Calor. Demasiado calor.
Éso era lo que Minho sentía.
¿Es que acaso Kibum no podía mantener sus ojos ocupados en otra parte?
La descarada mirada de su hyung comenzaba a excitarle más que incomodarle.
—¡Corten!—gritó el director, frustado—¡Minho-ah! Si no estás concentrado, la escena no sale bien.
Minho agachó la cabeza en señal de disculpa.
—Lo siento—musitó—Me siento un poco estresado, éso es todo.
El director suspiró, ofuscado.
—¡Descanso de media hora!—anunció—Y quiero que, por favor, dejes de taparte el torso cada vez que intentamos conseguir una buena toma, ¿ok?
El moreno asintió, avergonzado.
—Ahora, ve y descansa un rato, hijo—le recomendó el director—Quiero verte relajado cuando volvamos a rodar, ¿ne?
Minho sonrió y cogió una botella de la nevera, casi corriendo a su camerino.
Pero, una delgada y fina mano blanca se atravesó en su camino y le tamborileó los dedos en la clavícula.
—Minho~—canturreó el rubio mientras pasaba sus dedos por el cuello carameloso y sudado del menor—¿Por qué tienes tanto calor?
El alto saltó, alejándose de su hyung, como si su contacto le quemara. Cosa que no era del todo falsa.
—N-no t-tengo calor, Ki-kibum—balbuceó, cubriéndose el pecho con una toalla blanca, que tapaba nada.
Una sonrisa ladina se extendió por el rostro del más bajo.
—¿Ah, no?—dijo, acercándose al chico—Entonces, ¿por qué te ves tan acalorado, babe?
Una de las debilidades de Minho, con respecto a Kibum, era cuando éste hablaba o utilizaba apodos en inglés. Simplemente le desarmaba y le hacía querer hacer cosas nada puras con su hyung rubio.
—Es que—vaciló—Creo que tengo fiebre.
Key hizo un puchero tierno.
—¿De verdad?—le tocó las mejillas—¡Gosh! Estás ardiendo, babe.—le tomó de la muñeca y le arrastró al baño—Ven acá.
En cuestión de segundos, ya estaba sentado en el lavabo, con paños de tela fría en su frente y pecho, y con Kibum, checándole la temperatura con el dorso de la mano.
—Parece que tu fiebre no baja, Minho-ssi—se quejó el mayor—Aunque sigues estando demasiado sonrojado y acalorado—se llevó la mano a la barbilla, pensativo.
Una idea que, ¿para qué negarlo?, había albergado en su mente desde hace tiempo, le llegó como rayo fugaz.
Se acercó al menor y, decididamente, le desabrochó el botón del pantalón de mezclilla, sobresaltando al chico.
—¡¿Qué haces?!—le gritó, exaltado, asustado y, aunque lo negara, excitado.
Kibum frunció el ceño.
—Si estás acalorado, debes deshacerte de todo lo que te causa calor, bobo—le regañó—Y tu pantalón no es precisamente lo más fresco que digamos.
Minho asintió, sintiéndose un total pervertido, ¿cómo podía pensar que su hyung podría llegar a tener los mismo deseos que él? Tonto Minho.
Key sonrió y jaló los pantalones del menor, bajándolos hasta sus tobillos.
—Tal vez, también deberías quitarte el bóxer...
A Minho se le subieron los colores al rostro al oír éso.
—¿Cómo dices, Key hyung?—preguntó, con los ojos como un verdadero sapo.
El rubio se arrodilló y miró hacia arriba, encontrándose con la asustada mirada del moreno.
—Que seguro estaría mucho más cómodo sin tu ropa interior, darling—le guiñó un ojo y jugueteó con el elástico blanca del bóxer de Minho.
El de músculos marcados casi se desmaya al sentir un leve roce en su entrepierna.
—Kibum—jadeó, y el nombrado hizo caso omiso de su súplica—Kibum, basta...
Antes de poder hablar, los labios de su hyung ya estaban sobre los suyos, moviéndose con ardor y rápidez.
Cuando, por fin, pudo corresponder correctamente la avidez de su mayor, éste le tenía rodeado el cuello con los brazos y amenazaba con subirse a su regazo.
—¡E-espera!—exclamó el moreno—¿Qué estás haciendo?
Key rodó los ojos y bufó, quitándose el flequillo de la frente.
—Estoy jugando a la ronda, ¿quieres jugar?—le espetó con ironía—¡¿Qué diantres crees que estoy haciendo, Choi Minho?!
Minho se sintió un estúpido, y con justa razón.
