidido quitarse por completo la ropa interior.
—Quiero hacértelo, Tae….

“Tae…” ¿Desde cuándo tanta confianza? 

TaeMin le mira con los labios apretados al sentir su cuerpo vibrar debido a esa frase ya no tan seguro de lo que quería. Si MinHo le follaba, estaba seguro que lo partiría en dos… ¡No! En cuatro o incluso más, y el no podía darse el lujo de estar en cama una semana, sería demasiado sospechoso, pero a la mierda… ¡Le tenía ganas a Choi! Unas enormes ganas.

—Mierda… —masculló por lo bajo al sentirse débil ante las caricias de Minho, más cuando sus manos le acariciaron el trasero con destreza viéndose obligado a separar más las piernas—. Es mi primera vez... con... con un hombre —confesó titubeante para que el mayor entendiera y fuera más gentil con él.
—¿Crees que no lo sé? Seré gentil, Taemin. Te deseo desde hace mucho tiempo, y quiero que te lleves una buen impresión para que se repita… —Sonrió sincero. Otra vez esa sonrisa encantadora que lo derrotaba.

TaeMin solo esperaba que MinHo cumpliera su palabra… y que al menos solo tuviera sexo con el… Si aparecía algo más… Bueno, el tiempo daría las respuestas.

El castaño atrajo al moreno desde la nuca para devorarle los labios con hambre, juntando sus cuerpos lo suficiente hasta que sus miembros erectos se tocaran haciéndolos gemir al unisonó por la necesidad de más contacto. 
Los dientes de MinHo mordieron a TaeMin nuevamente al separarse, solo para poder estirar su mano hasta el mueble que separaba esa cama de la otra, sacando del cajón un frasco pequeño, el cual fue abierto ante la mirada expectante del menor.

—Esto te gustara… 

MinHo untó sus dedos en el lubricante reiteradas veces para luego dejar de lado el frasco y concentrarse en descender hasta la cavidad anal del contrario, palpando el sector y ese agujero punzante y estrecho. El menor sintió algo extraño cuando MinHo le acarició esa zona, pero ciertamente fue agradable la sensación de aquel líquido espeso y frio se esparciera, pero aquello se fue interrumpido cuando Minho ingreso dos dedos en su interior de un momento a otro, descolocándolo por la incomodidad.

—Hmp…. Idiota… —TaeMin frunció el ceño mordiéndose el labio inferior debido a la incomodidad y el reciente dolor al que sucumbía debido al movimiento.
—El idiota serás tú si no te relajas.. —espetó MinHo con voz grave al embestir con sus dedos bruscamente al notar que el castaño oponía resistencia a él.
Si seguía hacía le haría daño, pero era una forma en la que el alto podría conseguir lo que quería; que TaeMin confiera y cediera ante él.

El castaño seguía mordiéndose los labios, dañándose más estos ante el dolor punzante en su trasero, pero al cabo de unos momentos se relajó, pues MinHo fue más atento al ingresar un tercer dedo y embestir contra él. Sus dedos eran largos y alcanzaban dentro de él casi a la perfección, haciendo la dilatación más rápida y placentera, pero seguía siendo dolorsa, aunque eso comenzaba a gustarle.

La humedad en el interior de TaeMin incrementó un poco ante el movimiento de cadera de este al compás de los dedos largos del moreno, algo que le hizo sonreír, más ante el puchero que dibujó el menor sobre sus labios cuando los dedos de Choi fueron retirados. 

—Mgh~ Minho… entra... entra ya….

TaeMin enredó sus dedos en las sábanas al observar como MinHo le tomaba de las caderas; sabía lo que venía y eso le asustaba.

Una estocada fue suficiente para que el grueso y caliente pene del alto ingresara en su cavidad, desgarrándolo por completo y haciéndolo gemir por el dolor que aquella intromisión causó. 
¿Si los dedos habían dolido? Al lado de esa estocada, no. 

El interior del menor se sentía más estrecho y cálido ante los segundos que pasaban, obligándolo a mantenerse quieto y apretar sus caderas por las enormes ganas que sentía de embestirlo de una vez, porque joder… su erección estaba tan deliciosamente apretada que dolía. 

Lee suspiró con pesar cerrando sus ojos para relajarse nuevamente, cosa que no estaba dando del todo resultado, y MinHo podía notarlo, pero él sabía como hacerlo sentir mejor. 
Rodeo la erección del menor una vez más e inicio un vaivén suave, llenando de satisfacción al contrario, relajándolo por lo bien que se sentía en ese momento. Adolorido, pero recibiendo descargas de placer.

Unos segundos bastaron para que MinHo se percatara que era el momento de iniciar sus embates. Primero lento para disfrutar centímetro a centímetro que ingresaba en el cuerpo del contrario incrementando el movimiento de caderas cuando los gemidos subieron de intensidad y Lee moviera sus caderas en sentido contrario a las embestidas. 

Ahora Minho se movía fuerte y duro en contra del menor, contra su trasero, quejándose y jadeando en todo momento, pero la posición le era un tanto incomoda. 

Choi salió del cuerpo de Lee y lo volteó como si se tratara de un peluche, así de fácil, sin siquiera darle tiempo a Taemin a acomodarse sobre la colcha.
Le alzó de las caderas y volvió a arremeter en su interior, mientras el menor luchaba por no hundir el rostro en la almohada y morir ahogado entre tantos gemidos. 

Era la primera vez que alguien le penetraba, la primera vez con un hombre… la primera vez que disfrutaba tanto el sexo.


La cama se movía junto a ellos, rechinando continuamente, pero el sonido no era molesto, solo incitaba a más. MinHo le embestía y le masturbaba, pero TaeMin se sentía algo inútil y rodeo la mano del alto que resguardaba su erección al bombear esta, a punto de explotar y eyacular en la cama de su primo, pero le importaba una mierda, como siempre.

Quejidos, gemidos, suspiros… movimientos bruscos…. Choi atacando su próstata con el glande de su pene. Delicioso. 

—Mmph… Mmgh… Ah.. a-ah…. ¡N-No…! … Mmm….~ 

Un felino gemido emitido de los labios del menor y un quejido estruendoso de la boca de Choi fue la culmine del orgasmo, ambos terminaron al unísono. TaeMin manchando las sábanas y la mano ajena y la propia, mientras MinHo le llenaba en su interior, haciéndolo sentir como en una nube demasiado placentera para él.

Minho sale de su cuerpo, dejándolo exhausto y con una sensación de vacío en su interior, jadeando, más cuando siente como el semen del moreno se escurre entre sus piernas haciéndolo temblar y estremecerse. 

—Y…. ¿Qué tal estuvo? —El moreno rodea la cintura de TaeMin con sus brazos logrando que su torso desnudo chocara con la espalda del castaño al apegarse a su cuerpo de esa manera. 
—No…. No lo sé… —Miente, cerrando los ojos y suspirando suave sin poder evitar que una sonrisa se curvara en sus labios—. ¿Me puedo quedar a vivir aquí? —agregó risueño luego de unos segundos.
—¿Y qué te folle todos los días? —rebatió Choi, planteándose la idea.
—Puedo acostumbrarme…. 

El menor se volteó en ese preciso instante, estampando sus labios en los del moreno al verle sonreír. 

Ya no le importaba la amenaza de su primo, ni su lío con Kyuhyun, ni nada… Porque por haberse dejado chantajear había terminado allí, sin nada que arrepentirse.

Notas finales:

Gusto? 


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