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Ninfomanía por Yuikochan

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Notas del fanfic:

a modo de advertencia... sobretodo al principio la historia es dura, pues trata reamente sobre la la ninfomanía, vista como una enfermedad con todos sus sintomas, o así he intentado que fuera. Después mejora ^^

Notas del capitulo:

como ya he dicho he intentado que el fic reflejase la ninfomanía o transtorno de hipersexualidad comouna enfermedad, para eso me he documentado y al final del capítulo iré explicando algunos de los síntomas, si cualquier cosa no se entiende o teneis dudas podeis preguntar e intentaré responder lo mejor que sepa. 

 

Capítulo 1

Suena el timbre indicando el final de la clase, la profesora da  por finalizada la lección y se marcha recogiendo sus cosas.

Cambio los libros, aburrido y cansado, exasperándome solo de imaginar que aún quedan dos horas más de clase.

Entra el siguiente profesor, el sustituto de historia deja sus libros y comienza la clase poniendo el titular en la pizarra: "Dinastía Ming" Genial, otra agotadora hora sobre historia política. Se gira de nuevo hacia nosotros y empieza a hablar.

Su voz tiene un tono grave y cadencioso, rugoso y áspero, es una voz dura, decidida, es una voz profunda... No soy capaz de entender lo que dice, solo el tono de su voz retumba en mis oídos, y al instante comprendo que he vuelto a recaer.

Sacudo la cabeza intentando concentrarme en las palabras y no en la voz, o no oírle en absoluto. La camisa de hoy le marca los músculos del torso. Se le notan las horas de gimnasio, los brazos fuertes, las venas que se le marcan en el cuello... Morder... Observo su nuez subiendo y bajando mientras habla, el movimiento de sus labios, los músculos de su cuello, el tendón, des de la base del oído hasta la clavícula, su mandíbula prominente, cuadrada, marcada... Quiero morder ese cuello, succionarle la sangre como un vampiro, perderme entre el sabor de sus labios, de su lengua enredándose en la mía, su lengua resiguiendo mi cuerpo desnudo, el tacto de unas sabanas finas y de unas manos acariciándome, el calor de un cuerpo junto al mío, un cuerpo fuerte, grande, poseyéndome de forma brutal, arrancándome gritos...

Tengo que taparme la boca con la mano para reprimir un jadeo.

¡Aleja todo eso Ren! ¡No tienes que pensar en eso!

Sacudo la cabeza, no puedo dejarme llevar, no ahora.

Copio las palabras que ha apuntado en la pizarra, entreteniéndome en cada letra, en un vano intento de distraerme. Y mi vista se fija en su mano, sosteniendo la tiza con delicadeza. Tiene unas manos grandes, fuertes, ásperas y callosas de trabajar, y de frío. Pero a la vez son delicadas. Desbordan delicadeza. La forma como sostienen la tiza, como si fuera un tesoro y no... Tiza. Ser acariciado por esas manos fuertes, recorriendo mi cuerpo, mi piel, oleadas de calor, ardiente placer, gemidos, jadeos, cuerpos desnudos...

Mi mente cae de nuevo en el interminable espiral de lujuria en que se ha convertido mi vida, imaginando unas manos tocando mi cuerpo, unos labios sobre los míos, un cuerpo caliente bajo mi piel...

¡BASTA!

Ahora no Ren, ahora no... ¡Aleja eso, estás en clase!!!

Dejo caer la cabeza sobre el pupitre, respirando con fuerza para borrar eso de mi cabeza. Pero el deseo no se va, me oprimen las ansias de placer.

No lo aguanto más.

- Profesor - mi voz suena demasiado fuerte, demasiado desesperada... Inspiro e intento modularla antes de seguir. - ¿puedo salir de clase un momento...?

Interrumpe la lección, sorprendido, me mira y se acerca.

- ¿No te encuentras bien Choi?

Su voz... Se acerca, y siento su aroma, fuerte, varonil...

- No...

Apenas un murmuro roto sale de mis labios. La desesperación me atenaza, las ansias oprimen mi pecho...

- Esta bien, sal un momento a relajarte si quieres...

Apenas le dejo terminar, me pongo en pie y salgo disparado de clase, esquivando los pupitres de mis compañeros que me miran con asco, desprecio y burla.

Todos lo saben.

Lo peor es que todos lo saben.  

Soy horrible...

Me dejo caer en un banco del pasillo, con la cabeza entre las piernas, respirando hondo.

No pienses Ren, no pienses.

Piensa en otra cosa. Gatitos muertos. Robots. Bolsas de basura. Exámenes. Gatitos muertos.

Respira...

Oigo los pasos acercándose, y ese aroma tan varonil al que aun no estoy acostumbrado.

