Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Seducción. por NEY OTAKU

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Excusa par el lemon.

Espero les guste é,,é Minho Choi Rana sensual-Taemin Maknae Lee, mis amores jaja para ustedes de mi LOl.

Notas del capitulo:

jaja Hey solo queria saber si podia escribir un fic lleno de cosas pervertidas, jaja  aver si funciono.

SEDUCCION.

Caminaba perezoso por la calle, no había dormido nada la noche anterior, sus ojeras marcaban aún más sus ojos grandes, con largas pestañas y un brillo especial; vestía formal, camisa blanca de mangas largas, un saco azul marino que llevaba en la mano que  intentaba no soltar a toda costa, con un pantalón de tela de mismo color, sus zapatos brillaban por el previo lustro hecho la noche anterior.

Minho estaba tan cansado a pesar de ser apenas medio día,  quería llegar a casa y dormir pero el trabajo lo necesitaba. Bostezo y una lágrima se formó en su ojo pero no la dejó caer. Doblo a la esquina próxima, el viento soplo suave sobre su rostro haciendo que el polvo lo cegara  por un momento, se detuvo, parpadeo, una vez, dos veces para limpiar su visión aun así siguió caminando.

El ojo empezaba  a dolerle de tanto tallarlos, caminaba lento para evitar algún accidente pero no lo consiguió, tropezó con una piedra delante de él e inevitablemente cayó al suelo ensuciándose la camisa blanca -específicamente en el punto, donde se encuentra el corazón- en su bolsillo, esa mancha rompía la imagen impecable que hace unos segundos remarcaba.

-¡Demonios!

Maldijo para sí mismo. Debía llegar  a su trabajo para  conocer a algunas personas importantes, personas cercanas  a su jefe -el dueño de una de las agencias de modelaje más importantes de Corea- y no podía tener esa apariencia tan sucia. Se sacudía tratando de quitar el polvo pero esa mancha se negaba  a desaparecer,  se levantó despacio miro su reloj, ya era tarde. Camino apresurado hasta llegar a su destino. El guardia de seguridad del edificio lo reconoció desde lejos  y le brindo una sonrisa cuando lo vio más cerca.

-Buenas tardes… -saludo  amable.

Minho solo asintió con la cabeza y entro apresurado, la recepcionista le indico que ya lo  estaban esperando, el agradeció.

Había mucha gente en los pasillos y pasaba con dificultad, recordó su apariencia sucia y prefirió pasar solo un momento al baño para ver que podía hacer. Entro apresurado y abrió el grifo del agua, humedeció esa mancha molesta y rasco un poco la tela,  pero se negaba  a desaparecer.

Respiro profundo, se resignó.

Se sintió tonto por perder la batalla por esa estúpida mancha, refunfuño, sin más que hacer salió rápido del baño, tan rápido que cuando salió  choco con un muchacho que se atravesó en su camino, el chico cayó al suelo  por la fuerza del empuje. Habían flores esparcidas alrededor suyo y encima de él, al parecer un ramo de rosas recién cortadas se acababan de desperdiciar, o no tanto.

Lo miro desde arriba, pero el sombrero negro que llevaba le impedía ver su rostro.   Extendió  la mano y le ayudo  al levantarse –lo siento –dijo con voz suave.

El chico se levantó y sacudió el polvo de su ropa, llevaba unos pantalones entubados color negro y zapatos des mismo color, con una camisa a cuadros color azul claro,  un moño negro  alrededor de su cuello y claro su ya mencionado sombrero que completaba su apariencia elegante.  

Es joven, lo noto,  su complexión es delgada, su piel blanca y sus labios ligeramente rosas destacaban de todo su vestuario

–En  verdad lo lamento no fue mi intención –repitió tratando de mirar bajo ese sombrero lo que se le dificultaba pues es más  ligeramente más bajo que él.

Ambos quedaron  de pie, el muchacho se inclinó y levanto una de las rosas que estaba en el suelo, por unos segundos cruzaron miradas, los ojos cafés claros lo dejo perplejo, el brillo que emitían incluso le hizo sentir algo de calor en sus mejillas.

Tan bello, que no podía dejar de mirarlo.

Él cortó el tallo de esta flor  y  levanto a la altura media de sus rostros, Minho miraba con atención sus movimientos.

-Si la cubres con la rosa no se verá –informo colocando la flor sobre la mancha y prensándola con un  gancho que saco de su pantalón –ves ya no sé nota y te ves elegante –y noto que lo que cubrió era esa mancha espantosa que hace un poco se notaba amucha  distancia.

