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Lo que Haga Falta por jotaceh

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Notas del capitulo:

こんにちは ;(Konnichiwa!)

 

Hola!!! espero que se encuentren muy bien....

ahora les dejo el capítulo 12.... a mi parecer es el inicio de todos los problemas que sucederán proximamente :P
 Como dice en la descripción habrá una muerte... pero quieren saber quién es?? Bueno.... pues les puede dar unas pistas...

Primero... Está Magdalena, tiene un cáncer muy avanzado.. puede morirse en cualquier momento

Segundo... Horacio puede sufrir un accidente en cualquier momento debido a su adicción... incluso atentar contra su propia vida debido a la severa depresión que lo acongoja

Tercero... Daniela... complicado debido a que sé que hay gente que prefiere verla muerta jajajajaj creo que es la principal razón por la cual puede fallecer... Está embarazada y en este capítulo... y en este capitulo... Tienen que leer :3

CAPITULO XII: El fin de un sueño es el inicio de una pesadilla.

 

Los papeles están sobre la mesa, esperando el momento en que Horacio se decida a firmarlos. Ha llegado el día en que se dará lugar la compra de las acciones de Old Edward, y el hombre todavía no se siente seguro de hacerlo. Piensa nuevamente en toda la historia que tienen esos supermercados en su familia, todo lo que él mismo ha logrado estando a la cabeza de la empresa, pero ya todo eso se acabó, y tratando de no seguir con las rememoraciones de tiempos mejores, toma el elegante bolígrafo de su cuñada y con la mano temblorosa firma todos los papeles que sean necesarios. El notario observa esto seriamente, mientras que el representante legal de la empresa Agpe mira con complicidad a Estela, la que complacida esboza una triunfante sonrisa en su rostro. La compra ahora comienza un tedioso proceso de trámites legales, pero muy pronto todas las acciones de la familia Palmer pasarán a ser parte de aquella empresa ficticia, donde Antonio es el único dueño. Horacio siente como una parte de sí mismo se ha desprendido de du cuerpo y ahora extraña su presencia. Tras firmar los respectivos papeles, recibe un cheque con la cantidad total a recibir, un monto sumamente elevado y es que aun cuando las cotizaciones bursátiles de las acciones están por los suelos, sigue siendo un número importante de estas las que acaba de vender. Sintiéndose derrotado decide marcharse de aquellas oficinas, quiere desahogar sus penas en el alcohol, como lo ha venido haciendo hace ya un par de meses.

 

Guillermo ha decidido seguir con sus estudios y para ello ha ido a las distintas universidades para preguntar por las carreras de su agrado y los requisitos que debe tener para postular a ellas. Ha sido una mañana ajetreada, especialmente porque sólo tiene memoria para pensar en la venta de las acciones que pertenecen a su padre. Tiene la sensación que nada de lo que aquella transacción produzca, será beneficiosa para su familia. Exhausto de asistir a tantos establecimientos, decide sentarse en una solitaria banca de un parque céntrico de la ciudad. Todo resplandece, las flores han comenzado a aparecer y su aroma deleita a todo quien por ahí transite. Obtuvo un par de minutos de desasosiego y relajo, los que se ven interrumpidos por el sonar de su celular. Se trata de un número desconocido, por lo que extrañado contesta. Grande es su sorpresa al escuchar una voz muy familiar, la de aquel chico que hace unos días lo golpeó tratando de defender el supuesto amor que siente por Antonio. Jaime le saluda escuetamente y va directo al grano. –Quiero hablar sobre algo urgente contigo, ¿puedes juntarte ahora mismo?- Guillermo se sorprende aún más por aquella petición. Presiente que es algo relacionado con su primo, por lo que decide aceptar el encuentro. Quiere volver a dejarle en claro lo unidos que se encuentra y que le será imposible separarlos, especialmente después de que ya han consumado su amor y ambos se han encontrado más unidos que nunca. Decidido a poner en su lugar a aquel vendedor, agenda la cita dentro de una hora más, en el mismo lugar donde ahora se encuentra.