- ¿Se encuentra bien Choi?

- Profesor... - apenas me sale la voz, atenazada por mi propio miedo a dejarme llevar.

Gatitos muertos Ren, gatitos muertos.

- Me dijo el director que llamase a tus padres si te encontrabas mal, ¿quieres que les avise?

Mamá... Mamá se sentirá decepcionada si se entera... Pero no puedo aguantar más.

- Si por favor...

Asiente, desconcertado.  Él aun no lo sabe, pero seguro que no tardará en enterarse, y entonces no se acercará tanto... Casi que mejor.

 

Mamá llega enseguida, su mirada dolida se me clava en el alma. ¿Y qué quieres que haga mamá? Enseguida cambia la expresión a una más dulce y sin decirme nada se despide de mi profesor y nos vamos.

Al entrar a clase a recoger mis cosas intento mostrarme inmune a las miradas de mis compañeros, pero no lo soy, su desprecio me duele, el reproche en sus ojos, el asco...

- ¿Qué ha pasado? - me pregunta mamá ya en el coche.

- Es el profesor nuevo... Aun no me he acostumbrado a él...

- ¿El sustituto de historia?

- Si... Es muy... Fuerte, su cuerpo, su olor, su voz...

Vuelve a costarme respirar, jadeo, intentando recobrar el aliento. Mamá me acaricia el brazo murmurando "ya... Ya..." sin mover la vista de la carretera.

- ¿Te has tomado las pastillas hoy? - me pregunta con algo de reproche.

- Si.

- ¿Seguro?

- Claro que me las he tomado, mamá. - le respondo indignado, ignorando el recuerdo de las pastillas blancas siendo arrastradas por el agua del váter. - ¿Te crees que me gusta sentir todo esto? ¿No poder pensar en... Nada?

- Pues entonces es que no te hacen efecto. Mañana te iré a buscar los anti-andróginos.

No.

- ¿Qué? - exclamo sorprendido y enojado - no, eso sí que no. No los necesito. ¡No estoy enfermo! ¡No soy peligroso para nadie! ¡No voy a tomarme eso!!!

- ¡Cálmate Minki! - me aprieta la mano con fuerza, intentando relajarme - sssssht... Sssssht... Ya sé que no eres peligroso, no he dicho que lo seas, ¿pero quieres curarte o no?

Me dejo caer sobre el asiento, agotado.

- No estoy enfermo... - siento las lagrimas en mis ojos, ardientes, pugnando por salir, quemando mis ojos.

Seguimos en silencio hasta casa pero no me pasan desapercibidas sus miradas dolidas, decepcionadas, asqueadas.

También le doy asco.

Porque estoy enfermo.

Porque soy un monstruo.

 

Me encierro en mi habitación, agotado, asqueado, cansado del mundo entero. Aún siento ese calor dentro de mí, nunca se va del todo, siempre está ahí, molestando, haciéndome perder el control, provocándome ansias, anhelos, deseos de placer.

Acaricio mi pecho, sentado en mi cama. Es horrible este calor, mi cuerpo siempre acelerado, lo odio. Pero la caricia de mis propias manos me alivia, se siente bien... Sigo acariciando mi pecho, con fuerza, clavando los dedos en mi piel. Me sobra la ropa, me molesta y se me clava.

No, no puedo estar haciendo esto otra vez...

¿Y por qué no? No molesto a nadie ahora, y se siente bien...

Alcanzar al final ese anhelo, poder al fin tocarme y darme ese placer que ansiaba... Ya no reprimo los suspiros, los jadeos ni mis latidos acelerados, ya no me niego sentir, ya no me niego esas sensaciones que tanto he deseado...

Mis manos se cuelan por debajo de mi ropa, de mis pantalones, buscando mi piel caliente...

Tengo las manos frías, me estremezco al contacto, pero ya no las puedo separar de mí. Aprieto con fuerza mi entrepierna hinchada, recorriendo mis genitales con mis propias manos, deleitándome con las sensaciones que al fin puedo sentir... El dulce vaivén de mis caricias, intento ir lento, hacerlo durar, pero me puede más la ansiedad y el ritmo de mis manos es frenético. Y llega el orgasmo, y se acaba, se va el placer y queda solo la humedad en mis manos, mis partes doloridas y la culpa por no poder reprimirme.

Otra vez.

 

Me doy una ducha para limpiarme y para intentar, inútilmente, sacar de mi este horrible calor con el agua fría. No lo consigo, pero si me siento más relajado.

Papá llega del trabajo, y les oigo hablar en susurros para que yo no les oiga. Sé que están cansados de mí, sé que me odian, que les doy asco. Sé que se sienten decepcionados por tener un hijo como yo.

Su rechazo me duele, y de nuevo me siento culpable por ser como soy.

