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Espinas del corazón por nallelyx3yj

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Notas del capitulo:

Hola~ ^^

Aquí estoy yo de nuevo con un nuevo capítulo, sé que se van a sorprender mucho (?), bueno, ya veremos xd hahaha.

Perdón por demorar demasiado u.u

Espero que me dejen sus opiniones.

Aprovecho para mandarle saludos a Gabo, a mi unnie Malahierba ^^ y por supuesto, también a mi unnie Xime que influyó muchísimo en este capítulo <3. Gracias.

Disfruten mucho~~ kashkdjahsd.

¡A leer!
No olviden comer mucho helado <3. Acá hace mucha calor.

Ya casi llegaba a su departamento; iba a paso tortuga, como si el alma le pesara, bueno, en realidad todo le pesaba. Los sucesos, los recuerdos, las lágrimas, el cansancio de su cuerpo, los sentimientos que navegaban por todo su ser y hasta la misma ropa. Estaba tan sumido en sus pensamientos que no se percató de que ya habían pasado un par de horas desde que salió del panteón, cuando pudo haberse tomado unos 20 minutos. Estaba cansado, tanto físicamente -por el trayecto- como emocional y psicológicamente. Estas dos últimas lo tenían deshecho. Subió el elevador hasta su piso. El número cinco. Ya era tarde, el cielo estaba completamente oscuro. Pudo notar que su vecina tenía una especie de fiesta. El potente volumen de la música estaba calando en la cabeza de YoungJae. Se le hizo extraño, ya que Miryo solía ser muy tranquila. Llevó su mano hacia su frente en señal de molestia. Tanto ruido le provocaba punzadas de dolor, como migraña.

 

YoungJae abrió la puerta de su departamento, pasó por la sala, hasta llegar a la recámara, en la cual se dejó caer bocabajo en la cama. Había estado tan ocupado estos últimos días que ni siquiera se preocupó por limpiar u ordenar su recámara, tampoco es que estuviera tan sucia, pero algunas cosas tiradas en el suelo lo delataban. Eso sin tomar en cuenta el sinfín de cosas pendientes que de seguro tendría en su trabajo.  Suspiró ahogando un sollozo. Las sábanas aún tenían impregnado el olor de su ex novio. Inconscientemente, pegó su nariz en la tela como si quisiera embriagarse por completo con ese aroma...

 

 ¿Por qué?...

 

Siempre se reprochaba el porqué; hasta el punto de que esa pregunta llegaba a su mente aun sin quererlo. Sabía que lo único que hacía era lastimarse al permitirse reiterar eso en su mente, principalmente sabiendo que no tendría respuesta; quizá, no valía la pena seguir haciéndolo. Pero entonces, ¿Qué?   No tenía amigos, para él DaeHyun era su todo. Cuando él entró en su vida, se descuidó por completo. Ya no importaba la familia, los amigos, ni los compañeros de trabajo. Y ahora, con ese error que cometió, ya no tenía a nadie.

 

Y con toda esta paranoia que ahora reinaba en su mente, al poco rato quedó profundamente dormido en un mundo irreal en el que pensaba en DaeHyun. Y, aunque algunos consideren que es algo que no merece la pena, para él que no tenía a nadie en ese momento, le resultaba de lo más reconfortante. Sólo era doloroso cuando se daba cuenta de la realidad. Esa realidad que le decía “Le amas y no existe más”.

 

 

 

 

 

Los últimos días habían estado muy húmedos, pero ese día estaba soleado. Eso le gustaba a JongUp. Se había despertado temprano para llevar a cabo su rutina de ejercicios. Ahora que estaba acostumbrado, era más fácil levantarse temprano. Estaba más que feliz, hoy iría al apartamento de la persona que le gusta. Trabajan juntos, en el mismo departamento de oficina. Él, JB, J-Hyo y JongUp son administradores de datos. Se encargan de proporcionar asistencia personal a los trabajadores de oficina, mantener registros y sistemas de archivo, e introducir datos. Su objetivo es hacerle el trabajo más fácil al supervisor, por lo tanto también se hacen cargo de la correspondencia; leen y envían correos a los distintos departamentos.