Su voz le pareció suave, reconfortante para el oído.

Se sentía cómodo cerca de él.

Y no fue  hasta que se levantó el sombrero, noto que la cabellera lacia y rebelde  de hilos cobrizos quedaban perfectos a su aspecto delicado.

¿Un chico? ¿De verdad es un chico? Se preguntaba.

Lo miro una vez más y cuando pensaba preguntar su nombre alguien los interrumpió.

-Joven Choi el señor Soo lo espera en  la sala de juntas –aviso una chica con lentes cuando lo vio. Pensaba en que debía disculparse de nuevo pero a o través le roban la palabra.

-Tengo que irme…nos vemos luego señor Choi –hizo una reverencia.

Una sonrisa se dejó ver  en ese angelical rostro y parece que todo el pasillo se ilumino. Le dio  la espalda y desapareció de la vista.  Lamente de Minho giraba en torno  a esos labios, “muchacho agradable” pensó.

 

No más que eso.

No solo es agradable, él es…especial.

 

Sintió una extraña sensación en cuanto a esa pequeña despedida,  el cuerpo entero se le erizo con solo respirar el dulce aroma que dejo su presencia. Al aire se impregno de un olor peculiar, un olor que no podía dejar de inhalar.

-Señor Choi… -le insistió la chica.

En un parpadeo regreso al mundo y recordó la junta a la que debía llegar. Se colocó el saco y miro la rosa una vez más, sonrió sin entender por qué.

 

Entro a  la sala de juntas y ahí estaban ya los accionistas y su jefe en la silla principal. Se disculpó por la tardanza y tomo su respectivo asiento. Los hombres de negocios odian la impuntualidad y él lo sabía. Hablaron de la próxima línea de ropa que se lanzaría este invierno, acerca de las cotizaciones de las grandes empresas asociadas y los modelos contratados para ello.

A pesar de ser joven -porque acaba de terminar su carrera como asesor financiero-  había conseguido un buen trabajo gracias  a la forma de conocer  su jefe. Al parecer Minho lo ayudo cuando unos tipos intentaron asaltarlo y como no quiso aceptar dinero le ofrecieron un puesto en esa gran compañía, una agencia de modelaje.

 

La junta termino y Minho fue  a su respectiva oficina, una propia con mucho espacio, necesitaba terminar algunos documentos para el día siguiente.

Las horas pasaron y el parecía morir en cada hoja que revisaba. La tarde/noche le decía que era hora de retirarse. Tomo sus cosas, su celular y  saco,  salió de la oficina con pereza, como cuando se dirigía al trabajo.

Al caminar en los pasillos noto que casi no había gente, de verdad que es tarde, paso de nuevo por donde chocó con aquel chico y vio los rastros de algunos pétalos de flores, se sentía un poco culpable, más bien totalmente culpable, pero la imagen, el  cubierto de flores, era de lo más  hermoso que ha visto.

Y curiosamente no había podido dejar de pensar en él.

Menos dejar de ver sus ojos en sus pensamientos.

Escucho ruidos que lo sacaron de su nube, cerca de ahí y vio la puerta de  una de las oficinas entre abierta. Era de uno de los accionistas más importantes de la empresa. Se acercó y miro curioso por la abertura, sus ojos se abrieron hasta parecer que se le saldrían.

Ahí estaba el chico del sombrero siendo acorralado por aquel hombre importante, susurraban cosas que solo ellos entendían y vio como los labios de menor eran invadidos con fuerza, la reacción fue de “¿asco?” pero tampoco fue impedida.

El teléfono de esa oficina sonó asustando a esos dos y su espía de afuera. Mientras el mayor atendía la llamada, Minho no dejaba de observar al castaño, pero estaba tan concentrado que no se dio cuenta de cuando este ya había notado su presencia, hasta cuando  llegó hasta la puerta y salió de aquella oficina. 

De nuevo las miradas, solo que esta vez el trataba a toda costa de evitar la intensidad de esos ojos. Balbuceo unas cuantas cosas que no se entienden. Al final da un gran suspiro y hace una pequeña reverencia.

-Lo siento…-se levanta- yo no vi nada.

Si es mejor no meterme en problemas.

Decidido a escapar de la tan incómoda situación retrocede unos cuantos pasos hasta poder darse la vuelta, pero la voz suave que lo llama, lo hace detenerse.

