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Lo que Haga Falta por jotaceh

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Notas del capitulo:

Uno

Due

Tre

Quattro

Cinque

Ciao!! Hola a todos!!! espero que estén muy bien y que les esté yendo genial en todo lo que se estén proponiendo.... bueno, aquí les traigo el capítulo 21 y el inicio de algo muuuuuy grande que sucederá :P así que esperen a ver!!! =)

 

pd: últimamente he estado muy ocupado, por lo que creo que desde ahora sólo podré subir un capítulo por semana u.u

CAPITULO XXI: Las mejores decisiones son inesperadas.

 

Las calles se muestran llenas en aquella calurosa tarde de diciembre. La gente se ha enfurecido tras escuchar el dictamen sobre el caso Palmer-Marconi, y es que tras tres meses de  investigaciones la policía ha cerrado el caso, algo que nadie podía presagiar. Muchos tras darse cuenta de la ineptitud del sistema salieron en masa para manifestar lo que ellos encuentran una injusticia. Horacio Palmer y Fernán Marconi se han transformado en mártires en este país tan conservador, dos hombres que se amaban sin temores y que fueron asesinados cruelmente por gente que no soportaba su amor. Todo el país cree que el motivo de aquel crimen fue la homofobia, e impactados por la noticia muchos se han dado cuenta que debe existir mayor inclusión, los cuales no hace mucho encontraban a la homosexualidad como algo extraño, que nos les incumbía. Se escuchan cánticos y gritos pidiendo un cambio, solicitando a aquellos que ostentan el poder luchar por quienes hoy no tienen los mismos derechos.

 

-No queremos más muerte… yo soy madre, hermana e hija… soy lesbiana y no quiero ser la próxima en sufrir las consecuencias de vivir en un país tan retrógrada… No te pido caridad, sólo aquello que desde siempre debí tener…- Es lo que una de las principales dirigentes de aquel movimiento pronuncia a través de un megáfono, emocionada y dirigiéndose al mundo, como si le pidiera respuestas a tantas demandas que ha formulado en su alma. Todos la escuchan atentos, sintiendo el sufrimiento de aquella madre, que ha debido alejarse de sus hijos por el simple hecho de amar a otra mujer. Como ella son muchos los ciudadanos que han visto en la muerte de Palmer y Marconi sus propias historias, la posibilidad de terminar de la misma manera, o quizás no ellos mismos, sino que algún familiar, algún amigo o simplemente aquel desconocido que todos los días ven en un paradero de autobús. Nadie quiere escuchar una noticia así nuevamente, sólo quieren que se termine con el sufrimiento de aquellas personas que no han hecho nada para ser rechazadas.

 

-Por favor… son un grupo de ignorantes y pobres diablos que no saben nada sobre la vida. ¿Homofóbica yo? ¿Cómo? Si mi propio hijo es homosexual. Son todos unos tarados… que Horacio se hubiese enamorado de un hombre no fue la razón por la cual acabé con su vida…- Estela conversa con Francisco notablemente alterada tras ver en la televisión la noticia sobre las manifestaciones que se han producido en el centro de la ciudad. Nunca imaginó que la muerte de su cuñado y la pareja de éste produjera tal sismo mediático, sólo pensaba que sería recordado como la muerte de una de las personas más ricas del país, y nada más que eso. Ahora se topa con aquella amenaza, si a su hijo se le ocurriera contar toda la verdad sobre el asesinato, ella no sólo iría presa de por vida, sino que quizás sería linchada y muerta por los mismo que ahora protestan en las calles. –No te preocupes amor… tienes de tu parte todo el aparataje judicial de la nación, has sobornado a todo quien pudiera perjudicarte… no tienes nada de que temer.- Francisco toma la mano de la mujer, y acariciándola trata de tranquilizarla, pero lejos de lograrlo sólo termina enfureciéndola más. - ¿Amor? Te he dicho millares de veces que no me trates de esa forma. Puede ser que me vaya a casar contigo en un par de días, pero eso no significa que vaya a convertirme en tu enamorada… Recuerda siempre que soy muy superior a ti y jamás sentiré nada… ¿puedes entenderlo?...- La mujer con su tono más hiriente le responde al que en muy poco tiempo se convertirá en su nuevo esposo, pero que lejos de ser por amor, acepta solo por conveniencia, pagándole de esta forma su silencio. Enfadada se levanta de su ostentoso escritorio y se marcha de la oficina, buscando aire fresco y lejanía de aquel hombre a quien tanto repugna.

