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Lo que Haga Falta por jotaceh

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Notas del capitulo:

Ahoj!

Hola a todos!!! Espero que se encuentren muy bien y que no estén enojados conmigo por no actualizar antes, les juro que lo siento muchísimo... pero espero que sepan que jamás dejaré sin terminar la historia, la terminaré cueste lo que me cueste :3

 

Bueno.... les dejo aquí el capítulo 35

CAPITULO XXXV: ¡Destrúyelos!

 

Nadie le acompaña en aquella enorme mansión, solo los empleados que aparecen de vez en cuando para cerciorarse que esté bien, pareciera que lo único que vigilan es que no muera, de lo contrario sus jefes se encargarían de destruirles. Daniel se siente solo en medio de aquella habitación. La luz de la luna se asoma tímida, como si también hubiese decidido  desentenderse de aquel pequeño rubiecillo. Su padre biológico y aquel hombre desesperante que siempre está a sus sombras, pasan cada vez más tiempo trabajando en la empresa y es que por lo poco que ha podido escuchar, Old Edward no va de lo mejor, como si esto no fuera poco, aparte de dejarle constantemente solo, el poco tiempo que están en casa lo gastan retándole y recriminándole por aquel amor desmedido que siente por un hombre que nada tiene que ver con su vida, por esconder en lo más profundo de su corazón un sentimiento tan inmenso por aquel que tanto lo cuidó sus primeros meses de vida, a Antonio es a quien considera su familia y por ello Michel siempre le castiga. Ayer por ejemplo, le quitó su libro de cuentos favoritos y como sabe muy bien, si algo entra a la habitación del moreno, nunca más volverá a tenerlo, pero, ahora no están, ¿qué sucedería si entrase a su recamara y le quitara aquello que le arrebató? En aquella cabecita inocente no debe maquinarse mucho para decidir que es lo mejor que pudiera cometer. Pronto se encamina directamente a la guarida desocupada del enemigo.

 

Cada sombra le aterroriza, pero logrará conseguir aquel libro tan añorado. Gira lentamente la manilla de la puerta y tratando que ésta no rechine como es de costumbre, ingresa a la habitación. Al primer lugar que se dirige es al armario, escabulléndose dentro de cada prenda, metiendo sus pequeñas manos en cada bolsillo que encuentra, pero todo es en vano. Luego viene el turno del colchón, de la mesita de noche, de la cómoda, pero ninguno de ellos contiene su tan preciado tesoro. Desanimado se deja caer sobre aquella enorme y felpuda alfombra que engalana gran parte de la habitación, un sonido hueco le llama la atención y debe pensar un par de minutos para dilucidar su procedencia. ¿Alguien se acerca? Espera temeroso la presencia de alguna de las sirvientas e incluso al temido Michel, pero nadie se asoma ante él. Entonces debe concluir que ha sido él mismo el gestor de aquel suceso y armándose de valor, comienza a enrollar la gruesa decoración del piso y, aunque la luz es tenue, logra darse cuenta que se ha construido un pequeño escondite en el suelo. Maravillado se hace a la idea de descubrir aquello que su verdugo esconde y cuando abre la pequeña trampilla se desilusiona al saber que solo se trataba de un libro maltrecho. Por su mente pasaron millares de idea, la mente de un infante se enciende rápidamente ante cualquier estímulo y aún más en la cabecita de Daniel, quien siempre ha debido idear mundos lejanos para poder escapar de su solitaria realidad.

 

La noche transcurre lentamente para aquella criatura, que debe intentar comprender asuntos ajenos a su pensamiento inocente. Una madre desesperada por procrear un hijo, quien al verse imposibilitada de lograrlo adopta secretamente al hijo de una sirvienta. Teresa Goycolea, ¿cómo no saber aquel nombre? Es el que siempre Guillermo le menciona al recordar a su madre y es así como Daniel entiende que aquel hombre no es más que una farsa del destino, un juguete ideado por una mujer carente de afecto. Por más que lo intenta no puede sentir pena por aquel sujeto, todo lo contrario, se alegra al saber que el único heredero legítimo es su tan amado Antonio, quizás si todos se enteran de esta verdad se librará del sufrimiento en que se ha convertido su vida con aquellos dos, un rayo de esperanza ha alumbrado su existencia y lo utilizará a como dé lugar.