 

Estuvo sentado frente a la barra del bar por largos minutos, mirando un trago sin siquiera probarlo. Se sentía extraño y sin apetencia de ingerir alcohol, algo muy extraño en su cotidianeidad. Horacio quedó devastado tras vender sus acciones y dándose cuenta de cuál sería la mejor opción, se marcha de aquel antro oscuro y asfixiante. Camina lentamente por la ciudad hasta llegar a la ribera del río más importante de ésta, mirando detenidamente su caudal, el que vigoroso se abre paso en medio de toda aquella jungla de asfalto. Sigue caminando por los miradores que rodean aquel río hasta llegar a un viejo y abandonado puente, por donde ya nadie transita y quienes todos temen que se desplome en cualquier momento. Sin importarle ya nada, camina sobre él deteniéndose a mitad del trayecto para seguir observando desde allí la majestuosidad de aquella agua turbulenta. Se da cuenta que ya nada importa en su vida, que no le es necesario a nadie. Su hijo podrá subsistir perfectamente con el dinero que acaba de recibir y con la ayuda de su tía Estela, quien está seguro que lo adoptará. Su familia se librará de su tormento, ya no tendrán que lidiar más con un hombre viejo y acabado, que todas las mañanas llega devastado tras noches de alcohol y desenfreno. Su empresa ya no le necesita, pronto se hundirá en la miseria y no cree que esa tal Agpe pueda salvarla. Ahora que no tiene participación en ella, tampoco podría intentar un nuevo proyecto para recuperarla, no tiene las fuerzas como para hacerlo. La familia y el trabajo están perdidos, su salud está empeorando rápidamente por aquella estúpida adicción y el amor, el romance no ha existido en su vida desde que murió su adorada esposa. Morir es la única solución a tanto sufrimiento y con esta idea fija en su mente, decide lanzarse al caudal de aquel río, pero cuando está a punto de hacerlo el recuerdo de una persona lo detiene. Cuando ya nada importa, cuando todo lo que uno piensa es en terminar de golpe con su existencia, la mente logra despejarse y sólo lo realmente importante sale a la luz. Y así ocurrió con Horacio, quien sólo en ese momento logra darse cuenta de lo que todos estos meses ha tratado de esquivar. Sólo puede pensar en Fernán, en cuanto lo ha ayudado, en todas las veces que escuchó sus pesares, cuando le declaró que ha estado enamorado de él por muchos años y especialmente cuando lo encontró con otro hombre. Si no lo amara, ¿se habría sentido tan acongojado al darse cuenta que Francisco había sentido su cuerpo desnudo? Probablemente no, pero esto sí ocurrió y la rabia se apoderó de él de tal manera, que comenzó una riña con el mismo sujeto. Ahora puede ver todo claramente, pero lástima que haya sido tan tarde.

 