Tenía a la Diva más sexy del mundo en su regazo y le detenía, preguntándole qué carajos hacía.
Tonto Minho.
—Si no quieres, está bien—le tranquilizó Kibum—Que no es la primera vez que me rechazan—mintió—Puedo llamar a Jong en un segundo y largarme al motel más próximo.
Minho no supo por qué, pero oír que el mayor insinuaba poder irse con Jonghyun a follar a cualquier hotel de cuarta, le molestó y le incitó, al mismo tiempo.
Jaló de las caderas a Kibum y lo encerró entre sus piernas, besándole con pasión y metiéndole la lengua, hasta hacerlo jadear.
Key sonrió al separarse y checó su reloj, haciendo un puchero.
—¡Carajo!—juró—No nos da tiempo ni siquiera para un quickie—se quejó, y miró la abultada entrepierna cubierta del menor—Aunque, un blowjob no toma tanto tiempo.
Minho sintió que podía venirse con la frase que pronunciaron los deliciosos (¡y vaya qué eran deliciosos!) labios de su hyung.
Kibum le guiñó un ojo y se arrodilló en piso, a la altura del miembro de Choi.
Con dedos traviesos, comenzó a masajear la abultada extensión, haciendo que Minho cerrara los ojos y echara la cabeza hacia atrás.
—¿Te gusta, hottie?—preguntó travieso Key—Aún falta lo mejor.
De un tirón, los bóxer del menor estaban en sus tobillos y Kibum examinaba la palpitante erección de éste.
—Mmm—se relamió—¡Que es larga!—halagó y Minho sonrió de lado—Lástima que no esté tan gruesa.
Minho arqueó las cejas.
¿Cuántos miembros habría visto, examinado, probado y sentido ésa Diva? El sólo hecho de imaginarse a cualquiera sobre (o bajo) Key, le encabronaba.
Key comprendió la mueca molesta del más alto.
—¿Qué?—dijo burlón—¿Acaso crees que es el primer blowjob que le doy a alguien, Minho?—rió escandalosamente—No tienes tanta suerte, honey. Quizás, si hubieras sido tan cercano a mí, como lo es Jjong, hace tres años, lo habrías sido.
Minho no entendió si el rubio se refería a que Jjong había sido su primer blowjob o no.
—¿Fue con él?—preguntó de pronto.
Key sonrió.
—¿Tú qué crees?—atacó, mordiéndose el labio, impacientando a Minho.
El alto gruñó y jaló del cuello a Kibum, mordiéndole los labios y profonando su boca, poco virginal.
Se separaron con un jadeo de parte del rubio.
—Espero que él no haya sido tu primera vez—masculló por lo bajo.
El rubio sonrió y acarició la mejilla de Minho.
—Te aseguro que no fue él.
Minho sonrió y atrajó al rubio hacia su cuerpo.
Key rió contra su cuello y posó su mano en la virilidad del moreno, haciéndolo gemir.
—Me encantaría seguir besándote—confesó el rubio—Pero sólo tenemos media hora y aún no he probado nada.
Volvió a arrodillarse y se pasó las rodillas del más alto encima de los hombros, quedando más cerca de su "piruleta".
Sonrió contra el miembro y pasó su lengua desde la base hasta la punta, sintiendo el sabor que había querido conocer desde que vió a Minho sin camisa.
Paladeó la intensidad del sabor y miró hacia arriba, encontrándose con los enormes ojos del más joven, que lo observaban fijamente.
Key rió y le guiñó un ojo a Minho mientras movía la punta de su entrepierna sobre sus labios, como si fuera alguna bizarra clase de lápiz labial.
Minho se sentía desfallecer cada vez que su glande tocaba los rosados labios de su hyung.
—Kibum—gimió suplicante—Por favor, hazlo ya.
El nombrado hizo un puchero digno de un niño pequeño molesto al que le quitan su paleta.
—Pero, ¡me estoy diviertiendo mucho, Min!—se quejó—Gimes muy bonito.
El rostro del alto se enrojeció y recargó la espalda en el espejo de la pared.
—No voy a aguantar—dijo, con la voz temblorosa—Hazlo de una vez.
Key gruñó divertido y tomó el miembro con ambas manos, dirigiéndole a su boca.
Se metió de una vez ésa hombría de veintiún buenos centímetros, abriendo su boca en un ángulo que jamás creyó posible.
Minho dejó salir un grito ahogado cuando sintió su miembro en la húmeda cavidad del chico entre sus piernas.