 

-Estamos perdidos… Aquel desgraciado…- Es lo único que el mayor de los Palmer sabe decir últimamente. Su oficina es un completo desorden, papeles inundan desinhibidos cada esquina y el propio Guillermo no suele lucir muy diferente a aquel paraje sombrío. Un incendio destruyó la única sucursal en un país vecino, el gobierno de turno decidió quitarle la licencia para operar dentro de su territorio en otra distante nación, y lo peor ha ocurrido en el mercado interno, ya que su mayor proveedor luego de caer en manos de AGPE decidió quitarle progresivamente el suministro de sus mercancías, hasta el punto que ahora los supermercados Old Edward han debido cerrar temporalmente por el desabastecimiento total. Han buscado explicaciones, que algún buen hombre les reconozca que su peor enemigo está detrás de todo, pero nadie es tan temerario, parece que todos en aquel país le temen a Antonio. –Esto es producto de la mala administración pasada. Desde que tomamos el control de la empresa hemos comenzado una profunda reestructuración y quizás debido a ello no hemos podido cumplir con nuestras obligaciones. Espero entiendan las molestias y sigan confiando en nosotros…- Son una de las cuantas cínicas explicaciones que el menor de los primos Palmer ha dado a los periódicos y que tan solo al leerlas han hecho hervir la sangre de todos quienes trabajan en Old Edward. –Cretino estúpido, todo mundo sabe que lo ha hecho adrede, nos quiere hundir, pero no se lo permitiré…- Grita enérgico el rubio al recordar aquellas frases.

 

Michel lo observa con impotencia, hasta el momento han intentado contrarrestar los ataques de AGPE, pero nada ha logrado frutos. Han pensado en nuevos proveedores, pero todos saben que aliarse con ellos es tener al imperio de Antonio en su contra, se han convertido en parias dentro del mundo empresarial. ¿Sus aspiraciones se han roto? Eso jamás sucederá, él será un emperador, jamás dejará que su enemigo le gane, es por ello que ha comenzado a idear un plan voraz, pero sólo necesita un pequeño suceso para ponerlo en marcha, un pequeño traspié y él aparecerá como el mayor de los verdugos.

 

Una botella de champaña es abierta en aquel amplio departamento, la espuma aparece inmediatamente después, desesperada por inundar cada rincón de aquel lugar. La casa de Jaime es tan amplia como los logros profesionales que ha alcanzado y esta vez no se encuentra solo, sino que acompañado por la persona más importante de su existencia, por quien se levanta cada mañana y por quien sería capaz hasta de matar si fuese necesario. –Estamos a un paso de destruirles, si no fuese por tu ayuda, nada de esto lo hubiese logrado… Me has sido de mucha ayuda en el extranjero, fuiste tú quien destruyó cada una de las sucursales de Old Edward en otras naciones y por ello ahora muy pronto veremos a Guillermo caer, pronto se convertirá en un mendigo…- Son las palabras que Antonio pronuncia mientras llena de champaña la copa de su cómplice.

 