Sin mucho ánimo se sienta en la misma banca que Guillermo y saludándolo solo de palabra decide comenzar con el tema que lo ha llevado a juntarse. Jaime está dispuesto a cuidar con todas sus fuerzas a Antonio, porque sabe que no se merece seguir sufriendo al lado de un chico que sólo le provoca problemas. -¿Qué? ¿Me citaste para decirme esas estupideces? No me hagas perder mi tiempo que necesito llegar a casa para besar aquella boca que me espera ardiendo en ansias. ¿Sabías lo hermoso que se ve desnudo? Créeme que nunca había visto un cuerpo tan adorable y por eso jamás me separaré de él, porque aunque no quieras comprenderlo Antonio también me ama y quiere pasar el resto de su vida conmigo.- Jaime siente como la sangre le comienza a hervir al saber que el muchacho también ha sentido el placer de explorar aquel cuerpo, pero se muerde la lengua para no revelarle que él le ha ganado y fue el primer hombre en la vida de su primo. Decidido a no seguir ocultando una información tan importante, comienza a hablar con un tono de voz grave, casi desafiante. -¿Y quién es mejor? ¿Daniela o Antonio? Claro, me dirás que es él ¿verdad? Pero creo que desde ahora deberás comenzar a mentir, ya que no creo que la madre de tu hijo quiera escuchar que la rechazas tan despectivamente.- e indagando seriamente en sus ojos observa como la incertidumbre invade su mente y termina confundiéndolo gravemente. No comprende nada de lo que el muchacho le está diciendo y es por ello que Jaime decide contarle toda la verdad. Él sigue siendo amigo de Daniela y es por ello que ayer le confesó algo que le aquejaba hace un par de días. Comenzó a sentirse mal, a marearse y tener fuertes vómitos, tener un apetito insaciable y subir considerablemente de peso. Sólo una vez había intimado con un hombre y ese había sido el primo mayor de los Palmer. Intentando pensar que podría ser cualquier enfermedad, fue al doctor, quien firmemente le confirmó aquello que no quería escuchar, estaba embarazada hace ya tres meses. Guillermo al escuchar toda la verdad queda abatido, sus hombros caídos y su mirada gacha demuestran lo difusa que ha sido toda esa historia para él. No puede creer que suceda todo aquello, puede ser una broma de aquel cretino que intenta agobiarlo para conseguir una oportunidad con Antonio, pero esto comienza a sonar cada vez más a realidad cuando el mismo Jaime le entrega un papel con la nueva dirección y teléfono de Daniela, para que sea él mismo quien corrobore toda la información. Guillermo se queda detenidamente mirando ese pequeño trozo de papel y sintiéndose satisfecho, Jaime se marcha. Ya ha cumplido con su misión en ese lugar, ahora debe seguir por otro camino, ya que aún le falta la mejor de las partes.

 

-He sido un imbécil. Me sentí agobiado al principio, tenía miedo de todo lo que la gente podría decir, pero ahora me doy cuenta que eso nada importa. Me gustaría ser el mismo de antes y poder darte todo lo que siempre deseaste.

-¿De qué me estás hablando? ¿Estás bien Horacio? ¿Dónde estás?

-No hagas tantas preguntas Fernán, sólo escucha lo que tengo que decirte. Quiero que sepas que aun cuando ya no me ames, que estés al lado de otro hombre y que él si puede darte todo lo que yo no puedo, te amo… Te amo y he sido un tarado al darme cuenta recién ahora, cuando ya todo se acabará…

- Horacio… yo… no sé qué decir… Horacio…

-No digas nada, no te pido que lo hagas, sólo quería que supieras la verdad. Deseo de todo corazón que seas feliz al lado de Francisco o de aquel hombre que te entregue dicha plenamente. Recuérdame como era antes de todo esto, cuando podía llegar al cielo si es que lo quería…

-¿Por qué me hablas así?... No estarás pensando en… ¡Horacio! ¡Por favor, dime dónde estás! ¡No vayas a hacer una locura!

 

Es todo lo que Fernán puede pensar en aquel momento. Montado en su automóvil recorre la ribera del río buscando encontrar a Horacio. Lo último que escuchó antes que el mismo hombre terminara la llamada fue el inconfundible sonido del agua transitando rápidamente. Sabe a lo que se refería, está seguro que intenta terminar con su vida y por ello lo busca descontroladamente. No lo ha dejado de amar, jamás podría. Francisco es sólo un remedio pasajero, sabe a la perfección que es Horacio el único hombre que puede sanar todo el dolor que lleva su corazón. Por ello no permitirá que haga una locura, menos ahora que le ha confesado su amor.