 

Su piel es pálida, su cabello pareciera hecho del más fino oro y sus ojos reflejo del mismísimo mar. Antonio observa detenidamente a Daniel, mientras el pequeño duerme tranquilamente en sus brazos, jamás en toda su vida había visto algo tan hermoso. Su corazón late fuerte cada vez que lo ve, y tiembla tan solo al pensar que algo malo pudiera sucederle. Han pasado tres meses desde su nacimiento, pero el amor que siente por aquel bebé no ha parado de crecer cada segundo de su corta existencia. ¿Este el amor de un padre? No puede ser nada más que aquello, aun cuando no sea su hijo biológico, lo que él siente por Daniel es tan inmenso y tan puro, que le hace olvidar que no existe tal conexión sanguínea. Tras la muerte de su madre decidió cumplir con su último deseo y lo reconoció como su propio hijo, es por ello que el pequeño ahora ostenta el apellido Palmer, el que realmente debería tener pero gracias a Guillermo, el mismo que decidió abandonarlo cuando aún no había nacido. –Haré de tu vida un paraíso y no permitiré que nada ni nadie te haga daño. Has llegado a mi vida para iluminarme y entregarme la alegría que tan esquiva me ha sido… Sé que viviendo en esta casa no podrás crecer tranquilo y es que mi madre no soporta la idea de tenerte como nieto. Dejaré todas las comodidades que mi apellido me entrega y me iré lejos de aquí, donde ambos podamos comenzar una nueva vida desde cero…- Antonio le habla al recién nacido mientras acaricia su delicada frente, viéndolo con detención y cariño, como nunca le ha hablado a nadie en esta vida. Ya ha tomado una decisión y se sacrificará por el futuro de Daniel, cumplirá la promesa que le hizo a su madre cueste lo que cueste.

 

La puerta se cierra bruscamente produciendo un sonido que se expande por cada rincón de aquella enorme casa. Daniel despierta asustado, llorando descontroladamente llamando a aquel que siempre le socorre, y la única persona en este mundo en quien puede confiar. Antonio llega asustado y cariñosamente lo toma entre sus brazos para mecerlo, cantando melodiosamente para lograr tranquilizar su pequeño corazón. ¿Quién habrá sido la persona que tan estrepitosamente ha llegado? Es lo que se pregunta mientras baja las amplias escaleras, sin dejar de mecer en ningún momento a aquel pequeño tesoro.

 

-¿Qué haces aquí? ¿Acaso no tienes vergüenza?...- Al llegar a la planta baja, Antonio encuentra a Francisco viendo descaradamente el refinado bar que se encuentra en una esquina de la sala, indagando cada uno de los costosos licores que allí se almacenan. –No seas maleducado, pronto seré tu papá y me tienes que respetar… Lo que es de tu madre también será mío, así que ve acostumbrándote…- Las palabras del hombre enfurecen al muchacho, pero trata de no demostrarlo, pronto se irá del lugar y no le importará más lo que suceda en aquella casa. Se da media vuelta y camina para regresar al cuarto de su hijo, pero en medio del recorrido se da cuenta que Francisco observa detenidamente su cuerpo, con una mirada que conoce a la perfección. -¿Qué haces?... Fuiste amante de un hombre sólo por órdenes de mi mamá… siempre has detestado a los homosexuales y de repente me ves de aquella manera, ¿qué clase de hombre eres?...- Antonio decide regresar y encarar al hombre, dándose cuenta de inmediato de sus intenciones gracias a la expresión de candor en su rostro. El sujeto no lo niega, todo lo contrario, le insinúa que si él lo desease así, podrían convertirse en amantes. –… Fernán era viejo y su cuerpo era tosco, tú eres todo lo contrario… Eres delicado, tu cabello es sedoso y tu piel pálida como la nieve, tus ojos son grandes y hermosos… eres todo lo que un hombre como yo pudiera desear… Vaya, no me vengas a decir ahora que pareces un hombre… más bien pareces un muñequito de porcelana…- Sin siquiera inmutarse sigue con sus halagos hacia el que muy pronto se convertirá en su hijastro. No pudiendo controlar más el asco que inunda su cuerpo, Antonio decide marcharse, teniendo aun a Daniel entre sus brazos. Aquel hombre es repugnante, quizás sea él quien le haga pagar a su madre todo el daño que ha cometido.

