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~ Casado con un hombre ~ por Monnyca16

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Notas del capitulo:

Hola, perdón por la tardanza. Quiero decir que este capítulo tiene cosas muy importantes, aunque a simple vista no se vean...

Hay cositas que se harán realidad, ya ya.. mucho spoiler!!! 

En fin, puede parecer muy corto y casi sin sentido este cap, pero no es así, jojojo. 

Nicolás conocerá un poco a la familia de Oliver kyaa!!!

 

Capítulo 26

“Te amo”

La secretaria más cercana miró la escena. Bien, se podía decir que eso sí era extraño. La razón número uno de la rareza de ese acto era que Oliver Yael Wolff Rudel nunca mantenía conversación con nadie fuera de su oficina. La segunda razón era porque había un adolescente  mal vestido cerca del ascensor. Nadie, absolutamente nadie iba así vestido a la empresa,  eso hacía  a Nicolás el único en la historia de  aquel lugar. La tercera razón era nada más y nada menos que la actitud del menor, joder, parecía un enfermo mental. Estaba cohibido, con la cabeza mirando el suelo y con las manos casi temblando.

Oliver se cruzó de brazos, preocupado. No se imaginaba esa visita, porque podía prometer que Nicolás había ido a verlo a él.

—¿No dirás nada? —le siguió preguntando. Estaba asustado por el comportamiento de Noah. Nunca antes se había puesto de esa manera, sólo ahora.

—No, ya me voy —alcanzó a espetar el muchacho, mirando a su alrededor y volviéndose hasta el ascensor para esperar a que este se abriera. Debía irse, Oliver no tenía que saber de sus problemas académicos. Primero se encargaría de pasar todas esas 4 materias reprobadas en segunda oportunidad, y después le daría la cara con el tema de  su poca inteligencia.

Los ahí presentes abrieron los ojos como platos, por su parte Oliver sólo alzó una ceja. Él ya sabía sobre las materias reprobadas de Nicolás. Lo supo desde la semana pasada, sin embargo se haría el desentendido y asustaría al chiquillo para que él se hiciera responsable. Lo ponía feliz y a la vez extraño mirar a Nicolás todo asustado, así que decidió tomarlo del brazo y llevárselo hasta su oficina.

Las mujeres que checaban papelería y contestaban las llamadas, se quedaron perplejas. ¿Quién era ese pelirrojo para que el presidente Oliver lo tratara con amabilidad? Nadie entraba a la oficina del señor Wolff Rudel sin una previa cita y lo que daba  más de qué hablar, era que la secretaria de Oliver estaba segura que ese día y a esa hora su jefe no tenía ninguna cita programada.

—Cuando vengas aquí procura venir en pantalones de mezclilla color oscuro, quizá eso sí se vea más agradable, además zapatos negros en su totalidad le vendrían genial a un atuendo apropiado para la empresa —le aconsejó el ojigris poco después de cerrar la puerta de su gran oficina.

Nicolás no respondió a eso. Prefirió quedarse callado, pensando en qué diría después.

—¿Por qué no hablas, Nicolás?

—No sé qué decir.

—Quizá sí sabes qué decir, lo que tal vez no sabes es cómo decirlo —lo corrigió con amabilidad.

Agarró el hombro de Nicolás y empotró al pequeño en su escritorio. Levantó ambas manos, las puso en las axilas de Nicolás y lo cargó para obligarlo a sentarse en su preciosa mesa de trabajo. Sus miradas chocaron por un nanosegundo, logrando que Oliver pudiera ver que los ojos de su gatito estaban rojos. Había llorado y eso era impresionante.

—Soy un mediocre, Oliver —levantó la voz al principio, luego se calmó—. ¿Cómo puedo gustarte? Me acabas de pedir que…

No pudo continuar, se quedó mudo. Terminó de encogerse de hombros y se quedó como todo un perdedor frente a Oliver.

—No eres un mediocre —comentó el más grande, diciendo la verdad —. Oliver Yael Wolff Rudel nunca se casaría con un mediocre —dijo, animándolo un poco más.

—Pero lo soy, lo soy.