 

Sin darse cuenta tiene el delicado y tierno cuerpo de Antonio entre sus brazos, ha sido tal la reacción tras escuchar aquella noticia que ha sentido como sus fuerzas se han escapado de su cuerpo en un solo segundo. –Es verdad lo que te digo, Daniela está embarazada de Guillermo. Antes de estar contigo, el mismo día en que se te declaro y quizás sólo horas antes de esto, estaba revolcándose con ella. ¿Cómo puedes seguir amándolo después de todo? Te ha engañado… y supongo que sabes lo que un bebé significa…- Jaime intenta refregarle la verdad nuevamente en su cara, para que así no le quede ninguna duda al respecto. Las primeras lágrimas son las más dolorosas y caen directamente en el pecho del vendedor, quien trata de contenerle y abrazarle lo más fuertemente que puede. Siente como su pecho se contrae al ver a Antonio llorar de aquella manera, empapando toda su cara y sollozando tan fuertemente, tan dolorosamente que pareciera ser una herida mortal. Jaime comienza a sentirse miserable por revelarle la verdad, pero no hay otra opción. La verdad siempre tiene que ser revelada y aún más, cuando ella le trae una oportunidad tan fuerte como esa. –Ve ahora mismo a la dirección que te dije. Ahí estarán ambos y te darás cuenta que todo lo que te digo es verdad. Hazme caso, no sigas engañándote a ti mismo.- Son las últimas palabras que le dice al muchacho, quien queda abatido llorando aun en el piso de su habitación.

 

Se baja raudo de su vehículo y corre hasta el lugar donde se encuentra Horacio, el que está aún viendo las turbulentas aguas. Se ha hecho tarde y el sol ya comienza a retirarse, las primeras estrellas han comenzado a aparecer y las personas comienzan a llegar a sus hogares. Fernán le grita desaforadamente, el hombre está a punto de lanzarse y cometer el peor error de su vida. -¡¡¡¡No lo hagas!!!! No me dejes así, no me entregues tu amor para luego huir… Quédate a mi lado, te prometo que yo te ayudaré a superar todos tus problemas. Ven… no estás solo…- y el sonido de estas palabras son las que detienen a Horacio, quien perplejo logra darse cuenta lo cerca que había estado del abismo. Al borde de las lágrimas le pide ayuda a su salvador y tomándole de los brazos, ocupa sus débiles piernas para subir el barandal. Cae en los brazos de Fernán, quien aún asustado lo abraza con todas las fuerzas que su deteriorado corazón le permite, como si con esto tratara de corroborar que lo tiene a su lado, sano y salvo. –Soy un imbécil… Todo se desmoronó en mi vida, pero siempre te he tenido a ti… Te amo, te amo como quizás nunca he amado a nadie…-  Horacio le dice esto casi susurrándole al oído, para luego besar descontroladamente sus labios, sedientos de conseguir aquel néctar que logre devolverlo a la vida. Nada importa, ni lo que diga la gente, ni los prejuicios ni los miedos, ya nada es impedimento para hacer aquello que tanto anhelan.

 

Es un barrio marginal, las casas son pequeñas y débilmente construidas, las calles están llenas de perros y la vegetación pareciera que se ha extinguido. El lujoso automóvil de Antonio se adentra en aquellos lugares, donde él jamás había estado antes. Busca la dirección que Jaime le dijo, aun teniendo hinchados los ojos por tantas lágrimas derramadas, intentando cubrirlas con unos lentes oscuros. La oscuridad es casi total, solo disipada por unos cuantos faroles, que de vez en vez funcionan. Llega al lugar, pero por ahí no hay nadie, como si todo el mundo hubiese decidido marcharse. A lo lejos logra ver una pareja, ambos hablando de pie en medio de una desarreglada placita. No cabe duda, son Daniela y Guillermo, aquellas siluetas podría reconocerlas hasta en el mismísimo infierno. Observa a lo lejos la escena, ambos conversan sin muchos ánimos, sin darles la mínima sospecha. Todo sigue igual hasta que la mano de Guillermo comienza a tocar el vientre de la muchacha, gesto indudable que corrobora el estado de gravidez en que se encuentra. Ya no es pena lo que siente en su pecho, es una profunda y creciente rabia. Siente la desdicha de sentirse engañado, estafado con un amor vacío y lleno de promesas falsas. Creyó cada una de las palabras de su amado, aun cuando se las dijo horas después de preñar a aquella mujerzuela que siempre se ha interpuesto en su camino. Todo termina cuando el muchacho abraza a Daniela, quizás sin muchas ganas, pero evidenciando claramente el compromiso que se ha generado entre ellos. Él es el padre y ella la madre, ambos siempre unidos por aquel lazo carnal que pronto llegará a esta vida.

