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*Two words* por Tae_Yuu

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Notas del capitulo:

Este one shot  me ocurrio cuando escuche una canción que venía en un video de KAILU que vi :3 se los dejo 

 

"http://www.youtube.com/watch?v=8nmW2IZjX9A"

Créditos del video --->  KaiHan's Shipper-Line. 

 

Y la frase que utilice en un principio es de Sekaiichi Hatsukoi 

"Nunca me será sencillo decir lo que siento porque descubrí que esas dos palabras llevan consigo un sentimiento sin límites"

 

Siempre me habia dicho que el amor era algo que no se necesitaba, ni que yo necesitara, mi madre me lo habia dicho, que ella jamás volvería a enamorarse y con ello su frase caracteristica...

 

"Nunca me será sencillo decir lo que siento porque, descubrí que esas dos palabras llevan consigo un sentimiento sin límites" 

 

 

Pero habia fallado.No había manera de comenzar el día, sin que él estuviera en mi pensamiento, me levante cansado hoy  había escuela y club después de ella. El club de baile, no era malo haciéndolo, pero tampoco era él mejor, había estado en ese club un día que no pude evitar, la única razón era él. Pensando en que podía estar junto a él; bailar, verle, tocarle y simplemente sentir su presencia.  

 

 

Había pensado en que me estaba convirtiendo en un acosador, por lo que comencé a convivir con los demás chicos y chicas del club, lo que me acarreo problemas innecesarios, sentimientos de personas que no quería, se veían reflejados hacía mi.

 

 

-*—Hyung… ¡Me gustas!

-*—Lo siento Sehun-ah — acaricie su cabello y me di la media vuelta

 

 

Varias veces intente decirle lo que sentía, acercándome y hablándole como si no pasara nada. Una marea de sentimientos se acumulaba en mi interior, no podía contenerlo, tenía mi miedo; mis manos temblaban y sentía que mi corazón se aceleraba. Al pronunciar su primera palabra, un simple "Hola" de su parte, hacia que mi miedo dejara de esconderse y comenzara a sudar frío, salía corriendo o me iba lo más rápido que podía.

 

 

 

Un día como otro. Tenía mi abrigo puesto, un día frío y con lluvia, nada mal, pero sentía algo mal en ese frío que me calaba hasta los huesos.

 

 

— ¿Como estas?

—Bien Lay

— ¿Seguro? Te ves como enfermo

—Es el frío, no te preocupes 

—Supiste lo de hoy — le mire confuso negando — No habrá club de baile

— ¿Qué? ¿Por qué?

—Al parecer el líder está mal — me preocupe —, dicen que la chica que le gusta, lo rechazo.

 

 

Sentí que sus palabras me atravesaron la piel más frío que el tiempo en ese momento. En dirección a casa, la lluvia se hizo densa, caminaba lento con mi paraguas en la mano y en la otra la cena para microondas que había comprado al salir de la escuela, no tenía ánimos de cocinar, no quería nada y no debí haber escuchado al tonto de Lay. Sabia que yo no era bueno diciendo lo que sentía, por lo que siempre me quedaba con ello dentro. 

 

 

El camino largo, había empezado a pensar negativamente, y me metí dentro del parque, pero lo vi, ahí sentado, con las manos en su cara y sus codos recargados en sus rodillas me acerque un poco recordando la primera vez que lo había visto y esa frase que en ese momento me había hecho sonreír...

 

 

—“Con esa horrible apariencia, jamás podrás opacar mi belleza” — murmure cerca de él, ese día el pensaba que había tenido problemas con alguna chica.

 

 

Me miro y sus ojos estaban rojos, pero aun así me sonrió y caí en cuenta de lo que estaba haciendo.

 

 

— ¿Eres Luhan cierto?

— ¡Oh! Sí, yo… ya me voy

— No te vayas, anda siéntate    

—Pero esta mojado — intente salvarme de la situación

—Entonces mójate también

 

 

Sentado junto a él, con los pantalones mojados, cerré mi paraguas. El cielo ya no tenía ese color acero sino había cambiado a un tono de azul oscuro; estábamos en silencio, no sabía que decir y él no parecía querer articular algo.