Desde que Michel frustró sus intenciones de recuperar a Daniel, el menor de los primos Palmer se dio a la tarea de destruir sin compasión a sus enemigos, ya que de ninguna otra forma posible podrá tener nuevamente entre sus brazos a su hijo. Javier le ha sido de mucha ayuda dentro de AGPE, pero tuvo que recurrir a Jaime para actuar fuera de las fronteras. –Todo sea por tu felicidad… sabes perfectamente que siempre me tendrás a tu lado, siempre te ayudaré en lo que necesites…- Debe escuchar aquel tipo de declaración otra vez, ya que han sido incesantes durante estos siete años. El presidente de Nueve no teme a reconocer abiertamente su amor hacia Antonio, incluso delante de Javier insinúa cuáles son sus sentimientos. Su cuerpo sigue bien formado, poderoso y con aquellas enormes manos que utiliza para tomar por la cintura a su amado, mirándole detenidamente a los ojos vuelve a rogarle, a suplicarle por un ápice de su amor, ya no le pide ser su novio, tan sólo su amante, nada le haría más feliz. –Vuelve conmigo… solo deseo besarte, sentir nuevamente tu piel… Te necesito, ya ni siquiera conservo celos en mí, podría ser el otro, tu amante furtivo… aquel con quien te escapas luego de vivir junto a Javier.- Y poniendo su deteriorado corazón en manos de aquel hombre, suplica ferviente por el milagro añorado que tantas noches ha esperado. Palmer debe zafarse de su tenue agarre y con toda calma lleva sus manos hasta aquel rostro compungido, buscando la serenidad en sus pupilas para explicarle que ya nada puede hacer. –Lo nuestro ha quedado en el pasado, éramos tan jóvenes e inexpertos… Te pido, por favor, que no sigas alimentando aquel sentimiento, busca a alguien que realmente te haga feliz, busca tu propio camino… estoy seguro que el destino te tiene preparado a alguien especial…- Con toda calma limpia las incipientes lágrimas que comienzan a brotar de sus ojos, para luego marcharse de aquel departamento. El vendaval de emociones renace en el pecho de Jaime tan solo al sentir el sonido de la puerta al cerrarse, ya que nuevamente ha quedado abandonado. Rabia, impotencia, locura, tristeza, ya ni siquiera puede identificar a cada una de estas emociones dentro de sí, todas se han fundido en un mismo ser, en un mismo nombre, Antonio Palmer.

 

Los primeros rayos del sol comienzan a nacer en el horizonte y con ello la determinación de Daniel. Luego de leer el diario de su abuela Teresa, ideó toda la noche la forma de escaparse de la mansión e ir directamente a la casa de quien realmente considera su padre. Colocándose una bufanda, gorro y guantes para capear el crudo frío matinal, se esconde entre los arbustos del patio delantero y esperando el momento en que una de las sirvientas saliera a botar la basura, se escabulle rápidamente y sin siquiera llamar la atención de la muchacha, huye de su tan odiado infierno. Tan solo tiene ocho años y todo lo que ahora realiza es una hazaña, jamás había caminado solo por las calles, ni siquiera por su mismo barrio, pero su determinación es firme, le contará toda la verdad a Antonio para acabar con Guillermo y Michel de una vez por todas.

 

Luego de una hora de errores y viajes, logra llegar a las afueras de la ciudad, donde está ubicada sin dudas la mansión de su padre. Su corazón late tan solo con la idea de abrazar a aquel hombre a quien tanto ama. Sus pequeñas manos tocan con dificultad el timbre y así comienza la incesante espera. – ¿Puedo ayudarte en algo pequeño?- Por fin aparece una sirvienta en el portal y lo atiende, está a punto de lograr su cometido. –Buenos días, soy Daniel Palmer y me gustaría hablar con don Antonio, ¿él se encuentra?- Intenta parecer serio, como todo un adulto, pero su ojos inocentes y la escasez de estatura no logran convencer a la mujer, quien abre la puerta, pero lejos de hacerle ingresar comienza a cuestionarle. –En realidad lo que quiero es entregarle esto, es muy importante que lo lea…- Y sacando de entre sus ropas el diario de su abuela, le muestra aquel tesoro tan preciado. –Me temo que no puedo dejarte ingresar, un pequeño como tú no puede salir a la calle sin la compañía de un adulto. Ven conmigo, te llevaré de regreso a tu hogar…- Daniel no puede creer que estando tan cerca de su padre, ahora esta mujer se lo impida. Intenta evadirla e ingresar a la fuerza a la mansión, pero ella es más astuta y lograr cargarlo en brazos. El pequeño se impresiona por la fortaleza que la sirvienta posee, ya que al verla más detenidamente se da cuenta que es tan solo una anciana, una que debería conocer a la perfección, porque fue la misma que lo ayudó a cuidar cuando era tan solo un bebé, la misma que ayudó a su abuela a adoptar a su padre y quien prometió que jamás esta verdad saldría a la luz. Regina es puesta nuevamente por el destino para impedir que aquel secreto sea revelado. Su palabra es lo único que tiene, y la mantendrá aun cuando deba poner en peligro el bienestar de aquel muchacho.

