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Lo que Haga Falta por jotaceh

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Notas del capitulo:

Γειά σου!           Hola!!!

 

Bueno... me tardé, pero aquí está el séptimo capítulo.. espero que les guste y sigan leyendo la historia. Pronto pronto subiré el octavo =)

 

 

CAPITULO VII: El fin justifica los medios.

 

Una mano acaricia fuertemente la piel tersa y nívea de Antonio, quien extasiado siente como aquel hombre toca su pierna, adentrándose cada vez más en su cuerpo. Quitándole el pantalón termina por desvestirlo y ahora empieza tiernamente a besar su cuello, para terminar mordiendo sensualmente el lóbulo derecho del muchacho. Jaime se extasiado al poder sentir el calor de Antonio, su aroma, aquel que tanto lo enloquece, y poder gozar de su cuerpo. –No puedo creer que me haya enamorado de ti tan sólo al pasar unas horas juntos… Olvida a tu primo y quédate conmigo, yo te haré feliz… Nunca me interesaré en nadie más… ¡Por favor dame una oportunidad!- Jaime detiene las caricias para decirle calmadamente estas palabras, dirigiéndose directamente a los ojos de Antonio. Desde aquel día en que conoció su piel, no ha podido dejar de recordarle y no hay otra explicación que no sea amor. El menor de los Palmer no responde palabra alguna y sólo se dedica a seguir con los besos, para luego comenzar a desvestir al vendedor. El cuerpo grueso y musculoso de Jaime se alza sobre el delicado Antonio, quien preparado para lo que pronto sucederá, se dedica solamente a contemplar a su acompañante. Aquellas caricias, aquellos besos y por último aquellas palabras, todo es tan nuevo para él. Nunca nadie antes se había atrevido a llegar tan lejos, aquel joven es el primero y no tan sólo eso, es el único hombre que ha podido sacarle de la cabeza el recuerdo de Guillermo, aunque sea por un par de minutos. Ahora mismo siente como lenta y cuidadosamente comienza a ingresar dentro de él, empieza a sentir el grueso y palpitante falo inundarlo por completo, sintiendo un pequeño dolor, que es rápidamente calmado por el largo beso que Jaime le termina regalando. El muchacho se preocupa hasta del más mínimo detalle, procurando siempre que no sienta ningún dolor. Le es imposible recapacitar la propuesta del muchacho, ¿y si se olvidara de Guillermo e intentara crear algo nuevo?... pero la idea la deshecha de inmediato, es imposible, su primo ya se ha convertido en una parte importante de su ser y ahora no puede eliminarlo tan fácilmente.

 

Están en la casa Palmer, en el dormitorio del menor de ellos, aprovechando que nadie se encuentra a esas horas de la mañana en ella. Las sirvientas han ido de compras, Estela y Horacio están trabajando, Guillermo ha debido asistir a una revisión con su doctor y por último, Daniela ha decidido seguir en búsqueda de un nuevo trabajo, estar todo el día encerrada en aquella casa han producido una grave depresión. Antonio decidió ocupar esta oportunidad para poder pagar la deuda que mantenía con el amigo de Daniela, como si se tratase de un mero trámite, aunque muy en el fondo sentía ansias de experimentar las mismas sensaciones que pudo percibir hace algún tiempo ya. - ¿Y Guillermo te ha hecho sentir esto alguna vez?...- pregunta de la nada Jaime, haciendo un alto en los constantes movimientos que realiza, para ver detenidamente la reacción que causaría esta pregunta en Antonio. –No preguntes tonteras y sigue con lo que hacías… Termina de cobrar tu deuda, para que así puedas irte pronto… Las sirvientas no tardan en llegar.- el muchacho responde regañándole, como si nada de lo que hubieran hecho le hubiese provocado satisfacción, tratando infructuosamente de disfrazar su gozo, pero siendo imposible, Jaime se percata de la actuación de inmediato. Estando en el clímax, el menor de los Palmer deja escapar un pequeño gemido, lo que por mucho tiempo trató de impedir, pero que fue el inicio de un concierto de sonidos que como melodías inundaban el oído del vendedor, quien extasiado comenzó a terminar su labor en aquel paraíso que se había convertido el dormitorio, donde se encontraba todo lo que anhelaba en este mundo, el chico que le robó el corazón y la satisfacción de un sexo consumado.

