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Mi protector, mi ángel por TsukiPanda

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Notas del fanfic:

Sean piadosos conmigo, es mi primer one shot del EunHae :3

Notas del capitulo:

Bueno lo que me motivo a escribirlo fue por una amiga que estaba pasando una situacion complicada y le quiero alegrar un poco :)

Pero ya saben va dirigido a todos los amantes del EunHae.

Sin más que decir los dejo.

Otra vez esas palabras retumbando en mis tímpanos.

Extraño. Raro. Gay. Asqueroso. Loco.

Había muchas más pero no me agradaba procesarlas en mi mente ¿Siempre será así? Desde que llegué a mi nueva escuela que he escuchado palabras hirientes de más de una boca para mí, pero ¿qué puedo hacer?

No soy ni alto y poderoso como para hacerlos callar por la fuerza ni mucho menos acercarme a ellos ya que se alejan de mí cada vez que lo he intentado en el pasado. Tendré que seguir así al parecer; hacer caso omiso a lo que digan los demás y seguir en lo importante, los estudios.

Claro está no es tan fácil como creí. El hecho de que incluso en mi salón me molestaran de una forma excesiva era detestable y ¿qué puedo yo hacer? Sólo debo de seguir.

¿Cuánto llevo así? Creo que un par de años. No sociabilizo con nadie en excepción de mi única amiga, Sunny. Ella es la mejor. Callada y por desgracia molestada por ser mi amiga, la amiga del extraño.

¿Qué tengo de extraño? Siempre me hacía esa pregunta en el espejo cada vez que llegaba a casa. Era normal. Rayos, no podía ser más normal. Cabello corto, piel blanca, dientes, una nariz, dos manos y dos piernas. Claramente no entiendo el por qué de esto.

 

Hoy es quince del quinto mes del año en curso. Y yo en clases. Claro, ¿que más debería de estar haciendo si es lunes por la mañana? Una calurosa para mi desgracia. Odio el calor prefiero el frío, pero así es la vida y no puedo tapar este sol con un dedo.

-Pero mira qué tonteras hace. -La voz de uno de mis compañeros de unos puestos más atrás me llama la atención, sumando eso a que luego de eso  todos comienzan a reír estúpidamente. Disimuladamente miré por la ventana, que para mi suerte estaba a mi lado izquierdo, y logré ver a un chico corriendo en círculos y saltando, haciendo caras extrañas y molestando de una forma agradable a un par de chicas que estaban a su lado. ¿Y sus clases? Miré alrededor. ¡Oh! Dije mentalmente al encontrar con mi vista al profesor de artes. En eso se encontraba.

-¡Lee Dong Hae! –Mi profesor llamó mi atención. -Por favor, vaya a buscar un libro con profesor de artes. Él se encuentra abajo. -Yo asentí y me levanté de mi asiento.

¿Me leyó la mente? O sea, yo jamás quise bajar, de hecho tal vez ese chico sea igual de desagradable que los demás, pues nadie dijo nada hiriente hacia él aún con las payasadas que hacía. ¿Respeto? Puede ser. Se veía mayor que yo y mis compañeros de salón, quizás fuera eso.

Bajé hasta el gran patio de la escuela acercándome al profesor de artes.

-Profesor, disculpe, el profesor de literatura me mandó a buscar un libro. -Él me miro y con un dedo hizo un gesto a que lo esperara mientras comenzaba a buscar entre sus cosas.

Esperando por el libro, me encontré mirando de reojo las cosas que hacia aquel chico. Giraba como estúpido y reía como si fuera la última vez que lo hiciera.

-¡Hey! No seas pesado -le dijo una chica de pelo castaño mientras él corría con la que supuse era la mochila de ella por un lado y otro riéndose alegremente.

-Toma, aquí está -me dijo el profesor entregándome un libro verde con una hoja dibujada en su portada. 

-Oh, gracias -musité y me fui.