Key aseguró los tobillos del menor con sus manos y comenzó a subir y bajar su boca por toda la extensión de éste, llegando a sentir su pene en la garganta.
Cubriendo sus dientes con los labios, para no morder al chico, recorrió y cubrió para centímetro de la erección, hinchándola cada vez más.
Cuando sintió el líquido salado en su boca, se lo sacó de la boca, contemplándolo.
Estaba hinchado, muy hinchado, con las venas saltándose y el glande colorado.
Precioso.
Minho sólo sentía la mirada caliente de su hyung en su desatendida hombría y resistía el impulso de usar sus manos para acabar de una vez.
—No sabía que tuvieras ésos atributos, querido—soltó Key, sonriendo perversamente—De verdad, estás muy bien.
El Choi sonrió en agradecimiento y se rascó el cabello negro.
—Aunque, no le haría mal un poco más de grosor—rió, recordando las palabras del mayor—Tú mismo lo dijiste.
El rubio rió y acarició el miembro hinchado.
—Oh, no te preocupes—dijo, recorriéndola con los dedos, hasta llegar a la punta—Prefiero la longitud al grosor—y apretó la punta, haciendo que Minho se corriera.
Justo cuando el alto pensé que terminaría corriéndose en la mano de su mayor, éste acercó su cara a su entrepierna y aspiró, oliendo la escencia a hombre que ésta exudaba.
—Key hyung—gritó Minho.
El más bajo sonrió ladino y volvió a metérsela en la boca, tragando todo la semilla Choi.
Absorbió hasta casi dejar seco al pequeño y cuando terminó, le dejó un beso en la punta rosada.
Se levantó y se miró en el espejo, limpiándose las comisuras de los labios con los dedos, para después, llevarse ésto a la boca y lamerlos como si se le fuera la vida en ello.
Minho gruñó, aún excitado.
—Sabes muy bien, Keroro—halagó—Demasiado bien, aunque tienes un aroma muy fuerte.
El alto rodó los ojos y se subió los bóxers y el pantalón.
—Gracias—dijo Minho, levantando la barbilla del rubio—Ha sido fantástico.
La Diva del grupó sonrió, complacido y besó con delicadeza el pico que formaron los labios del otro rapero.
—A ti—sisieó—Necesitaba leche.
El lenguaje que ahora estaba usando ponía demasiado a Minho.
—¿Desde cuándo no tomas leche, hyung?—preguntó, siguiendo su juego.
Key rió y rodeó el cuello del chico.
—Desde que Jonghyun y Taemin comenzaron a ensayar "Internet War".
Minho abrió los ojos, sorprendido.
¿Ésos dos se traían algo?
—No me digas que...—
El rubio asintió, riendo.
—Ése par de cabrones me ha abandonado—hizo un puchero lindo—Ya no tengo la pasión de Bling Bling ni la energía de Taem.
Minho abrió aún más sus ojos.
—Tú...—soltó—¿Estabas con ambos?
Kibum sonrió, haciéndose el apenado.
—Y con Jinki—comentó—Aunque más casualmente, últimamente pasa mucho tiempo con Changmin—gruñó—Ése trío de patanes me abandonó por alguien más, estoy solo. ¿Sabes?
El moreno sonrió.
—Yo también estoy solo—confesó—Y sabes que todas las noonas que están tras de mi, no me interesan.
El más bajo asintió.
—Zorras.
Choi rió y acarició las hebras doradas del mayor.
—Aunque ninguna es tan hermosa como cierta Diva melodramática y exagerada que conozco—acarició la mejilla del de ojos felinos.
Kibum lo miró a los ojos y lo atrajo hacia sí, juntándolos en un beso tierno y demandante a la vez.
—Más te vale que sea yo, o te castro—amenazó antes de besarle el cuello.
Minho estaba a punto de perder la razón y tomar al mayor ahí mismo, pero los altavoces del estudio le avisaron de la reanudación de la grabación.
—Mierda—masculló—Tendrá que ser después.
El rubio asintió y besó la mejilla de Minho, despidiéndose y saliendo del baño.
El alto volvió a la grabación y, en medio del rodaje, una vibración en su teléfono le interrumpió y le hizo ganar una reprimenda del director.
Tomó el celular y checó el SMS.
Sonrió y volvió a guardarlo, con más ansias de acabar la escena de una vez.
Minho~ Kibummie tiene ganas de leche, ¿vendrás temprano? Tal vez puedas darme un poco. Y tal vez, hasta algo más...
Besos en tus veintiún deliciosos centímetros.
Ah, y en tus labios también ;)