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Un hechicero y un espadachín. por Kagene_Kagamine_Family

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Notas del fanfic:

Rin: Holaaaaaa~, esta es una de mis parejas favoritas, espero les gusté y como es el prólogo esta cortito, también me inspire sobre la canción de Boss Death para este fic y sobre la saga de la maldad para los países y no recueros si se escribe hago el de verde pero dejamos lo así, ¿vale?

 

 

Un hechicero y un espadachín.

 

Prólogo: búsqueda.

 

Uno de los pueblos del vasto reino de Lucefenia se encontraba aterrado por diversos monstruos mientras que en Elphagort los demonios robaban a pobres y poca cautelosas jóvenes y en Marlon, el reino azul, los magos oscuros habían raptado a la joven princesa. Todo eso y un poco más se sabía pero nadie se atrevía a hacer frente a todas las catástrofes ya que inclusive los mejores guerreros de los reino habían perecido ante tales criaturas.

Ubacandonos en el reino de Elpahgort, un joven albino de cabello un poco largo caminaba por una de las bastas praderas con total calma, vestía una túnica blanca hasta la cadera amarrada con ayuda de un broche dorado, una camisa negra sin mangas con unos apliques en blanco y unos shorts igualmente blancos con unos botas altas negras. El joven albino también tenía en una mano un cetro con una esfera de energía azul encerrada en el también usaba un arete con un orbe esmeralda el en la oreja derecha junto un pasador grande y redondo de color zafiro con toques esmeralda, pero sus ojos eran lo más llamativo de todo, uno(el izquierdo) era azul y el derecho verde, no era muy alto y tenía ciertos rasgos femeninos que lo harían pasar por una mujer rápidamente sin esfuerzo alguno de su parte, el nombre del chico era ni más ni menos que Utatane Piko, ex-hechicero blanco de la corte ya que el mismos había renunciado a su puesto.

Piko siguió caminando hasta que sintió que lo jalaban de su túnica y al dar la vuelta para ver a su atacante pudo ver que se trataba de un hombre de cabellos rojos y ojos del mismo color con una extraña sonrisa en su rostro, el hombre no pasaba de los veinte años pero había algo en el que no le daba buena espina.

-Pero miren que tenemos aquí, una linda jovencita-dijo con una sonrisa burlona aquel hombre.

-No soy mujer-dijo molesto el albino haciendo que el peli-rojo soltase su túnica y alejando se de el unos cuantos pasos-soy hombre.

-Valla, hace mucho que no veía a un hombre tan femenino, ¿cómo los llamaban?, shotas si no mal recuerdo-río-será divertido estar contigo- Piko ignoro todo comentario hacia su persona y siguió su rumbo, por su parte el mayor volvió a jalar a Piko pero esta vez de un brazo y lo atrajo a su cuerpo-no me ignores cuando te hablo, mocoso maleducado.

-No puedo tener educación con personas como usted-contesto haciendo enojar más a el otro- ya que ni siquiera sea presentado y usted es ella he inició todo esto, por lo que, el maleducado es otro.

-Ya veo-sonrió-mi nombre es Akaito ¿y tu?

-Utatane Piko- contesto resignado-ahora déjeme avanzar y suelte me.

-No lo creo pequeño, tu serás ahora mi amante.

-No quisiera mas que conocerlo y esa opción no me apetece para nada-contesto intentado separarse de nueva cuenta.

-No estoy preguntando, te lo estoy ordenando-contesto antes de sentir como si algo le quemará en el pecho, alejo a Piko de inmediato al percatarse que efectivamente se estaba quemando-pero que *censurado* pasa?-grito antes de ver como el chico huía a toda velocidad- maldito hechicero blanco-murmuro por lo bajó limpiándose el traje y volviendo a alzar la vista para perder de vista a Piko- nos volveremos a ver pequeño shota- dijo con sonrisa llena de malicia, por su parte Piko sólo corría sin rumbo alguno, odiaba que lo confundieran con una mujer.

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El sonido de la espada con cada golpe lo desconcertaba ya que no podía acabar con aquel monstruo gigante, otro golpe, otro rasguño, era molesto no pode acabar con el tan rápido como con los demás. Bueno no por nada la recompensa era tan alta, quinientas rupias por acabar con aquel monstruo. Volvió a atinar otro golpe pero esta vez más certero, directo en el corazón, acabando así con aquel fastidio, suspiro y comenzó a caminar rumbo al pueblo para limpiar su ropa y darse un buen baño relajante.

Oliver era nada más que un espadachín y uno de los mejores en los tres reinos, pero el sólo hacia su trabajo por dinero para poder seguir viajando por todas partes. Al llegar a la posada donde se hospedaba se sorprendió al ver al jefe del pueblo en aquel lugar esperándolo.

-Bien Oliver, has comprobado los rumores de que eres capaz de acabar con cualquier monstruo tu sólo sin ayuda de nadie, bueno trabajo-dijo parándose y sacando una bolsa de su chaleco para entregársela-tal como prometí, quinientas rupias por un trabajo bien hecho-y sin las se fue, Oliver sonrió y se fue a su cuarto, todos lo conocían por su fama de cazador de bestias, conseguía su objetivo sin importar que o cuando.

Pero claro tenía a muchas fans y pretendieres por ese hecho, y no era que no fuera atractivo, todo lo contrario, tenía un hermoso y sedoso pelo rubio ceniza y unos ojos ambarinos hermosos, con una tez blancuzca bastante fina un tanto descuidada, pero claro, llevaba unas vendas ene u ojo izquierdo y cada que le preguntaban por ellas el evadía el tema o simplemente se iba. Se terminó de quitar la ropa y de metió al baño, se merecía un descanso y con quinientas rupias lo tendría.

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Los reyes de los tres reinos se encontraban reunidos buscando una respuesta a los previas de cada reino.

-Necesitamos a un grupo de personas que puedan a cabe con demonios como monstruos y si pueden con ambos podrán con los magos-comento el rey de Marlon-pero, ¿quienes?, todos los saldados son asesinados o dejados al borde de la muerte.

-Necesitamos a un mago o hechicero que ayude a los guerreros-dijo el rey de Lucefenia.

-En mi país-dijo el de Elpahgort- bueno en realidad, yo tenía a u hechicero blanco bajo mis servicios pero renuncio y se fue, tal vez el puede ayudar.

-Posiblemente-dijo el de Marlon- pero, ¿quien más?, muy pocos serían capaces de enfrentarse contra todos ellos.

-Oliver-contesto el rey de Lucefenia- en mi país hay un un espadachín vagando por todas partes que ha destruido a todo monstruo que se propone.

-¿Y cómo que edad tienen sus jóvenes?

-14-contestaron a la par ambos reyes.

-Son bastante jóvenes, pero si no tenemos de otra-dijo el rey de Marlon- entonces habrá que buscarlos y hacer que acepten.

 


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