Subí lentamente las escaleras, el silencio de los cuatro pisos dejaba rebotar las risas que provenían desde el patio. ¿Por qué estoy pensando en él, así de repente? Tal vez sea igual de abusador y malo que todos, incluso peor.

-Tome profesor -le dije ofreciéndole el libro. Lo tomó y me dio una seña para que me sentara.

 

El día pasó lento, me encontré varias veces mirándolo a él. En el receso comía un pan y reía con un grupo de mujeres. Me preguntaba qué tan popular era. De seguro un playboy. Luego en el segundo receso lo vi sentado más allá del patio con un grupo de chicos riendo y abrazando a uno como estúpido. ¿Será gay? Oh, claro que no, Donghae. El hecho de que yo sea gay no significa que él también lo sea.

 

Hoy, quince del sexto mes, debo de admitir que me he vuelto un poco acosador. Sé que amas los deportes y las matemáticas, que eres muy sociable y de fácil hablar con quien sea y, aunque no lo sepas, eres bastante famoso dentro de la escuela. Chicas, sí, muchas chicas hablan de lo increíble que eres, pero luego de verte correr de forma inútil y molestar a tus compañeros se alejan un poco volviendo a verte luego como el mejor. Al parecer también me he convertido en parte de tu fans club que es algo así como un secreto a voces. Pero ¿qué le puedo hacer? Eres tú el que me da el gusto de venir a este lugar y soportar todo aunque no nos hablemos ni nada por el estilo. Te he comenzado a amar de alguna forma extraña.

 

-Lee Dong Hae, vaya al gimnasio y dígale al profesor de gimnasia si puede enviarme el libro que le facilité. -Asentí y salí del salón caminando lentamente. Era mejor escuchar el silencioso pasillo que las terribles palabras adentro de ese caos enjaulado de mi salón.

Al llegar, me encontré el gimnasio sin alumnos y con el profesor sentado junto una pequeña mesa.

-Profesor, disculpe –le dije al acercarme. -el profesor de inglés me pidió que le preguntara si le podría devolver el libro que le prestó. -Me quedó mirando.

-Lo iré a buscar, espera aquí. -Asentí y me quede parado allí, mirándome las uñas entretenidamente en ese silencio, hasta que escuché ruidosos gritos desde los camerinos. Me congelé pero luego respiré hondo. “Si me molestan no será nada nuevo” me dije para tranquilizarme.

-¡Cuidado! -gritaron y vi un balón de futbol  acercarse a mi rostro, luego de unos segundos sentí el frío piso. ¿Qué sucedió?

-En serio... disculpa, yo… -decía una voz completamente desconocida para mí.

-Eres un estúpido como la pateas sin ver al frente. -Sentí la voz de otro chico y un golpe despacio.

-¡Aish! -se quejó el golpeado.

-¿Te encuentras bien? -dijo un chico levantándose de arriba mío y tomando mi mano para ayudar a pararme.

-Sí -dije mirándolo y encontrándome la sorpresa... de que era él.

-Mira, casi matas a un ángel -dijo golpeando al chico alto de cabello corto y ojos pequeños que se hallaba a su lado.

-¡Ya! Perdóname, no fue con intención.

Iba a decir algo pero el profesor nos interrumpió.

-Toma, aquí está -me dijo mientras yo tomaba el libro, hacía una reverencia y me iba rápidamente.

 

¿Qué fue lo que pasó? Me pregunté cada segundo desde mi punto de salida hasta la meta que era mi salón, le pase el libro al profesor y me senté.

 

Pasaron un par de días y por voces supe el nombre de aquel chico. Eunhyuk o al menos así le decían. Era lindo ¿Lindo? Hermoso quise decir, pero ¿su personalidad? Fue bueno conmigo ese día.

 

-Lee Dong Hae, felicitaciones, nuevamente tiene la nota máxima -me dijo el profesor de literatura entregándome la prueba que rendí semanas atrás.

