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Lo que Haga Falta por jotaceh

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Notas del capitulo:

Hello guys!!!! I hope you´re fine today...

 

Bueno, ahora les traigo el capítulo 14, espero que les guste...
 =)

 

pd: Leyeron el titulo??? :P Bueno... ahora sabrán quién es el personaje que morirá xD

CAPITULO XIV: Nadie es eterno en el Mundo.

 

 

Todo sigue confuso en su mente, no sabe cómo será su futuro y mucho menos si será feliz. Será padre dentro de unos pocos meses, Daniela está en la pieza contigua en reposo absoluto intentando salvar la vida de su hijo y no muy lejos de ahí, duerme a quien realmente ama, aquel que tan solo al verlo se le contrae el corazón por no poder estar a su lado. Guillermo no ha podido conciliar el sueño en días y su cuerpo ya le está recriminando, pero por más que lo necesite, no lo ha podido lograr. Acostado en su cama mira detenidamente el techo de su pieza, mientras su mente viaja por diversos parajes, logrando solo confundirse aún más. El clima ha estado delicioso y a esa hora de la noche no hace frio. El cantar de los grillos se escucha desde el patio y la oscuridad de aquella habitación es sólo interrumpida por los leves destellos de la luz lunar. Cierra sus ojos sabiendo que no se dormirá, pero no lo hace por ello, sólo desea viajar aún más lejos de lo que ya ha ido, adentrándose todavía más profundamente en su alma. Recuerda la suave piel de Antonio, aquel inconfundible aroma que desprende, el brillo en sus ojos, aquel pelo castaño y sedoso, las manos que tan diligentemente exploraban su cuerpo. Es tan vivido el recuerdo del ser amado que comienza a sentir los dedos débiles de su primo, sintiendo como desprenden cada botón de su pijama, intentando dejar al descubierto el cuerpo que hace tanto no reconoce. Todo es tan real que pareciera que ahí está el mismísimo Antonio, intenta abrir los ojos, pero la desilusión de ver el vacío en aquel cuarto y darse cuenta que todo ha sido un espejismo más de su enfermo corazón, lo hacen desistir. – ¿Será que te dignarás a verme aunque sea por unos segundos? ¿O sigues temiéndole a los fantasmas?- La voz de su primo lo hacen despertar de aquel letargo en el que se encontraba, sorprendiéndose al verlo justo a su lado, tal cual como lo había soñado. Es tanta la impresión que no logra esbozar palabras y dejando todo a la deriva, comienza a ser desnudado por aquel ser que tanto ha añorado. Las prendas comienzan a caer y ambos quedan completamente desnudos, inundados en un vendaval de caricias y besos desenfrenados. -¿Podrás desear de esta misma forma el cuerpo de Daniela cuando ambos estén casados? ¿Podrás amarla como me has amado a mí?...- La voz del menor de los muchachos aparece sin siquiera preverse en la mutes de aquel cuarto a oscuras, y sorprendiendo a Guillermo, éste decide contestarle con toda sinceridad. –Jamás la podré amar como a ti… Su cuerpo ya no me tienta y si me casara en este momento, no podría cumplirle como marido. Entiende, sólo me ata a ella ese hijo que espera, nada más… Porque mi corazón te pertenece y siempre te pertenecerá. No lo dudes nunca amor.- y sin esperar más palabras, Antonio se posa sobre él, para dar inicio al acto que apasionadamente planificaron todos estos minutos. Lentamente comienza a ingresar el ferviente falo de Guillermo, inundando cada centímetro de piel de su amado acompañante, llenándolo con su ser y su candor, el que sólo provoca gemidos en la dulce boca del menor.

 

