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El Amor es "Guerra" por Shikata_Hikari

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Notas del capitulo:

Tal vez olvidé mencionar, que Kyou se comporta como todo un Uke en veces. Siendo relativamente indefenso y débil.

Hikari.

Bajo esa lluvia, cualquiera habría buscado refugio y huído de la posibilidad de haberse empapado, pero ese no era el caso de aquel joven autor del segundo Best Seller de la compañía editorial para la que trabajaba.

Él simplemente siguió caminando en línea recta , de manera tranquila y manteniendo la vista baja; ya había dejado de sonreír de aquella manera, en cambio, su rostro reflejaba la profunda tristeza que le embargaba en esos momentos.

Poco le importaba el hecho de que las personas a su alrededor se percataran de esa mirada; sin embargo y después de que una joven mujer a la que conocía le hiciera un comentario acerca de su estado de ánimo, dejó a un lado su "indiferencia" y por un momento casi se quebró frente a ella.

Pero eso no pasó, gracias a su enorme fuerza de voluntad, tan sólo se zafó de aquella situación fingiendo que le dolía la cabeza, tal vez a causa de un repentino resfriado, cosa que era totalmente incierta.

Aquella mujer se despidió, quedándose un tanto intranquila con su respuesta, él sólo había logrado preocuparla en vano y aunque estaba muy consciente del posible problema en el que se había metido por sus palabras, decidió restarle importancia.

Sólo... sólo siguió andando por toda la calle, la lluvia estaba empezando a parar, algo que le alegró de cierta manera pero que también le desilusionó, problamente seguía pensando que el Cielo lloraba por o para él.

Suspiró relativamente más calmado, a pesar de que ya se le había hecho tarde para encontrarse con esa persona, optó por relajarse, o de lo contrario terminaría dando un verdadero espectáculo y eso, lejos de parecerle vergonzoso, le iba a hacer sentir vulnerable. Algo que definitivamente NO LE AGRADABA.

Sintió vibrar a su teléfono un par de veces, ignoró ambos llamados ya que sabía a la perfección quién era el que marcaba; así pasaron varios minutos, en los que no podía decidir si apagar el celular o dejar que aquella persona siguiera perdiendo su tiempo al localizar a alguien que no quería ser encontrado.

-No tiene de qué preocuparse... -se dijo a sí mismo con un leve susurro, claramente desanimado.

-Él sabe que voy para allá...

Volvió a suspirar, creyendo que la calma que había conseguido se estaba esfumando. 

Finalmente se dignó a aparecer en las afueras de aquella editorial; se quedó parado justo debajo de la puerta preguntándose si no podía discutir el asunto del problema con su trabajo por teléfono con él, pero antes de que tomara una decisión, su persona especial ya se encontraba saliendo de la oficina* y yendo directo hacia él. Por su parte, no hubo ninguna reacción 'inesperada' ya que no se percató de su presencia por haber visto sus propios pies mientras su amigo le miraba preocupado por encontrarlo en ese estado, como una rata mojada...

Se le fue acercando de manera cautelosa, más al darse cuenta de que él estaba especialmente distraído, le llamó en voz suave, tratando de guardar un poco la compostura y tratando de no asustarle. Él, alzando poco a poco la mirada, no pudo evitar sorprenderse por haberse topado con esa persona en ese sitio; suponía que estaría en el quinto piso, trabajando y aguardando a que él subiera pero se equivocó.

Pasó saliva al mismo tiempo en que veía hacia otro lado cuando su amigo se colocó al frente suyo y pudo notar su preocupación, esbozó su mejor sonrisa y fingió estar arrepentido por el retraso, no lamentó el hecho de haber llegado empapado, cosa que molestó al hombre que tenía adelante, considerando el hecho de que anteriormente le había dicho que se cuidara más.

-¿Acaso eres tonto...? -le preguntó sin ocultar su enfado del todo, él sólo alzó ligeramente los hombros.

-Ya sabes que sí, pero olvídalo... más importante todavía, ¿qué hay de malo con el trabajo?

Cambió de tema lo más rápido que pudo, tratando de desviar la atención del sujeto, pareció funcionar ya que el otro suspiró cansinamente cerrando los ojos por breves instantes.