Me sentía feliz era el primer año que tenia la nota máxima en todas mis pruebas y exámenes rendidos, todo con esfuerzo y sudor de mi frente pero al parecer a mis compañeros no les parecía así.

-Hey, maldita puta. ¿Cómo lo haces? -me dijo un chico de mi salón tomándome del cuello de la camisa y empotrándome contra la pared del edificio antiguo en cual no pasaba muchos alumnos y menos profesores, el lugar perfecto para hacer esto y cosas sucias de otras personas.

-¡Oh, ya sé! Se la mamas bien mamada a los profesores, ¿verdad? -me dijo el chico que acompañaba al que me tenía contra la pared. Yo tan solo negué.

-Claro que sí, no mientas -me dijo golpeando leve mi estomago y luego posicionando su rodilla entre mi entrepierna, gemí automáticamente.

-¡Eres una puta! -me grito otro chico desde más atrás, estaba perdido o me golpeaban o me violaban o incluso peor... ambas.

La mano del que me sostenía se acercó a mi pantalón abriéndolo y dejándolo caer. Estaba perdido.

-¡Déjenlo! -Escuché una voz ronca y con ira.

-¿Qué haces acá? -preguntó uno de los de más atrás, no tan firme como antes.

-Oh, yo sólo vengo a ver -se rió cínicamente. –¿Qué cosas dices, estúpido? Sabes muy bien qué hago -dijo intimidante, acercándose y yo tan sólo moría de vergüenza en ese mismo instante.

-Está bien, nos vamos -dijo el que me sostenía. Me soltó y me dejé caer en el suelo, mis piernas no daban más, tenía miedo estaba aterrado por la situación recién vivida.

-¿Estás bien? -me preguntó con su ronca voz, pero no pude decir nada. Tenía miedo y un gran nudo en la garganta. –Aish, esos desgraciados -me dijo tocando mi hombro. Una chispa me quemó por dentro, no sabía qué hacer. –Ven vamos -me dijo levantándome con sus dos manos, subiendo mis pantalones. Tomó mi mano y me llevó al jardín de la escuala que muy pocos visitaban. Me senté y él tomó asiento a mi lado.

-Ahora, dime ¿qué sucedió? -me preguntó mirándome fijamente. No quería decirle, era muy vergonzoso para mí. –Tan sólo dime -me dijo tomando con su mano mi mentón. –Estás rojo. Oh, lo siento -me dijo soltándome y rascándose la nuca. –Ehm… bueno, me llamo Lee Eunhyuk. El chico de la otra vez, que te salvó de aquella pelota. ¿Tú eres...? -Me miró sonriente.

-Donghae. Lee Donghae -le dije en un susurro, no tenía ni fuerza para presentarme como es debido.

-Qué lindo nombre -Sonrió y me desordenó el cabello. –Puedo preguntar, ¿por qué siempre estás solo? -¿Cómo sabía él que siempre ando solo?

-Digamos que… no soy muy... -No pude terminar.

-¿No eres aceptado? –adivinó. -Eres como yo en el pasado -dijo riéndose y abrazándome un poco con uno de sus brazos, el cual me trasmitió un enorme calor. –Pero ¿por qué? Siempre hay una razón -me dijo mirándome esta vez al rostro.

- Yo... no lo sé -dije sincero. Realmente no tenía una visión clara de por qué eran así conmigo.

-Tan extraños los niños de ahora -dijo mirando el cielo. –A mí me molestaban por mi tendencia sexual y por mis gustos algo extraños... y extremos -se rió y me miró –pero jamás bajé el rostro cuando le dije al mundo que me gustaban las mujeres tanto como los hombres o cuando dije que las matemáticas eran lo mejor junto al deporte. -Mi corazón se detuvo de una forma tan rápida que sentí que el aliento se me iba por unos segundos, pero luego seguí escuchándolo. –Te molestan porque te agradan los chicos, ¿verdad? -¿Cómo sabía eso? Miré aún más hacia abajo de lo que me encontraba y negué. –No te hagas el tonto, yo lo sé de alguna forma y no te molestaré -dijo riendo y levantándose.

