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Lo que Haga Falta por jotaceh

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Notas del capitulo:

Iorana korua

Hola a todos!! Espero que se encuentren muy bien y que todos sus sueños se estén cumpliendo!!!

 

Lo siento mucho u.u sé que soy una pésima persona por no haber subido un capítulo nuevo hace tanto tiempo u.u pero es que tenido un bloqueo mental con esta historia... me he dado ánimos para seguirla, pero no sé qué me sucede u.u espeor que puedan entenderme y que me crean cuando les digo que nunca dejo las cosas inconclusas, aunque me demore, siempre las finalizo, así que esta historia tendrá un desenlace... no se preocupen...

CAPITULO XXXVI: La boda.

 

El imponente edificio corporativo de AGPE se irgue todopoderoso frente a su competencia, con su fachada de cristal y su nombre brillantemente dorado, como si estuviese escrito con oro. A la oficina más importante de aquel lugar hace aparición un descompuesto Jaime, quien con la voz entrecortada debe rendirle cuentas a su superior. –No sé cómo contarte esto… Es algo terrible lo que me acaba de suceder…- Antonio se intranquiliza inmediatamente, ver el rostro de su seguidor de aquella manera no puede significar nada bueno, especialmente porque aquel hombre no es fácil de asustar. –Mi notebook fue robado desde mi automóvil, todos mis documentos tenían un respaldo en él… todos, incluidos los que surgieron gracias a nuestra estrategia en el extranjero, toda la evidencia que comprueba nuestra participación en el desastre de las sucursales de Old Edward en el exterior estaban allí…- Como por arte de magia el presidente de aquel conglomerado se levanta de su asiento para estabilizar a su inquieto corazón. No hay que ser un genio para dilucidar que ahora aquella información está en manos de su primo y que con ello le intentará destruir. Jaime lo observa detenidamente mientras se pasea de un lado a otro de la oficina, no ha pronunciado palabra alguna, sabe perfectamente  que su mente ahora es un caos. Le contempla sereno, hasta que la fuerte risa que brota desde sus labios le termina por asustar, el sonido es espeluznante, esbozo de aquello que ha surgido en su interior. –Pero ¿qué hay de malo en ello? Digo, no tendría de qué preocuparte, si hay alguien culpable en aquellos documentos eres tú, mi nombre no está implicado… ¿o sí?- Su mirada penetra venenosamente a través de su piel. El que antiguamente fue un vendedor queda paralizado por la frialdad de quién por muchos años fue amado, ahora logra percatarse que nunca ha sido importante para él y que si por su bien se trata, es capaz de sacrificarle. –Siempre he actuado según aquello que me dicta el corazón… Te he amado por largos años y por ello me he sacrificado… Créeme que esta vez no será distinto, le haré caso a mis sentimientos y actuaré conforme a ello…- Serenamente camina hacia Antonio, hablándole como un entrañable amigo de la infancia, como un querido conocido de esta vida. Con total naturalidad levanta la barbilla del castaño y sin provocar mayor rechazo le besa secamente en la boca, no de la misma forma eufóricamente cómo lo hacía en su juventud, sino que amargamente luego de años de rechazo. Tras ello se marcha, no hace escándalo ni utiliza palabras en contra de lo que planea hacer Palmer, simplemente se aleja de su vista.

 

Estúpido… Es la palabra que se escapa de sus labios. Antonio no puede creer que el amor de Jaime le haga echarse toda la culpa de aquel plan y que elija pasar el resto de su vida en la cárcel por acciones que no fueron concebidas en su mente. Él tan solo es un eslabón más de su imponente pirámide, nada sucederá en su vida sin su presencia. Vuelve a la tranquilidad inicial, creyendo que nada de aquel accidente le afectará, sin embargo es este el peor error que puede cometer. Nunca se debe subestimar a un corazón herido, puede ser el arma más mortífera existente en la faz de este planeta.

 

-Ya cumplí con mi parte del trato, ahora es tu turno.- Es todo lo que le dice a su interlocutor al otro lado del celular. Jaime se sube a su lujoso vehículo luego de abandonar el edificio AGPE. Ya no hay en sus pupilas aquel amor ciego que le acompañó por largo tiempo, todo aquel vacío ha sido llenado por dureza, por la misma que vio en los ojos de su eterno enamorado desde un inicio. Aquel muchachito que le robó el alma y el actuar, el mismo que le rechazó en un sinfín de oportunidad, que actuó siempre sin medir las consecuencias, siempre arriesgándose por conseguir sus objetivos, asesinando si era necesario, aquel ha sido su maestro, quien le ha enseñado cómo debe actuarse en esta vida, con sangre fría y puño de hierro. Ahora no le temblará el brazo para derrumbarle, para hacerle pagar por todo aquello que le arrebató.