 

>>Ya no aguanto más tenerte lejos. Por favor déjame verte una vez más, no te pido otra cosa. Jaime<< Otro mensaje llega al celular de Antonio, quien lo lee sin ganas y decide no responderle. Aquel muchacho no ha dejado de atosigarle con llamadas y mensajes de textos todo este tiempo, enloquecido tras decirle que no pueden estar juntos. A veces cuando sale a pasear con Daniel siente cómo alguien le vigila a lo lejos y no puede dejar de pensar que se trata de Jaime. Se siente mal al darse cuenta que no ha podido olvidarle, pero cree que es mejor así, algún día tendrá que cansarse de perseguirle e intentará seguir con su vida. Sabe que no puede entregarle lo que él se merece, un amor tranquilo e incondicional, lo mejor que puede hacer es desaparecer y así lograr que Jaime se olvide para siempre de su recuerdo.

 

No pasa mucho tiempo hasta que llega a la habitación Regina, quien trae la leche al pequeño Daniel. –Ese hombre es desagradable, no sé qué le habrá visto la señora Estela para decidir casarse… ¿Qué piensa usted mi niño? ¿Cree que podrá soportarlo cuando se convierta en su padrastro?- La mujer acaba de despedir al invitado y de inmediato llega a hablar con Antonio para indicarle lo mucho que le altera, pero el muchacho se encuentra extrañamente callado, lo que llama la atención de la anciana. Le pregunta incesantemente, pero no recibe respuesta alguna. Decidida a averiguar aquello que le aqueja, realiza lo mismo que solía hacer cuando el muchacho era un niño y abrazándolo con fuerza comienza a soplar en su frente, como si intentara despejar las ideas de su mente. –Ay Regina, a ti no puedo esconderte nada… No quiero que Daniel crezca cerca de mi madre y mucho menos de Francisco. Por eso es que he decidido marcharme, me iré lo más lejos que pueda y comenzaré desde cero. No me importa el dinero, sólo quiero seguridad para mi hijo…- Regina tras escuchar esto queda anonadada, nunca imaginó que su Antoñito decidiera irse de la comodidad de esa casa, por lo que intenta hacerle comprender que el mundo no es tan fácil como él imagina y que criar a un hijo, sin la ayuda de nadie y sin dinero que le sustente, es lo peor que puede hacer por Daniel, aun peor que vivir cerca de Estela. Las sabias palabras de la anciana calan hondo en el muchacho, quien pone en duda la decisión que tan fervientemente había tomado. Siempre ha vivido rodeado de lujos y sin sufrir los estragos de la pobreza, siempre todo le ha sido sencillo. Si no puede marcharse de aquella casa, ¿qué es lo que debe hacer entonces? No descarta la posibilidad de irse aún, pero sabe que Regina tiene razón y vivir sin dinero es una verdadera proeza. Su mente vuelve a convertirse en un caos, hacerse cargo de aquel niño le será más difícil de lo que imaginó.