¿Qué debía decir? El chico más popular de la escuela, y no por su físico si no por su personalidad, había pasado un tiempo terrible como yo y me animaba en este momento.

-Ya, vamos. ¿Dónde vives? -me preguntó.

-A un par de calles, cerca de un café -le dije aún con mis mejillas coloreadas de un profundo rosa.

-Ah, sí sé donde es entonces. -Me tomo de la muñeca. –Te iré a dejar -me dijo caminando por el desierto jardín y por los antiguos pasillos del edificio de antaño, hasta que llegamos a los pasillos nuevos y relucientes y me zafé de su agarre. -¿Qué sucede? -me dijo curioso por mi acto.

-No quiero… -No termine de hablar y él se puso detrás de mí acelerando mi paso al caminar mientras me empujaba por los hombros y también acelerando mi corazón a mil por hora.

-No importa lo que dicen los demás -me dijo con sus aliento chocando en mi cuello. Un escalofrío bajó por mi espalda y gracias a Dios no había nadie ya. Claro está, hace ya más de una hora que tocaron para salir y a nadie le gusta quedarse después de clases.

Caminamos por la calle hasta llegar a mi casa, ninguna palabra fue pronunciada pero fue el mejor silencio del mundo.

-Te veo mañana -me dijo sonriente y se fue. Yo tan sólo quede allí parado como estúpido esperando que algo pasara por mis neuronas pero nada, tan sólo su hermosa sonrisa y sus cálidas manos.

 

El resto de la tarde pasó tranquila en mi habitación y la noche se alejó de mis párpados recordando cada gesto de su lindo rostro. ¿Me gustaba? Me pregunté a mí mismo sintiendo que eso estaría mal, de seguro nunca le gustaría yo porque soy... O sea, a el le gustan las chicas y chicos de misma manera, entonces... no, claro que no. Cerré mis ojos y dormí con un incómodo sentimiento en mi.

 

-Me voy mamá -le dije a mamá y ella se despidió de mi.

-¿Tanto te demoras? Bueno, vives al lado -escuché la voz de Eunhyuk al lado mía. –No pongas esa cara tan sólo te pasé a buscar ¿es tan malo, eso? -Negué con el rostro rápidamente. –Eres muy tierno -me dijo tomándome de la mano y comenzando a caminar.

-¿Sabes? Vivo lejos de aquí, pero me levanté muy temprano para poder pasarte a buscar. -Realmenteme sorprendió lo que dijo.

-No deberías... -No terminé de decir nada porque tomó mi mano fuertemente.

-Yo quería hacerlo y lo seguiré haciendo aunque luego me odies. -Comenzó a reír y me acercó más a él con un jalón de brazo.–Hace frío en la mañana. –Soltó a modo de comentario y tan sólo pude reír. Con ese simple gesto, él me hacía sentir feliz.

-Te ves lindo sonriendo -me dijo alegremente y yo ardía de calor en mis mejillas.

 

Llegamos a la escuela y me quise separar, pero antes de que pudiera hacer nada él volvió a hablar.

-¿Cuál es tu salón? –Preguntó mirándome atentamente.

-El 24-A -dije calmadamente.

-Estás a dos salones del mío -me dijo alegre caminando para entrar al pasillo y yo completamente sonrojado. No podía zafarme de su fuerte agarre.

Al entrar por la gran puerta de madera todos nos comenzaron a mirar extraños. Era de esperarse, ver a dos hombres tomados de la mano no es de lo más común, ¿no?

Estaba rogándole al mundo que me tragara la tierra pero el agarre potente de Eunhyuk me tranquilizaba y me hipnotizaba. Caminamos hasta mi salón y me dejó en la puerta. 

-Debo de ir a clases. Espérame en el receso paso por ti -me dijo soltando mi mano y sonriéndome tiernamente.