 

Esta semana estuvo llena de trabajo, principalmente para JongUp, que trató de hacerle el trabajo más sencillo a esa personita especial. El jefe, HimChan, avisó que YoungJae iba a faltar toda la semana por asuntos personales. Y como toda persona enamorada, JongUp se preocupó y le llamó. No lo logró que le dijera las razones por las cuales faltaría, pero quedaron de desayunar juntos. Dentro de una hora ya estaría yendo hacía su departamento. Estaba ansioso, nunca había ido. De hecho, se puede decir que casi no hablaban.  JongUp es demasiado tímido como para entablar conversación y YoungJae es demasiado reservado. Eso no quiere decir que no lo observe, ya que siempre lo hacía. Como si lo cuidara de lejos mientras trabajaban. Notaba sus bellas expresiones y gestos, que para JongUp, eran cosas que nunca se cansaría de admirar. Sus conversaciones se limitaban a cosas de trabajo, que, a pesar de ser cortas, al representante de Dadamato, lo dejaban como en las nubes. En fin, le llevaría unos papeles y le explicaría lo que ha pasado en la empresa estos últimos días.

 

El sólo hecho de pensar que desayunarían juntos hacía que el corazón de JongUp se acelerara...

 

 

 

 

 

Mientras tanto... Un día más para YoungJae.

 

¿Cómo quitar el dolor?

 

Me gustan ese tipo de sueños en los que sueño contigo; pero todo cambia cuando despierto, cuando me doy cuenta que no estás a mi lado. Te amo aunque te hayas ido, y me abrazo. Me abrazo para poder aguantar las ganas de llorar, es una ridícula forma de sentir que mi corazón no se hace pedacitos. Me reconforta. No estás y ya no estarás. Desapareciste de mi vida. ¡Siempre tiene que venir a mi mente ese maldito pensamiento! Y no deja de calar. Pero... sigo sin querer olvidarte, aún no. Quiero tenerte conmigo... incluso seas sólo un recuerdo, quiero que estés ahí en mi mente.

 

A pesar de ser temprano, estaba todo oscuro. Las grandes cortinas estaban cerradas, por lo tanto la poca entrada de luz lo único que hacía era provocar más flojera en YoungJae. No quería levantarse de la cama y no hacía ni el menor amago de hacerlo. Se quedó sumido en sus pensamientos.

 

DaeHyun... Te quiero DaeHyun...Te quiero conmigo, a mi lado...

 

La mente de YoungJae se dejó llevar por las constantes escenas que aparecían en su mente. Recuerdos. Desde el comienzo hasta el fin. Rememorando cada una de esos preciados momentos guardados y grabados en su mente, como si de un tatuaje permanente se tratase.

 

Me pregunto qué pensarías si me vieras así...

 

Se encogió un poco, abrazó la almohada y hundió más la cabeza en esta. Sería interesante ver su reacción... Pero, ya no se podía, él se esfumó de este mundo. Una lágrima recorrió la mejilla de YoungJae.

 

Su mente se hundió en un mar de emociones. Y con ellas, comenzó a rememorar.

 

»Recuerdo la primera vez que te vi. Me cautivaste. Al verte pasar tan despreocupado y tan guapo, me llamaste la atención a primera vista. Principalmente esos gruesos labios combinados con una hermosa sonrisa que la adornaban. Fue en una librería. Entregabas un libro a la empleada, dijiste unas cuantas palabras y te fuiste de ahí. Quién iba a pensar que después de aquella mañana, constantemente nos veríamos en ese lugar, llegando incluso a hacerlo rutina.

 

»La primera vez que me hablaste. Tenías duda sobre un libro y me habías “confundido” con un empleado de ahí; bueno, por lo que sé, fue una excusa algo extraña y graciosa de tu parte.