-Tendrás que verlo por ti mismo, ven conmigo.

Tras haber respondido, dio media vuelta empezando a caminar en dirección al elevador, él tardó un poco en seguirle ya que de verdad deseaba pasar el menor tiempo a solas posible con su editor. Una vez que ambos estuvieron dentro, su amigo se dedicó a regañarle, realmente se había enojado con él por ser tan descuidado, pero el regañado estaba haciendo oídos sordos a todas esas palabras; él se sentía de nuevo nervioso y de pronto le invadieron unas enormes ganas de llorar, agachó la cabeza, ocultando sus facciones con su flequillo mientras tomaba aire una y otra vez, expulsándolo con suavidad para tratar de controlar esa sensación. Todo eso no pasó desapercibido para el contrario, quien disminuyó un poco el tono de su voz y detuvo sus regaños antes de preguntarle si algo andaba mal.

Todo iba bien, él respondió que no había nada por lo que tuviera que preocuparse, pero entonces la mano derecha de su amigo sobre su hombro y la pregunta típica "¿Seguro?" hecha con cierta dulzura, sólo lograron ponerlo fuera de control, creía que iba a estallar en llanto y de hecho sus ojos ya habían comenzado a llenarse con pequeñas lágrimas y estaba a unos cuantos segundos de confesar todo, de no haber sido que el ascensor ya había llegado al piso solicitado, él fue el primero en bajar tras haber volteado hacia el sujeto y sonreído al decir que estaba completamente seguro de que todo estaba bien, supuso que no le había creído del todo, ya que el hombre de inmediato replicó con la misma pregunta de antes. Aunque fue demasiado tarde para que obtuviera una respuesta, y es que él ya se había adelantado lo suficiente como para no escucharle.

Tembló un poco por el frío que comenzaba a sentir y a pesar de que con cada paso que diera por el pasillo y que el aire acondicionado hiciera de las suyas en su cuerpo, hizo hasta lo imposible por abstenerse de frotarse los brazos y así poder entrar en calor; sabía muy bien que si hacía eso el otro sujeto iba a darle un sermón de nuevo y quizá hasta se ofrecería a ayudarle con su malestar, por eso se contuvo... porque, aunque en el pasado le encantaba que él se preocupara por su persona, ahora era una cuestión diferente... ahora esa amabilidad le lastimaba, y mucho.

No tardaron demasiado en volver al Departamento de edición de Manga Shounen así que, reuniendo todo su valor y coraje, además de un poco de aire, se dispuso a terminar con su trabajo de una vez por todas. Deseaba llegar a casa, darse una ducha, tal vez leer un poco mientras acariciaba a su pequeño perro blanco y con ello olvidarse, tan sólo por esa noche, de su corazón roto y de su ira hacia aquel tipo, su enemigo.

Con eso en su mente, pudo acabar sin problemas. Poco le importó el hecho de tener a su persona especial tan cerca, ni se puso un poco nervioso por haber sido alborotado su cabello tras haber finalizado con aquel pendiente en sus páginas ilustradas de su famoso manga, no... nada de lo que su amigo y editor hiciera le estaba alterando...

O eso aparentaba, pero por dentro... estaba llorando y suplicándole que no siguiera.

Cuando el problema fue solucionado, él simplemente se levantó de su asiento, le sonrió amablemente y salió de ese lugar, dejando al contrario un tanto confuso por su actitud, ya que él raramente cooperaba de esa manera cuando se trataba de errores en su historia, más aún siendo el final del ciclo, lo que le hizo pensar que algo debía andar realmente mal con él...

Por otro lado, él avanzaba de manera rápida por las calles, dispuesto a volver a su hogar. Ya era relativamente tarde y se preocupó un poco al recordar que su perro se había quedado solo en casa ese día; aun con la ropa mojada y pegada al cuerpo, corrió velozmente por la banqueta, esquivando personas y algunos objetos bajo el pretexto de que su mascota le extrañaba, pero bien sabía que sólo estaba huyendo de aquella persona a la que amaba tanto. Y el 'huir' difícilmente lo iba a lograr...