 

La prensa estaba revolucionada aquel día, las portadas de los periódicos más prestigiosos del país y también de aquellos no tan bien calificados, mostraban una imagen que se había propagado como un virus por la internet. En ella aparecía Horacio Palmer siendo besado por Fernán Marconi, la misma imagen que logró capturar Estela en la fiesta que se dio a lugar hace unos días. Anónimamente la envió a los correos de los inversionistas más importantes de Old Edward, como también a los consumidores y proveedores de mayor importancia para la empresa. No satisfecha con esto, quería lograr una verdadera batahola mediática, enviando a páginas de chismes la fotografía y culminando su acometido con los periódicos. Todo el mundo debía saber que el gran gerente general y mayor accionista de la cadena más importante de supermercados del país mantenía una relación homosexual con uno de sus trabajadores. ¿Bueno o malo? Es lo que menos le importaba, lo que ella quiere lograr es un escándalo de proporciones, que logre mermar la intachable imagen de Horacio y el rechazo por el resto de los accionistas de Old Edward, quienes siendo tan conservadores y religiosos pedirán incuestionablemente que dimita de su cargo ejecutivo. Ahora era cosa de esperar y así lo hacia la mujer, quien satisfecha observaba a través de la ventana de su oficina la pujante ciudad, que en estos mismo minutos estaba hablando de su cuñado. –Y pensar que destruirte es tan fácil… si lo hubiese sabido antes, te hubiera sacado de tu cargo hace muchos años ya… Veamos cómo sales parado de ésta, si es que logras sobrevivir.- y dibujando una enorme sonrisa en su rostro se dirige a su cuñado, como si él estuviese justo en ese lugar.

 

Las sabanas desordenas muestran el gran ajetreo que ha sucedido sobre ellas. Tendido inerte sobre la cama se encuentra Jaime, quien exhausto luego de lo sucedido se quedó profundamente dormido y lo mismo le hubiese sucedido a Antonio si es que no tuviera tantas cosas en su cerebro en ese preciso momento. Observa detenidamente el rostro de su acompañante, tratando de descifrar de dónde ha salido, cómo llegó de pronto a su vida y le ha hecho sentir tantas sensaciones nuevas, que inundan y desbordan su pecho. ¿Podría enamorarse de él? ¿Podría olvidarse por fin de Guillermo y dejar entrar a otra persona en su corazón? Son tantas las dudas que lo aquejan mientras mira aquel rostro, que ni siquiera logra percatarse que ya no son dos personas en aquel dormitorio, sino que hace un par de minutos se ha integrado alguien más.

 

-¡¿Qué está sucediendo aquí?!- se escucha el estruendoso grito que emana de la poderosa garganta de Magdalena, quien histérica observa como su antiguo vecino está desnudo al lado de Antonio, evidenciando que ambos han mantenido relaciones hace sólo un rato. – No puede ser esto verdad… ¿Qué tienen en sus cabezas para realizar tamaña aberración? Son un par de enfermos, no ven que esto va contra la naturaleza humana… Es realmente asqueroso verlos en ese estado tan deplorable… - y como estas frases siguen muchas más, las cuales brotan de la boca de la sirvienta como si fuese un manantial de insultos. Jaime despertó asustado tras el primer grito y observa tímidamente a la mujer, mientras les da un sermón tan grande y grosero, que dejan muy por debajo su moral. Antonio escucha sin darle mayor atención, y mientras esto sucede, aprovecha para vestirse tranquilamente, como si aquella mujer no estuviese en la misma habitación que ellos. –Señora Magdalena, esto no es lo que usted piensa… si me da un momento yo le puedo explicar todo…----- Qué me vas a explicar tú, mocoso… No eres más que un tarado que ha caído en los engaños de este enfermo… si es que debí imaginarme algo parecido cuando supe que estaba enamorado de su propio primo… pero esto no se quedará así, yo haré todo lo posible para…- Pero no logra terminar la frase, ya que una vez vestido, Antonio camina lentamente hasta acercarse a la mujer y sin dar mayores señales la abofetea de tal manera, que cae fuertemente al piso. Magdalena no puede dar crédito del golpe que acaba de recibir, por lo que intenta levantarse para así demostrarle a su agresor que no le teme; pero no es necesario, ya que el mismo Antonio la levanta tomándola por los cabellos y una vez teniéndola frente a frente decide comenzar a responderle. –No sabe cuántas veces he escuchado las mismas palabras que usted acaba de dirigirme. Desde pequeño mis compañeros de colegio me hicieron sentir diferente y me agredieron por ello. En la calle, en el colegio, en el supermercado, en cada lugar me sentía rechazado y prefería esconderme para así no mostrar lo horrendo que era… pero… un día me di cuenta que el resto no era el que estaba equivocado… sino que yo… fui yo el culpable de todo ese rechazo por ser tan estúpido de creer que era diferente, por creer que merecía tal rechazo… pero no, no lo merezco y no lo mereceré nunca. Ese día me di cuenta que no agacharía más mi cabeza y andaría mostrando mi rostro a todo el mundo, porque no tengo nada que temer. ¿Y sabes quién me hizo cambiar?... Fue tu hija, el mismo día en que se le ocurrió inmiscuirse en el camino de Guillermo… pero cambié y logre defender lo que era mío… Fui yo quien realmente los separó y soy yo quien ahora lo ha hecho nuevamente… ¿Eso querías saber querida?... pues entenderás que si logré destruir a tu hijita, no me costará nada hacerlo contigo también…- e inmediatamente después de pronunciar estas palabras la suelta de los cabellos tan bruscamente, que vuelve a caer dolorosamente al suelo. Esta vez la mujer está tendida pero no con aquella mirada de superioridad, sino que totalmente asustada. Nunca pensó que aquel muchacho pudiera ser de aquella manera, siempre lo observó tan retraído y delicado, que no podía imaginarse tal reacción. Ahora lo tiene frente a ella, maquinando de qué manera la hará pagar aquellas ofensas.