—Piensas que lo eres, pero no lo eres. Si digo que no lo eres es porque en verdad no lo eres. ¿Por qué dices que eres un mediocre? —interrogó, mirándolo detenidamente.

—Te fallé. Dejé materias en segundas oportunidades ¿Sabes cuántas? —le preguntó horrorizado, levantando la mano derecha para comenzar a contar con los dedos—. 4 —musitó levantando el cuarto dedo. Dejó las manos en el aire y ocultó su rostro agachando la cabeza.  

—Cuando estaba en la secundaria también dejé en segundas oportunidades y ¿sabes cuál materia fue?

Los ojos de Nicolás se abrieron como platos, dejando a la vista de su marido unos preciosos ojos azules impresionados y brillantes.

—¿Cuál fue? —Se talló los ojos con los puños cerrados. Estaba limpiándose las lágrimas y eso para Oliver era un sueño. Esta oportunidad era necesaria para que su relación evolucionara y se pusiera más rígida.

—Fue educación física. No me apetecía jugar futbol con mis compañeros, no me agrada el futbol, Nicolás, pero sin embargo para poder aprobar la materia en segundas tuve que jugar el deporte que menos me gustaba.

—Pero lo mío es diferente —comentó el pecoso con el rostro dolido.

—No, Nicolás. No es diferente. ¿Por qué dejaste reprobadas las materias? La respuesta es porque no te gustan, al igual que yo dejé en segundas porque no me gustaba jugar.

—¿Qué debo hacer? —preguntó el pequeño, tratando de no verse más patético de lo que ya se sentía.

—Enfrentarlo. Yo tuve que jugar futbol aunque no me gustaba, logrando pasar la materia en segundas. ¿Ahora sabes qué hacer, verdad? —Le palmeó el hombro para darle seguridad.

—También lo enfrentaré. Estudiaré las materias que no me gustan y las pasaré.

—¿Verdad que sí? —Oliver sonrió, acariciándole la cara—. Pero hay algo que tienes que tener en cuenta para poder superar los obstáculos.

—¿Umm?

—Nunca te superes por nadie, Nicolás, porque a la otra persona no le va a beneficiar. Si vas a estudiar y a luchar para pasar esas materias va a ser pensando en ti y en tus responsabilidades. Sólo tienes que pasar segundas oportunidades para tu propio confort. No lo hagas por mí ni por tu padre. Hazlo por ti y verás que te sentirás orgulloso de haber superado una tarea difícil.

—Pasaré esas materias por mí —susurró el pecoso—, y me sentiré orgulloso. —Levantó los brazos y los abrió para que Oliver lo abrazara. Mirándolo y aceptando esa petición, el pelinegro lo abrazó con calidez. Debía demostrarle a Noah que estaría con él en las buenas y en las malas. Lo apoyaría siempre, de eso estaba seguro.

—Te amo —sollozó el pequeño, abrazándolo con más fuerzas. Esa era la primera ocasión que le decía esoPara la mayoría de las personas decir esas dos palabras requería su tiempo, pero Nicolás realmente lo amaba, simplemente porque Oliver era su todo: la persona que lo ponía en primer lugar, el que le daba ánimos y por qué no, también la persona que le hacía el amor casi todas las noches.

Incapaz de callárselo por más tiempo, siguió confesándole su amor una y otra vez, logrando que su esposo pudiera escuchar ese “te amo” nueve veces seguidas. Cuando Nicolás pronunció la décima, buscó inmediatamente los labios de su esposo para besarlos. Depositó un corto beso en las comisuras de éste, dejando en  ese corto movimiento el sabor de su boca. Cerró los ojos y se colgó de su cuello, dejándose llevar como si fuese un niño de cinco años en un columpio.

—Yo también te amo, mi amor —alcanzó a pronunciar Oliver antes de que sus labios fueran apresados de nuevo por el pelirrojo de ojos azules.

Durante el beso húmedo, Nicolás memorizó la confesión de Oliver. Eran pocas veces que se hablaban bonito, de hecho si el pequeño tenía buena memoria, podía asegurar que esta había sido la primera vez que Oliver le decía “mi amor” y estaba vuelto loco. Le gustó muchísimo esa sensación de amor, tanto, que lo hizo sentir un millón de mariposas en el estómago. Estaba feliz y no lo podía negar. Oliver cuando se proponía ser lindo, lo lograba, de eso no había duda.