 

»La primera vez que me invitaste a tomar algo a esa calmada cafetería. Mi corazón latía fuerte por ti; me comenzaba a dar vergüenza que me miraras tan fijamente. Éramos amigos en ese entonces. Pero después comenzaste a ser muy atento, demasiado. Hasta que te decidiste a invitarme a salir de manera más formal. Una cita.

 

»Nuestra primera cita. Dimos un paseo ya que te agradaba mucho estar al aire libre; estaba muy nervioso y mis mejillas lo mostraban. Con el tiempo, caminar en ese parque se convertiría en una costumbre de la que jamás nos cansaríamos. A mí me encantaba. Cada día sabíamos más del otro y la atracción crecía así como nuestros deseos de estar juntos. Todos los días me emocionaba esperando la hora en la que te vería. Te preocupabas tanto por mí y por mi bienestar... Hasta si tenía un mínimo raspón, parecía que lo quisieras curar con tus besos.

 

»Nuestro primer beso. Fue totalmente alucinante. Me sorprendió. Ni siquiera me preguntaste ni nada. Lo hiciste tan de repente... pero como era obvio, no iba a rechazar algo así. Ya tenías encantado mi corazón. Me dejé llevar por tus labios, que me guiaron en una danza que constantemente, a partir de ese día, daríamos el gusto de repetir.

 

»Cómo olvidar cuando llegaste a mi departamento con esos hermosos anillos... Aún tengo el mío en mi dedo... (Ojalá supieras eso...). “Juntos por siempre”.

 

»Y ¿Por qué no? También las veces que discutíamos por pequeñas cosas. Como cuando descompusiste el tostador y me dijiste que no fue tu culpa, que ya estaba descompuesto. Después declaraste que mentiste. Estabas tan apenado por eso... idiota. Reí tanto ese día.

 

»Todo era perfecto, demasiado para ser verdad. Hasta que sucedió aquello.    Te añoro tanto...

 

Ya no importaba cuánto le amara. Mucho, bastante o demasiado, él no volvería. Y eso, al pensarlo, lograba que se hicieran presentes esas típicas espinas en su corazón, como acongojándolo aún más. Se metió tanto en su vida, en sus emociones, en su corazón... Y aunque ahora esos sentimientos lo atormentaran, los seguía teniendo presentes.

 

Ahora todo era intrascendente. Hiciera lo que hiciera DaeHyun iba a seguir donde estaba. Muerto. No tenía súper poderes como para revivirlo.

 

Quiero estar con él.

 

A los pocos segundos, una idea suicida apareció en su mente. ¿Así podría estar con DaeHyun? Lo asimiló, pero no. No sería capaz de algo así. Tenía que seguir adelante...

 

Ojalá fuera igual decirlo a hacerlo. No lo era. Aún se sentía deshecho y eso no cambiaría.

 

Y mientras todas estas imágenes, facetas y pensamientos pasaban por la mente de YoungJae... Llegó la que más había marcado su vida. Su primera vez juntos.  Juntos en toda la extensión de la palabra. Unidos. Cuando se volvieron uno solo en aquella noche tan especial. Justamente ese recuerdo parecía fuego en su mente. Porque sí, al recordar todos aquellos actos tan lascivos... La forma en la que DaeHyun lo apretaba contra él, ambos desnudos, mientras YoungJae hacía pequeños movimientos de cadera, tratando de sentir más y más... Cuando el mayor acariciaba sus nalgas y les daba uno que otro pellizco, con deseo. El cómo gritaban que se amaban entre gemidos. Disfrutando de ese momento de pasión y entrega reflejados en sus actos. Haciéndose el amor.

 

Todos estos pensamientos rondaban la cabeza de YoungJae, trayendo como consecuencia un curioso cosquilleo en el bóxer. No podía creer que se pusiera duro con tan sólo pensar en eso...

 

 

 

 

 

JongUp llegó al edificio de departamentos. Era grande. Entró y se dirigió hacia el elevador. Según recordaba, su compañero dijo que era el piso número cinco.

 

-Buenos días- Saludó a las personas que se encontraban dentro del elevador mostrando una amplia sonrisa. Sólo eran una señora y un chico muy alto. Subió y picó el número indicado.

