Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mil y Una Coincidencias por Nasie

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Otro One-shot por aquí, pero esta vez no es Jongkey, hace mucho que quería escribir algo con esta couple, puesto que es una de mis favoritas de Exo, y aquí está.

Espero que os guste, y disculpas adelantadas por las faltas ortográficas.

“Cuando él llegó a mi vida todo cambió, aún recuerdo aquella tarde de otoño en la que nos conocimos, y aún  hoy sigo teniendo en mente el sonido del timbre que daba por finalizada las clases, aun siento la cálida brisa que estaba presente ese día, y todavía soy incapaz de olvidar como tu apareciste, en el mismo momento en que aquella mariposa se posó sobre la última página de aquel tedioso y anticuado libro. “  

 

Y así finalizaba la historia de aquel libro que se encontraba entre mis manos, volví a leer una vez más el último párrafo, sintiéndome ciertamente identificado con la protagonista del libro, la cual se encontraba sentada bajo un árbol en pleno otoño, del mismo modo que yo, pero diferenciándonos en una cosa, ella había conocido así al amor de su vida, en cambio yo,  solo estaba repasando una y otra vez aquella última frase, porque el amor de mi vida hacía tiempo que ya lo conocía.

Estaba apuntó de cerrar el libro para irme cuando una mariposa, en tonos anaranjados, se posó sobre la última página.

Sonreí al darme cuenta del gran parecido que la historia estaba cobrando con la realidad, y  algo asustado, ante la idea de que la fantasía saltase del libro al mundo real, espanté a la mariposa y cerré el libro con delicadeza.

 

Me levanté sin prisa, pasando mis manos por el trasero retirando cualquier hierva o mancha de tierra que pudiese haber y una brisa de aire fresco hizo volar las hojas secas que se acumulaban a los pies de los arboles.

 

El timbre sonó avisándome de que las clases ya habían terminado  y en mi mente  cada vez todo era más similar, era como si de repente me hubiese adentrado en la  historia y yo fuese el protagonista de esta, viviendo todo lo que Jane  había vivido.

 

Me encaminé hacia la salida con paso decidido, mientras buscaba en mis bolsillos el reproductor de música, dispuesto a distraerme de camino a casa, pero una voz me interrumpió.

 

-Ehhh Baekhyun!!

 

Y ahí otra coincidencia, ese era el amor de mi vida, a pesar de él no saberlo. Me detuve esperando por él, viendo como corría entre la multitud para alcanzarme. Era Chanyeol, mi mejor amigo desde hacía ya mucho tiempo, el típico chico deportista, alto,  delgado y que tiene éxito aún sin quererlo, pero con un corazón increíblemente grande, sí, el típico chico cliché de película o libro romántico, lo sé, pero él era diferente.

 

-¿Ya te ibas? –Me preguntaste cuando llegaste a mi lado.

 

-El profesor no vino a última hora y aproveché para acabar el libro para el examen de mañana, así que sí,  ya me iba a casa.

 

-Yo también tengo ese examen mañana, por suerte ya lo tengo acabado. – dijo siguiéndome el paso. – Te acompaño- añadió al darse cuenta de mi mirada interrogativa.

 

-Estoy  agotado, en cuanto llegue me daré una ducha y descansaré.

 

No respondiste, solo caminamos juntos hacia la salida, seguidos por una gran multitud.

 

-¿Por qué no vamos un rato a la biblioteca a repasar para mañana?- preguntaste repentinamente  con una sonrisa de oreja a oreja.

 

-Chanyeol….estoy cansado.

 

-Te acompañaré a casa luego, es más…me ofrezco a llevarte  al caballito si así lo deseas.

 

-No dije eso…- añadí sintiendo ternura ante el puchero que hizo en forma de súplica.

 

-Entonces vamos a la biblioteca- dijiste animado, cogiendo mi mano entre la tuya y arrastrándome  sin siquiera dejarme tiempo a  protestar, porque cuando se trataba de ti no había nada a lo que pudiera negarme.

 

 

Y allí nos encontrábamos los dos, en la biblioteca, el uno frente al otro,  prestando atención a nuestros apuntes, o al menos intentándolo.

 

 Debo agradecer que  las casualidades no hubiesen ido a más, y tú no me hubieses invitado a una cafetería en la que me robarías un beso con la escusa de limpiar el café que se quedase en la comisura de mi labio,  por suerte o por desgracia, tu no eras  David  Bruce y yo, no era tu enamorada, la protagonista de aquella historia, Jane Wells.

 

-¿Entendiste bien la trama?- preguntaste  en bajo, sacándome de mis pensamiento e intentando no ser escuchado por el señor que estaba en la mesa contigua.

 

-Sí, aunque hay una frase que no consigo entender del todo- aclaré.

 

-¿En qué parte está?- preguntaste interesado.

 

-Creo que es en el penúltimo capítulo, pero déjame mirar- dije buscando el punto exacto para enseñarle aquello que no había logrado comprender.