Ya sin aliento, se detuvo frente a una tienda de conveniencia cerca de una estación del metro, respiró con profundidad al tiempo en que se agachaba un poco y se apoyaba en sus rodillas, contuvo el aire para calmar los latidos rápidos de su corazón, y justo después de incorporarse por completo, divisó a lo lejos una figura que conocía a la perfección; frunció el ceño mientras apretaba los puños fuertemente, siguiendo con la mirada a aquella persona, sentía como su ira iba en aumento conforme el tipo se aproximaba y, antes de hacer algo estúpido, ese hombre ya había entrado a un pequeño bar, justo frente a la tienda en la que él se encontraba.

Sin pensarlo mucho, se dirigió hacia allá, maldiciendo entre dientes al tipo y caminando de una forma sumamente determinada. Era un hecho, estaba en búsqueda de venganza y definitavemente no se iría de ahí sin haberle dejado en claro un par de cosas al tipo, y de paso haberle dado un puñetazo.

Entró de manera cautelosa tras haber aguardado a que aquel entrara y se acomodara en una mesa, él se colocó a un lado suyo, manteniendo una distancia de dos mesas. Sabía que si el tipo lo reconocía, todo se iría al carajo, por lo que prefirió ser cuidadoso y esperar un poco más.

Después de una hora, él aun no hayaba la oportunidad perfecta para atacarlo, esperaba y esperaba a que se distrajera o algo similar... pero eso no sucedió. Sólo podía ver cómo ese hombre bebía de manera un tanto descontrolada, viendo su mesa constantemente y golpeándola en veces.

Él también había comenzado a tomar un poco, en lo que aquella oportunidad llegaba. Miraba de reojo al tipo y en algunas ocasiones le pareció escuchar sus quejas acerca del trabajo y de su pareja, pensó que debía ser molesto para el pobre mesero que, aterrado, lo estaba oyendo más por obligación que por gusto, y eso lo hizo reír. No entendía muy bien el por qué lo había hecho, pero sin duda esa situación le estaba divirtiendo de lo lindo.

Por fin, y luego de otra hora, el tipo se levantó de lugar y, tambaleándose un poco, se dispuso a salir del bar. Por poco y no notó cuando se había largado, así que pagó lo consumido y salió tras él, repasando en su mente una y otra vez el discurso tipo amenaza que le iba a dar, pero cuando vió cómo aquel hombre casi caía al suelo, simplemente se le olvidó... creyendo ahora que él era de verdad patético...

-¿Cómo es que...?

Murmuró mientras iba a auxiliar al ebrio aquel, suspiró silenciosamente y luego habló con él, poniéndose enfrente suyo.

El otro, claramente avergonzado de haberse topado con tan aclamado autor de manga Shounen estando alcoholizado, sólo pudo hacer una pronunciada reverencia ante él. Otra cosa que le pareció interesante y divertida, ya que él consideraba que estaría de mal humor debido a la influencia del alcohol, pero luego recordó que el tipo se veía en la necesidad de disculparse por habérselo encontrado en ese estado inconveniente, y más risa le dió al pasar por su cabeza todas esas veces en las que llegaba a intimidarle de cierta manera cada vez que estaba en el trabajo.

Rió por lo bajo, olvidándose de su enojo unos instantes, le tendió la mano cortesmente luego de que el tipo estuvo a punto de caerse en un desuido, éste le agradeció con un sonrojo notable y él no pudo saber si aquello era por culpa de la bebida o porque estaba apenado.

En cualquier caso, sólo le siguió tomando de la mano mientras lo llevaba a por un taxi, no tenía objeto el dejarlo medio muerto a mitad de la calle si él no podía defenderse, mucho menos decirle que se alejara de su persona especial o de lo contrario habría graves consecuencias, ya que él definitivamente lo olvidaría.

Y, al llevarlo de esa manera por una pequeña calle... una 'brillante' idea acerca de su venganza perfecta llegó a su mente... cambió de dirección y decidió llevarlo a otro lado.

Pensaba en los pros y los contras de lo que estaba a punto de hacer, pero el tipo mencionó a su persona especial con cierta emoción, cosa que lo hizo enfurecer... así que ya no pudo pensar claramente.

Sólo se había dejado llevar por sus emociones, sin importarle en lo absoluto las consecuencias de sus actos y el que él también tuviera repercusiones en su relación con su editor y amigo/amor secreto.

 


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