-Espera…por favor…

Unos segundos más y ya lo tenía justo detrás.

Minho lo piensa dos veces antes de poder voltear, ciertamente el chico lo había provocado sensaciones nuevas, y ahora se da cuenta de que está por demás nervioso, pero la escena que acababa de ver, no es, precisamente…

-Sé lo que debes estar pesando…

¿Enserio?

-No pretendo que lo entiendas…pero me gustaría que guardaras ese pequeño secreto…

Siente como una de sus manos es tomada y gira lento.

Su mirada es tan.

“sumisa”

El contacto de ambas pieles  lo estaba quemando. Se enmudeció en cuanto lo vio, y no entendía porque. Las palabras de nueva cuenta se atoran, incluso la respiración se le detiene, no alcanza a decir nada más porque la puerta es abierta con brusquedad y su mano es abandonada en el aire.

-Tae…

El rubio le da una última  mirada cargada de ¿deseo?, eso le pareció.

Lo vio entrar de nuevo a esa oficina, cerrando lentamente la puerta y dejando volar su imaginación hasta las nubes.

Había algo en él, algo que lo llama, que lo incita a mirarlo y pensar cosas que nunca creyó, más  porque es un chico, uno muy bello a su parecer,  le causaba algo de tristeza imaginar a lo que se dedica, tampoco quiere juzgarlo, pero muy dentro de sí, la curiosidad lo incita, desea saber los motivos que lo han orillado a hacer ese tipo de trabajos.

Lo días siguientes a eso creyó tener una semana de trabajo normal y de lo que vio esa noche no dijo nada, para no meterse en problemas y estar enredado en chismes, eso era lo último que necesitaba, pero la razón principal de su silencio eras esos ojos suplicantes que no lo dejaban dormir.

Muchas veces se lo encontraba en los pasillos de la agencia, platicando con el diseñador estrella, Kim Kibum, aquel chico rubio de ojos felinos a quien todos respetaban por su enorme talento. No había día que no los viera compartir un bocadillo o tomar un café.

Kibum es hermoso, siempre admiro eso de él, pero desde que conoció al pequeño rubio de ojos miel, su concepto de belleza se elevó por varios niveles. Se preguntaba cómo es que nunca antes lo había visto por la agencia. En el poco tiempo que llevaba trabajando había tenido la fortuna de conocer a casi todos los empleados.

Pero a él, a este niño.

¿De dónde  salió?

No podía evitar mirarlo de pies a cabeza, por donde lo viera era perfecto.

Joven, lindo, atractivo y al parecer muy popular.

Porque las miradas sobre su cuerpo lo apañaban cada día, y a él parecía no importarle, seguía con su caminar tentador sin importar que. Demasiado sexy, hasta para sus ojos, su mente no dejaba de idear situaciones en las que ellos se mismos se encontraban solos, en una habitación cerrada y con los deseos desbordándose por doquier.

Ahí estaba el problema.

En que empezó a desearlo hasta el punto de tener sueños húmedos que siempre lo dejaban con ganas demás.

Pidiendo más de su cuerpo, más de sus gritos y gemidos. Es como si hacerlo suyo no bastaba, no porque no era real, porque su cuerpo necesitaba al rubio de verdad, a esas manos sobre él, su voz suplicando por que le dé más duro.

No, yo soy quien  suplica por más.

 

Esta mañana lo vio como siempre platicando con Kibum,  iba caminando por el mismo pasillo al costado de su jefe,  charlando de los nuevos inmuebles adquiridos este mes. Pero la razón de la plática se fue distorsionando de sus oídos cuando se acercaba más a  él.

De inmediato sus cuerpo reacciono al olor de su piel, la dulce sensación de excitación lo volvió loco, como si de un animal en celo se tratara. Las hormonas se dispararon tanto como correr hacia él hacerlo suyo en el mismo pasillo.

Pero tuvo que controlarse.

Fingió no haberse percatado de su presencia, poniendo total atención a las palabras de su jefe. Apenas cruzó a escasos centímetros sintió su solo mirada le dio una punzada en su espina dorsal y su entrepierna se endureció.

-¿Pasa algo Minho? te ves tenso…

-No, no pasa nada señor Soo…

Cuando estaba a punto de desaparecer del pasillo volteo con cautela solo para  toparse con sus ojos claros observándolo, al parecer desde hace mucho.