 

Hace ya dos meses que Javier le pidió matrimonio y hoy los preparativos para la celebración ya están terminados, en dos semanas más Antonio se convertirá en el flamante esposo de Díaz de Valdés y dejará atrás su pasado, su interminable obsesión por su primo, creando un vínculo que intentará mantener hasta la eternidad. -¿Puedo ver al novio o es de mala suerte?- Es como alegremente su prometido entra a su despacho. Le besa como todo buen hombre impaciente por celebrar aquel deseado vínculo. –Pronto serás mío y podremos irnos a esa isla paradisiaca que tanto quieres conocer… Desde ahora comenzaremos desde cero y podrás ser por fin feliz… Prometiste que te olvidarías de tu pasado, de todo lo que concierne a Guillermo y su familia… Nos casaremos, recuperarás a Daniel y nos iremos a vivir a Europa, ¿todavía sigue aquella promesa en pie verdad?- Aunque lo duda por unos segundos, no es capaz de negarle su palabra a Javier. –Sabes que cumpliré… pero para poder recuperar a mi hijo primero debo deshacerme de mi primo… es la única manera para olvidarle… No había querido contarte esto, pero presioné a la corte de justicia para que acelerara los juicios en que los acreedores de Old Edward le piden las compensaciones debidas por su no pago… Ahora mismo los fiscalizadores deben estar embargándole sus pertenencias, incluida la mansión Palmer… Y… espero que no te enfades con esto, pero… Haré hasta lo imposible con tal de comprarla.- El hombre trata de pensar en lo que aquella estructura significa, en su infancia corriendo por aquellos pasillos, en los recuerdos de sus padres morando en sus habitaciones, una vida entera plasmada en aquellas paredes, pero no puede dejar de imaginar que también es testigo de su romance con Guillermo, que tal vez la comprará para poder tener algo de él en sus manos. En un par de horas serán esposos y no quiere estropear tan importante acontecimiento, es por ello que acepta un tanto melancólico su decisión.

 

Su frente sigue en alto, no dejará que nadie le vea derrotado, porque este solo ha sido un traspié en su camino, no es el final de su travesía. Michel sale de la mansión Palmer como si nada estuviese ocurriendo, como si no estuvieran echándole a patadas. Los fiscalizadores del ente gubernamental y la policía resguardándoles, les ayudan a entender la situación tan repentina. Les dejan llevarse sus pertenencias más íntimas, sus trajes y artículos personales, pero todo el resto, los muebles, el menaje, las pinturas, esculturas, candelabros y un sinfín de ostentosas artículos de aquella mansión ahora son del Estado. Daniel no entiende nada de aquello, solo sigue a sus sirvientas, quienes llevan en sus maletas las ropas del menor. Rato después vislumbra a su padre, quien ofuscado por la medida, dejó los problemas en la oficina atrás para ir a la mansión de su familia y encarar a sus verdugos. –Ustedes no pueden hacer esto, no saben quién soy yo… me están tratando como a un pobre pelele, pero pertenezco a una de las familias más importantes de este país…- Por la fuerza intenta impedir que aquellos funcionarios cerrasen su casa, dejándoles afuera y con ello, desterrándoles para siempre, pero dos policías le detienen ante su desmedido actuar. La rabia e impotencia se apodera de sus orbes y descontrolado grita mientras le sacan del mismo lugar que le vio crecer.

 

-Debes controlarte, este no es nuestro final… aún tenemos una carta bajo la manga.- Es la forma como Michel le controla. El moreno ha actuado a su espalda, pero sus acciones han traído más provecho que sus ideales. –Tú busca dónde pasar la noche, ocúpate de tu hijo… Yo ahora mismo voy a cerrar el trato que nos devolverá lo que acabamos de perder, y mucho más… Ya verás.- Sin querer revelar el secreto, el hombre se despide con un apasionado beso de Guillermo y se va rumbo al encuentro que marcará su vida futura.

 

Sus pieles sudadas danzan en un ir y venir de embestidas y gemidos. Es tanta la excitación que Jaime  debe tomar por el cabello a su acompañante para incursionar aún más profundamente en su cuerpo, sintiendo un placer tan desbordantemente magnánimo que su alma se eleva miles de metros sobre el cielo. De esta manera, y aún más extasiado, sigue con el vaivén incansable que su piel le exige. Cuando está a punto de alcanzar la gloria, ve cómo Michel se desprende de su agarre y mirándole detenidamente con aquellos sensuales ojos se acerca al epicentro de su placer, tomándolo con ambas manos e introduciéndole en su boca, masajeándole y sintiendo su sabor, jugueteando con su lengua y escuchando claramente como su gruesa voz se deshace en el vendaval de gozo que le invade. Termina sintiendo su esencia en aquella cavidad, apareciendo de pronto, imprudente y escandalosa, derramándose por doquier.