 

-Estamos reunidos aquí para celebrar el enlace matrimonial entre doña Estela Alejandra Edwards Montt y don Francisco Javier Álvarez Figueroa, quienes libres y plenamente facultados han decidido unir sus vidas en un pacto común…- El oficial del Registro Civil comienza con la ceremonia de matrimonio, en medio del espacioso jardín de la casa Palmer y frente a una gran cantidad de invitados, quienes vestidos de la mejor forma han asistido a una de las bodas más comentadas de los últimos tiempos. Una familia atormentada por las tragedias ahora festeja un matrimonio, es lo que todos comentan, dándose cuenta lo poco y nada que a Estela le ha interesado la muerte de Horacio. La mujer pensó en realizar una fiesta pequeña, ciertamente aquel enlace no le importa en lo más mínimo, pero luego se dio cuenta que eso sólo daría qué hablar entre la alta sociedad, por lo que cambió de decisión y planeó una gran fiesta, demostrando así todo el dinero que posee. Se lucen ostentosos arreglos florales, multicolores y dispersos por todos lados, el altar es grande y decorado delicadamente con telas blancas y rosas del mismo color, mientras que todos los asientos dispuestos frente al lugar privilegiado, son de una fineza inigualable, pareciendo todos asientos reales. Las mesas se encuentran todas juntas en el extremo opuesto del patio, luciendo a lo lejos las excéntricas porcelanas, los cubiertos de plata y el brillante cristal de las copas, que relucen al ser tocadas por la mano del astro rey. Nunca antes aquella casa había parecido un verdadero palacio de cuento, pero todo era falso, no había amor que celebrar solo intenciones de ostentación y triunfo.

 

Antonio observa la ceremonia sentado frente a los novios, viendo todo sin ganas y pensando sólo en su fuga. Aun cuando Regina le haya tratado de convencer todos estos días que es un error dejar las comodidades de aquella familia, él ha terminado por convencerse que es mil veces mejor la pobreza que tener a su madre como ejemplo para Daniel. Aprovechará el ajetreo de aquella boda para escapar sin ser notado, ya nada le importa sino que el bienestar de aquel precioso bebé que ahora duerme plácidamente en su cuarto.

 

Todos aplauden felizmente al escuchar el sí de las bocas de los novios, quienes luego se besan parcamente, desilusionando a aquellos que todavía creen en un final feliz, que las parejas se amarán por siempre y comerán perdices. Estela solo junta sus labios con su esposo, quien feliz ve como todo lo que ha deseado se ha convertido en realidad, por fin la mujer de sus sueños se ha convertido en su cónyuge, ahora nadie podrá separarlos. Tras bajarse del altar, saludan a gran parte de sus invitados, todos gente de renombre e importancia en el país, que han decidido hacer caso omiso a las especulaciones de la prensa rosa sobre un matrimonio por conveniencia, y han asistido para corroborar que la nueva dueña de Old Edward sigue teniendo el mismo buen gusto que poseía Horacio en sus fiestas.

 

-Por fin somos marido y mujer, te prometo que te convertiré en la persona más feliz de este mundo, no te arrepentirás nunca el decidir pasar el resto de tu vida a mi lado…- Francisco le susurra al oído a Estela cuando se sientan en la mesa principal. Se siente dichoso en aquel día, pero no recibe de la mujer que ama la respuesta que siempre ha anhelado. –No seas patético, me casé contigo para cerrar tu boca, si no supieras tanto sobre mi te hubiera alejado hace mucho. ¿Todavía crees que puedes enamorarme? Olvídate ya de eso, que jamás podré sentir nada por un maldito perro faldero como tú…- Los fieros ojos de la mujer se posan en el hombre, que asustado la observa, dándose cuenta que aun cuando se esfuerce no podrá conseguir su afecto. Puede mentir, robar y asesinar, pero aún sigue creyendo en el amor. Estela trata de esquivarle durante el banquete, hablando con sus invitados más importantes y por sobre todo, observando a su hijo a lo lejos, quien no ha querido sentarse en la misma mesa que ella. Desde que se ha enterado de toda la verdad, el muchacho no ha vuelto a ser el mismo con ella, le mira con desdén y sólo le ha dirigido las palabras necesarias. Intentó soportar la presencia de aquel bebé en su casa, pretendiendo congraciarse con Antonio, pero ni siquiera con ese gesto ha logrado revertir en algo la lejanía que cada vez se hace más grande entre ellos. Ha conseguido todo lo que deseaba, pero ha perdido el cariño de la única persona que realmente ama en este mundo.