Magdalena despierta nerviosa, ese mismo día se internará para ser operada. Ha esperado todos estos días este acontecimiento, el que definirá si le ganará el reto a la vida o si deberá decirle adiós para siempre a su amada hija. Luego de bañarse y arreglar la maleta con los utensilios necesarios para la intervención, se dirige hasta la pieza de Daniela, con el único motivo de despedirse del único ser que la retiene en este mundo. La muchacha no puede acompañarla en este momento tan importante, lo que la aflige mucho. Debe elegir entre acompañar a su madre o seguir cuidando la salud de su hijo, obviamente se decidió por lo segundo. Ahora se despide emocionada de Magdalena, deseándole la mejor de las suertes y esperando verla pronto, completamente recuperada y con ganas de seguir viviendo. –No te preocupes hija. Soy fuerte y le he ganado a la vida batallas aún más difíciles. Ya verás cómo regresaré sana y salva, para poder conocer a aquel niño que esperas…- Un fuerte abrazo culmina la escena, provocando que ambos corazones latan precipitadamente. Siempre han estado la una con la otra, procurando siempre ayudarse y amarse en las buenas y en las malas, como si fuesen en realidad un matrimonio. –Buenos días ¿Ya está lista Magdalena? Es hora de irnos al hospital.- Horacio llega a la habitación de su futura nuera para llevarse a su madre, será él junto a su hijo quienes la acompañarán en la operación médica. Daniela observa cómo su madre se retira, y antes de esto, decide gritar con todas las fuerzas que tiene aquello que siempre ha sentido por la mujer que ha logrado convertirla en lo que ahora es. – ¡Te amo!...- y esto es lo último que puede escuchar Magdalena antes de irse, sintiendo que regresará al lado de su hija, pero es esta última quien no presiente ese futuro. Un fuerte dolor en su pecho le hace pensar que aquella es la última vez que vea a su madre, que observe su tranquilo rostro y su desenfrenado cabello, la última vez que siente su aroma y agradezca sus abrazos. No quiere sentir esto, desea tener la esperanza de que pronto la volverá a ver, pero le es imposible, su alma le grita que este es el final de Magdalena.

 

Un fuerte golpe en su puerta lo despierta, es su padre quien le avisa que se encuentra atrasado para acompañar a la madre de Daniela al hospital. Guillermo sin muchas ganas comienza a abrir sus ojos y levantando sus brazos comienza a expandir cada musculo de su cuerpo, tratando de despertar por fin de aquel sueño que tan esquivo le fue. De repente recuerda la noche de pasión que vivió junto a Antonio y  asustado observa el lado opuesto de la cama, pero ahí no lo encuentra, lo ha dejado. Siente un fuerte dolor en su pecho, como si este fuese la forma de decirle adiós, que luego de aquella noche no habrá más noches, y que ya jamás volverá a ver su delicado cuerpo. Mece su cabeza para borrar aquellas presunciones, más que mal, aun cuando quiera, no puede estar a su lado. Debe hacerse a la idea que ahora formará una familia junto a Daniela y al hijo que ella espera. Lentamente se coloca las primeras prendas que encuentra, y sin siquiera bañarse, baja las escaleras para luego montarse en el automóvil de su padre, camino al hospital. No quiere acompañar a aquella mujer, pero no le queda de otra, Horacio le ha exigido hacer esto, y no puede desobedecerle.

 

Está preocupada, mira constantemente la pantalla de su celular para ver si tiene algún nuevo mensaje o alguna llamada perdida. Trata de ver la televisión acostada en aquella cama tan amplia, pero no logra tomarle atención; luego intenta leer una revista de modas, pero tampoco le es factible. Daniela no puede estar más alterada. El doctor le recomendó estar en reposo absoluto hasta que nazca el bebé que espera, y por ello no puede estar ahora en la sala de espera de aquel hospital, donde sí está Horacio y Guillermo en su representación. Daría todo lo poco que tiene con tal de apoyar a Magdalena más de cerca, pero esto no es posible, debe pensar en su hijo. Todos estos días han sido iguales, se siente encerrada en aquella pieza, sin poder siquiera salir al patio a ver las maravillosas rosas o caminar por el parque cercano a la casa, estar todo el día entre esas cuatro paredes le están estresando muchísimo.

 

 

-Me han dicho que esas operaciones son muy complicadas. Quizás no logre sobrevivir… Lo más probable es que muera en el pabellón.- Antonio le habla a la embarazada apoyado en el dintel de la puerta. La mira despectivamente, como si estuviese contagiada de alguna enfermedad mortal. El muchacho aprovecha que se encuentra sola para poder fastidiarle un poco, ella no puede pasar angustias y él necesita vengarse un poco por la humillación que le ha causado. – No sé por qué te muestras tan malo… Recuerda que si no la hubieses lanzado por las escaleras, el doctor no le hubiese detectado el cáncer. De cierta forma, le salvaste la vida. ¿Será que eres tan malvado como tú crees?... Yo sólo creo que estás confundido.- Daniela se muestra gentil ante el muchacho, a quien mira tranquilamente como si no hubiese escuchado las pesadeces que pronunció. Antonio la observa aún más furibundo, lo que siempre le ha detestado es esa forma tan afable que siempre ha tenido. Le molesta que siempre sea buena, que nunca piense mal de otra persona y que no sea capaz de luchar por lo que quiere por no dañar a otra persona. Le enferma ver gente tan bondadosa, o quizás, tan estúpida en este mundo. –No seas tan ingenua, ese es tu problema. Aun no sabes de lo que soy capaz de hacer realmente, pero muy pronto te enterarás y no te gustará para nada.- La mirada más fiera le es dirigida a Daniela, quien se estremece ante aquellos ojos de fuego, pero no cambia de parecer. Sabe que se siente confundido, que no sabe qué hacer sin tener en mente cada segundo de su vida a Guillermo y eso le ha pasado la cuenta. Nadie puede vivir en base a otro, cada uno debe buscar su felicidad procurando ser el único gestor.