 

Hace más de una hora que Horacio está en una reunión extraordinaria con la junta de accionistas, quienes indignados al verlo en portada de todos los periódicos han decidido pedirle explicaciones. –No sé de dónde han salido esas fotografías, pero yo nunca he besado a otro hombre en mi vida, todo eso debe ser un montaje digital. Nada de lo que ahí aparece es cierto. Deben creer en mi palabra y hacer caso omiso a lo que los medios de comunicación están inventando.- Trata de explicarle a los accionistas que ahí están reunidos, pero ninguno muestra señales de creer en su palabras. Las imágenes son mucho más claras que las palabras. –Mira Horacio… esta es una situación crítica. Está en juego la imagen que proyecta Old Edward y ese es nuestro mayor activo, no podemos dejar que la competencia utilice este chisme para despedazarnos y quedarse con nuestra clientela. Muchos de los aquí presentes somos cristianos y muy creyentes, no estamos de acuerdo con lo que se insinúa sobre tus “gustos sexuales”, pero tampoco te criticamos, tan solo preferíamos que lo dejaras en secreto, pero ya es muy tarde. Como junta de accionistas te pedimos por el bien de esta empresa que dimitas de tu cargo y dejes que nosotros nos ocupemos de manejar la empresa.- Renato Irarrázaval es el segundo accionistas más importante de Old Edward y el más férreo detractor de la gestión de Horacio, por lo que toma este escándalo como una forma de derrocarlo. –Sabemos que eres el accionista principal de la empresa, que eres dueño de alrededor del 65% de ella, pero te pedimos que consideres lo que te estamos pidiendo y dejes la gerencia general. Seguirás siendo el dueño de más de la mitad, pero ya no serás la cabeza visible, por lo que tu imagen no repercutirá en la imagen de la empresa. No permitas que nosotros tomemos otras medidas que no serán beneficiosas para ti. Piénsalo.- Dice otro accionista ahí reunido y son las palabras de éste las que calan hondo en Horacio, quien se da cuenta que no está en buena posición de negociar, si todos los demás accionistas que se colocan en su contra puede perder mucho. Así, fuertemente abatido decide acceder a las peticiones de la junta reunida y con un hilo de voz se despide de ellos, para que sigan con su reunión, la cual él no quiere seguir escuchando, ya ha sido mucho pesar por un día.

 

