Últimamente cualquier temática me aburre y la sensación de que caí en el mismo bache y vuelvo a la misma cosa que dije no quería volver a vivir... No es intencional, nunca es intencional; simplemente es... Es el deseo de querer morir, debido a esto vuelvo enfrascarme en mi mundo, en ese mundo donde veo herir a los míos y donde sinceramente ya no siento que me importe.
No se sientan ofendidos, no es que hayan hecho algo o que en realidad yo tenga un motivo. Es en si un periodo de conciencia, la única que me recuerda que soy humano, en que prefiero regresar a mis orígenes, aquellos márgenes de conducta antiguos y en los que internamente me siento más cobijado que con las personas... Estoy harto de muchas cosas, la vida incluso me parece risible y ácida... cuantas veces he deseado dejar la constancia de mis últimas palabras?
Una burda carta blanca tintada de rojo, el rojo que me da vida y que sería la única muestra de que alguna vez existí.
Lo que llaman depresión me consume, tan rápido y voraz que quema, duele y me hace reír, reír de dolor, reír de tristeza… Reír ante lo patético de mi estado y mis pensamientos. Rearme es lo único que me queda, reír por no llorar… por no llorar por que aunque esta maldita sensación me venza mi orgullo nunca ha podido ser destruido… Ha! Cuantas veces desee que fuese destruido!!
De que hablo? Que era lo que decía?... Ah sí!! Vida, muerte, tristeza, orgullo… Me pregunto; qué harías al saber esto de mí? Ya la respuesta no importa, dudo que dejara ser visto así.
No puedo dejar de reír, todo es tan oscuro ahora, tan frio y cálido a la vez… sabes cuánto te amé? “la última esperanza” si existen… si existen personas que viven por una última esperanza, pero yo, yo ya no poseo una.
Toco mi pecho y el líquido escapa por el, es cálido… lo único cálido que de verdad me perteneció…
Lamento tanto no hacer esa carta blanca, lamento tanto no poder ver, lamento tanto haber vivido. Si no te hubiera conocido seguramente habría murto antes, seguramente me dolería menos la agonía.
Unos ojos que ya no te pueden ver, una mano que ya no te puede tocar un corazón que esta pronto a dejar su melodioso sonido de vida un amor… un amor que nunca supiste que te perteneció.
Ya no tengo fuerzas ni para reír y una mueca es lo único que logro hacer, digo tu nombre en un susurro… lo escuchas? No, esa es la respuesta a mi pregunta absurda.
Por cualquier ente!! Cuanto ha de tardar la muerte!! … lucidez, quizás lo último en mi vida… Ya no importa si te amo, ya no importa si lo sabes o lo sé ya no importa porque ahora solo queda este mareo que me lleva ante la oscuridad que me rodea y este frio que no cesa.
Cuanto más pretende la muerte jugar conmigo antes de abrazarme? … Es que ni ella será benévola conmigo?
Me pregunto si alguna vez mis ojos lloraron? Este cuerpo al que a cada momento siento que pertenezco menos.
Tan mareado, tan oscuro… puede oscurecerse mas o solo es mi imaginación? ….
Que decía? De que hablaba? Quién soy? Que soy? Que……
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El golpe abrupto de la puerta siendo lanzada con fuerza y la entrada de aquel hombre alto y de mirada orgullosa fundida en borgoña.
De pisar lento… de caminar pacimorniozo y solemne hacia aquel que alguna vez fue blanco e inmaculado, hacia el humano trasformado y corrompido.
Y la mirada cambia y lo que ocultaba aquel corazón salió en ríos salinos de aquellos ojos, de aquellos ojos que ven a los que ya no verán, que confiesan ahora un amor que ya no podrá ser y que… y que será la primera y última vez que abrazara a su humano, a su humano de nombre Zero Kiryuu.