 

Observabas como buscaba aquello entre las líneas del capítulo correspondiente, lo sabía porque sentía tu mirada sobre mí, atravesándome lentamente, consiguiendo ponerme nervioso y hacerme sentir terriblemente torpe  hasta para pasar página.

 

-¡Aquí está! – dije al encontrar el fragmento, y me di cuenta de que había elevado el tono en cuento la mirada acusadora  del señor de al lado se clavó sobre mí.

 

Reíste por lo bajo, y yo solo conseguí sentirme  como un  niño pequeño, incapaz de permanecer  ni un solo segundo en silencio.

 

-Déjame ver- añadiste después, quitando el libro de las manos- ¿Donde?

 

-En el segundo párrafo- respondí  ahora procurando  que mi voz soliese en un tono adecuado.

 

Cogiste mi libro entre tus manos, y comenzaste a leer la parte que yo te había dicho. Tu cara de concentración  conseguía ponerme nervioso, al leer  e  incluso estudiando tu rostro se volvía serio, y tu sonrisa radiante desaparecía, haciéndote parecer más frio, pero aún así seguías siendo igual de perfecto ante mis ojos.

 

Levantaste la vista, y yo sentí la necesidad de bajar la mía, porque aguantar tu mirada era misión prácticamente imposible para mí. Pero no la bajé, aguanté, hasta que tu seriedad desapareció y mostraste esa sonrisa ladina que tanto amaba, y perdí ante la lucha de miradas, escuchando en mi cabeza el clásico “game over”

 

-Lo que  Jane Wells cree en ese momento es que él no está prestando atención a su conversación, y en realidad David Bruze, no lo está haciendo  debido a que se quedó embobado con la sonrisa de Jane.- Me explicaste.

 

-Vaya…se ve que no entendí nada.

 

-Mira, justo en el párrafo anterior  la autora lo da a entender.

 

-A ver – dije inclinándome sobre la mesa para observar la línea que Chanyeol me indicaba con su dedo.

 

Entonces en un movimiento rápido cogió con su mano izquierda la carpeta y la levantó. Lo miré sorprendido sin entender lo que hacía, pero no me moví de ahí. Sonrió y yo pensé que moriría nuevamente, entonces me di cuenta de que nos estaba tapando con la carpeta del señor que se encontraba al lado.

 

-¿Porque nos tapas?- pregunté sin entender nada.

 

No me respondiste, solo te limitante a  volverme a sonreír.

 

-¿Me estás haciendo caso Chanyeol? El señor puede hacerse la idea equivocada y….

 

Seguías observándome y sonriendo, pero no decías nada, y comencé a pensar que realmente estabas pasando de mi... y otra vez la historia parecía adentrarse en la realidad.

 

-Chanyeol, puedes prestarme atención por favor- dije y comencé a alejarme al ver que no hacías nada al respecto.

 

Tu mano derecha levantó mi barbilla sujetándola  con hacer fuerza, obligándome a mirarte.

 

-Lo siento, igual que Jane piensas que no  estoy prestándote atención, ¿verdad?- me miraste a los ojos como si buscases en ellos la respuesta-   en realidad no lo hago, es solo que me he quedado embobado viéndote, igual que le ocurría a David, ¿No es todo demasiado similar?- y tras decir eso sonreíste de nuevo.

 

Estabas bromeando.

 

A pesar de tener confianza contigo, y de que probablemente eso fuese realmente una broma, no puede evitar sonrojarme ante tus palabras.

 

-Idiota, deja de decir estupideces- dije intentando alejarme, pero tú no me lo permitiste.

 

La carpeta seguía ocultándonos y entonces tu rostro se acercó más al mío, comenzando a ponerme más nervioso de lo que ya estaba, dejándome sin aliento y con el corazón revuelto.

 

Me besaste, tus labios acabaron por acortar la distancia, posándose gentilmente sobre los míos, como si un roce un poco más brusco pudiese romperme o dañarme,  ese simple beso me dejó  una sensación cálida y completamente inexplicable.

 

Tus ojos permanecían cerrados, pero yo, era incapaz de cerrar los míos, la sospesa no me lo permitía.

 

Te alejaste y de nuevo esa sonrisa apareció.

 

-Se puede saber que haces Chanyeol!!!- grité histérico y olvidando completamente el lugar en el que nos encontrábamos.

 

-Shhh- el señor,  ahora no ocultado por la carpeta, pidió silencio de manera furiosa.

 

-Lo siento- dije sincero bajando el rostro totalmente avergonzado.

 

Volví a mirarte y seguías sonriendo, esa sonrisa que tanto adoraba está empezando a mosquearme.

 

-Vamos anda, se hace tarde.- dijiste levantándote recogiendo tus cosas y también las mías.

 

Salimos de la biblioteca en silencio, sin comentar nada, y así fue durante la mayor parte del trayecto. El aire soplaba ahora  ligeramente más fuerte, dando lugar a que mi nariz comenzase a ponerse roja del frio, al igual que los dedos de mis manos y incluso mis mofletes.

