Miraba a todos lados buscando justo eso a mí alrededor, soledad, si nadie me veía ¿Qué podía estar mal?
Lance mi maleta del otro lado de la barda seguida por mi cuerpo, caí agachando un poco todo mi cuerpo y respirando eso, libertad.
-Joven ¿dónde pretende ir?- mi maestro me había descubierto, ahora no solo debía volver a clases sino que tendría un castigo. Levante mi rostro un poco apenado mientras buscaba rápidamente una excusa –Pero si es Jung DaeHyun, ¿hoy con que saldrá? Ya es la cuarta vez en este mes que trata escapar.
-Yo… yo iba a la tienda para comprar un poco de ramen a mi maestro favorito- Diablos, porque abrí la boca, me estoy quedando sin buenas excusas.
-Acompáñame y dile eso a la directora- mi maleta venia volando hacia mi mientras que mi maestro me hacia una señal para que lo siguiera.
Una tarde más aquí encerrado, pero no me falta mucho, este es mi último año, luego saldré, conseguiré cualquier empleo y veré como estos años de estudio han sido una gran pérdida de tiempo, porque eso era lo que pensaba de ir a la escuela, yo no tenía metas ni ambiciones, ¿De donde las tendría si mi padre se encargó toda la vida de hacerme ver que era un inútil?
-¿Hoy por qué has venido?- la directora Im me sorprendió con sus palabras, sonaban dulces y comprensivas, increíblemente, era la directora de mi escuela la única persona que parecía tener aun algo de esperanzas en mí.
-Me iba a mi casa, no tengo nada que hacer en este lugar- la directora parecía suspirar ante mi respuesta.
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Nuevamente un receso y mientras unos están en sus grupos y otros salen, yo, él come libros del salón como había escuchado a mis compañeros llamarme estaba solo, primera fila al centro, a veces estudiando y otras solo fingiendo para que los demás no me molestaran.
Mi celular vibro, un mensaje, de la única persona de quien los recibo, y mi sonrisa inmediatamente se hizo presente.
*Jae lo siento pero hoy también tengo practicas* mi sonrisa desaparecía mientras leía el mensaje *no nos veremos hoy pero sabes que te quiero mucho. Estudia duro fighting*
Hace ya una semana que no me dice te amo, porque sí, mi novio ya me decía te amo, decía, pasado, porque ahora Jong Up estaba diferente, ya no me visitaba por las noches, ya no me enviaba mensajes de buenas noches, y ahora, parecía que solo junto a mi él ya no sonreía.
-Libros en la página 137- el grito de mi profesor provocó que diera un pequeño salto en mi asiento.
Nadie decía nada pero por la furia en el rostro del profesor sabíamos que nada bueno sucedería.
-¿Cómo es posible que esta sea la peor aula de la institución?- comenzó su discurso a gritos- solo el señor Yoo saca la cara por esta clase -No! ¿Porque dijo eso?, ahora todos me molestaran aún más - no solo a ustedes los han castigado, a mi también - seguía gritando, su cara parecía que iba a explotar- a partir de hoy todos se quedaran en las noches hasta los exámenes finales estudiando.
Los gritos de mis compañeros no tardaron en hacerse oír.
-Y si sus notas en los exámenes no mejoran el castigo continuara- sentencio aun entre gritos el profesor antes de salir del salón de clases.
¿Todos los días? ahora no tendría forma de ver a mi novio, necesitaba hablar con él, necesitaba de su aroma mezclándose con el mío.
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-¿Cómo te castigaremos hoy?- la directora daba vueltas por el lugar-lo tengo- chasqueo sus dedos triunfante -tenemos una clase castigada, no podemos castigar al profesor a cargo, así que serás tu quien vigile que ellos si estudien- ¿Cuidar mocosos? ¿Quedarme más tiempo en esta cárcel? -no te preocupes- continuo la directora Im- nadie te vigilara a ti… pero si el castigo de ellos se alarga… el tuyo también lo hará- Genial, ahora seré niñero.
Salía de la dirección cuando resonó un grito -Desde hoy, seis de la noche en el aula 2-C.
No entre a clase, total, ya llevaba toda la semana sin entrar a Quimica y en el pasado cuando entraba empezaba a garabatear en mi libreta o tararear algunas canciones.
Las horas pasaron, las 5:40 de la tarde, si iba a escapar era ahora o nunca, en momentos así me cuestionaba “Si nada de esto me importa, ¿Por qué aún sigo levantándome todas las mañanas para venir aquí?” y era justo hay cuando recordaba a ese hombre que ya no lograba llamar padre mientras me golpeaba y me hacía desear estar cada vez más tiempo lejos de él.