 

Esa misma noche, cuando llegaba medio adormecido  de una junta, con su maletín colgando de una mano, solo deseaba poder ir a su oficina, tomar sus pertenencias e ir a casa para por fin descansar -porque no durmió  casi dos semanas por culpa de alguien-

Toma la llave para abrir la puerta, pero se da cuenta de que estaba abierta.   En seguida se llena de furia de solo pensar que alguien haya entrado  a su lugar de trabajo sin su previo permiso.

Pero la ira se fue.

Cuando un par de piernas cruzadas y una sonrisa encantadora le dan la bienvenida.

-Buenos noches, señor Choi.

Francamente no entiende que es lo que hace ahí, sobre su silla, acaparando el lugar como si fuera de él, pero lo que más le molesta es esa sensación que de nuevo lo invade, esa que le altera todo y le hace un hormigueo en su vientre.

El chico lo seducía hasta con la voz.

Maldita sea.

Necesitaba controlarse.

Pero con esos pantalones ajustados y la cabellera revuelta que traía sería casi imposible, pero apelo a su conciencia que le decía que todavía estaba en la agencia, a punto de  terminar su día laboral.

-No esperaba…

-¿Verme? -ríe- no, yo tampoco lo creo.

Taemin se levanta, camina lento hacia el frente rodeando el escritorio grande,  se apoya a la madera y se sienta ahí mismo, sobre la madera,  de la  misma forma,  que con la silla, con las piernas cruzadas y la mirada incitadora.

-Necesitaba verte.

En verdad que hizo sentir esas oración como una necesidad. Minho empezó a sentir el aire pesado a su alrededor, se sentía acorralado a pesar de que no lo estaba. Las piernas parecían entumecerse y las manos le picaban por rozar esa piel blanca en sus mejillas, en su pecho, en sus piernas.

-¿Vienes a repetir que no le diga nada a nadie por lo de esa  noche? Creo que has notado que no soy un chismoso.

Trata de sacar aquellos pensamientos confusos de su mente evitando a toda costa mirarlo a los ojos. Hace el agarre de su maletín más fuerte, como si eso le diera valor para caminar por el mismo camino que este joven.

Logra llegar a su silla cómoda y sentarse para descansar de esta mañana tan sorpresiva. Cierra los ojos lentamente, frotando su sien con una mano y la otra descansado en los brazos de la silla.

No lo mires, solo no lo mires.

Repetía este mantra para poder controlarse asimismo. Porque si lo necesitaba, estaba nervioso, demasiado para su gusto y le asustaba la idea de que fuera por este “Niño”.

Siente como sus piernas que se recuperaban de la caminata que hizo hacia su oficina, recibían un peso extra,  el susto lo hace abrir ojos de inmediato, pero mayor es su sorpresa cuando de un segundo a otro se encuentra, ahora sí, acorralado por ese par de manos sobre las suyas.

-M…sí vine a eso, pero también vine por algo más…

Dice con su vocecita des controladora.

-¿Q…qué cosa?...

El chico ríe divertido la notar lo evidentes nervios del más alto,  le alegra de sobre manera  que no le incomode  el que este sentado sobre sus piernas, así que se toma la libertad de darse la vuelta  en un suave giro y quedar sentado de nuevo,  frente a frente al rostro ruborizado de Minho.

 Sus piernas están acomodándose a tan agradable lugar y se da la libertad de arrimarse más hasta quedar sobre el miembro que empezaba a despertarse, con un ligero empujón logra que el alto entre cierre los ojos y reprime un gemido que le entristeció no escuchar.

-Valla así que después de todo no me equivoque contigo…

Un susurro sensual cerca de su oído que le hizo erizar la piel.

-Por favor…estamos en el trabajo…

-No -le dice colocando el dedo índice sobre sus labios esponjosos- ahora tu estas en el trabajo, para mi es mi día libre, así que puedo hacer lo que me plazca…

Con sumo cuidado pasa su lengua por los bordes de la oreja derecha del moreno, roza su nariz por el cuello y se queda ahí, dejando caer su respiración hasta dejar la piel caliente y  más suave de lo que se veía.

-¿Q…que es lo que pretendes…?

-M…-dice cuando reparte suaves besos en la mandíbula bien formada- pues nada en especial solo tu absoluta atención….

Se despega solo un poco para ser libre de toquetear de nuevo ese extenso cuello con sus delgados dedos.