 

Ha pasado mucho tiempo desde que dejó solo a Daniel, por lo que Antonio decide ir a verle. Ingresa tranquilamente a la casa cuando se encuentra frente a frente con alguien que conoce perfectamente. Su cuerpo fornido y alta estatura se presentan majestuosas, vestido con aquellos finos pantalones negros y una camisa blanca, que delicadamente va decorada con una humita oscura. Jaime se encuentra usando el traje de los camareros de la fiesta, lo que impresiona a Antonio al verle. –Tuve que buscar trabajo como garzón para lograr estar cerca de ti… ¿No ves que soy capaz de todo con tal de verte? Por favor dame otra oportunidad, sólo te pido eso… No me separes de tu lado…- El muchacho dejando de lado todas sus obligaciones abraza fuertemente al Palmer, tratando de sentir aquel calor que tanto ha añorado estos meses. Antonio trata con todas sus fuerzas de separarse y explicarle que ya ha tomado una decisión, no volverá a tener una relación con él, no quiere hacerle más daño, pero su débil cuerpo no logra ganarle a la fuerza de aquel obstinado hombre. –Por favor no hagas las cosas más difíciles. Busca a una persona buena, a alguien que si pueda corresponder la bondad que tienes en tu interior. Yo jamás podré hacerte feliz, no nací para ello… Déjame en paz y busca tu felicidad en otro lado…- El muchacho trata por todos los medios posibles de zafarse de aquel abrazo, pero nada le resulta, la desesperación se ha apoderado de Jaime, quien incluso comienza a llorar.

 

-¡Suéltalo! ¿No ves que lo estás incomodando?...- De la nada aparece un hombre aún más alto que Jaime, de un pelo oscuro muy bien peinado, contextura gruesa, pero no por ello gordo, sino que todo lo contrario, fuerte y entrenado. Su espalda es ancha y hace resaltar aquel largo cuello. Su rostro es decorado por una oscura barba, que bien afeitada le hace ver viril y seductor, su nariz es recta y hace resaltar aquellos dos faros brillantes, que celestes embellecen aún más sus profundas facciones de hombre. No aparenta más de veintiocho años y va vestido de un elegante smoking negro a rayas. Jaime observa al hombre despectivamente, haciéndole entender que nada debe hacer allí, pero el desconocido no se marcha y sigue tratando de salvar al muchacho. –Lárgate, este es un asunto entre el chico a quien amo y yo…- El garzón intenta intimidar al elegante hombre, pero sólo logra que éste se acerque tranquilamente y utilizando sus fuertes manos, le golpee en la mandíbula, terminando tendido en suelo y dejando en libertad a Antonio, el que se refugia tras la presencia de aquel desconocido. Jaime al tocar sus labios se percata que un delicado hilo de sangre ha comenzado a brotar de él, aun así, decide levantarse y comenzar una riña con quien acaba de agredirle. Así comienza un incesante ir y venir de puñetazos, que termina dejando a ambos moreteados y separados por los guardias que se han contratado para proteger el evento. Como era de esperar, es Jaime quien es sacado de la casa, un garzón jamás le ganará a alguien de la alta sociedad. – ¡Jamás te olvidaré Antonio, tenlo en cuenta!… ¡Haré hasta lo imposible por conseguir tu amor, aun cuando se me vaya la vida en ello!…- son las palabras que el garzón grita cuando es llevado por los fornidos hombres de la seguridad. Palmer observa como el muchacho se aleja poco a poco, y de la misma manera, su corazón comienza a tranquilizarse.