 

Guillermo se ha marchado y ella camina embobada hacia su casa, todo ha sido una sorpresa. De repente Daniela abrió la puerta de su casa y se encontró con aquel muchacho, quien yendo directamente al grano le preguntó si realmente estaba embarazada. Todo fue obra de su querido amigo Jaime, quien le confesó la verdad. Salieron a caminar para hablar sobre el asunto y todo quedó zanjado, él se compromete a hacerse cargo del niño, nunca nada le faltará, aun así, todo será en secreto. Él no quiere que nadie se entere y menos ella, que sigue temiéndole a la reacción de Antonio. No serán pareja, no serán marido y mujer, pero la chica se siente feliz porque sabe que desde ahora estarán siempre unidos, los une un lazo tan fuerte que nunca el primo de Guillermo podrá igualarlo. Camina lentamente hacia su hogar cuando decide cruzar la calle. En ese lugar no hay muchos vehículos, por lo que no hay nada que temer, pero no siempre las cosas se mantienen igual. De la nada aparece un automóvil, que con las luces encendidas se acerca peligrosamente a ella, el miedo la paraliza y se queda ahí, parada justo delante del carro, el que en vez de detenerse decide seguir su rumbo raudamente. Daniela es embestida con severidad, golpeándose con el parabrisas y volando por los aires, cayendo agresivamente al pavimento. Es tan fuerte el impacto, que la muchacha cae inconsciente, no tardando la sangre en aparecer. No hay testigos más que las estrellas y esa delicada oscuridad, nadie camina por el lugar y no hay persona que encuentre el cuerpo maltrecho de la joven.

 

Antonio siente rabia, impotencia y cólera transitando por sus venas. Su mente se ha nublado y ni siquiera se ha dado cuenta de lo que acaba de hacer. Maneja rápidamente su vehículo sin tener un rumbo fijo, y cuando logra despertar de aquella oscuridad, se da cuenta que ha llegado al mismo cerro donde se entregó en cuerpo y alma a Guillermo. En ese lugar detiene recién el automóvil y como por arte de magia, su cerebro comienza a rememorar aquellas imágenes que ha tratado de eludir. Recuerda como el cuerpo de Daniela se estrelló fuertemente en el acero de su carro, sintiendo el crujir de los materiales y el golpe en el cuerpo. Miró por el espejo retrovisor lo que había logrado y se impresionó al ver a la muchacha malherida en el suelo. El miedo se apoderó de su cuerpo y aun la rabia le permitió seguir adelante, huyendo rápidamente del lugar. ¿Qué acaba de hacer? Es lo único que se pregunta, todo sigue siendo difuso. Ha intentado de mil maneras separar a la joven de su amado Guillermo, incluso llegó a lanzar por las escaleras a Magdalena, pero sin la intención de asesinarla, sólo de callarla. Ahora todo es diferente, su cuerpo y su mente le exigían que la eliminara de la faz de la tierra, que acabara con su vida y con la de aquel nonato que acabaría con todos sus sueños. No era él quien estaba al volante, era el ser más despreciable y maléfico que pudiera crear en su interior. Es capaz de hacer miles de cosas con tal de lograr lo que desea, pero ¿es capaz incluso de asesinar? Es lo que no tiene muy claro en su interior, ya no sabe hasta que límite ha llegado y sintiendo por primera vez el peso de sus acciones, comienza a llorar, de la misma forma o quizás más desaforadamente que al enterarse del embarazo de Daniela. ¿Es tan malo así? ¿En qué se ha convertido con tal de lograr el tan anhelado amor?

Notas finales:

y en japonés es ありがとう;(Arigatou!)

 

Muchas gracias por leer!!!! *-*


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