 

Juega sin muchas ganas en su celular, mientras su padre camina impacientemente de un lado hacia el otro de la diminuta sala de espera. Horacio no conoce hace mucho a Magdalena, tampoco es su amiga o le agrada mucho, pero siente cierta empatía con su vida. Sabe lo esforzada que es y lo mucho que ha tenido que luchar para poder subsistir en un mundo tan agreste. Él siempre ha tenido todo y cuando lo comenzó a perder, no supo cómo seguir, cayendo en una fuerte depresión. Desde ese momento comenzó a admirarla, a sentir que ella es un modelo a seguir, una figura de valentía y fortaleza. Quiere que esté bien y tenerla como integrante de su familia, de aquella que pronto comenzará a formarse, cuando su nieto llegue a este mundo. Se siente algo solo, su hijo no está interesado en lo más mínimo en la salud de Magdalena y necesita estar con alguien a su lado, es por ello que decide llamar a Fernán, su querida pareja.

 

-¿Qué significa esto? ¿Me quieren decir que las fotos que aparecieron en los diarios hace algunos meses decían la verdad?.... Papá ¿Eres gay?...- Guillermo queda atónito al ver llegar a Fernán, quien siempre natural besa apasionadamente a Horacio en la boca, para luego darle un abrazo fuerte y amoroso. Todos quienes estaban en la habitación junto a ellos los observaron con extrañeza. Dos hombres besándose sin pudores, es algo que aún no suele ser bien visto en esta sociedad tan conservadora. –No hijo, no soy homosexual… O sea sí, porque amo a un hombre…. Pero no, porque no me considero como tal… Guille, es complicado. Pensé que tú me entenderías mejor… como te enamoraste de tu primo.- El mayor de los Palmer contesta algo confundido, no sabe cómo explicarle a su hijo todo lo que ha sucedido últimamente, estuvo días enteros planeando la mejor forma para revelarle su relación con Fernán, y ahora sucede esto, sin siquiera desearlo. –Deja que te explique. Lo que sucede es que pensar en homosexuales, heterosexuales, bisexuales, transexuales y todas las clasificaciones que existen, es muy obtuso. Todos tenemos un corazón con el cual podemos amar, y ese sentimiento es tan inmenso que no se define solamente con los genitales con que naciste, ni con los de tu pareja. Simplemente quieres estar con una persona, eso es todo. Tú debes entenderlo, te enamoraste de Daniela y luego de Antonio, y eso es normal, somos seres humanos. Comprende a tu padre, él ha pasado por lo mismo… ¿Entiendes lo que quiero decirte?- Es Fernán quien al darse cuenta de la mutes de su amado, decide explicarle al hijo de éste aquello que tanto le cuesta entender a todo el mundo. Esta es la conclusión a la que ha llegado tras años de vivir rechazado por ser clasificado como homosexual. Guillermo se da cuenta recién en este momento algo que no se había percatado antes y que ahora logra comprender. El día en que se dio cuenta que amaba a Antonio no pensó en ningún momento en el impedimento que podía existir debido a la sexualidad de ambos. Nunca se preguntó si desde ahora debería sentirse homosexual, sólo se percató del gran amor que tenía dentro de sí, lo físico, fue lo último en importarle. A la hora de plasmar tantos sentimientos en el cuerpo de Antonio, tampoco se le pasó por la cabeza el hecho que ambos sean hombres, sólo lo amó con locura y pasión. No puede creer que todavía a los veinticinco años de edad, su padre siga enseñándole lecciones sobre la vida. Se da cuenta que si él fue feliz al lado de Antonio, aun cuando fue un momento tan corto, Horacio también puede serlo. –Que tonto soy al preocuparme por lo que el resto dirá… Lo único que importa es que sean felices. Espero que así sea. ¡Felicidades!...- Es lo que termina diciendo tras abrazar a ambos hombres, sabiendo que Fernán es el remedio a la adicción de su padre.