Mire nuevamente mi reloj, las 5:58 de la tarde, ¿Cuál era el aula a la que debía ir? camine aun sin recordar, supongo que será el aula donde no vea a los estudiantes saliendo.
1-B, 2-A, 2-B, 2-C, esta parece ser, entro y me encuentro con todos en su interior en grupos, hablando entre ellos, jugando y los de atrás parecen estar peleando, excepto por uno, n joven al frente del salón, sentado, solo y estudiando.
No digo nada, solo... sigo, miro el reloj nuevamente y me siento en una silla enfrente a los demás en la esquina, miro por la ventana, saco mi reproductor, y empiezan a reproducirse las canciones en este.
Mi celular vibrando me trae a la realidad, giro y veo como solo quedan la mitad de los alumnos, aun esta ese joven, al frente, estudiando, reviso mi celular y es un mensaje de mi padre, lo ignoro y mientras busco volver a perderme de la realidad mirando por aquella ventana siento como el aula se desocupa, reviso nuevamente mi reloj, 8:30 de la noche, ahora si podre salir de este lugar.
Camino por el pasillo para salir del edificio, topo con un joven saliendo de los baños con la mirada fija en su celular, tiene tristeza marcada en su rostro – Solo porque mires así tu celular ella no te va a llamar – El levanto su rostro y con odio en sus ojos lo volvió a agachar guardando nuevamente aquel aparato en su bolsillo para perderse segundos después en ese pasillo.
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*Como van tus entrenamientos, eres el mejor, te extraño* tal vez era demasiado lo que le había escrito, pero la espera por un mensaje devuelta me estaba matando, faltaba muy poco para las nueve y el aun no daba señales de vida.
Entre corriendo a mi habitación – ¿No vas a cenar hoy?- sabía que mi madre estaba preocupada, sabía que se notaba en mi rostro la tristeza, sabía muy bien que en cualquier momento me haría hablar con ella, haría que le contara mis problemas, pero yo, yo no quería hablar de ello, por eso la había estado evadiendo todos estos días.
Y las noches se hacían largas, no podía dejar de pensar en él, de soñar con él y tristemente, no podía dejar de imaginar romper con él, cada segundo me dolía más, me dolía sentir como se alejaba de mí.
Un nuevo día ya era, nuevamente debía esconderme de mi madre o fingir una sonrisa pero esa mañana no fue necesario. Una sonrisa casi que por arte de magia se dibujó en mi rostro tras leer su mensaje, ese que llevaba poco más de una semana esperando *Espero que tengas un ben día, con amor Up*
El cielo era más hermoso esa mañana, el sol brillaba más que nunca, y mientras caminaba a la escuela el aire no paraba de acariciar mis mejillas, ese día no importaban los malos tratos de mis compañeros, no importaba el castigo, nada importaba más que ese mensaje de la mañana.
-Probaremos cuanto estudiaron ayer en la tarde- empezaba a odiar esos momentos en los que el profesor entraba al aula obligándome a dejar mis pensamientos de un lado - son solo tres preguntas – se quejaban todos mientras el profesor repartía hojas partidas a la mitad.
La hora no podría haber sido más aburrida, todos se quejaban, el profesor nos regañaba, amenazaba, a veces pienso que un día se le saldrán los ojos de tanto gritar.
*¿Nos veremos a la salida?* una simple y corta pregunta le envié a Uppie, pero su rápida respuesta, la cual, como hace mucho no había sido, logro que mi sonrisa creciera aún más; *tengo práctica, lo siento pero prometo pasar en la noche a tu casa*, sería un día hermoso porque podría verlo.
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Esto no es extraño ¿verdad?... A quién engaño, ¿Que sucede contigo Himchan? ¿Qué haces hiendo a recoger a tu novio al colegio?, ¡Al colegio! es aún un niño, ni siquiera es legal, ¿legal? al diablo lo legal.
-Hyung- ¿hyung? debería llamarme ajhussi, no, deja la bobada Himchan el solo es menor cinco años - ¿hyung le sucede algo? - al diablo la edad - ¡hyung! - esta vez movió mi brazo y me hizo reaccionar.
-oh!? Hola Junguppie- esa hermosa sonrisa de él se mostró opacando toda a mi alrededor, si, para mí él era mi felicidad infinita, mi futuro, tome de su mano y comenzamos a caminar lejos de su escuela. El miraba a todos lados - ¿buscas a alguien? - valla que se asustó cuando hable.
-No... no es nada- su mano sudaba, se le notaba el nerviosismo, la tome fuerte esperando que con esto él se tranquilizara.