 

Caminabas a mi lado, y de vez en cuando sentía como me observabas. De repente frenaste, y yo lo hice  contigo, pues no sabía qué pasaba. Te quitaste la bufanda del cuello y  me miraste nuevamente,  tu mano, más cálida que la mía, agarró la punta de mi nariz y entonces entendí que era lo que te hacía tanta gracia. Sin decir nada rodeaste mi cuello con tu bufanda, y la colocaste de forma que mi nariz quedase tapada, evitando chocar con el gélido aire, logrando que lo único que aspirase en ese momento fuese el aroma de tu colonia.

 

Entonces te agachaste frente a mí, invitándome a subirme a tu espalda, y así cargases tú con todo mi peso, pero aunque la propuesta resultaba tentadora no lo hice, sentía vergüenza y que la chica  que pasaba por nuestro lado nos mirase asombrada no ayudaba para nada.

 

Seguimos caminando, pues aún quedaban unas manzanas hasta llegar a mi casa, y unas cuantas más todavía para la tuya.

 

Tu mano cogió la mía y frenaste nuevamente.

 

-¿Entramos?-  preguntaste señalándome la cafetería que se encontraba en la acera de en frente.

 

Comencé a negar con la cabeza como un loco, recordando al momento lo que le sucedía a Jane al entrar a la cafetería de en frente acompañada de David.

 

-Solo será un segundo, tomamos un café caliente y retomamos el camino… ¿sí?

 

¿Café, justamente Café? , ¿Es que no eran ya muchas las casualidades?

 

-Chanyeol…tengo que repasar todavía y…- dije buscando una excusa que me librase de aquella incomoda y predecible situación.

 

-Te prometo que solo será un momento- dijiste volviendo a dejarme con la opinión en la boca arrastrarme hasta el lugar.

 

Al entrar el cambio de temperatura se hizo notar, y pronto tu bufanda comenzaba a sobrarme, pero no me la quité, tu aroma era demasiado bueno como para pensar en alejarme de él.

 

Los cafés, que pediste en algún momento, mientras yo estaba en las nubes, tardaron poco en llegar, y mi garganta, y seguramente también la tuya también, agradecieron la sensación que el liquido caliente les ofrecía.

 

Levanté la vista del tazón vacio y te vi sonreír como un niño pequeño.

 

Me giré buscando la razón de esa sonrisa pero no encontré nada, y cuando volví para mirarte estabas demasiado cerca.

 

-Shhh…quieto, tienes algo de café en la comisura del labio- dijiste en un susurro, estando cada vez más cerca. – Déjame limpiarte.

 

Mi corazón parecía luchar por salirse de su sitio,  a pesar de saber, o imaginarme lo que vendría después de esa frase, no podía evitar sentirme terriblemente nervioso, y opté por no negarme, ni siquiera decir nada, seguramente mi voz no estaría dispuesta a salir.

 

Tu lengua rozó la comisura de mis labios, y vi como saboreabas, a centímetros de mi boca, el café que minutos antes se encontraba sobre mi piel. Cerré los ojos dejándome llevar, esperando el beso que, gracias al spoiler que el libro me había hecho de mi vida, sabría que vendría.

 

Pero eso beso jamás llegó, y decepcionado volví a abrir mis ojos, suponiendo que ya no estarías allí. Pero estabas, y todavía seguías igual de cerca de mis labios, de mi rostro, de mí.

 

Esperé a que dijeses algo, pues yo  solo deseaba que la tierra me tragase en ese mismo momento, evitándome un momento triste y vergonzoso, pero la tierra tampoco quiso hacerme ese favor.

 

-Baekhyun…

 

Imaginaba lo que dirías, me esperaba ya cualquier cosa, unas palabras desagradables, que no quería escuchar y que me devolviesen a la realidad, algo así como un “lo siento, solo estaba bromeando” pero tampoco llegaron a mí esas palabras.

 

Y entonces hablante, acabando con lo poco que quedaba de mí en eses momento.

 

-Déjame escribir una historia, déjame ser el David Bruce que te mereces, déjame cuidarte y demostrarte que cuando no te presto atención es porque tú mismo me distraes, déjame estar contigo y darte todo el cariño que alguien como tú se merece, dejame…

 

-Chanyeol, déjame decirte algo.- Dije interrumpiendo tu discurso

 

Decir te amo era complejo, difícil y vergonzoso para mi, pero si no podía decirlo, quizá podía darlo a entender.

 

-Déjame ser...algo así como… la versión masculina de Jane Wells.

 

Sonreíste nuevamente, ante lo absurdo y cursi que posiblemente habían sonado mis palabras, y acabaste con la distancia que había entre nosotros juntando nuestros labios en un beso, un  beso que desde hacía tiempo ya estaba escrito.

Notas finales:

Si son tan amables de dejar su review, se lo agradecería, y sino, gracias igualmente por tomarse la molestia de leer.

*El libro del que hablé, es obviamente producto de mi imaginación, de igual modo que los personajes Jane y David.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).