Ya sin respiración y a punto de asfixiarse por el posesivo beso, Nicolás se echó para atrás, quedando así a tan solo un centímetro de la boca de Yael. Traspasaron su aliento al contrario, mientras sus miradas inspeccionaban el rostro ajeno. ¿De cuándo acá se volvía fácil hacer sonreír a Nicolás? Oliver no pudo recordar, pero al parecer las vacaciones a Francia ayudaron bastante, ya que allá Nicolás comenzó a experimentar angustia, celos e incluso amor. En silencio agradeció a su trabajo ya que gracias a este, había viajado a Francia junto al pelirrojo.

Con los rostros aún cerca, Oliver lo volvió a besar, pero esta vez el junte de labios fue lento y corto, sin embargo, Nicolás fue insistente en los siguientes besos. Estaba deseoso de más, deseoso de hacer el amor ahí mismo, pero sus planes no pudieron ejecutarse. La puerta de la oficina se abrió y hermosa mujer entró.

Nicolás se sonrojó. Se suponía que debían estar solos, pero ella alcanzó a entrometerse. Un poco desconcertado, se separó de Oliver y se dignó a estudiarla bien. La mujer portaba un vestido casual, tacones altísimos, un collar ostentoso y un bolso que parecía ser carísimo. Su cabello era negro y sus ojos estaban pintados de un gris potente. Nicolás podía prometer que esa mujer era pariente de su esposo, ya que tenían la misma nariz y casi la misma boca.

—Regresé, bollito de esperma —saludó con una sonrisa la señorita.

Oliver sonrió de lado. Al parecer estaba feliz por la visita de esa mujer, inclusive fue a abrazarla para recibirla. 

—Se suponía que estarías en Holanda —musitó con mucho impacto.

—Se suponía —se lo recordó ella,  utilizando un tono entusiasta. Sus peculiares ojos grises viajaron en Nicolás, que todavía  estaba sentado en el escritorio del presidente Oliver. Sonrió pícara y dio un saltito despampanante, logrando que sus enormes pechos temblaran dos veces —. ¿Es mi cuñado? —Caminó hasta Nicolás, sosteniendo una sonrisa brillante y enorme.

—¿Cuñado? —el chiquillo les preguntó a los dos, mirando de a ratitos a la mujer tetona y a Oliver.

—Olivia Yanely Wolff Rudel, pero puedes llamarme cuñis —se presentó la mujer.

—¿Es tu… tu hermana? —tartamudeando, logró preguntar lo obvio.

Oliver inquirió, diciendo que sí. Nicolás podía recordar que Oliver me había mencionado que tenía un pariente, una hermana, pero nunca le platicó sobre ella ni le  dijo que vendría de visita. Estaba impactado, demasiado como para quitarse la mano que situaba en su pecho, que  por cierto lo hacía verse como un total dramático. No se esperaba aquello, además ¿Era cosa del infierno? Esos dos eran casi iguales… de hecho hasta el nombre se parecía mucho. ¿Acaso eran…?

—Somos mellizos —espetó ella, tratando de aclarar las dudas de Nicolás —. Pero parecemos gemelos, lo sé. —Levantó la mano para hacer volar su mano y echarse aire, estaba sonrojada.

—Pero se parecen tanto. —Nicolás se bajó inmediatamente del escritorio para ponerse de pie. Se talló los ojos y permaneció ahí, en silencio, esperando a que alguien dijera algo.

—Nuestros padres, ambos tienen ojos grises y lo demás es genético. Aunque seamos mellizos seguimos siendo hermanos y por ende tenemos que parecernos, Nicolás —le explicó el más alto de los tres.

Olivia medía aproximadamente 1.68 metros y estaba delgada, poseía presencia y se miraba sexy, además parecía ser muy sociable y amigable. A Nicolás le pareció agradable.