Francisco Álvarez es el contador general de Old Edward y quien ha realizado esta labor hace más de diez años. Es un hombre treintón, de una llamativa cabellera cobriza y barba del mismo color. Su altura siempre lo ha distinguido del resto, y es que nadie en esas oficinas es tan alto como él, como tampoco no hay nadie allí que tenga su contextura. Muchas secretarias suspiran día tras día al verlo caminar por los pasillos del edificio, nadie puede creer que un hombre como él puede ser contador, todos piensan que siendo modelo le iría mucho mejor. Ahora se encuentra en una importante reunión con su jefa, Estela Edwards, la misma a quien venera como si fuese una diosa, la única mujer en este mundo a quien le tiene pavor. Ella observa detenidamente los balances que el contador le ha preparado, entregándole uno que otro comentario de vez en cuando. Estando en estas tareas, es cuando la puerta se abre de par en par para dejar pasar a un robusto hombre, quién con una sonrisa en su rostro se dirige a Estela. -¡Querida, querida! Hoy es un gran día y tenemos que celebrar… Por fin te has convertido en la nueva gerente general de esta empresa y en parte me lo debes a mí, ya que fui yo quien te propuso ante la junta de accionistas. Y… ¿Qué me dices? ¿No es el mejor día de tu vida?- La mujer al escuchar esta noticia cae rendida sobre su asiento, no puede creer que lo que por años deseó ahora esté convirtiéndose en realidad. Desde ahora será ella quien guíe el camino de Old Edward y en parte, el destino de la familia Palmer. –Renato Irarrázaval… tú siempre apoyándome. Realmente eres fenomenal como amigo y no sabes cuánto te agradezco que me hayas ayudado una vez más…. Tengo ganas de saltar, de volar, gritar de la alegría que siento. Me has hecho la mujer más feliz de este mundo.- Estela corre para abrazar al hombre que tanto ha contribuido en su éxito, y lo hace tan fuertemente que casi lo deja sin aliento. –No tienes que agradecérmelo tanto…Ya verás cómo me pagarás este favor que te hice. Y sabes perfectamente de qué manera lo has de hacer, ¿o me equivoco Estelita?- Renato se coloca más serio para decirle casi en clave que todo en esta vida tiene su precio y más temprano que tarde, ella deberá recompensarle por convertirla en la nueva gerente general, pero ninguna advertencia logra menguar la felicidad de la mujer, quien se siente completamente dichosa.

 

-Me pegaste, pero no lograrás que me calle, le contaré todo lo que sé a Guillermo. Le diré que eres amante de Jaime y que fuiste tú el causante de su ruptura con Daniela. No querrá volver a verte en toda su vida. Ya verás cómo seré yo quien destruya tu vida ahora… No dejaré que te sigas aprovechando de mi hija.- Magdalena le grita a Antonio mientras camina raudamente por el pasillo de la planta alta de la casa Palmer, ha decidido marcharse del cuarto para gritar a los cuatro vientos todo lo que sabe. Su instinto de madre la llevan a proteger a Daniela, no puede permitir que aquel chico intente hacerle más daño a su pobre hija, antes prefiere morir. Antonio camina tras de ella, mirándola detenidamente mientras intenta llegar a las escaleras, pero antes que lo logre, la toma fuertemente por el brazo. –Tú no harás nada de lo que has dicho, porque de lo contrario me obligarás a actuar de una forma que no deseo hacer.----- ¿Y qué harás? ¿Me botarás por las escaleras como en las novelas? Me tienes justo en el inicio de ellas… ¡Anda, empújame!... No eres más que un pendejo miedoso.- La mujer lo incita a proceder de aquella manera, intimidándolo y mirándolo profundamente a los ojos, trata de dejarle en claro que no es más que un niño de pecho, que no es nada sin el apoyo de su adinerada familia, no como ella, que ha tenido que sufrir desde pequeña por el simple hecho de nacer pobre. Antonio la observa con desdén, sin importarle las palabras que le son dirigidas. Todo este rato se ha mantenido tranquilo, como si nada de lo que Magdalena pudiera hacer le dañara. –Las novelas son patéticas y todo lo que allí hacen es estúpido. No es muy inteligente tirarte por las escaleras, todos sabrían que fui yo el culpable, pero… ¿y si todo fuese un accidente? Siempre el agresor es el que queda sano, a quien nunca logran dañar… por eso es tan evidente su culpabilidad. Entonces… si los dos salimos dañados de todo esto, no desconfiarán de mí… soy tan débil e inocente, que nunca nadie creerá que yo te empujé… Es perfecto, ¿no crees?- y una sonrisa sarcástica aparece en el rostro del joven, quien mira fijamente los oscuros ojos de la sirvienta. Segundo a segundo Magdalena comienza a darse cuenta de quién es realmente aquel muchacho y de lo peligroso que puede llegar a ser. Asustada le pregunta por lo que está diciendo, no entiende palabra alguna. –Es simple, si ambos caemos por la escalera parecerá un accidente. Yo soy joven y no creo que me haga mucho daño, pero tú ya estás vieja y sé que causaré tantos estragos en tu cuerpo que no podrás, ni querrás contarle nada  a nadie…- y mirando por las escaleras hacia abajo agarra fuertemente a la mujer con sus dos manos, para luego caer ambos por la larga y empinada estructura de madera. Sus cuerpos se azotan con cada escala que tocan al caer, provocando un estruendo tan fuerte, que logra escucharse en toda la casa. Asustado y sin haber logrado vestirse por completo, Jaime llega hasta las escaleras y en ese lugar observa una escena dantesca. Magdalena y Antonio ensangrentados inconscientes ambos sobre el frio piso del primer nivel.

Notas finales:

Y en griego es Ευχαριστa4;!

 

gracias!!!!

 


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