Minho no comprende lo que sucede, no entiende el porqué de esta repentina visita y sobre todo, no comprende la razón por la que se está dejando tocar, se deja expuesto a esta “fiera” a la que no puede ni anticipar sus movimientos.

-Sabes…no es un secreto para los altos ejecutivos de la empresa el que haga mis visitas continuas a estas oficinas…se lo que debes estar pensando…intuyes a lo que dedico…pero quiero que comprendas algo…

De nueva cuenta ataca la oreja derecha, posa los brazos sobre sus anchos hombros para estar más cómodo y se deleita con el aroma a hombre que desprende este cuerpo.

-Yo solo hago servicios especiales…no me prostituyo, solo soy alguien de compañía, así como suelen hacerlo las mujeres, solo compañía y algunos besos y toques…solo eso…

-¿Por qué estás diciéndome esto?...

Minho no puede reprimir el jadeo en sus palabras, tampoco  soporta la incertidumbre, abre los ojos que segundos atrás estaban sellados, encara los seductores ojos claros que lo están descontrolando, apenas puede mantener su respiración a un nivel normal, le cuesta tanto… “inhalar”.

-Porque desde que te vi no he podido dejar de pensar en cómo sería estar bajo tu piel…

Roza sus labios sobre los de Minho…

-Quiero saber cómo sabe el hombre que tanto deseo…

Su lengua tantea la comisura de sus labios, delinea de extremo a extremo hasta que le es concedido el acceso a la cavidad ajena. No se reprime al explorar esa boca, más porque siente como las manos de Minho se posan sobre sus caderas para soportar los movimientos circulares que hacia sobre su pelvis.

Los gemidos del moreno son sonoros, eso lo emociona y le hace querer más, aumenta la velocidad de los movimientos hasta que  siente un enorme bulto formado sobre su trasero. Ríe por  estar descontrolándolo, por verle el sudor en la frente  y esos jadeos, sus excitantes jadeos.

-Minho…-lo llama con la voz entre contada- dime… ¿tú me deseas? ¿Me necesitas tanto como yo?

-M…

-Vamos cariño, sé que  me has estado observando todo este tiempo…siento tu mirada acosadora sobre mí…

Lo besa de nuevo, mordiéndole al labio inferior.

-N…no solo te deseo…tú me gustas…

Palabras que lo hicieron sonrojarse más de lo que ya estaba.  Este demasiado contento que no reprime una sonrisa en sus labios.

-A sí es, dime lo que sientes Minho…

-No puedes…-gime

-Qué cosa amor…-

-Llamarme por mi nombre…cuando yo no sé el tuyo…

Minho lo mira, esperando obviamente su nombre, siente impaciencia y los labios le palpitan pidiendo más, la saliva del rubio es dulce y embriagadora. La respiración cada vez es más difícil cuando no dice nada. Lo quiere escuchar.

Quiere su voz.

-Taemin…soy Taemin…

Y solo es basto.

Como si su nombre fuera el permiso que necesitaba, atrapo bruscamente al rubio entre sus brazos, este solo rio y lo miro con lujuria, unieron sus labios con más fuerza, rozando sus lenguas hasta que la saliva se mezcló y les hizo saber cómo sabia la seducción.

-Sabes que podrían vernos…-le advirtió el alto.

-No cariño nadie nos verá…vamos hazlo…sebes que quieres hacerlo tanto como yo…

Minho se levanta con Taemin enredando sus piernas en su cintura, lo acomoda sobre su escritorio tirando todo sobre ella, el menor acaricia con sus manos el abdomen del alto, se da la libertad de pasearlas hasta por su trasero y apretar fuerte provocando gemidos parecía poder saborear.

Raídamente se puso de pie y empujo a Minho sobre su silla giratoria, se arrodillo frente a él y desabrocho el botón  del pantalón ajeno, sonrió la ver el enorme bulto formado bajo la tela del bóxer, puso la palma de su mano ahí y empezó a jugar moviéndola de un lado a otro.

Vio como el moreno entrecerró los ojo, al fin tomo la ropa interior y la bajo para liberar el miembro erecto que ansiaba tocar, no espero para metérselo a la boca, chupo la punta y acaricio toda la extensión son su lengua.

-Ah~

Escucho salir de esos labios.

Orgulloso de ello, introdujo más el pene hacia su boca, subía y bajaba la ritmo de las  caderas del alto, sus dientes mordisqueaban la punta y tironeaban la piel, sintió como las manos de Choi se posaron en su cabellera y jalaban su cabello primero y después lo empujaba para que chupara más adentro.