 

La bofetada logra derribar el endeble cuerpo del pequeño, aterrorizado observa los furiosos ojos de Michel, quien no puede creer que estuvo a punto de perderlo todo. -¿Cómo se te ocurre hacerle esto a tu padre? ¿No te das cuenta que sería su fin? Aquel sujeto no es tu progenitor, tú no tienes su sangre y no debes serle fiel… Estuviste a punto de traicionarnos y si no fuera porque eres el hijo de Guillermo, hace mucho hubiera acabado contigo, mocoso altanero… Ahora sabrás de lo que soy capaz, porque te haré pagar por esto.- La voz de aquel hombre se transforma en un torrente de veneno, cada palabra mata poco a poco la frágil alma de Daniel, quien luego de aquella fuerte bofetada es encerrado en su cuarto, sin recibir ni siquiera comida.

 

-¿Qué sucedió esta vez?- Es lo que el padre biológico le pregunta al haitiano cuando se percata que el menor ha sido reprendido. –No te preocupes amor, ha sido lo mismo de siempre, no ha querido comer, es tan maleducado… yo lo único que quiero es su bienestar, pero él insiste en ofenderme por mi color de piel… No sé qué habré hecho para merecer su odio…- Y unas lágrimas fingidas brotan de sus oscuros ojos, logrando sosegar nuevamente a aquel padre que se ha desentendido de la crianza de su hijo, porque simplemente es el menor de todos sus terribles problemas. Así queda Daniel sumido en el abandono y la oscuridad, con el mal sabor de haber estado a punto de terminar con todas sus pesadillas.

 

Una gran fiesta se realiza dentro de la mansión de Antonio, todos los invitados asisten para celebrar el cumpleaños número treinta y seis de Javier. Gente perteneciente a las más importantes familias e industrias asisten a un banquete perfecto, repleto de los más deliciosos manjares, prestigiosas orquestas, refinados menajes y corteses empleados. La gente habla en medio de la inmensa sala, decorada con los cuadros de famosos artistas europeos, grandilocuentes esculturas tan antiquísimas que el mismo país es un pequeño en comparación, todos engalanan el lugar como si se tratasen de más decoración y es que muchos ostentan trajes tan bien elaborados, que son una verdadera obra de arte. Allí expectantes ven bajar las escaleras a la pareja anfitriona, tanto Antonio como el cumpleañero, están delicadamente vestidos. Sus sonrisas serenan a cualquiera y con ellas dan la bienvenida a sus tan ilustres invitados.

 

La fiesta continúa hasta el momento en que supuestamente Javier debería cortar la torta. Palmer lo busca por todos lados y al no encontrarlo se desesperada, ¿qué es lo que le habrá podido suceder en un día tan importante? Todos los rastros lo llevan hasta el patio, donde aun cuando el frío se ha apoderado de la noche, se encuentra un grupo importante de personas. Se abre paso entre la multitud, sin imaginar lo que sus ojos verían cuándo llegará a la piscina. Toda el agua se encuentra cubierta por pétalos de rosas rojas, toda aquella inmensidad, incluyendo el agua que brota de una cascada artificial. La luz de las velas ubicadas en la orilla del estanque, entregan la candidez necesaria para hacer de aquella imagen, la más magnifica de todas. En medio de aquel paraíso se encuentra de pie a quien tanto buscaba Antonio, poco a poco se le acerca y cuando está frente a él se arrodilla, galante y tiernamente, abriendo una caja de cristal que alberga el anillo con el cual le pide matrimonio… ¿Te casarías conmigo? Son las palabras que susurra el viento y los varoniles labios de Javier, mas la respuesta debe esperar, porque como un torbellino inesperado, todo allí se levanta de pronto.