 

 

De momento había comenzado a caminar con él, me había contado un poco de lo  que había pasado. Una chica que él había estado frecuentando, simplemente le había rechazado, por un momento no le creí, pero su mirada perdida y su expresión de dolor lo habían corroborado, aunque decía que no era la gran cosa, porque a él no terminaba de gustarle esa chica, solo que la situación le recordaba a “una persona” que no podía tener, esa persona al parecer le odiaba. Él sentía lo que yo, solo que él si había tenido el valor de decirlo con el final que esperaba para mí. Un consejo y otro salieron de mi boca, un "Todo estará bien" acompañado de un "Hay mucha gente que quiere estar contigo”, que le hicieron  dedicarme una sonrisa, de esas que estaba acostumbrado a ver solo de lejos.         

 

 

— ¿Creí que me odiabas?

— ¡No! ¿Por qué?

—No lo sé, siempre que íbamos a hablar salías corriendo

 

 

Me avergoncé un poco, no quería que supiera la verdadera razón de por qué pasaba eso. Me despedí de él, lo que hacía que mi cuerpo ahora sintiera frío, pero este se esfumo cuando sus brazos me rodearon, su olor me embriago y sentía que si le dejaba ir mi vida se iría con él. Mi estomago se revolvía y mi corazón amenazaba con que saldría por mi boca, al igual que esas dos palabras que necesitaba decirte, pero estaba aterrorizado de decirlas.  

 

 

—Gracias…

 

 

Fue el susurro que me quedó después de su ausencia, tirado en mi cama sin poder hacer nada, sentía que mi pecho quemaba, me ardía de la misma manera que arden los ojos cuando necesitas llorar tanto que, tu garganta se hace nudo con ellas. Solo necesitaba sacar la verdad.

 

 

No me había importado cambiar mi ropa al uniforme, ni salir sin un paraguas o algo que me cubriese de la fuerte lluvia. Un día más feo que el anterior, no querría ir pero sabía que si no lo decía estas palabras quemarían poco a poco mi corazón hasta acabar conmigo, caería, aunque ya había caído completamente  en los brazos de él.  Ya no podría ocultarlo, no podía negarlo, ni me lo merecía, solo se lo diría y si me golpeaba o dejaba de hablarme, lo poco que lo hacía ya, sería algo con lo que tendría que vivir.

 

 

Esas dos palabras, jamás  las había dicho, ni jamás se las había dicho a nadie, pero con él dolían tanto que no podía mantenerlas más dentro de mí. Estaba aterrado y empapado pero esta vez ya nada importaba, "Te amo", solo debían salir así, así como las sentía, quería que volviera a abrazarme como en ese momento, volver a sentí su cuerpo junto al mío y sus labios sobre los míos al menos una vez.

 

 

Pasando por ese puertas y la gente me miraba, para seguido entrar a sus clases, había sonado el timbre, escuche la voz de Lay llamarme pero no podía, solo necesitaba un momento de distracción para acobardarme, moría por escupir lo que sentía y él me creyera, que mis sentimientos eran reales y puros, desde el día que lo vi, ese día que supe que lo amaría hasta que mi alma se consumiera. No quería pensar en que ese fuego que sentía por dentro, lo apagaría con su indiferencia.

 

 

Le divise no muy lejos de mí, solo junto a su casillero, con el pantalón de vestir negro que era parte del uniforme así como su camisa blanca de manga larga, bien planchada y adornada en su cuello con una corbata, la cual se enredo en mis manos jalándola hacia mi pecho, lo que hizo que su respiración chocara con mi nariz por un momento, hasta que mis labios entraron en contacto con los de él. Un  instante fue lo único que le pedí a mi mente, para poder aguantar todas esa sensaciones que se a galopaban en mi pecho, evitando que saliera de nueva cuenta hacia el lado contrario, mis labios se movieron un poco al contacto de los suyos moverse, me respondía.

Con un poco de temor y valor, "ahí voy" me alenté...

 

 

—Jong In... Te amo.

              

 

Notas finales:

Fue lindo? 


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