 

Ambos terminan tendidos en aquella cama de hotel, jadeando y mirando fijamente el techo. Ésta es solo una más de las tantas veces en que ambos se han encontrado. Desde aquella noche en el vehículo de Jaime no han dejado de verse, de incursionar en sus apasionados cuerpos, intimando no solo con sus pieles, sino que también con sus secretos. -¿Entonces ya estás seguro de lo que harás?- Es la forma en que Michel rompe el hielo y encara por fin a su acompañante. –Ya lo sabía desde hace mucho, pero hoy me di cuenta lo poco que le he importado a Antonio… No puedo seguir amándole, ya no puedo nada más que odiarle por haberme quitado la vida de esta forma tan egoísta… Te seguiré ayudando para verle destruido, no tienes que dudarlo…- Saliendo de su anterior estado de euforia, vuelve al intransigente pesar de un alma burlada y maquina nuevamente en su mente cómo será el final de quien por tantos años amó. Lejos de preocuparle, Michel está encantado con cerciorar que todo su plan va viento en popa, si todo sigue así, muy pronto verá derrotado a su más acérrimo enemigo.

 

El sol cae rendido ante la belleza sublime de la luna, que se posa majestuosa sobre el oscuro firmamento nocturno. En una danza interminable ambos astros juegan en el alto cielo, enamorados y encandilados por la hermosura mutua, nos entregan la noción del tiempo y así todo comienza a tomar su debida forma. -¿No cree que esta decisión es un tanto arriesgada?- Regina le pregunta a su respetado jefe sobre su boda, la que a último momento se ha cambiado de lugar y hoy, por este mismo motivo, ambos se encuentran ingresando a la mansión Palmer. Tras ser confiscada por el Estado hace dos semanas, hoy por fin dicha propiedad está en manos de Antonio, un notable triunfo sobre sus enemigos. –Mis padres se casaron en este mismo lugar y quiero honrarles imitándoles… Sé que no es bien visto tras todos mis conflictos con Guillermo, pero he tenido el apoyo de Javier y eso es lo único que necesito.- Es todo lo que le dice a la anciana antes de subir las escaleras para comenzar a prepararse. En un par de horas se realizará la ceremonia civil que consagrará su matrimonio con su novio de tantos años. Hoy dará fin a un pasado marcado por el desamor y las traiciones, dando paso a la seguridad de una pareja eterna.

-Ven, camina rápido, esta sorpresa te encantará…- Tironeando del mayor de los primos Palmer, Michel lo guía hasta aquella habitación de hotel donde le tiene preparada la revelación de sus planes. Ya todo ha tomado su debido rumbo y cuando Guillermo lo decida, todo saldrá a la luz. No muy seguro de todo ello ingresa al cuarto y queda impactado ante aquel rostro que presencia. Tiene en frente al mismo muchacho con quien tanto luchó en la juventud, aquel que fue amigo de Daniela y amante de Antonio, el que siempre estuvo de su parte y le ayudó a crear el imperio que ahora ostenta.

 

-Tienes que creer en mí, ya he entregado mi confesión a la policía y las pruebas de todo… He movido mis influencias y ahora sólo necesitamos tu decisión… tú eliges el momento en que metamos a la cárcel a Antonio.- Es la forma cómo Jaime intenta nuevamente de explicarle a Palmer que todo lo que ha escuchado es cierto, que tienen a su primo en sus manos y que con un solo gesto podrán acabar con toda esta pesadilla. La luz de un futuro nuevo, de una venganza concluida, se presentan ante él como el mejor de los sueños, por fin la vida le ha comenzado a sonreír. Aquel con quien se crio es el mismo que atropelló a Daniela, que ayudó a su madre a robarle todo el patrimonio de la familia, que la encubrió en aquel horrendo asesinato a su padre, que le robó a su hijo, que lo ha humillado todos estos años, aquel que ahora pende de un hilo, aquel que ahora debe comenzar a sufrir, porque sus pecados deben ser purificados. –Entonces no debemos perder más tiempo…- Y levantando una revista de la mesa de noche, se da cuenta del momento preciso.- Desea tener un matrimonio perfecto, pues bien… nosotros se lo daremos.- Le declara la guerra viendo su imagen en aquella portada, posando todopoderoso como siempre acostumbra.

 

La mansión Palmer ha sido perfectamente pulida, decorada con los más hermosos arreglos florales, las telas más finas y los invitados más importantes de toda la nación. Los garzones y las sirvientas van perfectamente uniformados, siendo corteses con los presentes y sirviéndoles los manjares más deliciosos que aquellos paladares hayan podido gozar. El juez espera a la pareja en la sala, pronto iniciará la ceremonia y todos esperan expectantes el desenlace. De pronto ambos entran tomados de las manos y caminan elegantemente hacia aquel hombre que tiene el poder para unirlos en matrimonio. Llegan convencidos que es el paso más importante que han de dar y que ninguno de los dos se arrepentirá. Enfrentan al juez y en ese momento comienzan a escuchar las palabras que conforman las solemnidades.