 

En medio del impresionante jardín de la mansión, se encuentran todos los invitados a aquella gran fiesta, observando detenidamente cómo un hombre le pide a su amado comenzar una vida juntos, iniciar su propia familia, pero de la nada ocurre un sucedo inexplicable. El cielo oscuro se ve interrumpido por el potente motor de un helicóptero, el cual comienza a aterrizar en el lado opuesto a la mansión y lejos de la multitud, pero es el viento que sus hélices provoca lo que atemoriza a los presentes. Antes de tocar tierra, estando a unos diez metro sobre el césped, aun interrumpiendo la majestuosidad del cielo, del helicóptero se desprende un enorme telón blanco, el cual lleva una consigna escrita con letras doradas… ¿Te quieres casar conmigo?.... Y todos los presentes se dan cuenta que se trata de un truco romántico de quien acaba de pedir recientemente matrimonio. Todo es perfecto, pero la multitud, y especialmente Antonio, luego se dan cuenta que esto no fue planeado por Díaz de Valdés, sino que por otro hombre que al sentir tierra la máquina que lo transportaba baja de ella con un ramo de rosas rojas y vestido galantemente. Camina decidido, como si no tuviera que pedirle disculpas ni explicaciones a nadie, dueño de cada paso y de cada decisión. Jaime se dirige directamente a donde se encuentra su amado y de esta forma termina su proposición, la que ha sido ejecutada justo en el momento en que Javier también la realizaba.

 

Antonio se encuentra entre dos hombres que ofrecen sus vidas para compartirlas con ellos, pero solo es con uno con quien puede hacer ese sueño realidad. Todos los observan con detenimiento esperando una respuesta y el hombre no puede creer que deba destruir los sentimiento de alguien de forma pública, pero esta situación no la ha creado él y es hora de dejar las cosas claras. Da un par de pasos para quedar frente a Jaime, a quien observa con toda la comprensión posible. –No sigas haciéndote daño, lo nuestro es imposible…- Intenta no ahondar más en el tema y da media vuelta para ingresar a la mansión, quiere dejar aquel momento en el olvido y seguir con la espléndida fiesta que había organizado para su novio.

 

-¿Entonces cuál es tu respuesta?- Es la pregunta que escucha Antonio mientras camina por la sala, observando que todos sus invitados se encuentren cómodos. Ha sido una voz potente, casi un grito, pero la dulzura logra apalear la inmensidad. Javier ha sido honesto y le ha pedido matrimonio sin aprovechamientos, por lo que decide seguir con aquello que tanto ha anhelado. Palmer debe dar un fuerte respiro para superar la situación vivida con anterioridad y sin decir palabra alguna, voltea para dirigirse directamente hacia su novio, de la misma forma como hizo con Jaime. Lo observa con toda la comprensión posible, y simplemente le besa. Aquel abrazo, la unión de sus labios y el cálido brillo de sus ojos es la mejor respuesta que el cumpleañero pudo pedir y luego de ello, deposita un precioso anillo de oro en el delicado dedo de su ahora prometido.

 

Ha sido rechazado, olvidado por una historia que él no quiso concretar, un destino que jamás soñó. Derrotado Jaime debe abandonar la mansión con el corazón destrozado y la última esperanza de lograr el afecto de su amado desaparecida. Llegó majestuosamente por los cielos y ahora se dirige hasta su vehículo, para marcharse de la más desastrosa de las noches. - ¿Puedes llevarme?- De repente una voz tranquila aparece en medio de la oscuridad de la noche, asustándolo completamente. Sintiendo su pecho latir incesantemente ve venir la figura esbelta de alguien conocido. Sus rizos se mesen al compás del viento mientras se acerca centímetro a centímetro, su piel reluce brillante ante la luz de la luna y sus ojos oscuros lo observan desnudándolo al instante. Aquél es contra quien ha debido batallar, a quien ha intentado destruir siguiendo las instrucciones de su amado, el moreno a quien nunca le ha dirigido la palabra. -¿Has quedado mudo guapo?- Es lo que sensualmente Michel le pregunta una vez teniéndolo en frente y posando sus manos sobre su rostro afeitado. –Lo mejor para olvidar un mal momento es follar… quizás quieres que te ayude en ello…- Sus prominente labios le susurran al oído mientras con su mano juguetea entre la bragueta de su pantalón, acariciando el falo que irgue inmediatamente ante tal estimulación. Sus ojos se conectan en una mirada penetrante y la llama de la pasión nace inmediatamente.