—Exactamente. Me han contado tanto de ti, mi bollito de esperma en verdad se ha casado y no puedo dejar de emocionarme —platicó ella, toda histérica. Bueno, eso quería decir que Nicolás no era el único raro de la familia…

Pero joder ¿Por qué le apoda “Bollito de esperma”? Nicolás deseaba saberlo con todas las fuerzas de su corazón.  

—Supongo que…

Olivia interrumpió al pelirrojo cuando éste pretendía hablar.

—Pero mira que mono —articuló nanosegundos después de apachurrarle las mejillas—. Tienes pequitas, son tan chiquitas y bonitas.

—Discúlpala, ella es muy cariñosa, parece la menor, pero en realidad es mayor que yo por 4 minutos. —Oliver se la quitó de encima para dejarlo respirar. Sabía que su hermana era muy empalagosa, y era por eso que su querida sobrina siempre huía de ella —. Se quedarán en casa —le avisó al adolescente  para que estuviera enterado.

—¿Quedaran en casa? ¿Ella y su marido? —con un poco de vergüenza, Nico alcanzó a preguntarle a su esposo, pero Olivia le contestó, diciendo:

—¿Marido? Claro que no, mi vida. —Se echó aire con la mano por culpa del bochorno y prosiguió—. Yo no tengo marido, pero sí una hija de 8 años —añadió la dama con mucho orgullo.

Lo que Nicolás pronto sabría era que Olivia había pasado por una inseminación  porque en verdad le agradó el aspecto físico de un hombre holandés mujeriego y sexy, así que para evitar pegarse algún virus o enamorarse del tipo, le pidió un poco de su semen y esa creación ahora tenía 8 años.

—Mami, Mami —musitó la pequeñita al entrar a la oficina de su tío favorito.

Oliver al verla se puso contento. La veía cada año, y ahora estaba más bonita que antes. La pequeña estaba vestida de celeste, como la cenicienta. Su cabello estaba finamente peinado en dos coletas y sus ojos se coloreaban de acuerdo a su atuendo. Por el momento tenía los ojos azules, pero usualmente los tenía verde esmeralda.

Nicolás se puso contento también. No sabía nada acerca de la familia de Oliver, pero ya le estaba agradando bastante. Observó que Oliver alzó a la niña y le besó la frente, por un instante sintió celos, pero después recordó que era sólo su sobrina y que no debía temer. Sería absurdo pelear por el amor de Oliver.

—Ahora saluda a tu nuevo tío. —Olivia llevó a su hija hasta Nicolás y la puso frente a él. El pelirrojo se agachó hasta estar a su altura, luego sonrió.

—Mi tío Oliver sólo me ama a mí, así que no te hagas ilusiones, tío falso —terció la pequeñita con muy buena pronunciación. A pesar de su edad, sabía hablar bastante bien el alemán y no sólo eso, no hablaba como una niña chiflada y boba, eso quizá fue lo más terrorífico para Noah. Esa niña le estaba dando miedo. Ninguna niña bonita se presentaba de esa manera y menos con un tono de voz claro y tranquilo.

—No le hagas caso —se disculpó Olivia—. Se llama Ana Batsheva. Mi  hija cela mucho a mi bollo de esperma, pero no le hagas caso. Ella pronto te querrá.

La niña demonio se negó con la cabeza, irritada. Nicolás observó sus movimientos, percatándose de que esa mocosa sería un problema para poder ser el Nicolás responsable que Oliver estaba domando.

Para calmar un poco la situación, Oliver fue hasta Nicolás y lo tomó de la mano, reconfortándolo por lo de sus materias reprobadas y agradeciéndole por portarse bien con sus familiares, que por cierto, eran los únicos existentes a menos que Oliver tuviera un hijo con Nicolás, si ese fuera el caso, entonces la familia crecería. Pero en todo caso, era imposible que ellos tuvieran bebés.

 

**

Esa tarde Nicolás fue mandado a casa en compañía de la pequeña Ana Batsheva. No era que le tuviera miedo, bueno sí. Nicolás le tenía miedo a la niña, pero tampoco lo diría en voz alta. Estaba seguro que si divulgaba que temía, entonces la pequeña niña se burlaría de él y lo haría temer aún más.  