 

-Buenos días- contestó muy amablemente la señora. El chico sólo asintió.

 

Estaba a punto de llegar al apartamento de YoungJae, así que verificó si llevaba los papeles que le daría. Por suerte no se le había olvidado nada, aunque quedaba de más checar porque ordenó los documentos desde la noche anterior. Tenía que ponerlo al tanto de todo lo ocurrido en la empresa, en las oficinas y con los productos que iban a recibir.

 

Cuando se trata de la persona que te gusta, se suele ser más meticuloso. 

 

A JongUp le gustaba el olor de ese lugar. El edificio daba una sensación de comodidad. Extrañamente ya se encontraba enfrente de la puerta...

 

“¿En qué momento?...” Se dijo algo desconcertado. Suspiró. Nervios, muchos nervios. Conocería más de la vida de YoungJae, eso le inquietaba.

 

Tocó la puerta con los nudillos, suavemente. No hubo respuesta. Que extraño. Dirigió su mano a la cerradura y la giró. Estaba abierto. Eso provocó cierto desconcierto en JongUp. ¿Por qué razón YoungJae no pondría seguro? Eso era aún más extraño… ¿Le habría pasado algo? Las dudas invadieron su mente, sintió una punzada de preocupación en su pecho. Abrió la puerta. Todo estaba completamente calmado, como si no hubiera nadie en casa. Aquello despertaba la curiosidad en el interior de JongUp.

 

¿Nunca han sentido ese sentimiento extraño en el que saben que tal vez algo no sea lo correcto pero es atrayente hacerlo?  Bueno, se trataba de la persona de la que JongUp está enamorado. Él sabía que probablemente sería muy maleducado entrar como Juan por su casa, pero tenía esa inquietud de conocer más sobre su hyung. Aunque sonara algo obsesivo, para él era interesante, y, posiblemente le entendería un poco más. Aunque ni él mismo se entendía. Todos le decían que era como un genio disfrazado de idiota.

 

El lugar era espacioso. Del lado izquierdo estaba la cocina, en medio el comedor y del lado derecho la sala junto con un centro de mesa pequeño y la televisión. También había un librero justo alado de la puerta, le echó un vistazo a los libros.

 

Observó todo el departamento. Sus ojos se movían de un lado a otro, hasta quedar fijos en una puerta. En total habían tres, dos cerradas y una entreabierta. Caminó hasta la puerta entreabierta; la empujó con sutileza. No se esperó lo que se encontraría ahí. YoungJae, acostado, con los ojos llorosos, triste, rojo de las mejillas, con los ojos algo hinchados y abrazando su almohada; se notaba totalmente fatal. Eso le dolía al menor, no podía verlo con esa cara, él quería verlo sonreír, quería hacerlo sonreír. Fue y lo abrazó, quedando hincado alado de la cama. Sobó su espalda, como haciéndole saber que lo apoyaba.

 

YoungJae soltó un gimoteo. ¿Qué hacía esa persona ahí?

 

Esa duda desapareció de su mente al sentir la mano del intruso en su espalda, le gustaba la sensación. No se molestó en ni siquiera mirar quien era. Y como siempre, la imagen de DaeHyun llegó a su mente. Dolía, dolía como nunca. ¡Nunca podía sacarlo de su cabeza! Incluso imaginaba que esa persona que ahora lo abrazaba era DaeHyun porque lo era, ¿no? ¿Qué le pasaba a su mente? Quería sacar toda esa impotencia.

 

Dejándose llevar, acercó sus labios a los del menor y lo besó.

Notas finales:

¿Qué tal?

Doy permiso de que me maten(??????). 

Hahahaha, muchas gracias por leer. Espero que ojalá les agrade la idea. 

Cuídense mucho y nos vemos luego kahskhjasd

¿Se dieron cuenta que apareció Zelo? xDDDD, sí ese chico alto era él x3, que cute, ¿no? <3

PD: ¿Cuál es su sabor preferido de helado? owo


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