Capítulo 1
Un mundo oscuro y tenebroso reinaba en ese entonces, habían pasado muchos años, y la contaminación había conseguido apoderarse del mundo. Casi no se veía el sol, solo se podía llegar a intuir en la oscuridad del humo, y eso si tenias buena vista, por lo que la gente se veía obligada a ir siempre vestidos como astronautas. Nadie era capaz de vivir allí sin el traje puesto, por culpa de la gran cantidad de Dióxido de Carbono, Óxido de Azufre, Dióxido de Azufre y de Amoniaco, entre otros gases tóxicos para los humanos, y en poca cantidad, oxigeno molecular y Ozono. Todo el mundo, necesitaba alimentarse y tener oxigeno, por lo que se habían creado lugares en las que había fabricas de oxigeno. Estas fabricas, cogían el óxido y lo convertían en oxigeno, pero no podían hacer que el planeta se volviera saludable, porque estaba demasiado contaminado y las fabricas contaminaban a la vez que creaban oxigeno, por lo que solo había oxigeno dentro de los edificios pero por la calle se tenía que ir con un vestido especial con bombona.
En estas condiciones vivía la gente de la calle diariamente, pagando por respirar, porque el oxigeno de las casas y de las botellas no eran gratis, al contrario eran bastante caras en relación a la calidad. Muchas de las personas lo pasaban muy mal para poder pagar el oxigeno necesario para poder vivir y cumplir las necesidades diarias. Comprar las bombonas de oxigeno o el suministro de este a los hogares era la necesidad más básica y como tal la más cara y la que más preocupaba junto con la comida y el agua, la cual necesitaba ser limpiada para el consumo, porque estaba igual de contaminada que el aire, y podía producir el cólera y otras enfermedades nuevas aun peores.
La malnutrición y la desnutrición, junto con las enfermedades y la pobreza del momento, hacían que hubiera una gran mortalidad, y una gran preocupación por la muerte, incluso para la gente que podía pagar sus necesidades. Pero, en parte era un hecho tan común que ya estaban acostumbrados. Convivir con los muertos hacía que hubiera más enfermedades, por lo que la gente creó fosas comunas donde tiraba a los muertos para que no contaminaran más el ambiente con la putrefacción.
En este ambiente tan deprimente y desagradable, había un grupo llamado “nadies”, donde se incluían las personas que vivían juntas en una especie de casa de refugio. Estos “nadies” eran los que habían sido echados de casa, los huérfanos, los que eran inválidos o viejos y no podían conseguir el dinero suficiente para vivir por su cuenta. Vivian en malas condiciones. Tenían un aire de peor calidad, menos comida y agua, y ni siquiera tenían habitaciones individualizadas ni comodidades mínimas. Se les prohibía salir a la calle, para no tener que suministrar bombonas para ellos, ya que no las podían pagar y era un gasto innecesario para la economía del lugar, aparte de que se consideraban la deshonra de la ciudad y los mantenían alejados y excluidos de la sociedad.
Allí en el lugar de los “nadies” vivían, como era de esperar, dos gemelitos huérfanos, que casualidad, que habían perdido a su madre en el parto, como era obvio también, y su padre, nunca se sabría, porque nadie lo sabía. Los dos pelirrojos estaban juntos a todas horas, ya que no tenían a nadie más que les fuera cercano. Ambos odiaban ese lugar, querían salir al mundo exterior para poder trabajar y tener su hogar, pero sabían que si salían fuera iban a morir, y que no tenían edad suficiente para trabajar. El mínimo eran 10 años y ellos aun tenían 7.
Había una norma que decía que a los 10 años, las personas que estaban con los “nadies” eran sacados del lugar y llevados, según algunos rumores, a trabajar a las minas para encontrar el material para poder hacer funcionar las fábricas. Ellos no querían eso, por lo que Taki, había ideado un plan de fuga, o algo parecido, junto con Maki. Lo que no tenían muy claro era como ponerlo en marcha. Les faltaba un pequeño detalle, los trajes especiales de su talla.
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Pero no todo el planeta era así, había un pequeño espacio donde se había conseguido evitar esto. Era un lugar saludable con grandes árboles, que eran las fábricas del lugar, había plantas y animales diversos. La gente vestía normal y todos eran mínimamente felices. ¿Cómo se había conseguido esto? Pues con dinero obviamente. Todo en el mundo era movido por este. Allí nadie tenía que preocuparse por la muerte por contaminación ni por el dinero ni nada por el estilo. Era un mundo aparte, como una especie de paraíso de lindas vistas.
En este lindo lugar vivían dos chicos, hijos del mandamás del lugar, los cuales para pasar el rato veían el mundo de fuera des de unas pantallas de ordenador, que estaban unidas por satélite a un pequeño búho, ya que este representa a uno de los pájaros que ven mejor en la oscuridad, en este caso por culpa de la contaminación.
El mayor un chico de 18 años estaba encantado viendo como el búho se movía por las calles y llegaba a esa mansión donde veía siempre a un pelirrojo muy lindo. No sabía porque, pero des de que el búho sin querer había llegado al lugar tabú y había enfocado a ese ángel, siempre dirigía la cámara hacia ese lugar para verlo. Había descubierto que ese niño, porque no se podía considerar chico, le atraía un poco, al menos de vista, pero también que nunca podría verlo en persona porque ese niño era un “nadie” y su padre nunca le permitiría tener contacto con uno de ellos.
Pero él no quería que algo así pasara, él quería conocerlo en persona y saber más de él, de lo que ya conocía, por lo que estaba enterado de los planes de ese pequeño, su fuga. Le molestaba que ese hermano suyo estuviera con él, pero sabía que era la única manera y no la iba a desaprovechar por ese sentimiento de desagrado hacía el otro pelirrojo. En verdad no tenía ni idea de cómo idearon el plan pero sí que necesitaban, por lo que él se lo proporcionó.