-Tae…yo…

-No todavía no…

Dejo el miembro en libertad para atacar su boca de nuevo, sin dejar de masajear esa parte entre sus manos.

-Quítame la ropa…

Eso fue casi una orden, que no se demoró en cumplir.

Minho fue retirándole su chaqueta dejando su torso al descubierto, aprovechándose de ello dejo la boca del rubio y se dirigió a los pezones erectos que sobresalían de la piel blanca. Y al igual que Taemin lo hizo con su  miembro, chupo y mordió por donde se le dio la gana hacerlo.

-Los pantalones Minho…

Las manos del alto casi arrancaron los pantalones del rubio, bajándolos junto a su ropa interior, cuando lo tuvo frente a él, sin nada que lo cubra, juro que la su boca pordujo excesiva saliva, solo con tenerlo desnudo entre sus manos lo hacían saborear cada parte de él.

-Hazlo Minho…hazlo…

Esta vez Minho lo acorralo,  le dio la vuelta para que quedara contra el escritorio, haciendo que su trasero este  frente a sus ojos. La respiración fallaba y el miembro le ardía, necesitaba adentrarse en el ahora.

-Nunca he estado con un hombre…-se a sincera- espero no lastimarte mucho…

-No lo pienses…-gime-  son ven hacia mi…

Tae siente como su entrada recibe un par de dedos en su interior, se queja por la intromisión pero no lo detiene, mientras su espalda recibe una agradable sesión de besos que fueron su subiendo y bajando, desde  su cuello hasta su trasero.

-Tú lo pediste-le advirtió.

Un enorme gemido salió de los labios de Taemin cuando el miembro duro de Minho se adentró en su entrada, por uno segundos esperaba acostumbrarse a algo tan grande pero quería que se empezara a mover ya.

Sus caderas de ladeaban en señal de su necesidad, el alto lo entendió y comenzó con un vaivén de placer, entraba y salía de ese cuerpo delgado, al principio con algo de temor por dañarlo, pero en el proceso se dio cuenta que  ese lugar tan estrecho que aprisionaba su miembro le gustaba mucho.

Embestía ya sin parar.

Ambos gemían sin importar ya lo demás.

El escritorio se movía por los choques de ambos cuerpos. Toda la oficina parecía temblar por el acto sexual que llevaba a cabo.

Taemin empezaba a ceder por el cansancio, sus piernas temblaban y su vientre hacia estruendos en su interior. No dejaba de gemir y gritar el nombre de Minho, hasta que no pudo más y de corrió esparciendo su semen en el piso.

Minho, sintió como su miembro era oprimido por las paredes de Taemin, escucho el grito desgarrador de su orgasmo y no contuvo más el propio, de corrió dentro de él con una estocada más. Antes de que los dos cayeran al suelo por la pérdida de energía lo tomo por su cintura y como inicialmente estaban se dejó caer sobre la silla, con el rubio sobre su rezago.

-Eso fue estupendo Minho…-jadeo mientras era rodado por los brazos fuertes del mencionado.

-Eres increíble Taemin…en serio que no esperaba…

-Claro que si lo esperabas…

Volteo el rostro para besarlo.

-Desde  que te vi no he podido dejar de pensar en ti Choi, te desee tanto que no soporte un día más sin tenerte cerca.

Minho rio. No esperaba que sus deseos hayan sido los mismos que los suyos.

-¿Solo deseo? Te he dicho que me gustas… ¿acaso no quieres algo más que un encuentro ocasional?

-Yo…

No esperaba esa proposición en absoluto. Desvió la mirada solo un poco, tomo una mano de Minho para jugar con sus dedos mientras se recuperaba de toda la actividad física. Rio de sí mismo cuando pensamientos demasiado  cursis pasaron por su  mente.

Volteo ligeramente para atrapar los labios de Minho con los suyos.

-¿Por qué  no?  …-le susurro.

Las carisias de nuevo se iniciaron, ambos sabían que se seguían  así terminarían haciéndolo de nuevo, aunque no les molestaba en absoluto.

 

 

Fin. 

Notas finales:

Saludos, espero sus reviews jaja

Hey estas eran ganas de lemon créname. jojo

Les dejo un pag en face mia:

Carol-Taeminnie.

waaa Lemo,lemon cuanto me gusta el lemon.

Espero les haya gustado.

saludos. e.é


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).