La agarró de la mano y caminó junto a ella  en dirección al metro. No tenía carro, así que tenía que llevarla en el tren. No sabía cuidar niñas, pero haría todo lo posible para que Ana no se le perdiera. Durante la estancia en el tren, la cargó ya que era peligroso dejarla pisando el suelo del transporte. Ana no interfirió, incluso se dejó cuidar un poco por Nicolás, sin embargo cuando bajaron en la estación indicada, ella se fue corriendo hasta las escaleras, perdiéndose en la multitud de gente.

El pelirrojo estalló en nervios y poco después fue tras ella. Esa mocosa estaba jugando con él y no lo permitiría. ¿Qué tal si algo le pasaba? El culpable sería él y nadie más que él. De lejos la observó pasar en medio de unas abuelitas y fue entonces cuando aceleró el paso. Corrió tanto como pudo, logrando agarrar a la niña del brazo. Se dejó caer de rodillas en el suelo y apretó con fuerzas la ropa de la niña.

—¡Tienes que respetarme, joder! ¡Me asustaste, Ana! ¡Me asustaste! —gritó con todo el pulmón. La gente observó al pequeño pecoso derrumbado en el suelo y  quiso ayudarlo a levantarse. Nicolás parecía no tener fuerzas, estaba agitado y muy asustado. Jamás había cuidado a una mocosa y Ana lo estaba frustrando demasiado —.Me asustaste —logró articular una vez más, pero esta vez con más tranquilidad. Se agarró el pecho con las dos manos y se quedó ahí, hasta que el susto se le pasara.

Batsheva se le quedó viendo. ¿Nicolás padecía de asma? ¿Estaba enfermo del corazón o algo? Ana recordó que su amiguito Frank  tenía de asma y que cuando corría, se ponía igual de mal que Nicolás.

—¿Tienes asma, tío Nicolás?

El ojiazul levantó la vista y se negó. No, claro que no tenía asma, quizá sólo era una de las consecuencias por fumar un montón de cigarrillos.

—Lo siento, tío Nicolás, yo no quería que te lastimaras —se excusó la pequeña, al mismo tiempo que le acariciaba el cabello como si Nicolás fuera un perro —. Eres muy débil, eres joven y no puedes correr unos cuantos metros, pero para que no me culpen de tu muerte, entonces tendré que cuidar de tu salud. Vamos, levántate para comprarte un poco de agua.

—Sólo hazlo por tu tío Oliver, si él se entera que acabas de derrumbar a su esposo, es posible que deje de quererte —la amenazó con un toque cortés.

Ana rodó los ojos, pensativa. Luego asentó con la cabeza dos veces antes de hablar.

—No hagas que deje de quererme —rogó la chiquilla.

Nico sonrió con grandeza. Por fin logró que ella recapacitara y lo aceptara como tío.

—De acuerdo, entonces no le diré, pero tienes que portarte bien.

Ana asentó con la cabeza, sonriente. 

Notas finales:

Bueno, nos leemos hasta el sábado y domingo. Quiero decir que amé este cap, no sé, me quedó tan cursi y tan ashads con Ana...

Si se pueden fijar, en el cap 20 Nico le dijo que le gustaba, en el 22 le dijo "Te quiero" y en este le dice "TE AMO" vamos avanzando bien :)

No me gusta poner muchas mierdas en las historias, pero creo que esta mierda estuvo bien. 

No quiero hacer spoiler!! No quiero, pero...aaaahhh, en el transcurso de esta historia pasarán cosas queme han pedido mis seguidoras.

Querían drama, entonces tendrá drama

Querían narcóticos, entonces tendrán narcóticos

También hay otra cosa que me pidieron, pero no la diré porque sé que se emocionarán mucho.. ajjajaaja, pero es algo cool. Así que NO dejen de leer!! pensé que esta historia sólo tendría 20 caps, pero ya mero vamos en el 30 XD LOOOL

 

Estoy muy emocionada por los siguientes capítulos, vendrán muy emocionantes. Bueno ya. Las amo y espero que dejen sus comentarios!! :)

 


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