Un maldito y asqueroso ninfómano.

Me llaman a comer, papá me saluda, pero sin acercarse demasiado. No me abraza y me da un beso como hacía antes, mamá tampoco lo hace ya, les doy tanto asco que no pueden ni tocarme.

Comemos en silencio, un silencio tenso y vacío que papá intenta llenar repitiéndole a mamá lo deliciosa que está la comida. Es cierto, y yo hago algún comentario también. Pero un silencio es un silencio.

Me encierro otra vez en mi habitación, intentando hacer algo de deberes, estudiar, algo, pero termino cogiendo el ordenador y abriendo el chat. No tengo ganas de estudiar.

Las páginas de siempre ya se me abren automáticas.

Pornografía. Gay, hetero, occidental, asiatica, videos, fotos... no importa, cualquier cosa sirve para saciar mi sed de sexo.

Me prometo a mi mismo que no me perderé de nuevo con todas estas cosas... No mucho rato...

Pero los vídeos se suceden, las imágenes pasan ante mis ojos ávidos y mi imaginación vuela, mi necesidad crece, mis ansias se vuelven dolorosas.

Me conecto al Facebook y abro a uno de los que creo que puedo considerar mis unicos amigos ahora. Los únicos que me entienden.

"Jaaaaaaay~~~~"

No es su nombre de verdad, nadie usa su nombre en nuestro mundo.

Apenas tarda segundos en responder.

"Hi Ren"

"K haces?"

"Nada"

"Quiero quedar..." No responde, y yo insisto. "Necesito quedar..."

Sigo sin responder. No me falles J, tu no.

"... No puedo Rennie..."

No le dejan salir.

"Pues pon la cam"

"No es eso" ¿pues...? "voy chutado a pastillas, no podría aunque quisiera..."

Ahogo un grito de frustración. Si J se toma las pastillas me quedo solo.

"Joder" "porque te las tomas?"

"Me vigilan"

"Joder"

Pues me quedo solo, ¿con quién me desahogo yo ahora? Era una simbiosis perfecta...

"a mi me quieren dar anti-andróginos" le explico "como no me hace efecto lo demás..."

"En serio?" "Que putada"

"Ya"

"Ni que pudieran curarnos"

"Ni que estuviéramos enfermos"

"No nos entienden..."

"Estoy harto"

"Yo tambien..."  

Sigo perdiéndome por los círculos más oscuros de internet, saciando mi sed de lujuria con material dirigido a gente mucho mayor que yo. Hablo con algunos tíos, todos pervertidos pero ninguno como yo, ninguno "enfermo" de verdad.

Termino hablando con J otra vez.

"Sabes si mimi está conectado?"

Mimi es el tercero del grupo, el otro "enfermo".

"Creo que no" "hace días que no habla"

"Y eso?"

"Habrá desaparecido otra vez" "no se" "ya nos contara"

Siempre se mete en problemas.

"Supongo..."

Al final se nos hace de noche sin que haya hecho nada de trabajo, incapaz de concentrarme, con la mente invadida de imágenes sugerentes para que pueda tener dulces sueños esta noche... 

Notas finales:

pues bien, la ninfomanía, comportamiento sexual compulsivo o transtorno de hipersexualidad es una enfermedad mental normalmente atada a los transtornos obsesivo compulsivos o a la bipolaridad, que puede deberse a un trauma de infancia o ser resultado de uno de los transtornos anteriores. 

Las personas que lo sufren piensan constantemente en sexo y lo relacionan todo con él, buscan sentirse deseados, buscan sentir placer, y normalmente no comprenden cuando pueden tenerlo y cuando no. 

Sienten asco hacía ellos mismos, se odian, y no creen posible que los demás sientan algo diferente, se creen excluidos de la sociedad en general por ser como son, lo que les lleva a mostrarse tímidos cuando no se sienten en su contexto, cuando saben que estar pensando en sexo no es lo correcto. 

Se presenta en distintos grados, cuando la enfermedad está muy avanzada los pacientes no distinguen lo que es correcto cuando se ven cegados por la excitación, eso les lleva a ser peligrosos para la sociedad. Suele estar también muy ligada con las parafílias. 

Se trata norlamente con psicoterapia, medicamentos y grupos de autoayuda. en cuanto a medicamentos los más usados son antidepresivos, hormonas y antiandróginos (en casos extremos en que resulta peligroso para los demás). 

Los diferentes tratamientos están enfocados, siempre, a que el paciente aprenda a controlar sus impulsos para poder hacer vida normal. La cura completa, si bien no es imposible, es difícil y solo se puede conseguir con ayuda externa y del entorno familiar y con plena voluntad del afectado.

 

espero no haberme dejado nada ^^


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