 

…Jamás la podré amar como a ti… Su cuerpo ya no me tienta y si me casara en este momento, no podría cumplirle como marido. Entiende, sólo me ata a ella ese hijo que espera, nada más… Porque mi corazón te pertenece y siempre te pertenecerá a ti. No lo dudes nunca amor…

 

Las lágrimas aparecen inmediatamente después de ver aquel video. Daniela observa la grabación donde Guillermo le confiesa los sentimientos que tiene hacia ella, justo antes de intimar con su amado primo. –Pausaré el video, no creo que  quieras ver lo que sucede después…- y con una risa burlona Antonio camina hasta el televisor, donde ha reproducido el video que él mismo grabó la noche anterior. Lo único que pretende es hacerle pasar los peores días de su vida a aquella que se ha interpuesto en su felicidad. –No era necesario que me mostraras eso, sé perfectamente que Guillermo no me ama… Reconozco a la gente buena tan sólo al verlo y sé que tú no eres malo, sólo te sientes herido. Te han dañado mucho por el simple hecho de ser diferente, pero no tienes por qué hacerme esto. Trato de velar por la vida de mi hijo, no pretendo el amor de tu primo, ni siquiera me gustaría casarme con él. Si me encuentro ahora mismo en esta casa es por mi madre, quien me pidió que me viniera, para estar más tranquila… Algún día lograrás abrir los ojos y te arrepentirás de lo que has hecho… Es mejor que te arrepientas ahora, antes que sea muy tarde…-Daniela trata de contener las lágrimas, que sólo desean recorrer su rostro. No desea iniciar una guerra, menos en un momento tan complicado de su vida como lo es ese. Está seguro que dentro de aquella coraza que ha creado, aquella imagen de un ser de cristal, delicado y frío, se encuentra un alma noble y bondadosa. – Eres una estúpida… ¿Crees que no me doy cuenta lo mal que has quedado? Sé lo mucho que amas a Guillermo, pero él no te desea… Le repugna tu cuerpo y jamás volverá a tocarte… Metete bien eso en la cabeza… ¿Quieres saber algo? Te lo regalo, no me sirve tener a mi lado alguien tan débil como él. Quédatelo, no me importa… Sé que jamás me olvidará y ese es el precio que tendrás que pagar… Te dejo el video para que sigas viéndolo, te encantará oír los gemidos de tu amado.- Furibundo tras escuchar las palabras de la embarazada, Antonio decide marcharse del lugar. No puede creer que siga teniendo aquella cara angelical, esos ojos tan bondadosos, justo después de escuchar cómo la rechaza el hombre que más ha amado en este mundo. Tanta pureza le produce arcadas, y sin poder soportarlo más se retira de la habitación. Esta es solo una jugarreta, el verdadero infierno está a punto de iniciar.

 

Horacio abraza fuertemente a Fernán, se siente nervioso debido a que la operación ya lleva más de una hora, siente que puede haber existido algún contratiempo y la pobre Magdalena puede estar en riesgo de muerte. Guillermo aun cuando no le importaba, ahora se siente algo preocupado y espera de la misma forma que su padre la llegada del doctor. Siguen pasando lo minutos y de repente se abre la puerta de la habitación. El cirujano a cargo de la operación ingresa cansadísimo pero con una gran sonrisa en su rostro. -¡Todo fue un éxito! Nos costó mucho estabilizarla porque ha perdido una gran cantidad de sangre… Pero alégrense, ella está sana y salva…- Horacio se siente tan feliz al escuchar las palabras del doctor, que sin pensarlo besa a Fernán, como una forma de celebrar. Su modelo a seguir nuevamente le ha ganado una batalla a la vida, realmente es la mujer más fuerte que ha conocido. Guillermo logra sacarse de encima todos aquellos nervios, pero no se alegra como su padre, sabe que esa mujer intentará de todas las formas posibles casarlo con su hija. Todo en aquel lugar es felicidad, que alguien siga viviendo es siempre algo que festejar.