Al entrar al salón era el infierno mismo. Todos me miraban y hablaban de mí, pero en mi mente recordaba: “No importa lo que dicen los demás”. Esa frase resonó en mi interior y me dio paz y tranquilidad.

 

Luego, la hora del receso llegó.

-Así que nuestra puta tiene novio -dijo el mismo chico de ayer, pero antes de que se acercara pude escuchar otra voz.

-¡Donghae! -La voz de Eunhyuk se acercaba a donde estábamos y los demás se fueron. –De nuevo te estaban molestando. -Los miró con odio donde se encontraban parados más allá del pasillo.

-Vamos - le dije tocando su hombro con valor.

-Claro -me dijo feliz y acercándose a mí para abrazarme ante mi asombro.

 

¿Cómo explicar lo feliz que viví durante dos meses al lado de Eunhyuk? Logré socializar más e incluso varios de los amigos y amigas de Eunhyuk se acercaron a mí, brindándome fuerzas y ánimo, convirtiéndose en los primeros amigos de mi vida, cosa que me hizo muy feliz, y el amor que en un principio creí que era sólo algo simple ha aumentado de una forma increíble. Bueno, no es que yo haga muchos avances, Eunhyuk es el que siempre toma mi mano, me abraza y besa en las mejillas. Al inicio eso era extraño, incómodo y difícil de aceptar, pero ahora es increíble e incluso me agrada cuando me besa la mejillas. No puedo evitar querer algo más, si quería algo más y me sentía dispuesto a ello.

 

-No te escaparas, pedazo de zorra -me gritaban un montón de chicos atrás de mí que por primera vez estaban agresivos conmigo, yo tan solo corría sin detenerme. ¿Dónde estás, Eunhyuk? Y sin darme una mano me detuvo y me adentro en los baños de hombres y me metió en un cubículo.

-Pero que…-Su dedo tapo mi boca y negó con el rostro, era Eunhyuk.

-¿Donde estará? -Se escucho una voz y al poco tiempo después el crujir de una puerta. Mi corazón comenzó a latir rápidamente, con miedo. No quería ser golpeado.

Miré aterrado a Eunhyuk que me señaló la parte trasera de la puerta. Dios me alegra que los cubículos de los baños sean cerrados completamente por lo cual no se podía ver nada desde afuera o de otro cubículo.

-Revísalos todos. -Mi corazón comenzó a parar de apoco y comenzó a suspirar. Estábamos en el último de toda la fila.

A los segundos escuche cómo abrían puerta por puerta. Teníamos suerte de que tuvieran de esos topes en el suelo para que no se pudiese abrir hasta el fondo o sino nos descubrirían.

-Este es el último -dijo y abrió la puerta haciendo que Eunhyuk quedara completamente pegado a mi cuerpo, sin centímetro de distancia y yo pegado completamente a la pared.

-¡Rayos! ¿Dónde estará? -decía frustrado mientras al parecer se apoyaba en la puerta y los demás comenzaban a hablar descontroladamente.

El aliento de Eunhyuk chocó contra mi cuello y mi cuerpo tembló, él sólo sonrió acercando su rostro a mi cuello. ¿Qué haces? me pregunté hasta sentir su lengua en mi cuello, un suspiro iba a salir pero su mano rápida me tapó la boca y siguió con lo que estaba haciendo. Él claramente disfrutaba aquello y ¡rayos! se sentía tan bien. Succionaba, mordía y besaba mi cuello sin control alguno marcándome por fin como suyo.

-Esperen. -Me congelé en mi sitio pero Eunhyuk continuó. –Tal vez está en el antiguo edificio o se fue a casa, vamos a ver y si no nos retiramos -dijo mientras escuchamos que todos se iban y la puerta volvía a su lugar, comencé a moverme para salir pero...

-No me dejes con las ganas -dijo Eunhyuk abrazándome por la cadera, sentándose mientras me sentaba sobre de él y acercaba sus labios a mi oído. –Déjame hacerlo. -Me besó el oido y lo lamió. Instantáneamente, dejé escapar un suspiro.