 

La puerta del carro se cierra estrepitosamente entre el movimiento desenfrenado de Jaime por quitarle todo ápice de ropa a su recién conocida conquista. Primero intenta desabotonar su camisa, pero la cadencia de su cuerpo le desespera y deja la tarea a medio terminar, centrándose luego en el pantalón, el cual impedido por la estrechez del vehículo le cuesta arrebatar. Luego de lograrlo, comienza a besar desenfrenadamente los labios de Michel, quien en todo aquel momento se entretuvo lamiendo los duros pezones de su compañero. Sus lenguas juguetean incesantemente en un vaivén que sus mismos cuerpos alientan. De la nada, aquel que antiguamente fue vendedor termina con el movimiento candente y mira detenidamente aquellos oscuros ojos, como si estuviera pensando recién en lo que está haciendo y luego de ellos se enfoca en la mansión que se encuentra a su espalda, aquella que brilla en aquella noche tan importante y dentro de la cual se encuentra la persona a quien más ha amado en este mundo y quien lo acaba de rechazar una vez más. La sangre de su cuerpo hierve como nunca y sin medir en sus actos, voltea bruscamente el cuerpo del moreno y buscando aquel punto que luego penetrará, lame insaciablemente aquella cavidad, alternando su lengua y sus manos preparando el camino para lo que luego vendrá. Los gemidos de Michel suenan como un canto de sirenas en los oídos de Jaime, el que sigue con su tarea hasta cerciorarse que todo está preparado. Sin resistir más el calor de aquel cuerpo y la impaciencia de sus genitales, lo abraza por la espalda con la única intención de comenzar a penetrarle. Primero es la glande, que deseosa de descubrir nuevos horizontes inspecciona el cuerpo desconocido de aquel moreno. Los primeros movimientos fueron débiles, pero luego las embestidas comienzan a ser cada vez más poderosas, meciendo no solo sus cuerpos, sino que también el automóvil y empañando las frías ventanas. Cuando la pasión alcanzaba la cima, Michel se desprende de aquel agarre y sienta a su presa para luego ser él quien domine la acción, meciéndose en un ir y venir de gemidos que resuenan a gloria en los labios de aquel que por unos segundos olvida a su amado. El clímax está a punto de llegar y sabiendo esto, el haitiano se detiene para bajar lentamente por aquel cuerpo acalorado, llegando al erecto falo que deseoso le suplica por acabar. Su lengua hace contacto con aquel pedazo de carne y su boca es testigo de su esencia, que inunda la cavidad y se desborda en su rostro.

 

La respiración agitada va declinando mientras ambos se visten, la actuación se ha acabado, pero ahora es tiempo de entablar la razón de todo ello. -¿No te cansas de ser el perro faldero de Antonio? Siempre le has seguido porque le amas, pero ya es suficiente, deberías tener un poco de amor propio, hacerte valer y demostrarle a todos que eres un hombre, un macho capaz de lograr todo lo que se propone, ¿cómo quien amas te va a respetar si te comportas como un muchacho?... Él se va a casar con Javier, van a ser felices por siempre mientras tú seguirás solo, triste y pensando el resto de tu vida en un amor que jamás te correspondió…- Son las duras palabras que Michel le regala al hombre que lo observa atónito, ya que cada palabra le ha hecho mella, le ha herido en lo más profundo. –pero… todavía es tiempo de revertirlo, de demostrarle a todos que sin ti no podrían haber logrado nada, que tú eres tan o más importante que el mismo Antonio…- Y viendo la inquietud en los ojos de Jaime, el moreno sigue con sus palabras, terminando de escupir la última gota de tu letal veneno. -¡Destrúyelos! Demuestra quién eres destruyendo lo que más aman, arruinando todos sus sueños, porque si tú no eres feliz, nadie debe serlo… ¡Destrúyelos!...- Su mente se ha nublado por aquellas gloriosas palabras, todo parece tener sentido y simplemente se queda observando el reflejo de aquella mansión en el espejo retrovisor, mirando detenidamente el símbolo de todo aquello a lo cual debe destruir. 

Notas finales:

Y en Eslovaco es ďakujem

Muchas gracias por leer :3

 

Dovidenia!

Hasta luego!!!!


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