 

-Don Javier Andrés Díaz de Valdés Eyzaguirre, ¿ha venido en total libertad a materializar este vínculo con don Antonio Gabriel Palmer Edwards? Y de ser así, ¿Le acepta usted como su marido para protegerse y apoyarse?- Cada una de estas palabras resuenan gloriosas en los oídos del hombre de ojos azules, quien tiene a su lado a quien quiere venerar por el resto de sus días. No debe pensar mucho para formular una respuesta y cuando se decide a decirla siente un fuerte estruendo a su espalda. Confundido voltea y ve como un grupo de oficiales de policía ingresan a la mansión sin mayor recato, sin importarle que estén invadiendo una boda. A un paso de cumplir el sueño de su vida, Javier ve cómo aquellos malhumorados dan sentencia de sus actos. –Buenas tardes, lamentamos interrumpir, pero como defensores de la justicia de este país, hemos venido a hacerla valer… Le comunicamos a don Antonio Palmer Edwards que la ilustrísima corte a determinado que durante las investigaciones, usted deberá cumplir reclusión preventiva en las dependencias carcelarias correspondientes, por la denuncia interpuesta por don Jaime Sandoval en su contra, fundada en las pruebas entregadas por él mismo y quien le señala como autor intelectual de los delitos cometidos a las sucursales extranjeras de Old Edwards… Si nos deja acatar nuestras órdenes en forma serena, le prometemos que este trance no le será dañino.- Todo ápice de celebración desaparece de la mansión al contemplar como un perplejo Antonio es llevado por la policía justo minutos antes de completarse su unión matrimonial. Javier intenta por todos los medios de impedir esta situación, la policía es intransigente y le aparta en varias oportunidades, hasta que colma su paciencia y en uso de sus facultades persuasivas, uno de aquellos oficiales debe propinarle un fuerte golpe en el estómago, derribándole dolorosamente. Aquellos ojos azules se llenan de impotencia al ver como el amor de su vida es alejado de sus brazos, le es arrebatado sin la mayor de las consideraciones.

 

Antonio no entiende nada de lo que está sucediendo, todo es tan repentino que no tiene tiempo para meditar. La luz del sol abraza su piel nívea al ser retirado de la mansión, camino a la patrulla policial. Todo parece un tenebroso espejismo hasta que el brillo de la verdad aparece en el firmamento, producto de aquellos ojos verdes y el inconfundible cabello rubio de su primo. Venenosamente se acerca a su descompuesta figura para burlarle y restregarle en la cara aquella victoria. -¿Qué pasó? ¿Te gustó el presente de bodas que te regalé? Qué lástima que no hayas podido casarte, hubiera sido la cúspide de todos tus éxitos… Espero que te acostumbres a tu nuevo palacio, estoy seguro que tus nuevos sirvientes harán provecho de ti…- Cada una de aquellas palabras encienden la pólvora alojada en su pecho, haciendo vibrar cada extremidad de su cuerpo e hirviendo la sangre que corre por sus venas. Sin hacer mucho esfuerzo, logra acercarse a su verdugo, aun cuando los oficiales le tienen maniatado por las manos. Lo observa detenidamente a los ojos con aquella fuerza tan característica de su ser y cuando se asegura que ha logrado desequilibrarlo, da aquel ataque voraz. –Aun cuando intentes odiarme, jamás podrás hacerlo… ¿Llevarme a la cárcel justo antes de casarme? ¿Por qué no mejor esperarse a que consumara mi unión con Javier? ¿Será que te aterraba la idea de verme en el altar con otro hombre que no seas tú?... Abre los ojos pobre infeliz, todo esto lo haces por despecho, porque jamás has podido dejar de amarme… Ten paciencia, muy pronto tendrás noticias mías…- La sonrisa artera en su rostro y la mirada penetrante le dan un nuevo estatus, una nueva imagen. Altivo se aleja paso a paso de su enemigo, camino al vehículo que le llevará a prisión, pero jamás baja la mirada, porque reconoce en su interior la fortaleza que le permitirá salir de aquel insignificante problema. No hay fuerza en este mundo que pueda con su tozudez, con su magnánima habilidad para salir del abismo y construir un paraíso. Ve detenidamente tras aquel cristal a quien le ha apuñalado, pero no con odio, sino que con sorna, demostrándole que nada de aquello le afecta.

 

 

Notas finales:

Y en rapa nuí es Mauru uru

Gracias por leer... espero pronto tenerles un nuevo capitulo....

 

Iorana

 

Adiós!!!


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