 

Daniel se encuentra tranquilamente durmiendo y sintiéndose aliviado, Antonio decide regresar a la fiesta, todavía no es el momento para levantar sospechas. Esperará a que sea de noche para tomar las maletas que ha escondido en su pieza, arropar a su hijo y marcharse de una vez y para siempre de aquella casa. Cuando regresa encuentra a todos levantados de sus mesas, haciendo vida social o bailando junto a la banda que toca jovialmente. Nunca ha hecho mucha vida social, es por ello que se queda apartado en un rincón del espacioso jardín, esperando el momento preciso, acompañado sólo por un inmenso pino.

 

-¿Qué haces tan solo en la boda de tu madre? ¿Todavía no logras recuperarte por la pelea con aquel garzón?...- De la nada Antonio escucha aquella voz gruesa que logra reconocer inmediatamente. Se trata del mismo hombre que le protegió cuando fue incomodado por Jaime. Aparece a su espalda, hablándole muy cerca de su oído, provocando un fuerte susto en el muchacho. Lo observa fijamente y es en ese momento cuando se percata del bello rostro que posee, que aun cuando esté algo hinchado por los puñetazos que acaba de recibir, logra deslumbrarlo. –Lo siento, te asusté… no era mi intención… Soy Javier Díaz de Valdés, gerente financiero de Old Edward… Un placer conocerte Antonio…- Ambos estrechan sus manos al saludarse y luego de eso comienzan a platicar un momento. Aquel hombre fue contratado como el reemplazo de Estela cuando ésta se convirtió en gerente general y luego de que Francisco decidiera dejar de trabajar, comenzado a vivir a expensas de la que ahora es su esposa. Ha estudiado en las mejores universidades del país y también en Estados Unidos, siendo una de las mentes más brillantes que han pisado la empresa. Antonio le escucha atentamente, dándose cuenta lo agradable y simpático que es aquel guapo hombre.

 

 –Te quería agradecer por haberme ayudado antes, muchas gracias por eso… Mira tu cara, no sé qué tendrás que decir luego para explicar esos moretones…- El muchacho intenta agradecerle lo más que puede a Javier antes que este se marche, ha sido llamado por una mujer regordeta que está sentada justo en la mesa de su madre. –No tienes nada que agradecer, no podía permitir que le hicieran daño a alguien tan delicado como tú…-Una bella sonrisa se dibuja en el rostro del hombre, y luego de ello se marcha del lugar, caminando siempre tranquilo. Antonio queda algo ruborizado tras las palabras del hombre, y su mente se paraliza por un momento, pensando solo en aquellos radiantes ojos celestes. Sin percatarse comienza a observar a Francisco a lo lejos, sin saber la razón de ello. Cuando logra despertar de aquel transe, se da cuenta de la coincidencia que es pensar en Javier mientras observa al que ahora es el esposo de Estela, quien siendo el contador general ayudó a su madre a desfalcar Old Edward. De seguro el nuevo gerente de finanzas podría hacer algo parecido si es que quisiera… y es en este momento cuando se da cuenta lo que realmente debe hacer para lograr el bienestar de su hijo.

 

 -¡Javier, espera!… ¡tengo que hablar contigo!…- Antonio grita al hombre que ya lejos sigue caminando, pero que tan solo al escuchar la voz del joven detiene su paso en seco, para mirarlo detenidamente, algo sorprendido por el intempestivo llamado. Palmer lo observa regresar, mientras su mente se llena de ideas e imágenes, logrando crear en tan solo unos segundos el plan más grandioso que jamás haya elaborado. Esta vez no es un capricho, no luchará por el amor de un hombre, sino que por un bien mayor, por lograr la felicidad de aquel inocente que sigue durmiendo tranquilo y por el cual hará hasta lo imposible. No, aquello que imagina no es maldad… simplemente es un sacrificio…

Notas finales:

Y en italiano es Grazie Mille!!!!!!

 

Muchas gracias por leer y espero tenerles muy pronto el capítulo número 22 =)

 

Ciao!!!! :3


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