-¿Puedo tomar eso como un sí? -Comenzó a desabotonar mi camisa y yo tan sólo asentí. Yo también quería aquello.

Sus manos recorrían despacio mi torso sacando toda la ropa innecesaria en ese momento, dejándola en el suelo limpio para mi suerte y sus labios bajaron rápidamente a mis pezones lamiendo uno mientras sus manos masajeaban mi trasero y lo estrujaban.

-Ah… -Dejé salir un gemido de placer, mientras mis manos se enredaban en su cabello.

-Eso, gime para mí, amor -me dijo besando mi estomago y toda la piel posible para sus labios. No sé cuándo pero llego hasta los míos y me besó con pasión, nuestro primer beso. Sus labios eran más que increíbles y eran mejores de lo que había soñado, suaves, dulces sin pisca a sabor de cosas extrañas sólo sabor a él, tan increíble y apetecible. Se separó de mí para recargar nuestros pulmones del oxigeno vital y me acerco más a él y sentí su miembro contra mi parte baja.

-Ahm… -No pude ocultar la necesidad que tenía y comencé a desvestirlo como él lo hizo conmigo hacía no tanto.

-Gime mi nombre -me dijo metiendo una de sus manos adentro de mis pantalones acariciando mi miembro ya crecido de forma increíble.

-Ahm… Hyuk. -Sentí la intromisión de su lengua en mi cavidad bucal, recorriéndola y saboreando para luego crear una danza apasionante con mi lengua que era succionada y lamida por él, dejándome su linda escancia en mí. Mi aire faltaba y se separó de mí dejándonos unidos con un hilillo de saliva.

-Eres delici… cioso -me dijo para luego levantarse y sacarme mis pantalones con mi ropa interior al igual que la suya. Me abrazó por detrás y pude sentir su miembro en mi trasero y una mano se introdujo en mi boca. –Lámelos -me dijo pasando luego su lengua por mi cuello. Lamí sus dedos con sensualidad.

Luego de un par de segundos los sacó e introdujo uno dentro de mí. Sentí una molestia y luego introdujo el siguiente.

-¡Ah! Duele -dije mientras me afirmaba de la pared del cubículo.

-Dolerá más si no te preparo -advirtió e introdujo un tercer dedo y una lagrima cayó por mi mejilla.

Luego de sentir, al parecer, que me encontraba preparado sacó sus dedos y me besó el cuello.

-Estás jodidamente caliente -dijo mientras posicionaba la punta de su miembro en mi entrada y comenzaba a entrar.

-Ah… -gemí, un dolor recorrió mi espalda.

-Ya, bebé... pasará -me dijo quedándose quieto, luego de eso un placer increíble comenzó a avanzar hasta mi rostro y comencé a mover las caderas. Sentí como comenzó a embestirme suave pero certeramente y luego rápido y brutal. ¡Rayos! Si así de bien se siente es soportable sentir ese dolor al inicio.

-¡Ah… Hyuk! –grité. Al parecer dio con algo dentro de mí que me volvió loco y él sin perderlo de vista siguió dando contra ello, haciéndome llegar a las estrellas y volviéndome loco como nadie.

-Grita, bebé -me dijo y su mano comenzó a masturbar a mi olvidado miembro palpitante.

Luego de un rato no pude evitar la sensación de que pronto terminaría.

-Hyuk me… me ven… vengo –dije, corriéndome en su mano para luego sentir su esencia dentro de mí, caliente y llenadora.

Nos vestimos y salimos de allí tomados de la mano.

-Hyuk... ¿Qué... qué somos? -le pregunte avergonzado.

-Somos novios –dijo con una sonrisa. -Hace mucho -musitó besando mis labios.

Notas finales:

¿Les gusto? espero que si
segun sus opiniones sigo escribiendo más EunHae ya que no se como me quedo :B

Bueno gracias a todos por leer y nos vemos en unos día en el tercer capitulo de "El deporte que nos unio"

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