 

Los vehículos transitan rápidamente por las calles de la ciudad. La gente ingresa a los locales comerciales con la intención de adquirir todo aquello que anhelan, aun cuando no sea necesario. Todo transcurre tan caóticamente, que nadie se detiene a observar como las flores alaban al astro rey, las nubes transitan relajadamente por el celeste firmamento diurno y los árboles se mecen al compás del tímido viento. Jaime sale de su trabajo algo cansado y camina por el centro comercial en dirección a una avenida transitada, para abordar el microbús que lo lleve hasta su humilde casa. Camina sin pensar en nada importante cuando se encuentra frente a frente con una figura conocida. Aquellas piernas largas y delgadas, ese cabello brillantemente castaño y esos ojos almendrados que fijamente lo observan, todo eso él lo conoce a la perfección, son de su amado Antonio. El muchacho lo ha ido a visitar porque desea conversar con él, necesita de su ayuda. –No creas que te estoy dando una oportunidad para que me enamores, sólo deseo vengarme de Guillermo. No me interesas más que sólo en lo físico… ¿Entendido?... Entonces, ¿Te harías pasar por mi nuevo novio?- El menor de los Palmer, luego de comentarle todo lo que ha sucedido en su vida durante este tiempo y mencionarle los planes que tiene, le pregunta esto, indagando en cada momento sus oscuros ojos. –Me da lo mismo si es solo una mentira, cualquier oportunidad para estar a tu lado yo la aprovecharé. No te darás cuenta, pero te terminarás enamorando de mí…- Completamente seguro de esto, Jaime decide ayudarle en su acometida, pero aprovechándose de la situación, lo besa de sorpresa, buscando aquel sabor que tan esquivo le ha sido. Tras lograr aquel deseado ósculo, decide marcharse, como si nada hubiese sucedido, dejando boquiabierto a Antonio. Si hay algo que le atrae en un hombre a este último es la determinación y eso, Jaime lo tiene en abundancia. Cosa que no comparte con el débil de Guillermo.  

 

Alegre por los resultados de la operación Horacio decide salir al patio del hospital para poder llamar por teléfono a Daniela, quiere darle las buenas noticias. Camina por un estrecho pasillo para llegar hasta aquel lugar cuando escucha la conmoción entre las enfermeras y paramédicos. Todos corren desesperados hasta una pieza en particular, donde al parecer ha sucedido algo preocupante. – ¡Corre, corre!… Esto es importante…- Es lo que primero escucha al acercarse un poco más al lugar, indagando en algo que quizás no le interesa, pero ya se ha hecho de la necesidad por saber.

 

- Pero si estaba todo bien, se estaba recuperando a la perfección, ¿Qué le habrá pasado?

- No lo sé, todo es muy extraño, pero tú sabes cómo son este tipo de operaciones.

- El doctor Jiménez intentó hasta lo imposible por salvarle la vida a aquella mujer, pero todo fue imposible… Pobre señora, luego de pasar por una operación tan severa ahora morir justo cuando se había estabilizado. Espero que descanse en paz.

- Sí, me recordó a mi madre… siempre es dolorosa una pérdida. En fin, tengo que llenar la ficha de su defunción. ¿Cuál es su nombre?

-Deja ver… Es… Magdalena… Magdalena Urrutia.

 

Horacio escucha la conversación de dos enfermeras, las que hacen los trámites necesarios tras la muerte de una paciente, pero al escuchar el nombre de la mujer que tanto admiraba, queda sumido en un estado de impresión. Tratando de que nadie se dé cuenta de su presencia en el lugar, se marcha hacia el patio, para sentarse sin ganas en una apartada banca. Tanta alegría que estaba formulando dentro de sí por aquella recuperación y ahora enterarse que ha sido en vano. No conoció mucho a la mujer, pero su historia era de admirar. –Estés donde estés Magdalena, te prometo que me haré cargo de tu hija y del niño que lleva en su vientre. No permitiré que nadie les haga daño… Esto te lo juro con mi propia vida…- El hombre habla hacia el cielo, tratando que el alma de la difunta mujer pudiera escucharle, pero no puede dejar de pensar en la reacción que tendrá Daniela al revelarle la noticia. Es algo tan delicado y doloroso, que no sabe cómo contarle sin poner en riesgo la vida de su nieto… La muchacha sufrirá mucho al enterarse que su adoraba madre acaba de fallecer…

Notas finales:

And obviously, it´s Thank you very much!!!!

 

Muchas muchas gracias por leer mi ff, espero que les haya gustado el capítulo... Pronto subiré uno nuevo  =)

 

Hasta pronto... See you soon!!!


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